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UNIDOS por alliaries

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Notas del fanfic:

Saint seiya no me pertenece es propiedad d emasami kurumada.

Notas del capitulo:

Hola gracias por leer, espero que tengan lindo día

La batalla en el averno finalizo con la victoria de Atena, los caballeros dorados fueron relevados de su cargo, ahora podían gozar de una vida tranquila, regresaron a su país de origen, todo marchaba bien no parecía que la tierra fuera a caer en peligro nuevamente.
Una mañana Deathmask recibió una carta muy particular, el caballero de géminis lo invitaba a pasar unos días en Grecia, sin ninguna razón en particular. 
El italiano accedió, se aburría con facilidad a sí que no vio con malos ojos darle una visita a su compañero. 
Varios días después de recibir la carta Deathmask llego a Grecia, específicamente al pueblo de Rodorio, el punto acordado por el geminiano.

-¡Deathmask!
El joven de ojos azules se giró para encontrarse con el griego
-Saga, hola-levanto la pequeña maleta que momentos antes había puesto en el piso.

-me alegra que vinieras-Saga sonreía con cierta picardía-Ven-dijo mientras tomaba el morral del otro-te ayudo.

-Gracias-expresó el italiano.
De este modo comenzaron a caminar rumbo a la casa de Saga, se mantuvieron en silencio hasta que Deathmask lo abordo con una pregunta.
-¿Por qué me invitaste a venir?

-Por ningun motivo en particular, solo tenía ganas de estar con un viejo compañero eso es todo.

-¿he de suponer que en estos días, invitaste a nuestros compañeros a quedarse aquí?
-
No, solo a ti-el joven abría la puerta, dejando entrar a su visitante primero, para segundos después adentrarse en la casa y cerrar la puerta.

-Me alagas-El de ojos azules veía con detenimiento la casa del griego, no era muy grande, eso no le molestaba, teniendo en cuenta que la suya era más pequeña.
-linda casa.

-Gracias, puedes sentarte donde gustes-La tarde comenzó con un charla muy amena, hasta el momento en que Géminis cambio las cosas de rumbo, se encontraba sentado al lado del Italiano, y sintió la necesidad de decirle algo.

-Deathmask, ¿Por qué nunca me detuviste?-La voz de Saga no sonaba molesta, más bien curiosa.

-¿Detenerte?, no entiendo a qué te refieres.

-SÍ lo sabes-El de cabellos largos poso su mano en el hombro de su acompañante.

FLASH BACK

Hace algunos años cuando el santuario fue dominado por Saga, este había recuperado el control sobre su cuerpo, fue por un breve tiempo pero en ese lapsus de tiempo las intenciones de Saga eran firmes, como la mano que sostenía una daga con rumbo a su cuello.
Fue detenido por el caballero de Cáncer, que en ese tiempo no superaba los once años de edad.

-¿Qué haces?-la mano del pequeño se posó sobre la de Saga, tratando de impedir que este se suicidara.

-¡Mátame!-expreso con angustia-por favor, envía mi alma al yomotsu.

-No-la voz del pequeño era limpia y suave, característica que perdería con los años-No voy a matarte Saga, yo sé que tú puedes seguir adelante, eres fuerte lo lograras-el pequeño Italiano se arrodillo, beso la mejilla de saga, y le quito la Daga de la mano.

END FLASH BACK

Los dos hombres guardaron silencio, hasta que Cáncer se levantó, enojado miro a Saga y le dijo.

-¡Si me has llamado para reprocharme lo mejor será irme en este momento!
-
¡No te he traído aquí para reprocharte!-Saga en un movimiento rápido tomo a Deathmask, y lo sentó de nuevo en la silla-deja esa actitud, sabes perfectamente que no tienes que aparentar con migo.

-Está bien, si no me trajiste aquí para reprocharme, creo que no habrá problema.

Cuando la noche llego Deathmask se disponía a acomodarse en el sofá, pero Saga le expreso que no era buena idea, alegando que en las noches el frio se filtraba por la puerta.
El de Cáncer accedió, pero se sorprendió cuando Saga lo guio a una habitación, se metió en la cama y lo invito a acompañarlo.

-¿Qué sucede? Deathmask-Saga veía que su compañero se mostraba incomodo por tener que compartir el lecho.
- No pasara nada, recuerda que tu solías dormir conmigo cuando eras pequeño, además los dos somos hombres.

