Sus zapatos resonaban en los pasillos, las pocas voces que resonaban se acallaban cada vez, se detuvo frente aquella puerta grisácea. Desabotono los dos primeros botones de su chaqueta negra para luego adentrarse a aquella oficina, en donde en aquel escritorio se encontraba trabajando aquel hombre de cabellos negros tomados en una coleta.
Sonrió de medio lado, mientras trababa la puerta tras suyo, adentrándose a la habitación con sigilo acercándose al de gafas, quien se encontraba enfocado en su trabajo.
Colocándose detrás de la silla, apoyo sus manos en el hombro del mayor el cual reacciono ante el contacto.
-Hola –Dijo Ayano mientras se apoyaba en el respaldo de la silla viendo al otro.
-¿He, vaya no crees que es muy temprano? Aún no han tocado el timbre –Dijo Shusai elevando su mano acariciando uno de los mechones que estaban al costado del rostro del menor.
-Puede ser…pero me estaba aburrido, de siempre esperarte a la salida –dijo mientras cogía la mano del mayor llevándola a sus labios besándola.
-Hmp…entonces ¿no quieres esperar? –Dijo el de lentes girando la silla quedando de frente al menor.
-No, no quiero esperar –Dijo mientras se sentaba con las piernas abiertas sobre el regazo del mayor –Es demasiado esperarte hasta la salida para ir a tu casa, me aburro de esperarte.
-Vaya, que eres meloso cuando quieres –Dijo el de gafas acomodándose en la silla.
-Claro, siempre y cuando tú me complazca –Dijo divertido mientras jugueteaba con la corbata del mayor –Es raro verte con esto.
-Y muy demandante –Dijo riendo mientras desabrochaba los botones de la chaqueta del menor abriéndola dejando la camisa a la vista.
-Wow, entendiste el mensaje rápido –Dijo divertido mientras desalojaba la corbata roja junto al terno que llevaba el mayor.
-Bueno, después de un mes y medio uno se acostumbra a tus señales –Dijo divertido mientras tomaba las caderas del otro acariciándolas.
-He –rio por lo bajo mientras se acercaba a los labios del mayor besándolos de manera suave.
El mayor pasó sus manos por el cabello del chico profundizando el beso. Ayano se abrazó al cuello del de gafas apegando su torso con el del otro, las manos del consejero se enterraron en las caderas del joven moviéndolas simulando unas suaves envestidas ahogando jadeos entre los besos que se daban ambos azabaches.
Las manos de Ayano se aferraron fuertemente a las solapas de del saco negro del hombre bajo suyo, el mayor introdujo su lengua explorando sin ningún pudor la boca del menor quien se aferraba cada vez más al traje del otro.
Con cautela Shusai deslizo su mano acariciando el pecho y vientre del chico llegando hasta el broche del cinturón, con malicia tomo de la nuca al menor impidiendo que se separara mientras desabrochaba el cinturón del chico junto al botón del pantalón negro dejando la ropa interior expuesta.
-Mmh! –el menor golpeaba el pecho tratando de separarse al sentir que el aire se le acababa.
-Hey, cálmate –Dijo entretenido separándose dejando que el chico respirara.
-Ah, agh ¿porque siempre haces eso? –se quejó mientras respiraba irregular tratando de calmarse.
-Vamos, tampoco es para tanto.
-¿No es para tanto? –Dijo molesto –Lo haces siempre que nos besamos, casi me ahogo.
-Perdón, perdón –Dijo divertido –Pero haciendo esto, es la única forma de tenerte así –Susurro lo último entretenido viendo como por la comisura del chico escurría un pequeño hilo de saliva mientras su rostro era adornado por un fuerte sonrojo.
Relamiéndose el de lentes paso su mano libremente por el vientre del chico adentrándose por dentro de la camisa, tocando con sus yemas la piel llegando hasta la base de este tocando un poco de bello que tenía el chico en esa zona.
-No hagas eso! – se quejó el menor tratando de quitar la mano del mayor.
-¡Vamos! No te quejes, no es la primera vez que te veo desnudo –Dijo entretenido mientras jugaba con la tira de la ropa interior.
-…Es complicado –Dijo muy nervioso, mientras el sonrojo crecía más en su rostro.
El mayor rio por lo bajo para luego sacar su mano para desabrochar la camisa del joven, dejando el lampiño pecho al descubierto. La lengua de Shusai paseo libremente por aquella pálida piel mientras con cuidado acomodaba al chico en su regazo poniendo las piernas de este a los costados de la silla dejándole a su disposición el miembro del chico que sobre salía en la tela de aquel calzoncillo.
