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Eres mi corazón, ahora...Yo seré el tuyo. por 691396

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Notas del fanfic:

Este es un intento de dejar la sangre (un poco) y construir romance, para los que gustan de un amor frustrado por la muerte.

 

 

Eres mi corazón, ahora yo seré el tuyo.

 

 

En la mañana en la que por última vez abrí mis ojos solo vi tu sonrisa durmiente a mi lado… ¿puedes creer que solo eso me hacia feliz?

Te di un beso en la frente y me levante algo desganado, no quería perder el calor de tu cuerpo pero aun así lo hice, tenía que ir a trabajar me bañe, cepille, vestí y tome un vaso de leche para sacar mi auto e irme, todo con el mas sumo silencio para no despertarte ya que si lo hacia vería un demonio... ¡he! Esas cosas me encantan de ti.

Estaba camino a mi trabajo, había mucho tráfico, pero yo estaba relajado recordando la noche anterior, no podía borrar una pequeña sonrisa de mi rostro y una risilla que salía, porque tan solo recordar los sonidos que hacías me volvía a excitar, soy un pervertido lo sé, pero como no serlo si tengo un hermoso rubio como mi “esclavo” personal, he, miento tu eres mi corazón y ya te lo había dicho antes, ya que por ti haría todo, eres el único al que amo.

¡Oh!, sin darme cuenta el trafico desapareció y ahora era yo el que estaba obstruyendo la vía, arranque el auto  y rápidamente llegue a la empresa, Salí del auto con una expresión seria, camine hasta dentro del edificio viendo como mis empleados se ponían rectos o se ponían a trabajar mientras yo pasaba, hacia que pareciese un general haciendo rondas en la mañana a los dormitorios de los nuevos reclutas, eso siempre me ocasionaba gracia pero nunca lo demostraba por su puesto, tenía que estar con mi semblante indiferente  siempre por el bien del orgullo uchiha; subí en el elevador ya que mi oficina está en el último piso, siempre me gusto la altura y más si es un veinteavo piso decorado con mis gustos, llegue a mi oficina y encontré un paquete envuelto en regalo, suspire ¿ahora quien? Me pregunte ya he tenido muchos de estos casos en que mujeres locas (mis empleadas) dejan regalos en mi oficina todos los días hasta el punto de hartarme pero mire mejor el regalo y no parecía ser de esos, de hecho era muy presentable estaba adecuado a mis gustos, esa vez mi curiosidad gano y abrí el paquete viendo una luz inmensa y un sonido aturdidor para luego despertar en un funeral; te veía a ti de negro llorando y arrodillado frente a un ataúd al que comenzaban a enterrar, tu no querías separarte de él, incluso tuvieron que retenerte, estabas descontrolado, yo no entendía que pasaba, intente acercarme a ti, pero mis manos no te tocaban, traspasaban tu cuerpo, ahora ya entendía lo que sucedía, pero no quería aceptarlo, no, no era posible, no quería dejarte solo, pero eso no era viable, de un momento a otro te oí gritar mi nombre mientras más lagrimas caían; No lo soporte más, no supe que hacer, me desespere ¿Qué es lo que había sucedido?, no recordaba, pero estaba seguro de que quería estar de nuevo a tu lado, aunque solo fuera por una vez más, pero no era posible, lo intente cientos veces tratando de consolarte y abrazarte, pero no podía, ya no…

Pasaron dos días desde que te vi irte a casa con un rostro pálido y sin vida, solo estando en cama sin comer ni beber, estoy supremamente preocupado por ti, no sé qué hacer, no puedo hacer nada, estoy al borde de la desesperación.

Pasan unos días más y escucho unos toques en la puerta, a los cuales tu no atiendes, de hecho, hace ya bastante tiempo que estas inmóvil, escucho como cada vez la puerta es golpeada con más fuerza, como queriendo volverla pedazos mientras gritan tu nombre, veo quien es viendo a tu padre… ya no lo aguanto más, estoy a mi limite de desesperación, hace un momento me di cuenta de que no respirabas.

