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Un rostro inocente no es lo que parece... por CelesNicole

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Notas del fanfic:

Bien Santi, sé que esta es tu pareja favorita (o por lo menos lo era hace poco :v espero siga siéndolo (? ) Entonces pensé en ti :3 (Bueno, en realidad esto es de parte de Will :V pero ya verás e_e)

Espero te encnte :3 y a todos los que lo lean tambien e_e

Notas del capitulo:

:D Disfruten e_e 

De parte de Will para Santi, así ves que nunca me olvidaría de ti e_e

RaditzxTarble

 

-Es un joven inocente… No puedo seguir pensando en lo mismo…

 

Se reprendía mentalmente el de larga cabellera, sacudiendo la cabeza para dejar de pensar en ese joven que noche y día rondaba sus pensamientos… Estaba cansado de imaginarse al “pequeño” de esas formas tan indecentes… Sabía que si alguien se enteraba de sus pensamientos lo mandarían directo a la horca…

Y es que le costaba mucho dejar de pensar en ese joven tan tierno y adorable que había conocido hace años gracias a su mejor amigo… Ese jovencito llamado Tarble, desde que lo conoció no pudo dejar de pensar en él… Y lo peor, era que el menor siempre hacia alguna pose o algún movimiento “sugerente”. Claro que lo hacía sin darse cuenta, pero Raditz siempre mal pensaba, siempre se lo imaginaba de otra forma más “excitante”…

-¡Raditz! –Escuchó esa voz tan característica del ladrón de sus sueños, por lo que volteó, encontrándose frente a él como siempre con su expresión despreocupada y alegre

-Ta-tarble… ¡H-hola! –Saludó con una sonrisa algo nerviosa…

-¿En qué tanto pensabas? –Preguntó con su vocecita infantil, ladeando un poco la cabeza mientras se llevaba el dedo índice a la boca, haciendo una expresión dulce y sumamente excitante para Raditz. El mayor se sonrojó levemente, su imaginación comenzaba a volar…

-N-nada… va-vamos –Se giró rápidamente para no desangrarse frente al menor, mientras comenzaba a caminar hacia la heladería. Tarble rió levemente y lo siguió lo más cerca que pudo.

El más bajo miraba el parque junto al que caminaban, admirando la belleza de la naturaleza -El día está hermoso, ¿no crees? – Comentó de repente, sin dejar de mirar las plantas y flores del lugar.

-Sí, dijeron que éste día sería muy caluroso. –Respondió, sin despegar la vista del camino. No quería tentarse y pensar algo indebido sobre Tarble, por lo que intentaba concentrarse en cualquier cosa que viera.

-Ya lo creo, la ropa me aprieta demasiado… - Suspiró pesadamente, llevándose la mano al cuello de su camisa para separarla un poco. Raditz miró de reojo al más joven, y comprobó que lo que decía era cierto…

-Me doy cuenta… - Pensó desorientado, sin poder dejar de mirarlo…Su camisa estaba bien pegada a su delgado y algo esbelto torso, y ni hablar del pantalón ajustado que llevaba que dejaba ver sus hermosas piernas… Sacudió la cabeza y volvió a mirar el camino, esperando que el pequeño no se haya dado cuenta…

-¡Oh! ¡Mira esas hermosas flores Raditz! –Exclamó emocionado Tarble, y sin dar aviso salió corriendo hacia unas flores, se arrodilló frente a ellas y se posicionó en cuatro para poder olerlas… Dejando ante Raditz una muy definida vista de sus partes traseras…

El de larga cabellera quedó impresionado con lo que veía, estaba prácticamente hipnotizado. El pequeño hacía inconscientes movimientos de cadera para oler las flores, provocando que su trasero se moviera de una forma extremadamente sensual para Raditz…Sumado a eso, su fino pantalón estaba pegado a sus nalgas, como si no tuviese nada puesto… -¡Deja de mirarlo! – Se gritó internamente, girando rápidamente la cabeza, agradeciendo a todos los dioses no tener una excitación obvia…

Tarble se levantó, miró a su amigo y se dio cuenta de la sangre que había en su rostro -¡Raditz! ¡Te está sangrando la nariz! ¿Estás bien? –Se preocupó inmediatamente, el mayor sintió sus mejillas arder ante su inocencia.

