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Confession (Yoosu) por alexriden02

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Notas del fanfic:

Es un songfic que pidió una lectora para la pareja del  Yoosu. La trama de la historia no es mia, ella pidio que fuera algo asi y yo hice algunas modificacion.Ahome-Chan, espero que os guste. Felicidades!

Songfic:Confession_SS501 https://www.youtube.com/watch?v=gLUogCP3XIc

Notas del capitulo:

Pareja: Yoosu & Yunjae

Songfic:Confession_SS501 https://www.youtube.com/watch?v=gLUogCP3XIc

Ahome Chan, espero que os guste. Felicidades!

 

Park Yoochun estaba de pie junto a su bolso en la sala de desembarque del aeropuerto de Icheon. Su padre había sido muy precavido al enviarlo a estudiar al extranjero.

Tres años viviendo en Estados Unidos lo habían cambiado.  El torpe el impulsivo chico de su juventud ahora era un hombre asombroso, frio y calculador, pero sin perder su encanto y atractivo. Acomodó sus gafas oscuras sonriendo de costado, sabiendo que su ahora atractivo ser no pasaba desapercibido a los ojos de las mujeres. Las cuales no dejaban de verlo.

Sonaron uno pasos del vestíbulo de desembarque. Los pasos se acercaron a Yoochun, quien seguía de pie y sonriendo a la mujeres que se detuvieron a verlo.

Un golpe a su brazo derecho casi desestabiliza al joven heredero del emporio Park, pero sus buenos reflejos le impiden caer al suelo. Aunque no al chico que casi lo tumba al suelo.

 

- ¡Aish! – Yoochun resoplo molesto. Volteo bruscamente dispuesto a gritar a quien fuera que choco con él.

 

Bajó la cabeza y las palabras se quedaron atoradas en su garganta al ver el hermoso rostro del chico que lo había atropellado. La piel tenía pinta  de ser muy suave. Sus ojos eran abiertos y expresivos, con un color chocolate y su boca era lo que más llamo la atención de Park Yoochun. Uno labios rellenos y sensuales, muy suaves a simple vista y  tan tentadores que Yoochun deseaba probarlos.

 

 

Era difícil para Yoochun no seguir viendo al hermoso chico de rodillas a sus pies y sin darse cuenta estaba acortando peligrosamente la distancia que los separaba.

 

- Lo siento – se disculpo el chico con una voz suave como la de un niño pequeño – No vi por donde caminaba – le dijo intentando ponerse de pie.

 

La voz del chico encanto a Yoochun.

 

- ¿Te lastimaste? – le preguntó ayudándolo a ponerse de pie.

- No, pero  mi regalo si – señaló un pequeño paquete rojo con un listón blanco que lo rodeaba.

 

Sin más, Yoochun cogió el paquete y se lo entrego al hermoso chico.

 

Esta latiendo, continua latiendo

Desde la primera vez que no encontramos por casualidad            

Creo que me he enamorado,

He debido enamorarme totalmente de ti.

No puedo dejar de mirar tus ojos

Tus suaves manos, tu blanca piel, me muero por acaríciate otra vez

Quiero besar tus labios

 

 

- Gracias – le sonrió enseñando su más encantadora sonrisa.

 

Eso basto para que  terminara de flechar su corazón. Definitivamente Park Yoochun se enamoro de la belleza angelical frente a sus ojos.

 

- Fue un placer – repuso Yoochun mirando directamente a los ojos del castaño. El chico de rostro angelical se sonrojo. Yoochun tomó valor para no tartamudear como un colegial – Mi nombre es Park…

 

No pudo terminar de presentarse que Junsu empezó a dar saltos y gritar.

 

- ¡Jae! – arrojo otro grito mientras agitaba la mano en señal de saludo.

 

Curiosos por ese nombre, Yoochun volteo a ver de quien se trataba y fue cuando su corazón se detuvo. El hermoso chico de ojos chocolate  corría cual adolescente  enamorado hasta aquella belleza vestida de blanco.  La bella chica de cabello negro y largo hasta los hombros se descubrió de la bufanda y estiro las manos para recibir con un fuerte abrazo y muchos besos al otro chico.

 

 

- ¡Yoochun! – su amigo llegó,  impidiéndole seguir viendo al chico de ojos chocolates – ¿Sucede algo?

 

Ese día Park Yoochun fue flechado por  Cupido y ese día también se le rompió el corazón.

