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Pink Cocktail por LovingTales

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Notas del capitulo:

Hola Hola!

¿Cúanto tiempo no? jajaja... (risa nerviosa) 

Lamento haberme tardado tantoooooo T...T, en verdad me duele el corazón de solo pensar en cuanto l@s he hecho esperar. Y es que bueno como siempre les comento mi vida ha tenido cambios inesperados ( afortunadamente todos para bien :) y eso me ha consumido bastante tiempecillo. Como consecuencia su servidora tarda aún más de la cuenta en sacar un cap.

Así es, casi tres meses... !tres ridiculos meses! desde la última vez que actualicé D: y como pasan los días, si hasta siento que el tiempo se me hace agua :(

Y bueno refiriéndonos a temas que nos atañen... !Gracias por la enorme cantidad de reviews que me han dejado! es que de verdad me pusieron super feliz. Aprovecho de darle la bienvenida a las nuevas lectoras y disculparme por la tardanza. Se que muchas me tienen paciencia y se los agradezco infinitamente. La verdad es que me sorprendo al leer que algunas piensan que dejaré la historia abandonada, pero lo cierto es que por más que tarde esto no quedará en el olvido. Se los prometo.

¿Y bien? ¿Quedaron enamoradas de Sanji? 

oyeme zoro llévame en tu bicicleta (8) jajaja pensaba en esa canción cuando terminé de escribir xD! 

Aprovecho de comentarles que originalmente este cap iba a ser solo uno, pero debido a lo mucho que me estaba tardando en sacarlo, mi editora me recomendó dividirlo en dos y actualizar ya de una vez (así es, agradezcanle a ella señoritas!). Y bueno al menos ha quedado extenso de todos modos.

Nuevamente las invito a viistarla en su grupo KidxLaw en fb, el cual ya suma alrededor de 480 miembros! solo deben buscar Kidxlaw <3 <3  <3 y ya está :) Le envío un saludo a los admin de la página que tanto la han ayudado a salir adelante con sus gustos perversos jajaja. 



!No dejo de hablar de mí! ¿cómo están ustedes? espero que tod@s muy bien y con sus planes marchando a toda máquina :D 
Nuevamente mil gracias por seguirme a pesar de todo y ya me pondré las pilas para actualizar el próximo cap espero en pocos días más que les juro que AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!! se viene realmente bueno. Mucho salseo para tod@s

Y bien ya es momento de marcharme. Espero disfruten el cap y me comenten sus impresiones y por todos los cielos dejen de preguntarme con quien se quedará Law... !Ya deberían saber que con Katakuri! (alguien más lo ama? porque yo simplemente enloquecí al verlo xD) 

Besos a tod@s! l@s am@@@@@!!! 

nos leemos pronto :) 

 

 

En el capítulo anterior.... 

La sonrisa que se escapó de los labios del rubio fue suficiente para hacerle dar cuenta de lo que estaba sucediendo. Por más que intentara fingir, su verdadera esencia terminaba escapándose prácticamente por cada poro de su cuerpo, siendo imposible seguir engañándolo.

Zoro ya estaba seguro, acababa de convencerse de que, no el fondo sino más bien en la superficie, Sanji era una buena persona atrapada en un mundo frívolo y banal. Y lo más extraño de todo… lo más raro era que esa persona cada día le encantaba más.

 

-!Ya terminaste de beber! continuemos- exclamó emocionado al tiempo que se acomodaba-

-Como digas… con el compromiso de que tú prepares la cena-

-!¿Qué?! tú no me das órdenes-

-Está bien, está bien-

-Pero ¿Qué te parece si cenamos gazpacho?-

-Suena delicioso- respondió Zoro al tiempo que comenzaba a pedalear más rápido, dejando atrás la carretera y junto a ella un agónico atardecer-

 

 

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Capítulo 27 

 

 

 

 

Apenas llegaron a casa Sanji se apresuró a preparar la cena. Lo cierto era que la noche los encontró casi al finalizar su trayecto por lo que las cálidas luces de la ciudad ya se comenzaban a vislumbrar en los altísimos edificios.

Aunque ambos se encontraban cansados, el rubio no demoró mucho tiempo en hacer algo de comer por lo que tras cenar y beber una infusión de hierbas cada uno se precipitó a descansar.

A decir verdad había sido un día agotador y lleno de sensaciones extrañas, no obstante Zoro apenas lograba conciliar el sueño, manteniendo la vista fija en el cielo de la habitación.

¿Por qué razón había comenzado a sentir aquello por el idiota del cejillas? ¿Acaso era normal no poder sacarlo de su cabeza en todo el día?.... Bueno después de todo no era como si el estúpido ese le diera mucho tiempo libre, siempre estaba ahí ordenándole cosas o exigiéndole otras cuántas, realmente era fastidioso… aun así ya se había acostumbrado a él y su presencia en casa. No era como que le molestase, por el contrario, en cierta manera le agradaba llegar y encontrarse con el rubio, preguntarle cómo había estado su día y comenzar a escuchar sus quejas y reclamos. Era agradable que alguien lo esperara en casa.

Sacudió la cabeza ante este último pensamiento y haciendo un último esfuerzo por dormir se giró, quedando justo frente al colchón donde Sanji ya se encontraba descansando plácidamente. Tal parecía ser que el cejillas había quedado rendido pues apenas se movía. Sonrió al recordar lo divertido que había estado el paseo y sin despegarle la vista de encima comenzó a sentir el sueño invadirle lentamente, hasta que al fin sus parpados pesaron y terminaron por cerrarse no sin antes darle una última mirada al rubio.

 

Mientras tanto al otro lado de la ciudad….

 

-!¿Qué? ¿Cómo es eso que no sabías?!-

-Te estoy diciendo la verdad, no tenía idea… pero a todo esto ¿por qué no me había enterado? !tú no me contaste nada!-

-Bueno pues mientras tú vivías un idilio de amor con Eustass Kid, el mundo seguía su curso- respondió Ace mientras abría una lata de cerveza-

 

Ambos amigos se encontraban a oscuras, bebiendo en el balcón del piso de Law, mientras contemplaban las luces de la ciudad brillantes, rodeando la larguísima bahía.

 

-Tsk.. ni lo menciones-

-¿Y entonces qué harás?-

El moreno arqueó una ceja.