Deathmask asintió con la cabeza y acompaño a Saga en la cama, mientras transcurría la noche, Saga despertó se giró para cerciorarse de que su invitado siguiera a su lado, sonrió al ver al joven a su lado, tan tranquilo inspirando fragilidad, sintió el deseo de besarlo y así lo hizo.
Deathmask tenía algo que él no podía explicar, su aroma era hipnótico. Sonrió al cerciorarse de que los viejos hábitos no se pierden. Deathmask se acercaba a Saga tratando de hacer que este lo abrazara a si lo hizo el geminiano, aunque este sabía que su compañero lo hacía de manera inconsciente, él estaba gustoso de cobijando a Cáncer entre sus brazos.

A la mañana siguiente los dos se sentían de mejor ánimo, Saga le pidió al Italiano que lo ayudara con ciertas cosas de la casa, mientras Saga limpiaba el polvo, giro su vista hacia Deathmask, que se encontraba limpiando la cocina, se veía tan lindo, Saga se movió con rapidez, se puso detrás del italiano, apoyándose ligeramente contra el de cabellos cortos,Con la excusa de limpiar el lugar en el que colocaba los platos.

-Saga, ¿Crees que tardaras mucho?-un pequeño temblor se apodero de la voz del menor.

Saga sonrió-No creo, ¿Te incomoda?.
Deathmask iba a responder pero no pudo, pues Saga arrojo accidentalmente una caja que contenía polvo de manzanilla, sustancia a la cual era alérgico el Italiano.

Deathmask-estornudo con fuerza, tratando de apartar de si todo ese polvo-No puede ser-su voz paso de la incomodidad a la típica de un resfriado, bajo los hombros con cansancio-creo que me daré una ducha.

Saga le indico a Deathmask el lugar en el que podía ducharse, también le entrego ropa para poder cambiarse.

Bajo la ducha Deathmask pensó en lo ocurrido en la cocina, la forma en la que Saga se acercó y se recostó contra él, no le desagrado sintió como si fuera algo normal como si el Geminiano lo hiciera a diario, salió de la ducha, se colocó la ropa que Saga le dio, aunque le quedaba un poco grande, una o quizás dos tallas más que la suya, era algo esperado, el Griego era ocho centímetros más alto, con una musculatura mayor a la suya.

Cuando salió se dio cuenta de que Saga tenía una pequeña taza en las manos, se sentó en la cama cuando el mayor lo invitó a seguirlo, él guardián del tercer templo le entrego la bebida a su acompañante, quien antes de probarla, la soplo con suavidad.

-¿Te gusta?-Géminis se acercó a su compañero.

-Sí, tiene un sabor muy agradable.

-Me alegra, no soy muy bueno para cocinar.

-Pues esta deliciosa, deberías probarla.

-Sí, eso hare-Saga espero a que el menor, llevara nuevamente el líquido a su boca, para tomar su rostro y besarlo, cuando se separó paso su lengua por el labio inferior del Italiano, para retirar las pequeñas gotas de té.

-Tenías razón, esta deliciosa-Saga aún tenía en sus manos el rostro del joven-aunque me gustaría probar otro poco.

-Saga…puedes probar cuanto quieras, pero primero dime ¿En realidad estabas limpiado, cuando te pegaste a mi espalda?

-Eres muy listo, no se,  te veías tan lindo, no pude resistirme a estar cerca de ti.

-¿Por eso me trajiste aquí?

-Sí, pensé que podía olvidar todo lo que paso en el santuario, pero eso te incluiría a ti, y eres lo más importante, no me abandonaste, moriste por protegerme y yo…no valore tu esfuerzo. Nunca creí que pudiera haber alguien dispuesto a consagrar su vida a mi voluntad, a lo que deseaba, fuiste la luz que me acompaño en esos años de oscuridad, y no deseo más que seguir disfrutando de tu compañía.

-No es correcto, mereces algo mejor, yo solo soy un asesino un traidor, no merezco tu afecto.

Saga uso su peso para dejar al menor debajo suyo-No digas estupideces, tu protegiste todo de mí, aunque eso significara servir a mi oscuridad, tu corazón es capaz de amar con una pasión desbordante, y ese corazón solo me pertenece a mí.

-¿y si encuentras a alguien mejor?

-imposible, ¿No lo entiendes? Deathmask te amo, te he amado desde siempre, aún recuerdo cuando te vi por primera vez eras tan solo un pequeño, con la carita sucia y el cabello despeinado ,la hermosa ternura con la que veías y hablabas, soy el único que te recuerda como realmente eras, sin cinismo ni maldad, puro y cariñoso…Donatello.

Cáncer abrió sus ojos con sorpresa- ¿aún lo recuerdas?

