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Short "love" stories por JustAnotherFangirl

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San Valentin, ese día en el que Hogsmeade se atiborra de adolescentes enamorados y cachondos.
Chocolates por aquí, pociones por allá, y mi deber como profesor es interceptar aquellos regalos con segundas intenciones.
Hace años que Sortilegios Weasley hace furor entre los colegiales, y toda clase de brebajes salen por esa puerta.
Poción de amor, jugo de la obsesión, caramelos para una buena noche romántica, y la mayoría eran consumidos sin previo conocimiento de su existencia por alumnos despistados.
Los 4 jefes de cada casa iban acompañado con otro profesor, y en mi caso ,Sirius Black, el jefe de Gryffindor me eligió a mi como acompañante. Todos los pequeños leones lo adoran, y el adora a sus cachorros.
La tarde era fría y el sol brillaba con un fulgor especial, como si tuviera conciencia de que día era.
- Están desesperados por un poco de amor, me dan ternura, como crecen mis cachorros - Comento el pálido secando falsas lágrimas de sus mejillas
- Todo el mundo quiere un poco de amor Sirius, hace sentir viva a la gente - La verdad es que no quería conversar, me preocupaban los cachorros, en estas fechas se vuelven mas tontos y vulnerables. San Valentin tiene su parte mala también, varios corazones rotos sollozando como zombies en busca de algo que los llene. Yo mismo sufrí el síndrome del corazón roto, yo mismo camine como zombie varios meses , pero uno tiene que superarlo y seguir con su vida.
- Oye, estas muy serio Luni - Dijo pasando su brazo por detrás de mi cuello, demonios Sirius, siempre tan impertinente - ¿Es que acaso quieres un poco de acción de San Valentin tu tambien ? ¿ Por eso estas tenso? - Su tono había bajado y su respiración tan cercana invadía mi cerebro, el olor de su cabello viajo con el viento y mi increíble y estúpido olfato lo sintió. Dios Santo, me erizo los pelos de la nuca y mi entrepierna se desperto entusiasmada. Tienes que calmarte Remus, calmate.
Es solo un estúpido con el que follaste en el colegio, del que te enamoraste y te rompió el jodido corazón, es mejor ignorarlo. Siempre se creyó el seductor supremo, y quizá lo sea, pero tienes que resistir Remus.
- No te pases de listo Sirius - Le advertí liberandome de su brazo, separandome mas de lo necesario. Dios, no me lo esta haciendo nada fácil
- Lo siento Remus, pero parece que el pequeño lobito quiere salir a jugar - Sus ojos iban en dirección a mi entrepierna, una de sus cejas se alzaba y una sonrisa picarona asomaba por sus labios. Carajo, era demasiado obvio que me había excitado. Intente esconderlo con mi cubretodo, pero ya era demasiado tarde, Sirius ya lo había visto.
Sus ojos grises se clavaron en mi rostro, buscando algo. Sentí la intensidad de en su mirada, el deseo, la lujuria. Estaba al borde de su precipicio, pero de ninguna forma iba a caer.
- Es la naturaleza Sirius, ya no tienes 15 años, superalo - Los adolescentes correteaban con las hormonas a tope, y Sirius era un adolescente mas.
- Lo siento Remus, pero ya sabes, a perro viejo no se le enseñan nuevos trucos, y yo sigo siendo el mismo calenton de hace 10 años. Debe ser época de celo, lo siento en el aire- La sonrisa volvió a sus labios, iluminando su rostro. Sus colmillos sobresalían del resto de sus dientes blancos, y eso lo hacia todavía mas sensual. Con esas palabras y esa mirada solo conseguía excitarme mas, pero ahora no lo notaba.
- Bueno bueno, espero que no interrumpanos esta.. tensión sexual - Estábamos a pocos pasos de Sortilegios Weasleys y los gemelos pelirrojos se acercaron con su siempre tan singular humor.
- Esperemos que no Fred, no quiero ser el culpable de intervenir en un polvo de San Valentin- Ambos iban bien vestidos, con chalecos de piel de dragón y camisas de seda de distinto color cada uno, y mientras Fred conservaba el cabello corto, a George le pareció buena idea parecerse a su hermano Bill. Demasiados Weasley, demasiado parecidos.
- Dejen de joder muchachos, ¿no tienen trabajo? - Pregunto Sirius con una sonrisa mientras todos entrabamos al local y nos dirigíamos a la oficina de los gemelos. Aunque mas que oficina era una sala de juegos, con sofás, chimenea, refrigerador, cajas apiladas, un bar y una mesa de ping pong.
- ¿Trabajo? En estas fechas se vende practicamente solo - Respondió alegre George mientras tomaba lugar al lado de su hermano en el sofá
- Tenemos de todo para todos, y todos quieren todo, es fácil - Agrego Fred riendo. La pasaban bien, no había duda.
Sirius se sentó cerca de la chimenea mientras yo abría el refri, la verdad era que mi estomago rugía y mi garganta pedía algo fresco.
-Cuidado con lo que agarres, nunca se sabe que pueden tener estos malditos pervertidos entre manos, tienen un amor fraternal muy raro - Advirtio entre risas. Me importaba poco y nada, tome lo que parecía una cerveza sin etiqueta y lo lleve al sillón conmigo.
- Oye, nos hieres - Fingió sollozar uno de los gemelos mientras se acercaba mas al otro pelirrojo, muy cerca.
- No hay nada malo con un poco de amor entre hermanos - Estaban demasiado cerca, sus brazos se entrelazaban y sus mejillas estaban pegadas. No había nada extraño en ello, se sabia que eran unos pervertidos sádicos y obviamente narcisistas por querer follar a alguien similar al otro. No era extraño, y dejando de lado lo pervertido sádico y narcisista, era algo tierno. Le di un sorbo a la cerveza y al instante refresco todo mi ser, era deliciosa. De un tirón la termine
- Consíganse una habitación pecosos, van a poner mas cachondo a mi lobito - Su mirada se volvió a clavar en mi, y su sonrisa ilumino la jodida oficina/sala de juegos.