-¿Respecto a…?-

-!Anda hombre! pues a todo… Kid, Doffy, la agencia, Redhawk !No lo sé!-

-Aún no sé qué pensar de todo esto… créeme que ha sido una semana de mierda-

-Me imagino, después de la golpiza que te dio Crocodile…-

-Ese imbécil… ¿no crees que ese tipo realmente está loco? es decir comenzando porque piensa que yo tuve la culpa de todo… sabiendo que no era la primera vez que Doffy lo engañaba-

-Eso es porque está enamorado… vamos Law, llevan años juntos-

-¿Y entonces por qué mierda le ha pedido el divorcio?-

-!Porque está herido! Dios santo Law, solo ponte en su lugar por un momento- le reprochó mientras daba un largo sorbo- Después de todo, lo que ambos hicieron no está bien, es decir realmente entiendo lo mucho que se gustaban pero creo que las cosas pudieron haberse hecho de otra manera y nadie hubiera salido tan lastimado-

-Supongo que tienes razón- suspiró de forma pesada- Ya me conoces, sabes que no me dejo llevar fácilmente, pero por más que intenté ser calculador e indiferente con él, terminé cayendo de rodillas-

-Créeme que te entiendo más de lo que imaginas… aún así ¿piensas hablarle nuevamente a Doffy?-

-No, no sería una buena idea, no después de todo lo ocurrido…-

 

Ace le miró fijamente y sonrió.

 

-No me convences amigo, pero te diré algo. Realmente a estas alturas creo que nada puede empeorar. Sólo haz lo que sientas correcto e intenta estar tranquilo. Y por ningún motivo hagas caso a lo que ese pelirrojo te dijo. Aunque hayas estado con Doffy, en la agencia eres alguien respetado y un excelente modelo y eso es lo único que debe importarte- añadió-

-Gracias, de verdad te agradezco el que hayas venido a escuchar mis problemas… como siempre-

-De nada, para eso estoy aquí-

 

De pronto Law comenzó a reír.

 

-¿Qué ocurre?-

-Es sólo que… ese día del incidente con Crocodile estaba tan molesto que le dije que Doffy se quería divorciar de él… hubieras visto la expresión que puso. Nunca pensé que fuera verdad, es decir él le pidió el divorcio pero la situación es la misma-

-Jajajaja ya veo-

- Dejemos de hablar de mí un rato. Cuéntame ¿cómo van las cosas con Marco?-

 

Ace suspiró.

 

-Te mentiría si me quejara, pero últimamente ha estado completamente absorto en el trabajo. Bueno no le culpo, después de todo tener a Sanji como cliente debe ser estresante-

-A todo esto, ¿Qué demonios le ha ocurrido a ese idiota?-

-Sí que estabas alejado del mundo Trafalgar- le reprochó- Sanji ha quedado en bancarrota, perdió su piso, su coche… prácticamente quedó en la calle-

 

Abrió los ojos sorprendido.

 

-Vaya… nunca lo hubiera imaginado. Lo siento mucho por él, ya sabes la vida que llevaba, llena de lujos y cosas por el estilo-

-Así es, espero que le haga bien dar cara a la realidad. Aunque honestamente me compadezco de Zoro-

-Zoro… vaya chico. Apenas lo conozco pero se ve que es una buena persona, no sé cómo puede tenerle tanta paciencia a Sanji-

-Tienes razón, hasta yo hubiera perdido los estribos con el rubio ese- bromeó al tiempo que abría otra cerveza- En fin, esa es la razón por la cual apenas he visto a Marco, aunque mientras más rápido resuelva el asunto mejor-

-¿Entonces van a retrasar la boda?-

-No, no. De ninguna manera. Sólo que por el momento todo ha caído en mis hombros-

-¿Y qué es lo que falta por organizar?-inquirió-

-Honestamente casi todo- rió- lo único que tenemos reservado es el lugar, que a todo esto la ceremonia y fiesta serán en el centro de eventos de South Blue, a orillas de la playa-

-Vaya lugar-exclamó sorprendido, pues era bien sabido lo exageradamente costoso de aquel sitio- Entonces ¿sólo han visto eso?-

-Además del pastel y banquete, que ya lo encargamos a la famosa pastelería de Big Mom-

 

El moreno nuevamente abrió los ojos un tanto pasmado. Realmente aquella boda saldría un dineral.

 

-Ah y sin olvidar los trajes que también ya están comprados-

-Déjame adivinar… ¿Concasse?- inquirió dándolo por sentado-

-Jajajaja sí, ¿cómo lo supiste?- sonrió divertido-

-Bueno sería raro pensar que se casaran con un traje cualquiera habiendo gastado tanto en el lugar y la comida-

-Tienes razón, Marco no quiso escatimar en gastos… entre nosotros yo hubiera preferido algo más modesto, pero bueno tampoco es que pueda negarme, después de todo él ha querido pagar la mayor parte de los gastos-

-Vaya suerte que has tenido-

-No podría quejarme… a todo esto y ya que estarás ausente unos días en la agencia, ¿Por qué no me acompañas a comprar algunas cosas?, digo si quieres-

Law sonrió. Quizás distraerse y contagiarse con un poco de felicidad ajena le hiciera bien después de todo lo que había pasado.

 

-Me encantaría- respondió, causando una expresión de felicidad en su amigo-

-Genial, entonces debemos ponernos de acuerdo- señaló al tiempo que tomaba su móvil, el cual había comenzado a sonar-

 

Mientras Ace hablaba con Marco, Law se precipitó a la cocina en busca de algo para comer, no obstante cuando ya iba de regreso se topó con el pecoso de pie en la sala.

 

-Lo siento, Marco me ha avisado que se suspendió una reunión y quiere que vayamos a firmar el contrato de alquiler para el día de la boda a South Blue… vaya viaje-

-Comprendo, está bien. Apresúrate entonces-

-Gracias Law, creo que iré en marcha… perdón por dejar la conversación y cerveza a medias- se disculpó mientras  acomodaba su sentadora chaqueta-

-Tranquilo, está bien. Ya eres un hombre comprometido, debes cumplir con tus responsabilidades-

 

El pecoso no pudo evitar esbozar una sonrisa.

 

-Sí, supongo que es cierto… entonces estamos en contacto. Te avisaré  cuando tenga que salir-

-Estaré atento-

-Adiós Law, descansa y no olvides hacer algo divertido para quitarte ese estrés de una vez por todas-

-Lo intentaré, nos vemos- dijo y observó a su amigo marcharse y cerrar la puerta con delicadeza-

 

Suspiró de forma pesada y se dejó caer sobre uno de los sofás de la sala.

