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Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa, ¡Y pega la vuelta.! por ShiroBlasphemy

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Notas del capitulo:

Hola, eh si se que esto es algo raro, Lol pero realmente esto fue inspirado en una situación que llegué a rolear con mi hermana de otra madre; Una masita sensual 7u7

y no lo se pero a mi me dio risa mientras lo escribia y escuchaba esa canción de pimpinela.

y disculpen si hay faltas ortograficas ;n;

Espero les guste~ ^^

Yutaka llevaba ya días en cama, eso comenzaba a preocuparme y es que el muy terco realmente se negaba rotundamente a pisar nuevamente un hospital con excusas tales como “Solo es una simple gripe” o “ ya pasara, Ruu”, Suspiré una vez más al entrar a aquella habitación y verle recostado con un paño sobre su frente, en un vano intento por bajar la fiebre, llevaba intentando eso desde hacía días y solo bajaba lo necesario como para que me aliviara un poco, el peso de esos días sin dormir comenzaban a pasarme factura, pero soy el gran Takanori Matsumoto y ¿Quién dijo que estaba en mis planes la rendición? ¡Nadie señores, absolutamente nadie!

— Yuta, te traje el almuerzo —Susurré luego de haber llegado a su lado, acariciando sus hebras castañas entre mis dedos, realmente comenzaba a pensar en recurrir seriamente a la internet para buscar algún remedio y es que pronto acabaría el plazo de los días de reposo que había impuesto la compañía.

¡Maldita compañía explotadora! Realmente me importaba más en estos momentos el lograr hacer alguna clase de mejora con Yutaka, suspiré y luego de ayudarle a sentar y comer, rápidamente corrí al ordenador el cual encendí, Tecleé desesperado, sabía bien que ese malestar se debía al estrés del trabajo, ¿pero el alguna vez me escucha? ¡por supuesto que no!

— A ver, He.. Lo sabía, náuseas y mareos, dolor de cabeza, tensión muscular… ¡Yuta! Esto es todo lo que tienes—Llegué a mencionarle al voltear a verle, aunque no del todo, debía buscar una forma de poder retirar esa tensión del cuerpo de mi pareja, no era sano y eso ambos lo sabíamos más que bien.

— Ruu, ya te dije que estoy bien se me va a pasar, ¿puedes dejarme al menos firmar los papeles primero? Sabes que odio dejar todo a último momento —Mencionó el, por lo que gruñí.

— Aoi-san nos visitará con sus hijos, sería injusto que no puedas jugar con ellos ¿no lo crees?, tu descansa como dijo tu doctor la última vez —Lo regañé, volviendo la vista a la pantalla, busqué posibles soluciones sin embargo ninguna me parecía factible, en su mayoría todas debían “Consultarse con un profesional” que era la última opción que me quedaba, circulé aún más hasta que un pequeño articulo logró encender mi imaginación ; La risa.

Pero ahora la cuestión sería; ¿Qué usar para hacer Reir a Yuta? Nada me venía a la mente menos aun con la molesta música del vecino extranjero, aunque el ritmo se me hizo conocido, por lo que despegué la vista de la pantalla para observar ahora a la pared como si pudiese ver a través de esta, aunque mi vista se desvió a Kai quien a penas y balbuceaba algo en voz baja, aunque al fijarme bien era esa extraña canción.

— Hace dos años y un día que vivo sin él, Hace dos años y un día que no lo he vuelto a ver,
Y aunque no he sido feliz aprendí a vivir sin su amor, Pero al ir olvidando de pronto una noche volvió... 
—Lo escuché murmurar, pero ¿Cómo se llamaba esa canción? No entendía por lo que llegué a escribir el verso completo en internet y una vez allí salió de primero el resultado, por primera vez agradecía más que nada en mi vida el poder memorizar con rapidez las canciones, pronto al ya saber el título, rápidamente tecleé la versión en mi idioma en youtube y luego de poner el video en pausa, fui donde mi baterista dejándole un besito en aquellos pequeños labios que sin duda adoraba.

— Sígueme la corriente, ¿hm? —Cuestioné, el me miró extrañado aunque simplemente asintió y enseguida fui a quitarle la pausa del video y correr fuera de la habitación, semi cerrando la puerta tras de mi.

Kai por su parte al escuchar la canción, simplemente rió y no tardó en comenzar a cantarla por lo que Oí. — Hace dos años y un día que vivo sin él, Hace dos años y un día que no lo he vuelto a ver,
Y aunque no he sido feliz aprendí a vivir sin su amor, Pero al ir olvidando de pronto una noche volvió... ¿Quién es? —Cuestionó luego de que toqué a la puerta.

— ¡Soy yo! — Respondí, entrando a paso decidido a la habitación, haciendo que la puerta chocara contra la pared, aproveché de usar el cabello largo como si fuese un mostacho y los botones de la camisa desabrochados mirándolo con las manos sobre la cintura, en forma de jarra.

— ¿Qué vienes a buscar? — Preguntó el aunque sin dejar de cantar, aunque podía jurar que por dentro quería reírse; entrecerrando los párpados No me apartó la vista de donde estaba anteriormente, ni tampoco soltó la almohada a la que se había abrazado.

— ¡A ti! — Exclamé y lo señalé estirando uno de mis brazos. 

— Y es tarde... —cantó el apartando la mirada hacia la luz del techo, dios esto era tan jodidamente ridículo que hasta a mi me daban ganas de reirme, pero no podía no ahora.

— ¿Por qué? — Pregunté en tono afligido mientras caminaba de un lado al otro a los pies de la cama.

