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Fugitivo por Topo

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Notas del capitulo:

Ñeh, aca vengo con un Wolf!AU porque amo esta tematica lol



La ventaja de ser ahora un sin manada, un lobo solitario, un fugitivo, era que ya no tenía que preocuparse tanto por cuidar su trasero y su cuello cada vez que llegaba la época del celo. Se consideraba a sí mismo un alma libre, sin ataduras que lo amarraran a un estúpido alfa con complejos prepotentes.

Por eso, cuando descubrieron que su pareja era Kai– el oscuro lobo alfa que ocupaba el puesto de mano derecha de Suho– e intentaron emparejarlos, Kyungsoo escapó. Porque, por Dios, ni siquiera amaba a Kai.

Días atrás, Kai lo había marcado temporalmente, y con aquella marca temporal vendría el celo, estuviera en temporada o no, y como consecuencia de éste, la marca definitiva y la pérdida de las oportunidades de ser libre. O sea, el tiempo se le acababa si quería ser libre y no depender de un alfa.

Demonios, tenía que lograrlo. Lay lo logró. Taemin, Ren, Tao, Heechul, Minwoo, Jiyong, Key, Yoseob, Henry. Todos lo lograron. Era su turno ahora.

Le costó lograr que retrasaran el apareamiento hasta dos días ante la excusa de dejar a Kyungsoo bajo el cuidado de la anciana loba de la manada para que esta le diera las directrices que conllevaba ser el compañero del mano derecha de Suho en aquellos tiempos. Y, ni corto ni perezoso, apenas la mujer mayor mencionó la norma de “sumisión absoluta y obediencia ciega”, dio media vuelta, y como uno de los lobos de menor tamaño y a la vez más ágiles por su ligereza anatómica, escapó velozmente, ignorando tercamente el llamado de la vieja loba antes que esta diera el aullido de alarma.

Al atardecer, para cuando los rastreadores dieron con su estela, Kyungsoo, escapando ágilmente como alma que lleva al diablo y espinas entre las patas, traspasaba las fronteras del territorio de Suho, donde ellos no podían arrastrarle de vuelta.

Corrió durante la noche y parte de la madrugada, hasta que se desplomó de cansancio. Pero apenas recuperó el aliento y sació su sed en un pequeño riachuelo, fue pillado por los vigilantes de otra manada, quienes lo confrontaron, obligándolo a retroceder de vuelta al territorio de Suho.

Kyungsoo no estaba dispuesto a volver, ni por las buenas ni por las malas, así que con un gruñido de advertencia, se lanzó disparado hacia un costado, esquivando por los pelos y emprendiendo la huida de nuevo, bordeando territorios y corriendo al filo de líneas divisorias según lo atosigaban o no, buscando líneas neutrales donde no pudiesen obligarlo a volver y obedecer.

Después de dos lunas y tres soles, llegó a un terreno que no era territorio de nadie. El lugar no tenía olor a lobo, y Kyungsoo respiró aliviado, dejándose caer otra vez, exhausto.

Lo había logrado.

Era libre.

·*·*·

El lobo alfa de la manada fijó sus ojos ambarinos en él, y otro lobo no se movió, sosteniéndole la mirada como siempre solía hacer.

Tráelo de vuelta. Y hazle entender quién manda y quién obedece.” La poderosa voz mental del alfa mayor fue escuchada en la cabeza del otro alfa que tenia la función de beta, quien inclinó la cabeza en entendimiento y se marchó.

Estaba preocupado. Desde la partida de su omega, los demás omegas habían adquirido esperanzas de sabotaje y rebeldía hacia sus roles. El joven omega del beta que acababa de despachar no había sido el primero en escapar. Siwon, JR, Donghyun, Minho, Kris, TOP y un par de alfas más habían tenido problemas parecidos con sus omegas.

No debió, en primer lugar, ser tan indulgente. Debió darle la orden a los alfas que perdieron a sus omegas que fuesen a buscarlos el mismo día en que escaparon y les hicieran regresar aunque sea a rastras. Pero debía traer de vuelta a Lay, aunque sea a rastras, y poner todo en su lugar, donde realmente iba.

No podía darse el lujo de arrancar gargantas a rebeldes de su propia manada estando con conflicto con Wonsik y la suya.

Estaba seguro de que Kai lo haría. Mentalmente, llamó a los alfas que perdieron a sus omegas cuando estos escaparon. Una vez estuvieron en su presencia, empezó a hablar, siempre usando el vínculo mental y dejando salir un par de gruñidos de su garganta lobuna.

