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Un samurái, un MUY pequeño y valiente samurái. por ShiroBlasphemy

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Notas del capitulo:

— ¡HOLA HOLI, HOLIWIS! :3

Venía a traer esta historia que encontré, muy muy linda historia toda lindis uvur espero les guste.
¡Les juro que me derretí de ternura mientras la adaptaba! *^*

¡pos nada, vayan a leer! O.O)9

Hace mucho tiempo, en la prefectura de Osaka, Una noche, un llanto se hizo presente, dando a conocer el nacimiento de una nueva vida, de un nuevo guerrero, ese día nació un niño muy pequeñito, Era tan pequeñito, que apenas era más alto que el dedo meñique de un adulto. A pesar de su estatura, sus padres estaban muy felices porque pensaban que ese niño tan pequeñito era un regalo de los dioses, por que, siendo francos ¿Qué niño era tan pequeño?. Le pusieron de nombre Takanori, quien había llegado dando orgullo a algunos del clan Matsumoto y a otros todo lo contrario. Era un niño que comía mucho y, aunque iban pasando los años, no crecía nada de nada. Un día que salió a jugar al jardín se subió a un árbol muy alto y pudo ver a lo lejos un río y una montaña. Por la noche durante la cena, mientras la familia comia, le preguntó a su padre:

— ¿Papá, hasta dónde llega el río? —Preguntaba el pequeñito quien tenía entre sus manos una uva que apenas podía sostener con sus pequeñas manitas.

— Hasta el otro lado de la montaña — el padre le contestó sonriente.

— ¿Qué hay al otro lado de la montaña? —volvió a preguntar Takanori, siendo el muy curioso.




— Al otro lado de la montaña está la ciudad de Kyoto. Allí hay mucha gente y templos, además del castillo más imponente, que pertenece a uno de los señores feudales. —Relató el padre mientras decía aquello



Al oír la respuesta de su padre, Takanori empezó a imaginarse con emoción la ciudad llena de gente, de templos, de nuevas experiencias… y de repente gritó.

— ¡voy a ir a Kyoto! —Exclamó el pequeño Matsumoto con una enorme sonrisa, Su padre sorprendido se giró hacia él y le preguntó.

—¿estás seguro de lo que dices?



Takanori, se puso de pie y repitió — ¡Voy a ir a Kyoto y seré samurái! —para el asombro de sus padres.


— Pero Takanori, ¿Cómo dices eso?, ¿estás seguro? —Cuestionaba su padre más que preocupado, su pequeño estaba eligiendo el camino mas sangriento que podría conocerse en aquel momento, en aquella era.



— Quiero ser samurái, papi —Susurró y luego dio una mordida más a su uva, el pequeño podía llegar a ser tan terco como su padre y vaya que lo era.



Sus padres al escucharlo trataron de hacer que cambiase de opinión, pero Takanori lo había decidido y nada ni nadie le haría cambiar de planes.
 Al ver su firmeza los padres aceptaron resignados su decisión y le ayudaron a preparar el equipaje, aunque temían por la vida de su pequeño y por el momento Único hijo, era comprensible. Prepararon un tazón bastante grande para que lo utilizara como bote para navegar por el río y unos palillos como remos.
 Su madre le entregó su aguja de coser, herencia de su abuela, para que la utilizara como espada, Takanori, lo aceptó con gusto y prometiendo llegar a Kyoto enviaría una carta para avisarles que había llegado con bien. Así el pequeño Matsumoto empezó su viaje hacia la ciudad, cruzando aquel río con exito.


 Le esperaban muchos peligros a lo largo del camino hacia Kyoto pero él se dijo



“¡Venceré sin falta! ¡Voy a realizar mi sueño y enorgulleceré con valentía a papá!”



Tardó tres días, pero finalmente llegó a la ciudad con vida. Impaciente, empezó a buscar castillos donde le enseñaran las técnicas samuráis.



Se presentó delante de diferentes señores feudales pero todos le negaron la entrada por su estatura. Desesperado lo intentó en el último castillo, el más grande y poderoso de la ciudad, inmediatamente recordó el que había nombrado su padre, ese debía ser, seguramente. Se entrevistó con el dueño del castillo, quien se rió al escuchar el sueño del pequeño heredero de los matsumoto, pero accedió a su solicitud al escuchar la determinación y la valentía de sus palabras, y aunque el señor feudal no tenía muchas esperanzas, decidió dejarle participar en sus tropas.


En ese castillo tan grande de altos muros impenetrables, vivía una hermosa princesa o eso creía el, llamada Uruha, hija de aquel señor feudal, Lo Takashima, recordó el apellido. En esa época unos demonios estaban robando y destrozando tiendas y casas por toda la ciudad. Nadie se atrevía a enfrentarse a ellos porque eran muy malvados, embusteros y peligrosos, todos le temían, excepto el pequeñito.

