POV AUTOR
«19 de julio 2014»
Los pasos se hicieron lentos y pesados, podían sentir la adrenalina en su cuerpo, el silencio lo acompañaba, y es que tan solo una respuesta podía hacer que su felicidad fuese más grande. Kim Jongdae no dejaba de moverse de un lado al otro con los nervios de punta, habían pasado más de 10 minutos en los que estaba en silencio y pensando, dando vueltas en la sala de estar, en esos 10 minutos pudo planificar muchas cosas, posibles escenas y eso hacia que su esperanza creciera aun más. Se sentía muy nervioso, la puerta se abrió y el corazón de Jongdae se paralizó, se giró hacia esa puerta y lo miró, Kim Minseok, la persona que hacia sus días más hermosas, esa persona que lo había hecho feliz desde que tenía 16 años, su relación comenzó como cualquier otra, primero fueron amigos, durante los dos últimos años de la preparatoria, cuando fueron a la misma universidad se dieron cuenta de aquellos sentimientos que provocaban sonrojos y sonrisas significaba más que una amistad, a mediados de junio comenzaron a salir oficialmente, pasaron dos años, siendo novios y reforzando su relación, luego en su tercer paso quisieron dar otro paso y se comprometieron, al cabo de su cuarto año se casaron, ahora solo llevan solo 8 meses de casados, 8 meses en los que fueron feliz.
- Positivo - susurró Minseok, Jongdae sonrió ante la hermosa noticia y sin pensarlo dos veces corrió para abrazarlo, su amor crecía más y más.
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El primer mes fueron duros para Minseok, quién aun experimentaba los malos tratos de los vómitos y hormonas, Jongdae se esforzaba al máximo para poder conseguir dinero, y ayudar a su esposo a lidear con su mal estado. A pesar de los síntomas Minseok sonreía cada vez más, tener a Jongdae le daba fuerza y la pequeña razón de sus malestares solo ensanchaba su sonrisa.
El segundo mes llegó y Minseok había dejado los vómitos, pero se cansaba con más rapidez, Minseok intentaba soportar todo para seguir con su trabajo y así, cuando tuviese su 7 meses pedir licencia. Quería por lo menos tener una trayectoria de un año en su trabajo, Jongdae en un principio se negó pero Minseok lo convenció para que lo dejara hasta los 7 meses, Jongdae terminó aceptando con la condición de que si Minseok se sentía mal o muy cansado lo dejaría, además de que su lindo esposo lo miraba con ojos de cordero. Minseok había comenzado con el tratamiento, y había comenzado a ingerir vitaminas y ácido fólico para el buen crecimiento del bebé. En ese mismo mes, habían tenido su primera ecografía en donde por fin pudieron escuchar el latido de su bebé.
En el tercer mes ambos decidieron revelar la noticia del bebé en la cena anual que la familia de Minseok organizaba, todos sus amigos y familiares le felicitaron ante la repentina sorpresa. No pasaron muchos días en los que comenzaron a llegarles algunos obsequios para el futuro bebé, todos de color blanco o amarillo. La pareja coordinaba su tiempo para poder tener un tiempo a solos. Ambos iban con regularidad al hospital.
Entre el quinto y sexto mes ambos supieron que su bebé era un niño, uno muy sano según el médico. En esos dos meses decidieron comenzar con las compras para el bebé, y también reorganizaron la habitación del bebé, llenándolo de pintura azul y dibujos de autos.
El séptimo mes llegó con rapidez, Minseok decidió dejar su empleo y tomarse la licencia, Jongdae decidió tomar más horas en el trabajo. Minseok comenzó a sentir la ausencia de Jongdae, y es que su esposo no llegaba luego desde la 1:00 a.m.
En ese mes ambos discutieron por primera vez en mucho tiempo, y es que Jongdae se había ido a una reunión con sus compañeros de la empresa en la cual habían celebrado a un compañero que se jubilaba, Jongdae aprovechó y celebró a su bebé provocando embriagarse. Jongdae le gritó por primera vez, recalcándole que él era quien trabajaba ahora y quien había pedido más horas para tener dinero, Minseok lloró por primera vez, había sido fuerte en todo ese tiempo, él quería la felicidad para su familia pero el hecho de que Jongdae le sacara en cara esas cosas y sus hormonas que estaban disparadas hicieron que llorara por horas. Por ese día ninguno se habló, Minseok se sentía muy vulnerable, tampoco le reclamaría a Jongdae porque él sabía que su esposo se esforzaba al máximo por ellos, pero eso no le justificaba que le haya gritado y que lo hiciera estando ebrio. Jongdae no esperó a otro día de silencio y le pidió perdón, Minseok le perdonó porque él no era rencoroso y porque todo fue por la tensión acumulada.
