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My hidden desire por Deidara Sempaii

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Notas del fanfic:

Lo sé el resumen es un asco. Lo sé (?

Es un fic medio cachondo (? se me ocurrio y dije bueh, lo subo, y aquí está xD

Notas del capitulo:

Em, tenia planearlo dejarlo así. Pero quizá haga otro cap asi no queda taan incompleto.

Espero les guste :D

—Es imposible. Debe ser cancelada — aseguró la Comandante Hanji — La lluvia caerá en cualquier momento, y tan solo seremos presa fácil.

—Es cierto. Avisen a los demás— ordenó Levi.

Lo habían acordado. El día de hoy saldrían fuera de las murallas. Lo habían preparado todo tan minuciosamente, que era una lástima que, justo hoy el tiempo se pusiera en su contra. No sabían cuando precisamente, pero caería la lluvia, que por lo visto, amenazaba con una fuerte tormenta. Salir fuera tan solo sería meterse en la boca del lobo. Era imposible. No habían probabilidades de éxito en una situación así. Ya habían tenido experiencia de este tipo, y no habían sido gratas. No iban a arriesgarse a perder más soldados.

—Iremos a buscar leña, el frio está empezando — Me dijo Mikasa en la sala. Ella junto con Armin irían.

Levi echó lo poco que quedaba de leña al fuego. Cogió una silla y la acercó. Se sacó con cuidado la chaqueta y las botas, y las puso sobre la silla; habían tardado tiempo en volver al cuartel, y en ese transcurso la lluvia los había azotado. Hacia segundos la lluvia había cesado, y los otros tomaron ese tiempo justo para salir.

El capitán tomó otra silla y se sentó en ella.

Posó su mirada sobre mi y se percató entonces, que yo aún seguía allí parado, sin hacer nada.

—¿Es que piensas quedarte así toda la tarde? – dijo duramente, sin cambiar la expresión en su rostro.

—¿Eh? — Tardé en reaccionar. — Lo siento... — me apresuré en quitarme la chaqueta y las botas.

En realidad parte del cuello de mi camiseta también estaba algo húmedo, pero si quería cambiarme debía ir al sótano, y, para ello, debía pedir permiso. Y... no quería. No estando solo con él.

Dejé mis cosas sobre una silla como el capitán Levi hizo y la acerqué al fuego. Levanté la mirada y me encontré con la suya, gélida, sobre mí. Me inspeccionó con ojo crítico.

 

—¿Dónde está la bolsa?

—Hice memoria— ¿No la tiene usted? — Pregunté estúpidamente. El odiaba las preguntas tontas, y esa, era una de ellas. Me dejo a mi cargo un paquete con no sé que cosa. Pues él no se había tomado la molestia siquiera de decirme; y yo... la había perdido.

El simplemente me miró firme; creí oir un bufido de su parte, para luego desviar la mirada.

Yo me di la vuelta y observé la ventana, ¿Por qué tardaban tanto? Ya había tenido una mala experiencia con el capitán la vez anterior. El estar solos me ponía la piel de gallina.

Levi pasó su mano sobre la mesa a su lado, hizo un pequeño impulso, y tomó distancia. Yo lo veía por el reflejo del vidrio. Estaba viéndome; sentí un cierto escalofrío recorrer mi espina dorsal. Sus ojos verdes y afilados posados sobre mi... Diablos.

—Eren — Me llamó. Yo apreté los dientes sin que él me viera. Rayos, ¿Qué hice ahora?

Me giré hacia él. —¿Qué sucede?

El me miró — Ven aquí.

Con paso lento e inseguro me encaminé hacia él, quedando de frente.

Golpeó con la palma de su mano su pierna derecha. —Aquí.

Abrí los ojos como platos. Espera, ¿Qué? ¿en sus piernas?

Sonreí torpemente, nervioso. Que buen chiste. Debía de tratarse de una broma, aunque él no las hiciera.

—¿Qué? —Pregunté esperando que esta vez me dijera lo que quería. Pero al mirar su rostro noté que hablaba en serio, no bromeaba, su semblante seguía igual de serio y aburrido.

Apunté con mi dedo su pierna —¿A-ahí? — Pregunté, y noté que mi mano temblaba. No sé porqué.

