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Amor canino.~ por ShiroBlasphemy

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Notas del capitulo:

— Mis gatitos del inframundo, venía a dejarles una posible adaptación de un... ¿One shot? con algo diferente a lo que suelo escribir.

Espero les guste, nos leemos en las notas finales ^^ ¡A leer!

Su corazón latía a mil por segundo, sus manos sudaban y su corazón temblaba al igual que sus piernas, no sabía cómo era posible que una simple persona pudiera causar eso en él, que sus hormonas se dispararan con una sola sonrisa; Quizá también influía el hecho de que era considerado una cría con aquellas finas facciones.


Tan solo llegar a la puerta de aquel despacho que le hacía de muro entre su presa y el, la abrió y nuevamente inclinó con ambas manos juntas al frente.


— ¡Y-Yutaka-sensei!, Me gustas… ¡Por favor sal conmigo! —El joven apretó sus puños al alzar el rostro entre aquellos titubeos.


La respuesta fue instantánea



— Me niego. —Respondió el aludido sin siquiera levantar la mirada de la portátil en la que trabajaba. —. Eres un bastardo persistente ¿No?, ¿Cuándo aprenderás?



Takashima Kouyou, 19 años, su desesperada confesión fue rechazada ese día… por décima vez.




— P-Pero… lo diré hasta que usted acepte —Insistió el de féminas facciones.



— Imposible —Reiteró el mayor en un tono bastante friolento— Para empezar, no tengo absolutamente ningún interés en otras personas, menos aun tratándose de alguien de mí mismo sexo.



Kouyou frunció el ceño— ¿Usted es un narcisista?.



— Error… Supongo que se podría decir que odio a las personas—Respondió frunciendo el ceño también con fiereza— Y particularmente odio a la gente molesta como tú —Refutó agregando al final— Largo.


—Pero…yo...



— ¡Fuera de aquí! —Exclamó el mayor de ambos entre un gruñido, luego sacó casi de patadas al estudiante.


Una vez más, Takashima se resignó a que posiblemente el siguiente día sería mejor.



Nuevamente su mente se encontraba en las nubes, sin duda Takashima adoraba los viernes a primera hora. Escuchaba la voz de su amado en desde primera hora en la mañana— Linda voz…—Susurró hundido en sus pensamientos—  A pesar de ser tan frío como un Cyborg a veces, tengo muchas ganas de saber sobre él, pero no sé nada aun. —susurró más al alzar la vista notó que por un segundo por más corto que haya sido, la mirada del nombrado Yutaka estaba sobre su persona con una sonrisa simplemente encantadora que se desvaneció en segundos.



— ¿Me miró? —Susurró y luego suspiró reposando los brazos en la mesa de su escritorio— Cuando me mira con esa sonrisa se ve tan genial, pero yo quiero verlo sonreír más… Y cuando besa, ¿Cómo se verá teniendo sexo? —Cuestionaba Kouyou en su mente. —Si tan solo le gustara la gente—Siseó para sí.


… ¡De  ninguna manera, es demasiado lindo! —Cuestionó en un chillido bajo un  compañero del castaño.



Lo sé, es mi perro—Decía orgullosa el otro, Kouyou pudo apreciar un cachorro en el móvil de su compañero Matsumoto, un chihuahua negro con café.



— Prefiero casarme con este chiquillo que con un ser humano —Exageró el otro de baja estatura.



—Estás diciendo tonterías —Mencionó Matsumoto entre una risilla.



Sin embargo para Kouyou aquello fue como una bombilla encendida en su cabeza. ¡PERFECTO! Fue lo que pensó.


Nada más llegar la hora del almuerzo se escabulló hacia la salida de aquella universidad logrando irse sin mayor problema, obtendría lo que quería…



¡Por qué a Kouyou nadie le decía que “NO”!




-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.



— ¿Qué clase de mimetismo es esto? —Cuestionó con una mirada seria y un tanto incrédula aquel profesor que tan constantemente era acosado.



Y es que no era para menos, ¿Quién en su sano juicio imaginaría que al final de la jornada laboral del día se encontraría con aquella sorpresa?.
No era nada normal, era fuera de lógica encontrar a tu estudiante, con unas peludas orejas saliendo de entre sus finos y castaños cabellos, pero más extraño aún era verlo con también una cola agitándose tras su espalda baja y un collar con un aro al frente por donde estaba sujeta una correa de cuero negro, era simplemente algo… no tanto raro, simplemente era; Fuera de lo común.