 

                                                                                                                                 

 

 

 

Yoochun atraviesa el pasillo a pasos seguros y firmes junto a su secretario personal y sus guardaespaldas. Los empleados de las tiendas hacen una reverencia al verlo pasar. Hace ya dos años fue nombrado presidente del centro comercial de Seúl y cada mañana había tomado costumbre pasar por cada tienda en un breve recorrido.

 

Al llegar al quinto piso, donde estaba su oficina, toma lugar en la silla que su padre le entrego como presidente de la compañía. Revisa unos papeles y vuelve para ver a su asistente y guardaespaldas.

 

- Yunho, ¿Cómo va la campaña para navidad?

- Los descuentos y promociones son un éxito. Muchos clientes pidieron las compras por anticipado y el porcentaje de ventas es superior al de otros años – respondió Yunho.

 

Antes de que Yoochun continuara preguntando. Las puertas de su oficina se abrieron y su mejor amigo ingresaba por la puerta echando humos.

 

- ¡¿Puedes explicarme que significa esto?! – le dice lanzándole una revista donde estaba su imagen junto a una promoción de navidad – ¡No recuerdo haber dicho que si!

 

Yoochun sonrió de costado muy tranquilo.

 

- Tú firmaste un contrato y tenemos todos los derechos sobre tu presencia.

- No hare este show a días de mi concierto.

- Lo harás y con una enorme sonrisa – le dijo Yoochun cogiendo unos papeles  que leer.

- Yunho-hyung, por favor di  algo – Changmin miro al mayor de los dos esperando una escapatoria.

- Tómelo con calma, será un show a beneficio – Yunho habló como un padre hablaría con su hijo –  Lo recaudado será donado a entidades que requieran nuestra ayuda. ¿No es grandioso ayudar?

 

Changmin repensó su actitud y terminó aceptando dar un mini concierto en el salón del  primer piso del  centro comercial.

 

- Bien hecho Yunho – dijo a Yunho – Eres el único que puede tranquilizar a Changmin. Algún día serás un gran padre.

 

Yunho asintió  agradeciendo las palabras de su jefe.

 

- ¿Cuándo es la boda? – le preguntó Yoochun a Yunho, quien se veía  sorprendido.

- Dentro de tres meses – respondió asombrado de que su jefe supiera que se casaría.

- Yunho, que no te sorprenda que quiera saber más sobre ti. Has trabajado cinco años a mi lado. Eres más que un empleado, te considero mi amigo.

-  Lo sé, pero no sé si es muy precipitado mi casamiento.

- ¿Lo amas?

- Si.

 

Yoochun sonrió de costado y dijo.

 

- Eres muy afortunado al casarte con el hombre que amas. No tienes porque dudar. Si él te ama, todo estará bien.

- Sé que Jaejoong me ama, el problema es que tengo miedo de fallar y hacerle daño.

 

A Yoochun se le removieron las entrañas de solo escuchar el nombre del prometido de Yunho.

 

- ¿Pasa algo?

- El nombre de tu prometido se parece mucho al de alguien que no me agrada – dijo mientras apretaba sus manos sobre la mesa.

- Hablas de la chica del aeropuerto. La que se llevo a tu…

- ¡No lo digas! – Yoochun se tenso – Es mejor olvidar aquello.

- ¿Tú lo has olvidado?

 

Yoochun guardó silencio.

 

- Eso me dice que no. ¿No quieres buscarlo?

- Paso hace dos años, aunque quiera no puedo. No tengo ninguna pista más que su bella sonrisa grabada en mi mente. No sé su nombre o quién es.

- Si es su destino estar juntos, puede que vuelvan a encontrarse – repuso Yunho para confortar a su amigo.

- No lo creo. Han pasado dos años y nunca volví a verlo. Nuestro destino no es  estar juntos.

 

El celular de Yunho empezó a timbrar y Yoochun le dio permiso para contestar.

 

- Hola amor – Yunho respondió y Yoochun casi se mata de la risa. Nunca había escuchado al serio de su amigo hablara con tal encanto con alguien – No. Estoy con Yoochun. Está bien. Iré por ti.

 

Yoochun no dudaba que Yunho sería muy feliz, pues se lo veía muy enamorado hablando con su prometido.

 

-  No sé si Yoochun quiera venir. Ya sabes que ha dicho no a todas nuestras invitaciones.

 

Park Yoochun no necesitaba preguntar. Sabía de qué  hablaba  Yunho con su prometido. Desde que Yunho conoció a Kim Jaejoong, hace dos años, ambos quieren presentarle a Yoochun al hermano menor de los Kim. Yoochun desde el principio se negó, no necesitaba conocer a nadie.

