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Epoca del año por Abyss

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Notas del capitulo:

Si... Esto es una de las cosas mas enfermas que eh escrito en mi vida pero... ¿A quien le importa =D? Todas estamos aqui por el leemon, admitanlo!!!

Ghetsis aqui tiene de entre 16 a 18 años, no supe cual de las dos darle asi que... Es joven... Y aun tiene su ojo, asi que, disfrutenlo (?)

Erase una vez, Pokemon que se casaban con humanos


Erase una vez, humanos que se casaban con Pokemon


Se trataba de algo igual


Pues Pokemon y Humanos eran iguales


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Podía sentir el cansancio recorrer cada uno de sus poros, hubo un momento en el que incluso se sintió bostezar de lo cansado y aburrido que había sido caminar desde la mañana hasta después de mediodía sin descanso alguno y aun cuando el único pokemon que llevaba consigo no tocaba el suelo ni hacia mucho ruido al moverse no tenia necesidad por girarse a verificar si lo seguía ó no, el batir de las alas y el aire que le llegaba de atrás eran mas que suficientes para dar por hecho que Hydreigon iba detrás de su persona.


El pokemon Dragon/siniestro apenas iba adaptándose al reciente cambio que su cuerpo había recibido al momento de evolucionar, decir que se encontraba molesto con el dragón azul era.... Bueno, a nadie iba a engañar, si se encontraba molesto y no le importaba que gracias a ello hubiese podido evolucionar


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Hace aproximadamente dos meses había sido llamado al laboratorio del profesor Carrasco Encina –quien hace algunos años le había echo entrega de su primer pokemon, un Snivy- que aunque el profesor hubiese intentado persuadirlo de que no era algo realmente urgente su voz claramente decia lo contrario. Cuando llego pudo sentir la leve tensión que el mismo profesor creaba al dar vueltas alrededor de un huevo.


-Profesor, buenas tardes- saludo amablemente mientras se acercaba-


-Oh, Ghetsis que bueno que hayas llegado- respondió el profesor Carrasco al notar al recién llegado- Mira esto...-señalo mientras se acercaba a cargar el huevo que anteriormente se estaba incubando encima de una sabana y debajo de una luz- Hace poco me llego un inexperto entrenador que me dijo que había recibido este huevo de parte de la guardería pokemon, el señor que suele estar ahí le advirtió que probablemente fuera de un tipo dragón.


Ghetsis Armonia escucho atentamente cada palabra del adulto frente a el –bueno, tenia dieciocho años y técnicamente el también era un adulto- que termino divagando y hablándole maravillas sobre el posible dragón que pudiera nacer del huevo que ahora era sostenido frente a sus ojos


-...Llevando acabo una pequeña investigación descubrimos que hay una alta posibilidad de que sea una cría de Hydreigon- termino de hablar el profesor Encina, dándole el huevo a Ghetsis que no tuvo mucho tiempo a reaccionar-


La cara de duda junto a la sonrisa de "no entendí nada" que puso el de cabellos verdes fue mas que suficiente para que el profesor siguiera hablando, al darse cuenta de su confusión.


-Quiero que tu lo críes-


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El nuevo rugido que Hydreigon usaría de ahora en adelante tomando en cuenta que sus cuerdas vocales también sufrieron de un cambio en la evolución, le hizo detenerse y mirar hacia atrás, el dragón de aproximadamente 1,8 m de altura, la cual jamás aparentaría debido a que se encontraba volando, un curioso rasgo al que se había adaptado mas rápido de lo normal.


-Ya casi llegamos- fue lo único que dijo mientras volvía a emprender su camino, escuchando el batir de las alas y los leves sonidos que las cabezas sin cerebro solían hacer-


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En un principio no le había parecido difícil la tarea de criar a un tipo dragón, aun cuando había oído la violencia y la falta de control que caracterizaba a los de su especie, una vez tuvo el huevo blanco con toques verdosos fue incapaz de declinar la amable propuesta del profesor, horas mas tardes en su bicicleta el huevo eclosionaría y con mas que una sonrisa orgullosa e ilusionada sostendría al huevo entre ambas manos a la vez que admiraba el momento justo en que el huevo se rompía y la cabeza negruzca con el cuerpo bañado en azul emergía del mismo, hubiese dicho algo, de no ser que el Deino recién nacido de manera instintiva –o al menos así deseaba que hubiese sido- le mordió el rostro, acortando su rasgo de visión al interior de la boca del bebe dragón.