 

-¿Algo divertido?- se cuestionó al tiempo que fijaba su fría mirada en el cielo de la habitación- Me pregunto cuánto tiempo ha pasado desde que realmente me divertí por última vez-

 

A pesar de que acababa de pasar un rato agradable realmente le costaba dejar de pensar en todo lo que había ocurrido hace apenas unos pocos días. Quizás si se detenía a analizar los hechos podía darse cuenta que era una persona muy irresponsable, pues aunque todo aquel ajetreo había terminado por ponerle los pelos de punta y de paso dejándolo al borde de un colapso nervioso, estaba plenamente consciente que el causante no era nadie más que él mismo.

 

-Vaya mierda- pensó tratando de aclarar la cantidad enorme de interrogantes y ansiedades que había en su cabeza- Vamos, solo se ha  tratado de dos discusiones, no puedo ser tan imbécil-

 

Por más que Law intentaba luchar contra esos amargos sentimientos lo cierto era que las cosas no era tan simples como él las intentaba ver. Bueno después de todo aquellas dos grandes discusiones, como bien se había dado cuenta, le habían dejado en claro que las decisiones apresuradas no terminaban en nada bueno. Quizás ya era momento de ir pensando en un retiro del modelaje y su inevitable inserción en el mundo de la salud.

Sacudió la cabeza tras imaginarse aquello y poniéndose de pie, rápidamente se precipitó a la ducha. Probablemente el agua fría terminara por congelar aquellas ideas locas… al menos por esa noche.  



A la mañana siguiente, y tras haber dormido profundamente producto del cansancio, el sonido de su móvil  lo sorprendió aún adormilado.

 

-Diga…-

-Zoro ¿Dónde demonios estás?- se oyó la voz de Nami-

-En casa… mierda me he quedado dormido…-

-¿Es que acaso ustedes se ponen de acuerdo para no venir? !¿Puedes creer que nadie ha llegado?!- reclamaba al tiempo que el peliverde daba un bostezo-

-¿Qué?... ¿Qué hora es?-

-Ya son cerca de las 11 y nadie se ha dignado a aparecer-

-Lo siento, en verdad no escuché la alarma. Voy enseguida-

-!Y más vale que te des prisa!-

 

Tras colgar se abalanzó a la ducha rápidamente, dejando caer un chorro de agua fría en su espalda.

-Vaya ajetreo…- pensó mientras sacudía su cabello húmedo con una toalla- Supongo que no alcanzaré a comer nada-

 

Salió del cuarto de baño, tan presuroso como cuando hubo entrado, y se precipitó a la mesa en busca de sus llaves, ya dispuesto a marcharse, no sin antes dirigir una tímida mirada a Sanji quien dormía plácidamente.

 

Gracias al cielo el metro se encontraba desierto lo cual hizo el viaje mucho más agradable. Lo cierto era que apenas salió de casa pudo notar el aire más frío que de costumbre, señal de que aquel cálido verano ya estaba por terminar, dejando a su paso la llegada de un otoño mucho más fresco.

 

-Quizás ya sea tiempo de traer una cazadora al trabajo- se dijo a sí mismo al sentir una fría brisa acariciar sus brazos desnudos-

 

En cuanto puso un pie dentro de la agencia se percató del caos que ahí había. En primer lugar por la cantidad de armarios transportables que habían dispersos por ahí así como también las numerosas y enormes cajas apiladas, que no hacían más que entorpecer el caminar, y en segundo lugar por el ir y venir de los muchos trabajadores que en esos momentos se encontraban organizando ese desastre.

Luego de evadir unos cuantos metros de desorden pudo distinguir a lo lejos a Nami, quien caminaba de un lado para otro  mientras revisaba lo que parecía ser una planilla.

 

-Buenos días Nami, lamento la tardanza- exclamó al acercarse, completamente dispuesto a recibir la reprimenda del día-

-!Buenas tardes querrás decir!- respondió un tanto cabreada- está bien, al menos te dignaste a aparecer… nadie más ha llegado y mucho menos me ha llamado. !Siento que esto es el colmo!- se quejó al tiempo que extendía al peliverde una planilla-

-No sé qué decir… la verdad no tengo idea qué habrá pasado con los chicos-

-No hay necesidad de decir nada, no es como que sea la primera vez que lo hacen… pero juro que los mataré cuando los vea. Por ahora te agradecería si pudieras ayudarme con esto-

-Sí, por supuesto. ¿Qué debo hacer?-

 

Nami comenzó a avanzar en dirección a la entrada de la agencia al tiempo que indicaba a Zoro los enormes camiones aparcados en el estacionamiento.

 

-Cargar estas cajas, más bien ayudar a cargarlas y verificarlas. Estamos despachando nuestra  colección de otoño/invierno hacia las grandes tiendas y la temporada de verano para las zonas más cálidas-

-Ahhh así que de eso se trata todo- pensó sorprendido al ver la cantidad de cajas que serían enviadas-

-No te molestaría con esto si no fuera estrictamente necesario… realmente no es como que corresponda que lo hagas, sin embargo y como puedes ver estamos cortos de personal- se disculpó Nami, pues sabía que aquellas tareas no le atañían a Zoro- Luego de esto vamos a ir a revisar las colecciones de otoño en las que vas a trabajar y de paso firmarás el contrato con dos diseñadores-

Zoro pareció marearse con tanta información.

 

-Está bien, no es problema para mi ayudarte con esto- respondió y esbozó una sonrisa, causando un gesto de sorpresa en su jefa- Apenas termine vamos a ver lo demás-

-¿Acaso esa fue una sonrisa?- se cuestionó, pues no recordaba haberle visto sonreír antes-

 

Un tanto perpleja ante la amabilidad de Zoro se limitó a responderle con una sonrisa.

 

Ya pasaba el mediodía y Trafalgar Law seguía enredado en sus sábanas. Parecía ser que era la primera vez que escuchaba su móvil sonar tantas veces en un solo día, para su mala suerte no era algo que quisiera que ocurriese, sin embargo era lógico después de haber faltado a la agencia y no haberse justificado. A pesar de que se suponía seguía con días libres por el tema de la golpiza, Nami le había solicitado encarecidamente que fuera a firmar unos cuantos documentos para la campaña de otoño y no obstante ahí se encontraba, acostado en su enorme cama tal y como cuando despertó a eso de las 9 de la mañana.

