Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Abismo De Tus Ojos por Sajent Migua

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Eh aquí como prometí, vengo a traerles este OneShot un día antes del DIK porque seguramente no voy a poder mañana publicarlo... así que hoy tratare de publicar un Oneshot mas y ya mañana publicar otro o dos dependiendo de como se den las cosas espero sea de su agrado y dejen un comentario con su opinión, queja, critica constructiva o sugerencia

Notas del capitulo: ya medio lo edite :v
Hace un tiempo nos habíamos dado cuenta de lo mucho que nos deseábamos, claro que tú fuiste quien se dio cuenta después que yo.
Siempre te observaba cuando andaba de oficina en oficina entregando la correspondencia, al verte creía que eras ese tipo de personas inalcanzables y después de todo no estaba tan equivocado.
Todo en ti es perfecto, tu obscuro cabello, tus sonrisas, tu forma peculiar de andar cada que ibas a entregar algún documento y salías de tu oficina, aquella con cristales simulando paredes, casi nunca vi cerradas las persianas, te gustaba que todos te observaran, te gustaba observar a todos trabajar, aun lo haces.
Aún recuerdo perfectamente la primera vez que me tomaste en cuenta, ese día llevabas demasiada prisa y no me viste, por lo tanto chocaste conmigo, me encanto lo cerca que estuviste de mí, porque pude ver tus ojos, esos hermosos pozos negros, perlas negras cargadas de profundidad. Me sonreíste apenado, disculpándote una y otra vez, yo quede anonadado con tanta belleza en un ser, debí de suponer que eras prohibido, pero aun así uno no puede negarse a pecar cuando el motivo es más tentador que una coca cola en medio del desierto.
Es cierto que nuestra conexión no fue inmediata, yo nunca llegaba a tratar contigo, tu secretaria se encargaba de quitarme toda tu correspondencia, eso era un gran motivo para desesperarme un poco cada día, enfadarme con esa mujer a pesar de que ella ni cuenta se diera. Pero mi suerte fue grande, nuestro segundo encuentro, la segunda vez que me robaste el aliento y el corazón fue ese día, cuando había algún tipo de evento especial en tu empresa, yo no sabía por supuesto, de haberlo sabido me hubiera puesto mis mejores galas, me hubiera peinado de mejor forma y hubiera llevado mis zapatos especiales esos que solo uso cuando hay algún evento especial, pero aun así de seguro no engaño a nadie, soy un hombre que vive al día. ¿Qué podría ofrecerte a ti?, solo mi corazón y mi infinito amor cada día.
Estabas tan hermoso, tan perfecto, con tu largo cabello negro amarrado en una media coleta y alguno que otro mechón suelto a los costados, con ese impecable traje negro y una camisa de vestir blanca, era el blanco más puro que en mi vida había visto. Sonriendo a todo aquel que te topabas, llenabas de luz por donde pasabas, casi como un ángel, debí de irme inmediatamente, pero no podría saber yo que en ese encuentro se escribiría mi futuro. Además, no me arrepiento de nada.
Ibas con un señor ya grande de edad, ese era tu padre, no te pareces mucho a él, tu padre era el típico tipo con superioridad, de esos que se creen los dueños de todo, tan diferentes, mientras tú irradias luz, él irradiaba oscuridad, mientras tú sonreías de la forma más bella y simpática él lo hacía de la forma más horrible y egoísta que jamás vi.
Fue un momento después, yo ni siquiera me había movido de mi lugar, observándote a cada instante, te separaste de tu padre y te encontraste con un grupo de trabajadores, yo seguía observándote y tu platicabas animadamente con ellos, fue un instante, tu mirada choco con la mía, mi corazón pareció detenerse y tú me miraste confundido, extrañado, seguro que ya ni te acordabas de mí, pero un momento después me sonreíste como a los demás, mi corazón pareció reaccionar y a un ritmo muy acelerado, trate como pude de regresarte la sonrisa, grande fue mi sorpresa cuando disculpándote con el grupo de empleados comenzaste a caminar hacia mí. El golpeteo de mis latidos sonaba en mis oídos tan fuerte, tan rápido, el estómago se me calentó y una emoción se instaló en cada poro de mi piel y en cada parte de mi cuerpo.