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Abrió la puerta con cuidado, escuchando el escandaloso rechinar de los tornillos de la misma mientras se adentraba, dejando el suficiente hueco como para que su pokemon acompañante entrara junto con el. Aquella simple casa de dos pisos había sido su hogar durante un tiempo, una casa muy escondida en pueblo chamota, alejada del resto encima de una colina, su abandono solo era evidente cuando el solia pasar mas de una semana en aquella casa, en realidad no le agradaba, pero no tenia donde mas ir con un pokemon recién evolucionado, ahí no haría daño a nadie y sea cual sea lo que rompa dentro de la casa no tendrá nada contraproducente, así que era un buen lugar para contener al actual pokemon de tres cabezas.


-Nos vamos a quedar aquí- señalo Ghetsis cuando noto que Hydreigon no dejaba de mirarlo- Hasta que te acostumbres a tu apariencia y poder, nos iremos de este pueblo.


Espero un momento mas, a la espera de que el dragón hiciera algún gruñido o algo en respuesta, en su lugar, lo único que hizo fue mirar a sus "manos" como si asi fuese a encontrar alguna respuesta. El de cabellos verdes, reacio a acercarse a su pokemon nuevamente, volvió a hablar.


-Iré a darme un baño- la mirada rojiza se cruzo con aquella de la misma tonalidad- Puedes morder todo lo que quieras -señalo los sillones, cojines e incluso un mueble viejo con libros que en su vida volvería a tocar- No salgas de este cuarto –enuncio mientras lo señalaba- Y no golpees muy fuerte las paredes –dudaba mucho que la arquitectura de aquella casa fuera a ser tirada fácilmente, incluso si un pokemon cuyo peso era de 160 kilogramos se restregara contra ella, si la casa fuera débil, hace mucho que se habría venido abajo.


Un corto y bajo rugido fue la respuesta que recibió después de dar sus indicaciones, Ghetsis solo asintió como si comprendiera al dragón azul y le dio la espalda para dirigirse a la segunda planta a tomar un baño, discretamente, rascando su brazo diestro. No subió ni cuatro escalones cuando escucho el sonido de las alas batirse en su dirección.


-Y no vengas conmigo- señalo girándose a encarar al pokemon que había tenido toda la intención de seguirlo- No tardare mucho, en un momento te doy mas comida.


Fueron sus palabras finales para posteriormente seguir subiendo las escaleras cargando a cuestas las dos mochiles, una donde llevaba su ropa y varias pertenencias mas –incluyendo el dinero- y la otra donde se había asegurado de guardar y acomodar toda la comida que había comprado el día anterior para su supervivencia con el dragón por quien sabe cuanto tiempo, la comida no era un gran problema, aun cuando la casa se encontraba algo alejada del "centro" llegar al centro pokemon en realidad no era ninguna actividad ni extenuante y mucho menos difícil, pero solo un tonto se atrevería a dejar la comida cerca de un pokemon que la seguía pidiendo cada hora o menos. La habitación en donde se encontraba el baño era un lugar pequeño en realidad, una regadera de pie, una taza y un lavabo con su respectivo espejo era lo único que había en ese lugar, debido a las altas temperaturas que se solían alcanzar durante medio año, tener agua para beber era una prioridad mas grande que bañarse y en realidad no se hubiera bañado, de no ser que los vendajes que tenia tanto en el pecho como en el brazo se habían ido volviendo incomodos con cada paso que daba dentro de la montaña reversia, faltaban pocos días para que fuera otoño y las temperaturas comenzaran a descender –así como un aumento en el agua- la montaña reversia solía ser una especie de volcán de primavera a verano, convirtiéndose en una caverna fría durante el otoño e invierno cuando la lava era sustituida –de alguna forma- por agua.


