Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¿Y si no existiera el K-Pop? por SatuPro

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

(Fic en el mismo universo y posterior que "¿La verdad del KaiSoo?")

- ¿Y si no existiera el K-POP?

JongIn, Kai, soltó eso y se quedó tan a gusto, incluso podría decir que se aposentó mucho mejor en el sofá, entre las piernas de SeHun y el cuerpo de ChanYeol, que estaba mirando cosas en su portátil mientras el resto de la sala charlaba.

- Tú nunca te cansas de decir chorradas, ¿verdad? – D.O. KyungSoo le respondió seco un poco después, haciendo que el resto empezase a reír para sí, excepto SeHun, que soltó grandes carcajadas, burlándose de su amigo abatido.

- Si el K-POP no existiese, EXO tampoco existiría y estaríamos en el paro. – Le dijo SeHun.

- O no. – JongIn seguía dispuesto a teorizar, con una sonrisa y muchas ganas de molestar a KyungSoo  y SuHo, que ya suspiraban. – Tú quizás serias modelo. O peluquero, como te gusta tanto tintarte... JAJAJA – Antes de que pudiese seguir, SeHun ya le estaba apaleando.

- Sí, y tu JongIn serias banquero, ¿No? Como te parece tan divertido. – Se burló también Chen, JongDae.

- Pues puede que sí, quién sabe.

- De todos modos, - El líder SuHo empezó a hablar, levantándose del suelo, recogiendo sus papeles y revistas, dispuesto a ir a acostarse. – Pensar en “qué pasaría si” no va a cambiar el hecho de que mañana tenemos que madrugar.

Fue como si en la sala de repente cayese la temperatura. Incluso D.O. y JongDae que estaban de su lado, se sintieron castigados en ese momento.

- Buenas noches.

- Buenas noches, hyung... – Respondió la sala en un murmullo.

 

BaekHyun terminaba de mirar unas cosas en su móvil mientras KyungSoo volvía del cuarto de baño, con el pijama puesto y el alma a los pies.

- Tu novio está cada vez más loco. – “¿Eh?” KyungSoo se dejó sentar en la cama, abriendo las sabanas perezosamente.

- No es mi novio.

- Aunque la verdad es que yo también me lo he preguntado alguna vez. ¿Cómo sería un mundo sin K-Pop? – KyungSoo pasó por alto que BaekHyun simplemente ignorase su respuesta y decidió atacar.

- Tú también estás loco.

BaekHyun se rió de él, como siempre, y se acostó en la cama dejando el móvil en la mesita de noche, así que le imitó, tumbándose por fin, después de un largo y cansado día.

- Buenas noches...

 

Las risas, las voces rotas y con patinazos y ese timbre odioso le perforaban el tímpano a KyungSoo, como cada mañana a las diez.

“¿Ah sí?”

Ya sabía lo que había tras esa puerta corredera: el infierno.

- ¡EL PROFESOR! – “Ese soy yo.” El chico odioso que gritaba cada vez que venía cualquier profesor, corrió de la última a la primera fila en una exhalación.

- Buenos días... – “¿Por qué siempre huele mal esta clase...? Estúpidos adolescentes...”

- ¡BUENOS DÍAS PROFESOR!

“Ah...”

¿Cómo podía ser?

“Nunca son buenos días si estoy en este trabajo.” Ni siquiera recordaba cómo había decidido ser profesor de matemáticas en un instituto como ese, lleno de jóvenes locos y sin ningún tipo de interés en aprender nada. Todo chicos, ni una sola voz femenina, excepto por las profesoras de humanidades, con las que se llevaba mal de todos modos.

- Ah, aquí estás KyungSoo. – Le dijo una de esas, al volver a la sala de profesores. – Necesitamos unas fotocopias de estas fichas. ¿Puedes ir a hacerlas?

- ¿Qué le pasa a esta fotocopiadora? – Respondió amargado.

- Está rota. Tienes que ir al otro edificio.

El otro edifcio, el edificio de las chicas. Igual de horroroso para KyungSoo, pues eran casi tan horribles como los chicos, peor: intentaban seducirle a la mínima ocasión. ¿Es que su profesor de gimnasia, ChanYeol, no era suficiente?