Sentí que todo mi cuerpo se adormecía y un fuego crecía dentro mio. La cerveza nunca había hecho efecto tan rápido, y menos una sola. Quizá era el hecho de que tenia el estomago vació e impacto aun mas. No le di importancia, aunque ese fuego crecía y crecía.

- No estoy cachondo idiota, es solo la naturaleza diciéndome que necesito liberar tensiones - Mi lengua se soltó, mis mejillas de sonrojaron ¿Que carajos acabo de decir? El fuego se empezó a propagar hasta mi entrepierna, dejandome con un desesperado deseo.
- Bueno, creo que es momento de retirarnos, ¿Verdad Georgie? - Dijo Fred mientras se levantaron al mismo tiempo y cruzaban el umbral de la puerta con las manos entrelazadas
- Feliz San Valentin muchachos, no griten mucho que hay clientes - Y de un golpe George cerro la puerta. ¿Que diablos tramaban estos mocosos? No sabia que estaba pasando y mi cuerpo pedía mas y mas a gritos que alguien lo calmara. Era una necesidad indescriptible, inigualable, algo nunca antes sentido. Habia estado excitado antes, pero nunca de una manera tan inmanejable e incontrolable. Quería saltar, abalanzarme sobre ese idiota de pelo ondulado y obligarlo que me haga suyo, pero era rebajarse demasiado.
Sirius se levanto del confortable sofá y se dirigió al refrigerador sin dirigir palabra alguna hacia mi ser que estaba muriendo de deseo.
- Carajos, por aquí debe haber un baño- Necesitaba liberarme, y con eso me refiero a jalarmela hasta que se acabe el mundo. Despues de un par de vueltas encontré el jodido baño. Cerré la puerta y baje mis pantalones lo mas rápido que pude. Con una mano me sostuve contra la pared y con la otra empecé a masajear mi ya muy erecto miembro.
Una caricia, un leve roce fue necesario para correrme, pero mi deseo no seso, y mi pene estaba mas erecto que nunca. ¿Que demonios había bebido?
- Sabes lobito, creo que una jalada no va a detener eso- Escuche a Sirius del otro lado de la puerta
- ¿De que demonios hablas? - Estaba desesperado por encontrar una cura a esto ¿Pero que demonios era esto? Volví a subir mis pantalones y tembloroso abrí la puerta. Sirius estaba allí parado con una botella similar a la que tome, pero esta estaba etiquetada, con anotaciones. La agarre y comencé a leer para adentro.

Suero del deseo desesperado (Serum Desiderium) - EXPERIMENTAL/ DEMASIADO DESEO.

