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Vcfk Od Wmm por LovelyDarkness

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Notas del capitulo:

Advertencia:

-Este capítulo contiene spoiler del episodio Dipper y Mabel vs El Futuro, si aún no lo has visto recomiendo que lo hagas antes de proceder a leer, gracias.

Cap. 1

Siéntate justo ahí y escúchame. Únete a mí y salgamos adelante, chico.

Dame la mano y después ambos tendremos todo.

¿Qué dices pequeño amigo? ¿Hemos llegado a un acuerdo?

Será mejor que pienses rápido.

Cubriré tus espaldas.

Cuenta conmigo cuando la confianza sea todo lo que te falte.

El precio es simple.

deCIPHER – Madame Macabre

El silencio del bosque de Gravity Falls se ve roto por los rápidos pasos de un chico no mayor a 12 años, tal vez 13. El pequeño no puede contener la emoción, sus ojos marrones brillan, su cuerpo por completo vibra, golpes de adrenalina corren con fuerza por su cuerpo ahora que el peligro ha pasado finalmente. A su espalda, un hombre mayor, de cabello canoso y ojos de igual color a los del niño, ríe por su entusiasmo. Retira la gorra blanca y azul, con un pino al frente, de la cabeza del menor y revuelve el cabello castaño con su mano de seis dedos.

El chico le mira y sonríe ampliamente. El mayor no puede evitar darle una sonrisa dulce y le abraza con suavidad. Ambos hacen una mueca cuando sus heridas escosen pero no les ponen mayor importancia.

—Adelántate Dipper —dice el mayor soltándole y coloca la gorra en su lugar.

Dipper le mira confundido y frunce el ceño.

—¿Tío Ford?

—Anda, sé que estas ansioso por contarle a Mabel. De todas formas, ya no tengo la edad para seguirte el paso. Así que corre —le anima palmeando su hombro.

Dipper salta y emprende la carrera hacia la Cabaña del Misterio. ¡Su tío era fantástico!

Atraviesa el bosque en poco tiempo y entra corriendo por el área de la tienda. Grita un ''Hola Soos, hola tío Stan'' al pasar junto a ellos y sube las escaleras que dan al ático.

Dipper entra corriendo a su habitación, deja la mochila a un lado y con una sonrisa enorme en su rostro, los ojos brillantes, se acerca a la cama de Mabel. Las heridas y golpes son insignificantes comparados a la emoción que explota en todo su cuerpo y le recorre de arriba abajo.

—¡Mabel! —grita a pesar de lo cerca que está de su gemela—. ¡Acabo de tener el mejor día de mi vida! Los Ovnis existen y hay uno debajo del pueblo. Y salve la vida del tío Ford y… y… —toma un respiración. Hablar de corrido había vaciado sus pulmones.

En el breve silencio que deja nota el mutismo de Mabel y la falta de respuesta ante sus palabras. Confundido mira a su hermana, la euforia poco a poco desaparece dejando una extraña desazón en su pecho.

—Hey, ¿estás bien? —pregunta preocupado.

—Dime que no es cierto Dipper —susurra Mabel. Se levanta, los ojos rebosantes en lágrimas. Alza el Woky Toky, la luz roja parpadea, acusadora. Dipper jadea y mira con ojos desorbitados el aparato, desvía la vista al suyo propio que sobresale de la mochila y vuelve la vista hacia ella—. Dime que es un chiste.

Mabel solloza y lanza el Woky Toky.

—¿El aprendiz de Ford? ¿Es en serio? —la expresión herida de Mabel hace que el corazón de Dipper se encoja.

—Oye, lo estuve pensando y… y es una enorme oportunidad para mí —dice con algo de torpeza, se acerca y piensa en como consolarla.

—¡Pues es una horrible oportunidad para mí! —Mabel se pone en pie alejándose de su hermano—. Tuve el peor día de mi vida. Cuando cumplamos 13 el verano va a terminar y tendré que dejar todo atrás —se arrodilla cerca del álbum de fotos y lo hojea distraídamente—. Eres la única persona con la que contaba y ahora… ¿ahora también vas a dejarme tú?

Dipper pasa saliva y evita llorar. La culpa retuerce su estómago y oprime su corazón. Pero su deseo de quedarse con tío Ford es más fuerte que el amor que le tiene a su gemela. Aprieta suave sus manos.

—Oye, lo estuve pensando —repite—. No me iré para siempre Mabel, ¿de acuerdo?, voy a visitarte seguido y… y chatearemos —dice casi con desespero mientras busca una solución que sea factible para ambos—. Funcionará.