Ayano deslizo sus manos hasta la coleta del mayor soltándola, dejando que el cabello del mayor callera libre en su espalda, sonriendo satisfecho mientras enredaba sus dedos en el cabello del consejero quien no planeaba dejar de lamer y morder su torso.
El de gafas llevo su mano hasta el bulto que tenía el chico acariciándolo, presionando la punta sintiendo como el otro se estremecía y apretaba las piernas que se enredaban en el respaldo de la silla. De forma lenta deslizo la tela liberando el miembro del chico el cual brinco al ser liberado de aquella oprimida tela.
-E-Es pera, hacerlo en la silla es complicado –Dijo el menor entre jadeos tomando la mejillas del otro.
-Hum, está bien –dijo el mayor mientras con cuidado tomaba al chico sentándolo en el escritorio –E-Espera aun no te muevas, déjame quitar estos papeles –Dijo sacando los papeles dejándolos a un lado.
-Vaya que tenías trabajo, no estaré interrumpiéndote? –Dijo el menor mientras veía aquella pila de papeles.
-No, es solo que se me acumulo el trabajo –Dijo entretenido sacándose sus gafas dejándola sobre aquella pila.
-Hum, deberías comenzar a dejar de hacer eso –Dijo mientras rodeaba el cuello del mayor.
-tu eres el principal motivo por el que nunca termino el trabajo, sabes cuantas veces se me para de solo pensar en ti –Dijo acercándose al rostro del chico el cual se sonrojo ante las palabras de este –Es difícil trabajar con una erección, y bueno, ya sabes –Susurro sobre los labios del muchacho apegando su entrepierna al trasero del chico.
-A-Ah –Gimió por lo bajo mientras se apoyaba en aquel escritorio de madera, asegurando de no botar nada.
El mayor deslizo su mano hasta el pantalón del chico, bajándolo junto a la ropa interior, sacándolo por una de las piernas de Aishi. El azabache de cabello largo se relamió al ver al chico a su completa disposición, jadeante viéndolo de forma lasciva mientras abría sus piernas.
Shusai se acercó a la parte baja del chico lamiendo la punta del miembro viendo como el chico se sobresaltaba, deslizo su lengua pasando por el tronco de este hasta llegar a los testículos del chico, se detuvo justo en la entrada del chico el cual nervioso veía cada movimiento del mayor. El consejero separo las nalgas del menor mientras paseaba su lengua por la entrada del chico sintiendo como este se estremecía, simulaba envestidas con su lengua mientras clavaba sus dedos en la piel del chico afirmando sus piernas por sobre sus hombros. Ayano se aferraba fuertemente de la base del escritorio mientras jadeaba al sentir la lengua del mayor adentrarse en su interior.
Unido por un hilo de saliva el mayor se separó de la, ahora, húmeda entrada del menor el cual con los ojos cerrados jadeaba tratando de regular su respiración. El mayor se desabrocho su pantalón liberando su miembro el cual lo dirigió a la entrada del menor, botando un poco de saliva en su mano frotándola sobre su miembro, todo bajo la vista del chico el cual temblaba aguantando las ganas de gemir.
De forma lenta acerco la cabeza de su miembro frotándola contra la entrada del menor, adentrándose lentamente hasta que la cabeza de este logro penetrar dentro del chico, el cual se estremeció ante la intromisión enredando sus piernas en las caderas del otro y clavaba las uñas en la madera. Ayano cubrió su boca ahogando los gemidos que no podía callar, el mayor se adentró lentamente disfrutando la expresión que se formaba en el rostro del chico el cual encorvaba su espalda cada vez más mientras se adentraba en él.
El húmedo sonido que hizo el miembro al entrar por completo en el cuerpo del menor aviso al mayor que se detuviera a disfrutar aquella extraña expresión que pocas veces se formaba en ese rostro de expresión neutral, aquel rostro completamente rojo con los ojos entre cerrados y la boca cubierta por su mano, la piel perlada en sudor mientras pequeños espasmos recorrían su cuerpo.
-A-Ah…M-Maldición –decía el menor entre los gemidos y jadeos mientras evitaba moverse –P-Pudiste haberme preparado sabes? –dijo con dificultad.
-Bueno, pero tampoco es como que podamos demorarnos mucho –Dijo divertido mientras comenzaba a mover sus caderas.
La mano de Ayano se apretó sobre su boca mientras los gemidos comenzaban a salir de sus labios, las caderas de Shusai se movían lentamente saliendo casi por completo para luego entrar de golpe, disfrutando del húmedo sonido que hacía su miembro al entrar por completo en aquel cuerpo. El escritorio rechinaba ante el movimiento de ambos, mientras los gemidos del menor comenzaban a salirse de control.