- ¡Hey! ¿Vienes a fotocopiar? – Se lo encontró en la sala de profesores del edificio de las chicas, acalorado y en chándal, como siempre. Pero no acalorado de correr, no, recordemos que es profesor de educación física, él nunca corría. Estaba acalorado por el acoso sexual constante.

- Sí, he venido a fotocopiar. – Dijo KyungSoo, ya pulsando ese botón con el hastío de siempre, aunque con una extraña sensación de que era la primera vez que hacía eso. ChanYeol se reía.

- Te ves cansado.

- Este trabajo es cansado.

- Jaja ¡Y que lo digas! Ojalá fueramos idols.

- Ya ves.

Así podrían estar en las carpetas de las chicas que veía pasear por el pasillo, volviendo a su edificio. Como ese tipo ahora teñido de colorines, Oh SeHun, un modelo y actor pésimo, muy chulo y creído, que traía locas a todas las niñas de esa generación.

Seguía pensando en ello al irse para casa a comer, especialmente cuando se chocó de pleno con el vendedor ambulante de salchipapas, un tipo apuesto, demasiado maquillado y bien vestido para le trabajo que estaba haciendo.

- ¡Salchipapas! ¡SALCHIPAPAS A DOS WONS! ¡DOS POR TRES WONS! - Aunque gritaba mucho y hablaba con acento viejuno, eso sí lo hacía genial. - ¡KYUNGSOO!

- Ahsh, hola BaekHyun.

- ¿¡Te he dejado sordo otra vez!? JAJAJAJA

- Sí, y a mí. – Un tipo con traje pasó detrás de ellos, quejándose y apartándoles. – Disculpen, llego tarde a una reunión y están ocupando toda la acera.

“Siempre tan serio nuestro líder.” Pensó KyungSoo repasándole con la mirada, a ese hombre apuesto y desconocido.

- Ah, perdón.

- ¡Disculpado! – Se burló BaekHyun, y SuHo se fue refunfuñando calle arriba.

Después de ver aquello, KyungSoo notó lo cansado y hambriento que estaba, así que miró a BaekHyun con una sonrisa, dándole un billete.

- Dame un par de salchipapas, por favor.

- ¡MAAAAARRRRCHANDO!

 

La alocada jornada de Do KyungSoo seguía, de nuevo con esa sensación extraña volviéndole, una sensación rara de que nada en absoluto tenía sentido ese día, y que necesitaba dormir y descansar por horas, pero todavía faltaba bastante para ir a dormir, incluso para llegar a casa, puesto que tenía una hora de autobús hasta llegar allí.

- Buenos días. – Montó en el autobús y saludó al entrar.

- Buenos días... – El autobusero le respondió sin mirarle, mirando por el retrovisor hacia unos chicos que estaban alborotando.

- Ah disculpe...em... – “Si le llamo señor autobusero quedará muy mal ¿no?” - ¿Chen...? – Preguntó dubitativo, y el conductor se giró con una mueca.

- Oiga, soy coreano, ¿de acuerdo? Y me llamo JongDae. – Le gruñó molesto, arrancando el autobús por fin, camino a la siguiente parada.

- D-disculpe, JongDae: ¿Sabe si mañana habrá servicio normal de autobuses? Por aquello del concierto de Oh SeHun y eso... – “Mm... ¿Un concierto? ¿Entonces SeHun es cantante? Creí que el K-Pop no existía...” “¿Qué cantará entonces?”

- ¡Oh! Es verdad – Un tipo que estaba ya sentado, justo detrás del asiento del conductor, se asomó por detrás de la cabina y les habló amistosamente. – Mañana es ese concierto.

“¿Qué hace Lay aquí? ¿Aún así vino a vivir a Corea...?”

- Ah, cierto. – Respondió el JongDae, el conductor, por fin. – Ese niñato; cómo odio a esos artistas... Pues sí, habrá servicio normal, sí. Espero que no me suban sus fans al autobús...Lo ponen todo perdido.

- Jaja No debería ser tan duro con ellos, señor. – Le dijo Lay, muy sabiamente, aunque el porqué sólo lo sabía KyungSoo, que se limitó a escuchar. – Al fin y al cabo, él está dando una imagen internacional a su país.

