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Maestro pokémon por Pikacha-sama

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Notas del fanfic:

Hola, gente bonita.

Aclaramos dos cosas, los personajes de Naruto no me corresponden, son propiedad de Kishimoto. Y la creación de los pokémon tampoco es mía, si no que corresponde a su respectivo autor.

Es un SasuNaru.

Notas del capitulo:

Hola, gente bonita.

¿Cómo están? Espero que mejor que yo, jejeje. Bueno este fic tenía mucho tiempo pensandolo, bastante cabe aclarar. Nunca he encontrado este tipo de tematica donde se le agregue un poco del mundo pokémon y no lo entiendo, si son bastante fabulosos.

Hoy me he animado a subirlo, sólo es una pequeña introducción a los problemas que vienen después. Lo he revisado, pero espero que no tenga faltas de coherencia en la trama, disculpen pero es la una de la madrugada D:

Así que espero y lo disfruten :P

Maestro Pokémon.

 

Capítulo#1: Un huevo pokémon.

 

         Naruto podía sentir el trotar de Houndoom (1) a su espalda, ¡Maldita sea la hora en que lo habían encontrado! Sabía que en cuando ese pokémon lo atrapara estaría perdido. Se había golpeado con varias ramas al ir corriendo sin reparar por donde andaba, sus brazos y manos estaban raspadas, sin embargo, prefería seguir corriendo antes de desistir.

 

         Tropezó una vez, raspando parte de su cara, pero se volvió a levantar sin pudor. Por la adrenalina del momento no había sentido dolor alguno. Pero Houndoom lo había casi alcanzando, justo cuando estaba por atrapar su camisa entre sus dientes apareció Pikachu (2) para darle una envestida por un lado.

 

         Eso le dio una pequeña ventaja, pero al parecer la suerte no estaba de su lado. A penas frenó cuando se dio cuenta en que había quedado atrapado en un callejón sin salida, porque delante de él había un enorme acantilado. Divisó la parte de abajo y unas aguas turbias lo saludaron.

 

         Más que nervioso tragó salida pensando que no había llegado lejos, apenas había pasado una semana de ese suceso para que lo atraparan. Se maldijo internamente y instintivamente giró al escuchar un gruñido a su espalda.

 

         Houndoom le miraba gruñendo, mientras el pobre de su pokémon a duras penas podía seguir de pie. La pequeña rata eléctrica estaba por caer y Naruto sabía que ya había dado su máximo, incluso si no le llevaba pronto a un centro pokémon (3) tendrían serios problemas.

 

         — Será mejor que te rindas, estás acorralado…

 

         Tenían alrededor de quince minutos corriendo sin parar en el bosque, sentía su agitada respiración decirle que las cosas acababan ahí, que pronto regresaría a ese lugar a seguir encerrado, pero la adrenalina del momento le impedía darse por vencido.

 

         — ¡¡Prefiero morir, qué vivir arrodillado´ttebayo!!— gritó lo más fuerte que pudo para ágilmente tomar a Pikachu entre sus brazos. Sólo necesitaba que su madre desde el más allá lo protegiera de lo que estaba a punto de hacer, porque sí no, adiós a la descendencia Uzumaki.

 

         El hombre abrió los ojos al ver lo que el chico de cabellos rubios haría ¡¿De verdad estaba tan desesperado?! Incluso Houndoom había retrocedido un poco asustado de las aptitudes de su contrincante.

 

         — ¡Espera! — trató de detenerlo, sin embargo, en el primer pasó que dio, Naruto se aventó al acantilado.

 

         Sintió como su corazón se aceleraba y su ritmo cardiaco subía. Pikachu resguardado entre sus brazos asomaba sus pequeños ojos y le dirigía una mirada llena de preocupación, y como si Naruto le entendiera le susurró cálidamente…

 

         — Estaremos bien…

 

         Un ligero chapuzón se escuchó y el hombre rezó que por su propia seguridad que ese adolecente cabeza hueca se encontrara bien. Corrió hasta la orilla del acantilado y esperó a que la mata de color dorado reluciera entre las turbias aguas, ¡Ese chico ni siquiera tenía un pokémon tipo agua!

 

         Houndoom también estaba preocupado por el chico y aulló esperando reconfortar así a su entrenador, pero la tensión se podía sentir a flor de piel. Y como si de verdad la madre de Naruto hubiera escuchado sus plegarias este resurgió entre las aguas dejándose llevar por la fuerte corriente.

