Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pink Cocktail por LovingTales

[Reviews - 234]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Trabajo muy duro como una esclava (8)... y todo para no hacerlas esperar

Hola mis amadas!, espero estén todas bien y pasandolo de maravilla. Aquí vengo otra vez a actualizar llena de esperanzas e ilusiones en que lo disfruten xD!

Siento que esta vez si se me ha pasado la mano con el capi, pues al parecer es el más largo hasta ahora así que espero no se aburran :(

Muchas gracias a todas y TODOS (porque me gustaría que hubieran hombres también xD) quienes leen esta historia, y de nuevo mil gracias a quienes me dejan sus reviews... me hacen tan feliz!

Un beso y nos leemos en el próximo.

En el capítulo anterior....


Zoro se esforzó en observar mejor y logró distinguir que se trataba de dos hombres jóvenes con una linterna.


-¿Crees que están por aquí?-


-Sí… si no es aquí estarán a unos cuantos metros-


Nuevamente el peliverde hizo un esfuerzo y esta vez logró identificarlos. Se trataba de conocidos… ¿Ace y Law?, ¿acaso estaba soñando?


-¿qué hacen ustedes acá?- preguntó Zoro mientras salía de entre los arboles-


Ambos jóvenes casi saltan de la impresión, no obstante al ver a Zoro cargando al rubio en su espalda sonrieron.


-Ves Law te dije que estaban aquí…-


 


-----------------------------------------------------------------


Capítulo 8


 


-¿Qué hacen ustedes aquí?- preguntó Zoro tratando de no parecer asustado frente a los demás-


-Hemos venido a buscarlos, me alegro de verlos bien- sonrió Ace-


A juzgar por la facha de Ace se notaba que estaba disfrutando al máximo aquella situación, llevaba puesta apenas unas bermudas y zapatos, mientras su torso estaba completamente desnudo.


-¿Cómo lograron encontrarnos?- el peliverde parecía cada vez más perplejo-


-Al principio no tenía puta idea de donde podrían haberse metido… luego escuchamos un grito de Sanji y el resto es historia-


-Ya veo… me alegro de que nos hayamos encontrado, la verdad es que me estaba empezando a preocupar por este…- señaló a Sanji-


-¿Qué le pasó?- preguntó Law con curiosidad-


-Uhmmm según él se fracturó el pie, aunque a juzgar por lo que vi es solo un esguince, nada grave-


En ese momento el rubio abrió los ojos y observando a su alrededor se percató que ya no estaban solos, aunque seguían en aquel tenebroso sitio.


-¿Ehhh? ¿Qué mierda hacen ustedes aquí?- fue lo primero que exclamó al notar de quienes se trataba-


-Hola Sanji… veo que estás realmente mal- dijo Ace en un tono burlón mientras golpeaba con su codo a Law-


-¡Qué dices pecoso de mierda!... todo ha sido por culpa de este idiota que tengo por asistente-


-Ese “idiota” como le llamas te salvó la vida, de no ser por el aun seguirías tirado en algún lugar de este bosque- replicó Ace mientras se acercaba a Zoro y tomaba al rubio por las costillas bajándolo con cuidado-


-¿Qué crees que haces?... además ¿por qué estás semi desnudo?-


-Jajaja, deja de preguntar tantas cosas… Trafalgar va a examinar tu pie-


-Cierto, olvidé que este idiota es médico-


-Ya quédate quieto- dijo Law mientras se acercaba al pie de Sanji y lo palpaba con cuidado-


-¿Y bien, qué crees que le ha pasado?- preguntó con curiosidad el pecoso-


-Es un esguince, aun así está muy hinchado, por esta razón no puede caminar bien. ¿Cómo te hiciste esto?-


-La verdad preferiría omitir esa parte… además lo único que tengo en mente es en salir de este lugar y fumarme un cigarrillo-


-Siempre con tus vicios Sanji… bien chicos es hora de volver, ni se imaginan cómo está de preocupada Nami- señaló Ace- Zoro descansa por un rato, yo cargaré al rubio-


Dicho esto los cuatro comenzaron a caminar de regreso al sendero, que dada la experiencia de Ace en aquel sitio, no tardaron en encontrar. Lo cierto era que nunca habían estado tan lejos como ellos pensaban, según lo que el pecoso les comentó apenas se habían alejado unos 2 kilómetros, y eso para la extensión que aquel parque tenía era muy poco.  Tardaron alrededor de 2 horas en volver al mirador desde el cual habían salido, a eso de las 05:20 estaban de vuelta en el estacionamiento.


Sanji hubiera dado un salto de felicidad, de no ser por su pie, al ver la van estacionada y a Nami alumbrando con una linterna cada cierto rato.


-¡Chicos!- se escuchó como gritaba la pelinaranja mientras bajaba del vehículo para recibirlos- ¡Están bien! Gracias al cielo…-


-Bien Nami, te dije que los encontraría- exclamó Ace mientras bajaba a Sanji y lo cargaba, ahora entre sus brazos, hacia dentro de la van-


-¡No sabes lo preocupada que estaba!- la pelinaranja se abalanzó sobre Ace abrazándolo con fuerza-


-No te iba a fallar mandarina, te dije que confiaras en mí- sonrió el pecoso mientras le revolvía con suavidad el cabello-


-Chicos, menos mal han vuelto- dijo Robin ayudando a cargar las cosas de los demás y ofreciendo vasos con chocolate caliente para los recién llegados-


Luego de abrigarlos con una bebida caliente y reconfortante, y de estar todos arriba de la van, emprendieron el camino de regreso con la aurora delante de ellos y la oscuridad de la noche detrás, en aquella montaña.  


El viaje fue ameno, los rayos del sol se filtraban por el vidrio volviendo cálido el ambiente. Todos dormían excepto Nami y Robin que iban sentadas delante, bebiendo café de vez en cuando. Les tomó alrededor de 3 horas llegar a la agencia, donde para su sorpresa mucha gente les estaba esperando.


