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Dios maldiga a los rubios por niky-cham

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Notas del capitulo:

Hola :)

Se que debia haber subido el capitulo ayer. Pero estoy de vacaciones y me fui a la playa, llegue en la tarde con una insolacion de muerte. Pero bueno... Sus comentarios me alegran la vida.

Muchas gracias a todos, por comentar, tenia muchas ganas de responder a todos, sin embargo no me fue posible. (Respondere los de esta semana si o si)

Como respuesta general para todas sus inquietudes, Este fic es SASUNARU, esta es la mejor pareja, la que mas me gusta y creanme que no la voy a cambiar, el cap anterior solo fue un pequeño capricho para darle emocion y drama a la cosa ;)

Muchas gracias y pasen a leer.

Capítulo 2: No te metas con Naruto.

Flechado, en ese momento comprendió por que le decían de esa manera al “amor a primera vista”, así fue como se sintió Sasuke en aquel instante, cuando los ojos celestes se clavaron sobre su persona y le debilitaron las piernas.

-Sasuke. Un gusto –Pronuncio el pelinegro medio embobado, extendió su manos hacia el rubio.

-Naruto. Lo mismo digo –Acepto el apretón de manos. Y pelinegro pensó que moriría en ese mismo instante, cuando esas palmas suaves y tersas apretaron la suya y la voz delicada le inundo los oídos.

Sin embargo, las apariencias engañan, y Sasuke nunca imagino que ese ángel de rubios cabellos tuviera algo peor que el tono de sus hebras o el intenso azul de sus ojos, pero estaba equivocado, aún  quedaba algo peor, y esa era la irreverencia del Uzumaki.

-Bueno, ahora que esta Naru con nosotros, deberíamos pasar a la mesa –Menciono el rubio mayor, quien con una sonrisa le invito a todos a disfrutar de la comida que él y su prometido había preparado con esmero.

Los menos asintieron sin mediar mayores palabras. Solo Naruto se giró hacia Deidara solicitando con la vista algo que ninguno de los Uchihas comprendió.

-Continua derecho, es la primera puerta que encontraras, la luz se enciende afuera –Indico el rubio mayor.

Por la dirección ofrecida los dos pelinegros interpretaron que el doncel necesitaba ir al baño. Bueno, las necesidades físicas pueden darse a cualquier hora del día. Los Uchihas se encogieron de hombros y pasaron a tomar asiento en el comedor.

Deidara no espero a su amigo y con tranquilidad comenzó a servir los platos de entrada. Una maravilla de ensalada cesar, con algunos toques personales del escultor.

Naruto no tardo más de dos minutos en el baño. Al regresar los rubios se lanzaron nuevamente miradas. Hasta que finalmente el menor de ellos asintió.

-Todo bien, Dei –Soltó con sobriedad, antes de darle su primer bocado al platillo.

La cena fue amena y divertida. Habían conversado sobre varios temas, exposiciones de Deidara, trabajo y una que otra anécdota del pasado. Dentro de ese tema fue que el mismo Sasuke se dio la libertad de preguntar.

-¿Y ustedes como se conocieron? –Los dos aludidos cruzaron miradas. Dei bajo la vista incómodo. Naruto al contrario se mantuvo firme y respondió:

-En el orfanato –Dejando a todos de piedra.

El silencio se extendió unos segundos. Itachi observaba a su hermano mayor con molestia, como recriminándole el haber hecho una pregunta tan descortés. Sin embargo el Uchiha menor decidió continuar.

-Fueron… Ya sabes ¿Huérfanos? –Consulto, luego de buscar una palabra correcta para describir la situación, por supuesto sin haberla encontrado.

El reproche de Itachi se intensifico en su mirada. Eso en compañía de un punta pie por debajo de la mesa.

-Me has dado a mi – Soltó el rubio con seriedad. Provocando que a Itachi se le fueran los colores del rostro. Aquella reacción fue inolvidable para el rubio, y dejando su falsa molestia de lado, comenzó a reír –No te enfades con tu hermano, estas son preguntas que todos hacen al saber mi procedencia –Excuso, para luego tomar una buena bocanada de aire y soltarla en un largo suspiro –Si, Sasuke, pasamos juntos aproximadamente un año y medio en el orfanato “Konoha”. Pero tú sabes, Dei fue adoptado por esos artistas y yo me quede allí. Gracias a Dios nunca perdimos el contacto –Le guiño el ojos a su amigo e intento aligerar un poco el difícil ambiente.