 

         Desesperado buscó alguna forma de poder auxiliarlo, si algo le pasaba a ese rubio seguro le darían cuello a su cabeza, además que la culpa a orillarlo hacer algo así le estaba carcomiendo. Pero incluso antes de que pudiera salir de ese pequeño trance, alguien más había ido a su rescate.

 

        

 

 

         Naruto a penas y tomaba aire cuando su cabeza salía a la superficie ¡La maldita corriente se lo estaba llevando! Pikachu había salido herido y la estaba pasando igual de mal que él. Sin poder controlar la situación el rubio se sentía en un gran aprieto, ¡Joder, que eso de morir lo había dicho en sentido figurado!

 

         Apretó a su pokémon al pecho esperando que la corriente lo acercara a la orilla, pero el destino parecía tener otros planes para él, porque entre más trataba de nadar a una esquina, sentía que más se sumergía.

 

         Sentía que poco a poco iba perdiendo las energías, ¡no quería terminar siendo algún aperitivo para algún depredador dentro del agua! Tratando de aferrarse a la esperanza de salir con vida de ese lugar, se sumergió y trató de nadar lo más fuerte que podía hasta la orilla.

 

         Sin embargo, una fuerza lo impulsó a salir del agua. Aspiró todo el oxigeno que pudo y trató de girar a ver a su salvador, pero la vista la tenía borrosa y no podía enfocar bien. Así que no le quedó más remedio que dejarse guiar y apretar fuertemente a Pikachu entre sus brazos.

 

         Sin duda alguna esa persona era fuerte porque le llevaba la contraría a las turbias aguas, con algo de dificultad, ¡pero lo hacía! Le tenía sujetado de la cintura y le jalaban bajo ahí con mucha fuerza. Pero de nuevo sentía que el cansancio de la persecución le cobraba factura, porque lentamente sus ojos se cerraban. A lo lejos escuchaba una voz que le decía que resistiera un poco más, pero el sueño lo venció.

 

         A lo lejos el hombre de cabellos plateados agradeció que ese chico de melena oscura auxiliara al rubio, pero a los segundos empezó a maldecirlo. Y es que aquél misterioso chico había creado una pantalla de humo siendo consciente de su presencia.

 

         Lo volvía a perder de vista, y se maldijo nuevamente por no tener ningún pokémon tipo volador.

 

 

 

 

         ¡Todo el maldito cuerpo le dolía! Hasta las uñas de los pies, aunque extrañamente se sentía un poco acalorado. Sin querer abrir los ojos, gruñó molesto por el dolor corporal que tenía. Y aunque quería seguir durmiendo, los recuerdos de Pikachu le hicieron despertar sobresaltado.

 

         Agitado giró los ojos en busca de su pequeño roedor eléctrico, que afortunadamente dormía muy cómodo en sus pies. Se sentó para tomarlo entre sus manos y estrujarlo con calidez. Se había metido en un buen problema y había salido a penas duras de él.

 

         — Veo que ya despertaste, dobe…

         ¿Ah? ¿Quién había osado llamar así al gran Uzumaki Naruto? Se cuestionó molesto. Giró su vista y lo que encontró no fue lo mejor que pudo haber deseado. A unos cuantos pasos de él, un azabache de unos encantadores y profundos ojos negros le miraba un tanto divertido.

         — ¡¡Teme, no me llames así´ttebayo!! — gritó molesto mientras les sacaba la lengua en tono de burla al mayor.

         — ¿Teme? — cuestionó dudoso.

         — ¿Además de bastardo, tonto?

         — ¿Lo dice quien se tiró de un precipicio? — le retó restándole importancia al asunto.

         Inmediatamente las mejillas de Naruto se encendieron y empezó a balbucear cosas sin sentido, avergonzado de que el chico haya mirado la escena tan dramática que había tenido.

         — ¿Tú me salvaste? — preguntó dudoso que le respondiera con alguna afirmativa. Porque aceptaba que el chico era guapo, pero la cara de amargado que tenía no le deparaba nada bueno.

         — Sí, deberías estar agradecido.