— Porque ahora soy yo... — Me señaló y me miró de manera fulminante, aunque claro en broma. — La que quiere estar sin ti. — De nuevo me señaló de forma acusadora. — Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa, ¡Y pega la vuelta.! — Prosiguió cantando lanzándome la almohada y más por reflejo la esquivé dejando que esta chocara contra el ropero que estaba detrás.

— Jamás te pude comprender... — Respondí, llevándome una mano al  lado izquierdo del pecho y en mis  labios abulté el inferior en un infantil puchero que junto con aquel mostacho me estaban por hacer explotar de la risa, aunque claro, traté de no reír para poder continuar, aunque por los brillantes ojos de mi novio, seguramente el también estaba aguantando lo mejor posible la risa.

— Vete, — Señaló a la puerta. — Olvida mis ojos, — Pestañeó varias veces y luego lanzó puñetazos al aire. — mis manos, mis labios, — Metió las mejillas hacia adentro y abultó los labios hacía afuera formando una "boca de pez". — ¡Que no te desean!~

— Estás mintiendo ya lo sé... — Fingí hipar por un llanto imaginario y me senté a los pies de la cama, dándole la espalda y dejando los codos apoyado sobre los muslos.

— Vete, olvida que existo, que me conociste, Y no te sorprendas, olvida de todo que tú para eso
Tienes experiencia... — Continuó, cruzando los brazos a la altura del pecho girando el rostro hacia un lado. 

— En busca de emociones un día marché, De un mundo de sensaciones que no encontré,
Y al descubrir que era todo una gran fantasía volví, Porque entendí que quería las cosas que viven en ti... — Mientras decía me puse de pie y me encaminé hacia su lado lado, poniéndome de cuclillas en el piso, observándolo con ojos suplicantes, vaya vil actuación, podía jurar que aquello realmente era lo más ridículo e infantil que llegaremos a hacer en nuestra vida pero, todo sea por el.

— Adiós. — Me miró y  luego regresó a señalar hacia la salida del cuarto. 

— Ayúdame... — Supliqué juntando ambas palmas de mis manos como si fuese a rezar.

— No hay nada más que hablar. — Insistió apretando los dientes, como si estuviera lleno de furia en ese momento.

— Piensa en mí. — Continué tomándole la mano derecha como si mi vida dependiera de eso. 

— Adiós. — Repitió apartando la mano de las mias como si estas mi estuvieran quemando o me pudiera pegar alguna peste.

— ¿Por qué? — Regresé a preguntar fingiendo secarme inexistentes lagrimas, aunque hasta ese momento no fijé que el mechón de cabello se había apartado de mi labio superior, dejándome sin mi “mostacho”.


— ¡¡PORQUE ODIO A LAS PUTAS CUCARACHAS!! — Exclamó y para ese entonces me quedé en shock, ¿a que venía eso?

— ¿cucharacha? ¿eso venía en la canción? —Cuestioné sin entender, bastante confundido aunque su pronta risa llegó a contagiarme y es que ambos habíamos retenido nuestras risas desde un comienzo, realmente había sido algo estúpido y podía jurar que seguramente se encontraba mejor, las lagrimas que se escapaban de la risa de sus bonitos ojos me lo decían, aunque al ver hacia la puerta nos percatamos de que un guitarrista de nuestra banda nos miraba manteniendo los brazos cruzados y una ceja alzada como si mentalmente planeara llevarnos a un centro psiquiátrico, y no estaba solo ya que sus hijos que no tenían mas de 6 y 8 años, Ryuu y Mitsuki nos miraban entre mudas risas. Fue un momento algo penoso aunque no por ello dejamos de reir por completo.

— ¿Cuánto llevan allí, Aoi-san? —cuestionó Kai mirándolo aunque bastante apenado a decir verdades, lo notaba y era el precio de conocerlo tan bien.


— Lo suficiente como para no atreverme a cuestionar que fue todo eso… Creo que… los dejaremos un momento a solas, vamos niños —Escuché decir a Yuu en tanto lo veía salir, aunque no fueron más de algunos metros los que caminaron puesto a que sus risas escandalosas junto a las de sus hijos llegaron a nuestros oídos causando que riéramos otra vez.

— Y bien, ¿puedo saber a que se debe esto? —Cuestionó mi pareja entre risas, al atraerme contra su cuerpo.

— Pues, no querías ir al doctor así que… dicen que la risa es la mejor medicina y más contra el estrés ¿no? —Cuestioné al esbozar una sonrisa, sentándome en su regazo, sujetando sus mejillas entre mis manos— ¿Cómo te sientes?

— Pues, a decir verdad, mucho mejor… entonces doctor, ¿Cuáles eran mis males? —Cuestionó el haciéndome reir un poco más, sin poder evitarlo dejé un corto beso en sus labios.

— Estrés, ¿ahora si me crees? —Pregunté alzando ambas cejas, el asintió manteniendo aquella sonrisa.

— Ahora si te creo… ¿lo volvemos a hacer? —cuestionó entre risas, por lo que llegué a simplemente negar y dejar una mordida en su labio inferior como castigo.

— Es de las cosas estúpidas que no haría dos veces —Reí y pronto una vez más me atreví a besarlo, cosa que no me negó en absoluto.


Realmente aquello había sido una situación realmente estúpida, una actuación bastante bochornosa y una canción sin duda al menos para mi algo vergonzosa que con solo escucharla me recuerda ese momento, eso contando el hecho de que tuvimos una audiencia inesperada, nos haría darle chantajes a Aoi-san para que no dijese una sola palabra a los demás, aunque resultó bien puesto a que al siguiente día Kai lucía mucho mejor, solo por eso había valido completamente la pena.

Como dije; Lo que se hace por amor…

Notas finales:

— Bueno si llegaron hasta acá, saben que pueden dejarme un rw para decirme que les pareció.

Muchas gracias por leer ^^


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