—No quiero que funcione —susurra Mabel llorosa—. Quisiera que el verano durara para siempre.

Dipper retuerce sus dedos y se arrodilla junto a Mabel. Pone una mano en su hombro conciliador.

—Pero no es así Mabel —suspira suave—. Las cosas no se congelarán tal como están, es parte de crecer —Ella se gira y lo mira con tristeza, las lágrimas dejan largos surcos en sus redondas mejillas—. Las cosas cambian, el verano termina —susurra.

Mabel muerde sus labios, molesta. Con Dipper, con Ford, con Stan, con Candy, con Grenda, con sus padres; con todo el mundo y con el verano que se acaba. Se levanta y sale corriendo, decidida a conseguir que su hermano se quede con ella.

—¡Mabel, espera! No era mi intención… —Dipper se levanta y corre tras ella, sostiene el marco y mira a Mabel correr—. ¡Mabel, regresa!

Dipper siente su mundo desmoronarse. Sabía que aceptar no era buena idea. Sabía que aceptar la propuesta de tío Ford no era buena idea. Mira sus manos, borrosas por su llanto. Las aprieta y decidido alza la cabeza.

No.

No dejaría de lado su sueño sólo por Mabel, mucho ha dejado de lado ese verano por culpa de su hermana; por su tonto sentimentalismo y su deseo de que su hermana mayor sea feliz, pero no más. Salvó la vida de su tío hace tan solo una hora, tal vez menos, lucho contra guardias robóticos extraterrestres, y logró controlar su miedo en tiempo récord, como le dijo su tío. Podía enfrentar a su hermana. Ella ya no tomaría más decisiones por él.

Asiente para sí mismo y baja las escaleras saltando de dos en dos. Corre por la sala y abre la boca, listo para llamar a Mabel.

—¡Tío Ford! —la voz de Mabel le hace detenerse. Frunce el ceño y baja la velocidad de sus pasos. Cauto se acerca a la cocina y se asoma. Ve al tío Ford sentado en la mesa, este limpia las heridas de su rostro con calma, ignora a una molesta y llorosa Mabel parada frente a él.

—Tío Ford —llama de nuevo la niña y esta vez el mayor le mira.

—¿En qué puedo ayudarte sobrina? —pregunta con calma el mayor, deja a un lado el algodón con antiséptico y dispone toda su atención a la adorable chica.

—Tío, no puedes dejar que Dipper se quede aquí contigo —dice seria.

Ford parpadea confundido. Frunce el ceño, creyó que la niña estaría feliz por su gemelo, porque este haría lo que quería.

—No veo porque debería hacer eso. El aceptó ser mi aprendiz —luego de mucho argumentarle, piensa para sí. Sacude la cabeza y frunce el ceño—. Es tiempo que se separen Mabel, 12 años pegados casi por la cadera no les ha hecho mucho bien. Tu hermano no ve el mundo como tú.

Dipper, silencioso desde su escondite, ve los labios de Mabel temblar y sus manos apretarse. Pasa saliva, un berrinche Mabel Pines estaba a punto de ser desatado. Conocía a su hermana demasiado bien, reconocería la posición de su cuerpo en cualquier momento, incluso a oscuras o con los ojos vendados, es casi como si pudiera sentir la furia ser exudada por el pequeño cuerpo de su gemela.

—¡Pero tío Ford! —Protesta e hipa —¡No puedes hacer eso! Mamá y papá no permitirán que Dipper salga de la escuela.

—Hey, tengo 12 doctorados, puedo enseñarle todo lo que necesita —dice serio.

Mabel muerde sus labios y baja la vista, limpia su nariz con la manga de su suéter. Sus hombros se agitan y suaves sollozos escapan de sus labios. Ford la mira algo nervioso. Con torpeza se arrodilla frente a ella y palmea su cabeza.

—No llores niña, podrás venir a visitarlo, o él irá a verte. El mundo no se acabará porque tu hermano quiere quedarse en Gravity Falls.

Mabel alza un poco la vista, los ojos rojos de llorar, las mejillas arreboladas.

—Yo no… no quiero que… no quiero que —sus hipidos cortan sus palabras, por lo que Ford la insta a tomar varias respiraciones—. No quiero que se repita con nosotros lo mismo que contigo y tío Stan.

Ford abre la boca, sorprendido. Sus ojos se humedecen un poco pero ninguna lágrima cae, su corazón sin embargo se estruja y una vieja herida vuelve a sangrar en su pecho. Justo en ese momento otro hombre entra en la cocina, idéntico a Ford pero con el cabello más envejecido y una mirada más severa.