-¿Qué es todo ese escándalo que se ve afuera?- preguntó Robin a su amiga mientras miraban con curiosidad-


-No quiero ni saberlo… aunque sospecho que alguien corrió con el rumor-


-¡A mí no me miren!, yo estuve con ustedes todo el tiempo- interrumpió Caesar a la vez que comía una galleta-


-¡Caesar! Estabas despierto… espero que no tengamos problemas-


-Tranquila Nami, fue todo un accidente, estas cosas suelen ocurrir y además lo más importante es que nadie resultó lesionado… por lo menos de gravedad. Así que no hay nada que temer- Robin se estacionó y dicho esto soltó el freno de mano- Vamos a descansar, han sido dos días intensos-


Efectivamente ninguno había podido dormir bien, en primer lugar dada la inquietud y preocupación por sus compañeros y en segundo lugar porque los asientos de aquel vehículo eran realmente incómodos.


Para suerte de todos era semana de campaña y los días lunes solían comenzar las actividades a eso de las 18:00 horas. Esto ocurría generalmente porque se trabajaba los domingos todo el día, y para recuperar las horas extras que los empleados habían realizado, Doffy les pagaba un bono y además suspendía las actividades de la mañana para que comenzaran en la tarde. A nadie parecía molestarle aquella medida. No obstante fuera de la empresa había algunos trabajadores que se acercaron apenas vieron a Nami bajarse.


-Señorita Nami ¿es cierto que tres supermodelos se han extraviado en la montaña?-


-Vamos todos, porfavor tranquilícense… no es cierto, sólo sufrimos un retraso por una falla del vehículo, nada más que eso… así que no insistan con este tema-


-Pero están los modelos bien, anoche no dejaron de sonar los teléfonos…-


-Como les dije están todos bien- sonrió Nami tratando de bajar el perfil a la situación-


De pronto una voz conocida exclamó:


-¡Nami gracias al cielo estas bien!- se trataba de Perona- Doffy quiere verte ahora mismo-


La pelinaranja tragó saliva y aparentando tranquilidad avanzó con una sonrisa hacia el edificio, siguiendo a Perona quien parecía histérica corriendo.


Mientras en la van Robin se ofreció a llevarlos a todos, no obstante Zoro optó por bajarse en la agencia para encontrarse con Luffy, quien según le habían contado, el día anterior se fue en el furgón del equipo de cocina donde permaneció comiendo todo el bendito viaje. Trataría de dormir en la sala de los supermodelos para recuperar energía, siendo honesto estaba agotado.


Los demás fueron llevados a sus hogares por Robin donde debían llegar a dormir y regresar a la agencia a las 17:00. Ace cargó a Sanji hasta su apartamento donde lo acomodó en aquella enorme cama y se comprometió a pasar por el a las 17:00. Apenas el pelinegro cerró la puerta, Sanji cayó en un pesado pero reparador sueño.


Por otro lado Cavendish y Bassil, quienes vivían en el mismo edificio, se bajaron y habiéndose despedido de todos se dirigieron a  descansar, al igual que Caesar quien al llegar a su enorme casa fue recibido por su esposa (N/A: QUIE? XD). Al detenerse la Van en el edificio donde Law vivía el pecoso optó por bajar con su amigo y acompañarlo, mientras que Robin volvía a la agencia.


-Gracias por acompañarme… la verdad hace mucho que no vengo a mi piso-


-Tranquilo Law, ya dije que no te dejaré solo en esto-


El moreno sonrió. Pasaron por la conserjería donde Law guardaba una copia de llaves e inmediatamente subieron por el ascensor al piso 19 donde estaba el departamento. Para su alivio la llave parecía funcionar perfectamente abriendo la puerta sin problemas, no obstante cual fue su sorpresa al entrar y ver la televisión encendida, un montón de cajas apiladas y un embriagante aroma a café saliendo de su cocina.


-Pero qué mierda…- exclamó casi en un murmullo y temiendo haberse equivocado de puerta. No obstante abrió bien los ojos y comprobó que se trataba de su piso-


Ace también miró extrañado y aún más cuando vio a una mujer salir de la cocina con una cafetera en sus manos.


-¡Buenos días chicos!, les estaba preparando desayuno-


-¿Baby5? ¿Qué haces aquí?, ¿Cómo rayos entraste?-


-¡Law!, lo siento por haber tenido que forzar tu puerta- exclamó la mujer mientras servía la mesa- Doffy me envió…-


-Ahhh ¿y por qué si es que se puede saber?-


La mujer hizo una seña y apuntó la pila de cajas.


-Son tus cosas… me pidió que las trajera… supongo que puedes imaginarte la razón-


Nuevamente Law comenzó a experimentar aquella presión sobre su corazón, sin embargo la mano de Ace en su hombro lo calmó.


-Sólo debo pedirte discreción con este tema… aunque creo que está demás decírtelo- añadió la mujer- Y bueno estando aquí no pude evitar ordenar y limpiar… no te imaginas la cantidad de polvo que había- sonrió-


El moreno suspiró.


-Muchas gracias por ayudarme… me alegra que te hayas acordado de mí y mi desorden-


-¡Por supuesto! Aunque espero que regreses pronto a la mansión, aunque no lo creas todos nos encariñamos contigo… pero bueno eso es otro tema, ¡ahora siéntense y esperen que traigo las tostadas!- exclamó mientras volvía a la cocina-


-Ese Doffy… cada vez siento que descubro algo peor de su persona-


-Al menos envió a alguien y no tiró tus cosas a la basura…-


-Sí, supongo… al menos tuve suerte de que fuera Baby5- rio el moreno despacio-


-Ni que lo digas- respondió risueño el pecoso mientras daba el primer sorbo a aquel delicioso café-


Mientras tanto en la oficina Doffy se encontraba nervioso. Estaba sentado en su escritorio y fingía revisar noticias en internet, aunque no hacía nada más que pensar en Law. La noche anterior un rumor se había esparcido en la agencia y llegó a sus oídos causándole una angustia que le fue muy difícil de disimular, después de todo había sido un día intenso.


