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*Paper Hearts* VKOOK por Sou-Tan

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Notas del fanfic:

Lo publique en wattpad como un serial pero es de caps cortitos asi que mejor aqui como un one-shot

Prologo

Jungkook tiene veintitrés años y ha conseguido un nuevo trabajo como profesor de música en el instituto de su adolescencia. Le gustaría poder decir que en su vida hay algo muy interesante, fuera de lo común, que le haga resaltar del resto, pero no. Jungkook sólo es gay y tiene una gran voz y una hermosa forma de tocar el violín y el piano.

Guarda con recelo su viejo anuario de último año, ese que tiene una foto del chico de sonrisa rectangular encerrada en un corazón hecho con marcador morado. Su nombre era Kim Taehyung y, desde la primera vez que se vieron, se odiaron.

Cada vez que se veían, brotaban chispas. Las cosas se pusieron peor cuando en segundo año el profesor de música los obligó a componer una canción juntos, el caos surgió y una batalla se produjo entre la guitarra eléctrica de Taehyung y el violin de Jungkook.

Un mes después habían terminado dos canciones. Una magnífica melodía de violín y guitarra que todos ovacionaron de pie. Y una segunda melodía presentada por sus labios, compuesta por muchos silencios que sus corazones aplaudieron y sus mejillas tiñeron de color carmín.

Jungkook aún sonríe al recordar a sus amigos, porque cada pared de su instituto es un bonito recuerdo.

Cada timbre de entrada equivale a un corazón de papel con el nombre de Taehyung escrito en el.

Porque el Jungkook de catorce años que se paseó por esos mismos pasillos pensando que la escuela era una pérdida de tiempo, y el Jungkook de veintitrés, que sabe que la escuela fue parte de sus mejores canciones, son muy diferentes.

 

 

 

Teatro

Su primera clase es con los alumnos de segundo año. Todos le muestran sus talentos y, en un suspiro, el nombre escapa como la nota más melodiosa de su garganta.

Taehyung.

Es aquí donde tocaron juntos por primera vez.

Todos aplaudieron pero Jugkook sólo veía una sonrisa rectangular.

Fue aquí donde noté que tu sonrisa recitaba notas inentengibles. Cautivándome en mi idioma favorito: La música.

Las chispas de odio se vuelven chispas de fuertes llamaradas de nervios en su estómago.

Mientras, el primer corzón de papel es puesto en su bolsillo sin siquiera notarlo.

-Profesor...

Levanta la cabeza y mira al chico que lo observa extrañado, al parecer, se ha distraído doblando la hoja de asistencia.

Es un corazón de papel.

Uno con el nombre de muchas personas, pero no con el suyo.

No con el de Tae.

Porque ese primer corazón tenía un mensaje escrito con lápiz de grafito.

Y el grafito puede borrarse.

Así como Jungkook debe borrar su historia de cada rincón de ese instituto.

De cada rincón de su ser.

 

 

 

 

Quimica

El laboratorio sigue igual a como Jungkook lo recuerda, pero el vacío le da un aspecto ajeno a sus memorias.

Jura que si lo intenta, puede escuchar los gritos de la profesora y las risas de los alumnos cuando Taehyung hace explotar la solución.

Aquí me besaste por segunda vez, 
cuando nos castigaron.

Tus manos en mi cadera y los ojos abiertos,
como manos inexpertas tocando su primera canción.

Es este tipo de sentimientos lo que Jungkook esperaba experimentar al volver. El sentimiento de estarlo viviendo todo de nuevo pero como en un universo alterno.

Lejano.

Mi manos, temblorosas, tomaron el segundo corazón de papel. 
Y, entre el tintineo agudo de tubos de ensayo siendo pulidos,
pensé que tal vez la escuela no es tan mala.

Tal vez sólo sea una canción a la que no me acostumbro.

Jungkook se da cuenta de que nunca antes se puso a pensar en todo lo que fue su primer amor. Para Junkook, Taehyung es una página especial en el anuario de último año.

Nunca antes se había encontrado a sí mismo reviviendo notas perdidas. Corazones de papel que fueron rotos.

Pero después de todo, Jungkook no se atreve a mentir y decir que Taehyung fue una nota desafinada en su vida.

