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CHOCOLATE AMARGO por kiyuki

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Notas del fanfic:

Los personajes le corresponden a su respectivo autor, disculpen las faltas ortográficas.

Notas del capitulo:

Bueno como dije en el resumen, esto se podría decir que es un especial de especial de mi otra historia Nunca lo olvide.

Disfrutad la lectura.

 


 


CHOCOLATE AMARGO


 


 


 


 


 


KiyoHana.


 


 


 


 


¿Cómo decirle adiós sin necesidad de hablar?


 


 


 


 


Capítulo especial 1: el chocolate en verdad es amargo.


 


 


 


Un bello paso a sus recuerdos por sus turbios ojos verdes, una tarde en que camino y deseo no volverlo hacer, pero esa no sería la única vez en que lo haría, ahora estaba enfermo del vivir cada día.


 


El sol comenzaba a morir en el horizonte para dar paso al nacimiento de las estrellas, la luna comenzaba a aparecer en ese cielo rojizo, se escuchaba las voces de las madres llamando a los niños a regresar a casa y los tristes pasos de aquella persona.


Un frio viento rozo su rostro, la bufanda que lo cubría no abrigaba demasiado en esos momentos, su mano sujeto fuertemente la pequeña caja y la abrió, saco uno de aquellos bombones y lo metió a su boca, el dulce comenzó a recorrer cada parte de aquella cavidad, derritiéndose en su paladar y molar, su lengua lo acaricio con dulzura y un pequeño susurro se escuchó en el silencio de aquella calle.


-el chocolate…es amargo…


 


 


(Presente)


 


 


Tal vez era una estupidez sentirse así, su madre siempre lo odio y el estúpido de Kiyoshi nunca supo de sus sentimientos, pero aun así no podía dejar de sentirse solo. El espejo roto en mil pedazos mostraban diferentes partes del rostro de Hanamiya, en ese  momento una idea paso por su mente, quería desaparecer.


Su mano aun sangraba por el puñetazo dado al cristal, busco entre los cajones algo y lo encontró, había navajas y tijeras, el filo del metal llamo mucha su atención, aquella era una buena herramienta para desaparecer, lo tomo entre sus manos, apretó fuertemente sus dientes al momento de acercar la navaja a las arterias de la muñeca.


-…Kiyoshi…


Susurro en la inmensidad de la habitación; solo era un corte, un fino corte que acabaría con su vida, si lo quería hacer ahora era el momento exacto. Volteo su rostro y una vez más vio su patético reflejo por el cristal fragmentado, en eso pudo recordar un momento de su vida, un momento dulce y amargo de aquella época de adolescente, un momento en donde él ya había descubierto que amaba a Kiyoshi, que se había enamorado y tenía miedo de decirlo.


-lo olvidaste…todo ¿verdad?


Las lágrimas salieron de sus ojos, trato de sonreír, pero solo salía una horrible mueca formada por sus labios.


-…idiota.


 


 


 


 


5 años antes.


 


 


 


Hanamiya estaba en su segundo año de secundaria, lamentablemente para el había conocido gente que no era de su agrado, en especial a dos que lo tenían mas que harto, el primero era  Imayoshi, un senpai de tercer año que por suerte esta año ya se irire, pero el peor era el segundo chico; era un chico cien por ciento positivo, sonrisas de aquí para allá, eso en verdad lo molestaba.


-Hana chan!-de la puerta se acercaba su compañero de club Reo Mibuchi, era alto y eso por alguna cosa le molestaba también.


Ambos chicos hablaron de cosas, aunque el más alto era el que prácticamente hablaba más que Hanamiya.


-Hana chan…no sé cómo terminar con Reila.


-yo creí que te gustaba.


-así es, pero no la amo.


-… ¿y qué quieres que haga?


-que cruel Hana chan! Tu deberías apoyarme como tu amigo.


-no me da la gana, además si no te gustaba no debiste salir con ella.


-lo peor es que se acerca san Valentine y estoy seguro que ella hará algo para mi.


-a así…


-Hana chan ¿le vas a dar algo a Kiyo chan?


-¿Por qué?-Hanamiya dejo de comer el sándwich en ese momento para mirar a Reo.- ¿Por qué debería?


-bueno, ¿él te gusta verdad?


Aquellos ojos verde olivo lo vieron directamente, no decía nada y solo se le quedo viendo.


-no me interesa ese sujeto.


-¿y qué me dices del capitán del equipo?


-ese viejo zorro.


-Hana chan, senpai solo es una año mayor que nosotros y no es un zorro.


-yo no lo creo.


-de seguro lo dices por lo de la forma que te convenció para entrar al club, ya deberías de dejar de sentir rencor por ello.


-que no debería, no me jodas reo, ese zorro prácticamente me acoso hasta mi casa, me siguió a todos lados; es más, estoy feliz de que por fin se valla así podre dejar ese club de mierda! Y deshacerme de todos los estúpidos de ahí.