No había mentido al decir que esa era una de las clásicas preguntas. Él estaba acostumbrado, y en realidad ya ni siquiera le dolía o molestaba recibir cuestionamientos como esos ¡Es más! Se había sorprendido de no recibir otra pregunta, “¿Cómo perdiste a tus padres?” Por ejemplo.

Aun con ese incomodo momento, la cena fue una maravilla. Culmino con un té ingles en la sala de estar, Deidara sirvió unas galletas, y con ese bajativo, se mantuvieron charlando hasta casi la media noche.

-Mañana no hay trabajo, pero será mejor que me marche –Externo Naruto, dando un par de palmadas sobre sus pantalones, para quitar algunas migajas.

-¡Es cierto! Yo también me voy. Seria de mal gusto que me quedase con esta parejita recién comprometida –Lo había dicho con tono de broma, pero muy en el fondo se podía notar el recelo del Uchiha menor.

Acompañados por los anfitriones de la casa llegaron a la puerta principal.

El rubio se había colgado un bolso al hombro, dispuesto a continuar su camino, luego de haberse despedido de todos. Sin embargo no contaba con la astucia de Sasuke Uchiha.

-¿No tienes vehículo? –Consulto de pronto a ver que el rubio no caminaba con el hasta el estacionamiento. La pareja se quedó inmóvil en el lugar y Naruto se giró mordiendo su lengua para no ofenderse.

-No tengo ¿Por qué? ¿Tan extraño es? –Sí, ya se había ofendido.

-¡No, para nada! Pero a esta hora es muy difícil que encuentres transporte. –Se explicó el Uchiha menor. Aunque por supuesto, sabía que su pregunta había sido claramente clasista.

-Iré caminado –Soltó el rubio encogiéndose de hombros. Descolocando nuevamente al Uchiha menor.

-¡Caminar! Imposible. Tardaras milenios en llegar al centro de la ciudad. Anda, yo te llevo –Soltó relajado.

Una vuelta en auto, música sutil y poco de charla intelectual. Solo hacía falta una provocación y tendría a ese doncelito en su cama. Se tiraría al rubio amigo del doncel que le había arruinado su mejor pareja, y luego de un buen sexo, lo enviaría a casa como si nada hubiese pasado. Al menos ese era el plan, pero nuevamente no contó con la gallardía del Uzumaki.

-¿En eso? –Consulto el rubio de forma despectiva, observando el Mercedes negro y descapotable, último modelo, la “joyita” del Uchiha menor.

-¡Por supuesto! Mi auto es el mejor de este año. Deberías sentirte alagado de poder subir en el –Alardeo Sasuke.

-¡Ja, por favor! Sera para la próxima Uchiha –Soltó el menor de forma despectiva. Crispando los nervios de Sasuke.

-Es peligroso que un doncel camine solo por la noche –Argumento el pelinegro.

-¿En este barrio de ricos? Es mucho más peligroso que tu entres en mi territorio con ese Mercedes –Apunto el rubio. –Me alegro de haberte conocido Itachi. Dei, puedes llamarme cuando quieras. Ha sido un gusto, pero debo retirarme –Soltó rápido y sin dejar lugar a replicas. Comenzó a caminar directo a la salida.

Sasuke en tanto se había quedado de una pieza. Ese doncel era el primero en rechazarle, y no solo eso, le había humillado frente a la persona que más odiaba.

Enrabiado y sin despedirse de nadie, subió a su auto y manejo frente al rubio haciendo sonar el motor. Naruto quien apenas había llegado a la esquina, no volteo si quiera la vista.  Aprovecho que el semáforo le daba verde y cruzo la calle con todo orgullo.

-Rubio imbécil –Gruño Sasuke al verle pasar, y después de eso condujo apresurado hacia su departamento de soltero. Lugar donde encontró los retazos de su tarde con Sakura –Que asco, debo limpiar esta porquería –Soltó agarrando algunas de las cosas. Siendo la ropa interior de Sakura lo primero que encontró sobre su cama. Mujer ordinaria. Se había marchado sin nada que cubriera sus partes inferiores, solo por dejarle un “recuerdo” suyo al Uchiha.