Porque la verdad es que tu sonrisa siempre ha sido mi canción favorita.

 

 

 

 

Historia

Algo dentro de ese salón de clases lo llama, pero no sabe que es hasta que lee "2do año, clase A" en la puerta.

Este es el lugar donde las chispas surgieron.

Jungkook abre la puerta y se apoya en el marco, sin entrar. Todo está en silencio y un alumno dejó su cartuchera encima de su escritorio. Encima del escritorio que era de Jungkook.

De Jungkook y Taehyung.

Tercera mesa en la primera fila a la izquierda, justo al lado de la ventana. Tú eras mi compañero de mesa.

Durante la clase de historia, Jungkook sólo se rascaba la cabeza y miraba a otro lado, hasta que el incidente del beso ocurrió y, en ese tiempo no sabía si llamarlo capricho, su relación con Kim Taehyung dió un espectacular giro de ciento ochenta grados.

Rozabas mis piernas con tu mano izquierda y me pasabas notas en forma de corazón. 
Siempre me regalabas sonrisas indiscretas que yo nunca correspondí.
Tú lucías como un chico malo, pero eras un caramelo.
Yo lucía como alguien bonito, pero nunca creí en el amor.

Generalmente Jungkook se saltaba las clases de historia, pero desde ese día tuvo cero inasistecias.

Porque Kim Taehyung y sus ojos bonitos le contaban historias mucho más interesantes y formaban guerras en su interior mucho más avasalladoras.

Sus papeles le pesan en el camino hacia su auto. Demasiado trabajo para un profesor de música, pero su vida es muy tranquila así que tiene mucho tiempo libre para corregir, planificar y tal vez tocar un rato.

Porque la vida de Jeon Jungkook nunca había sido tan simple.

Nunca había sido tan insulsa.

 

 

 

 

Azotea

Jungkook no pasa la hora de almuerzo comiendo en la sala de profesores, como sus colegas. En lugar de eso, realiza todos los días el camino hacia la azotea y se sienta a pensar un rato, y a veces no come, sino que sólo se queda con su guitarra.

La guitarra que fue un regalo de Tae.

La guitarra que Tae le enseñó a tocar.

Aquí me hablaste de amor,
haciendo colisionar todos mis muros.

Porque Jungkook fue un adolescente despreocupado que veía la escuela como un obstáculo para alcanzar sus sueños.

Y al final se dio cuenta de que su único sueño era poder hacer música sin que nadie lo llamara vago.

Taehyung está ahí. Siempre lo está. El recuerdo de su mirada enojada y luego enamorada es algo que no sale de su cabeza.

Aquí me besaste más de la cuenta el primer día de tercer año.

La azotea es un lugar lleno de bromas estúpidas, risotadas explosivas y gemidos ahogados en besos torpes.

Y en otros besos que a Jungkook le da vergüenza recordar.

Aquí me desnudaste una tarde, el último día de clases de tercer año, y me mostraste que tan fantásticas melodías son tus gemidos.

De solo recordar, su cara se torna roja y debe lamer sus labios y darle un trago al jugo porque de repente, su garganta está seca y la corbata le aprieta mucho.

Jungkook se da cuenta de que ya no tiene 16 y no puede dar la vuelta e ignorar al mundo con la simple excusa de que es joven.

Se da cuenta que la fuerza de sus sentimientos sigue ahí, en

este lugar donde me enseñaste que podía creer en el amor,
que podía creer en tí.

 

 

 

Biologia

El chasquido de desdos se detiene unos segundos en el puente de la canción, el momento donde las venas se marcan en su cuello y todos lo miran embobados.

Intenta enseñarles lo que es un buen falsete pero no cree ser tan bueno como el cantante original de la canción.

Los chasquidos vuelven y la última nota fluye contínua, dejándole un buen sabor de boca.
Ser profesor de música es definitivamente para lo que Jungkook ha nacido, porque ver los ojos inspirados de los chicos hace que su corazón se llene de un sentimiento que podría derretir cualquier invierno.