El cuchicheo de los alumnos se detuvo al oír la voz de Hanamiya, si bien el pelinegro no tenía una buena fama en la escuela, nunca había levantado la voz.


-así que piensas dejar el club cuando me vaya…-desde la espalda Hanamiya sintió todo un escalofrió recorrer su cuerpo, conocía esa voz, era ese sujeto que lo había escuchado.


-así es cuatro ojos, a penas te vayas dejare ese club.


-yare yare… ¿acaso piensas destruir el club que forme?


-buenas senpai-en cambio Reo solo saludaba a la persona que había llegado.


-creo que te tendré que enseñar buenos modales…Hana chan.-dicho esto, agarro el cuerpo del pelinegro y lo recostó en la mesa poniéndose el encima, en una posición muy comprometedora, el resto de los alumnos solo trataron de mirar a otro lado, sabían que los del club de básquet eran extraños, pero también algo peligrosos y nadie quería verse envuelto en ese tipo de situación.


-…suéltame viejo zorro.


-no hasta que me prometas que no dejaras el club Hanamiya


-lo dejare…ya no me lo podrás evitar ex capitán jajajaja


-no tiendes a tu suerte niño- el pelinegro mayor agarro una mano y junto las dos de Hanamiya poniéndolas arriba de la cabeza del menor-¿Qué te parece si te tomo aquí, en frente de todos?


-…no jodas Imayoshi.-pero una de las manos del chico con lentes había comenzado a recorrer el abdomen de Hanamiya, no lo podía estar diciendo en verdad ¿cierto?, pero cada vez parecía más verdad que Imayoshi lo tomaría ahí, enfrente de todos sus compañeros; un temblor recorrió su cuerpo, le temía por alguna razón a ese sujeto, esa manos comenzaron a tocar el rostro de Hanamiya.


-¿quieres que te bese?-aquello fue solo un susurro que fue oído únicamente por los oídos de Hanamiya, en eso apareció un sonrojo fuertemente-…creo que así es.-Imayoshi bajo aún más su rostro y justo cuando lo iba a hacer, besar aquellos labios.


-senpai!-había entrado otro de sus lindos kohai-por favor no moleste más a Hanamiya-si, así era había entrado Kiyoshi para salvar al pelinegro que estaba debajo del cuerpo de Imayoshi-los otros senpai me enviaron para que no siga molestando a Hanamiya.


-tsk, bien-en eso soltó el cuerpo del menor, se arregló un poco el uniforme y luego se acercó al castaño-tu cuidaras de Hana chan, debes de hacer que no deje el club ¿entiendes Kiyoshi?


-si senpai.


Hanamiya solo vio irse al capitán del equipo y se bajó de la mesa, Imayoshi desde que lo conoció siempre terminaba por hacer ese tipo de cosas con el. Recuerda que cuando le trataron de convencer el chico de lentes lo había seguido a su casa e incluso se dio el lujo de ser invitado sin autorización. Como su madre no estaba mucho tiempo en casa, Imayoshi había obtenido una copia de la llave de la casa e iba a buscar a Hanamiya para llevarlo a los entrenamientos y sin descaro hacia el desayuno para dos personas; al inicio Hanamiya  había rechazado aquel acercamiento, no le gustaba las personas que andaban a su alrededor e Imayoshi quería entrar a su vida sin considerar los sentimientos de él.


 


……………………………………………………………………….


 


Aquel día de aun invierno, la escuela estaba llena de un singular ruido de parte de la mujeres de todas los grados, la verdad es que a Hanamiya no le importaba que día era, pero su amigo con un deje de tristeza en la voz le dijo que hoy era 14 de febrero, un día en donde las chicas le daban chocolates a los chicos y dependiendo de la clases de sentimientos que tenían los chocolates, el chico los podía rechazar o aceptar.


 


-¿te duele?-dijo Hanamiya al ver la marca roja en el rostro de Reo.


-es lo que me merezco e incluso creo que más por haber jugado con sus sentimientos.


-…tu no jugaste con ella, ella fue la que se creyó todo eso.


-pero yo…dije que la amaba, acepte salir con ella y en una relación se tienen que entregar los sentimientos de ambos para poder ser uno mismo, yo creo que eso es una forma de amar Hana chan, es solo que yo falle en amarla.


-ella se confesó primero, ella se enamoró primero y el que se enamora primero siempre es el que pierde, solo que ella no se dio cuenta del momento en que perdió.


-…soy una horrible persona.


-…lo eres.


-Hana chan! Se supone que tienes que animarme, no desmoronarme más de lo que ya estoy.


-ese es tu problema no el mío.


Aunque las palabras de Hanamiya siempre se oyesen frías y duras, sus amigos cercanos sabían que no era así, el solo decía la verdad, aunque a muchas personas les hubiese encantado escuchar una mentira dulce que una verdad amarga.


Durante todo el día de clases en los momentos de receso, las chicas llamaban a algunos chicos y los llevaban a un lugar en donde podían hablar solos.


 


 


Una confesión.