En ningún momento dejaste de mirarme y yo tampoco podía despegar mi mirada de ti, cuando llegaste justo frente a mí sonreíste de nuevo y me saludaste, recuerdo exactamente las palabras que me dedicaste:
"Hola, tanto tiempo sin verte"
Me recordabas después de todo, te sonreí ampliamente y asentí a tu saludo y a tu comentario, sentía que de mi boca no saldría palabra alguna, me observaste de arriba a abajo, fue la primera vez que me sentí un tanto avergonzado de portar mi uniforme de "Cartero" e ir en las fachas que iba, pero a ti pareció no importarte.
"¿Largo día en el trabajo?"
Me preguntaste como quien pregunta la hora del día, me hiciste tenerte confianza, me hiciste sentir tan bien con tus elogios a lo duro que debe de ser mi trabajo, el andar de aquí haya, platicamos un buen rato, me preguntaste porque nunca pasaba a tu oficina, yo gustoso pude decirte que tu secretaria me lo impedía quitándome tu correspondencia, me sentía como aquel hermano pequeño que se queja son su madre de alguna injusticia que su hermano mayor ha cometido en su contra. Me aseguraste que a partir de ese día la correspondencia te la entregaría personalmente, fue la mejor noticia que me daban en meses.
Y así fue, al siguiente día pude meterme por fin a tu oficina, fue magnífico verte tan concentrado levantar tu mirada hacia mí y sonreírme ampliamente, me indicaste que tomara asiento, yo dude al principio, pero debido a tu insistencia lo termine haciendo, platicamos un rato, de todo y de nada a la vez. Y así fue día tras día, me enamoraba más de ti conforme te conocía más, eras un ser divino ante mis ojos, nunca nos dimos cuenta que había una persona que le desagradaba nuestra cercanía.
Fue un día que preso de ansiedad por querer algo más de ti, por poder llegar a tu corazón me arregle lo mejor que pude aun con el traje de trabajador que tenía, compre una rosa blanca, casi igual de blanca como aquellas camisas que solías usar, la más hermosa que pude observar en el estante y con mi mejor sonrisa fui hasta tu oficina, tu secretaria se me quedó viendo, pero no me dijo nada.
Entre a tu oficina cerrando la puerta y recargándome en ella te observe detenidamente, estabas muy concentrado en algún documento, tenías el ceño levemente fruncido y tu labio inferior atrapado entre tus dientes, por instinto cerré los ojos para poder contenerme al verte así, eras muy tentador y yo muy malo en resistencia. Respire profundo y volví a abrir los ojos, tu algo confundido por mi silencio decidiste levantar por fin la vista a mi persona, por un momento la sorpresa atravesó tu mirada y luego sonreíste de lado, una perfecta y sensual sonrisa de lado, me preguntaste inmediatamente a donde me iba a dirigir después, o porque motivo iba tan arreglado, yo no te respondí solo me quede observándote, debatiéndome internamente si hacer o no hacer lo que tenía planeado, bien pude haber inventado que iba a ir a ver alguna chica o algo por el estilo, pero solo permanecí ahí, recargado en la puerta, en silencio y observándote concienzudamente.
Volviste a fruncir el ceño confundido con mi actitud, miraste a través de los cristales a los demás empleados trabajar e inmediatamente te paraste a cerrar las persianas, era la primera vez que las cerrabas en mucho tiempo, siempre solían estar abiertas, ya que nunca te negabas a recibir a nadie excepto cuando yo era el que estaba adentro de tu oficina. Al terminar de cerrar todas las persianas y quedar la oficina solo con la luz de los focos me miraste preocupado.
Me preguntaste qué era lo que me sucedía, agradecí internamente que hubieras cerrado las persianas, eso me daba un poco más de confianza, te acercaste más a mi hasta quedar frente a frente, te sonreí débilmente, te dije que por favor extendieras tus manos, un tanto dudoso aceptaste y lo hiciste, deposite la rosa que sostenía entre mis dedos en ellas y tu miraste tal acción confundido sin entender porque yo hacía eso, lo cual me hizo sonreír un poco más, levantaste tu mirada clavándola en la mía y sin siquiera pensarlo más te tome de la nuca estampando mis labios en los tuyos, tú permaneciste quieto y con el cuerpo tenso, mientras yo me grababa la textura suave de tus labios contra los míos, esos labios que tantas veces soñé besar.