-Quiero que vean más allá de sus propios límites, incluso si no son tan buenos, todos podemos ser siempre mejores - Las palabras le saben a sermón pero esa es la ventaja de ser un profesor, puedes decir todo pensamiento libremente y nadie va a decirte nada - Pueden irse, tengan un buen fin de semana y alimentense adecuadamente.

Y sonríe ampliamente, recibiendo con cordialidad las reverencias.

Porque hoy es uno de esos días en los que a Jungkook le gusta tararear canciones viejas que vienen solas a su cabeza, también le gusta beber un poco de bubble tea porque es dulce y no le gusta mucho lo que es así. Porque hoy es un día de esos donde le gusta hacer cosas que usualmente no hace.

Como por ejemplo, tornarse un poco nostalgico.

"Laboratorio de biología." Lee y abre la puerta porque es extraño que todo en esta escuela siga igual a como estaba el día en que salió por la puerta principal y no volvió.

Y si, definitivamente está igual.

Cuarta fila a la derecha, justo junto a la ventana, mesa número dos. También eras mi compañero es esta clase.

Los mismos estantes con animales disecados. Un periquito, una especie de primate que Jungkook, con todos sus años de estudio, aún no sabe cómo debe llamar. El esqueleto de una pequeña garza, el pequeño cocodrilo e incluso un feto conservado en un frasco sigue ahí.

Un día tomaste la solemne desición de ponerle un nombre.

Lo llamaste Napoleón.

En su memoria tiene perfectamente tatuado ese día donde todos se rieron a carcajadas por las idioteces de Kim Taehyung.

Aquí me diste un corazón de papel silenciosamente.

Mientras, la profesora explicaba: Cuando una célula se detiene, todas la imitan.

Parece recordar haber dudado, dudado de todo. Incluso de su nombre. Jungkook tenía claro que quería, pero estarse enamorando de el chicho más dulce y atento le hacía querer romper muchas cosas.

Escribiste que no importa si todo el mundo decide detenerse, 
porque ibas a seguir a través de todo.

Siempre y cuando yo estuviese a tu lado.

Que si me detenía, tú ibas a hacerme continuar.

Porque Kim Taehyung le ponía los nervios de punta incluso ahora que sólo da vistazos al pasado.

 

 

 

Literatura

Jungkook mira atento desde la primera fila cómo el profesor de literatura intenta hacer que sus alumnos se callen para comenzar a presentar sus monólogos.

Es el mismo profesor que dió clases a Jungkook y también le mandó a escribir un monólogo.

Interpretaciones graciosas pasan y Jungkook se ríe, porque quedarse ahí a ver esto es mejor que volver a una casa solitaria donde nadie le espera. Porque cuando cumplió dieciocho sus padres se mudaron a Seúl y Jungkook volvió sólo hasta Daegu cuando terminó su carrera porque le gusta esta ciudad y no otra.

Aquí fue donde me confesaste que odias leer, 
pero que sería todo un placer leer un libro que tratase sobre mi.

Yo me reí sin prestarte atención, porque tu romanticismo se estaba colando a traves de mis poros.

Yo estaba cayendo por ti.

Se muerde las uñas avergonzado por recordar cómo había pasado toda una tarde frustrado porque no tenía idea sobre qué tema utilizar. La música, pensó, pero ya era algo obvio que la música le apasionaba cuando la única clase en la que siempre tenía las notas perfectas era justamente esa.

Hablar sobre eso sería demasiado cliché. Así que se pasó toda una tarde escribiendo versos torpes de un tema que le apretaba el corazón. Porque Jungkook no entendía de romanticismo ni cursilerias, porque sólo hablaba de amor con su violin y su piano.

Escucho, con cada vistazo, la voz de su mirada. 
Susurrándome.
¿Podría detenerse? 
Es como un hechizo, una trampa mácabra escondida detrás de un telón de sonrisas.
Diganle que se detenga.
Porque sus palabras se cuelan en mis más íntimos sueños. En mis días más sombríos.
Iluminándome.
Y cuando se va, su voz despidiéndose es la tonada de piano más triste.
Diganle que se quede.
Que no se aleje aunque mis palabras sean duras.
Porque este corazón de papel está ardiendo bajo mi piel, calando profundo.
Porque este corazón de papel lleva escrito su nombre con tinta permanente.