Y aunque confiaba totalmente en que Hydreigon no se iba a mover de la sala –al oír cosas caer y posteriormente gruñidos- tuvo la duda de si mantener la puerta abierta o cerrarla, al final la dejo entre abierta, le daba miedo no escuchar a su pokemon, una vez los ruidos continuaron en la planta de abajo comenzó por despojarse de la chaqueta blanca, para posteriormente quitarse la sudadera negra de manga larga –que no importaba que época del año fuera, el siempre tenia cubierto todo el cuerpo- dejando a la vista las vendas que se habían humedecido por el sudor al pasar el monte reversia. Sin cuidado alguno y recargándose en la pared frente al lavabo comenzó a retirarse las vendas del brazo y el pecho, en ambos lugares poseía surcos llenos de costra que habían cerrado e impedían que la herida se volviera a abrir, en el fondo de su mente había una neurona que le gritaba que si hubiesen sido rasguños hubiera sido mucho mejor, lamentablemente, ambas heridas habían sido ocasionadas por los colmillo de Zweilous, no habían sido de gravedad –o al menos el no deseaba verlo de esa forma- lo que mas recordaba del momento en que había recibido la herida, era haber visto a ambas cabezas discutir de tal forma que se habían desviado del camino que estaban siguiendo –tan violentas e incapaces de ponerse de acuerdo entre ellas mismas, Ghetsis no había tenido éxito alguno en regrésale a su poke ball cuando evolucionaron de Deino- con cuidado de no entrometerse las había seguido hasta un pequeño desfiladero cuyo fondo era un lago, no iban a sufrir daño alguno, pero estaba seguro que si les dejaba caer batallaría todo un día en subirle o ambas –aun peleando- no se pondrían de acuerdo ni siquiera para volar. No era la primera vez que se interponía entre ambas cabezas, o incluso cuando fue un Deino no había salido ileso de los "cariñosos" cabezazos a su columna y las mordidas a su rostro y aun cuando se había alegrado que Zweilous no cayo por el desfiladero, supo que estuvo a pocos minutos de quedarse sin brazo, una de las cabezas –la mas tranquila- lo mordió de tal forma, que cuando quiso alejarse los dientes le dejaron surcos de piel viva y sangre que brotaba sin control, en un mal movimiento por intentar ver su brazo, la segunda cabeza –la mas violenta- al no poder cerrar su boca alrededor de su pecho termino clavando lo dientes únicamente, con la clara intención de arrancar piel. De forma instintiva se había alejado del dragón azul y posteriormente se había arrodillado en el suelo intentando calmar el ardor de las dos áreas heridas, así como intentaba respirar al ver la sangre que brotaba de ambos lugares, su instinto le gritaba que se alzara como pudiera y comenzara a regresar sobre sus pasos para volver al centro pokemon del que habían partido hace menos de una hora, de no haber escuchado a su instinto tal vez hubiese aprovechado a observar que donde los colmillos se habían clavado y quitado piel, también se había llevado parte de la ropa que se supone le cubría.


Cuando despertó, en la cama del centro pokemon, anestesiado, con vendas en el cuerpo y un Hydreigon a su lado con expresión culpable, no necesitaba ser un genio para saber que ambas cabezas se habían puesto de acuerdo para seguirlo y ayudarlo, tal vez, notando la situación en la que se habían metido, ahora el nuevo pokemon con solo una cabeza debía ser el resultado de que ambas cabeza finalmente pensaran como una y ayudaran a su entrenador. O al menos eso deseaba creer.


Un rugido le hizo saltar en el lugar donde se encontraba, tan distraído estaba en sus pensamientos que había ignorado totalmente al Dragón que se encontraba recostado entre el pasillo y la puerta del baño. Con una honda respiración para tranquilizarse, Ghetsis salió de la regadera –en donde solo se había lavado el brazo y el pecho y mojado el resto del cuerpo- para tomar una toalla y acercarse lentamente a Hydreigon, desde el incidente hace casi una semana, había estado totalmente reacio a tener contacto directo con el enorme dragón, cuya felicidad inicial al verlo despertar en el centro pokemon no había sido la mas esperada por su entrenador.


Claro, Ghetsis de todas formas podía terminar acostumbrándose a que su cabeza terminara dentro de la boca de su pokemon cada que este estuviese feliz. Al menos los colmillos de la boca iban con cuidado cada que le mordían el rostro, como si estuviese consciente del riesgo que era morderlo demasiado fuerte.


Hydreigon cuando noto que su entrenador –al fin- se le acercaba había puesto tal brinco de felicidad, que de no ser que Ghetsis noto que dicho pokemon no cabía por la puerta, se le hubiera lanzado en cima, una suerte ya que la reacción instintiva del entrenador había sido la de retroceder, haciendo que nuevamente el dragón azul abarcara toda la entrada. La pregunta sobre "¿Y ahora como salgo del baño?" Había rondado de inmediato los pensamientos del de cabellos verdes.


