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Inesperado por Kunay_dlz

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Notas del fanfic:

Los personajes de D.Gray Man pertenecen a Katsura Hoshino.

 

One-shot en agradecimiento a las más de diez mil visitas al fic “Lo imposible”.

Uno de mis primeros fics.

 


 


Inesperado


 


 


 


En el reino de The Black Order las cosas estaban cambiando. Después de un revuelo causado por las órdenes del Rey de cerrar la ciudad, expediciones en los alrededores y búsquedas incansables de un chico albino y un bebé que nadie parecía recordar haber visto, y luego, una total calma. Los soldados que vivían en la ciudad, las patrullas y los soldados en los muros quedaron sin órdenes, del castillo no provenía más que silencio.


Los soldados, ciudadanos y sirvientes esclavizados estaban a la espera.


Algo hacía falta.


Algo sucedía dentro del castillo.


Algo le sucedía al Rey.


Fue el Consejero Real quien inició a dar órdenes, ordenó seguir con sus vidas, seguir como si nada de lo sucedido el reciente mes no hubiera ocurrido. Dijo que el Rey estaba en un periodo de meditación, dijo que no debían preocuparse.


Y así lo hicieron, como buenos soldados, siguieron las órdenes.


Sin embargo, en las noches, volvía a la memoria el canto y la melodía del ángel que se hacía escuchar y que otorgaba un poco de su dolor causado por el cautiverio a todos aquellos que lo escuchaban. Sin pensarlo en realidad, una idea se fue formando en cada uno que recordaba la melancolía en el aire… quizá, tan solo quizá, el ángel logró escapar.


El chico que buscaban, seguramente era el ángel que se daba a escuchar por las noches. Tal vez encontró la manera de huir y el Rey lo descubrió, sí, eso tiene sentido. Además, nadie en la ciudad había visto a quien buscaron durante un mes, tan solo señas vagas: un chico peliblanco con un bebé en brazos y seguramente alejándose de The Black Order.


Mientras tanto, en el castillo se llevaba a cabo un funeral.


Nadie, ningún sirviente o soldado activo al servicio de la Corona podían hablar de lo que sucedía en realidad. El funeral estaba dedicado a un chico de pelo plata, de piel nívea y de unos ojos que dicen eran grises, era un chico algo bajito, esbelto y de gracia a presar de estar tendido en un nicho justo al centro del salón que estaba rodeado de flores blancas, principalmente rosas y lirios. No había más que ellos, sirvientes y soldados que un día convivieron con el chico que yace en el salón para ser observado por última vez.


En realidad, había otras dos personas, el Consejero Real y el mismo Rey. Ambas figuras miraban el nicho donde el chico parecía dormido. El Consejero suspiraba de vez en vez, miraba al centro y luego miraba al Rey, por último miraba a la ventana más cerca y sus ojos verdes se perdían en el cielo, a veces sonreía y otras se acercaba un pañuelo a su rostro. El Rey, tan estoico y frío como siempre, tan solo tenía su mirada fija en chico… en Allen, el ‘moyashi’ que logró tantas cosas en su persona en un año que cualquiera en toda su vida.


Y ahora Allen ya no está. Ya no vive. Jamás volverá a ver esos enormes ojos grises, no volverá a escuchar su dulce voz ni a escuchar su canto ni la música que producían sus manos… ya no habrá más persona que le hable sin miedo ni restricciones.


Allen era el único que le trataba como alguien normal, como un amigo al que no duda en decirle la cruel verdad, ya no estará quien le insultaba y hacía bromas y además lograr salirse con la suya. Los guardias y sirvientes siempre temblaban ante la osadía de Allen, incluso Lavi le trata con reservas, le trata con la familiaridad que un Consejero Real tiene, aunque nunca tienta su suerte como lo hacía Allen.


Allen… el precioso ángel que murió en sus manos… a causa de su espada… el Rey no dejaba de recordar la manera en que terminaron las cosas. La expresión en el rostro del moyashi, su nulo intento de evadir el ataque directo, la sangre que brotaba de la herida que dejó su espada en el torso de Allen.


Y esa frase… “¿No te alegras Yu? Ahora te pertenezco solo a ti.”


En ese entonces no tenía idea de lo que quería decir, estaba muy ocupado tratando de suprimir el dolor en su corazón al tener a Allen desangrándose entre sus brazos, estaba ocupado tratando de mitigar el escozor en sus ojos y los hipidos que provocaba el llanto.


La memoria amenaza con volver a hacerlo llorar, volver a hacerlo suplicar porque Allen no se muera, volver a arrodillarse con la intención de prolongar la partida del peliblanco… el Rey sacude su cabeza en un intento de alejar la amenaza mas no el recuerdo.