         Soltó un leve gruñido y se dedicó a verificar que su pokémon estuviera bien. Pikachu había luchado contra Houndoom sabiendo que tenía las de perder. Su rival tenía muchísima más experiencia que su pequeño roedor, y aún así le había dado batalla. Afortunadamente, no tenía si quiera un rasguño. Volvió a gruñir, llegando a la conclusión de que aquel arrogante azabache había curado al pokémon.

         — ¿Por qué te seguía ese hombre? — cuestionó quitando la sonrisa divertida del rostro, comenzaba a ponerse serio. Hace algunos meses había escuchado a un grupo de hombres que estaba empezando a robar pokémon sin importarles la supervivencia del entrenador.

         — Métete en tus propios asuntos — contestó Naruto molesto.

         El azabache rechinó los dientes un tanto enojado, ¿qué se creía aquel chiquillo para hablarle con tanta falta de respeto a alguien como él? Mira que era desagradecido, todavía que le había salvado la vida a él y a su pokémon.

         — Parece ser que a alguien no le enseñaron modales en su casa.

         Naruto le miró nervioso, sabía que le había contestado de mala forma, debería estar feliz porque había logrado escapar sin consecuencias y con vida de aquel acantilado, pero su orgullo hacía acto de presencia, no dejándose intimidar por la presencia altanera de su acompañante.

         — Su nombre es Hatake Kakashi… — susurró dudoso de decirle la verdad, ni siquiera conocía a ese chico como para andarle divulgando sus problemas.

         Un ruido a sus espaldas se escuchó y los dos giraron alertas. Entre las sombras de los árboles se dejó ver un Charmeleon (4) que traía consigo un par de manzanas rojas. Inmediatamente Pikachu se soltó y corrió al lado del pokémon de fuego, mientras le soltaba unos pequeños monosílabos de agradecimiento. Tomó dos de las suculentas frutas y una se la ofreció a Naruto, que con una sonrisa cálida le agradeció.

         El rubio en ese momento se permitió girar y entornar su vista a lo que le rodeaba. Todavía seguía en el bosque, pero ya era de noche. Una pequeña fogata le acompañaba a su lado. Era por eso que tenía calor, además de estar metido dentro de una colcha para acampar. Lentamente fue quitando el cierre, para darse cuenta que traía una sudadera que no era de él, además de estar en calzoncillos.

         — ¿Me has desnudado, teme? ¿Es que no sabes lo es el pudor, dattebayo? — preguntó alterado mientras se volvía a acurrucar en el cobertor.

         — Sí lo dices así, suena como si hubiera abusado de ti, usuratonkashi.

         — ¡¡Deja de insultarme, bastardo!!

         — Hum…

         Naruto refunfuñó mientras fruncía el ceño más que molesto por la actitud del mayor, sentía que habían invadido su privacidad al dejarlo en esas condiciones. Agradecía internamente que lo hubiera salvado de morir ahogado, pero aún así eso no le daba derecho a desnudarlo.

         — Sólo te he quitado la ropa mojada, no lo malinterpretes — admitió. No le agradaba mucho darle explicaciones al menor, pero parecía consternado de que alguien más le hubiera visto desnudo. Tal vez si se llevaban máximo unos tres años, pero él no miraba ningún problema.

         — Te perdono sólo porque nos has salvado, pero sólo será con una condición.

         Estuvo a punto de decirle que no le había pedido en ningún momento perdón, pero al parecer una brecha de curiosidad se encendió en sí y quiso saber que “maravillosa” condición le pondría aquel chico que portaba unos encantadores ojos azules.

         — ¡Te pagaré para que me protejas de Kakashi!

         — No estoy interesado — respondió perdiendo al instante el interés. El dinero no le hacía falta, además, que dudaba que aquel chico tuviera el suficiente dinero para conseguir una escolta. Vamos, que había caído del acantilado y no llevaba nada encima más que unas cuantas pokébolas (5).

         Naruto agachó la cabeza decepcionado, ¿a quién engañaba? No tenía ni dinero para poder mantener sus gastos en los próximos días hasta que aprendiera a tener batallas pokémon. Pero era una oportunidad única para poder librarse de Kakashi por un tiempo, si lo miraba con este chico, lo más seguro es que se retirara para analizar mejor el contra ataque.

         — Yo… verás… Kakashi es mi ex novio — susurró débilmente mientras sus acaneladas mejillas se encendían. — Hace una semana terminé con él e inicie mi viaje pokémon, pero ¿sabes? Él no lo ha tomado muy bien, solía ser muy celoso y posesivo, fue por eso que terminé con él— agachó la cabeza queriendo así evitar la mirada del mayor.