El domingo por la mañana se levantó de pésimo humor, ni siquiera quiso desayunar aunque para disimular su molestia se excusó con que sufría dolor de cabeza. Ojalá aquellos problemas que tenía pudieran reducirse a eso… dejó su habitación preparada, sin rastro de Law, y se dirigió al aeropuerto en busca de su esposo. Cuál fue su sorpresa al notar que éste no venía solo, junto a él nada más y nada menos caminaba su asistente, un tipo realmente molesto llamado Daz Bones.


Se abrazaron con fuerza, era realmente extraño sentir a Crocodile nuevamente en sus brazos, su cuerpo fornido y alto… era tan distinto a Law. Aun así no pudo negar que extrañaba sentir aquellos fuertes brazos apretándolo en un intento desesperado por no dejarlo ir jamás.


-Te extrañaba amor mío...- susurró Crocodile a Doffy mientras se abrazaban-


-Y yo aún más… te amo- fue la respuesta del rubio a su esposo y lo besó despacio en aquellos delgados y pálidos labios-


Se subieron al auto y Doffy indicó a su chofer que antes debían pasar al casino. Al parecer Crocodile debía resolver unos asuntos antes de poder descansar, y para ello había traído a su asistente personal, quien lo reemplazaría durante algunas reuniones. El rubio esperó por alrededor de 30 minutos hasta que volviera su esposo, y esta vez sin aquel tipo que, valga decir, no le inspiraba confianza alguna.


Luego de eso llegaron a la mansión donde todos los empleados le daban la bienvenida y felicitaban por su regreso. Formalidades y más formalidades. Doffy informó a la gente de cocina que saldrían a comer así que no prepararan nada para ellos, aunque esto último fue una excusa para que nadie se atreviera a interrumpirlos, después de tanto tiempo separados tenían mucho de qué hablar.


-Al fin estoy en casa… si es que puedo llamar a esta mansión hogar, después de todo he vivido más tiempo en el casino-


-No digas esas cosas, esta es tu casa… nuestra casa. ¿Qué tal estuvo el viaje?-


-Uhmmm… cansador, comida asquerosa… lo de siempre-


-Cada vez más exigente… espero te guste el lugar donde iremos a cenar-


-Antes de hablar de cena… quisiera hablar de entrada…- exclamó el más joven, tomando a Doffy del cuello de su camisa y jalándolo fuertemente contra él, para luego montarse en sus caderas-


El rubio lo miró sorprendido y excitado a la vez. Tanto tiempo había pasado sin verlo que aquellas reacciones de su esposo estaban más que olvidadas, y ahora que las volvía a sentir podía explicar cómo mierda todo volvía a la normalidad cuando estaban juntos.


Sin pensarlo dos veces acercó su rostro al del menor y aprisionó su boca en un beso tan desesperado que podría haberlo hecho sangrar.


-Doffy… Doffy- jadeaba Crocodile al sentir como su esposo comenzaba a besar su cuello- Extrañaba esto…-


-Y yo te extrañaba a ti-


Inicialmente Doffy se encontraba algo arisco y no había pensado en tocar siquiera a  Crocodile por lo menos hasta la noche, sin embargo este último parecía necesitarlo con desesperación provocándole de tal forma que el rubio se olvidó por completo de su molestia, angustia y cualquier otro sentimiento negativo que hubiera experimentado antes.


Ambos dieron rienda suelta a sus deseos y al poco rato gemidos de intenso placer hicieron eco en aquella enorme habitación. El cuerpo desnudo de su esposo cubierto por sudor y aquella expresión placentera era suficiente para hacerlo perder la razón. Doffy en esos momentos solo pensaba en un hombre: Crocodile. Cualquiera que haya pasado por su cama antes, en esos momentos quedó en el olvido, incluyendo a Law. Por su parte aquel hombre pálido parecía a punto de llorar, aunque apretaba su garganta con fuerza para no hacerlo en ese momento. No era que no disfrutara, tampoco era por dolor, más bien estaba tan feliz que Doffy siguiera siendo el mismo con él aun después de tanto tiempo sin verse. Sentía cómo el rubio lo penetraba cada vez más adentro, estaban tan cerca el uno del otro que sus respiraciones golpeaban sus rostros volviendo aquellos jadeos cada vez más intensos hasta que ambos no aguantaron más y llegaron al clímax no sin antes susurrar sus nombres.


Doffy cerró sus ojos y cayó rendido sobre el cuerpo de Crocodile. Ambos estaban agitados y sus cuerpos llenos de sudor. Cuando el mayor se disponía a besarlo notó como algunas lágrimas caían de esos ojos ambarinos e iban a parar a aquel cuello desnudo.


-¿Qué ocurrió mi vida?, ¿te he hecho daño?- preguntó Doffy preocupado-


-No Doffy, no es eso. Es sólo que estoy tan feliz de verte… pensé que moriría si seguía más tiempo lejos de ti-


El rubio se sorprendió y nuevamente aquel maldito sentimiento de culpa lo invadió. Se sentía una basura, ¿cómo había sido capaz de engañar a su compañero de toda la vida?, realmente le era complicado controlar sus impulsos. Aun así una parte de él no se arrepentía, puesto que lo más probable era que Crocodile lo supiera y también él lo hubiera estado engañando. De todas maneras aquel hombre maduro y tan poderoso expresándole sus sentimientos era una imagen enternecedora. Se acercó a él y lo rodeó con sus brazos.