-Soy un desastre…- se dijo a sí mismo mientras cambiaba el canal de la tv- Tsk… y ni una mierda en la televisión, me pregunto porqué me molesto en encenderla- se reprochó a la vez que la apagaba y se levantaba en busca de un tazón de cereal-

 

Sentado en el sofá de su sala, con las cortinas bajas y un radiante sol intentando invadir la habitación, sintió una extraña ansiedad comenzar a invadirle. Si pasaba otro día más encerrado en casa sentía que iba a enloquecer, necesitaba salir a algún lugar.

-Ni puta gracia quedarme otro día aquí…- murmuró al observar a su alrededor-

 

Aunque aún estaba a tiempo de hacer acto de presencia en la agencia, el hecho de ir y toparse con todos esos idiotas (incluyendo a Doffy) no le significaba un agrado en absoluto. Aún más huraño que de costumbre, intentó hacerse el ánimo y vistiendo ropa holgada se encaminó a la bahía. Estaba seguro que un rato de caminata podría liberar su tensión.

 

Mientras salía tomó su móvil y escribió a Ace. Si no tenía intenciones de permanecer en casa durante el día, mucho menos las tendría durante la noche. Dejó un mensaje al pecoso y ya sin más retraso caminó hasta la calle.  

 

Hacía muchísimo tiempo que no salía a caminar en la playa. Si bien aún los días eran soleados, la fresca brisa que corría a esas horas le hizo sentir que el verano ya estaba por terminar.

 

-Bien… espero que este paseo me ayude- pensó y comenzó a avanzar por la pesada arena, distinguiendo a duras penas el final de la playa-



Justo en esos instantes Sanji se encontraba recostado sobre aquel viejo sofá que hacía las veces de cama de Zoro.

Las tardes transcurrían  lentas y aburridas, y aquella no era la excepción. Completamente solo, intentaba concentrarse en las páginas de uno de los libros que el estúpido marimo había comprado para él, pero a decir verdad estaba tan aburrido que de no ser por el inesperado gesto de regalárselo, se lo habría tirado por la cabeza, o al menos de eso intentaba convencerse, pues en el fondo sabía que había sido un detalle  muy amable de su parte... o al menos esas palabras intentaba ocupar porque realmente y siendo muy honesto el hecho de que se hubiera tomado su tiempo en escoger libros para él le hacía sentir extraño. Sí… bastante extraño, tanto así que una sensación desconocida se apoderaba de su estómago cada vez que recordaba la expresión que puso al entregárselos.

Intentó pensar en otra cosa y haciendo a un lado el grueso libro, se dedicó a observar el techo. Parecía ya haberse acostumbrado a las manchas de humedad, incluso comenzaba a ver formas en ellas y hasta se había atrevido a ponerles nombres. Hacia la derecha y cerca de una ventana estaba la mariposa, una extraña forma abstracta que extendía algunas líneas curvas las que se semejaban a las alas de una mariposa; justo encima de su cabeza estaba el castor, un simpático animalito cuya cola se hallaba texturizada en parte por la humedad en parte por la pintura descascarándose lo cual terminaba creando la ilusión de una cola rugosa; y finalmente y la que más de una carcajada le había sacado era Law, una mancha cuyas formas se ubicaban de tal manera que parecía tratarse de un semblante serio coronado por una serie de ovalos y circulos que lo adornaban, dando la impresión de ese ridículo sombrero que el supermodelo solía usar. Rió ante esto último y entonces desvió la vista hacia la puerta.

 

¿A qué hora llegaría el marimo? ¿Se tardaría mucho más?

A veces el estar sin su compañía se le hacía sumamente monótono, convirtiendo la espera en su única entretención. No era como si lo extrañara, para nada… o quizás hasta cierto punto sí, !pero nada más porque era su asistente y como tal debía permanecer a su lado!

 

En ese momento el sonido del móvil le distrajo de sus pensamientos. Se trataba de Ace.

 

-Hola, diga-

-Hola Sanji, ¿Cómo estás?- le saludó amablemente-

-Pues… supongo que bien- admitió, causando sorpresa en el pecoso-

-Ya veo… que alegría-

Hubo un momento de silencio.

-No llamabas solo para saber como estoy, anda, ve al grano de una vez-

-Jajajaja como siempre tan directo. Bueno en parte llamaba para saber cómo estás y además aprovechar de recordarte que mi boda será dentro de unos días y espero de todo corazón que puedas asistir-

-¿Tu boda dices?... no recuerdo haber sido invitado formalmente-

-Pues si mal te recuerdo te envié tres invitaciones a lo largo de los meses, de todas formas no las necesitas para ir, ya sabes que para mis amigos las puertas de mi casa siempre estarán abiertas-

-¿Acaso la boda será en tu casa?- preguntó un tanto extrañado-

-No, es un decir- rió- Bien espero asistas y no te preocupes por el regalo que no es ese tipo de ceremonias-

-Muy bien… una boda sin presentes, vaya clase. Lo pensaré… no prometo nada pero de todas formas recibirás mis felicitaciones-

-Gracias Sanji… ahh a todo esto Marco quiere hablar contigo, le cederé la llamada. Hablamos, adiós-

 

Un tanto extrañado ante la interrupción se aprestó a escuchar la información. Más le valía a ese abogado tener un avance de su caso, pues aquella maldita investigación le estaba costando un dineral, y bueno lo peor de todo era que se trataba de !dinero que aún no tenía!

 

-Buenas tardes señor Vinsmoke-

-Marcos, hola. Espero tengas novedades-

-Precisamente por eso lo llamo. Asumo que para usted serán buenas noticias-

-Cuéntame de qué se trata- respondió expectante-

-Pues bien, he logrado armar las piezas del rompecabezas y descubrí el origen de todo este embrollo. Déjeme comenzar haciéndole una pregunta… ¿le es familiar el nombre de Vergo Haki? (N/A: no se me ocurrió mejor apellido xD)-

 

Sanji casi estalla en furia al escuchar ese nombre.

 

-!Por supuesto que sí! No me digas que ese imbécil está detrás de todo esto-

-Pues lamento decirle que en gran medida sí que lo está. No precisamente con su nombre pero sí con el de una de sus tantas compañías. Tal parece ser que aquel sujeto es un maestro de la estafa-

-!Lo sabía! !Lo sabía! Espero entonces que se pudra en la cárcel-

-Sería lo ideal, pero lamentablemente los juicios y las investigaciones toman su tiempo. Por mi parte ya he avanzado un buen trecho y apenas termine de juntar los antecedentes presentaré el caso a la corte-

-Eso suena a corto plazo… de todas maneras quiero una solución lo más pronto posible-

 

Del otro lado de la línea Marco frunció el ceño. ¿Acaso ese sujeto era idiota o qué?, de no ser porque estaba invirtiendo todo su tiempo en el caso y porque Ace se lo había rogado, normalmente todo aquel lío demoraría meses en resolverse. Lo que él había avanzado en dos agotadoras semanas, para cualquier otro cliente le habría tomado alrededor de tres meses. Suspiró e intentó armarse de paciencia.