 

- Le dije que tu hermano es lindo, pero simplemente no quiere – Yoochun le hizo una señal de que cortara – Tengo que irme amor. Pasare a buscarte. Te amo.

- No hay duda que te tiene en sus manos – Yoochun alzo una ceja.

- Completamente y no me molesta – repuso orgulloso de tener a Jaejoong a su lado.

 

 

Junsu hizo un pechero mientras llegaba a su casa. Su hermano lo miró y no pudo evitar preguntar.

 

- ¿Te despidieron otra vez? – le preguntó Jaejoong y Junsu asintió con un tierno puchero.

- No fue mi culpa – se defendió antes de que su hermano lo regañase – Un idiota de la cafetería me pellizco  el trasero y le di una paliza. El jefe me obligo a pedir disculpas, no lo hice y me despidió.

- Lo asesinare – gruño Jaejoong enojado.

- No asesinaras a nadie – llegó Yunho con una charola llena de dulces y tres tazas de té.

- Hola Yunho – Junsu le saludo con una reverencia.

- Yunnie, ese pervertido se metió con mi hermanito – Jaejoong se colgó del brazo de su prometido – Asesinarlo es poco.

- Junsu no es un niño. ¿No lo escuchaste? – dejo la charola en la mesa del comedor – Le dio una paliza.

 

El castaño sonrió con orgullo. Claro, después de la paliza que le dio  a ese pervertido  difícilmente vuelve ría a usar a su amiguito.

 

- Pero…

- Nada de peros – dijo Yunho tomando lugar en la mesa – Ahora lo que Junsu necesita es un empleo  nuevo.

- En casi todos lo despidieron o renuncio porque un pervertido quería algo mas con él.

 

Yunho no dudaba que Junsu fuera atractivo hasta para el hombre más heterosexual. Quien podría resistirse a un chico que se veía tierno e inocente, pero destilaba sensualidad.

 

- ¿En qué piensas Yunnie?

- Y-Yo… – Yunho trago saliva esperando no ser descubierto mirando al sexy de su cuñado. Se dio un golpe mental por seguir pensando así de su cuñado – ¿No hiciste algo sobre literatura Junsu?

- Tuve una beca en el extranjero hace dos años para un semestre sobre romanticismo literario.

- Creo que con eso bastara – sonrió Yunho y Jaejoong le dio un codazo para largara lo que sea que estaba paneleando – En el centro comercial de Seúl necesitan un chico para medio tiempo en la librería del segundo piso. Solo libros y ningún pervertido.

- ¡Eres genial mi Yunnie! – Jaejoong le dio un beso y lo abrazo.

 

 

Junsu estaba feliz en su segunda semana de trabajo. Muchas clientas llegaban buscando libros de cuentos para leer a sus hijos en navidad. El castaño  sonrió al recordar que su madre a él y Jaejoong les leía cuentos.

 

- Kim – le llamó la encargada, la señora Jang.

- ¿Hice algo mal? – preguntó intimidado de haber cometido  errores.

- No, es solo que mañana Hani no puede venir al horario de la mañana y me preguntaba si podrías cubrirla.

 

Junsu lo pensó. Ese día ya tenía planes, pero necesitaba el dinero. Junsu no podía dejar que su hermano siguiese manteniéndolo.

 

- Puedo hacerlo – le sonrió a su jefa. Cuando ella se fue Junsu suspiro triste – Después de todo no pude conseguir los pases.

 

 

Yoochun como cada mañana subía piso por piso para pasar por cada tienda de su centro comercial. Pero ese día Yunho no estaba a su lado, puesto que tenía que estar en los preparativos del show de Changmin.

 

- ¡Apresúrate Kim! – le llamó la señora Jang.

 

Junsu estaba limpiando el aparador de fuera montado en una escalera. Cuando escuchó cerca unos  pasos intento bajarse, pero en un torpe movimiento lanzó el balde con agua y jabón muy lejos. Para su mala puntería o buena, el objeto cayó sobre la cabeza del presidente.

 

 

- ¡Maldición! – dijo asustado mientras bajaba  las escaleras.

 

Los demás empleados lo miraban  boquiabiertos. No podían creer como alguien se había atrevido a semejante torpeza con el presidente Park.

 

Junsu tembló asustado, definitivamente estaba despedido.