-Ni te imaginas lo feliz que estoy mi amado- sonrió- pero al fin estamos juntos… creo que te secuestraré para que no vuelvas a ese maldito casino- exclamó el rubio mientras dejaba a Crocodile bajo sus fuertes brazos-


Por su parte aquel hombre menor lo miraba con devoción. Aunque ya habían pasado muchos años desde que estaban juntos, nunca había dejado de sentir lo mismo que sintió cuando lo vio la primera vez en el casino de su padre. Habiéndole llamado la atención su altura y físico, cuando se  hubo acercado y vio su rostro, quedó prendado de aquellos hermosos ojos celestes con una mirada tan extraña que nunca podía adivinar lo que estaban pensando. No obstante los años habían transcurrido y ya había aprendido a conocer a aquel impredecible rubio, muchas veces y sin que él lo notara sabía lo que pasaba por su cabeza, aunque prefería guardárselo para no incomodarlo.


Volvió a perderse en aquella mirada que le recordaba el cielo que solían observar cuando eran jóvenes y se sentaban en las colinas afuera de la ciudad para huir del bullicio de aquel maldito casino que lo ataba por el resto de sus días. Después de haber estado amándose durante horas, ambos entrelazados cayeron en un profundo sueño, del cual Doffy despertó más tarde producto de su móvil sonando. Se levantó presuroso a contestar y según le informó alguien de mucha confianza, había ocurrido un problema en Reverse Mountain y Law estaba perdido en la montaña. Casi cae de espaldas al escuchar el nombre del moreno mientras que una mezcla de angustia y preocupación de apoderaba de él. No obstante tenía que disimular lo ocurrido, y aunque sonara extraño, para suerte suya el moreno no era el único extraviado, también lo estaba Sanji y el chico nuevo Zoro. Al menos su nerviosismo podría ser justificado.


-¿Ha ocurrido algo en la agencia?- preguntó Crocodile al verlo colgar la llamada-


-Sí, más bien en el parque… Al parecer se perdieron algunos de nuestros chicos-


-¿Los modelos?-


-Así es… venga vamos a cenar, tendré que ir a la agencia de inmediato-


-Está bien, iré a ducharme-


Ambos hombres se apresuraron en vestirse e ir al restaurante en el cual tenían reserva a las 22:00 horas. Por más que Doffy estuviera preocupado, realmente no podía hacer nada desde ahí, así que optó por cenar tranquilamente y disfrutar la velada aunque tuviera el corazón en la mano. Crocodile no pareció darse cuenta de nada, puesto que no hizo ninguna pregunta y tampoco dirigió aquellas miradas calculadoras que Doffy conocía tan bien, no obstante llegaron a la agencia y al rubio se le hizo más difícil disimular su preocupación.


-Cálmate Doffy, de seguro Nami podrá resolver la situación…- trató de animarlo su esposo mientras le servía un café-


-Lo sé, lo sé… aun así estoy molesto con ella… ¿por qué mierda no me avisa? Está mal tener que enterarme de las cosas por otras personas, se supone que ella es mi mano derecha-


-Lo sé y por eso mismo creo que la entiendo… lo más probable es que no quiera que te preocupes, además tú le dijiste de mi llegada hoy y de seguro no ha querido arruinarnos la velada-


-Sí, lo sé… a veces me cuesta entender su lealtad-


-Tranquilo amor mío, ya verás que por la mañana todo se soluciona- sonrió-


-Gracias-


Y así ambos hombres permanecieron durante toda la noche en la agencia, esperando por alguna noticia que nunca llegó. Crocodile optó por volver a la mansión lo cual era totalmente entendible después de aquel agotador viaje, mientras que Doffy permaneció a la espera.


A eso de las 08:00 Perona llamó a su puerta para informarle que la van con los supermodelos había llegado a la agencia.


-Dile que suba inmediatamente- se limitó a decir-


Minutos más tarde la pelinaranja se encontraba en la puerta. Lucía realmente mal, estaba despeinada, ojerosa y nerviosa. Sintió ternura por aquella chica, pero antes de cualquier cosa debía saber qué demonios había pasado en Reverse Mountain, y más importante aún, si Law se encontraba bien.


-Nami… me alegro que estén todos bien-


-Se… señor…- exclamó Nami con nerviosismo- sí, estamos todos  bien gracias al cielo-


-No quiero reprenderte Nami, pero ¿qué pasó? Y ¿por qué no me avisaste?-


La pelinaranja no pudo hacer más que bajar la vista.


-Los chicos se perdieron… Sanji, Zoro y Law. Al parecer se alejaron del sendero para sacar fotos y luego no pudieron regresar. No quise alarmarlo a esas horas, por eso no lo llame-


-Nami… siempre te preocupas de no molestarme y al final termino enterándome de todo por otras personas... ¿Los chicos están ilesos?-


-Sí, nada grave. Sanji fue el único que sufrió un esguince en su pie pero según nos dijo Law luego de revisarlo de aquí a mañana ya estará mucho mejor y podrá caminar-


Law… aquel nombre lo hizo sobresaltarse. Algo no entendía muy bien, ¿por qué Law se había perdido con ellos?, sonaba poco creíble… quizás el moreno se había enterado de la llegada de Crocodile e intentó llamar su atención. Sí, de eso debía tratarse todo, pensaba al tiempo que se ponía de pie y abrazaba a la pelinaranja.


-Está bien dulce mandarina… lo importante ahora es que estén todos bien- sonrió revolviéndole el cabello, que ya estaba bastante desordenado-


-Perdóneme señor, realmente no quería mentirle… es sólo que no quería arruinar su velada-


-Lo sé y por eso te perdono… ahora cuéntame una cosa… ¿Puedes ir y llamar a Sanji?-


-Sanji está en su casa-


-¿y Zoro?-


-Al parecer también-


-¿Qué hay de Law?-


-Todos fueron despachados por Robin, les dijimos que vuelvan a las 17:00 para la sesión de esta tarde-


-Ya veo… entonces hablaré con ellos más tarde- sonrió esta vez forzadamente-


Quería ver a Law y preguntarle en qué demonios estaba pensando cuando se le ocurrió perderse. No obstante tendría que esperar a la tarde y si es que podía hacerlo, puesto que lo más probable era que Crocodile le hiciera compañía. Debía esperar el momento indicado y no perder la calma.