—¿Qué está pasando? ¿Qué le hiciste a mi sobrina Ford? —Pregunta en automático, una molestia instantánea se dispara por su cuerpo. Sin pensarlo jala a Mabel del torpe intento de Ford por confortarla y la sostiene contra sí.

—Yo… bueno es que… —el hombre de seis dedos no encuentra como explicarse. Mira a Mabel y luego a su gemelo.

—Él quiere que Dipper sea su aprendiz —dice Mabel sollozando más fuerte—. Quiere que Dipper se quede con él. Quiere que yo me quede sola.

—¡Hey eso no es…!

—Stanford, ¿qué te dije sobre involucrar a mis sobrinos en esta locura del pueblo? No me importa lo que hagas tú, pero a Dipper lo dejas fuera. Teníamos un trato.

Dipper jadea y cubre su boca. ¿Un trato? ¿Qué clase de trato?

—Stanley, no me queda mucho tiempo, en cualquier momento podría morir y necesito un aprendiz. Alguien inteligente y hábil. Dipper es el mejor para la tarea, él…

—Nada Stanford, ahora mismo vas y le dices a Dipper que se olvide de eso. Tú mismo lo dijiste, en cualquier momento podrías morir y él también.

Dipper muerde su puño y cierra los ojos con fuerza. Respira hondo, trata de no deshacerse en sollozos. Vuelve a respirar y entra en la cocina.

—Soy lo suficientemente mayor para tomar mis decisiones, y yo quiero quedarme con tío Ford —dice, la voz algo rota por las lágrimas contenidas.

—Dipper, no sabes en lo que te metes —protesta Stan.

—¿Qué no lo sé tío Stan? He pasado todo el verano metido en esto. Luché contra gnomos, contra un multiosos, contra hombretauros, contra zombies, contra fantasmas, contra un viajero del tiempo y contra un cambiaformas. Sin contar que he derrotado al ser más poderoso no una sino dos veces —toma una respiración larga cuando se queda sin aire, tanto Ford como Stan le miran sorprendidos—. Se perfectamente en qué clase de problemas me estoy metiendo tío Stan, y quiero quedarme con tío Ford.

Stanford mira al niño y luego a su hermano. Aprieta sus manos y cierra los ojos. El sollozo de Mabel le termina de convencer.

—Lo siento Dipper, pero ellos tienen razón.

Dipper jadea y mira sorprendido a su tío. No, eso no podía ser, debía ser un sueño o una muy mala broma. ¿Después de convencerle para quedarse su tío le haría irse con Mabel?

Su cuerpo reacciona en consecuencia a la sobre carga en su mente de pensamientos contradictorios. Sin darse cuenta da media vuelta y emprende la huida. Ignora los gritos de su familia, ¿siquiera puede llamarles así?

Corre al bosque, lo más lejos posible. Su cuerpo protesta al esforzarlo demasiado pero lo ignora. Ignora las ramas que golpean su rostro y sus brazos, ignora las heridas de la lucha contra los guardias robóticos extraterrestres que se abren de nuevo. Ignora el dolor físico que le entume los músculos.

Solo se concentra en el dolor que explota en su pecho, que rasga su corazón. Se enfoca en el sentimiento de traición, de incomprensión. ¿Por qué si le hacen caso a Mabel y a él no? ¿Acaso no importaban sus pensamientos y emociones? ¿Acaso él era tan poco importante en la familia?

Tropieza con un tronco caído y golpea su cabeza al caer. Su vista se tiñe de puntos blancos y él se queda ahí, tendido en la hierba casi otoñal. Hace un muy pequeño esfuerzo para girarse. Se levanta con cuidado hasta quedar sentado y se apoya contra el tronco que propicio su caída. Abraza sus piernas y apoya su cabeza herida sobre sus rodillas. Deja escapar el sollozo que llevaba conteniendo, el nudo en su garganta se hace más pesado.

Los sucesos se repiten en su cabeza como una película. Le torturan, le hacen sentir aún más inútil. Los recuerdos de días al azar en su verano se suman a la tortura. Solloza más fuerte, y muerde sus labios.

En su cabeza, la imagen de Mabel siendo exigente para con él, decidiendo por él, guiándole, guiando a todos, se hace presente. Las palabras que le dijo al tío Stan se hacen presentes con más fuerza.

En dolor que le atenaza se ve desplazado por un repentino ramalazo de furia. Se levanta de un salto, aprieta sus manos, tiembla de furia. El nudo en su garganta aún está presente, las lágrimas aun brillan en sus ojos, pero eso no detiene la ira. Se acerca al árbol más cercano y descarga un golpe contra la corteza.