-¿Cómo olvidarlo?, te deseo, te amo y te necesito, te cuidare, como tú lo hiciste con migo, Deathmask o Donatello-Saga acariciaba el rostro de Cáncer-el que desee quedarse conmigo.
Beso el cuello del italiano retirando su mano del rostro para enredarla en los cortos cabellos. Continúo besándolo subiendo con lentitud besando su frente, sus mejillas, sus labios.
-¿Te quedaras?.

Donatello abrazo a Saga, se acercó a su oído y le susurro-Nunca te he dejado-el griego se separó y vio algo que creía que nunca iba a regresar, en los ojos del Italiano ya no se reflejaba la indiferencia, ahora podía ver un mar de emociones, esos hermosos ojos que lo enamoraron hace mucho, habían regresado, su mayor deseo había sido concedido. 
Donatello había vuelto a él, y esta vez no permitiría que apagaran de nuevo su luz, lo protegería con su vida, y desde esa noche todo sería mejor para ambos. 
Saga ya no temería por el regreso de su oscuridad y Donatello ya no sentiría tan tajante la soledad, porque Saga tenía razón, su corazón le pertenecía a él y de igual forma el corazón de Saga era solo suyo.

De eso no había duda, la unión que se había concretado en el interior del Italiano, les dejaba en claro dos cosas:
A Deathmask que no existía nadie capaz de llenarlo con tanta devoción y a Saga que no existía nadie capaz de cobijarlo con el amor con el que lo hacía Cáncer.

Porque ese amor se había formado por años, dese que Dethmask siendo aún un niño, había llegado al santuario, quedando a la tutela del recién nombrado santo de géminis, noches de cuidados y momentos de mutua confianza los había llevado a crear un lazo indestructible. Las estrellas lo habían decretado, de otro modo el templo de Géminis y el de Cáncer nunca habrían estado conectados.

A la mañana siguiente, Saga se percató que en toda la noche Deathmask no lo había soltado, acaricio su cabello y le beso la frente para despertarlo.
El de Cáncer se removió ligeramente retiro una de sus manos del pecho de Saga y se froto los ojos.

-Gracias por quedarte-La voz de Géminis salió con sutileza ganándose la atención de Cáncer.

-No tienes que agradecerme, estar a tu lado es sumamente gratificante.

Saga sonrió, había muchas cosas que deseaba decirle, pero comenzó con la que le parecía más importante.

-¿Alguna vez me odiaste?-su mirada era tranquila, solo esperando una respuesta sincera que podría destruirle o alégrale infinitamente.

-No, como podría odiarte, cada vez que te veía lo único que deseaba era abrazarte, en ningún momento sentí alguna clase de emoción negativa asía tu persona, intente abandonar el amor que te tenia, pero me era imposible, nunca pude olvidar tu cálida sonrisa o la gentileza en tu voz, ni escapar del imponente poder que transmites, desde el primer momento en que te vi supe que no deseaba nada más que no fuera estar a tu lado-Cáncer, miro al griego dispuesto a devolverle la pregunta.
-¿Tú me odiaste alguna vez?
-
Sí-El guardián del tercer templo se movió con rapidez para dejar debajo suyo al Canceriano-por obligarme a estar tanto tiempo lejos de ti-lo beso-¿sí yo no te hubiera llamado, abrías venido alguna vez?

-Probablemente no, y antes de que me preguntes por que…supongo que tenía miedo, de llegar y ver que compartías tu tiempo con alguien más, volver a verte y descubrir que alguien me había quitado tu corazón-Donatello cerro los ojos al sentir como Saga unía sus manos.

-No tienes nada que temer, yo no compartía estos momentos tan preciados con alguien que no fueras tú.

-Saga…me alegra tanto poder estar aquí contigo, no sabes lo feliz que me haces.

El mayor separo su mano del italiano, para bajarla a la cadera-entonces deberías mostrarme la alegría que te hago sentir.

Cáncer sonrió levemente, después beso al de cabellos largos enredando sus manos en los finos cabellos de Saga, dejando que este volviera el acto más íntimo cuando se levantó levemente quedando sentado en la cama, con las piernas del cuarto custodia abrazando su cadera, se giró lo suficiente para que sus pies tocaran el piso.
Se levantó con las piernas del italiano aun enredadas en su cadera.
Se dirigió a la ducha y una vez adentro, dejo que el agua se deslizara en el cuerpo de ambos, hizo que el menor apoyara su espalda en la pared del baño, se apartó un poco de él y vio con agrado que el cabello del cuarto custodio había descendido, haciendo que su rostro luciera menos severo, acaricio los azulados cabellos y beso su pecho.
Momentos tan íntimos y cálidos eran los que más atesoraban.

-Saga, tu rostro es hermoso, en especial el agua que cae tan finamente por él.