-¡S-sí! ¡E-es qu-que… hace calor! Va-vamos rápido a la heladería. –Tartamudeó mucho más nervioso que antes, se giró para que el menor no lo viera y siguió su camino… -Soy un imbécil…

 

Siguieron su camino unos minutos más, mientras Raditz se concentraba en contar cuántos autos pasaban por su lado y memorizar sus patentes con tal de no pensar más en el hermoso chico que tenía a su lado… Tarble mantenía una gran sonrisa en su rostro, parecía que pensaba algo bueno…

Llegaron a la heladería… ambos pidieron sus helados y se acomodaron en torno a una mesa del local… El menor veía muy ilusionado ese delicioso postre que tenía entre sus manos

-Raditz, muchas gracias por invitarme. ¡Está delicioso! –Agradeció muy alegre, comenzando a devorar ese helado con algo de rapidez, amaba ese postre. Raditz rió al verlo tan ansioso, le hacía feliz ver a su joven amigo así de animado

-Tranquilo, te vas a atragantar – Comentó chistoso el más alto, quien apenas le daba leves lamidas a su helado. El menor lo miró avergonzado y le sonrió tímidamente, con un leve rubor, para saborear su postre calmadamente. Raditz disfrutaba observarlo mientras comía, ambos mantenían el silencio, hasta que el mayor empezó a reír –Te manchaste con helado –Señaló un poco más arriba de los labios del menor, bastante divertido

Tarble se tocó con un dedo, y era verdad, tenía helado en la zona debajo de la nariz. Sonrió al igual que el mayor, tomó la cantidad de helado que había en esa parte con su dedo índice y se lo llevó a la boca lentamente…

Raditz paró la risa al ver esa escena… el pequeño se chupó el dedo despacio, incluso cerró sus ojos para saborearlo mejor… Cuando estuvo a punto de terminar, entreabrió los ojos, dirigiendo su mirada a Raditz, quién se sintió paralizado ante tan acto… Sin darse cuenta, su mente comenzaba a volar y el efecto frío del helado se vio neutralizado por un calor interno…

-¡Raditz, tu helado! –el mencionado volvió al mundo real al escuchar el grito del menor. Miró su mano, el helado se había derretido un poco por lo que lo había manchado. Tarble se rió levemente ante eso –Estás algo distraído

-Si… demasiado… -Rió nerviosamente, y siguió comiendo su helado como si nada hubiera pasado…

 

**

Ya era de noche, el de larga cabellera ya se encontraba en su habitación, tirado en su cama golpeándose la cabeza con la almohada repetidamente como si eso lo ayudara a olvidar al pequeño…

-Ya para con eso, lastimas a la pobre almohada – Comentó con tono aburrido su hermano menor, quien estaba entretenido mandando mensajes recostado en su cama.

-¡Ya me estoy cansando! ¡No puedo más! ¡Ese chico me provoca mucho, y ni siquiera se da cuenta! – Raditz se tapó la cara con ambas manos en señal de frustración. No podía soportar más esa terrible situación, sentía que iba a explotar… Su hermano lo miró unos momentos y se rió bastante divertido

-Cálmate hermano, pareces un necesitado de lo peor.- Se burló, dejando de lado su teléfono unos momentos para sentarse en su cama y poder estar de frente a su hermano. El mayor lo miró muy molesto

-¡Idiota! ¿Acaso no te pasa lo mismo con Vegeta? – Preguntó para intentar hacer quedar mal al otro. Goku se sonrojó levemente al tiempo que se levantaba de su cama

-¡Yo no soy pervertido como tú! –Se quejó arrugando el entrecejo, tomó su almohada y se la lanzó en la cabeza al mayor. Raditz la tomó y la presionó con fuerza como queriendo desquitar su ira con ella.