 

-Por supuesto señor Vinsmoke… créame que estoy trabajando arduamente en ello-

-Eso espero… no sabes lo insoportable que ha sido toda esta situación para mi- exageró al tiempo que se ponía de pie y caminaba en dirección a la ventana-

-Puedo imaginarlo. Pero no se preocupe, le prometo que todo va muy bien encaminado-

-Perfecto, entonces estaré atento-

-Hasta luego, espero verlo en la boda- mintió, ganándose una sonrisa de parte de Ace-

-Sí, quizás. Adiós- exclamó y cortó la llamada-

 

Ya estaba, al menos aquella noticia le había puesto de buen humor. Aunque por una parte estaba furioso al comprobar lo lejos que había llegado Vergo con tal de verlo fracasar, por otra parte el hecho de que la prisión fuera una posibilidad para aquel imbécil, le hizo sentir feliz.

 

-Ya quiero verte tras las rejas idiota...jajajaja- rió al imaginar al millonario siendo detenido-

 

Guardó el móvil en el bolsillo del pantalón de chándal que Zoro le había prestado, el cual por cierto ya no se quitaba, y observó la vereda de enfrente. A esas horas la calle se encontraba desierta, con apenas un coche pasando cada una hora. Tanto silencio le hacía sentir demasiada calma y aquello a veces terminaba por deprimirle.

 

Ya eran casi las 3 de la tarde cuando sintió su estómago rugir. Buscando algo que cocinar comenzó a pelar patatas y unas cuantas cebolletas mientras el vapor del agua hervida empañaba los vidrios. En apenas un rato preparó un delicioso pastel de verduras, el cual sacó del horno presuroso para dejar enfriandolo junto a la ventana.

 

-Esto se ve realmente bien. Me pregunto a qué hora llegará este idiota, de seguro tendrá mucha hambre- se dijo y sin pensarlo tomó su móvil y marcó el número del marimo-

 

-Cejillas hola, ¿Qué ocurre?- contestó Zoro-

-Eh hola hola… si ocurre que yo, bueno yo.. Yo me preguntaba ¿A qué hora llegarás?- respondió tratando de aclarar su garganta-

-¿Cómo? Lo siento no escuché, hay un poco de interferencia-

-¿A qué hora llegarás?-

-¿A qué hora llegaré? ¿Dónde?-

 

Sanji frunció el ceño.

 

-!Pues acá! !A tu casa!-

-¿A qué hora llegaré a casa?-

-!Eso mismo te estoy preguntando!- gritó cada vez más molesto-

-!Tsk! no me grites cejillas. No lo sé-

-¿Cómo es eso que no sabes?-

-Supongo que en un rato. ¿Por qué? ¿Me extrañas?-

 

Las mejillas del rubio comenzaron a arder.

 

-Por… Por supuesto que no…- contestó con la voz entrecortada y rápidamente colgó-

 

¿Qué demonios se creía ese estúpido marimo? ¿Él extrañandolo? !debía ser una broma!

Retiró torpemente el pastel del lado de la ventana, y producto de un ligero temblor en sus manos terminó por quemarse el dedo.

 

-!Agh! Maldita sea… que torpeza- se quejó, dejando el pastel sobre la mesa y yendo a remojar su mano bajo el chorro de agua fría-

 

Luego sirviéndose una porción, no menor, se sentó a comer. Aún estaba caliente y para empeorar su rostro también se encontraba acalorado. Frunció el ceño y dio un primer bocado.

-Yo extrañarlo a él… jajaja ese marimo si que es un idiota- pensó-Además lo veo prácticamente todos los días, hasta podría decir que me aburre tener que lidiar con sus estupideces-

 

Con la vista fija en el sofá recordó las muchas veces que solía espiar al idiota ese mientras leía dándole la espalda. Realmente nunca se imaginó que le gustara leer, aunque se tratara tan solo del periódico no había dejado de sorprenderle. Lo que más llamaba su atención era la forma en que acercaba su rostro al papel, como si eso le permitiera entender mejor lo que ahí había escrito. Rió ante esto último, sin embargo justo en esos instantes una posibilidad cruzó por su mente:

¿Podía ser que quizás el marimo tuviera problemas de visión?

Un tanto inquieto ante esto intentó hacer memoria de todas las veces que había visto a su asistente leer algo pero no lograba recordar con exactitud.

-Vaya problema- pensó preocupado- supongo que tendré que preguntarle… aunque de todas formas es asunto suyo-

 

Tras haber terminado de comer, se dirigió al lavaplatos y luego de echar a correr el agua tomó una esponja y comenzó a frotarla con cuidado por la superficie de los trastos. Su dedo aún ardía como mil demonios y eso que apenas se había quemado. Maldijo por lo bajo.

El sonido de la puerta abriéndose estrepitosamente casi le hace sufrir un infarto.

 

-!Hola!-

-!AGHHHH! ¿Eres idiota o qué? !casi haces que me de un ataque!- reprochó aún nervioso y con las manos llenas de espuma-

-Jajajajaja lo siento cejillas, no fue mi intención- se disculpó Zoro mientras se acercaba a observar el humeante pastel de verduras sobre la mesa- Vaya… esto luce realmente delicioso-

Sanji no pudo evitar sonrojarse.

-¿Es del baratie?- inquirió, con la obvia intención de cabrearle-

-!Ah! !Que molesto eres!-

-Lo siento, lo siento… es broma. ¿Puedo comer no es así?-

-Sí… !pero debes servirte tu mismo!- exclamó y dándole la espalda siguió con su labor- A todo esto… ¿Por qué tan temprano?-

Zoro dirigió entonces su mirada a Sanji. Por alguna razón aquella pregunta y el hecho de que vistiera aquel horrendo pantalón de chándal se le hizo ligeramente tierno.

-Pues… me vine antes porque pensé que necesitabas algo- respondió dando un bocado al pastel y sintiendo el exquisito sabor expandirse por su boca-

 

Sin poder evitarlo nuevamente las mejillas del rubio se ruborizaron, sin embargo al estar de espalda Zoro no pudo notarlo.