— ¿Hee? —Cuestionó cantarín Kouyou con ambas manos al frente echas un puño, enseguida inclinó ligeramente el rostro a un lado al tiempo en que sonreía y aquella negra y peluda cola se agitaba tras de si— ¡Amo, soy su perro! ¡Woof, Woof! —Medio ladró al final, aunque claro eso sí que era genuina actuación.


El pobre Tanabe se inclinó ligeramente en su asiento, su rostro no contenía ninguna expresión, pero sí que aquello le tomaba por sorpresa, ¿en serio ese chiquillo tanto haría para obtener su atención?

— Si no le gusta la gente, le gustaré si no soy humano, ¿no? —Cuestionó con orgullo Takashima, guiñando uno de sus ojos. Aquella era la razón por la que había salido a la hora del almuerzo y llegaba casi a las 7pm, pero no eran las reacciones que realmente esperaba y eso en conjunto con la atenta mirada ajena en todo su cuerpo escudriñándolo, le ponía los pelos de punta. — Cielos aun no es… todavía no es suficiente —Murmuró para si en sus adentros.



— Takashima —le llamó Yutaka al acomodarse a un lado de su escritorio en una silla. ¿Cuándo había puesto en ese sitio?.


— ¿Huh? —Cuestionó al acuclillarse frente a él mayor, este dejó a penas un momento de cruzar los brazos y le extendió una mano.


—… La pata —Ordenó al abrir su mano, Yutaka sintió a los segundos la diestra de aquel niño sobre su palma. — La otra —ordenó obteniendo el mismo resultado, mostró aquella sonrisa muy poco común y palmeó los cabellos castaños de Kouyou y luego halagó — Muy bien.



¿Esto realmente funciona?


— Sen…


— ¿Qué será lo próximo? —Cuestionó Yutaka al sujetarse el mentón y luego con su pulgar e índice de la mano libre había sujetado el mentón de su estudiante, escudriñó una vez más advirtiendo del cuerpo de este y luego con una sonrisa que de inocente no poseía nada, agregó aquella orden— ¡Quítate toda la ropa y a cuatro patas!



— ¡¿QUÉ?! —Cuestionó exaltado Kouyou, ¿acaso aquello llegaría a tanto? Y lo supo cuando su profesor se apartó cruzando los brazos y una pierna sobre la otra, observándole con una ceja alzada.



— Los perros no necesitan ropa ¿cierto?



— Es cierto, pero…


— ¿Nos escucharás lo que dice tu amo? — Cuestionó Yutaka frunciendo el ceño y de forma severa agregó— ¿Eres un perro malo?



Yutaka observó al muchacho morderse la lengua y asintiendo decidió por entre tirones, retirarse cada prenda en su cuerpo dejando a la vista sus largas y esbeltas piernas, aquella pálida piel de cada centímetro de su cuerpo, aquel bonito y blanco trasero respingón y es que admitiría que aquel muchachito era una belleza andante.


Yo realmente terminé haciendo lo que me ordenó—pensó Kouyou al encontrarse, vergonzosamente denudo y expuesto en aquella posición. — Amo…



— uhm, no sabía que los perros hablaran con palabras, que curioso —Añadió aquel profesor, soltando a su vez una risilla que heló la sangre de Kouyou e hizo su piel erizarse.


— Woof.. —“Ladró” en respuesta Kouyou al tiempo en que se mordía la cara interna del labio— “Se…Se hechó a reir, pero de algún modo es malditamente sexy” —pensó el muchachito.



— Hey perro, Servirás a tu amo ¿cierto? — Yutaka observó a su nueva “mascota” asentir, así que tomó la correa y enseguida le jaló para dejar ambos rostros cerca—  Antes que nada, necesitas un nombre digno de un animal como tú —Añadió mordaz y chasqueando la lengua, luego de unos momentos agregó— Será Uruha.



— ¡¿Qué?! —Cuestionó Uruha nuevamente algo espantado, pero supo que había cometido un error al ver la severa mirada de su “amo” sobre él.


— Es que aún no aprendes, ¿eh? Mereces un castigo —Cuestionó y con su mano libre desabotonó el pantalón y bajó también la bragueta del mismo, con aquella misma mano sacó su miembro el cual dejó expuesto para el Takashima, quien le observó con las mejillas ruborizadas, había entendido perfectamente el mensaje— No uses las manos—advirtió.