-Esta situación me supera hermano… Me gusta mucho… ¡Pero es un niño! – Siguió lamentándose muy frustrado. Se cubrió la cabeza con la almohada tratando de ocultarse, odiaba estar en esa situación tan complicada, sabía que sentía algo hacia el pequeño, pero no estaba seguro de si él sentía lo mismo… Y si Tarble sintiera lo mismo, tampoco podrían estar juntos ya que él era muy pequeño…

-Tiene 16, no es tan niño como dices. –Lo corrigió el menor intentando aliviar a su hermano mayor. El celular de Goku sonó, por lo que volvió a sentarse en la cama y lo tomó para leer sus mensajes nuevos.

-¡Cumpliré 21 este año! ¡Soy un degenerado! –Volvió a gritar dentro de la almohada. Tarble le parecía tan joven… Pensaba que si estaban juntos sería muy mal visto y sus padres no lo aceptarían… pero por otro lado, existía otra duda, ¿era solo atracción sexual? ¿O era amor? – ¡Arg, ni siquiera sé lo que siento! –Presionó con más fuerza la almohada contra su rostro

-… -Goku simplemente no lo oía, seguía mandándose mensajes con cierta personita, por lo que ignoraba cada uno de los lamentos de su pobre hermano mayor…

-Estoy manchando su inocencia con mi mente retorcida…- Murmuró decepcionado de sí mismo, Tarble no lo provocaba, él solo se imaginaba esas cosas… Se quitó la almohada de la cabeza para mirar a su hermano, quien seguía con el celular - ¡Dime algo, insensible! –Gritó furioso, lanzándole la almohada directo al rostro para que le prestase atención.

Goku dejó el teléfono resignado, para después mirar con algo de seriedad a Raditz -¿Sabes lo que pienso? Creo que él no es lo que parece. – Dedujo bastante seguro de sus palabras, Raditz lo miró con incomprensión -Es decir… Tiene 16 años, ¿en serio crees que no se da cuenta de lo que hace?

-¡Tonto, Tarble no es así! –Le respondió más molesto que antes. Se negaba a creer algo así. ¿Tarble provocándolo apropósito? Por favor, Goku estaba delirando de seguro…

-¿Y cómo estás tan seguro? Cualquiera de su edad sabría que ponerse en cuatro delante de un hombre o lamer un helado como él lo hace cuando está contigo, son formas de seducción… -Explicó con pose pensativa, para después volver a tomar su celular

-Bah, qué sabrás tú de seducción. Ni siquiera lo conoces. –Rodó los ojos y se cruzó de brazos en su cama, no estaba dispuesto a creer esas tonterías que decía su hermano. Goku suspiró levemente

-Solo recuerda, él no es lo que parece… No digo que sea malo, pero oculta otra cara detrás de la inocente que siempre muestra…  -Dedujo como todo un experto en personalidades. Se levantó de la cama aún sin despegar la vista del aparato, Raditz gruñó fastidiado

-Mejor cierra el pico y lárgate a tu cita.

-Y tú limpia la habitación luego de “tus asuntos”. No quiero llegar y tener que limpiar tu mugre. –Insinuó con tono divertido, para después correr de la habitación.

-¡Insolente! –Le gritó, con un leve sonrojo en sus mejillas. Volvió a cubrirse con la almohada, mientras pensaba un poco en eso que le había dicho su hermano… -N-no… es imposible que Tarble haga eso… ¿o no?

 

**

Días más tarde… Raditz ya no pudo soportar más ocultar sus sentimientos… Ya se había dado cuenta, lo que sentía era amor… Decidió que lo mejor era confesarse a Tarble…

Ambos estaban caminando por las calles de ciudad. Ya estaba anocheciendo, había muy pocas personas a la vista y eso hacía sentir un poco más aliviado a Raditz. Tarble como siempre iba vestido con sus ropas pegadas al cuerpo, que resaltaban su linda figura. Pero para la suerte de Raditz, pensaba tanto en cómo decirle la verdad que ni se preocupaba en ver su cuerpo.