 

Yoochun se quito el balde de la cabeza y gruño como animal a punto de atacar.

 

- Lo siento – Junsu se disculpó haciendo un reverencia de noventa grados.

- ¡Crees que con decir eso solucionaras algo! – Yoochun le grito más molesto que de costumbre – ¿Tienes idea de quién soy? ¿Si enfermo que crees que pasara?

 

Junsu no se atrevió a responder.

 

- ¡Estas despedido! – le dijo y siguió su camino.

- ¡Por favor! – Junsu se atrevió a tomarlo del brazo – Realmente necesito el trabajo. Fue un error…

 

Yoochun resoplo y sacudió su brazo pero el chico no lo soltó. Volteo a verlo para gritarle que se fuera antes de que lo mandara a sacar, pero las palabras se le quedaron en la garganta al ver al chico de ojos chocolates otra vez frente a sus ojos.

 

Diciendo que te quiero, diciendo a todas horas que te quiero

Esas palabras desaparecen cuando te tengo delante

Me gustaría decirte tantas palabras como estrellas hay

Si solo pudiera confesarte lo que siento

 

 

 

- Por favor, no volverá a repetirse. Seré más cuidadoso – suplicó Junsu sin soltar el brazo del presidente Park.

 

En el rostro del presidente Park se dibujo una sonrisa.

 

- Por favor – suplicó con lágrima en los ojos.

 

Ver a su hermosos chico de ojos chocolate llorar, hizo que Yoochun sin pensarlo limpiara sus lagrimas.

 Junsu miró asombrado la acción del presidente Park.

 

- Es el destino – dijo y lo abrazo.

 

Todos los empleados atónitos  se quedaron viendo aquella escena.

 

 

Yoochun se sentó en su silla mientras se secaba el cabello con una toalla. Junsu con pasos dudosos llego hasta su escritorio con algunos trajes en su mano.

 

- Presidente Park, esta es la ropa que pidió – dijo mientras dejaba las prendas sobre el escritorio de su jefe.

- ¿Cuál es tu nombre? – preguntó Yoochun antes que el chico se fuera.

- Kim Junsu – dijo algo tímido – Lo siento por el incidente con el agua  y pasare a buscar mi cheque...

- Quédate – le pidió Yoochun – No debí gritarte de esa forma.

- Estaba en todo su derecho. Yo cometí un error…

- El erro lo cometí yo. Vuelve a tu puesto.

 

Junsu sonríe y hace una reverencia agradeciendo a su jefe por no despedirlo.

 

- Antes de irte – Yoochun se pone de pie y camina hasta Junsu que realmente parece desconcertado – ¿Tu sabes quién soy?

 

Junsu asiente y Yoochun no puede evitar reír.

 

- Es el presidente Park. Dueño de este lugar y mi jefe.

 

La sonrisa de Yoochun se desvanece con tal facilidad que luce desilusionado. Él esperaba otra respuesta.

 

- Puedes retirarte.

 

 

Un gran tonto, me comporto como un estúpido

Da igual las veces que haya practicado, no me salen las palabras

Tus suaves manos, tu blanca piel, me muero por acaríciate otra vez

Quiero besar tus labios

                         

 

Diciendo que te quiero, diciendo a todas horas que te quiero

Esas palabras desaparecen cuando te tengo delante

Me gustaría decirte tantas palabras como estrellas hay

Si solo pudiera confesarte lo que siento

 

Yoochun no podía evitar espiar a Junsu en su trabajo. El chico era hermoso y siempre estaba con una sonrisa en su rostro.

 

- ¿A quién estas espiando? – le pregunto Changmin y Yoochun saltó.

- ¿Planeas matarme de un infarto? – Yoochun recrimina a su amigo – Deberías estar haciendo prueba  de sonido. ¿Qué haces aquí?

- Escuche que un empleado te mojo y quería conocerlo – miró la misma dirección a donde segundos atrás su amigo estaba viendo – No creo que estés  mirando a esa señora. ¿Es el chico de cabello castaño?

- Eso no te importa.

- Iré a preguntarle.

 

Antes de que Yoochun pudiera prohibirle algo, Changmin ya estaba dentro de la tienda de libros.

 

- Bienvenido cliente – dijo Junsu y se quedo con la boca abierta al ver frente a sus ojos a su ídolo – ¿Max Changmin?

- ¡Vaya, este disfraz no debe ser bueno! – se quito las gafas oscuras y miró al encantador chico detrás del mostrador – Hola.