Recuerda la expresión atontada plasmada en el rostro del moreno, sus mejillas coloradas y luego la sonrisa que le brindó. 
Porque Jungkook nunca hablaba de amor y ahora hacía un monólogo sobre lo que sentía por Tae.

Aquí fue dónde me abrazaste fuerte, llorando porque eras una nena.

-Te quiero, te quiero demasiado - susurrando sobre mi hombro.

Yo también te quería pero no lo dije. 
Tú lo sabías.

Ese día me diste el corazón de papel y te quedaste a mirar mi expresion.

"Amabamos con un amor que era más que amor".

Sonreí, dandote un tonto beso. Porque te había dicho que Poe es mi autor favorito y tú lo leíste solo por mi.

Porque me querías.

 

 

 

.

Casa

Jungkook tararea alegremente el opening de un anime mientras camina. Su auto está en el taller y el día está fresco y tranquilo como para caminar un largo tramo a casa, la nostalgía puede respirarse en el aire.

La canción es un poco aguda para su gusto pero inexplicablemente a Jungkook le gusta mucho. Le gusta mucho porque es la canción que él y Taehyung cantaban juntos de vuelta a casa.

Cuando sólo faltan tres cuadras para llegar, Kook da una mirada soslayada a la alegre casa de dos pisos, pintada con un suave color celeste. La casa de él.

Justo ahí me besaste por primera vez.

Las chispas causan estragos en el cuerpo de Kook, logrando que ría graciosamente por lo estúpido y precipitado que le parece todo mirandolo en restrospectiva.

Esa tarde fueron caminando hasta la casa de Tae, ambos mirandose con odio, en silencio, como queriendo evitar la tercera guerra mundial.

Jungkook odiaba a Kim Taehyung porque era un bobo de sonrisa estúpida, que se creía tan importante como para llevarsela bien con todo el mundo y presumía de su guitarra y su banda, aún cuando nunca le había visto tocándola.
Taehyung odiaba a Jeon Jungkook porque era un resentido de primera, que se creía muy relevante con su cara bonita como para no llevarse bien con nadie y saltarse todas las clases, mirando a todos sobre su hombro como si nunca dejara de tocar el violin.

Tu mamá era dulce y yo no entendía cómo es que tú eras tan irritante.

Cuando fue tiempo de comenzar a componer, la tensión se los estaba comiendo vivos.
Jungkook fue el primero en hablar y Taehyung fue el primero en alzar la voz.

Te dije que no te sorportaba por estar arruinando lo único que me importaba y tú gritaste muy fuerte:
"No eres el único al que le importa, ¿alguna vez pensaste que eres muy molesto?"

Jungkook se había quedado callado de inmediato, porque sabía que era cierto y que era bastante cortante con todos menos con su piano. En ese momento, Kim Taehyung comenzó a agradarle.

Porque a Junkook le gustan las personas con las que pueda discutir. Y la verdad es que al ser guapo nadie le decía que si, era molesto, pero Jungkook no era arrogante ni nunca lo sería. Jungkook sólo es tímido con quienes no conoce.

Tú querías hacer una de rock y yo una clásica.

Jungkook se detiene porque su heladería está demasiado cerca como para resistirse y, cuando pide se sienta en la barra, en los mismos asientos de siempre.

Estuvimos peleando de esa forma un rato, 
hasta que tomaste el cuello de mi camisa y no fuiste capaz de golpearme.

Se golpea mentalmente porque olvidó sus papeles en el salón de quinto año, el frío del helado quemándole la garganta y los labios escociendole por la calidez, porque aquel primer beso había dejado su estela sobre ellos.

Estuviste mirándome un rato largo.
Yo bromeé irónico con aquella frase trillada de drama "Taehyung-ah, ¿desde cuando eres así de bonito?"
Y lo siguiente que supe fue que tus labios se movían sobre los míos y mis manos se aferraron a ti.
Esa tarde compusimos mis dos canciones favoritas,
sin necesidad de letras.

Y las chispas lo acompañan todo el camino a casa, toda la tarde, incluso toda la noche cuando intenta dormir y no puede.

Porque la voz de Tae es un hechizo que se cuela en sus sueños y los corazones de papel se vuelven a clavar en su piel.