En el 8vo mes, el clima era más frío y gris, Minseok comenzó a sentirse más cansado y se veía más enfermo, Jongdae lo llevó al hospital pero el mismo médico les explicó que era normal, él bebé comenzaba a moverse y que gastaría más las energías de Minseok. Luego pasó una semana de su visita al médico, Minseok se sentía mejor, su aspecto era notorio, él se veía radiante, sus energías eran pocas pero él estaba feliz, solo quedaban tachar unos días para por fin conocer a su bebé y eso lo emocionaba demasiado.
- ¿Estas seguro que quieres quedarte? Puedo llamar a mi jefe y decirle que no podré ir - susurró Jongdae, Minseok lo ignoró y siguió arreglando su corbata.
- No, ya dijiste que si, no te preocupes por mi, me siento mejor, lo más probable es que hoy duerma todo el día, tú ve y diviertete, sé que esta reunión puede conseguirte un ascenso. Te amo y disfruta del día, tu bebé y yo te esperáremos - le dijo con dulzura luego besó sus labios. Jongdae asintió un poco más relajado, Minseok tenía razón, esta reunión podía abrirle muchas puertas.
- Bien, pero si te sientes mal, cualquier cosa llámame ¿Entendido? - preguntó, Minseok asintió. Ambos se despidieron con un dulce beso.
Jongdae se marchó luego de haberse despedido de su bebé.
Minseok decidió ordenar la habitación, habían algunos conjuntos para su bebé que aun no había dejado en la habitación del pequeño, Minseok guardó esa ropa en una pequeña caja y se encaminó hacia el cuarto de abajo. Con mucho cuidado comenzó a bajar las escaleras pero en ese momento sintió una punzada en su vientre, y solo eso lo desestabilizó.
- Ven, iremos por unas copas más - susurró aquel chico con una suave sonrisa, Jongdae observaba al chico frente a él, no podía negar que ese chico era hermoso, él era un tipo de belleza diferente a la de Minseok. Eran muy diferentes. Jongdae asintió y se dejó llevar por aquel chico, ambos fueron hasta la barra en donde había solo un cantinero a tendiendo. Ambos bebieron, habían muchas personas en esa reunión y ninguno era compañero de su trabajo, o los que si estaban bastantes ebrios, Jongdae bebió con tranquilidad, aquel chico acarició su pierna de manera sugerente. Jongdae se quedó pasmado. Aquel chico se acercó y lo besó, el beso no era tierno o dulce sino lleno de lujuria. Jongdae sintió su bolsillo vibrar pero lo ignoró. Hace mucho tiempo que no se sentía deseado.
Por alguna razón esa habitación era gris e insulsa, se podía sentir como el frío atravesaba su cuerpo. Observó a su alrededor, todos dirían que el lugar era blanco pero él lo sentía gris y frío. Un hombre con bata ingresó a la habitación seguido por Jongdae. Minseok pude ver la miseria en su esposo, desvió sus ojos hacia su vientre.
El médico se acercó a él - Lamento informarle que...-
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Aquella habitación que había sido testigo de risas, sueños y promesas estaba en silencio, la nostalgia estaba en cada pared, en cada autito que estaba plasmado en la pared, en cada ropita que estaba en el armario, cada juguete en el suelo o cada oso de felpa que estaban en la cuna, y es como si el dolor creciera cada vez más.
Minseok se sentía tan vacío, ya no podía sentir otra cosa que dolor. Habían pasado tres semanas desde que su bebé lo dejó, una semana desde que le dieron alta y en esa dos semanas no se había atrevido a guardar las cosas de su bebé, no tenia el valor. En esas semana no había hablado con Jongdae, y es como si su voz se hubiese apagado, Jongdae ya no lo miraba como antes, lleno de amor y dulzura. Ambos compartían la misma cama pero ninguno se tocaba, Minseok sentía que su presencia solo le causaba frío y dolor.