El no contesto, entonces supuse que era un rotundo sí. Tragué  saliva y cerré mis ojos fuertemente; abrí un poco mis piernas y me posicione sobre él. Creí que hacerle caso era lo mejor. Me convencí de que si me lo pedía era por una buena razón. Aunque no había razón lógica para.... esto. Un hormigueo recorrió mi entrepierna, la cual vergonzosamente se encontraba rozando la del capitán.

Mis mejillas se tiñeron de rojo, y no hice más que mirar al suelo, pero de inmediato tomó mi mentón y me obligó a mirarlo.

—Muévete — me dijo con su voz tan varonil.

Engrandecí mis ojos. No entendía a que se refería con eso, o bueno si, pero no quería saberlo. Abrí hoscamente mi boca para hablar. No pensé en otra cosa más que en que él estaba loco.

—¿Q-que me mueva? — fruncí el ceño —¿C-cómo? ¿a qué se refiere? O-oiga, capitán....

Sus ojos filosos me miraron fijo. Tomó de mis caderas y comenzó a moverme lentamente, de atrás hacia adelante, y de adelante hacia atrás, indicándome como debía hacerlo; ocasionando que nuestros miembros se rozaran. A cada movimiento el calor en mi cuerpo se intensificaba aún más. Me sonrojé a mas no poder. No sabía lo que estaba sucediendo. En verdad. Por un momento creí que se trataba de un sueño, o una pesadilla. Que era una ilusión; que no era verdad.

Me mordí el labio y entonces el me soltó; comprendí que era mi turno de moverme. Cerré mis ojos fuertemente, de nuevo, e inhale aire dentro de mi,. Traté de imaginarme que no estaba pasando. Tomando coraje de no sé dónde, y sin saber por qué le hice caso, comenzé a moverme. Pero algo dentro de mi me alarmó y es que procuré que mi miembro rozara el suyo. No podía evitarlo. Se sentía tan... bien. En parte sabía que estaba mal, y me maldije ¿Por qué me gustaba esto? Abrí mi boca y solté un jadeo. Me moví, pero esta vez me aprisione contra él y gemí.

—¿Qué pasa Eren? ¿Te gusta? —Me dijo.

Entreabrí mis ojos que por segundos se habían mantenidos cerrados, y no tuve el valor de contestar. Me sujete del respaldo de la silla y apreté nuevamente mi miembro con el suyo. Pude sentir como un gemido leve se escapó de sus labios. Lo estaba disfrutando igual que yo.

Posó sus manos en mis caderas y las fue deslizando sobre mis piernas lentamente; Esa simple caricia, solo hizo que perdiera el poco, casi nada de control que tenía. Subió por debajo de mi camiseta hasta llegar a mis pezones. Los pellizcó y yo me estremecí.

—B-basta.... c-capitán.... — jadeé — Me veng- no pude terminar mi frase, claramente.

—¡Levi! — Oí esa voz juguetona aproximándose a la puerta.

Bajé torpemente de las piernas de Levi y me paré rápidamente. Sacudí mi ropa por si acaso y miré a la puerta. El capitán solo se cruzó de piernas, como si nada hubiese pasado.

De golpe la puerta se abrió, dejando entrar a la loca de Hanji, que por cierto... si estaba loca; con todo eso de los titanes.

Tragué saliva nervioso, ¿y si había escuchado? Acaba de venirme, mis piernas temblaban ligeramente. Me golpeé una para tranquilizarme.

—¿Qué haces aquí? — preguntó Levi, que al parecer estaba molesto.

—¿Hm? ¿acaso no puedo? — Luego me miró. Supuse que se dio cuenta que algo estaba pasando — ¿Sucede algo Eren? — me inspeccionó.

—¿Eh? — levanté la mirada, y percibí la del capitán sobre mi. — N-no, no sucede nada. Todo está bien. — mentí, y para ello forcé una sonrisa.

Hanji miró a Levi — ¿No estarás molestando al pobre chico, no? Eren, si este enano — lo apuntó — te está molestando no dudes en decirlo.

Yo asentí.

—No sucede nada. — Me miró. Yo callé. No iba a decirle que hasta hace unos segundos yo estaba sobre las piernas del cápitan..

Y que me gustó.

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado y dejen comentarios

*cri cri* bueno okey .m.


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