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Domesticame (Oneshot) por mandoralu

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Notas del capitulo:

El Principito no me pertenece si no a Antoine de Saint-Exupéry

Sacado del libro

Todo empezó un día de verano que salimos de vacaciones para descansar del ajetreo de la ciudad, una tarde soleada fui a jugar al prado que esta frente a la casa de campo de mis padres (tienen mucho dinero, por eso me dicen Principito), llevaba poco más de una hora jugando pero era demasiado aburrido jugar solo entonces decidí observar el atardecer desde un manzano que estaba en una colina, camine hasta el árbol y me senté debajo de él observando cómo se metía el sol, escuche unas ramas tronar, voltee hacia arriba y vi una sobra, me levante y retrocedí un poco para ver mejor, la sombra se movió y un bulto cayo del árbol, me acerque para ver que era, tumbado en el suelo estaba un muchacho tenía el cabello corto y chino de color rojo oscuro era más alto que yo y  su piel estaba un poco rosa, llevaba puesto un saco largo hasta las rodillas color café, una camisa blanca y unos pantalones cortos color negro con unos tenis rojos, me acerque mas, pinche su brazo con mi dedo se sentó y abrió los ojos, quede hipnotizado por su color, un color negro tan profundo que (puedo jurar) podía ver las estrellas en ellos, él también me miraba como si no hubiera visto a una persona en toda su vida

-Hola, me llamo Ángel ¿Quién eres tú? –le pregunte

-Renard –Responde sin gesto alguno

-Mucho gusto Renard –sonrió pues su nombre me parece gracioso -¿Qué hacia allá arriba? ¿Dónde vives? ¿Juegas con migo? ¿Te gustan las manzanas? ¿Vas a la escuela? tu cabello es….

-¡Hay¡ ya cállate –me sorprenden sus gritos –como quieres que te conteste si no cierras el pico… estaba allá arriba para ver mejor, vivo al otro lado de la colina, no me gustan las manzanas, si voy a la escuela y mi cabello si es rojo –se quedo callado y volteo a ver el sol

-Iba a decir que tu cabello es hermoso –respondo tranquilamente – y no contestaste si querías jugar con migo

-No puedo jugar con tigo –contesto sin mirarme –no soy un zorro domesticado

-¿Perdón?

-Tu no eres de aquí –ignora completamente mi sorpresa -¿Qué es lo que buscas?

-Busco amigos ¿Serias mi amigo?

-Los amigos son muy molestos… pero si quieres un amigo… -Voltea a verme -Domestícame

-¿Domesticarte? ¿Qué es eso?

-Crear lazos –se levanta y camina hacia el otro lado de la colina –Te veo mañana

-Domesticarlo ¿Cómo se supone que haga eso? –me levante y me fui a mi casa

Al siguiente día volví para verlo, también al siguiente y al siguiente y al siguiente… con paso del tiempo comencé a necesitar verlo, contaba la horas para poder llegar al árbol y estar con él, jugar, platicar, ver la puesta de sol, las estrellas y despedirnos, volver a quedar para el siguiente día y repetir lo mismo; parece monótono y aburrido pero era todo lo contrario, cada vez sabia más de él y el sabia más de mí, me conto sobre su familia, su pasión por la música, su extraña afección a las gallinas y lo que significa su nombre; le conté sobre mis padres, mi gusto por las puestas de sol, mi amor por las rosas, que adoro mirar las estrellas y pensar que ríen cuando parpadean, le conté mi apodo y ahora él también me llama Principito.

Desgraciadamente el verano terminaría pronto y tendríamos que despedirnos, mis padres me dijeron que disfrutara los últimos días porque no volveríamos, venderían la casa de campo para comprar una cerca de la playa, me puse muy triste, tenía que decírselo pero ¿Cómo?

-Llegas tarde Principito –me saludo con una sonrisa

-Hola… -le conteste tratando de sonreír sin tener mucho éxito

-¿Qué ocurre? ¿Por qué estás tan triste? –me pregunto preocupado

-Es que… el verano ya va a terminar y… -lagrimas brotaron de mis ojos

-No te pongas así –me acerca a él para abrazarme –nos veremos de nuevo

-NO… no nos veremos de nuevo –yo también lo abrazo y comienzo a llorar –mis padres venderán la casa y no volveremos jamás aquí

-¿Cuándo se irán? –me pregunta serio

-Pasado mañana –alzo mi cabeza para verlo a los ojos

-No llores –me mira, seca mis lágrimas y se separa de mi –Te veo mañana ¿ok? –asiento con la cabeza y se va

Al día siguiente llego al árbol lo busco con la mirada pero no está ahí, me acuesto bajo el árbol y me quedo dormido; siento una mano acariciar mi rostro y abro los ojos, está encima de mí y me sonríe

-¿Estás listo? –me pregunta

-¿listo para qué? –contesto curioso

Se levanta y me ayuda a pararme, camina sin soltarme la mano, se detiene de repente y se coloca detrás de mí, me tapa los ojos con sus manos y me guía a algún lugar

- ¡Sorpresa! -me destapa los ojos y no puedo creer lo que veo

Hay rosales por todas partes y el pasto me llega a las rodillas, el cielo está repleto de estrellas, pequeñas luciérnagas vuelan por ahí y se escucha a los grillos tocar su hermosa música, volteo y me lanzo a abrazarlo él corresponde a mi abrazo y me acaricia la cabeza con una mano

-¿Te gusto la sorpresa? –me separo de él y vuelvo al paisaje

-Me encanta-lo miro a los ojos -¿Cómo lo hiciste?

-Cuando hablamos sobre lo que nos gustaba, tú me contaste que amas las rosas y te encantan las estrellas, desde ese día prepare esto, las cultive yo mismo –sonríe con suficiencia, lo vuelvo a abrazar

-Gracias, mi amado zorro –al darme cuenta de lo que dije me separo de golpe y le doy la espalda

-¿Qué dijiste? –me toma de los hombros para darme la vuelta, me mira a los ojos (seguro soy un tomate) y sonríe –dilo de nuevo –niego con la cabeza y me tapo la cara con las manos, siento como me rodea en un cálido abrazo –me haces muy feliz –se agacha y me dice al oído- Mi Principito

Nos acostamos en el pasto para mirar las estrellas pero no veo las estrellas, lo miro a él, su cabello rojo, sus ojos negros, sus labios rosas, él también voltea a mirarme y nuestras miradas se conectan, nos perdemos el uno en el otro, se acerca a mí y cierro los ojos, siento sus labios rosar los míos, nos separamos después de unos segundos y le sonrió, volvemos a ver las estrellas y comienzo a reír

-Voy a ponerme a llorar –dijo el zorro triste

-La culpa es tuya –dijo el Principito –yo no quería causarte ningún daño, pero tu quisiste que te domesticara

-Si –dijo el zorro

-Pero vas a llorar –dijo el Principito

-Si –dijo el zorro

-Pero no ganas nada

-Si gano algo. Es muy simple: no se puede ver bien, solo con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos… Extrañare tu risa Principito –me dice Renard con melancolía

-Cada vez que mires el cielo por la noche será para ti como si todas las estrellas rieran y escucharas mi risa con la de ellas, cuando te sientas consolado estarás feliz de haberme conocido.

Nos quedamos ahí hasta el amanecer, nos despedimos y regrese a la casa para regresar a la ciudad; jamás lo volví a ver, pero me alegra haberlo domesticado.

                                       Lo esencial es invisible a los ojos…

 

 

Notas finales:

Si algo va mal, por favor diganme

Espero que les allá gustado.

Gracias por leer.


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