Las piernas del chico se enredaron mientras se apretaba más a las caderas del mayor, echando su cabeza asía atrás tratando de aguantar las ganas de gemir fuertemente, su pecho subía y bajaba mientras sentía aquellas envestidas acelerar a cada rato. Ayano dirigió su mano libre, recostándose por completo en aquel escritorio, a su miembro erguido, comenzando a tocarse junto a las envestidas del otro.
El mayor se detuvo por un momento viendo como el chico se tocaba, divertido tomo la pierna del chico volteándolo, dejándolo boca debajo de aquel escritorio sorprendiendo al chico para luego penetrarlo de una envestida asiendo que Ayano gimiera fuertemente sin poder acallarlo.
La puerta sonó asiendo que ambos se detuvieran, atrás de esta el director llamaba al de gafas.
-Hey, Kunahito! ¿Terminaste? –Dijo atrás de la puerta.
-Mmh…aun no –Dijo mientras comenzaba a mover sus caderas, disfrutando como el chico bajo suyo apretaba más sus manos sobre su boca tratando de no gemir, dándole golpes en su brazo para que se detuviera.
-¡¿Pero qué esperas?! Es para la próxima semana –Dijo el hombre molesto.
-Oh, vamos podrás aguantarme un día más –dijo divertido mientras aumentaba la fuerza y la rapidez de las envestidas, asiendo casi imposible acallar los gemidos para el menor.
-Dios, a veces me arrepiento de haberte contratado –Dijo el director atrás de la puerta.
-Claro, claro…
-En fin, quiero que mañana los termines –Finalizo el hombre yéndose, justo a tiempo para que el menor soltara aquel gemido sonoro que no se detuvo ante las envestidas continuas que le propinaba el mayor, que tocaba justamente aquel punto que lo derretía.
Las piernas del menor flaqueaban mientras sus manos se aferraban al escritorio encorvando su espalda, pegándose más a la madera. El mayor, ya sintiendo como se acercaba el límite, levanto la pierna del chico acomodándola sobre el escritorio para profundizar más la envestidas, logrando que el chico se descontrolara en un sonoro gemido, sus manos se apretaban fuertemente mientras su boca no era capaz de cerrarse. La saliva comenzó a escurrir cada vez más por su labio, en un sonoro gemido el menor se corrió apretando sus entrañas asiendo que las envestidas fueran más placenteras para el mayor, que después de algunas envestidas más se corrió en el interior del chico.
Ambos azabaches jadeantes se quedaron en esa posición por un momento, para luego despabilar al escuchar el timbre sonar por última vez en ese día.
-B-Bueno –Dijo el mayor sacando su miembro del interior del chico –Creo que es hora de irse.
-Para ti es fácil decirlo –Dijo el menor medio adormilado tratando de levantarse.
-Vamos, no es tan difícil –Dijo divertido arreglando sus prendas.
-Al menor ayúdame –Se quejó Ayano tambaleando.
-Vale, vale –Dijo mientras ayudaba al menor a arreglar sus ropas.
Ambos salieron del instituto, claro Ayano algo más acomplejado, llegando al estacionamiento donde el chico se subió al auto del mayor.
-Por cierto Ayano –dijo mientras comenzaba a conducir.
-Hum?
-¿Qué tal si vamos a mi casa? tus padres aun no vuelven –dijo muy calmado el mayor conduciendo,
-Aha, crees que soy tonto, es más que obvio que quieres continuar…
-¡Ups!¡ Me descubriste! Bueno, sí pero vamos, que lo de la oficina fue poco –Se quejó el mayor viendo al chico a su lado.
-…mejor vamos a mi casa, queda más cerca –Dijo el menor entretenido ante la entusiasta reacción que tuvo el mayor.
-Okey!, para mi suerte queda a la vuelta –Dijo emocionado mientras giraba el volante asía la dirección de la casa del chico.
Al detenerse frente a la casa, ambos azabaches descendieron del coche, caminando a la puerta principal de aquella casa.
-A cierto, más te vale ordenar mi cuarto cuando termines, la última vez lo dejaste echo un desastre –dijo el chico mientras entraba junto al chico.
-Claro, claro! Pero ya vamos a tu cuarto –Dijo el mayor cerrando la puerta, subiendo las escaleras junto al menor encerrándole en la pieza de este.
((Hasta aquí nada más, mejor léete el fic. :v))
((.://Fin//:.))