Entraron al parque, y se detuvieron debajo de un árbol alejado de los demás…

-¿Qué querías decirme, Raditz? –Preguntó ansioso el pequeño, mirando a Raditz fijamente con esa expresión tan infantil. Sus ojos grandes y brillosos no se separaban del rostro del mayor, complicándole la existencia al otro…

-Lo que voy a decir es… -Comenzó, pero se quedó sin palabras inmediatamente. No sabía cómo iniciar, ni cómo decirlo, por más que lo había estado pensando simplemente las palabras no salían de sus labios. Tarble seguía mirándolo expectante, esperando ansioso lo que iba a decir

-Vamos Raditz, sin miedo. Puedes confiar en mí siempre –Lo animó el menor, mostrándole una de sus relucientes sonrisas. Raditz no supo si sentirse aliviado o más nervioso ante ese gesto.

Lentamente, Raditz tomó las manos del menor, confundiéndolo un poco. Se aclaró la garganta, preparándose para soltar la verdad. –Verás… Hace tiempo que yo… cambié mi manera de pensar sobre ti… pasa que últimamente ya no te quiero de la misma forma…-El menor arqueó una ceja en señal de confusión, Raditz rápidamente se retractó - ¡No es que no te quiera! E-es que y-yo ya no sé… ¡Bueno, en realidad sí sé! Es que es tan difícil… M-e gusta pasar tiempo contigo, sé que nos divertimos mucho y…Bueno, tú eres… importante para mí…. ¡No me malinterpretes! O sí, bueno, solo un poco…

Raditz estaba enredándose con sus palabras, solo le daba vueltas al asunto y no llegaba a nada… Tal vez se arrepentía de haber llegado hasta ahí… Tarble acomodó las indirectas que había dicho el mayor, y una tierna sonrisa se instaló en su rostro, mientras sus ojos brillaban más que antes.

-¿Intentas decirme que ya no quieres ser más mi amigo, Raditz? ¿Quieres decir que sientes algo más por mí? –Dio en el clavo. Raditz lo miró atónito, su rostro palideció pero rápidamente se tiñó en un carmesí casi tan intenso como el del menor. ¿¡Cómo había descubierto eso, si no lo había dicho concretamente!?

-¡E-ehh! Bu-bueno… N-no eres tan ni-niño como yo creí… e-eres rá-rápido… ¡No malinterpretes eso tampoco! E-eh… - Volvió a retractarse, los nervios lo estaban traicionando demasiado… Tarble se abrazó al más alto, escondiendo la cabeza algo cerca de su pecho.

-También me gustas, Raditz. También me gusta pasar tiempo contigo, y también eres muy importante para mí… -Apenas susurró, sintiéndose inmensamente feliz de ser correspondido.

Raditz se sintió aliviado ante su confesión, no solo por el hecho de haberle hecho más fáciles las cosas, si no porque el menor también sentía lo mismo. Lo rodeó con sus brazos protectoramente, guardando silencio solo por unos segundos…

-Tarble…- Alejó solo un poco al menor de su cuerpo para poder verlo a los ojos. -Y-yo t-te a-amo…-Tartamudeó aún algo nervioso, ambos rieron un poco ante tal comentario tan estúpido. Raditz se recompuso, y con sus manos tomó delicadamente el rostro de Tarble. - Yo te amo…

 

Se miraron a los ojos unos segundos, expresándose esos sentimientos que llevaban guardados sin necesidad de usar palabras. Raditz se inclinó lentamente para alcanzar al menor, mientras éste se paraba sobre la punta de sus pies para llegar hasta el más alto… Unieron sus labios en un casto y tierno beso, solo era un roce, con el que demostraban que lo que sentían era puro y verdadero…

 

**

Meses más tarde… Ambos seguían su relación a escondidas de sus familias, ya que tal vez no lo verían muy bien siendo Tarble tan joven para Raditz… El tiempo pasaba, Raditz aún no se había atrevido a tocar al menor, quien seguía comportándose de esa manera tan sexy e inocente…

 

Pero ese día, todo cambiaría… Y no sería como el mayor esperaba…

 

Era de noche ya, Raditz y Tarble caminaban por aquel parque que había sido testigo de sus confesiones. Tarble había invitado al mayor para hacer “algo” divertido, Raditz se imaginó que sería un juego o algo así… Qué equivocado estaba.