Ustedes perdieron a sus omegas cuando estos escaparon. En atención a que todos somos libres prohibí que fueran a buscarles y les trajeran. Sin embargo, esta es una manada jerarquizada. No quiero omegas libertinos aquí considerando estar por encima de su puesto. Busquen a sus omegas y tráiganlos de vuelta aunque sea arrastrándolos por una pata con los dientes. Retírense.”

Los lobos inclinaron la cabeza en obediencia y se lanzaron al exterior, aullando positivamente con la nueva sed de caza.

El jefe de la manada los vio partir y miró al cielo. Pronto debía ir en busca de Lay.

·*·*·

El celo llegó a la mañana siguiente, con potencia, y Kyungsoo estuvo atento a cualquier sonido sospechoso.

Como omega, su organismo exigía ser marcado y reclamado, sus feromonas eran realmente fuertes, y podían ser percibidas por cualquier alfa que estuviera a un par de kilómetros a la redonda.

Cerca de la caída del sol, llegó la amenaza.

Kyungsoo alzó la cabeza cuando su desarrollado olfato percibió un olor inconfundible, y extrañamente familiar, mientras su organismo reconocía inmediatamente la esencia subyugante.

Un alfa.

Y no era cualquier alfa.

Y el cambiante viento llevaba directamente su olor en dirección al intruso, y no pudo percibirlo hasta que estaba demasiado cerca.

El lobo castaño claro escucho el sonido de las hojas al ser pisadas, y sin detenerse a esperar quien era el intruso, salió disparado como una flecha en dirección contraria. Pero apenas dio un centenar de pasos, algo grande, oscuro y macizo lo golpeó con rudeza por uno de sus costados, lanzándolo rodando varios metros mas allá, al suelo. El lobo se levantó, sacudiendo la cabeza para aclararse y enfrentar al atacante.

El olor del alfa tenía sus instintos lobunos gritando por ahogar la parte racional del lobo que luchaba con uñas y dientes no ser desplazado y mantenerlo a salvo del alfa y evitar los instintos de apareamiento.

Y lo vio. A pocos metros de él, un lobo realmente grande, de pelaje oscuro, le miraba.

Su pelaje le recordó vagamente al de Chanyeol, pero sus ojos no eran, ni por asomo, parecidos al de su mejor amigo. Y solo bastaron unas fracciones de segundo para reconocer al beta de la manada de Suho.

Kai.

Erizando el pelaje, Kyungsoo retrajo las fauces, todo su cuerpo en tensión. Sabía que el lobo había venido a buscarle. Y no estaba dispuesto a volver para someterse.

Kai gruñó amenazante y avanzó con paso cauteloso, empezando a caminar lentamente, empezando un círculo, siendo imitado por el lobo de estatura más pequeña. Kyungsoo gruñó con advertencia, decidido. El lobo oscuro erizó el pelaje, acercándose y listo para lanzarse sobre el lobo de menor tamaño. El castaño, con un corto gruñido, se lanzo al cuello del lobo más oscuro, buscando su garganta.

Lo siguiente fue una respuesta agresiva y ambos lobos rodaron, colmillos afilados mordiendo a su paso y buscando la garganta ajena, garras clavándose en el cuerpo contrario buscando subyugarlo, gruñidos y chasquidos de mandíbulas. Pero pocos segundos después se hizo evidente cual de los dos había luchado antes y se ganó a pulso el puesto de lobo beta en la manada.

Kyungsoo gruñó y retrocedió para volver a tomar impulso, pero el lobo de mayor tamaño no le dejó espacio, y el dolor en una de sus patas delanteras lo distrajo lo suficiente para que caiga sobre su espalda de una certera embestida por parte de Kai, asegurando firmemente su posición sobre el lobo de menor tamaño, sus dientes apretando la garganta ajena.

Kyungsoo se inmovilizó cuando el choque eléctrico del dolor fue procesado, y las pesadas patas delanteras de Kai le oprimía la panza. Su entrada pulsaba ante la presencia del alfa, y Kyungsoo gimoteó y se quejó desesperado.

Kai no se veía muy agresivo. Solo es la intensidad de su mirada y su presencia que tienían al lobo omega apabullado y luchando tercamente contra sí mismo y el alfa a la vez.

Las patas de Kai se movieron de su panza y dejaron de oprimirlo, pero no se atrevió a moverse hasta que el lobo tomara una distancia prudencial y él pudiese levantarse y volver a enfrentarlo. Kyungsoo sintió el hocico de Kai colarse veloz entre sus patas traseras y lamer la entrada que pulsaba.