 

-Eh… eh… ah sí, sí, bueno no- contestó con su voz tropezando cada vez más en su garganta-

-¿Qué dices?-  

-Nada… solo quería saber a qué hora llegabas para guardarte algo de comer-

-¿Guardarme? ¿Acaso te ibas a comer todo este pastel tú solo cejillas?- le preguntó de forma socarrona-

-!Por supuesto que no!... es solo que… solo yo pensé que tendrías hambre- dirigió una mirada de reojo al peliverde, quien ni siquiera se había tomado la molestia de servirse en un plato-!Qué haces comiendo de la fuente!-

-Jajajaja para qué ensuciar más platos si puedo comer aquí mismo-

-Eres un … arg… !no tienes modales!- le reprochó y secándose las manos con un viejo paño de cocina se sentó frente a él- ¿y bien?-

 

Zoro arqueó una ceja.

 

-¿Y bien qué?-

-!Pues el pastel!-

-Ahhh sí ¿Qué tiene?-

-!¿Cómo está?!- gritó fastidiado-

-Uhmm… no está mal- dijo mientras saboreaba-

 

El rubio frunció el ceño y desvió la mirada a la ventana, sin poder evitar que a Zoro se le escapara una sonrisa.

 

-Idiota, está delicioso- terminó por admitir-

-¿De verdad lo crees?-

-Claro, no tendría sentido mentirte. Gracias-

 

Su antes ya acalorado rostro ahora se encontraba ardiendo.

 

-No… no lo digas como si lo hubiera hecho para ti-

-Muy bien, entonces gracias por cocinar para ti mismo y dejarme las sobras-

-!No son sobras!, era más de la mitad del pastel y te la has comido toda-

-Pues claro, para eso es ¿no?-

-Sí… supongo-

El silenció reinó durante algunos minutos.

 

-Marimo…-

-¿uh? ¿Qué ocurre?-

-Quisiera… esto yo me preguntaba… quiero saber si tú ti..e..tie.. Tienes- murmuró con dificultad- Me preguntaba si tú tienes algún problema en tus ojos…- dijo finalmente mientras se sentaba y fijaba su vista en el rostro de su asistente-

 

Un tanto extrañado ante aquella pregunta no pudo hacer más que fruncir el ceño.

 

-¿Problemas a los ojos? ¿Qué clase de problemas?-

-!Ya sabes! Miopía, astigmatismo y toda esa clase de enfermedades-

-Eh...no lo sé, de todas formas por qué me lo preguntas-

Sanji se sobresaltó al escuchar aquello. ¿Por qué le importaba? Además si recordaba aquel detalle le había sorprendido mientras pensaba en el estúpido marimo y eso no era aceptable por ningún motivo. Se reprochó a sí mismo e inventando una excusa rápidamente se limitó a responder:

 

-Ehhh pues… me pareció verte forzar la vista anoche-

-No lo sé. Realmente nunca me lo había planteado-

-!No puedes ser tan irresponsable! Es tu salud después de todo-

-Supongo que tienes razón-

-De todas formas es algo que debes resolver ahora-

-No creo tener nada extraño en los ojos-

-Por supuesto que lo tienes, no es normal que fuerces tanto tu visión-

-¿Y qué demonios sabes tú sobre eso? ¿Además de modelo eres también médico?-

-Claro que no, solo te estoy advirtiendo que te preocupes más por tí mismo. Cuando quedes ciego quiero verte rogar por mi ayuda-

-Jajajajajaja ¿Es una broma? Como puedes ser tan exagerado- rió Zoro mientras se ponía de pie y caminaba hasta el lavaplatos-

-¿Yo exagerado? ¿Me dices exagerado cuando solo te estoy intentando ayudar?-

-No necesito tu ayuda porque no estoy ciego-

-No digo que estés ciego solo digo que fuerzas la vista-

-No es así-

-!Sí! !Lo es! !Te he visto hacerlo miles de veces!-

-¿Miles de veces? No me hagas reír cejillas. No tengo ningún problema. Puedo ver bien de cerca y a lo lejos-

-¿Ah si? Entonces demuéstralo-

-Muy bien- dijo Zoro mientras observaba a su alrededor- Ese tazón que está junto a tu cama… se lee café y tiene el dibujo de un grano de café- exclamó complacido-

-¿Es una broma? Jajajaja no puedes ser tan imbécil. Ese tazón no cuenta, lo conoces, obviamente sabes lo que dice-

-Pues entonces el libro que está en el piso. Se lee “Arabasta” y en su portada se ve la fotografía de un desierto-

 

Sanji permaneció en silencio.

 

-Supongo que está bien. Pero ¿qué hay de objetos más cercanos?-

-Ocurre lo mismo, no tengo dificultades-

-¿Y cómo lo compruebas?...-

-uhmm…-

Permaneció pensativo por unos segundos hasta que sin previo aviso se acercó hasta el rubio dejando ambos rostros a escasos centímetros.

-¿Qué… pero qué crees que haces marimo?- preguntó mientras sentía su pulso comenzar a acelerarse ante tanta cercanía-

-Puedo ver claramente que tus ojos son celestes con algunos pequeños puntos azules-

-Pe...pe… pero... -

-Ah y tus pestañas son un poco más oscuras que tu cabello, pero no llegan a ser negras-

 

Sintió que sus rodillas flaqueaban y su antes ardiente rostro probablemente ahora había comenzado a incendiarse. !¿Por qué mierda ese tonto se acercaba tanto?!

Zoro esbozó una sonrisa y se apartó unos cuantos centímetros.

 

-¿Por qué estás tan rojo?-

 

Aquella pregunta casi le hace desmayar.

 

-Por… porque… pues !por tu culpa! No es como que sea normal que de un momento para otro alguien se te acerque tanto! es decir estabas muy cerca, no me gusta que se me acerquen de esa manera, aún si eres mi asistente no tienes el derecho y yo aunque sea supermodelo no tengo por qué soportarlo…-

 

Aquella enredadera de palabras apenas pudo ser procesada por el peliverde, quien arqueando una ceja solo se pudo limitar a responder:

 

-Ehhh está bien…. Lo siento, no quise incomodarte-

-Tsk… no jueges conmigo marimo- le reprochó ladeando la cabeza-

-Pero al menos ¿se te quitó esa loca idea de mi “problema a la vista”?

-Sí… quiero decir está bien-

 

La forma en la que Sanji apoyaba su mano llamó la atención de Zoro, quien al observarla con más detalle cayó en la cuenta de lo inflamado que se encontraba su dedo.