Jungkook se está enmorando de nuevo de sus recuerdos.

 

 

 

 

Matematica

Jungkook está sentado en un escritorio vacío en la sala de cuarto año. Aburrido, cansado, somnoliento; como solo se puede estar en clases de matemáticas. El estudiante a su lado se ve tan aletargado como él y siente un deja vú.

En este instante se arrepiente totalmente de haberse quedado a esperar a que el profesor Choi terminase su clase para comenzar la suya.

Porque había olvidado que durante matemáticas siempre se quedaba dormido mientras Taehyung dejaba leves caricias sobre su cabello, aprovechando para enredar entre los mechones negruzcos algunos corazones de papel.

X+T= ♥ esta es la única ecuación que entiendo. ¿Puedes resolverla para mi?

Jungkook odiaba esos momentos bobalicones llenos de unicornios rosados y escharcha. Porque Taehyung le hacía sentir como un chico flor y esa etiqueta estaba muy alejada de la realidad como para pertenecerle a el.

Pero poco a poco, comenzaba a acoplarse a todo lo que implicaba el coqueteo con Kim Tae.

Jungkook intenta ahogar un bostezo que de todas maneras sale justo cuando la campana suena, todos suspiran porque este timbre no es el suyo y aún quedan funciones que explicar.

No es que el profesor Choi sea cortante o irrespetuoso, de hecho es un señor agradable de ver y con el que tener largas charlas nutridas con datos interesantes, pero daba clases como un perro masilento.

Cuando la clase termina y el profesor Choi se va, Jungkook nota que ha estado rayando el escritorio donde está, y sonríe tímido, avergonzándose y sintiéndose otra vez como un adolescente enamorado de hace seis años.

Soy muy joven aún para borrar este sentimiento. Piensa.

"J+T=♥"

 

 

 

Arte

"Eres un cuadro que guarda un misterio insondable."

Jungkook está confundido sobre cómo exactamente fueron las palabras escritas por Taehyung en ese corazón de papel, la figurilla fue depositada sobre su regazo y las letras estaban escritas con tinta azul, porque a mediados de cuarto año Tae se compró un paquete de veinticuatro marcadores únicamente para escribir en el origami.

Los alumnos ríen, hacen bromas hilarantes e incluso sueltan una que otra frase subida de tono, pero Jungkook no dice nada, porque esta no es su clase y sólo esta aquí para vigilar que los alumnos de la profesora Kwon, quien enseña arte.

A Jungkook le cae bien porque ella tiene una sonrisa brillante y una gran vocación. Sólo por eso accedió a suplantarla esta vez.

Aquí fue donde pintamos una obra de arte juntos.

Una obra de arte sobre nuestros cuerpos.

Cuando el sonido de las cuerdas llena el aula, todo es silencio. Todo se reduce a un Jungkook bañado del ayer y a su alma para la música y los bocetos desastrosos en las esquinas de sus cuadernos pentagramados.

También le gusta dibujar un poco, y en esa ocasión puso todo su esfuerzo por pintar un cuadro decente de naturaleza muerta y bodegón, algo básico que le hacía querer arrancarse los pelos.

Se suponía que esa clase iba a terminarlo, pero el bendito idiota con el que su vida fue maldecida -bendecida- lo aruinó todo. Una mancha de pintura verde sobre su lienzo, eso era Kim Taehyun en la vida de Jeon.

Porque Jungkook siempre dijo que si Tae fuese un color, ese sería el verde.

Iniciamos una guerra de pintura.

Ese fue nuestro segundo castigo juntos: limpiar el colorido desastre.

Todos cabecean al compás de la canción y algunos incluso coordinan sus pinceladas con el ritmo. El cuerpo del chico libera la tensión que ha retenido durante muchos años.

Yo te besé y escuché mi canción favorita de nuevo: el chasquido de nuestros labios uniéndose y separándose.

Porque Taehyung es como una canción olvidada en su viejo reproductor, que cuando la escuchas despues de un largo tiempo, es capáz de transportarte en el tiempo y desempolvar sentimientos que se creen olvidados.

No fuimos a casa a eso de las cinco de la tarde y dejaste el corazón de papel en mis manos antes de irte, sonriendo.