- Usted no es de aquí ¿verdad?

- No, soy chino.

- Ah, tenía un amigo de allí. – “Me pregunto quién será...”

El ambiente en el autobús se había vuelto amigable, pero de repente algo rechinó y luego, con un golpe sordo, el motor del autobús se paró y se apagaron todas las luces.

- Mierda ¿¡Qué demonios ocurre ahora!?

- ¡Vaya! Parece que el motor se ha ahogado. – Dijo Lay. KyungSoo no tenía ni idea de coches, así que se quedó junto a Lay.

JongDae salió de su asiento para ir a revisar el motor, y tras refunfuñar bastante, volvió a su cabina para tomar el teléfono y llamar.

El resto de los pasajeros no parecían tener mucha prisa, pues sólo un par de personas se bajaron. De todos modos, no tardó en venir el técnico, que era, nada más y nada menos que XiuMin, MinSeok.

- Hola, soy el técnico.

Se presentó frente a JongDae, que esperaba apoyado en la puerta principal del autobús, y venía con un mono amarillo, la cara y las manos llenas de grasa de motor y una atolondrada caja llena de herramientas.

- Jamás lo habría adivinado. – Le respondió JongDae, con Lay y KyungSoo aguantando la risa detrás. MinSeok sólo sonrió de forma encantadora.

- ¿Me lo va a enseñar o no?

- ¿El qué? ¿El motor?

- ¡No! Si le parece me enseña sus calzoncillos. – Lay y KyungSoo se meaban de la risa viendo las caras de JongDae, que pronto se puso a andar hacia el motor, con el mecánico detrás.

 

Poco después el autobús ya estaba en marcha, Lay se había bajado y KyungSoo pensaba que JongDae habría cambiado su turno, pues había otra persona conduciendo.

Iba de camino a casa y se estaba haciendo de noche.

“Todos los días son iguales aquí también...” En cierto modo, ese día fue bastante especial, porque vio a más gente que no había visto todavía. A ChanYeol le veía más o menos unas dos veces por semana, dando clase en el gimnasio o en el patio de enfrente del instituto, a BaekHyun le compraba salchipapas todos los martes, para sobrellevar mejor la semana, y el nombre de SeHun estaba siempre en el aire, sobre todo ahora, que iba a dar un concierto. Ese día además se encontró con Lay, JongDae y MinSeok. Y bueno, SuHo, de pasada.

¿Qué faltaba?

KyungSoo miraba la luna a través de esa ventana del autobús, y volvía a sentirse de aquel modo extraño, como si algo faltase.

- ¿Extraña a alguien?

- ¿Eh? – KyunSoo miró al chico que le hablaba, sentado al otro lado del autobús, también mirando por la ventana. – Ah... N-no lo sé. Jaja Un día extraño, eso es todo.

Siguió mirando por la ventana, pero ya no podía fijarse en la luna.

Repasaba a ese chico a través de su reflejo, recordando sus ojos rasgados, tu nariz pequeña y sus labios carnosos. Parecía de la misma edad o más joven, e iba vestido cómodamente con una especie de chándal. ¿Vendría del gimnasio o algo así? Llevaba una bolsa que parecía de deporte, aunque no estaba especialmente fuerte, sus músculos se veían tiernos.

Demasiado pronto, ese chico pulsó el botón para pedir una parada en la siguiente estación.

“¿En serio...?”

Veía cómo se levantaba, le miraba un segundo con una sonrisa, despidiéndose, y se alejaba por el pasillo entre los asientos.

“Mierda.”

Le vio bajar, y se levantó corriendo.

- ¡ESPERE! ¡NO CIERRE! ¡M-ME BAJO AQUÍ!

 

Saltó del autobús con los gritos del conductor de fondo, y fueron ellos los que advirtieron al chico de que algo ocurría, por eso se giró a mirarle, no por otra cosa.

- Jaja Te ha ido de un pelo, ¿no? – “¿Por qué me habla informal...? Si ni siquiera le conozco.” Aunque quería conocerle. Y él se iba.

“Es injusto.”

¡Precisamente él! La única persona a la que de verdad quería ver era la que parecía resistirse más a verle. ¿Por qué?