No queriendo soltarte me separe de ese sencillo pero abrumador contacto, tu clavaste la mirada en el suelo sentí la angustia apoderarse de mí, intente buscar tu mirada, pero parecías reacio a brindármela, un nudo se instaló en mi garganta y por instinto de supervivencia quise salir corriendo de ahí, retire mi mano e tu nuca lentamente y con las lágrimas a punto de salir trague el nudo que se formó en mi garganta, me gire dispuesto a irme y no regresar a ese lugar nunca jamás, en el momento en que gire la perilla y logre medio abrir la puerta tu mano me detuvo, era un agarre tembloroso en mi camisa, pero aun así no me soltaste aun cuando intente quitar tu mano para poder salir de ahí e irme lejos.
Me gire dispuesto a decirte que lo olvidaras y que me dejaras marcharme, pero lo único que recibí en ese preciso momento fueron tus labios, Dios sabe que por poco pierdo el equilibrio y caigo junto contigo, las piernas me temblaron, pero no dude en responderte, esta vez era más que un rose, entreabriste los labios y yo decidí aventurarme entre ellos, ese momento fue como si las puertas del cielo se abrieran para mí y tu fueses aquello que se me prometió, porque tu serias mi felicidad eterna.
Al separarnos de ese beso me miraste como buscando alguna respuesta que no se te era dada aun, yo sabía cuáles eran tus incertidumbres, yo ya había pasado por ellas antes. Te sonreí transmitiéndote seguridad, soltaste un suspiro y me volviste a besar, me transmitiste tu energía, tu auténtica emoción. No me dejaste hablar durante un largo rato, solo te dedicaste a besarme y yo a corresponderte de la mejor forma posible, soltaste unos cuantos suspiros entre cada beso y te aferraste a mi cuello al igual que yo me aferre a tu cintura.
Después de ese día tus persianas se cerraron más seguido, mis visitas duraban más y tu sonrisa era aún más resplandeciente cada día, nadie se quejaba del porque cerrabas tus persianas a cierta hora, porque si antes eras tan bueno en tu trabajo ahora eras aún mejor.
La primera vez que tú te entregaste a mí y yo a ti fue el día más feliz de mi vida, fue algo torpe sí, pero aun así fue muy especial, aunque al otro día tuviste que faltar a tu trabajo y nos quedamos todo el día en tu departamento, era maravilloso y sensual verte acostado en la cama desnudo y con una sábana apenas cubriéndote. Y a esas veces se le sumaron muchas más, lo llegamos a experimentar en tu oficina y se volvió de nuestros lugares favoritos, era exquisito saborear tu piel y devorar tus labios, la forma en la que gemías y tu cuerpo se a perlaba de sudor, son de las cosas que jamás se olvidan y que jamás se dejan de disfrutar.
Estábamos tan metidos en nuestra relación secreta que no nos dimos cuenta de que si había una persona que se daba cuenta de algo, que esa persona solía observarnos más detenidamente que las demás personas. Porque las demás personas no sabían que en cada mirada que nos dedicamos al cruzarnos en algún pasillo o en cada sonrisa que intercambiamos había algo más que solo amistad o solo amabilidad.
No podían ver el amor y el deseo que nos teníamos mutuamente.
Fue una tarde cuando comenzó mi trágico destino, esa persona que tanto nos había observado y nosotros ni en cuenta habíamos tomado, me interceptó mientras iba camino a tu departamento a darte una linda sorpresa, jamás creí que él se diera cuanta de nuestro amor, pero no todo el mundo es ciego y no a todo el mundo se le puede engañar.
Recibí la golpiza del año, pero no sería la peor que me dieran, me prohibió que siguiera viéndote, me advirtió, me amenazó para que dejara esto que él consideraba "Capricho" que teníamos.
Recuerdo que permanecí un buen rato ahí tirado, hasta que fui capaz de levantarme e irme directo a mi casa a curarme las heridas, aun así tomé la decisión de no decirte nada y de sobre todo no separarme de ti. No me di cuenta de que solo estaba cavando mi tumba, pero sigo insistiendo que no me arrepiento de nada.
Me preguntaste al otro día cuando me viste al cruzar la puerta de tu oficina que me había pasado, corriste casi tropezando a mi encuentro con tu cara preocupada, yo solo te dije que me habían asaltado la noche anterior, me diste un sermón y luego me estuviste mimando durante un buen rato, ame tus atenciones y ame escucharte decirme lo mucho que me amas.
Así pasaron dos semanas más, en las cuales mis heridas fueron sanando, fue entonces cuando sufrí el segundo ataque, pero este no fue tan fuerte como el primero, no me golpearon mucho pero sí lograron acuchillarme una vez como segunda advertencia.