Mientras tanto en el piso de Law, Baby5 se había marchado ofreciéndole su ayuda a Law cuando quisiera. Ace permanecía ahí sentado en el sofá mirando televisión y riendo de vez en cuando. El moreno parecía aliviado con la presencia del pecoso, no sabía muy bien si eran amigos, conocidos o simplemente ex novios, pero agradecía de todo corazón estar con él en ese momento.


-Ace creo que iré a dormir-


-¿quieres que me vaya?- preguntó el pecoso poniéndose de pie-


-No, no para nada… de hecho iba a pedirte que te quedes-


-Por mí está bien- sonrió y volvió a sentarse en el sofá-


-Bien estaré en la habitación, cualquier cosa me despiertas-


Law entró en su cuarto, al parecer Baby5 había pasado la aspiradora, limpiado los vidrios y cambiado las sábanas, aquella mujer estaba loca pero Law le había tomado mucho cariño. Se desplomó sobre su cama, olía como a las sábanas de Doffy, probablemente Baby5 las había lavado antes de ponerlas. Cerró los ojos y se durmió poco rato después. Todos en la agencia sabían que Law sufría de trastornos de sueño herencia de su paso por la facultad de medicina años antes de convertirse en supermodelo. Lo que pocos sabían era que el moreno había logrado terminar aquella difícil carrera para poco tiempo después entrar al mundo del modelaje.


En sueños sintió un peso extra caer sobre su cama y acto seguido unos brazos rodeando su cintura. Despertó confuso y se volteó a ver.


-¿Qué haces aquí?-


-Lo siento… iba al baño y estaba la puerta abierta… no pude evitar entrar-


-¿Qué hay de tu boda?... y aquel sujeto… ¿Cómo es que se llama?-


-¿Marco? Jajaja no pasa nada, mi boda no se cancelará por abrazarte-


-¿acaso dormir con tu ex novio no cuenta cómo engaño?-


-Uhmmm creo que no, además él no sabe que tú eres mi ex novio-


-¿Nunca se lo contaste?-


-No… preferí omitir esa parte de mi pasado, sólo sabe que estuve con Smoker-


-No sabía que habías estado con aquel sujeto…-


-Prácticamente no sabes nada de mí desde que nos alejamos-


-Es cierto… ¿Cómo es Marco?- preguntó Law intrigado-


-Es un poco más alto que yo, rubio con piel bronceada ojos azules… es un tanto mayor-


-¿Cuántos años?-


-20 años-


-¡¿20 años?! Y así decías que Doffy es un vejete… además si lo piensas tenemos gusto similar-


-Jajajaja no lo había pensado- rio Ace-


-¿Lo amas?-


-Sí… lo amo. Aunque sabes, es algo extraño, muchos creerían que por lo que estoy a punto de decir debo estar enfermo, aun así realmente lo amo-


-¿A qué te refieres?... ¿decir qué?-


-Decirte que me muero de ganas por besarte una vez más-


Law permaneció inmóvil y sonrió a los pocos segundos.


-Creí que era el único que estaba sintiendo eso….-


-No, creo que ambos lo sabemos, sólo que habíamos evitado cualquier instancia… aun así, y aunque estemos solos en esta habitación, no podemos hacerlo-


-Lo sé, no podríamos detenernos después-


-Lo mismo pienso… probablemente terminaríamos haciendo el amor salvajemente como antes y eso ya sería un engaño- señaló el pecoso dejando caer su cabeza en el pecho de Law-


-Agradece que tengo respeto por tu relación o ya me habría lanzado a atacarte, no quiero arruinar una segunda vez tu vida-


-Lo sé, aun así no hay engaño si te abrazo y permanezco cerca de ti una última vez- dijo casi en un susurro-


-Supongo que no…-


-Gracias Trafalgar…- Cerró sus ojos y se durmió mientras Law sonreía-


 Mientras tanto en la agencia Nami se encontraba duchándose en los camarines, aun sobresaltada por todo lo ocurrido el día anterior. Con su cabello cubierto por una toalla y su cuerpo con una bata rosada se sentó en las bancas de aquella habitación buscando en una maleta qué ropa podía ponerse. No había tenido tiempo de ir a su apartamento para buscar una muda limpia pero afortunadamente Robin tenía su oficina abierta y le dijo que sacara la ropa que quisiera, después de todo eran amigas y colegas y Nami solía vestir gratis la marca S.A.D. El  día prometía ser caluroso por lo que tomando un hermoso vestido floreado y sandalias de estilo hawaiano, y por supuesto luego de peinar su hermoso cabello, salió en busca de Perona. 


-¡Ay cielos Nami! Casi haces que me dé un ataque por la preocupación-


-Lo siento amiga, de verdad nunca quise preocupar a nadie…-


-¿Doffy fue muy severo?-


-Como siempre al principio trata de serlo y luego termina por suavizarse… a todo esto ¿viste a Crocodile?- preguntó casi en un susurro-


-Sí, lo vi… luce fantástico… creo que se conserva mejor que el jefe-


-Bueno no olvides que es unos cuantos años menor… me pregunto qué beben estos hombres para verse tan jóvenes- exclamó Nami largándose a reír con su amiga luego de pensar en el doble sentido que de esa frase se podía desprender-


-Me alegro que hayan llegado todos bien… ahora lamento decirte que tienes mucho trabajo-


-¿Ehh? Qué cosas dices Perona, ¿a qué te refieres?-


-Creo que lo olvidaste por completo… pero el pelirrojo volvió a llamar y los chicos de Repel ya han llegado a la ciudad-


Nami casi se desmaya al escuchar esto.