Otra vez, mirando el cuerpo de Allen en centro del salón, lamenta el no haberlo conocido antes que Tikky, lamenta el no haber arrebatado el amor que esa magnífica creatura habría brindado, lamenta el haber actuado tan precipitado el día que Allen escapó… lamenta no entender la última frase que le dedicó.


--Ha anochecido Majestad, si me lo permite, es hora de llevar el cuerpo de Allen a su tumba. –decía el médico del palacio, aquel anciano que atendió a Allen desde la primera vez que pisó ese lugar.


--Panda tiene razón, Yu, el cuerpo de Allen lleva bastante tiempo expuesto, no tarda en iniciar la descomposición. –dijo el Consejero –Es mejor recordar a Allen-chan como lo vimos la última vez, sonriendo y con ese aire de fresca inocencia pese a estar en cinta… no así.


El Rey no dijo nada, sumergido en sus recuerdos, implora un poco más de tiempo para observar al moyashi, tal vez si observa lo suficiente las respuestas que busca podrían aparecer del mismo cuerpo frío que ya no se movía ni con las sombras.


Suspira y asiente a lo dicho por Lavi, el olor de las flores ya no es suficiente para matizar el olor que el cuerpo de Allen está desprendiendo. Un olor muy diferente al que desprendía cuando estaba en vida.


En silencio, el Rey siguió el cortejo, seis guardias cargaban la camilla en la Allen iba, le seguía un sacerdote, el médico y luego iba él junto con Lavi, tras ellos les seguía el resto de los guardias y sirvientes; todos iban al ala norte, justo al lado de la torre, justo bajo la tronera donde el Rey y el ángel se conocieron por primera vez... donde el ángel tocaba y con su voz acompañaba sus melodías.


El Rey observaba los procedimientos que se requerían para ‘enterrar’ a Allen. Hacía uso de su dominio interno y no volver a sucumbir a las memorias… se preguntaba lo que haría en adelante, siendo un Rey puede hacer cualquier cosa, no obstante, la vida sin Allen se ve distinta, se siente extraña y sin sentido.


¿Qué hacer?


¿Cómo seguir?


¿Qué debía hacer?


Allen ya no vivía, le estaban sepultando en ese instante, ¿Ir por Noah, el hijo de Allen? No, no tenía el derecho, Allen se casó con Tikky y por todos los derechos Noah debe estar con él, además… preferiría que el hijo del ángel crezca en un ambiente mejor y no tan riguroso como The Black Order, preferiría que Noah crezca con esa inocencia que Allen desprendía.


Es algo extraño, siendo Rey puede tener cualquier cosa que dese no importa lo excéntrico que parezca siempre lo tiene… pero, este chico, lo único que llamó su atención y hasta le demostró no tener el corazón de piedra que todos creen, no pudo tenerlo.


No más que un prisionero, que un músico que con su voz y melodías pagaba su estancia en el castillo… no más.


¿Y ahora qué?


¿Cómo seguir?


Esas estúpidas preguntas le están hartando, él es el Rey de casi todo el mundo, el poblado, ciudad o país que quisiese a sus pies las conseguiría. Podría destruir civilizaciones enteras y nadie podría oponerse a él.


¿Qué? ¿Acaso por descubrir que ‘tiene’ un corazón significa que no puede seguir con sus sanguinarias órdenes? No, por supuesto que no. Al contrario, para olvidar el dolor tiene que concentrar su mente en otra cosa, en expandir su reino por ejemplo.


De esa manera el hijo de Allen podría andar de un lugar a otro.


Y si se permitía fantasear, quizá podría encontrar a Allen en otro lugar.


Quizá podría encontrar respuesta a la última frase de Allen.  


El mundo es inmenso después de todo.   


Los pobladores de The Black Order siguen tratando de acostumbrarse a las noches frías sin la compañía de la voz de ese ángel que estaba cautivo, pese al tiempo mantenían la esperanza que una noche, la melodía y la voz que hablaban de ternura, melancolía y amor regresara, así como sucedió en una ocasión. Sin embargo, el tiempo pasa y pasa, y el ángel parece cada vez más un recuerdo.


Quizá sí escapó después de todo, junto con el bebé del que tampoco se ha escuchado el llanto, a dónde fue es la pregunta… después de todo, el Rey sigue expandiendo su reino, quizá aún en la búsqueda del ángel que vivió cautivo en The Black Order por casi un año.


Quizá el ángel estuvo encerrado en la torre norte donde se dice el Rey suele pasar las noches mirando por la tronera hacia el cielo y no deba de buscar con su mirada en el jardín… tal vez un día logre ver al ángel que se escapó de su poder.


 


 


 


 


Fin.


 

Notas finales:

Gracias por leer.


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