Se pararon debajo de ese mismo árbol, y se sentaron uno al lado del otro.

-¿Recuerdas que debajo de este árbol nos dimos el primer beso, Rad? –Preguntó el menor, mirando con mucha ilusión a su pareja. Raditz miró hacia el cielo y asintió lentamente

-Sí, cómo olvidarlo… - Susurró, perdiéndose un momento en ese recuerdo tan preciado para él. Tarble recargó su cabeza contra el pecho del mayor, mientras Raditz lo abrazaba por la espalda de forma cariñosa.

-Éste árbol fue testigo de algo sumamente especial… -Comentó con una dulce sonrisa, acurrucándose un poco más en él. Se quedaron unos segundos en silencio, solo pensando en lo que habían vivido juntos… Hasta que Tarble se separó solo un poco para ver al mayor a los ojos - ¿Qué tal sí… le agregamos otro recuerdo especial? –Preguntó con una extraña sonrisa coqueta, desconcertando al de larga cabellera

-¿A qué te… -Fue interrumpido por un beso de Tarble. Le siguió la corriente con facilidad, creyendo que el menor solo quería agregar el lindo recuerdo de un beso bajo la luz de la luna…

El beso se volvía cada vez más intenso, el menor abrazaba al mayor del cuello, acariciaba su cabello y enredaba sus manos en él, mientras Raditz acariciaba suavemente su espalda.

Todo iba bien, estaban sumergidos en su asunto, hasta que…

-¡Oigan ustedes! –Escucharon una voz masculina gritarles con fuerza, se separaron abruptamente y vieron una luz que los cegó por apenas un segundo… Un guardia de seguridad los había descubierto…

-¡Corre Raditz! –Gritó algo divertido el más joven, agarrando a Raditz de un brazo para obligarlo a correr lo más rápido posible para que no los atrapen

 

Ambos eran perseguidos por ese guardia de seguridad que no lograba alcanzarlo, siguieron corriendo hasta llegar a un puesto fijo de cemento en ese parque. Se escondieron detrás de él, el guardia no los vio por lo que siguió de largo…

Se sentaron bien pegados a la pared de ese pequeño negocio, respirando agitadamente, con sus corazones acelerados por la adrenalina.

-Eso fue… ¡Increíble! –Chilló Tarble una vez el guardia estuvo lejos, comenzando a reír por lo divertido de la situación. Raditz dio un largo suspiro para calmarse…

-Creí que nos reprenderían… -Apenas murmuró con un rostro inexpresivo. Tarble lo miró con algo de tristeza, creyendo que se había enfadado, pero rápidamente el mayor estalló en carcajadas -¡Fue genial! ¡Nunca me había arriesgado así en mi vida! –Reía eufórico, Tarble no pudo evitar sonreír ante su alegría

-¿No te pareció… excitante? – Preguntó con cierto tono pícaro, acercándose lentamente hacia el mayor. Raditz no pensó en lo que dijo el menor, solo seguía divertido por lo sucedido, hasta que Tarble nuevamente se arrojó a sus brazos para unir sus labios.

Raditz correspondió gustoso ese beso, siempre estaba dispuesto a aceptar los “inocentes” besos de su amado… Pero esta vez se estaba tornando algo diferente… El menor se sentó sobre las piernas de Raditz enredando sus piernas en su cintura, sin dejar de besarlo. Raditz se separó inmediatamente del beso al sentir al menor mover sus caderas de forma sugerente sobre su miembro

-E-eh… -Empezó, pero el menor volvió a callarlo con un beso, sin detener ese excitante movimiento -Tarble… -Recibió otro beso, tuvo que separarlo con sus brazos para poder mirarlo a los ojos -N-no… E-esto está mal… -Tomó las piernas del menor con fuerza tratando de parar el movimiento, pero Tarble se esmeraba en seguir