-¡¿Qué?!... pero cómo, ay por dios… lo olvidé por completo. ¿Has dicho que ya están en la ciudad?-


-Así es, pero tranquila que logré hacer una reserva en un hotel para hoy. La verdad tuve mucha suerte porque estaba todo lleno-


-¿Dónde los enviaste?-


-Me matarás cuando te diga pero juro que es lo único que estaba desocupado y Doffy me dijo que estaba bien-


-Ay no… no me digas que…-


-Sí… Hotel Mariejoa…-


Nuevamente Nami casi sufre un ataque.


-Terminaremos en la quiebra con tanto gasto de hotel… maldición el hotel más caro de la ciudad, ¿De veras no había nada en otra parte?-


-Lo juro por el cielo que no había nada más… aun así reserve las habitaciones de precio medio y lo mejor es que incluyen la cena-


-Gracias a dios… menos mal no se quedaran por mucho tiempo-


-Sí eso es una ventaja… pero puedes estar tranquila porque el jefe de finanzas me ha enviado un certificado de aprobación para el presupuesto… así que esos desgraciados no podrán hacer recortes de ningún tipo-


-Eso es un alivio… no quería que nadie se me viniera encima cuando les bajaran el salario. Bueno entonces tendré que ir a hacer acto de presencia a ese hotel. ¿Cuándo es la sesión de Injection Shot?-


-Está programada para el miércoles-


-Perfecto, tengo unos días para organizar todo mejor. Amiga antes de ir allá cúbreme, creo que necesito dormir al menos una hora-


-¡Claro! Si preguntan por ti diré que saliste al hotel-


-Gracias… ah y antes de que lo olvide ¿Puedes sacar una tarjeta de cortesía con 600.000 berries?-


-¿Eh? ¿A nombre de quién?- preguntó la secretaria sorprendida-


-De Zoro… ¡nos vemos en la tarde!-


-Bien, nos vemos amiga-


Nami se dirigió rápidamente a la sala de los supermodelos donde pretendía dormir tranquilamente sin embargo al entrar se encontró con Zoro tendido en uno de los sillones, durmiendo profundamente. Dudó si entrar o no, no obstante estaba tan cansada que fue inevitable echarse a dormir en el sillón de enfrente.


-Creo que a estas alturas realmente no me importa nada, si quiere puede roncar toda la tarde- se dijo Nami cerrando los ojos después de aquella jornada tan difícil-


Al mismo tiempo, en un barrio a las afueras de la ciudad, Sanji se encontraba acostado en su cama. Había despertado hacía un rato producto de una patrulla de policía que pasaba por la avenida de enfrente. Irritado se levantó a duras penas y arrastró hasta el  balcón de su habitación para ver por qué había tanto escándalo afuera, no obstante sin poder observar nada encendió la televisión.


Se trataba de un violento asalto al departamento de un importante político, lo peor era que aquel edificio se encontraba apenas unas dos cuadras más abajo y para empeorar aún más la cosa era el quinto asalto a edificios de ese sector. Sanji algo nervioso trató de tranquilizarse, su departamento estaba en el piso 5 por lo que era bastante  difícil para un ladrón ingresar… aunque según se comentaba los robos habían ocurrido hasta en pisos 20 por lo que la preocupación se apoderó de él. Buscó su tabaco y encendió un cigarrillo, su pie ya no dolía tanto así que podía caminar con lentitud. Tomó su móvil y buscó en internet una empresa que se encargara de instalar alarmas en departamentos y comenzó a llamar, no obstante todas se encontraban o sin productos, o sin técnicos de instalación o simplemente no las podían instalar dada la demanda que había crecido producto de aquellos infames robos al sector.


Sin saber muy bien qué hacer optó por comprar la alarma y llamar a un técnico particular. No era que temiera a los ladrones sino más bien temía que le robaran su ropa, joyas, dinero y todo lo de valor que tenía mientras se encontraba trabajando.


Miró la hora, era casi cerca de mediodía y se moría de hambre, había decidido esperar unas horas para la instalación de aquel costoso equipo de seguridad que tardó apenas veinte minutos en llegar a su puerta, mientras prepararía algo de comer. Cuando su almuerzo hubo estado listo se sentó a comer, solo como siempre aunque realmente no le importaba en lo absoluto o eso se decía a sí mismo para convencerse. Esa vez preparó espaguetis integrales con salsa de albaca.


Estaba delicioso, como siempre, solo que quizás por alguna vez en su vida le gustaría recibir un cumplido de alguien que no fuera él mismo. Mientras comía tomó su móvil y llamó a aquella empresa especializada en la instalación de equipos de seguridad no obstante le informaron que estaban ocupados por una semana y que si quería podía dejar su hora reservada.


-¡Que se jodan!- gritó irritado y marcó otro número y otro más recibiendo la misma respuesta-


Al final se sentía cabreado y además preocupado por sus cosas. Mirando a su alrededor comenzó a imaginarse que le robaban hasta los cuchillos de la cocina, sin embargo tanta paranoia le iluminó con una idea brillante. De seguro el marimo sabía instalar cosas, sí… lo llamaría y le diría que lo hiciera. Tomó su móvil y entonces recordó que aquel idiota no tenía celular.


-¡Cómo jodes marimo!- exclamó marcando el número de Nami-


-Aló…- se escuchó la voz de la pelinaranja llena de somnolencia-


-Nami… ¿estabas dormida?-


-Sí, me has despertado Sanji… ¿qué diablos quieres?-


-¿Eh? No me hables así, yo debiera ser el molesto aquí-


-¿A qué te refieres?-preguntó cabreada-


-Zoro no está cumpliendo su horario de asistente… y ¿sabes que es lo peor de todo?-


-Zoro está durmiendo por el amor de dios… te cargó toda la noche en su espalda, creo que debe descansar-


-Aun así necesito que tú le des un celular…-


-¿Qué cosas dices Sanji? ¿Un celular?-


-Sí!, ese idiota no tiene y no puedo comunicarme con él cuando necesito que trabaje-


-Está bien… es inútil discutir contigo… antes de eso ¿le dejas algún mensaje?-


-Sí, dile que debe venir a mi departamento de inmediato-  


-Está bien… nos vemos, no olvides que comenzamos a las 17:00-


-Adiós-


La pelinaranja se levantó del sillón y comprobó que Zoro aún permanecía durmiendo ahí. Se acercó y le movió el hombro para que despertase.