Takashima sin duda estaba loco, joder que lo estaba y lo confirmó cuando se vio usando la lengua para lamer aquella erección desde la base hasta la punta, no cabía duda de que Yutaka con solo verle se había excitado de sobremanera.


Uruha se lamentaba en ese mismo instante de no poder usar sus manos, sin embargo compensaba la petición de su amo, la cual aunque no quisiera admitirlo, también le había excitado de una forma increíble.


Los gruesos labios de aquel de largas piernas rodeaban la erección de su “amo” succionando su glande, lamiéndolo de vez en cuando, dejando parte de su saliva en este a medida que iba engullendo aquel miembro que dudaba cupiera todo en su cavidad bucal, pero eso no lo detuvo en su labor, al contrario comenzó un vaivén, disfrutando de aquel sabor salino en su paladar; Un gemido fue ahogado sobre la erección del profesor al sentir un material ligeramente frío rozar constantemente con su propia erección y la cola que ahora lucía y que antes se batía tras su espalda baja, se mantenía oculta a penas entre sus piernas, porque pese a los constantes acosos de las chicas como los chicos de aquella universidad, era un inexperto en cuanto a lo sexual se trataba.



— ¿Lo estás… sintiendo?  ¿Sientes lo que es ser un perro desgraciado? —Cuestionaba el Yutaka con el ceño ligeramente fruncido y con alguno que otro jadeo escapando de sus finos labios ante aquellas acciones a su erección.



— Hng, Mmhnn…—Se escuchaban aquellos gruñidos ahogados de Uruha contra el pene de aquel hombre, el cual le había sujetado de la cabeza para el mismo ejercer un ritmo con sus caderas, profanando a placer aquella húmeda cavidad.



Bastaron solo algunas estocadas más contra la cavidad ajena como para que terminara liberando su líquido seminal en la boca de Kouyou, el cual simplemente  dio una apenas audible arcada.


— Trágalo —ordenó Yutaka de forma severa, sujetando las mejillas de Uruha en cuanto sacó su miembro de su boca, este obedeció seguido de jadear sin ninguna clase de vergüenza, Yutaka sonrió con maldad y enseguida jaló la correa de su mascota obligándole a levantarse y apoyarse con ambas manos del escritorio, dejando aquel bonito trasero a merced de su sensei. — Era mejor estrenar la parte de atrás así…—agregó para pena de Uruha.


Uruha no percibió mayor tacto hasta que un par de intrusas separaran sus glúteos y prontamente sintiera aquel sinhueso pasearse tan a gusto por su entrada, gimió por lo bajo al sentir también un dedo ajeno profanar aquella cavidad, haciéndole soltar un quejido.



Su lengua está dentro y ¿Un dedo? —Se cuestionó mentalmente Takashima, dolía aquel dedo incomodaba. — ¡No!, espe…



— No hables —siseó Yutaka al haber sacado su lengua de aquella ya húmeda cavidad, al tiempo en que se erguia y paseaba sus labios por la nuca y hombro del menor, su dedo había comenzado un ligero vaivén, buscando dilatarle al menos un poco. — Es tu primera vez, ¿cierto?



En toda respuesta Uruha a duras penas asintió y ladró, ya a gusto con aquel dedo intruso al que se había acostumbrado ya, pero sin embargo al sentir aquel dedo fuera y sentir esta vez el glande del profesor presionando contra su entrada se alarmó y simplemente pensó— ¡Por supuesto que es mi maldita primera vez! ¡Es la primera vez que quiero un jodido hombre así!



— Está…entrando —murmuró Kouyou el sentir aquella extensión de carne adentrarse en su interior poco a poco, haciéndole gemir algo adolorido por lo bajo— Ow…Uh! —murmuró al tener todo el miembro ajeno profanando su interior.



— Está…apretado—Mencionó Yutaka y con unas palmadas en la espalda ajena, obligó a Uruha a recargar el pecho en el escritorio.


— Uh… Agh, Realmente due..le Mucho—Mencionó Uruha al momento en que el mayor comenzó a moverse en su interior. — Ohh…¡Ammnh! —Gimió aquel castañito.