En otro lugar  y mucho más tarde el rubio subió las oxidadas escaleras. Había llegado deshecho, tras una caminata que dura tres larguísimas horas, pero sentía que había valido la pena. Él no era cualquier doncel fácil, y era bueno que Sasuke Uchiha se fuera enterando de ello.

Naruto también vivía en un departamento, aunque en comparación al de Sasuke, el suyo era mucho más humilde, por no decir directamente pobre. Un espacio pequeño unía la cocina con un pequeño comedor para cuatro personas. Tenía un sofá viejo y un televisor en iguales condiciones al frente, su habitación y el pequeño baño era lo único separado en aquella simple estancia. No vivía de lujos, pero ese era su lugar. Se lo había ganado con el duro de su frente, y nada podía ser mejor que eso.

-Escalare –Susurro el rubio.

Ese era su sueño, escalar. Subir poco a poco cada uno de los peldaños que le llevarían al éxito. Demostraría a todo el mundo que estaban equivocados y que él, Naruto Uzumaki, valía la pena. Aunque sinceramente, estaba muy lejos de conseguirlo.

La mañana de ese día domingo les recibió con lluvias. Pero ese no había sido impedimento para Sasuke e Itachi.

-¿En que estabas pensando? ¡¿Estás loco?! –Ese fue el mejor saludo que podría haber recibido Sasuke.

-Has perdido tos modales –Dijo el menor revolviendo su café. Itachi había llegado veinte minutos tarde, y para colmo con tal saludo de mala clase.

-No te hagas Sasuke. Tus modales han sido mucho peores que los míos. –

-¡Oh, yo no fui quien le dio un punta pie a Naruto ayer en la cena! ¿Qué sucede? ¡Tanto te molesta una inocente pregunta –Soltó tranquilo.

-Inocente pregunta –Gruño el mayor –No te metas con Naruto, Sasuke, te lo estoy advirtiendo –Amenazo Itachi.

-¡Por favor! ¿Qué podría hacer ese doncel en mi contra? –Soltó Sasuke con confianza.

-Estas subestimando a Naruto. Pero no es solo el, Deidara sería capaz de protegerlo con uñas y dientes de ser necesario –El menor levanto la vista al oír ese nombre, una mueca de desagrado de planto en su rostro –Y yo también soy capaz de protegerlo. Naruto no tiene por qué aceptar tus desplantes machistas y clasistas. –

-¡Detente Itachi! ¿En serio te has molestado tanto? Solo fue una pregunta, nada más. Y el mismo lo dijo, estaba acostumbrado a todo esto. –

-No fue solo la pregunta. La escenita del auto también me molesto. Sasuke, a Deidara le costó horrores que Naruto fuera a nuestra casa a cenar. Ese rubio es muy orgulloso. Pero hay cosas en su vida que no están bien. Dei y yo queremos ayudarle. Pero gracias a tus comentarios, el no ha contestado ninguna de nuestras llamadas desde ayer. –Reprocho el mayor.

Sasuke desvió la vista desinteresada. Ese no era su problema, si Naruto se las daba de orgulloso, muy cosa suya era. No tenian razones para involúcrale a él en todo eso. Además ¿Qué tantos problemas podría tener el doncel? No es como si fuera a morir de todos modos. Se convenció a sí mismo y volvió a encogerlos hombros sin mirar a su hermano. Itachi estaba punto de estallar.

Esa mañana de domingo había comenzado con todas las malas noticias para el rubio. Llovía a cantaros, su último paquete de rumen estaba caducado, y a su botiquín “especial” le quedaba menos de la dosis que necesitaba para llegar a fin de mes.

-Esto no puede estar pasando –Se lamentó sobre la mesa.

Tendría que vender otra de sus pertenecías, esta era la tercera vez que le pasaba lo mismo, y apenas había pasado medio año desde que tuvo que hacerse cargo de todo por sí mismo.

-Saldré de esta. Siempre lo hago –Se alentó, llevando a su boca un bocado de fideos. 

Notas finales:

Eso fue todo. Ya he revelado algunas cosas, pero si han quedado con gusto a poco, no se preocupen ;) Que aun queda mucho fic por delante.

Espero que les haya encantado y me dejen varios comentarios. Nos vemos la proxima semana.

Bye, bye~


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