-Zoro… Zoro despierta…-


-¿Ehhh? ¿Qué pasa?- preguntó frotándose los ojos-


-Sanji me ha llamado, dice que debes ir de inmediato a su edificio-


-¿y qué diablos quiere que haga allá ese cejillas?-


-Pues conociéndolo no podría imaginarme… ven vamos, te llevaré en mi auto-


-Supongo que no hay de otra…-


Ambos caminaron en dirección al estacionamiento.


-Que auto más genial- exclamó Zoro- es como tu cabello-


-Sí… lo mismo dijo Luffy- sonrió Nami- bien entonces vamos dijo acelerando en dirección al edificio de Sanji-


Esta vez les tomó apenas 15 minutos llegar. Hacía un calor insoportable y Zoro vestía unos pantalones cargo y una camiseta blanca.


-Zoro cuando regreses a la agencia pasa por la oficina de Doffy, Perona te entregará algo-


-Está bien-


-Bueno hemos llegado… saluda a Sanji de mi parte y dile que solucionaré su petición de muy mala gana-


-Nos vemos, gracias por traerme- agradeció el peliverde mientras bajaba del auto-


-¡Por nada! Bye bye-


Entró a aquel intimidante edificio e informando al guardia que venía a ver a Sanji Vinsmoke éste realizó una llamada al rubio dejándole pasar sin más. Subió por aquel espacioso ascensor hasta tocar el número de puerta que le indicó el hombre en la entrada. Para su suerte sólo había dos puertas en ese piso por lo que no se perdió buscándola, una vez delante de ella tocó un timbre y la puerta se abrió automáticamente.


-¿cejillas?- preguntó con timidez al entrar mirando a su alrededor con sorpresa-


¡Aquel departamento era enorme! Todo el pasillo de entrada, que más bien era un hall, era del tamaño de su casa y al final se veía un enorme comedor, todo ricamente adornado con pinturas, esculturas y muebles en un estilo modernista.


-Cejillas… -


-¡HE DICHO QUE NO ME LLAMES ASÍ!... menos mal has llegado…-


-Ah hola… ¿qué quieres? Espero que haya sido urgente y no me hayas despertado por nada-


-Bueno eso lo decido yo, debes cumplir tu horario de asistente… recuerda que es lunes y ya son casi las 15:00-


-¿Qué dices? Eres un malagradecido… ayer te cargué todo la puta noche en mi espalda, creo que tenía derecho a descansar-


-Eso era parte de tu trabajo… además deja de parlotear y sígueme que te explicaré lo que debes hacer-


-¿Lo que debo hacer?- preguntó irritado-


Caminaron hacia la enorme mesa que el rubio tenía en su comedor. Era negra y de vidrio grueso rodeada por 8 sillas alargadas. Sobre ésta reposaba un enorme jarrón rojo y a un costado una caja abierta con lo que parecían ser piezas de algo.


-Compré esta alarma para instalarla en la puerta, aquí están las piezas debes hacerlo rápido porque Ace me recogerá a eso de las 17:00-


-Espera… detente cejillas, ¿me has dicho que soy yo quien debe instalar esa cosa?-


-Así es-


-¡Yo no sé cómo mierda hacer eso!... no seas tacaño y paga un técnico-


-¡No me llames tacaño!, he estado llamando toda la mañana y no hay nadie disponible-


-Entonces espera… yo no instalaré eso, no sé cómo hacerlo y no quisiera comenzar un incendio-


-Por eso no te preocupes… hay un manual dentro de la caja… yo iré a mi jacuzzi, nos vemos- Sanji hizo un gesto burlón y se internó en el largo pasillo que conducía a las habitaciones de aquel enorme piso-


-Ese idiota….- se dijo Zoro mientras escarbaba el contenido de aquella caja- veamos aquí está el manual… no entiendo muy bien cómo se arma pero seguiré las instrucciones-


Estuvo durante al menos diez minutos leyendo las instrucciones de cómo instalarlo. Según había leído aquel sistema de seguridad era inalámbrico y solía ubicarse en la puerta de entrada de las casas, debía ingresar su huella dactilar en un panel para que el lector la grabara y así cuando el dueño entrara a su hogar y la alarma se activara por movimiento, podría detenerla con tan solo su dedo en la pantalla. Era una tecnología bastante avanzada y parecía haberle costado una fortuna, así que con sumo cuidado la dejó sobre la mesa mientras observaba cuatro pequeños sensores que se instalaban en distintos puntos de la casa los cuales emitían una señal que llegaba al panel central en caso de que alguien irrumpiera de afuera hacia dentro la alarma se activaría. Además parecía que incluían diminutas cámaras que se conectaban al móvil de Sanji para que éste vigilara cuando quisiera su apartamento.


Zoro parecía confuso y se rascaba la cabeza de vez en cuando tratando de ver cómo diablos se instalaba aquella cosa. Se percató que funcionaba con unas extrañas baterías pero eso poco o nada le importaba. El rubio le pidió que instalara aquello y lo haría como supiera, ya veía él qué hacía si su aparato no funcionaba y le robaban todo.


Se dirigió a la puerta y poniendo la pequeña cajita sobre un mueble mientras buscaba la cinta de contacto para pegarla en la pared, grabó su huella dactilar en el panel para que no sonara cuando la instalara. Una vez  puesta todo parecía en orden así que se dispuso a repartir el resto de sensores por el piso. Primero fue al balcón y en una esquina puso uno mientras que el otro lo llevaría al balcón de aquella enorme cocina. Cuando estaba encaramado instalando aquella maldita cosa un aroma delicioso llegó hasta su nariz, al parecer venía de una olla la cual estaba sobre la estufa. Intrigado y hambriento a la vez levantó la tapa para ver de qué se trataba percatándose que era nada menos que espaguetis con salsa de albaca.


