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Mi nombre es Yukio, soy un gato de pelaje azul oscuro y ojos del mismo color.
No soy un gato común y corriente, soy algo diferente.
Yo veo los colores vivos de la vida, no como los demas gatos, ellos ven todo en blanco y negro. Mi áspera lengua de gato sana todo lo que mi saliva toca, claro, si hay sangre de por medió. Yo no poseo la habilidad de ver "fantasmas", en cambio, puedo ver los lazos que los humanos tienen entre si, si estos son sinceros, hipócritas, si es amor verdadero o por conveniencia. Tambien, poseo la gran habilidad de ver el hilo rojo del destino. Y por raro que parezca, puedo ver el estado del alma de los humanos.
Como por ejemplo mi dueña.
Una joven de 16 años, cabello rosa y ojos del mismo color, tambien, como e escuchado decir a algunas de sus "amigas", de buen cuerpo. Se llama Momoi Satsuki.
Vi en ella que, esta enamorada de uno de sus mas cercanos amigos, un tal "Tetsu-kun", que lastima que, el hilo rojo de mi dueña no esta con ese chico, esta con un chico el cual ella odia, un tal, Imayoshi. El estado del alma de mi dueña es normal, sin preocupaciones ni nada ella aun no esta corrompida. Despues de todo, es de una familia adinerada pero sus padres la quieren mucho y son de bien. Sus "amigas" e visto facilmente que solo estan con ella por el dinero.
Que pena me dan los humanos. Desperdiciando su vida y oscureciendo sus almas para que estas terminen alimentando al angel desterrado.
Dejando eso de lado, escucho que me llaman con ese nombre horrible que me ha puesto mi dueña, pues ella no ha visto que llegue a sus manos con un collar dorado bién ocultando entre el pelaje de mi cuello que dice; Yukio.
- Neko-chan~ es hora de comer. - La voz de la madre de mi dueña me llama y yo muevo mis bigotes enojado.
Gracias a que tengo cuatro patas, puedo moverme ágilmente, y de un dos por tres ya estoy en la cocina en espera de mi comida. Tengo hambre.
- Neko-chan~ ¡adivina que te compre! - Como siempre, la alegría de mi dueña me rodeaba y hacia que desvíe mi atención de mi comída hacia ella.
Con dos bolsos llenos de ropa pequeña, solo me da mala espina. Seguro mas disfraces raros para disfrazarme y luego sacarme fotos.
Decido entonces ignorarla y seguir comiendo, la leche es buena, mas si tiene eso llamado Whiskas.
Soy un gato especial, pero eso no cambia el echo de que tengo que hacer como si fuera un gato comun y corriente. Agradezco que mi dueña no se haya dado cuenta.
Ella me ordena cosas como "Sígueme Neko-chan", "¡Sal de mi cuarto me voy a cambiar!", "Vamos a la cocina", "Vamos al jardin", "!No te eches encima de mis cuadernos¡". Yo le obedezco, y ella presume diciéndole a sus amigas que soy un gato bien entrenado. Incluso hago trucos.
Luego de comer y finjir que pongo por error mis patas en pleno plato aun con un poco de leche, estoy metido en una bañera siendo lavado por mi dueña que murmura cosas como; "Luego la que limpia soy yo".
Tengo ganas de decirle que me se limpiar solo, por algo los gatos tenemos lengua. Pero lo unico que sale de mi garganta son maullidos.
No, yo no hablo idioma humano, ¡yo entiendo idioma humano!. Y claro, también lo pienso.
- Miauu - Dejame, el agua esta fria, dueña mala.
- ¡Listo! Neko-chan, se que amas el agua. - Me dice mi dueña mientras me envuelve en una toalla.
- Miaauu - No, yo odio el agua. A no ser que sea caliente, asi me puedo quedar todo el tiempo que quieran en la bañera.
Mientras me seca con la toalla, siento como algo aplasta levemente mi pelaje.
Muevo mis bigotes y mis orejas al notar que ya estoy con uno de esos disfraces para gatos.
- ¡Neko-chan Kawaii! - El flash de su celular me deja casi siego.
Que denigrante.
- Vamos Neko-chan, iremos al parque a que te presente a unos amigos que regresaron de Tokio, ellos no me creen que te e entrenado muy bien. - Mi dueña me levanta en brazos y mientras me acaricia la cabeza y la espalda, mis ronroneos salen si que lo pueda evitar. Esta humana me tiene mucho cariño. Pero, aun que yo tambien la quiera, no quiere decir que saldré vestido haciendo un "cosplay" de un tal Happy. No me gusta este azul.