La madera se clava en su puño, sus nudillos arden y todo su brazo se sacude por el golpe. Pero hace a un lado la sensación y golpea con su otro puño. Gruñe y vuelve a golpear, sus nudillos sangran, el dolor incrementa, pero la ira lo hace también y eso solo lo impulsa a seguir golpeando.

Y seguir, y seguir.

—Oye Pino, ¿sabes que ese podría ser primo tuyo? —la voz de Bill le sobresalta, se gira y, por el rápido movimiento, cae sentado—. Veo que te alegras de verme —Dipper está seguro que si el demonio tuviese cara, estaría sonriendo en ese preciso instante. Hace aparecer su bastón y lo balancea en una mano antes de sostenerlo con las dos.

—¿Qué quieres Bill? —pregunta enderezándose y tratando de parecer valiente.

Bill ríe y se acerca hacia él.

—Solo pasaba por aquí Pino y me pareció intrigante, ¿por qué maltratas a quien podría ser familia tuya?

—Vete a molestar a alguien más, Bill —Dipper abraza sus piernas de nuevo y esconde su rostro tras sus brazos.

Bill le mira atentamente por unos segundos, su ojo muestra su satisfacción.

—Toma, no estés deprimido —dice y chasquea sus dedos. Dipper alza un poco la vista y ve como un desprevenido conejo es alzado por una fuerza invisible. La cabeza de este gira en una dirección y su cuerpo en otra hasta que el pequeño cuello se rompe y ambas partes son separadas.

El cuerpo cae de manera pesada al suelo, las patas se mueven en pequeñas contracciones, la sangre tiñe el blanco pelaje. La cabeza es lanzada a sus manos y, por reflejo, la sostiene. Hace una mueca pero no devuelve la cabeza del conejo. En su lugar la acuna entre sus manos, importándole poco mancharse de sangre, y acaricia de manera distraída entre las orejas de la cabeza cercenada.

Bill mira la acción con interés.

—Y dime Pino, ¿qué cosa, además de mí, te atormenta?

Dipper le mira, la desconfianza brillante como un faro en la superficie de sus ojos. Aprieta sus labios y muerde su lengua.

—¿Es acaso por Estrella Fugaz? ¿Qué te hizo ahora la Gemela Alfa?

Dipper aprieta más sus labios pero esta vez por molestia y no por su negación a hablar. Bill ríe para sí mismo. Aprovecharse de Dipper Pines en ese estado estaba resultando bastante divertido.

Dipper suspira al fin, de todas formas Bill seguiría molestándolo hasta que le contase, ¿por qué no acabar con eso rápido y así quedarse sólo al fin?

—Lo que sucede es… Quiero quedarme con tío Ford para resolver los misterios de Gravity Falls —susurra.

—Ah, así que Seis Dedos escogió un aprendiz —Bill ríe y flota alrededor de Dipper—. Pero no creo que eso sea lo que te deprima Pino.

—Es Mabel, no quiere que me quede.

—Es normal, controlar la vida de los demás es divertido —comenta como si simplemente hablase del clima.

—Le dijo a tío Ford que no quería que termináramos como ellos.

—Porque ella depende demasiado de ti. Es una inútil sin tu presencia y tú no eres más que una mancha en la familia sin la suya —Bill cierra su ojo y sonríe internamente.

—Tío Stan la apoyo…

—Siempre diciéndote que hacer, ¿no te aburres de eso Pino?

Dipper aprieta sus manos y baja la vista aguantando las lágrimas.

—Quiero quedarme con tío Ford.

—Pero tu hermana maneja tu vida. Fíjate, y yo era el manipulador aquí, no sabía me habían ganado el puesto.

Dipper se queda callado. Bill tenía razón. No lo había notado antes pero tal parece que el don manipulador y engañoso del tío Stan se le había pegado a ella, o simplemente lo heredó. La rama familiar no es de lo mejor, se dice.

—Pero yo puedo hacer que te quedes con Seis Dedos —dice Bill quitándole importancia a sus propias palabras, abre su ojo y le mira atento, a la espera de su reacción. Dipper alza la vista y le mira pasmado—. Te propongo un trato Pino.

Dipper mira al triángulo, hace una mueca. Si el trato incluía tomar su cuerpo como la otra vez diría no rotundamente. Sin embargo, la curiosidad y el deseo de quedarse con tío Ford es más fuerte. Muerde sus labios y piensa con rapidez, sopesa los pros y los contras. Si era más inteligente está vez no terminaría engañado.

—Te escucho Bill.


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