         — ¿Y tus padres? — preguntó dudoso de la historia del rubio.

         — Mi madre murió cuando me dio a luz… — en ese momento deseó no haber preguntado por ellos por la cara melancólica que se asomó entre las hebras rubias. — Mi padre no aceptaba mi relación con él, cuando le dije que habíamos terminado se alegró mucho, tanto, que me apoyó a que iniciara mi viaje ´ttebayo.

         — Aún así, será mejor que regreses a casa…

         — ¡NO! ¡No regresaré, si no quieres ayudarme, no importa, no regresaré como un perdedor a mi casa ¡Algún día seré un súper, grandioso y fabuloso maestro pokémon!

         — Esto no es un juego, usuratonkashi. Pudiste morir el día de hoy al lanzarte así al acantilado.

         — ¡Pero no morí! ¡Estoy bien!

         — Habla por ti, tu pokémon casi muere protegiéndote ¿Eso no te importa? — cuestionó molesto el azabache, odiaba a ese tipo de niños mimados que hacían sufrir a los pokémon tratándolos como maquinas de peleas.

         Maldita sociedad nefasta.

         Naruto agachó la mirada nuevamente avergonzado de sus acciones. Tenía razón, había puesto en grave peligro a su pokémon, sin embargo, para la mala suerte del azabache, Pikachu puso su pata sobre la mano del rubio, tratando de darle ánimos a su entrenador.

         — Lo siento, Pika, no volverá a pasar — le sonrió el rubio mientras lo apresaba entre sus brazos. Es que esa calidez nadie se la podía regalar, ese era su pokémon inicial, aquel que había mirado salir del huevo. Hasta hace poco había evolucionado en un Pikachu, antes cargaba con Pichu por todos lados.

         — Mañana al amanecer partiremos, te dejaré en la ciudad más cercana para que regreses a tu casa, dobe.

         — No regresaré, ya te lo dije, teme. Pikachu es mi pokémon y nuestro vínculo es muy fuerte. Sí regreso a casa, será faltarle el respeto a su esfuerzo que ha hecho hasta hoy.

         — No me interesa, volverás de donde quiera que hayas salido.

         Charmeleon se había mantenido al margen de toda esa conversación, y es que raramente entendía el comportamiento de las personas. Su vínculo estaba solamente formado con su entrenador y jamás solía relacionarse con los demás humanos. Pero ese chico de cabellos rubios le llamaba fuertemente su atención. Porque al momento de rescatarlo del agua, ese chico sólo había estado susurrando “Pikachu” con el afán de defenderlo, incluso habían batallado un poco para poder quitarlo de los brazos de Naruto y poderlo curar.

         El azabache no estaba dispuesto a retroceder a sus palabras, aunque el rubio fuera testarudo. No tenía tiempo para estarlo gastando en nimiedades, tenía fuertes prioridades que atender antes de ponerse a cuidar a alguien que no sabía cuidar si quiera cuidar de su pokémon.

         Naruto sabía que las cosas no habían salido del todo bien, pero estaba confiado de seguir adelante ante sus metas, aunque con ello tuviera que volver a enfrentar a Kakashi.

         — ¡Yo jamás me retracto de mis palabras ´ttebayo!

         — Corta el rollo, dobe. A mí no me tienes que impresionar, ya he conocido de ti más de lo que hubiera deseado — argumentó un poco arto de la actitud infantil de su acompañante.

         Naruto se encendió como si de una bombilla se tratara, ¿a caso se estaba burlando de él? ¡Maldito teme pervertido! Estaba por ponerlo en su lugar cuando algo llamó curiosamente su atención. Un poco cohibido se puso de pie y caminó hasta el lado inverso de la fogata. Entre la mochila azul, que definitivamente era del azabache, había un huevo (6) del tamaño de un melón de color rosado con unas extrañas marcas cafés.

         — ¿Lo has robado? — preguntó mientras lo tomaba entre los brazos. Lentamente pasó las yemas de sus dedos por el cascaron y una ligera sonrisa adornó su rostro.

         — Ha sido un regalo, y será mejor que lo pongas donde estaba — cuestionó molesto el de ojos ébanos por el atrevimiento de tomar algo que no era suyo y la pregunta tan ofensiva que le había hecho.