Suero que permite al consumidor experimentar un deseo inigualable ( Demasiado, Fred me tuvo toda la noche despierto para calmarlo)
Un sorbo seria suficiente para disfrutar la mejor noche de sus vidas. NO APTA PARA MENORES DE 17 AÑOS
Aprobado por Fred, quien gozo de la mejor noche en años.
Sortilegios Weasley

Sirius miraba divertido mientras todo mi ser quería morir.
- Te dije que tengas cuidado con esos dos lobito, son unas comadrejas pervertidas- Su respiración estaba demasiado cerca de mi cuello, y eso me encendía todavía mas quería que me hiciera completamente suyo, no lo soportaba mas. Lo tome de las cuello de la camisa y lo arrastre hasta el sillón, tirandolo y dejandolo acostado sobre este. En ese momento todo mi dignidad y orgullo se fue junto a mi saco, camisa, zapatos y pantalón. Su rostro estaba impasible, con una sonrisa en sus labios y una ceja levantada.
Estaba desesperado. Me abalance sobre el y me senté sobre sus caderas luego de quitarle su ropa. Sus musculos estaban perfectamente marcados, sus tatuajes lo hacían ver tan sensual, su cabello caía ondulado y todo mi ser se derretía.
- Mira Sirius, va a ser cosa de un día y nunca mas vamos a hablar de esto ¿Okey? - Y antes de que contestara le devore la boca, tan salvajemente que nuestros labios podrían fundirse. Su barba irritaba mi piel, pero no me importaba, lo deseaba tanto. Nuestros cuerpos se frotaban tan sensualmente, nuestros ojos se encontraban en cada descalzo, pero yo no quería besos, yo quería otra cosa, algo que satisficiera ese deseo puramente carnal.
- Oye lobito, estas echo una fiera, ni en la escuela eras tan salvaje - Sus ojos me encontraron, estaba perdido en un mar de pasión. El sabia lo que quería, y no tardo en dármelo. Cambiamos de posiciones, el sobre mi y yo sin movilidad debajo suyo. No pude evitar morderme el labio inferior al ver semejante hombre, tan apetitoso.
Se recogió el pelo en un rodete y ahí termino mi paciencia. No podía tener algo tan sensualsobre mi y no hacer nada al respecto.
El devoro mi cuello, saboreando cada centímetro de piel, dejando mi boca echa agua y hematomas por donde su lengua pasaba. Lo necesitaba dentro mio.
- Demonios Sirius ¿En que momento nos casamos? Tan solo métela - No era que no lo disfrutara, pero necesitaba terminar lo antes posible, necesitaba tenerlo dentro mio lo antes posible. Antes de que los gemelos volvieran o que el suero no surtiera mas efecto.
Si, lo acepto, esto me encantaba. El idiota jugo conmigo los 7 años de escuela, pero yo me deje jugar.
Mis instintos y necesidades son mas fuertes que mi orgullo y dignidad. Al fin y al cabo era un jodido hombre lobo.
Sirius bajo lentamente por mi zona abdominal hasta enfocarse en mis boxers humedos y apretados, los cual quito con gracia y rapidez, desprendiéndome de lo que me quedaba de cordura. Al instante también se quito los suyos, dejandonos en puro contacto de pieles.
Levanto mi pierna derecha, dejándola sobre su hombro. La acaricio y beso, recorriendo con su lengua cada centímetro, marcando su territorio.
Inconscientemente lanzo un sollozo húmedo que rápidamente intente callar con las manos en vano. Había echo eco en toda la habitación, ya era demasiado tarde.
Sus ojos se encendieron, dejando ver a su verdadero ser, su bestia interna despertó. El juego esta por empezar.
Rápida y salvajemente me dio vuelta, dejandome en 4 delante de su ser arrodillado. Lamió y mordio mi nuca y cuello, mas fuerte de lo necesario, y con su mano empezó a estimular mi miembro. Sentía su respiracion en mi nuca, en mi oreja, su otra mano clavándose en mi cadera. Bastaron solo un par de movimientos para hacerme acabar otra vez, manchando el sofá debajo mio. Pero mi deseo continuaba, podría decirse que ahora mas fuerte que nunca.
Al encontrarse con mi erección mas fuerte que antes lo oí reír, no era una situacion graciosa.