 

 

Un día Taka, escuchó la noticia de que la princesa iría al templo de los Suzuki, y que su padre estaba reclutando a los mejores samuráis para protegerla de esos temidos demonios. Takanori se ofreció a ir con ellos, el señor feudal aceptó pensando que así se cansaría de la idea de querer ser samurái, pero aun así eso no le impidió a Takanori sentirse alto, sentirse fuerte, sentirse valiente.

 

 

A medio camino del templo se encontraron con dos demonios, todos los samuráis huyeron Despavoridos pero sólo uno permaneció al lado de la princesa. Takanori no tenía miedo alguno y se colocó delante de la que era su prinesa princesa y así enfrentó al demonio.

 

— ¡tu contrincante soy yo! —. El pelinegro demonio al verlo se puso a reír.

 

— ¿Tú pequeña pulga? ¿te crees un rival para mí? —Cuestionaba con burla al tiempo en que le señalaba con una de sus garras aquel temible Yōkai.

 

— ¡No te burles de mi altura, yo te voy a vencer! —dijo con determinación el pequeño y valiente samurái.

— No me hagas Reir, enano —mencionó para luego comérselo de un solo bocado.

El demonio luego de tragarlo se acercó a la princesa para comérsela cuando le empezó a doler mucho la barriga. Tanto, que se cayó al suelo del dolor y llevándose ambas manos en el vientre empezó a gritar.

—¡no, no lo hagas! — Takanori le estaba clavando la aguja de su abuela en la panza mientras gritaba desde el interior.

— ¡pararé cuando prometáis no hacer más fechorías! — el demonio contestó rápidamente ya llorando de dolor.

—¡Nunca más lo haremos! —Takanori entonces salió del interior del demonio y éste huyó corriendo junto con su compañero, no debieron subestimar al pequeño.

 La princesa Uruha, asombrada de la valentía y fuerza de ese pequeño samurái, le dijo aunque con una voz grave. —Muchas gracias por todo. Te debo la vida— En ese momento, Takanori se sorprendió, aquella voz era grave, pero suave ¡Era hermosa y era de un hombre!. Entre su ensoñación el que ya sabía era príncipe vio un objeto en el suelo que se había dejado el demonio, era un martillo capaz de cumplir deseos.

 

—Esto… ¡Por Kami! es Uchide No Kozuchi, con esto podrás cumplir tus deseos pequeño Ruki. ¿Qué deseas? — le preguntó Uruha a su pequeño salvador.

 

—Deseo una constitución física fuerte. —Contestó Takanori.

 

La princesa sabía Uchide No Kozuchi funcionaba dando un pequeño golpe con el martillo, sin embargo sabía que si hacia eso era capaz de matar al pequeño samurái, ¡y es que era increíblemente chico! Entonces lo tomó con cuidado entre sus finos dedos y lo dejó caer a unos diez centímetros de altura al martillo y dijo a su vez. — Ahora tendrás una constitución fuerte!.

Entonces los brazos, las piernas, el torso y demás de Takanori empezó a crecer hasta convertirse en uno de los hombres más fuertes de todo Japón, aunque claro, no contaban con que quedaría de un metro con 62 centimetros.

—¡PRINCIPE! Quería ser alto y fuerte —exclamó el pequeñito, pues aun era el mas bajito del pueblo.

 

— No es mi culpa, pero recuerda, tu estatura es ideal tal y como está—le comentó y luego con su índice picó ligeramente la naricilla de aquel pequeño rubio.

 Al llegar de vuelta al castillo el señor feudal lo ascendió hasta la más alta posición de la orden samurái, proposición con la que ambos estuvieron más que de acuerdo dejando al señor feudal satisfecho, pero la siguiente petición del pequeño samurái descoloco al Daimyo.

 

— Entonces ¿Quieres ser el esposo de Uruha? —Cuestionó el Daimyo, a lo que el aun pequeño samurái asintió con un ligero rubor en sus mejillas.

—Su hijo es muy hermoso y muy inteligente también —Respondió el pequeñito.

— Está bien… pero, todos los mas importantes en mi castillo tienen un alias, así que… te llamaré… Ruki —Respondió.

— ¿Ruki? —Cuestionó confundido. — ¿Ruki por qué?

— Por que… Ruki, escrito en inglés sería así —tomó un pequeño pergamino y allí escribió con tinta “Rookie” luego lo mostró ante el valiente rubio— Que significa “novato” será así por que eso eres, un valiente novato.

— Está bien mi señor, Ruki será —contestó con una sonrisa en los labios, orgulloso, quizá su titulo no era el mejor, pero su posición entre las filas lo era y estaba seguro…


“que su padre y madre estaban orgulloso de el…”

Notas finales:

— Se que es un One-shot muy cortito pero lasjaskdljasd
aun así espero les haya gustado y de ser así o todo lo contrario pueden hacermelo saber con un rw nwn

¡Besitos! :*


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