Empiezo a removerme entre sus brazos y a morder el disfraz, mi dueña lo entiende rapido y me retira el disfraz con cuidado.
- Eres aburrido Neko-chan. - Ella hace un puchero, y luego salimos de su casa de ida al parque central de la ciudad. Estamos en Odaiba y su parque central es muy bien cuidado.
De camino, no puedo evitar mirar a los humanos caminar de aquí a allá.
Siento como muchas almas hacen que mi corazón lata sin parar, almas que estan tristes, almas alegres, seguro de chicas que van agarradas del brazo de su pareja. Y, entre aquellas almas, pude sentir una muy corrompida, sin salvación.
Mientras mi dueña camina tranquila, mientras todos camina tranquilos o apresurados por su trabajo. Un hombre tiene un cuchillo entre sus ropas, mientras todos estan en sus mundos. Aquel hombre toma desprevenida a una mujer, la mete a un callejón, la apuñala y luego se va como si nada, dejando a aquella mujer desangrarse y morir. Pobre mujer, pude ver que su alma era cálida. Ahora esta siendo recibida en el paraizo.
Los humanos estan tan metidos en sus propios asuntos que no se dan cuenta de la realidad. Me fastidia.
Mi dueña sigue caminado como si nada, y una vez bastante lejos de la escena, me quedo dormido entre los brazos de mi dueña.
Cuando desperte, ya estaba en el parque.
- Miren Dai-chan, Sakurai-kun, Murasakibara-kun, este gatito de aquí es Neko-chan~ - Mi dueña me presento ante sus amigos. Un pelimorado muy alto que comía dulces, un castaño que parecía nervioso y un peliazul que sujetaba entre sus morenas manos un balón de algun deporte humano.
Senti sus vínculos de amistad y pude ver que eran sinceras todas hacia mi dueña.
Pero, que raro...
El hilo rojo del destino de un humano casi nunca se encuentran cerca, siempre estan separados hasta que se encuentran en algún momento de su vida.
Pero miro al pelazul y este tiene su hilo rojo muy corto, pues esta unido al castaño nervioso que esta justo a su lado. Puedo ver que hay amor verdadero entre ellos.
Que suerte tienen.
- Oh, Akashi-kun, Tetsu-kun, Midorin. - Mi dueña saluda alegre a los 3 jovenes que recién estan llegando.
Guío mis ojos analizadores hacia ellos, un pelirojo, un peliverde con lentes y un... ¡¿De donde salió ese chico peliceleste?! Bueno, dejando mi susto, tambien siento que su amistad hacia mi dueña es sincera.
Y justo como pense, ese chico invisible al parecer Tetsu, no corresponde los sentimientos de mi dueña.
- Kagamin, Takao-kun~ se tardaron. - Mi dueña me interrumpe, guío mi mirada a los nuevos tambien sus lazos son sinceros.
Me sorprendo nuevamente al ver sus hilos rojos.
El pelirojo y el gigante come dulces estan destinados a estar juntos, también el peliverde y el pelinegro de nombre Takao.
Incluso el peliceleste y ese tal Kagami tienen el mismo hilo del destino.
¿Que querrá el destino con ellos tan cerca?... estoy seguro que nada bueno. Solo espera que lo sepan afrontar juntos. Después de todo, aquél que encuentra a su destinado muy temprano....
¡¿Que es esto?!
Mis pelos se erizan alertas al sentir un alma increiblemente destrozada, busco con la mirada al causante, y me encuentro con una de las sonrisas mas falsas que e visto en mi vida. Un rubio de ojos ambarinos.
Su alma pedia afecto, algo de amor, estaba sangrando de dolor, soledad, ¿que rayos?.
Esto es malo, quiero llorar, este chico es increiblemente fuerte.
- ¿Ki-chan donde estabas? - Pregunto mi dueña, aun sorprendido pude sentir la falsedad de preocupación de mi dueña hacia ese rubio.
- Kagamicchi se adelanto junto con Takao-kun. - Haciendo un puchero tan infantil y falso le mintió a los demas. El... estaba llorando por dentro y por fuera solo actuaba infantil. El sufría Psicológicamente.
Asi que, esta es un alma destrosada ¿eh?
Continuará....
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