-Gracias, sabes esto me trae muchos recuerdos…recuerdo cuando llegabas sucio de los entrenamientos, entonces yo te ayudaba a limpiarte.

Cáncer tomo el jabón que se encontraba cerca de él y lo coloco frente a Saga. 
-¿Y si lo haces de nuevo?
El griego tomo el jabón, dejo que Cáncer tocara el suelo, de este modo los dos quedaron bajo el agua.Cáncer le dio la espalda a géminis, y este tallo su espalda con afecto, cuando termino de enjabonar al italiano, le dio la pequeña barra rosada, para que él hiciera lo mismo.
A si lo hizo. Tiempo después, dejaron la ducha, Saga tomo algunas prendas se vistieron y ayudo a Cáncer a vestirse.

-Sabes Saga, puedo vestirme solo no tienes que tomarte tantas molestias.

-Si quieres puedes desvestirte y hacerlo tú.

-No es necesario, si quieres que me desvista espera a la noche
.
Pasaron unos días desde ese encuentro, dedicaban sus noches a compartir el calor del otro. Y en el día disfrutar de charlas. En ese día en particular se encontraban en la sala, sentados en el sofá, sus manos estaban unidas y las movían de izquierda a derecha.
El italiano soltó sus manos, para recostarse en el regazo de saga.

-Donatello, hace un poco de frio ¿Podrías ir por una manta?.

-Claro, no tardo-el italiano se levantó y se dirigió con rapidez a la habitación de Saga para regresar lo más pronto posible a su lado.
Se escuchó un golpe en la puerta, el Geminiano fue a revisar y se encontró con otro de sus compañeros.

-Hola Afrodita-Saga lo recibió con agrado.

El Sueco no respondió, solo ingreso a la vivienda del Griego, en el momento en que este cerró la puerta, Piscis se arrojó contra el para abrazarlo.

-Saga, ¿Cómo has estado?

-Bien, Afrodita levántate por favor.

-¿Por qué?-El de cabellos turquesa beso la mejilla del de cabellos azules.

-Me incomoda estar en esta posición-Contesto con seriedad.

Piscis se levantó, permitiéndole a Saga imitar la acción.
-Está bien, si quieres yo puedo estar debajo de ti, se nota que no te gusta cambiar el orden.

-No es eso, Afrodita ya habíamos hablado de esto, te dije que no deseaba estar contigo.

-Lo sé pero, creí que podríamos intentarlo de nuevo.

Saga negó con la cabeza-esa relación se terminó en el momento en que Arles murió, debes comprender que no siento nada por ti.

Afrodita se acercó al Griego, le toco el rostro con suavidad-puedo hacer que te intereses en mí.

Saga estaba a punto de refutar, pero en eso la voz del cuarto custodio los sorprendió.

-Creo que Saga ha sido lo suficientemente claro, Afrodita debes retirarte en este momento.

-¿Deathmask?-el sueco figo su mirada nuevamente en Saga-¿Qué hace el aquí?
-
Lo invite a venir, teníamos…varios asuntos pendientes.

-¿Los mismos asuntos que yo he venido a tratar contigo?-Afrodita miro a cáncer y le sonrió de manera amigable-no te molesta compartir ¿Cierto Masky?-Afrodita parpadeo varias veces, tratando de seducir a Cáncer.
La respuesta del Canceriano fue elevar una ceja, para después expulsar a Piscis de la casa del Griego.

-Yo…lo lamento Dona-fue interrumpido por un beso del menor.

-No lo lamentes, no es tu culpa.

Saga inclino la cabeza, recordando vagamente la relación a la que se refería Afrodita.
Todo sucedió en el momento en que perdió total control de su cuerpo, aún era capaz de sentir, y cada vez que veía a Piscis el deseo se apoderaba de él, pero era solo eso, deseo.
Deathmask era totalmente diferente, cuando lo veía no deseaba poseerlo, deseaba estar a su lado.

-Sabes que no te cambiaría por nadie, ¿verdad?-Saga abrazo con fuerza al italiano.

-Lo sé, y no te preocupes si alguien se te acerca-Cáncer poso sus labios en la oreja de saga-no habrá Dios que los saque del hoyo al que los arrojare-después de eso deslizó su lengua por la oreja del mayor.

-Me agrada saberlo-Saga tomo el rostro de cáncer y lo beso-
Se sonrieron, la vida les había puesto muchas pruebas, peor una vez superadas no quedaba más que disfrutar  de su amor. 
Un amor creado por las estrellas, forjado en tiempos de guerra y que gracias a la paz ahora podían disfrutar.

       

Notas finales:

Bueno eso es todo hasta la proxima.


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