Harry abrió pesadamente los ojos. Esa habitación se le era familiar, pero no sabía bien de donde. Intentó incorporarse, pero un terrible dolor en el abdomen se lo impidió. De repente recordó todo...
********** FLASH BACK *******************
Harry caminaba solo por uno de los pasillos que llevaban a su torre. Se había despedido de Ron y Hermione hacía ya un rato. Sabía que ellos, ahora que estaban saliendo, estarían muy contentos de tenerse un rato a solas.
Estaba caminando muy despacio, pensando en que ahora que Voldemort había muerto, él tendría un poco de paz.... Luego recapacitó, sabía que eso no era verdad. Él, estuviera donde estuviese, llamaría la atención. En especial ahora que se había dado cuenta de que en realidad era diferente. Sabía que no faltaría mucho para que empezaran a molestarlo por eso....
Cuando dobló en una esquina, se encontró con un chico de séptimo, el cual ya llevaba tiempo molestándolo. Era apenas más alto que él, y con unos cabellos color miel, que dejaban deslumbrado a casi todo que los mirara. Siguió su camino sin siquiera mirarlo, hasta que...
-hey, Potter! Me enteré de tu pequeño secreto... Bueno, en realidad no tan pequeño... jajajaja._ le dijo riéndose.
“paciencia, es todo lo que necesito ahora, ya sabía que esto iba a pasar...” pensaba un tranquilo Harry, mientras seguía hacia su torre, sin hacerle mucho caso.
-Todavía no te dije que podías seguir, Potter_ dijo realmente molesto, ya que sus bromas parecían no tener efecto sobre el ojiverde.
-No tengo tiempo para hablar con estúpidos_ escupió Harry.
-Bueno, mejor, no hablemos..._ se le acercó insinuativamente. (N/A: existe esa palabra?, quise decir con insinuación)
“genial, lo único que me faltaba, que este estúpido cara de colacuerno, se entere de que me gustan los hombres y encima que me coquetee”, pensaba Harry
-Mira, ya te lo dije, no tengo tiempo_ su poca paciencia se estaba acabando.... y eso no era bueno.
El de séptimo se acercó hasta casi pegarse al ojiverde. En un rápido movimiento, tomó ambas manos del más joven, y las colocó sobre su cabeza. Harry estaba paralizado, nunca se imagino en esa situación. El más grande, comenzó a pasar sus labios por toda la extensión del cuello de su presa. Lentamente, fue haciendo más presión hasta llegar a hacerle daño al joven, el cual solo dejo escapar un gruñido por lo bajo.
“No te voy a dar el gusto, no te voy a dar el gusto de gritar por ayuda!!” pensaba Harry, aún sin creerse lo que le estaba pasando, pero sin tampoco ofrecer resistencia.
El de séptimo, mientras seguía atacando el cuello de Harry, escabulló su mano libre por debajo de la ropa. Lentamente recorrió todo el bien formado abdomen, luego la espalda, y cuando estaba llegando a la altura de su pecho, Harry le dio una fuerte embestida. En ningún momento se percató de que el menor se había preparado para golpearlo.
Harry empezó a correr pero no llegó muy lejos. Unas manos lo agarraron por la cintura y lo empujaron brutalmente contra la pared. Una vez que estuvo en el piso, sintió como lo pateaban fuertemente en el abdomen. Harry apenas podía respirar entre patada y patada. Tenía los ojos fuertemente cerrados. Una pequeña lágrima amenazaba con escaparse.
“No te voy a dar el gusto, eso dalo por seguro!”, se repetía Harry
De repente los golpes cesaron, escuchó como alguien salía corriendo, seguro que aquel grandulón, y como otra persona se acercaba. Tenía miedo, no quería abrir los ojos, ya que no sabía con quien se iba a encontrar. Sintió como unas manos lo levantaban cuidadosamente, como si fuera de cristal y lo cargaban como si fuera una novia. Se sintió estúpido pensando esto último. Acercó la cabeza hasta el cuello de su salvador, tenía un exquisito olor a menta. Con mucho trabajo logró entre abrir un ojo, solo alcanzó a ver una mata de pelo rubio cuidadosamente peinado, antes de desmayarse.
**************** FIN FLASH BACK **********
Miró nuevamente a su alrededor, un amplio lugar, con muchas camas con sábanas blancas, unos enormes ventanales que daban a la cancha de quidich, y un pequeño escritorio al fondo. Estaba en la enfermería. Pero ¿Desde hacía cuanto? Y lo más importante ¿Cómo había llegado allí?...
Nuevamente recordó ese aroma a menta que emborrachó todos sus sentidos, y esos cabellos rubios a la altura de los hombros. La intriga el estaba carcomiendo las entrañas.
Con mucha atención observó que todavía era de noche. Miró el reloj de pared que se encontraba a su derecha. Eran las 11.45. Hacía apenas dos horas que se había alejado de sus amigos. Esto respondía a su primer pregunta. Sin embargo la otra.....
La enfermera entró tranquilamente, y se llevó un enorme susto cuando vio que Harry se había levantado y se estaba preparando para dejar el lugar.
-Jovencito! Se puede saber ¿a dónde se dirige?_ preguntó con tono de pocos amigos la mujer.
-Eh...yo...solo...yo creo...que ya estoy bien...y....me pudo ir..._contestó Harry sorprendido por la actitud de la señora.
-NO, usted señor Potter, no se puede ir a ningún lado. El joven que lo trajo me pidió explícitamente que no lo dejara levantarse hasta que estuviera completamente curado._Contestó agresivamente la mujer, ese chico realmente la secaba de sus casillas.
“bien, al menos se que fue un chico quien me trajo, ahora a ver si le puedo sacar algún nombre...” pensaba pícaramente Harry
-Me podría decir ¿quien me trajo así yo personalmente le agradezco?_ preguntó el ojiverde, con una de sus mas amistosas sonrisas, estaba seguro que la mujer no se resistiría.
-Lo lamento, señor Potter, pero me prohibió que se lo dijera.... Sin embargo, me dijo que le dijera que la próxima vez anduviera con más cuidado._ contestó la mujer, decepcionando al joven.