Dios por favor, ya sé que estoy muerto, pero te daré lo que pidas si me dejas abrir esa puerta, por favor Dios es lo único que pido, rogué mientras trataba desesperadamente de abrir la puerta, que como un milagro sucedió, dándole paso a un hombre rubio, que entro como un rayo directo a la habitación en donde estaba su hijo, arrojando las sabanas que lo cubrían, viendo como en ese instante un frasco de medicamentos caía al suelo y como tu padre se aterro, te tomo en sus brazos y salió de nuestra casa rápidamente metiéndote en su auto y saliendo rumbo al hospital, los seguí, viendo cómo te auxiliaban, te daban respiración artificial mientras comenzaban a reanimarte con una R.C.P (Reanimación Cardio Pulmonar), al parecer no servía el irritante sonido de esa máquina la cual me irritaba con ese pitido molesto, los médicos seguían en su labor hasta que escuche un “bip, bip” de esa irritante maquina; vi como abriste tus ojos y dirigiste tu mirada hacia mi extendiendo uno de tus brazos para pronunciar mi nombre con un rostro sonriente y luego caer de nuevo en ese molesto pitido, los médicos lo trataron de nuevo pero esta vez no funciono, mi rubio se había ido, tu te habías ido ¿ahora que hare? Me pregunte no recordando el que yo era el que te había dejado primero, me arrodille frente a tu cuerpo escuchando la hora de tu muerte, siendo un inútil, sin siquiera poder tomar tu mano; me quede allí frente a tu cuerpo hasta que sentí algo apoyándose en mi hombro, me gire y  te vi con una sonrisa, me levante y te di un golpe en el rostro, era la primera vez que lo hacía, te mire con mis ojos cristalizados mientras te decía lo estúpido que eras y te preguntaba el ¿Por qué?, pero seguías callado con una mano en tu mejilla como tratando de asimilarlo, lo cual paso pronto, dirigiste de nuevo tu mirada hacia mi junto con esa sonrisa mientras respondías con un simple “porque te amo”.

No supe cómo reaccionar, pero al parecer mi alma si, ya que esta te abrazo con toda la fuerza que tenía y busco tus labios, en el momento en que los sentí de nuevo, pensé, “querido Dios por favor perdóname” para separarme de tus labios y dirigirme a tu cuerpo que aún estaba en la camilla, metí mi mano en tu pecho dando toda mi energía a tu corazón, escuche como el tu tras de mi decía que parara, pero no lo hice, te mire por ultima vez, al “tú” de la camilla y al “tú” de mi espalda para pronunciar algo que salió de improviso “¿recuerdas? Tu eres mi corazón… ahora yo seré el tuyo” esa frase fue lo que salió de mis labios mientras sentía como mi vista se nublaba y mi energía desaparecía, para terminar de desaparecer dentro de tu pecho al mismo tiempo que el tú fantasmal en el cuerpo del tú que yacía en la camilla volviendo a sonar un “bip, bip” de ese ruidoso aparato y poniendo de nuevo en marcha a los médicos los cuales estaban sorprendidos, te  revisaron encontrando todo extrañamente normal solo pudiendo decir que era un milagro; te trasladaron a una sala en donde poco a poco abriste tus ojos siendo rodeado por tu familia y mi familia, todos con la misma pregunta “¿estás bien?”, tú solo los miraste y sonreíste dirigiendo tu mano a tu pecho respondiendo de la forma mas calmada posible con un “si, estoy bien, ahora él es mi corazón”.

 

 

Extra:

Han pasado 40 años desde la muerte del teme, mi teme; desde que intente ir con él, pero no me dejo; ya ha pasado mucho tiempo y lo extraño, pero debo seguir con mi vida, aunque mi “amo” pelinegro fue el único para mi, me case con una mujer que me dio 2 hijos ahora ya adultos, me divorcie, de ella hace 25 años ya que no soporte la traición hacia mi azabache y desde entonces he estado solo; ahora voy a mi casa o bueno a nuestra casa, nuestro hogar, estoy algo cansado y últimamente me duele el pecho, sé que necesito descansar, ya tengo 65 años.

Llego a nuestra casa y voy directo al cuarto, mi pecho duele cada vez más, me recuesto en la cama y tomo una de las fotografías en la que estamos los dos, abrazándola mientras me quedo dormido lentamente, mientras el dolor de mi pecho desaparece poco a poco. Cuando despierto estoy en un lugar extraño, no veo nada, todo está bañado en blanco y plata, recorro un poco ese lugar viendo mi cuerpo reflejado en una de las superficies, al parecer vuelvo a tener 25, comienzo a caminar de nuevo viendo una figura a lo lejos, no sé por qué pero comienzo a correr hacia ella, poco a poco se va revelando la apariencia de esa figura, me paralizo al verlo, mi pelinegro está frente a mi sonriéndome con su arrogancia, cuanto lo extrañaba, de alguna forma controlo mi parálisis y me acerco a él, se ve igual que la ultima vez en que lo vi, me quedo frente a él y acaricio su rostro, el responde poniendo su mano sobre la mía mientras nos acercamos y tomamos de los labios del otro.

-Tú corazón ha vuelto.

Dije para tomar su mano; el apretó el agarre.

-No dejare que se vuelva a ir.

Dijo mientras me daba un beso casto en la frente y luego en los labios para tomar de nuevo mis manos y desaparecer en ese lugar.

 

“Mi corazón te pertenece, no olvides que te lo daré si el tuyo alguna vez deja de latir”

 

FIN.


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