Yo hubiera sido quien diría "si acepto" el que besaría los labios de mi esposo, quien bailara con él, quien partiera el pastel, quien dijera unas palabras de amor frente a todos, quien estuviera en una luna de miel con él, con el chico a quien amaba, pero pese a todo lo que hice, él siempre amaría a quien ahora era su esposo, incluso al final fui yo quien los ayudo a estar juntos, que patético ahora ellos tendrían su "vivieron felices por siempre" así es el amor o eso quiero creer.
Después de la boda estaba tan cansado emocional y físicamente que lo único que deseaba era llegar a mi departamento y dormir, dormir y más dormir.
Quizás las personas como yo no estábamos hechos para tener un final feliz y yo por ahora no lo quería, estaba completamente seguro de que siempre amaría a Naruto a pesar de que este solo me tratara como su amigo, estaba bien conformarse con eso ¿o no?
Mi nombre es Sai, mi familia...es un clan importante, tengo dinero y lo disfruto mucho, pronto cumpliré los 22 años, mi color favorito es el amarillo, me gusta el ramen, soy algo extrovertido, estudio por las mañanas la carrera de fotografía y en las tardes solo por distracción salgo a caminar para tomar fotografías y bueno lo demás lo conocerán después.
Al llegar a mi habitación cerré con seguro la puerta y sin más me tumbe en la cama boca abajo, cerré los ojos y por si fuera poco intente llorar para sacarme este mal sentimiento que apretaba mi pecho pero no podía, no era muy bueno en estas cosas quizás por eso Naruto nunca me hizo caso; apreté más fuerte mis ojos, no quería volver a pensar en Naruto, por hoy ya había sido mucho, tras pensar en varias cosas me quede dormido sin querer.
-Naruto...elígeme a mí, yo puedo hacerte feliz, yo nunca te aria sufrir como Sasuke lo hizo!
El rubio bajo la mirada y retrocedió unos pasos -lo siento Sai...yo jamás voy a amarte...amo a Sasuke y siempre lo are...
Sai en su interior sintió un dolor, no se explicaba cómo después de todo, Naruto amara a Sasuke -pero tú y yo...
Naruto interrumpió -Nunca existió un tu y yo...lo siento, me siento mal por haber jugado con tus sentimientos por darte una esperanza…solo somos amigos y yo me confundí con eso
El azabache se sentía mal con cada palabra que su rubio amor le decía; al menos entendió algo, solo había sido un remplazo chafa de Sasuke… como siempre sonrió y con la voz más actuada del mundo hablo -no te preocupes...entiendo- en realidad no entendía y quería irse cuanto antes -se feliz con él...
El rubio con sus ojos brillosos abrazo a Sai y lloro en silencio después de todo eran amigos, en un susurro le hablo al oído -te quiero Sai, te quiero como mi amigo…
Sai solo suspiro y abrazo al rubio -igual te quiero y espero que seas feliz...muy feliz...- susurro también, no quería soltar al rubio pero no había de otra.
Abrí mis ojos cuando la luz del sol entro por mi ventana, con dolor de cabeza me senté aun soñoliento en la cama y talle mis ojos –que flojera…que dolor…mejor vuelvo a dormir…púdrete mundo!- grite y volví a acostarme mientras jalaba mis cobijas como fuera, el punto era estar dormido aunque dormido igual soñaba con Naruto y su tonto esposo así que mejor me levante aventando las cobijas.
Al terminar de cambiarme Salí de mi habitación, yo vivía solo en un departamento que mis padres me habían dado pero presumía de que yo lo había pagado. Salí para ir a caminar y quizás comer algo, mi panza me pedía a gritos comida; fui a uno de los lugares favoritos de mi lista, era un diminuto parque donde las familias se reunían a pasar momentos agradables, era mi lugar favorito porque tomaba buenas fotos en ese lugar.
Cuando llegue compre un hot dog y me sente a comerlo en una banca libre de personas. Estaba dándole la segunda mordida cuando un hombre mayor me señalo y se acercó a mi casi corriendo; mire a todos lados pero era el único que estaba allí.
-¿eres fotógrafo no?- pregunto aquel hombre de cabello algo largo que amarraba en una coleta, su cabello era negro, sus ojos eran del mismo color, usaba un traje blanco y eso fue raro –¿sí o no eres fotógrafo?
-si…yo soy fotógrafo…¿Por qué?- pregunte algo tímido y eso que yo no era nada tímido.
-necesito un fotógrafo de último minuto ¿puedes ayudarme ahora mismo?