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Dio un profundo suspiro a la vez que intentaba alzar la cabeza, sentía un peso en su espalda que le impedía moverse con facilidad, y entre sueños había sentido pequeños piquetes en distintos lugares del cuerpo. Se movió incomodo al sentir la falta de movilidad, principalmente en su espalda, donde sentía que algo bajaba y subía en una respiración medianamente tranquila, tenia la sensación de que dicha respiración se sentía agitada, y a pesar de que estaba totalmente consciente de que era lo que tenia en su espalda, se negaba rotundamente a levantarse o a abrir los ojos, lo que si logro mover fueron los brazos, cambiándolos de posición hasta que estos se hubiesen acercado a su rostro


-Por Arceus ¿Qué es lo que eh echo para merecer esto?-


 


Una fuerte mordida le hizo alzar la cabeza, encontrándose con unos ojos sangre que le miraban atentamente, Ghetsis ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando la cabeza principal se había abierto y engullo parte de su rostro, si de por si no podía ver en la oscuridad, ahora que la boca de Hydreigon decidio tapar su rostro con sus fauces –como le venia sucediendo desde que nació- no podía ni siquiera hablar ya que su boca había terminado dentro de los limites de la mordida. Y ni hablar de mover sus manos, al parecer Hydreigon había logrado coordinar a las dos cabezas sin cerebro para que lo sostuvieran de los brazos sin causarle daño, pero obligándolo a permanecer en su lugar.


No importaba que tan desconcertante era la situación, en el fondo era un avance, extraño, pero avance a fin de cuentas. Tragando saliva relajo su cuerpo lo mas posible, pensando en que aquella mordida no significaba la gran cosa y dentro de poco Hydreigon lo sortaria, así como solía hacerlo cuando era Deino y Zweilous.


Cual fue su sorpresa cuando sintió algo pegajoso pasar por encima de su boca, no tenia que tener un doctorado para saber que era la lengua –rasposa- del dragón que se encontraba babeándole los labios y aunque el asco predominaba por encima de todas las emociones y la extrañeza e incomodidad por la extraña posición, una de las cabezas sin cerebro mordió mas fuerte de lo necesario su brazo izquierdo, obligándolo no solo a soltar un quejido de dolor, si no que además la lengua llena de baba aprovecho para hacerle tragar la secreción lo mas profundo posible, las cabezas sin cerebro lo soltaron de repente a la vez que la cabeza principal liberaba su rostro después de haberle metido la lengua hasta la garganta, el pokemon simplemente se movió feliz a la vez que comenzaba a restregarse en su entrenador, al cual no dejaba de tener prisionero bajo su cuerpo.


Algo se activo dentro del de cabellos verdes al sentir al enorme dragón restregándosele en la espalda, lo que pensó que era el instinto le hizo removerse inquietamente con la intención de alejarse del dragón, por un instante sintió el peso extra desaparecer de su espalda, uso sus manos para intentar alzar el torso, sintiendo aun al dragón demasiado cerca de el, si el tacto no fallaba, el seguía detrás de el. Su libertad no duro mucho, de un instante a otro había vuelto a ser empujado contra el suelo junto con un rugido mucho mas fuerte que los anteriores siendo esto demasiado cerca de su rostro, con los brazos a los lados de su cabeza y la resiente libertad en sus piernas, en un intento por cubrirse termino adoptando la pose de cuatro, solo que con la espalda inclinada y el rostro oculto entre los brazos.


Las cosas se volvieron a calmar, Hydreigon volvió a su tarea de restregarse contra Ghetsis y el de cabellos verdes se mantuvo con el rostro escondido entre los brazos, hasta que comenzó a sentir calor en la parte baja de su vientre, una vez mas, incomodo con la situación y el calor recién descubierto, se volvió a mover en contra del pokemon, no quería pensar en lo que Hydreigon necesitaba y mucho menos el papel que el podría llegar a cumplir.