-¿Por qué? ¿Acaso no somos novios? Ya pasaron varios meses Rad… -Se acercó a su oído, para susurrarle de una manera lenta y provocativa -Quiero estar contigo, no sabes cuánto te necesito… - Raditz sintió un estremecimiento en todo su ser ante esas palabras, además de que esos movimientos del menor comenzaban a “despertarlo”

Tarble volvió a juntar sus labios, ésta vez dejando claras sus intenciones. Raditz dudó un poco, pero ya no podía resistirse… Correspondió el beso, que se convertía en uno lleno de deseo. Llevó sus manos hasta la cintura del menor, algo indeciso de ir más allá, hasta que el menor tomó una de las manos de Raditz con la propia y la guió hacia su trasero, indicándole que podía bajar…

El más pequeño se separó unos centímetros de su amado -Vamos Raditz, todo yo te pertenezco, puedes tocar lo que quieras. – Lo incitó a seguir tocándolo, mientras le dedicaba una mirada que hacía dudar a Raditz de si ese pequeño era su Tarble de siempre…

Tarble se alejó un poco del mayor para comenzar a desabrochar su camisa.

-¿En serio quieres hacerlo aquí? – Raditz aún se sentía sorprendido, ¿acaso quería que su primera vez fuera sobre el césped semi-húmedo, a un lado de una pared de concreto que dudaba estaría limpia, en medio de la noche, y con un guardia suelto buscándolos?

Tarble sonrió de lado, para después dar un casto beso a su novio -Cualquier lugar será especial si estoy contigo –Respondió convencido, para después seguir desabrochando su camisa. Raditz se sonrojó levemente, ya no sabía si era excitación o si la dulzura del pequeño lo conmovía.

Apenas Tarble le quitó su camisa, él le ayudó a quitarse la suya, para después volver a sentarlo en sus piernas. Acercó su boca a su cuello, asegurándose de examinar cada rincón con su juguetona lengua, provocando suspiros y algunos gemidos en Tarble

Bajó un poco más, recorriendo la suave piel de su pecho, e incluso dejaba marcas en él para demostrar que era de su propiedad. Tarble enredó las manos entre los cabellos de Raditz, mientras mantenía la boca abierta para dejar salir aquellos sonidos que enloquecían al mayor. El dominante llegó hasta los pezones del menor, se llevó uno de ellos a la boca para mordisquearlo y succionarlo, aumentando el placer en el pequeño.

Tarble se separó abruptamente del más alto, Raditz se sorprendió un poco pero decidió dejarlo hacer lo que quisiera hacer. El menor se acercó al otro y de un tirón le bajó los pantalones junto a la ropa interior, dejando libre esa prominente erección de Raditz.

De solo verla sentía que se le hacía agua la boca, suponía que el mayor la tenía de un buen tamaño, pero eso sí que superaba sus expectativas. Se veía tan llamativa, que no dudó en acercarse a ella y darle tiernos besos en la punta. Raditz ahogó un gemido ante tal sensación, Tarble comenzó a lamer toda la extensión de su pene

Raditz no podía creer esa escena tan excitante que veía, el inocente e inexperto de Tarble le estaba haciendo un oral, y parecía que tenía una idea de lo que debía hacer a pesar de ser su primera vez… Tarble engulló por completo su miembro, sacándole un sonoro gemido al mayor.

Tarble mantenía sus ojos fijos en los de Raditz, cosa que enloquecía más al mayor. A su mente llegó la imagen y también las palabras que alguna vez le dijo su hermano menor… “No es lo que parece… Oculta otra cara detrás de la inocente que siempre muestra” Está bien, su hermano menor le había ganado.

Tarble subía y bajaba la cabeza con rapidez sobre su miembro, con una de sus manos masajeaba la base y con la otra los testículos del mayor, proporcionándole un placer mayor a Raditz.

Demonios! ¡Sabe lo que hace! – Pensaba extasiado Raditz, ya sin poder contener sus jadeos ante tales sensaciones. El menor succionaba con gusto cada tanto la punta, como queriendo llevarse cada gota de su esencia. Raditz ya no podía soportar más tal escena -¡Ta… Tarble, vo-voy a…!