 

-Oye cejillas ¿qué te ocurrió en el dedo?-  

-¿Eh? ¿Esto? Nada, no es nada….-

-¿Nada? Déjame ver…- exclamó al tiempo que tomaba con delicadeza la mano del rubio-

-¿Qué haces?- dijo Sanji sintiendo un escalofrío por todo su cuerpo-

 

Viendo más de cerca se percató que se trataba de una pequeña ampolla.

 

-¿Te quemaste? ¿Te duele mucho? ¿fue en la estufa?- preguntó sin poder ocultar la preocupación en su semblante-

-Ehh no, quiero decir me quemé en la estufa pero está bien, ya pasará-

-Jajajaja ¿Lo dices en serio? ¿cómo es que no estás llorando?-

-¿AH? ¿Qué cosas dices?… no voy a llorar por algo así. Sólo fue un accidente de cocina, nada más- dijo al tiempo que quitaba su mano de entre las de Zoro-

-Está bien, está bien. Solo era una broma. Déjame poner una venda ahí-

-!No! Déjalo así, no tienes por qué meterte en mis asuntos-

-¿Ah? ¿Pero de qué estás hablando?... no seas idiota, iré a buscar esas vendas. Ya vengo- rápidamente se puso de pie y caminó en dirección al baño-

 

¿Por qué diablos ese marimo idiota se preocupaba por él? Es decir era parte de su trabajo, pero por alguna razón lo que eso provocaba en su interior le estaba haciendo sentir muy incómodo… o al menos de eso intentaba convencerse porque hasta cierto punto un agradable hormigueo en su espalda se apoderaba de él cada vez que Zoro se portaba amable.

Al cabo de un rato el peliverde regresó cargando lo que parecía ser un pequeño botiquín.

 

-¿Te duele mucho? No mientas cejillas…-

-!Ya te dije que no!-

En un gesto bastante tosco Zoro le apretó el dedo causando un sobresalto en el rubio quien dejó escapar un grito.

-!Me duele! !¿Por qué hiciste eso?!-

-Porque te conozco, sé la clase de mentiroso que eres-

-Tsk… entonces apresúrate y hazlo de una vez. Arde como mil demonios-

-Muy bien-

 

A pesar de que las manos de Zoro eran ásperas, la sensación de calor que emitían envolvió por completo sus delgados dedos. Con la vista fija en la operación que su asistente realizaba se limitó a seguir el paso a paso.

-Me pregunto qué hará… ahh con que lava sus manos, al menos es consciente de la importancia de la higiene-pensaba al tiempo que ponía atención a cada detalle- Y ahora que planea…-

-¿Te dan miedo las agujas cejillas?- inquirió mientras limpiaba con delicadeza el dedo inflamado-

-No, ¿por qué lo preguntas?-

-Por nada- dijo al tiempo que tomaba una aguja, la limpiaba con alcohol y posteriormente con la ayuda de un encendedor la quemaba-

 

Rápidamente y sin previo aviso presionó su dedo, perforando de esta manera la piel para drenar el líquido.  

 

-!Que asco!- gritó Sanji al observar el fluido escurrir-

-Que exagerado eres- dijo Zoro mientras limpiaba con ayuda de una gasa- muy bien ahora te pondré una venda. ¿Sigue doliendo?-

-No, es decir ya no duele tanto-

-Menos mal- esbozó una sonrisa y con mucho cuidado comenzó a vendar el dedo-

 

Aunque Zoro se observaba tranquilo la cabeza de Sanji era una maraña de emociones. Por una parte se encontraba nervioso, por otra sorprendido, por un lado feliz y por otro lado preocupado, vamos ¿de qué se trataba toda esa mierda?

Tragó saliva e intentando calmarse se concentró nuevamente en la labor del peliverde. Cayó en la cuenta de que el color de piel del marimo le recordaba a esos deliciosos pastelillos de canela que tanto le gustaban.

Dándose una bofetada mental al pensar aquello permaneció en silencio.

 

-Está hecho. Ahora debes cuidar de no mojar la venda hasta la noche cuando la cambiemos de nuevo- explicó y alzó su mirada, encontrándose con la del rubio quien le escuchaba atentamente-

 

No supo si fue la luz del atardecer que en esos instantes envolvía la habitación o simplemente un detalle que había pasado por alto, pero lo cierto era que ese momento y por primera vez Sanji se percató de lo brillantes y cálidos que lucían los ojos de Zoro. Un tanto pasmado ante aquel gris templado se sorprendió a sí mismo observando cada detalle que había escondido en su mirada, y en los que nunca antes se había fijado.

-¿Ocurre algo cejillas?-

Tragó saliva y desviando la vista rápidamente respondió:

 

-No,no, está muy bien… gracias- repentinamente se puso de pie y torpemente avanzó hasta el colchón, donde se dejó caer y tomando el grueso libro que yacía junto a su cama intentó retomar su lectura-

-De nada…- respondió un tanto confundido ante las extrañas reacciones que había tenido Sanji ese día-

 

A eso de las siete de la tarde abrió los ojos un tanto desorientado. Producto de la lectura había terminado por dormirse con el libro aún entre sus manos y sin podido haber avanzado ni un maldito capítulo.

Un tanto adormilado y con las sábanas estampadas en su piel caminó hasta la cocina. ¿Dónde demonios se había metido ese idiota?

 

-¿Mariiiimoooo?- inquirió extrañado pues no recordó haberlo sentido salir-

 

Sin darle más vueltas al asunto pensó por un momento en que prepararía para cenar. El almuerzo había sido bastante contundente así que probablemente con una ensalada bastaría. Tomando unas cuantas zanahorias y unos pocos tomates se apresuró al mesón. Justo en esos instantes la voz de Zoro le sacó de su aletargamiento.

 

-Así que ya despertaste-

-Ah con que ahí estabas, ¿qué demonios haces afuera?-

-¿Qué clase de pregunta es esa? Suenas como una madre…-

 

Sanji frunció el ceño.

 

-!Claro que no! Solo preguntaba-

-Pues estaba entrenando un rato-

-¿Entrenando qué?-

-Fútbol-

-¿Fútbol? No me digas … jajaja vaya quién lo diría-

-¿A qué te refieres?- dijo al tiempo que saltaba la ventana y entraba en la casa-

-Nada, solo nunca pensé que jugarás algo-

-¿Acaso está mal?-

-!¿Por qué piensas que todo lo que digo es criticándote?!- exclamó a la defensiva-

 

Un tanto sorprendido ante aquella respuesta le observó con curiosidad.