El dragón en lugar de reaccionar violentamente, poso de nuevo todo su peso encima de Ghetsis –quien no tuvo mas opciones que quejarse en voz baja- y de una forma coordinada mas no calmada ni delicada, las cabezas que tenia Hydreigon en lugar de manos habían comenzado a morder todo lo que se encontrase a su paso, ya hubiese sido carne o ropa –la cual habían comenzado a desgarrar- la tela no presentaría muchos problemas, Ghetsis se encontraba usando una simple camiseta sin mangas y una bermuda que le quedaba por encima de las rodillas, en cualquier momento, junto con su ropa interior las tres prendas habían desaparecido y ahora las cabezas habían tomado libertad de morder la piel con mayor libertad, no solo haciéndolo gritar, si no también, dejando numerosas marcas y moretones de las mordidas proporcionadas principalmente a los costados de su cuerpo.


Después de un tiempo, una desesperacion se instalo en su vientre bajo cuando el pokemon se había visto incapaz de encontrar un lugar donde pudiera entrar su ya tieso miembro, ante tal emoción el dragón azul había comenzado a usar sus dos cabezas para morder los muslos –tanto internos como externos- y la mayor parte de las piernas, en un ataque de desesperación, al sentir el constante dolor ocasionado por las mordidas Ghetsis movió sus dos manos y las llevo con dirección a su ano, con la frente pegada al suelo esperaba que al menos el pokemon fuera capaz de captar la indirecta y de una vez dejara de morderlo a lo diestro y siniestro.


No paso mucho tiempo hasta que sintió algo encajarse en su interior de forma cruda y sin preparación –aun que a estas alturas en realidad no esperaba la gran cosa- había sido solo una embestida para que Hydreigon entrara en sus entrañas y el dragón no se detuvo hasta estar totalmente clavado en su ano, con la poca conciencia que le quedaba a Ghetsis llego a la conclusión de que si, aquel acto lo hubiese llevado a cabo con otra persona –incluyendo su mismo sexo- aquella penetración hubiese sido menos dolorosa, pero ya no tenia marcha atrás. Sus manos rápidamente abandonaron sus muslos para sostenerlo de no seguir siendo azotado tan duramente contra el suelo y el no tenia mas que dejar salir varios gritos cuando el dolor de las inhumanas embestidas se combinaban con las cabezas sin cerebro que le mordían los costados.


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Sintió su cuerpo convulsionar una vez mas, mientras el peso de su espalda continuaba ahí, su cuerpo tembló una vez mas a la vez que golpeaba su cabeza contra el suelo, hace menos de cinco minutos –o eso quería pensar el- Hydreigon se había detenido de repente y le había lamido la espalda, las dos cabezas también le habían soltado finalmente los costados y... Ya, las tres cabezas se habían puesto a descansar, dejando no solo todo el peso en su espalda, si no que además, el miembro de su pokemon seguía en su interior, corriéndose, como si aquello no fuese la gran cosa.


Reprimió un gemido cuando finalmente dejo de sentir algo liquido siendo expulsado en el interior de su ano, del cual estaba seguro tenia las paredes mas que desgarradas.


-Asco...-


Susurro a si mismo mientras sentía las primeras lagrimas abandonar sus ojos, no sentía las caderas, sentía el estomago extraño al igual que el interior de su cuerpo, sus costados ardían como nunca en su vida lo pudo haber soñado, había tenido sexo anal con su propio pokemon, se encontraba tirado en la sala de aquella casa y ni siquiera se podía imaginar como el dragón lo había llevado hasta allí, tomando en cuenta que no cabía por las puertas. Intento tranquilizarse, de nada le servía llorar y mucho menos martirizarse sobre lo recién ocurrido, si hubiese tenido la posibilidad de moverse ya lo hubiera llevado a cabo, sin embargo, podía sentir el miembro –que sinceramente no se había esperado que fuera tan grande y largo- de su pokemon aun enterrado en la profundidad de su cuerpo, los espasmos seguían allí, poco a poco desapareciendo.


"-¿Esto podría ser el celo?-"


Se cuestiono mentalmente, jamás había oído de algo similar en los dragones, claro, no estaba familiarizado con eso, pero al menos el profesor Encina le debería de haber dicho algo relativo a ello si es que podía ocurrir.


"-¿La saliva tendrá algo que ver?-"


Miro fijamente parte del cuello del dragón que dormía tranquilamente a su lado, lo mas probable es que tuviese algo que ver ya que Hydreigon lo había llegado a morder con sus cabezas con la intención de que bebiera parte de la misma –que por cierto, de solo recordarlo le daba asco- también podía sentir que tenia la misma sustancia en su espalda, aun pegajosa y en ciertos lugares podía sentir como si se estuviera escurriendo por los lados.