-claro pero no tengo mi cámara…
-no importa, dime dónde vives y te llevo
Enserio esto era muy raro, fruncí el ceño y me mordí el labio ¿esto era una broma? O quizás era un secuestro? –amn lo siento…
Aquel hombre me miro serio y luego se rasco la cabeza –no soy un secuestrador ni nada de eso, en serio necesito un fotógrafo…voy a pagarte
-disculpe, amn claro seré su fotógrafo por hoy
Aquel hombre sonrió aliviado y camino a el área de estacionamiento; sin más tire el hotdog y camine atrás de aquel hombre, me sorprendí de ver el gran auto lujoso que tenía, según mi padre su auto era el único en este país pero ya vi que no era cierto, había alguien con su mismo auto.
-sube- dijo el hombre y abrió la puerta, yo dude unos segundos y después subí al auto. Cuando él subió y se colocó el cinturón de seguridad me miro -¿Dónde es tu casa?
Yo lo mire, tenía bonitos ojos pero no era el momento de pensar en eso –vivo en la zona de los departamentos frente al…
Aquel hombre me interrumpió –no sé dónde es…solo dime con señas…
-oh amn claro…
Lleve aquel hombre hasta mi departamento, en cuanto llegamos subí rápido por mi equipo para tomar fotografías profesionalmente y baje aunque debo decir que dude en hacerlo pero que más podría perder?
Por el camino en el auto no hable de nada con aquel hombre, se le notaba nervioso y no tanto por la forma tan loca de conducir si no porque se mordía el labio y cada que podía se mordía las uñas.
En cuanto se detuvo baje del auto con mi mochila. La casa era una granja? En serio? Un hombre con un lujoso auto y un lujoso traje vivía en un lugar como este…vaya sí que la vida era loca.
-ven sígueme- tal como me indico lo seguí hasta una parte donde había un hermoso y frondoso árbol, bajo el estaban varias personas que al ver al hombre lo saludaron, creo que eran familia, sin perder más tiempo prepare la cámara, tome el mejor ángulo, en donde los rayos del sol se colaban por las ramas del hermoso árbol, en verdad que era precioso.
-estamos listos- dijo una de las personas, yo asentí y enfoque bien la cámara, el hombre que me había traído aquí, estaba a un lado de una mujer más o menos de su edad que cargaba un pequeño mientras besaba a otro hombre. Los demás hacían otra pose, había niños pequeños y unos más adultos, en fin tome la foto, más bien tome varias en diferentes poses que hacían, me divertí, me encantaba hacer esto.
Cuando termine aquel hombre se acercó a mí –que cantidad debo poner en el cheque?
Me coloque la mochila y lo mire –lo que usted crea conveniente
Aquel hombre arrugo su entrecejo y creí que se había molestado pero no era así porque después sonrió y me entrego un cheque –todo tuyo… te llevare a tu casa
Tome el cheque y sin mirarlo lo guarde en mi bolsillo del pantalón –gracias- cuando subí al auto, vi la forma en que se despedía aquel hombre de cada uno de los presentes pero hubo un momento donde pude ver que había amor, fue cuando se despidió de la mujer, eso era extraño.
Cuando subió al auto y condujo, lo mire de reojo y lo note triste, para hacer la plática le hable de fotografías un tema del cual era experto –disculpe las fotografías las debo entregar en esa casa?
El hombre negó –no, las fotografías son para mí, pasare por ella a tu casa en tres días ¿está bien?
-claro…- al no saber que más decir mire por la ventana del auto, después de un tiempo llegamos a mi departamento y antes de bajar del auto aquel hombre me dio un papel con su número celular.
-es por si hay algún inconveniente con las fotografías, solo cuento con cinco días en este lugar ok
Asentí y baje del auto pero antes de que se marchara me gire y le hice la seña de que bajara el vidrio de la ventana, cuando lo hizo metí mi mano –soy Sai y usted quién es?
El hombre sonrió y tomo mi mano –soy Shikamaru Nara
-mucho gusto- retire mi mano y entonces aquel hombre se marchó en su auto lujoso; camine a mi departamento para comenzar con mi trabajo, cuando entre y me tumbe en mi sillón saque el cheque y enarque una ceja cuando lo leí lo que estaba escrito –“CUANDO SEPAS CUANTO VALES ME LO HACES SABER”- enrolle el cheque en una bolita y lo lance al suelo, me había tomado el pelo? Bueno al menos lo vería en tres días para reclamarle y pedirle una buena cifra de dinero todo por hacerse el listo conmigo.
Sin saber porque presentía que algo estaba a punto de cambiar en mi vida y eso es lo que esperaba, al final de cuentas los que cometemos el error de enamorarnos de la persona equivocada también merecemos ser felices o al menos tener una oportunidad de intentarlo.