         — No le haré daño, dattebayo. Deja que lo sostenga un poco — argumentó mientras acercaba su oído al cascaron, en cuento hicieron contacto el huevo se movió hacia los lados.

         Charmeleon y su entrenador quedaron sorprendidos, tenían alrededor de dos meses criando ese huevo y ni siquiera se había movido. Incluso temían que el huevo jamás eclosionara, tenían altas expectativas en el pokémon que saliera de ese cascaron.

         — Lo siento — susurró Naruto, mientras volvía a dejar el huevo donde lo había encontrado. Una suave risa salió de sus labios. — Mi abuela tiene una guardería pokémon (7) y suele cuidar muchos como ese — aclaró buscando la manzana que le había dado Pikachu para después meterla en su boca.

         Naruto estaba seguro que cual fuera el pokémon que saliera de ese huevo sería uno maravilloso.

         — ¿Tienes experiencia en ello? — preguntó temeroso de la respuesta.

         — Claro, siempre he sido un gran nieto que ayuda a su abuelita — agregó el rubio mirando por donde iba el camino. Es que no era tonto, miró la cara de asombro del chico cuando el huevo se movía. No tenían idea de cómo cuidar uno de ellos.

         — ¿Cuál es tu nombre? — cuestionó tomando una decisión que espera no se arrepintiera en un futuro.

         — Uzumaki Naruto…

         — ¿Naruto? ¿Cómo el ramen? ¿Es el serio, dobe?

         — ¡No te burles, teme! Lo ha escogido mi madre.

         El azabache decidió fingir demencia de las palabras de Naruto y sonrió de medio lado como pocas veces lo hacía.

         — Serás usuratonkashi para mí, sí así lo prefieres — contestó con burla haciendo cabrear a un más a su acompañante. — Te protegeré de Hatake Kakashi, pero como pago, tendrás que hacer que ese huevo eclosione, ¿entendiste?

         — ¿Ves que podíamos llegar a un acuerdo, teme-amargado? — preguntó retóricamente Naruto con una zorruna sonrisa pegada en los labios. Estaba eufórico, había conseguido su cometido y de la manera más fácil. —Oh, por cierto ¿cuál es tu nombre?

         — Sasuke, Uchiha Sasuke.

         Por alguna extraña razón ese nombre se le hacía conocido, pero no sabía exactamente de donde, así que decidió ignorar el apellido y centrarse en lo que verdad importaba por el momento, el huevo.

         — Todavía le falta tiempo para que salga el pokémon´ ttebayo. Tendrás que ser muy paciente, Sasuke~ — dijo Naruto haciendo un acento molesto en su nombre.

         — No trates de provocarme, dobe. Charmeleon no es muy paciente con los tontos.

         — Habla por ti, teme. El pobrecito te tiene que soportar — contestó con malicia, mientras unas suaves risas se escapaban de sus labios.

         Sasuke bufó molesto ignorando al revoltoso para irse a descansar ahora él, al cobertor donde antes descansaba Naruto. La noche apenas comenzaba y si quería armarse de paciencia para soportar a alguien como el rubio tenía que dormir lo suficiente.

         — ¿Teme? ¿No pensaras dejarme dormir en el frío pasto, verdad? ¿Teme? — Preguntó nuevamente al no recibir contestación del azabache — ¿Sasuke? ¡No pudiste dormirte tan rápido!

         Charmeleon y Pikachu prefirieron regresar cada uno a su pokébola antes de seguir escuchando como Naruto trataba inútilmente de llamar la atención de Sasuke. Porque los dos sabían que tan testarudos y cabezas huecas llegaban a ser sus entrenadores.

 

Número de notas:

  • (1)Houndoom: pokémon de tipo fuego, estilo canino.
  • (2)Pikachu: pokémon de tipo eléctrico, estilo roedor.
  • (3)Centro pokémon: Edificio donde curan gratuitamente a los pokemón debilitados.
  • (4)Charmeleon: pokémon de tipo fuego, estilo salamandra.
  • (5)Pokébolas: Pequeñas esferas donde se atrapan/guardan los pokémon.
  • (6)Huevo: Objeto mediante el cual nacen los pokémon.
  • (7)Guardería pokémon; Lugar donde dejas a los pokémon para que los cuiden. Generalmente suben de nivel y si dejas de dos acompañantes, suelen aparecer misteriosos huevos.
Notas finales:

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