Pasaron los días, hasta semanas y ninguno se animaba a decir algo, se limitaban a monosílabas, y es como si ese lazo tan especial hubiese muerto aquel día. Minseok ya no soportaba el dolor y la oscuridad en la que se estaba consumiendo. Y un día, sin ninguna duda preparó su maleta, y dejó una nota en la cama.
"Lo siento, pero no puedo seguir con esto. No puedo seguir aquí, no quiero culparme más o culparte. El amor que tenía murió de la forma más cruel, ahora solo siento dolor. Nada será como antes, lo siento...'
Y con solo eso se marchó, dejando la casa, la habitación de su bebé, su anillo de bodas, sus recuerdos, dejando a quien alguna vez fue el amor de su vida, dejó una parte de su vida en esa casa en donde había pasado sus años proyectado felicidad. Minseok sabía que no había otra solución, su matrimonio había fracasado pero puede decir con mucha seguridad que realmente amó y se sintió amado. Cuando Jongdae volvió, no se sorprendió al encontrar la casa vacía, sin la ropa de Minseok, solo una carta y su anillo de bodas. Jongdae ya no tenía fuerza por luchar por un amor que se consumió en la desgracia. Ese día, él no ingresó a la habitación de su bebé, no como lo hacia desde que había vuelto del hospital, tampoco buscó a Minseok, aun se sentía tan culpable y no quería arrastrar a Minseok con él. En esa semana, Jongdae vendió la casa, solo guardó su ropa y nada más, luego vendió todo, excepto los recuerdos, esos se los llevaría consigo hasta que muriese, el fin de semana se marchó de Corea, empezaría en otro lado.
«7 de septiembre, 2022»
El frío era leve, aun se podía sentir la calidez del verano en cada soplido. Minseok sonrió en grande, amaba mucho esta estación, observó el correo en su casilla, habían varias cartas para pagar la luz, gas, su tarjeta de crédito. Pero una carta que le llamó la atención, Minseok sintió como todo su cuerpo temblaba. Observó la hora, y sin siquiera pensarlo dos veces salió hacia la reunión. En el transcurso del viaje se sintió vulnerable, y era como si los recuerdos fuesen amargos pero también dulces. Minseok llegó a tiempo para la reunión. Sus pies temblaron ante lo que se avecinaba, caminó por el pasillo de aquella cafetería, de lejos pudo ver una silueta, los años habían pasado. Eso era indiscutible pero la calidez que transmitía seguía intacta.
Minseok se sentó en frente. Jongdae sonrió levemente, Minseok pudo volver a ver aquel hombre lleno de felicidad que alguna vez se enamoró. Jongdae por su parte observó aquel rostro tierno y hermoso, pero su sorpresa no fue el hecho de que Minseok se veía exactamente igual sino lo que tenía cargando.
- ¿De cuánto tienes? - preguntó un tanto nostálgico, Minseok acarició su vientre y sonrió débilmente.
- 8 meses, en una semana cumpliré 9 - susurró, mientras observaba la mano de Jongdae.
- ¿Y tú... cuándo te casarás? - preguntó. Jongdae acarició su anillo.
- En dos semanas me casaré - comentó.
El ambiente que los rodeaba era cómodo y cálido, a pesar de que todos los recuerdos aun estaban ahí. Jongdae extendió el papel hacia Minseok.
- Me casaré muy pronto pero necesito tu firma para dar por acabado nuestro matrimonio - Minseok tomó el bolígrafo pero antes de firmar lo observó.
- ¿Eres feliz? - se atrevió a preguntar, Jongdae se sorprendió pero asintió con una enorme sonrisa, Minseok le devolvió el gesto y firmó el papel. Ninguno sintió nada, el amor que una vez sintieron solo quedará en sus recuerdos. Minseok se levantó con algo de dificultad.
- Espero que puedas ser feliz, yo lo soy, muy feliz junto a Sehun. Por favor vive sin remordimientos y malos recuerdos. Lo único que nos une son solos recuerdos, yo dejé los malos recuerdos pero guardé los hermosos recuerdos -
- Yo también - susurró, Minseok salió de la cafetería con lágrimas en los ojos, no se sentía mal sino feliz. Ya no sentía amargura al recordar a su bebé o a Jongdae, solo esperaba que él hiciera lo mismo algún día, solo quedaba guardar hermosos recuerdos de un amor que quizás tuvo su fecha de caducidad pero que ambos disfrutaron.
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