Sintió su estómago gruñendo y ya sin importarle mucho que el cejillas se enterara tomó un tenedor y comenzó a comer de la olla. Sus ojos se abrieron como platos al sentir aquel delicioso sabor en su paladar y no pudo hacer más que seguir comiendo. Aunque estaban tibios realmente era lo más delicioso que Zoro había probado en su vida, tanto así que hasta sentía que sus ojos comenzaban a lagrimar.


-¡¿QUÉ CREES QUE HACES CABEZA DE ALGA?! , ¿Acaso estás comiendo de la olla?- dio un grito Sanji al encontrarse con la escena del peliverde masticando animadamente y con un tenedor en su mano-


-Ehh sí… tenía hambre… esto está delicioso- exclamó con la boca llena-


-¿De… de verdad lo crees?- el rostro de Sanji cambió completamente, lucía sorprendido-


-Sí… es lo más delicioso que he comido en mi vida-


El rubio estaba sonriendo, olvidando completamente que su asistente se encontraba frente a él y comiendo de su olla.


-¿Tú crees que de verdad está delicioso?-


-Sí, te dije que esta delicioso- respondió el peliverde quien no paraba de comer- ¿Por qué estás tan feliz?, ¿acaso tú lo has cocinado?- inquirió al ver el rostro del rubio sonriente-


Al escuchar esto Sanji cambió su expresión… ¿Por qué mierda estaba sonriéndole a aquel idiota?, ¿acaso había tomado aquello como un cumplido? Después de todo era la primera vez que alguien probaba  su comida y más aún, que la halagaba. Experimentaba un extraño cosquilleo en su espalda, de esos que sentía cuando era pequeño y un adulto le felicitaba por algo. Aun así ese idiota estaba comiendo de la olla y eso a su parecer era asqueroso. Tratando de sobrellevar la situación y para que el cabeza de alga no descubriera su pasatiempo y se burlara exclamó:


-¿Qué dices marimo?... no no, yo no sé cocinar…. Esa comida la he comprado en un restaurante de por acá cerca…- su rostro lucía totalmente diferente y evitando cualquier contacto visual con Zoro, para que no descubriera que mentía, se dio la vuelta y sacó de su nevera una botella de zumo de naranja-


-Ya veo… está exquisito…-


-Bueno no queda más remedio que te comas todo… sírveme un vaso de esto… si quieres puedes beber también-


-Está bien- exclamó Zoro mientras tomaba la olla y la ponía en un mesón dispuesto sentarse-


-¡USA UN PLATO!  Por el amor de dios… como puedes comer así-


-No tengo tiempo… además así no ensucio nada-


-Como digas… después tendrás que lavar esa cacerola- exclamó Sanji mientras recibía el vaso que el peliverde le extendía-


-Oye si tú no sabes cocinar ¿por qué tienes esta cocina tan grande y llena de ingredientes y baterías?-


-Ehhh…- Sanji dio un respingo y pensando rápidamente dijo lo primero que se le ocurrió- Bueno en realidad es porque mi ex novia solía vivir conmigo y le gustaba cocinar-


-Ahhh entiendo… quisiera alguien que cocinara para mí- dijo el peliverde a la vez que terminaba de raspar los últimos espaguetis-


-Quizás algún día cuando dejes de ser mi asistente podrás contratar a alguien-


-Sería genial-


Por alguna razón ambos se quedaron mirando durante unos segundos hasta que Sanji reaccionó y exclamó:


-¿Terminaste ya de instalar mi alarma?-


-Aún faltan dos sensores… pero déjame decirte que…-


-Apresúrate… ya te dije que el pecoso estará acá a las 17:00-


-Está bien… -


Zoro se dispuso a continuar con su trabajo saliendo de la cocina en dirección a la habitación del rubio. Sanji se le quedó viendo durante un momento… ¿en qué rayos había pensado dejándolo comer de su comida y más aun de su olla?, realmente era algo insalubre aun así no podía evitar sonreír como un idiota. ¿De verdad era lo más delicioso que el marimo había probado en su vida?... quizás le estaba jodiendo aunque una parte suya no quería admitirlo, a decir verdad deseaba volver a escuchar que aquel idiota que tenía como asistente le repitiera aquello… pero no, no podía ir y preguntarle nuevamente o esta vez sería sospechoso.


Permaneció sentado en aquel mesón ubicado justo en medio de su cocina, miró a su alrededor viendo todos aquellos implementos que tanto adoraba utilizar cuando cocinaba. De pronto pareció iluminarse.  Él era de aquellas personas que tenía todo lo que quería y esta no sería la excepción. Volvería a escuchar a ese idiota halagándolo sin que supiera, y para ello se le había ocurrido una idea grandiosa. Invitaría al marimo al mejor restaurante de la ciudad como una supuesta forma de agradecerle por ayudarlo en Reverse Mountain y por la instalación de aquella maldita alarma.


Sí… era una idea fantástica, esa comida no se comparaba a la suya y el marimo lo notaría de inmediato. Sería música para sus oídos… nada podría resultar mal, después de todo él siempre tenía lo que quería. 

Notas finales:

Porfavor no odien a Doffy... sólo tratemos de entender qué ocurre en su complejo corazón xD.

¿Les gustó mi sistema de alarmas?, quizas exista alguno así... la verdad no tengo idea pero seguro sería costoso, aunque nuestro sanji lo puede pagar jajaja.

Me he estado preguntando cómo funcionaran las agencias de modelaje en la realidad pues me he inventado todo según como yo pienso que podría ser, y creo que en verdad sería genial xD

¿Trabajarían conmigo en Donquixote?... apuesto a que sí cuando supieran que estarían estos modelos!! *---*

Un beso y las amo :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).