- Ay lobito mio, ¿ Lo quieres fuerte como en el colegio? ¿ O mas? - Y con esas palabras introdujo su pene en mi, tan violentamente que apenas me dio tiempo para reaccionar. Ambos gemimos. El dolor era agobiante pero el placer de tenerlo adentro me hacia gozar hasta hacerme agua la boca. Mientras mi cuerpo se acostumbraba al dolor satisfactorio de cada estocada profunda y certera, su mano derecha apretujaba mi pezón, estirandolo y retorciéndolo. Sus labios lamían mi oreja, mordían el lóbulo, mordían el cuello, mordían todo, mientras su mano izquierda se seguía clavando con mas fuerza en mi cadera, tirandome hacia atrás en cada embestida.
Ese dulce sabor al dolor mezclado con profundo placer, cada gemido mio hacia que la bestia dentro de Sirius temblara y quisiera devorarme vivo.
No lo soportaba mas, sentirlo dentro mio me desesperaba, mordí mi labio inferior en un intento de callar los gritos que pedían salir. Sentí el sabor metálico de la sangre en mi boca y me éxito mas. No estaba muy lejos de los gemelos sádicos.
Necesitaba que me estocara mas fuerte, que me muerda con mas ferocidad hasta hacerme sangrar, que sus garras se clavaran mas en mi piel. Si, sádico.
La velocidad de Sirius aumento considerablemente, debía estar a punto de llegar al clímax.
Su cabeza seguía detrás de mi nuca, expectante. Sus garras ahora sujetaban con todas sus fuerzas mis caderas y sus estocadas se volvieron mas salvajes y placenteras.
Libero una mano para masturbarme mientras ambos caíamos hacia el perfecto y sofocante orgasmo.
Se sentía tan dolorosamente placentero, sentir su miembro desgarrandome y sus garras cortandome.
El se corrió primero con un gemido que enmudeció mordiendo mi hombro, haciéndolo sangrar. Su mano seguía acariciando mi miembro y yo estaba a punto de explotar. Sus estocadas disminuyeron de a poco hasta sesear. El dolor provocado por la mordida me hizo llegar al punto culmine en el que cada partícula de mi ser se concentro en ese momento y caí en el mas apetitoso de los orgasmos gimiendo mudamente, mordiendo mas mi labio con sabor metálico y cayendo rendido sobre aquel sofá. Los espasmos hicieron que mi cuerpo se sacudiera debajo de Sirius, que rápidamente saco su miembro de dentro mio.
Hace mucho tiempo no tenia contacto con otra persona.
El efecto del suero se fue por completo, era un alivio inigualable. Todo el cuerpo dolía. Las marcas escarlata en la cadera, la sangre chorreando por el hombro y la boca, los hematomas en el cuello y pecho. Estaba destruido. Me encanta.
Sirius se puso su ropa interior, tomo un cigarro de arriba de la chimenea y se sentó al lado mio. Salte del sofá y lo imite sin decir una palabra.
Estábamos lado a lado, fumando, en ropa interior, en la "oficina" de los gemelos, y yo chorreaba sangre como si hubiera terminado de pelear con una manada de lobos. No me arrepiento de nada.
En un movimiento veloz y repentino Sirius tomo mi mano derecha y enlazo sus dedos con los míos, y con su pulgar acaricio mis nudillos. Era lo que siempre hacia a falta de palabras.
- Sirius, ¿Te acuerdas que te dije que seria cuestión de solo un dia? - Dije seriamente fijando mi atención en sus ojos grises.
- Claro lobito, si es lo que quieres - Contesto con un deje de ¿Tristeza?
Habíamos empezado a tomar nuestras ropas y vestirnos antes de que llegaran invitados no deseados. Seque la sangre chorreante con la bufanda y la limpie con un simple hechizo. Una vez completamente vestidos volvimos al viejo sofá con nuevos cigarros. Mi cuerpo entero dolía.
- Bueno, puede repetirse un par de veces mas. - Dije riendo con el cigarro en mano y una sonrisa en los labios todavía manchados por la sangre.
Sus ojos se volvieron hacia los míos y en un arrebato lamió mis labios escarlata.
- Feliz San Valentin sangriento Moony.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Si,ya se, es un poco tarde para un fic de San Valentin, pero se me ocurrio esa noche y desde entonces le vengo dando vuelta.

Espero que les haya gustado, tengo unos one-shot mas en proceso.

Besos ♥


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