No, no, y no, señor alfa. No, y punto. No.

Kyungsoo emitió un corto ladrido de ira antes de arrastrarse lejos del lobo, incorporándose sin dejar de mirar a Kai, quien lo observaba inexpresivo. Lamió su pata lastimada y miro rápidamente alrededor.

Quizás era mejor correr, al menos por el momento. Era obvio que no llegaría a ningún lado favorable para él con otro enfrentamiento con el alfa. Correr tampoco era una buena opción del todo, porque aunque fuera uno de los más rápidos, esta vez no estaba con la vieja loba, sino con un lobo que podría alcanzarle antes de tomar impulso.

Pero era arriesgarse o someterse.

Mejor arriesgarse.

El lobo gruñó una vez más y salió disparado, perdiéndose entre la maleza, mientras sus ágiles patas hacían contacto una y otra vez con el suelo plagado de pequeños insectos, hojas y ramas. Su pata delantera se quejaba, aun sin sanar del todo, y cuando apenas empezaba a tomar impulso, el potente aullido de orden y advertencia de Kai sacudió su cuerpo, y el omega salió a flote agresivamente por encima del lado rebelde de Kyungsoo, deteniéndose de golpe y clavando las garras al suelo contra su voluntad, antes que otra vez fuera impactado por los 40 kilos y y 1,35 metros de altura de la anatomía de Kai contra sus pobres 30 kilos y 1,10 de altura.

Y antes de poder evitarlo las fauces del lobo de mayor tamaño apretaban nuevamente su garganta, sacudiendo levemente para obligarlo a cambiar. Kyungsoo gimoteó, rendido ante el asedio y la autoridad imposible de desobedecer, y empezó a cambiar.

Kai se movió de encima suyo para no aplastar con su peso al lobo que cambiaba, mientras los chasquidos de huesos moviéndose velozmente y el grueso manto de piel y pelo lobuno desaparecían, dándole paso a una piel humana. Se detuvo a cierta distancia prudente, y el ahora humano se encogía, inhibido por estar desnudo y expuesto de aquella manera frente al alfa.

Kyungsoo retrocedió hasta el tronco más cercano hasta que su espalda desnuda tocó la superficie, dándole algo de seguridad, y miró desafiante al depredador que no parecía decidirse entre cambiar o no.

Kai le lanzó una mirada de advertencia que tenía a Kyungsoo con las rodillas temblorosas, su entrada pulsando y su miembro lleno vergonzosamente, oculto tras sus manos. El rostro de Kyungsoo era digno de un poema dedicado a un rojo atardecer, viendo al enorme lobo cambiar ante el, dejando ver la imponente anatomía de un cuerpo moreno de 1,83 metros, pelo revuelto, ojos oscuros, mandíbula definida, y todo un conjunto de músculos flexibles y ejercitados recubiertos por una piel dorada. Ese era Kai, desnudo en toda su gloria.

Kai casi podía oler el pánico que emanaba el omega, y sonrió. Kyungsoo tenía una lucha interna, cada impulso chocando a la vez para ser el dominante. El raciocinio humano le gritaba que debía transformarse y huir, o seria muy tarde; su lobo omega aullaba de gozo ante la presencia del alfa y le exigía rendirse; mientras que el instinto de supervivencia le gruñía que debía transformarse en su forma lobuna, protegiendo la vulnerabilidad del omega. Pero sus piernas no querían moverse, su cuerpo se negaba a responder, sus ojos fijos en la figura que se acercaba.

Kai se detuvo a pocos metros, y lo miró justo a los ojos. Su mirada oscura taladró los ojos color chocolate de Kyungsoo, y el sonido de su voz volvió gelatina las defensas del omega, provocando que el raciocinio humano de Kyungsoo enloqueciera su cabeza con gritos de alarma.

-Huiste.

No era una pregunta, ni una exigencia de explicaciones. Y su tono plano asustó más a Kyungsoo que si hubiera gritado y exigido razones.

Kyungsoo bufó bajo, desviando la mirada, luchando para contener su instinto omega que atacaba sin tregua el poco rasgo humano que le quedaba, aliándose con su propio cuerpo.

Oh, Cristo, aquello se pondría feo.

Kyungsoo podía sentir el avasallante olor de la dominación hacer mella en sus temblorosas rodillas, en su cabeza nublada, en sus sentidos agudizados.