Como un estúpido acosador, KyungSoo empezó a seguir a ese chico, hasta ponerse a su altura, nervioso y sudando, e intento iniciar una conversación.

- Q-qué noche más clara... ¿E-eh? – El chico le miró sorprendido y luego sonrió. “Debo parecer un idiota. ¿¡Por qué demonios estoy siguiendo a este chico!?”

- Sí, la luna está llena hoy. - ¿Por qué su voz le gustaba tanto? ¿Por qué le traía tantos recuerdos? Era como si... como si se sintiera como en casa.

- ¿Tu extrañas a alguien? – Le preguntó sin pensar, y JongIn pareció alicaído por unos segundos. - ¿Por qué pensaste que yo...?

- No lo sé, te veías triste por algo.

- ¿Cómo? ¿Estabas mirándome? – JongIn se sonrojó y levantó los hombros con una mueca. No le daba ninguna importancia, a diferencia de KyungSoo, que tuvo que acelerar el paso, porque JongIn volvía a andar. - ¡Es que...! Es que... La verdad es que... C-creo que sí echaba de menos a alguien.

- ¿Eh?

- Ah... Lo siento. – “Debo parecer un acosador...” – Lo siento, no quiero... incomodarte, o algo así. Jaja... Mm... – “Será mejor que regrese y coja el bus para casa de una vez... Hoy ha sido un día muy largo...” – Lo siento. Em... encantado de conocerte.

- No me conoces. – “Cierto.”

- ...Y-ya... Lo siento...

KyungSoo se dio la vuelta avergonzado, sintiendo algo frío y molesto atravesándole el pecho, más frío y más molesto a cada paso que daba camino al autobús, hasta que...

- Me llamo JongIn. – Escuchó, y se giró otra vez a oírle. - ¿Y tú?

- Ah... KyungSoo. – JongIn sonrió tímido, también sonrojándose, y luego le miró de nuevo.

Les separaban unos cuantos pasos, pocos, pero los suficientes para sentir que estaba demasiado lejos, aunque era un alivio conocerle por fin.

- ¿Has cenado? – Dijo JongIn, señalando hacia sus espaldas con el pulgar. – Mi familia tiene un restaurante. Te prepararé lo que quieras; te invito. – KyungSoo sonrió.

- ¿Tú cocinas? – “¡Pero si se te da fatal...!” Y aunque era prácticamente una burla, JongIn no se lo tomó nada mal, al contrario, sonrió aún más.

- ¡Sí! ¡Claro que cocino! ¿Tienes hambre, no? Haría cualquier cosa por ti, hyung.

“Ah, sólo me llama hyung para hacerme la pelota... como siempre...”

Era tan extraño todo, ver esa sonrisa y sentirse tan bien, por fin, después de un día, una semana, un mes, unos años completamente locos siendo profesor de matemáticas, y ChanYeol de educación física, y BaekHyun vendedor de salchipapas. El resto en realidad no le importaban, sólo eran caras nuevas que se cruzaban de vez en cuando con la suya, pero la de JongIn, la de Kai era algo muy distinto. No habría soportado ni un día más en esa vida sin ver su sonrisa.

“Era a él a quién extrañaba...”

Se decía sentado en ese restaurante, viendo como el cocinero JongIn sacaba un plato tras otro, trayéndoselo a la mesa con una amplia sonrisa, preguntándole sobre qué hacía en la vida, a qué se dedicaba, cuáles eran sus sueños; en definitiva, tratando de conocerle lo más rápido posible, y él a él, siempre con esa sensación de que todo aquello no era importante porque ya le conocía ¿quizás de otra vida?

Sentía que había estado esperando conocerle todo aquel tiempo, que todo lo demás ocurrió a propósito para que eso ocurriera: hacer fotocopias  y salir tarde, chocarse con BaekHyun más tarde y tropezarse con SuHo, coger tarde el autobús, ese que conducía JongDae, que estresado por el tráfico y el ambiente de los próximos días, ahogó el motor del autobús y no fue capaz de reconocerlo, retrasando la línea media hora, la justa para que pasase frente a la academia de baile de JongIn justo cuando él salía, montando en ese autobús y no otro, quedándose solos en la parte trasera, los dos mirando la luna.