— Tú.. ¡Hm! ¿Qué tan idiota… eres? —Cuestionó en un susurro Yutaka a la par de sus lentas embestidas. — ¿Por qué me dejas ir tan lejos y no te resistes ni un poco?, ¿tan desesperado estabas por obtener mi atención?



— ¿Huh? —Cuestionó Uruha sorprendido, luego apoyó su mejilla en el escritorio con un intenso rubor adornando sus mejillas, resaltando aquella blanca piel de su rostro, luego susurró entrecortadamente— Esto… Realmente es vergonzoso y duele, pero más que…Ah~, es porque convertirse en uno con el sensei me hace muy feliz.



— Ah, Hm…— Yutaka dejó sus movimientos por un segundo y para sorpresa de Uruha, rodeó con sus brazos la cintura ajena, ocultando su rostro en los castaños cabellos de la nuca de Kouyou, luego susurró—  Metí la pata… estaba planeando ir despacio, pero se me fue de las manos—Bisbiseó dejando un corto beso en el hombro de este, luego añadió— Eres demasiado diferente de otras personas, Kouyou… se siente tan bien. —Susurró contra la piel ajena antes de separarse saliendo de su cuerpo y luego volteó a Kouyou y le empujó, dejándole extendido sobre el escritorio. No dudó al momento de ingresar en el una vez mas y de esa forma embestirle fuertemente, escuchando aquel singular sonido que producía el trasero ajeno chocar contra si pelvis, Yutaka no perdió oportunidad y enseguida besó aquellos gruesos labios que tanto llamaban su atención, beso que Uruha no tardó en corresponder, ahogando así sus gemidos.


— Haa…Ahh—Kouyou no pudo permanecer demasiado con los labios unidos a los ajenos por lo que al separarse, sus gemidos fueron liberados. Pudiendo así gruñir y lograr observar la expresión de placer puro que representaba el rostro de su amado profesor. — Wooh, es la primera vez que he visto al sensei con este tipo de expresión.


— ¿Aun duele? —Cuestionó el aludido entre aquellas fuertes embestidas que otorgaba al castaño.



— N-No… Se siente muy bien, me voy a ve-venir —Advirtió Uruha aferrando sus delgados brazos alrededor del cuello de Yutaka.



— Muy bien hazlo…—Respondió el mayor, luego de algunas embestidas más, ambos entre un fuerte gemido terminaron llegando al orgasmo, el cual sacudió a ambos al instante. Yutaka luego de salir del interior de Uruha entre una corta y sincera risa, besó los labios de este— Estas loco, chico…


— Hey… ¿puedo venir aquí otra vez? —Cuestionó Uruha en un susurro y con una feliz sonrisa plasmada en los labios, al tiempo en que se sujetaba aun de la espalda ajena.


— Oh, ven a partir de ahora cuando quieras, mi perro —Respondió Yutaka aun con aquella sonrisilla en los labios. ¿¡COMO QUE PERRO!?



Y lo dice con esa sonrisa —se lamentó dramáticamente Uruha haciendo reír a quien suponía era su ahora pareja, sonrió también— Bu-bueno, supongo que está bien si somos felices…



— Excelente, pero dime chico—Susurró Yutaka al tiempo en que con una de sus manos acariciaba una de las peludas orejas que sobresalía del castaño cabello ajeno— ¿Qué le dirás a tu familia cuando llegues con orejas y cola de perro?



— Eso… ¡dios no lo había pensado! —Chilló Uruha horrorizado.



— Bueno eso… chico en serio estás loco —Dijo El profesor en respuesta, riendo aún más ampliamente ante la “desgracia” del menor.



— Fue tu culpa —Se quejó Uruha observando al mayor con el ceño fruncido, abrazándole una vez más del cuello.



— ¿Ehhh? ¿mi culpa?  ¿y por qué? —Cuestionó el profesor señalándose a si mismo.



— Si, por haberme enamorado a primera vista y haberme vuelto loco por ti —Susurró y con una sonrisa de parte de ambos, unieron una vez más sus labios por última vez aquel día.



¿Continuará…?

Notas finales:

— Y pues... ¡Muchas gracias por leer! dejen un rw para saber si les gustó o si lo odiaron, de cualquier tipo será bienvenido. ^^


¿Que tal les pareció?
¿Kai fue un idiota por no haber correspondido desde un inicio?
¿Soy un completo asco para el lemon?

haganmelo saber, por favor ^^ nos leemos.


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