 

-Bueno pues… porque siempre solías hacerlo-

-Eso no es…- se interrumpió a sí mismo al recordar todas las veces que se había burlado de él o le había reprochado. No pudo evitar sentir algo de remordimiento- Bueno… eso quizás era antes, pero en !este mismo instante no lo es!-

-¿Eh? Bueno si tú lo dices… de todas maneras ¿hay algo de comer?-

-!No! Si quieres comer hazlo tu mismo, tú no me das órdenes-

-Muy bien… con permiso- dijo al tiempo que tomaba una cacerola-

-!¿Qué crees que haces?!-

-Pero si acabas de decir que…-

-!Largo! !Yo haré la cena!-

-Jajajaja está bien… ¿necesitas ayuda?-

-Por supuesto que no-

-Entonces estaré sentado en la mesa…- indicó y alejándose rápidamente tomó un periódico y comenzó a hojearlo-

 

Sin muchos ánimos trozó las zanahorias y el tomate, luego lavó unas cuantas hojas de lechuga y añadiendo sal y especias sirvió la ensalada en una fuente.

 

-!Que rico está! No puedo creer que hasta las verduras queden con este delicioso sabor…- exclamó Zoro-

 

Un tanto ruborizado el rubio respondió:

 

-No sirve de nada que me adules marimo-

-¿Ocurre algo?- preguntó extrañado al observar a su jefe un tanto cabizbajo-

-Nada… es solo que.. Solo que…-

-¿Solo que…?-

-!Ya dije que nada!-

-Muy bien…-



Luego de cenar y pasado un rato Zoro rellenaba una sopa de letras del periódico de ese día mientras Sanji le observaba tumbado desde el sofá.

 

-¿Qué demonios haces ahí?- le preguntó un tanto irritado-

-¿uh? ¿esto? Pues es una sopa de letras- respondió sin despegar la vista del papel-

-¿Es una broma? No puedo creer que tengas esos gustos de anciano- rió burlonamente, ganándose una mirada reprobatoria de parte del peliverde-

-¿Y qué? Al menos me divierto mientras tú no estás haciendo nada en absoluto-

-Estoy descansando, además parte de tu trabajo es mantenerme entretenido y creeme que no lo estás logrando marimo- se quejó al tiempo que estiraba sus brazos- Tengo ganas de jugar fútbol, ¿no tendrás ese balón por ahí?-

 

Zoro arqueó una ceja.

 

-¿Fútbol? ¿Tú?-

-!¿Por qué me miras así?! ¿Cúal es el problema?-

-Ninguno, solo que me sorprende que alguien como tú practique eso-

-¿A qué te refieres con alguien como yo?- le miró con el ceño fruncido mientras se ponía de pie y caminaba hasta la mesa, dispuesto a encararle- ¿Acaso me crees un enclenque?

-Eh… pues bueno no quería decirlo pero…-

-!¿AH?! ¿Qué mierda te crees tú?

-Jajajaja solo bromeaba. Si eso deseas entonces ve al jardín. El balón está en el patio- sentenció sin despegar la vista del papel-

-¿Quien te crees que eres? Dame eso- dijo al tiempo que le arrebataba el bolígrafo de la mano- !No pienso jugar solo!-

-Oye pero qué mierda haces…- irritado se puso de pie y siguió al rubio quien había saltado la ventana rumbo al jardín- Cejillas… devuélveme eso…-

 

En ese momento vio la pelota venir a toda velocidad en dirección suya, esquivándola a duras penas.

 

-Jajajajajaa !rayos casi te di!- reía a todo pulmón el rubio-

-Eres un… tsk…. ¿Así que quieres jugar? Prepárate porque terminarás magullado por completo-

-¿Me quieres  asustar marimo? JA! No me hagas reír… ven con todo, estoy preparado-

 

Esbozando una sonrisa se precipitó a recoger el balón, el cual en cuestión de segundos pateó con fuerza hacia donde se encontraba Sanji, quien ágilmente logró atraparla y devolverla con aún más intensidad.

 

-Vaya, vaya… así que sabes de qué estamos hablando-

-!Por supuesto! ¿Por quién demonios me tomas idiota?-

-Jajajajaja bien, admito que me has sorprendido. Entonces no me contendré-

-¿Intentas asustarme?-

 

Zoro caminó hasta quedar a escasos centímetros suyo.

 

-No, intento hacer que te diviertas- sonrió



A pesar de que había sido un día productivo y estaba bastante cansado, lo cierto era que su humor parecía haber mejorado en gran medida. En primer lugar por el larguísimo paseo que dio por la bahía y en segundo lugar por la deliciosa cena que tomó solo y en calma en un bellísimo restaurante frente al mar.

Sin embargo su ánimo en esos momentos se encontraba enfocado en tan solo una cosa: salir a beber y divertirse como hacía antes de meterse en todos esos problemas idiotas.

 

-¿Y entonces qué harás Law?, lamento no poder acompañarte- exclamó Ace al otro lado del móvil-

-Está bien, no te quisiera meter en problemas con Marco. De todas formas no tengo muy claro qué hacer, supongo que en un rato decidiré dónde ir-

-Muy bien. Debo dejarte… la cena no se calienta sola- dijo Ace mientras caminaba rápidamente a encender el horno-

-Hablamos-

-Si vas a salir ten cuidado-

-Gracias por preocuparte por mí. Estaré bien. Buenas noches-

-Buenas noches-

 

Suspiró de forma pesada. Observó la ciudad comenzar a cobrar esa vida nocturna que tanto envidiaban otras urbes. Los autos con música a todo volumen corrían presurosos por la autopista rumbo a las distintas discotecas y bares que había por doquier, bellas mujeres hacían larguísimas filas para entrar al casino mientras otras tantas ya comenzaban a prepararse para el jolgorio nocturno mientras el permanecía acostado en el sofá.

Por un momento dudó si salir o no. No era como si el destino de aquella noche fuera el fracaso, por el contrario, un supermodelo como él era bien recibido e invitado a cualquier lugar y por toda clase de personas, no obstante el problema era que no estaba convencido de salir sin compañía digamos… conocida.


-Hasta para estos asuntos soy un idiota- se reprochó- Muy bien… no pienso quedarme aquí. Quizás en Dressrosa me tope con alguno de los chicos… en estos momentos hasta tengo paciencia para Cavendish-pensó y ya sin darle más vueltas al asunto tomó sus llaves y se precipitó a la puerta-

Notas finales:

Me pregunto donde va Law... 

 

Besos!!!


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