Ni siquiera pudo terminar la frase cuando se vino de manera abundante en la boca de Tarble, quien se alejó un poco recibiendo el resto de la esencia sobre su rostro.

La temperatura en sus cuerpos aumentaba y parecía que no era afectada por el frío de la noche. Raditz perdió toda la moral que le quedaba al ver el rostro del pequeño cubierto por su esencia, y aún más cuando Tarble tomó con uno de sus dedos ese líquido espeso y se lo llevó a la boca de una manera muy provocativa

No pudo resistirse más, ambos se levantaron del suelo y con rapidez el mayor quitó el pantalón de Tarble junto con la ropa interior, dejándolo completamente desnudo a su merced. Admiró su esbelto cuerpo unos momentos, en verdad se veía muy atractivo…

Lo levantó, mientras Tarble aferraba sus piernas a su cintura. Raditz lo acorraló contra la fría pared de concreto y volvió a unir sus labios en un lujurioso beso. Sus miembros volvían a rozarse, despertando nuevamente la hombría del mayor. Tarble gemía entre besos, le faltaba poco para llegar. Raditz llevó tres de sus dedos a la boca del menor, quien gustoso comenzó a lamerlos hasta dejarlos bien lubricados.

Metió el primero en el interior de Tarble, quien chilló de dolor ante la intromisión. Se tensó rápidamente, por lo que Raditz le plantó un tierno y corto beso

-¿Te duele mucho? –Preguntó con preocupación, manteniendo su dedo estático en su interior. El menor sonrió levemente, mientras negaba con la cabeza.

-N-no importa… Y-ya quiero que estés dentro de mí –Susurró en respuesta, sintiéndose bastante ansioso. Raditz sonrió, para luego mover su dedo en el interior del pequeño, quien se concentraba en el roce de sus miembros para no sentir dolor

Raditz metió sus tres dedos en su entrada, moviéndolos en círculos hasta que notó que el pequeño ya no estaba tenso. Comenzó a simular embestidas con sus dedos, Tarble gemía ante el placer que eso le producía, hasta que un momento el mayor rozó cierto punto en el menor que hizo que soltara un gemido repleto de placer al mismo tiempo que se corría entre sus abdómenes.

Mientras recuperaba la respiración, Raditz quitó sus dedos de su interior y acomodó su erección cerca de la entrada del menor, preparándose para entrar.

-¿Estás listo? –Preguntó con serenidad el mayor, mirando a los ojos a Tarble. El pequeño sonrió de forma coqueta, aún intentando regular su respiración.

-Estoy listo hace meses, Rad… - Raditz se sonrojó un poco más ante ese comentario tan insinuante del más bajo. Suspiró, y presionó suavemente su pene contra la entrada de Tarble.

-Bien… Ahí voy…

Dicho esto, entró con sumo cuidado, procurando no hacerle mucho daño a Tarble. El más joven no pudo evitar soltar un gemido de dolor, clavó sus uñas en los hombros del mayor y apretó los ojos intentando sin éxito que las lágrimas no escaparan de sus ojos. Raditz se detuvo a la mitad, para mirar con preocupación al menor

-¿Estás bien? ¿Te lastimé? –Se oía afligido, el menor no le respondió, pero en su rostro se veía que estaba adolorido. No podía sentirse más culpable, quería hacer sentir bien al pequeño y ahora lo había lastimado. –Mejor salgo y…

-¡No! –Chilló, Raditz lo miró con algo de sorpresa –Que-quédate… Después… se me pasará… anda, dime algo bonito –Pidió algo entrecortado por el dolor, Raditz se sintió confundido ante su petición…

-¿Algo bonito? Esto… -Lo peor, era que no era bueno diciendo cosas bonitas, ni siquiera un cumplido podía hacerle. Tarble rió divertido, aún conservando su mueca de dolor

-¿Se siente caliente, Rad? ¿Te gusta cómo te presiono? –Preguntó con tono seductor el pequeño, lanzándole otra mirada pícara al mayor. Raditz sintió una punzada en su miembro ante esas preguntas, en verdad era apretado y caliente y necesitaba moverse.