 

Un simple saludo y Junsu se sonrojo hasta las orejas.

 

Yoochun frunció el ceño al ver como Changmin coqueteaba con Junsu. No soporto más y entro  a la librería, pero Junsu ni siquiera le miro.

 

- De saber que un ángel trabajaba en este lugar vendría más seguido – dijo Changmin y Junsu rió avergonzado.

- Mi hermano nunca creerá que te vi. ¿Puedo pedirte un autógrafo?

- Puedes pedirme lo que quieras ¿Si quieres podemos casarnos?

- ¿Eh?

- ¡Ven aquí! – Yoochun cogió a Changmin de una oreja alejándolo de Junsu – Tienes trabajo que hacer. No moleste a mis empleados.

- ¡Eso duele hyung, te acusare con Yunho!

 

Una vez fuera de la tienda.

 

- Te gusta ese delfín. ¿Verdad?

- ¿De qué delfín hablas? – Yoochun intento hacerse el desentendido.

- El chico de la tienda de libros. Debo admitirlo, es lindo. Si no te gusta. ¿Crees que haríamos buena pareja?

- ¡Estás muerto!

 

 

Yoochun por segunda vez estaba viendo a Junsu desde lejos. El chico de cabello castaño estaba tarareando mientras miraba al primer piso.

 

- ¿Te gusta Changmin? – le pregunto a Junsu sacándolo de su ensoñación.

- Presidente Park. Lo siento, no estaba perdiendo el tiempo solo que use un poco de mi descanso…

- Tranquilo – le sonrió – Solo hice una inocente pregunta.

 

Junsu tembló al escuchar la sensual voz de su jefe. No podía negar que ese hombre era guapo, pero sacudió su cabeza. ¿Cómo un hombre como Park Yoochun se fijaría en él?

 

- S-Soy su fan desde que estaba en la secundaria. Y verlo fue un sueño hecho realidad – volvió a ver donde Changmin estaba cantando una canción de su nuevo álbum – Me gusta su música.

 

Yoochun respiró aliviado de escuchar que el encantamiento de Junsu por su amigo era solo una atracción de fan a artista.

 

- También es muy guapo – dijo mirando como Changmin se lucia con su voz.

- Yo también soy guapo – farfullo Yoochun.

- Dijo algo presidente Park.

- Si, pregunte si te gustaba alguien más.

- Si.

 

El corazón de Yoochun se detuvo.

 

- SS501 – dijo muy animado haciendo gestos con sus manos como un fighting.

- ¿Eso qué es?

 

Junsu se volteo hacia su jefe y resoplo molesto.

 

- ¿Cómo se atreve a decir “Eso que es”? – Junsu frunció el ceño y Yoochun lo encontró adorable – Si no fuera mi jefe estaría muerto.

- Qué suerte ser tu jefe – sonrió Yoochun y Junsu le correspondió a la sonrisa.

 

La alarma del reloj de Junsu sonó.

 

- Debo volver a trabajar – se despidió de su jefe y Yoochun no pudo hacer nada por detenerlo.

 

Yoochun observo a su hermoso empleado irse.

 

- No tengo dudas, estoy enamorado de ti – dijo en voz baja sintiendo el latir de su corazón.

 

 

Yunho llego con una caja enorme en sus manos. Hace días Yoochun le había pedido un favor muy extraño.

 

- Aun no entiendo desde cuando te gusta esta boy band – dijo poniendo la caja sobre una de las mesas de la oficina de Yoochun.

- Así que son cinco chicos que cantan – leyó Yoochun el informe que Yunho había preparado – Están planeando un regreso.

- Muchos chicas están acampando a estas horas y con este frio para conseguir un pase VIP para ese  “comeback” Mi prometido está entre ellas  – aclaró Yunho abriendo la caja con todos los productos que había con la imagen de la famosa banda – ¿Puedo saber tu interés en estos chicos?

- Entonces él también acampara – murmuro Yoochun olvidándose que Yunho podía escucharlo.

- ¡Yoochun! – Yunho lo cogió por los hombros para que le prestara atención.

 

Yoochun miró a Yunho y le sonrió. Eso aterro a Yunho en más de una forma. Solo había una explicación para esa risa. Park Yoochun estaba a punto de pedir algo descabellado, otra vez.

 

 

- No importa cómo, consigue dos pases para ese comeback.

- ¿Quiere que vaya a acampar?

- No importa cómo, solo consíguelos.