 


 


Un momento importante en la vida de las personas, un momento para poder recordar durante el resto de una vida.


Aun así a Hanamiya poco le importo eso, el siguió con su vida, sin mirar atrás, tenía otras cosas que  pensar y hacer antes de tener que detenerse a ver por el bien de los demás, ellos no le importaban en lo más mínimo.


Cuando termino el día y las actividades del club, Hanamiya se había dado cuenta de la falta de nos de los miembros del equipo, si por si no se equivocaba el sujeto que faltaba era Kiyoshi. Cuando quiso preguntar por el escucho que algunos de sus compañeros le dijeron que había una chica que lo había buscado y que necesitaba hablar con el.


 


 


Una confesión.


 


 


Pero eso a el no le importó, no le importó, alisto sus cosas y se fue.


De esa manera y sin interés en nada había llegado el final de su segundo año de secundaria, el club había despedido a los de tercero haciendo una fiesta, Hanamiya había logrado averiguar a qué escuela se iría Imayoshi para no ir el próximo año ahí.


Algunas sonrisas, unas lágrimas, saludos y bienvenidas y hasta luego y otros un adiós por su parte, así había terminado aquel segundo año, esperando que para el próximo no hubiesen cambios en su vida.


……………………………………………………………………….


 


 


(Tercer año de secundaria)


 


Las cosas no le salían como el las quería, se había prometido no enamorarse, se juró que él no pasaría por esa clase de sentimientos y aun así, había caído ante algo más tenebroso que las manos de Imayoshi…se había enamorado y de la peor persona.


Kiyoshi lo venía a recoger a su casa, lo buscaba en la hora de almuerzo para comer juntos, a ellos se les había unido Reo, Hayama y Nebuya, debe ser ahí cuando se dio cuenta de la presencia del castaño, de su sonrisa y como le ponía más atención solo a el.


 Aquel tercer año ellos habían obtenido un poder increíble, algo que hacía temer a sus adversarios, pero Hanamiya podía hacer incluso algo mucho más que simplemente derrotarlos, les quitaba las ganas de querer volver a jugar.


Las personas los conocían como los reyes destronados, porque ante todo su poder, había nacido otra generación aún más fuerte, una generación milagrosa.


 


……………………………………………………………………………..


 


Los sentimientos eran una mierda y Hanamiya los podía confirmar.


Cuando llego el 14 de febrero, el había caído ante la comercialización de aquella fecha. Tenía el plan perfecto, se los daría a Kiyoshi con la excusa de que se los habían dado a el y que no los quería por ser dulces, era un buen plan, solo tenía que llevarlo a cabo.


Cuando llego a la escuela  vio el rostro de las chicas y la felicidad que desprendían, los susurros que daban era prácticamente oídos por todos. Aquella tarde de invierno, las actividades del club había terminado, los chicos se alistaron para irse y cuando estaban saliendo aquel grupo de amigos, había aparecido una chica buscando a Kiyoshi.


-Kiyoshi senpai puedo hablar con usted?


Todos detuvieron sus pasos al verla, era baja y rubia, los ojos los tenia de un color cielo y las mejillas teñidas de un sonrojo, tenía los dedos rojos en signo de que había estado esperando en el frio a la llegada del castaño.


-vamos…-Hanamiya avanzo junto con los otros dejando atrás al castaño y a la chica, no volteo el rostro, porque no quería ver como ella se terminaba de confesar y el tal vez la aceptaría.


Llegados a cierto punto cada uno partió a su destino, Hanamiya camino solo, esta vez no había nadie quien lo acompañase, la noche llego y un poco de nieve cayó sobre su cabeza, de su bolsillo de la casaca saco una pequeña cajita, la abrió de la manera más brusca posible y se metió el dulce a la boca.


-el chocolates es…amargo.


 


 


 

Notas finales:

El final…el viernes 12 mi hermana me dijo

-¿Por qué no escribes historias de san Valentine?

Y aquí estoy, escribiendo.  En esos días escribí una de haikyuu! Y el otro especial es de esta pareja, si los que han leído Nunca lo olvide se pueden dar cuenta que hay unas cositas que puse aquí de allí, sin embargo esto es un especial por el 14 de febrero, quería que Hanamiya diera chocolates a Kiyoshi, quería mostrarle como era el antes en la secundaria, no se si lo habré logrado pero bueno.

Yeee apareció Imayoshi!!! y se puede ver al menos parte del presente y del pasado.

 

Una cosita más, el otro especial de esta historia es para el 14 de marzo, que en Japón vendría a ser el día blanco, ya veremos si ocurre algo en esa fecha, solo espero poder terminarlo  a tiempo y el capítulo 6 ya se viene, solo que no se por dónde escribir, es que ya me complique con tantas situaciones que pasan y me dije ¿Qué harías tú en esa situación?

 

Bueno notas muy largas, ya los veo pronto, no se preocupen ya saben, dejen consejos, quejas, recomendaciones todo lo que quieran, porque a mi me gusta leerlos.

Gracias por leer.


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