-¡Aaa!- grito nuevamente, cuando su campo de visión se había visto interrumpido de nuevo, instintivamente abrió la boca y recibió la áspera lengua bañada en saliva entrar a su propia cavidad, a diferencia de la primera vez ahora bebió la mayor parte de dicha sustancia lo mas que podía, ocasionando que fuese liberado casi al instante.


De nuevo, encima de el y totalmente despierto se encontraba el Dragón siniestro, no tuvo tiempo siquiera de pensar en algo mas, cuando la cadena de embestidas había iniciado nuevamente, así como las dos cabezas restantes se dedicaban a morder otras partes que no fueran los costados, intentando buscar de donde mas sostenerse.


Fue entonces que Ghetsis se dio cuenta, que aquello apenas acababa de empezar.


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Había perdido la noción del tiempo para cuando Hydreigon finalmente lo había dejado en libertad después de haberse vuelto a correr abundantemente en un total de cinco copulaciones, sabia que el semen se encontraba en lo mas profundo de su cuerpo, que de alguna forma la anatomía del dragón se había modificado para enterrar el semen e impedir que salga –tal vez- para asegurar que la hembra quedo impregnada y asegurar de tal forma una descendencia.Solo que había dos detalles: Uno, el no era otro Hydreigon y Dos, mucho menos una hembra.


Intentar descubrir sobre que era lo que había pasado por la cabeza del dragón para saber la razón por la cual lo había tomado a el, era algo de lo que tal vez jamás se enteraría y probablemente tampoco quisiera descubrirlo.


-Maldita sea...- maldijo por lo bajo sin saber que mas decir, la mayor sarta de groserías ya las había usado cuando en su tercera sesión de sexo el pene del dragón había alcanzado un cumulo de nervios muy delicado que le hizo rebajarse, retorcerse y degradarse a pedir mas de ese contacto


Hydreigon simplemente seguía ahí.


Sentado en el suelo, viendo como su entrenador intentaba alzarse del lugar donde había permanecido recostado boca abajo. El dragón simplemente lo miraba fascinado y entretenido.


El de cabellos verdes simplemente se dio por vencido en su intento de alzarse y simplemente paso a sentarse en el suelo, sorprendido por el hecho de que, tal y como lo había pensado, no tenia ni una sola gota de esperma saliendo por su ano, la curiosidad de llevar una mano hasta ahí era grande, pero a sabiendas de que el dragón azul simplemente lo estaba observando decidió hacer otra acción.


Tocar su vientre.


-¿Duro?- dijo en voz baja mientras pasaba la mano por encima de su no tan hinchado vientre, tenia la seguridad de que tenia todo el semen ahí adentro, lo sintió entrar, pero no le veía sentido a que su vientre su hubiese puesto duro como si en realidad fuera otra cosa.


Un gruñido lo saco de sus cavilaciones y le hizo girarse a ver a la única criatura con la que se encontraba "viviendo" actualmente en aquella casa, si hubiese sido una persona podría haber supuesto que la forma en la que se encontraba sentado lo invitaba a sentarse junto a el y mas con aquel tono bajo de gruñidos que poco a poco se iban haciendo mas largos y tranquilos.


-Como si pudiera caminar mucho- se quejo sin intención alguna de moverse, estaba agotado y a diferencia del jodido dragón, el no había podido pegar el ojo durante el tiempo que continuaron copulando-


Y aun así los sonidos no se desvanecieron, Ghetsis lo sintió como si fuesen palabras del dragón que le estaba llamando


-Hijo de tu dragona madre- maldijo como pudo el de cabellos verdes, ante la curiosidad había bajado la vista y fácilmente noto que el dragón seguía duro y tieso- ¿No te cansas?


Hydreigon parecía haber entendido lo que su entrenador le había dicho, supuso Ghetsis al verlo acercarse y tirarlo nuevamente contra el suelo mientras sacaba la lengua llena de baba o saliva, en realidad no sabia ni como describirlo y aun cuando se encontraba realmente cansado y solo quería dormir un rato, termino abriendo la boca y sacando su propia lengua. Total ¿Qué era lo peor que le podría pasar?



 
Notas finales:

¿Se pueden imaginar que esta historia nacio por una imagen?

Si, yo se que pueden


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