 

 

Yoochun como cada tarde espiaba a Junsu,  pero el castaño  esa tarde salió más temprano. Curioso, Yoochun siguió a Junsu hasta la salida. Estaba nevando.

 

- Aigoo – Junsu hizo un pechero. Se cubrió la cabeza con su bolso para evitar que la nieve quedara sobre su cabeza. Sabía que Jaejoong lo asesinaría si no llegaba a tiempo.

 

Al empezar a caminar Junsu sintió como la nieve ya no caía sobre él. Al levantar la cabeza vio un paraguas cubriéndolo. Volteo y a su lado derecho estaba Park Yoochun.

 

- Presidente Park… ¿Qué hace?

- Cuidando la salud de mis empleados – le entrego el paraguas a Junsu que aun no salía de su asombro – Debes abrigarte mejor.

 

Yoochun se quito la bufanda para cubrir el cuello de Junsu.

 

Para Junsu le fue difícil no sonrojarse.

 

- G-Gracias – respondió Junsu y por alguna razón familiar aquella escena junto al presidente Park se le hizo familiar, como si ya lo hubiera vivido.

- ¿A dónde ibas con tanta prisa?

- ¡Ah, casi lo olvido! Tengo que ir por unos pases.

- Vamos.

- ¿Qué?

- Hoy estoy libre y mi auto está disponible.

 

 

Al terminara de aparcar. Ambos bajaron del auto. Junsu prácticamente corrió hacia un sector de la larga fila. Yoochun miró y vio a la chica del aeropuerto alzando la mano. Odiaba recordar que Junsu tenía una novia.

 

- Menos mal que llegaste. Estaba a punto de asesinarte  – dijo Jaejoong calentándose las manos con su propio aliento – Iré a trabajar y volveré a la noche con mas frazadas.

 

Jaejoong cogió su bolso y dejo a Junsu en su lugar.

 

 

- Tu novia es linda – dijo Yoochun acercándose a Junsu.

- ¿Novia? – prácticamente escupió la pregunta y después rió.

- ¿Qué es tan gracioso?

- No es una chica, es un chico – respondió intentando no desarmarse de la risa –  Y es mi hermano mayor.

- ¿Tu hermano?

- Así es y está comprometido. Así que no intente conquistarlo.

- Nunca lo intentaría – dijo y Junsu se le quedo viendo – Yo quiero conquistar a otra persona.

 

Junsu trago saliva. Nervioso giró  su rostro. Su corazón palpitaba de manera extraña. ¿Qué le estaba pasando?

 

 

- ¿Por qué no puedo quedarme? –le  preguntó a Junsu.

- Sería extraño si se queda.

- ¿Por qué sería extraño?

- Para empezar usted no conoce a SS501. ¿Por qué se quedaría? ¿Cuál es su motivo?

- No necesito tener un motivo.

 

Junsu lo miró y Yoochun se tenso.

 

- No puedo dejarte solo. Está oscureciendo.

- ¿Está preocupado por mi? – Junsu abrió los ojos como platos.

- Por ti, por los pases, por el calentamiento global, la paz mundial, los pandas, los delfines.

 

Yoochun realmente estaba nervioso  así que hablo sin coherencia hasta que Junsu dejo de pedirle que se fuera.

 

 

Para Yoochun fue difícil estar tres horas sentado en medio del concreto y con frio. Se preguntaba como esas jovencitas resistían a tal clima.

 

- Si está cansado puede irse – le dijo Junsu mientras frotaba sus hombros.

 

Yoochun se quito su abrigo para ponerlo sobre los hombros de Junsu.

 

- Te dije que debiste abrigarte mejor – dijo Yoochun fingiendo que el frio no lo afectaba.

- Presidente…

 

El corazón de Junsu golpeo su pecho una vez mas y una cascada de mariposas se llenaron en su estomago. Si Park Yoochun seguía comportándose de manera amable, él no podría detener enamorarse, aunque ya era demasiado tarde.

 

- ¿Cuándo abrirá este lugar? – preguntó Yoochun al sentirse incomodo con el repentino silencio de Junsu.

- Mañana – le respondió y Yoochun abrió sus ojos de par en par.

- ¡Mañana! – se puso de pie – ¡¿Esperaras en el frio hasta mañana?!

 

Las chicas y chicos en la fila no pudieron evitar observar el berrinche del hombre elegante.

 

- Lo siento – Junsu se disculpo con presentes por la actitud de su jefe.

- ¿Por qué te disculpas? – Yoochun resoplo – Nos iremos.