Kai avanzó hasta él, con el rostro en jaque a pesar de que su lenguaje corporal no podía ser más claro, ignorando el bajo gruñido de Kyungsoo al retroceder. Kai sabía que era cuestión de tiempo que el terco omega se rindiera, pero también que su terquedad y rebeldía no podían ser cuestionadas, y era capaz de escaparse a la mínima.

Como si fuera a permitírselo.

Kai estaba decidido a tomar al omega desde que era casi un cachorro. Algo le decía que seria suyo, su compañero, su mitad.

Kyungsoo retrocedió un poco más, sin dejar de vigilar atentamente a Kai, empezando a sentirse frustrado.

-Debes volver. Conmigo. -Kai se arriesgó, clavando los ojos en los achocolatados ojos del omega que parecía suplicar.

Kyungsoo veía a Kai acercarse, como si supiera lo que su presencia y cercanía causaban en su organismo. El raciocinio de Kyungsoo apenas luchaba, pero era ahogado por el instinto de omega que exigía sumisión y ser reclamado. Era demasiado para el joven omega.

Para sorpresa de Kai, el omega se desplomó, quedando de rodillas.

Kai gruñó con apreciación. El omega había decidido someterse. El olor de las feromonas que emitía se intensificó de manera alarmante, y el alfa se contuvo de lanzarse hacia la blanca garganta de Kyungsoo.

Las manos de Kai se dirigieron hacia el pelo del omega, tomando un puñado de los sedosos mechones azabaches de su coronilla y tirando de ellos. Reprimió un gemido cuando escuchó el débil quejido que emitió el lobo al levantarse y hacer evidente lo pequeño que se veía ante él. Kai tiró un poco más de los mechones, obligándolo a mirarlo a los ojos.

El omega clavó sus ojos en los ojos del alfa y sin poder soportarlo, cerró los ojos con fuerza para volverlos abrir poco después. Kai no podía esperar a llevarlo de vuelta para reclamarlo. El omega seria suyo. Y lo tendría ahora.

La colisión de su boca contra la del omega fue agresiva. Era obvio quién era el que llevaba el asalto y quien se limitaba a someterse. Kyungsoo emitió un quejido cuando fue clavado contra el tronco del árbol que le daba seguridad hasta hacían pocos minutos, mientras las manos de Kai parecían muy ocupadas en mantener sus piernas alrededor de su cintura y sujetar al rendido omega que se dejaba hacer, deseando aquello con todas sus fuerzas, sin dejar de frotar su cuerpo con rudeza al suyo.

Kyungsoo emitía leves quejidos por la manera salvaje en que Kai lo dominaba, pero a la vez no quería que parara. Si no le dolía, entonces no lo quería, no valdría la pena. El instinto omega de Kyungsoo estaba encantado. Solo de esa manera se aseguraría de que la parte rebelde del lobo lo pensaría más de dos veces antes de escapar de su alfa.

Kai se separó momentáneamente del omega para tirar de el y hacerlo caer sobre la hierba. Kyungsoo no se quejó, demasiado ocupado en controlar su errática respiración y el constante flujo húmedo que empapaba su entrada. Culpa del celo.

Kai se dejó caer sobre el cuerpo de menor tamaño, apoyándose en un brazo para no aplastarlo, y retomó lo que había dejado. Tomó al omega por las caderas y lo obligó a girarse, de modo que su blanca retaguardia quedara totalmente expuesta para el y la pálida mejilla de Kyungsoo estuviera en contacto con la hierba.

Las uñas de las manos de Kyungsoo, repentinamente cambiadas a garras, se clavaron con rudeza al suelo, dejando profundos surcos en la tierra cuando la lengua caliente de Kai bordeó su entrada e ingresó en su interior sin hallar resistencia. El omega gimió en voz alta, moviendo las caderas en busca de mas contacto, pero Kai lo sujetó, impidiéndole moverse y obligándolo a recibir aquella placentera tortura sin moverse.

El alfa probó el picante y agradable sabor de los fluidos del omega, escuchando satisfecho los gimoteos de Kyungsoo por más.

Segundos después, la lengua de Kai ya no estaba en su entrada y Kyungsoo se vio ahora en pie, con el trasero respingado hacia atrás, las piernas separadas y los antebrazos apoyados de un grueso tronco mientras Kai lo envolvía posesivamente. Tras él, el alfa cubría su cuerpo con el suyo, restregando su miembro contra su sensible entrada.

Y sin previo aviso, Kai tomó sus caderas, y apoyando su pecho contra su espalda, se impulsó en su interior, rápido, duro y sin detenerse, con un salvaje gruñido de posesión.