-No tienes idea… es tan caliente, tan estrecho… - Susurró imitando el tono tan “pervertido” del pequeño, para después unir sus labios en un beso apasionado.

Pasaron algunos minutos, Tarble empezó a mover sus caderas, indicándole al mayor que podía embestirlo. Raditz se separó de sus labios levemente, y comenzó por sacar hasta la mitad su miembro y volviéndolo a meter, Tarble aún sentía dolor, pero también algo de placer por lo que suspiró

El mayor se movía lentamente en su interior, esperando a que Tarble se acostumbrara del todo a la intromisión, mientras tocaba como podía su miembro para distraerlo. No pasaron ni dos minutos cuando el menor había olvidado el dolor para concentrarse en el placer que le provocaba ese pedazo de carne en su interior

Las embestidas se hacían más intensas, Tarble gemía completamente dominado por el placer

-¡Raditz! M-más… ¡Dame más duro! –Pidió extasiado, aún conservando activo ese lado “perverso” que tanto excitaba al mayor. Raditz obedeció al instante, aumentando lo más que pudo la velocidad de sus embestidas. -¡Ahh! ¡Sí! ¡Sigue! –Seguía gimiendo con más fuerza, olvidando por completo que un guardia podría escucharlos y acercarse al lugar

No les importaba nada más, ambos estaban perdidos en el placer del momento. A Tarble ni siquiera le importaba que su espalda se estaba lastimando un poco al estar contra esa pared de concreto, solo se preocupaba por gemir casi exageradamente el nombre de su amado

Raditz miraba atentamente cada uno de sus gestos, le encantaba ver al pequeño e inocente Tarble en esa faceta tan sumisa, tan lleno de deseo, sus ojos brillaban como ninguna otra vez, el brillo del placer lo hacía ver sumamente bello ante él. Su rostro estaba completamente rojo, de sus labios se escapaba algo de saliva haciéndolo ver más provocativo

-¡Mmm Raditz! ¡Y-ya n-no…. Puedo! –Avisó el pequeño entre gemidos, estaba cerca de llegar al final. Raditz sonrió de lado

-Tampoco yo… - Siguió embistiéndolo profundamente, hasta que tocó aquel punto que obligó al menor a sacar un grito lleno de placer, al tiempo que se liberaba otra vez, manchando sus pechos.

-¡Lléname por completo! –Pidió extasiado, el mayor siguió embistiéndolo un poco más hasta que también se corrió, llenando en interior del menor tan como él quería. Tarble gimió por última vez al sentir ese líquido caliente en su interior.

 

Se mantuvieron en esa posición unos minutos, regulando sus respiraciones, hasta que Tarble rió levemente

-¿No te la esperabas, eh? –Comentó algo chistoso, mostrando esa infantil y amplia sonrisa de siempre. Raditz carcajeó ante su declaración

-Creo que eres una pequeña caja de sorpresas, mi amor. – Se burló, tirando con cariño uno de los cachetes del menor. Tarble seguía igual de alegre

-¿Papá se enojará si me llevas tan tarde?

-Ni me lo recuerdes –Una gotita de sudor bajó por su cien al imaginarse la imagen de su “suegro” enojado con él por llevarse a su hijo hasta altas horas de la noche…Dio un largo suspiro, para después sonreír tiernamente al menor  -Valió la pena… -Susurró, para terminar con la distancia entre ellos con un dulce y tierno beso…

 

~Fin~

Notas finales:

Y que tal? e_e cabe aclarar que no tenía más imaginación :v pero esta idea se me ocurrió hace días e_e  Santi, espero te haya gustado :3 debes agradecerle a Will e_e y otra cosa, recuerda que no me he olvidado de ti e_e 

Recuerda que siempre serás mi favortio :3 

(Voz misteriosa: Los primeros amores nunca se olvidan (?) oOkno, Quien dijo eso!? xD (Will, solo juego :v) 

Saludos ~~ 


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