 

Yoochun tomo la mano de Junsu para irse, pero el castaño  se negó.

 

- Te comprare esos pases. No tienes porque estar soportando este frio.

 

Junsu jaló su mano.

 

- ¡Esta es la única tienda en la ciudad que vende los pases para conocer en persona a SS501!

- Espera un momento – Yoochun intentó razonar y entender – ¿Estás haciendo todo esto para conocerlos?

- Si – Junsu respondió encogiéndose de hombros – Mi hermano me regalo las entradas para ir a verlos  y yo quiero ganar el sorteo para él.

 

Yoochun no parecía entender y Junsu tomo aire antes de iniciar su explicación.

 

- La tienda tiene una promoción por navidad. Comprando el nuevo álbum de SS501 dan números para un sorteo. Habrá diez  ganadores que conocerán en persona a los integrantes y podremos tomarnos fotografías.

- ¿Diez? Esto debe ser una broma – se llevo las manos a la cintura y volteo a ver a los demás chicos – Solo diez pases y todas estas personas esperaran hasta el amanecer bajo este frio.

 

Junsu asintió y volvió a su lugar.

 

Yoochun maldijo al creador de semejante estupidez. Sabiendo que Junsu no se movería cogió su teléfono celular y marco a Yunho.

 

- Dime quien es el dueño de la tienda Quest.

- Es un anexo de la tienda del centro comercial. El dueño seria usted.

- ¡Yo! – abrió sus ojos – ¡Aish!

- ¿Sucede algo? – preguntó Yunho del otro lado.

- Dile al encargado que abra las puertas. ¡Ahora!

 

Sin objetar, Yunho cumplió el pedido de Yoochun pero el encargado se negaba. Yoochun cansado de la espera llama al encargado y con autoridad le ordena abrir.

 

- ¡Tiene diez minutos o estará despedido!

 

Junsu se quedo con la boca abierta al igual que los presentes.

 

- ¿Quién es él? – le preguntó una chica a Junsu.

- El presidente Park – respondió.

- ¿Es el dueño de la tienda?

- Creo que si – balbuceo Junsu.

 

 

Con las puertas abiertas, Junsu sonrió emocionado al tener en sus manos un número para el sorteo y el álbum.

 

- ¡Esto es increíble! – dio saltos en el lugar muy emocionado – ¡Ojala gane uno de los pases!

 

Yoochun era feliz con solo ver la sonrisa de Junsu.

 

- ¿A dónde vas? – le preguntó al menor.

- Iré a casa – respondió Junsu sin perder su risueña expresión.

 

Al verlo, Yoochun difícilmente podía hablar. Se sentía tan torpe como en su juventud.

 

- ¿T-Tienes hambre?

 

Junsu no necesito responder, pues su estomago lo había hecho.

 

- Te invito a cenar.

 

 

Al llegar al lugar, Junsu se sintió tan corriente que no podía mirarar a otro lado que no fuera sus manos.

 

- ¿Por qué no me miras?

- Este lugar es muy elegante y yo…

- Eres hermoso – Yoochun garraspó pues aquello lo había pensado en voz alta – Quiero decir que te ves bien… muy bien.

- G-Gracias – se sonrojó mientras sonreía de manera tierna.

 

Ojala pudiera encontrarme contigo

Camino despacio por esos lugares en los que sé que sueles estar

Mientras repito miles de veces “te quiero” en voz baja

Aun estoy nervioso, hoy te lo diré

 

- Junsu…

- ¿Sí?

- Yo… tu… el corazón…

 

Yoochun realmente se sentía muy torpe frente a Junsu. ¿Podía ponerse más en vergüenza?

 

- Hola Yoochun – le saludo un chico de cabello negro  y Yoochun se tenso al verlo – Ha pasado tiempo.

- Haru… ¿Qué haces aquí?

 

Haru  llevó la mano a su cintura y miró a Junsu despectivamente  antes de responder a Yoochun.

 

- Volví  hace poco de Japón. No quiero interrumpir, no vemos pronto  – le lanzó un beso a Yoochun y antes de irse le guiño un ojo.

- ¿Se fue? – le pregunto a Junsu y cuando él asintió, Yoochun se dio un golpe en la frente contra la mesa.

- ¿Por qué hizo eso?

- Digamos que él fue mi prometido.

- Oh… – respondió sintiendo como su corazón se rompía – Es un chico muy lindo, hasta podría parecer una chica.