Tuvo que bajarse antes y rápido, y parecer un poco acosador, de acuerdo ¿pero no fue JongIn quién le habló antes? De todos modos eso le daba igual.

Ahora que volvía a verle, sabía que todo sería como debía ser; todo iría bien.

 

La alarma del móvil de BaekHyun sonó demasiado pronto, como siempre. De hecho fue la primera en sonar de todo el piso, aunque SuHo ya estaba despierto, llamando puerta por puerta.

- Chicos... – Empezó SuHo.

- Si, es la hora de despertar. -  Y ellos respondieron al a vez, haciendo que le líder se fuese hacia la siguiente habitación.

“Menudo sueño... Todo por culpa de ese idiota...”

- ¿Sabes que he soñado hoy, KyungSoo? – Lo miró lleno de curiosidad, y un tanto perturbado por lo que pudiese responder.

- ¿Algo relacionado con salchichas y patatas?

- ¿Eh? No. Que TaeYeon empezaba a llamarme para presentarme a su nuevo novio. ¿Te puedes creer? ¿Y esa cara? – KyungSoo suspiró y le miró mientras se estiraba y se re-estiraba en su cama. – Anda, te dejo despejándote... Voy a ducharme.

- Valeee...

Seguía en la cama después de que él se fuera, pensando en si debería levantarse de una vez o no, cuando la puerta se abrió lentamente y apareció JongIn.

Le miró sin saludarle, viendo cómo se acercaba para él, para su cama, y se tumbaba encima suyo sin más, metiéndose bajo las sábanas poco a poco, hasta que le tuvo abrazado y parecía volver a dormirse.

- ...No te duermas...

- Mmgg...

- ¿Me oíste...? – Y su respuesta fue ronronear otra vez, haciendo sonreír a KyungSoo, que rodeó su cuerpo con los brazos. - ...JongIn... no te duermas aquí por favor...

- ...Mg... – JongIn alzó la cabeza para mirarle. – Buenos días. – Le saludó con la voz grave y dormida.

KyungSoo estiró el cuello sólo un poquito, para que sus labios llegasen a los suyos para darle un beso, dejando que luego él le acompañase la cabeza hasta la almohada, dándole un beso más, más cariñoso, que sonó demasiado por toda la habitación.

Miraba a los ojos a JongIn, sonriendo relajado, abrazándole bajo las sábanas, sintiendo el calor y el peso de su cuerpo encima del suyo, y estaba tan acostumbrado a ello que ni siquiera le asustó que la puerta se abriera.

- Chicos, ah. JongIn, deja levantarse a KyungSoo. – Suho se quejaba sin entender porqué a ninguno de los dos les molestase esa riña.

- Ahora me levanto hyung, no te preocupes. – Respondió KyungSoo tranquilo, y SuHo se fue, dejando la puerta abierta por eso.

- ... ¿Cierro la puerta...? – Bromeó JongIn, desistiendo al instante.

- ¿Sabes qué he soñado hoy?

- ¿Ah?

- He soñado que no existía el KPOP.

- Anda. ¿Pero nosotros existíamos? – Preguntó preocupado, absurdamente preocupado.

- Pues claro. Yo era profesor de matemáticas.

- ¿Y yo? - Pidió con una sonrisa.

- Jaja

- ¿Qué? ¿Algo gracioso?

- Eras cocinero. JAJAJA

- ¡Ala! ¡Qué guay! Ala... ¿Por qué te ríes?

-  Jaja ¡Pero si no sabes cocinar!

- ¡Ahh...! Qué malo eres, hyung...

“Jaja Siempre hace eso para hacerme la pelota...”

Pensó KyungSoo, muy feliz de seguir viendo su sonrisa, pues sabía que con JongIn, por muy extraño que fuera el mundo, las cosas siempre como debían ser; con él, todo iría bien.

Notas finales:

¿Quieres saber cómo Kai y KyungSoo llegaron a este punto, lee "¿La verdad del KaiSoo?" ! 

 

Gracias por leer! No se olviden de dejar RW ^^

Si quieren leer más fics de SP pueden ver algunos en nuestra página web y estar siempre informados de nuevos fics y actualizaciones en la fan page de facebook.

Sean felices! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).