Si bien sus fluidos evitaron la quemadura por la fricción del miembro de Kai deslizándose apretadamente entre sus paredes, no evitaron el dolor de estar repentinamente lleno y el placer que estalló cuando el alfa alcanzó su próstata de una. Kyungsoo apretó los ojos y no pudo frenar el alarido que escapó de entre sus labios, arqueando peligrosamente la espalda y lanzando la cabeza hacia atrás, exponiendo su garganta. Antes de poder acostumbrarse al dolor, los caninos alargados de Kai se clavaron sin ceremonias en su garganta, y el caos estalló en el interior del omega.

Corrientes de hiel alquitranada y éxtasis chispeante recorrieron sus venas, propagándose dolorosamente. Uñas en garras astillando y abriendo profundos surcos a lo largo de la recia madera, dolorosa locura lujuriosa envenenando su sistema, labios separándose, boca abriéndose y colmillos sobresaliendo, dolor y placer fusionados de manera escalofriante, olores dulce y picante mezclándose de manera imposible, dominación y sumisión haciendo mella en su sistema nervioso, hielo lacerante y lava congelante recorriendo cada recoveco de sí.

Los colmillos de Kai, hundidos profundamente en la blanda carne, hicieron saltar la sangre, y los ojos del alfa vieron con insano regodeo el rastro escarlata deslizarse pecaminosamente por la blanca piel del omega. El pulso latía aceleradamente bajo sus colmillos, y las piernas del omega temblaron, a la par de un quejido, más parecido a un gemido, escapó de manera estrangulada de su garganta abusada.

Cruzando un brazo alrededor de su cintura para mantenerlo en pie, Kai retrajo los colmillos, lamiendo la herida para ayudarla a cicatrizar, y empezó a moverse en el interior del omega.

Kyungsoo sintió que Kai empezaba a moverse, cortando la locura que explotaba en su interior y desatando la lujuria en su máxima expresión. Sus ojos se abrieron a toda su capacidad, y abrió la boca, mientras un grito salia disparado cuando Kai golpeo su próstata con rudeza.

El omega salió a medias de la pesada bruma cuando su próstata fue golpeada una y otra vez, obligándolo a gritar por el rudo ritmo impuesto por el alfa. El cuerpo de Kyungsoo era mecido con infame salvajismo que amenazaba con hundirlo a la locura.

Kyungsoo gritó hasta casi desgarrarse la garganta cuando un poderoso orgasmo barrió su liberación y lo golpeó con tanta fuerza que se mareó, mientras Kai no frenaba las embestidas ni de broma. Su canal se empapó mientras el nodo de Kai empujaba en su interior, rugiendo su liberación, golpeando aquella glándula que provoco un segundo orgasmo en el deshecho cuerpo del omega.

El lobo gritó por última vez antes de dejarse caer, las endorfinas secretadas por su glándula abusada adormeciéndolo a una velocidad alarmante. Kai lo sujetó y ambos se dejaron caer con suavidad, el alfa protegiendo la integridad del omega y cuidando del cuerpo sin voluntad del más pequeño. Kyungsoo exhaló un par de suspiros, intentando regularse a sí mismo y mantenerse despierto, esfuerzo que le estaba costando mucho.

Solo atinó a gimotear cuando Kai maniobró con su cuerpo, acunándolo entre sus brazos de manera cariñosa, contrastando con el salvajismo con que fue tomado por el.

Kai miró al omega que aun no se recuperaba. Kyungsoo tenía los labios hinchados entreabiertos y temblorosos, los párpados recibiendo leves espasmos nerviosos, el pelo azabache revuelto y pegado a la frente por el sudor, el rostro un poco rojo, las mejillas aun teñidas por el sonrojo, el cuerpo relajado, el pulso disparado, la respiración entrecortada y acelerada, la sudorosa piel brillando, y emitiendo endorfinas que lo afectaban, entrando en un estado de relajación y adormecimiento parecido al del omega. Sabía que el omega estaba demasiado bien follado y mareado por la saturación sensorial como para abrir los ojos y regular su respiración.

Kyungsoo emitió un leve gimoteo antes de removerse un poco entre los brazos del alfa y acomodar su cabeza del hombro de Kai.

Misión cumplida. Bestia domada, por el momento.



Notas finales:

La verdad es que es el lemon no es lo mio, simplemente. Lo siento si salio tipo caca regada pero al menos lo intente lol

Chau xD


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