- El me dejo y se fue a estudiar para ser cantante. Ahora creo que esta en un grupo, pero no recuerdo el nombre – Yoochun recupero la compostura – ¿Qué pedimos para comer?

 

Esa noche lo que menos quería Yoochun era hablar de su fallida relación con Haru.

 

- Lo que sea porque me estoy muriendo de hambre – respondió Junsu sin prestarle importancia a aquel chico rubio.

- Vale, te gustara la comida de este lugar.

 

 

Yoochun había cambiado sus horarios para ver a Junsu. Por las tardes recorría  cada tienda de su centro comercial y veía a Junsu. Se detenía en la tienda de libros y hablaba con Junsu.

 

- ¿Cómo has estado?

- Bien, presidente Park.

- Hoy luces muy lindo… quiero decir la tienda luce linda – trago saliva. ¿Por qué le era tan difícil confesarse? – Sigue con tu trabajo.

 

Cuando el presidente se fue la señora Jang y Hani se acercaron a Junsu.

 

- Le gustas – dijeron las dos y Junsu se sonrojó hasta las orejas.

- Eso es imposible – Junsu negó con la cabeza.

- Llevo veinte años trabajando en este lugar y nunca se ha detenido a preguntarme si estoy bien o como me siento – habló la señora Jang.

- Lo hace por amabilidad y…

- Le gustas – dijo Hani guiñándole un ojo – No has notado que cada vez que puede se queda detrás de esa columna y se queda viéndote – señaló ella y Junsu volteo a ver.

- Uno, dos y tres – dijo la señora Jang y la cabeza de Yoochun se asomo de aquel lugar.

 

Junsu no creía estar viendo a su jefe espiarlo. ¿Acaso lo hacía siempre?

 

- Es por eso que sabía que estabas enfermo y te regalo esos medicamentos o cuando tenias tu bolso roto él te compro otro o cuando…

- Lo hizo descontando dinero de mi paga.

- No descuenta un solo won de tu paga. Todo te lo ha dado por que le gustas.

- ¿Yo? – Junsu rió a carcajadas – Soy alguien sin gracia, él nunca se fijaría en mí.

- Junsu eres muy guapo  – le dijo Hani llevándolo frente a un espejo – Tu piel es tan suave, tu rostro es el de un ángel y tu cuerpo es perfecto. Te ves bien de frente y por detrás, te ves mejor.

- ¡Hani! – Junsu chillo no pudiendo evitar sonrojarse.

- Junsu, date crédito eres todo lo que alguien como Park Yoochun  necesita. No solo eres hermosos, eres inocente, gentil, alegre y por sobre todo tienes un corazón puro.

- Mucha gente se acerca al presidente Park por su dinero, pero tú no eres como esas personas. ¿o me equivoco?

- Yo estoy muy agradecido con él, pero…

- El presidente Park es muy guapo y es todo un caballero – dijo Hani – ¿No te gusta?

 

Junsu prefirió guardar silencio. ¿Gustarle? Él ya se había enamorado de su jefe.

 

 

Yoochun recibió la visita de su padre que no venia solo. Su cuerpo se tenso al ver entrar juntos a su padre y a Haru.

 

- Veo que no te sorprendes al verlo – dijo su padre con una sonrisa – ¿Eso es bueno o malo?

- Padre, nos encontramos hace poco y creo que Yoochun estaba esperándome.

- No digas estupideces – Yoochun frunció el ceño al escuchar a Haru llamar “padre” a su padre – No fui yo quien rompió nuestro compromiso para irse a jugar a ser un cantante.

 

Yoochun no podía olvidar  que su padre lo había enviado al exterior después de que Haru rompió su compromiso. Él había quedado en ridículo frente al chico de rasgos encantadores pero ya no era el mismo  de antes.

 

- Haru está arrepentido – le habló su padre tomando lugar en uno de los sillones de su vieja oficina – Y como su compromiso nunca se rompió oficialmente…

- ¡No! – Yoochun golpeo su escritorio – ¡Me niego!

- No es tu decisión – su padre se puso de pie y lo miro desafiante – Mañana informaremos tu casamiento con Haru.

 

 

                                                                                                                                             Continuara…

 

Notas finales:

Fue dificil escribir una trama tan romantica. No soy bueno con las historias romanticas, pero creo que esta me salio bien. Ah!... falta la ultima parte, ahi creedme... soy tan cursi que no creo haberlo escrito. Mejor voy a darme una dosis de drama antes de me convierta en cupido. Nos leemos pronto.

Alex.


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