Agradecí que en esos días hubieras salido de viaje porque así no pudiste ver el estado en el que estaba, Aun así no me aleje de ti, no podía y no quería hacerlo, te habías convertido en mi razón de sonreír cada día, verte me llenaba de alegría y besarte me llenaba de vida. Supongo que muy en el fondo ya sabía que las cosas se pondrían peor, pero aun así no quise detener lo nuestro, Yo te Amo tú me amas ¿qué hay de malo en eso?
No podía entender porque tanta crueldad por un amor. Pero supongo que los intereses dominaban a esa persona. Esa persona tan diferente a ti.
La tercera vez termine en el hospital, pero esta vez no fue una golpiza, me habían disparado, dos veces, una en el brazo y la otra en mi estómago, el doctor dijo que agradeceríamos que la bala no había atravesado algún órgano importante, tú te pusiste histérico, preguntándome quien había sido, yo te dije que no sabía, que no había logrado ver a las personas, me creíste queriendo no, sentí tanta pena por ti y por mí, sabía que algo peor se avecinaba, pero aun así te sonreí como nunca, te bese con tanta desesperación y llore en tu hombro como hacía mucho tiempo no lloraba, tu pensaste que era parte del susto, también lloraste conmigo, pero no sabías que era mi forma de sacar mi dolor, de sacar mi tristeza, de sacar la rabia que me daba el saber quién era la causa de todo esto, y a pesar de que quería negarlo era mi forma de despedirme de ti.
Estaba en lo cierto, la gente no sabía de los nuestro, del amor en nuestras miradas, y la gente no sabía que moría por ti, literalmente moría poco a poco por ti, pero eso ni siquiera tú lo sabias, mi amor no sabías que mi tiempo solo duraría un poco más. Por eso disfrute al máximo cada instante, con el temor de que al momento de no estar contigo ya nunca más volvería a tus brazos.
Me volví precavido, ¡Oh mí querido Api me volví temeroso de las personas que me rodeaban o me miraban más de la cuenta!
Hoy como muchos de estos últimos días después de dejarte en tu trabajo y decirte cuanto te amo para luego irme a mi trabajo me he encontrado con mi verdugo, iba pensando en que prepararte de comer hoy en la noche, pero mi amor, lo cierto es que ya no poder prepararte nunca más de comer, mi amor lo cierto es que no podré volver a despertar junto a ti, lo cierto es que no podré hacerte reír con mis locuras. Lo siento, no te avise jamás que podrías perderme, pero hubiera sido peor ¿No es cierto?
Lo cierto mi amor es que si tengo miedo, pero aun así esto tendría que llegar tarde o temprano,…l lo va a hacer personalmente, me ha traído a algún callejón solitario y yo solo puedo pensar en tu rostro, en el día en que nos conocimos y en la primera vez que te hice el amor, ya no podré hacerlo más.
Me han dado una golpiza previamente sus guardaespaldas, si te digo quien es mi verdugo ¿Me lo creerías? Mi amor, ¿me creerás que tu padre es quien le arranca la felicidad a su hijo? Ojala sí, porque no quiero que lo vuelvas a ver, no quiero que lo quieras, no quiero que te arrebate el amor. Pero es tarde, no te he avisado antes de que me estaban robando la vida poco a poco.
Por favor no llores, no dejes de sonreír y sobre todo no te apagues, Mi ángel, es mentira lo que me dijiste, yo no tengo la sonrisa más hermosa del mundo, ese puesto te corresponde a ti.
Tu padre ha sacado el arma y ahora me apunta con ella, está diciendo algo pero no le pongo la suficiente atención, ¿porque prestarle atención a él en mis últimos minutos o segundos de vida?, cuando tengo a alguien quien recordar, cuando te tengo a ti en mis recuerdos.
"Señor, le agradezco por haberme dado el regalo más hermoso de mi vida, pero le maldigo por habérmelo robado después"
Soy capaz de decir, creo que me ha escuchado, pero es tarde para hacer recapacitar a alguien tan podrido como el cuándo ya ha apretado el gatillo más de una vez. Mi amor, espero que recuerdes que yo de verdad Te Ame...
Notas finales: Hace mucho que no escribía un drama como este, es decir donde mataba alguno de mis personajes y créanme que fue nostálgico y un tanto complicado, nos estamos leyendo

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).