"¿Me dejas descubrir todos tus secretos?"

 

 

 

Geografia

La nueva melodía lo ha estado rondando por varios días y no se cree capaz de reflejarla sobre el papel ni sobre el piano. Frustrado, va andando mientras mira sus pies, Jungkook es un perfeccionista empedernido cuando hablamos de música, como un dibujante que no puede reflejar a la perfección la imagen de su cabeza en el papel. O como un geógrafo antiguo en busca de la Atlantida.

Va tan distraído que tropieza sin querer con el profesor Park, quien imparte clases de Geografía e historia nacional desde hace quince años. El profesor Park sí que era aburrido, no por nada sus clases habían significado la mayoría de sus inasistencias en su época de estudios.

Los mapas caen al suelo y un sinfín de reverencias son ejecutadas magistralmente por Jungkook, para luego apresurarse a recoger todo con rápida torpeza. El señor lo mira con gesto neutral y no sabe qué es peor, que lo mire de esta forma o que se enfurezca.

-Lo siento, iba distraído - se disculpa (ruega por piedad como si todavía fuese un estudiante). Y se va porque no le gusta sentirse analizado.

Este es un episodio bastante incómodo que recordar durante el resto del día.

Geografía.

Esa palabra hace hervir a los corazones de papel y agita cada atómo que compone su cuerpo. Para Jeon Jungkook ese es el recuerdo que más había enterrado en su memoria, no por lo triste ni vergonzoso; sino por lo excitante y abrumador de las sensaciones traídas por emociones pasadas.

Emociones grabadas en la pared del aula de la clase A de cuarto año.

Ambos estaban terminando un trabajo consistente en muchos mapas con leyendas interminables y como estaban seguros de que en casa de Taehyung sólo conseguirían ver películas, comer mucho, tocar un rato, y quizá ir un poco más allá de besos; mejor quedarse en el salón a ver qué resultaba.

Dijiste que tenías una idea.
Eso siempre significaba diversión y canciones improvisadas y sin sentido.

Todo sucedió en pocos segundos. El corazón bombeando fuerte y rápido, el calor en su vientre que sólo se presentan cuando está nervioso y los vellos erizados de su nuca al tiempo que una lengua caliente y húmeda se deslizaba por su manzana de Adán. Taehyung al parecer también era mago además de romantico y músico, porque abrió su camisa, quitó su chaleco y dehizo su corbata en tiempo record.

Ahí fue donde me dijiste que harías un mapa perfecto de tu lugar favorito en el mundo.

-Voy a hacer un mapa de tí- vociferaste sobre mi oído y todas mis hormonas bailaron al son de tu voz que, rasposa, logró el vibrato más perfecto sobre mi cuerpo.

Debe salir en medio de la clase porque su cara arde. Se lava el rostro y dios, nada cambia. La voz de Taehyung pasa del recuerdo a la realidad y ya no sabe donde más debe esconderse para escapar del bochorno que le produce recordar a Tae lamiendo su cuello.

A Tae deslizando sus dedos sobre su espalda.

A Tae suspirando sobre sus pezones.

A Tae cantando gemidos sobre su oído.

A Tae palpando su vientre con sus manos cálidas.

A Tae pegando su cuerpo al suyo y derritiéndolo con besos calientes y húmedos.

Zonas neutras: Rostro y manos.
Zonas de riesgo: Pelvis, espalda baja y piernas.
Zonas hipersensibles: Cuello, pecho, pezones, espalda, vientre, torso y nuca.

 

 

 

 

Inlges

Este corazón de papel era el más grande hasta ahora, uno que no se podía pasar secretamente ni se podía disimular en el bolsillo, por eso Jungkook sabía que Tae tuvo que haber escrito una nota muy larga en el papel. O tal vez, una tonteria muy grande, como solía suceder. Porque a veces no eran notas cursis sino lo primero que se le ocurriera poner.

A Jungkook siempre se le dió bien el aprender otros idiomas mediante la música. Un simple lenguaje no era una barrera que no pueda romper; así fue qué aprendió desde muy joven a hablar un poco de inglés, un poco de japones y chino. Practicaba durante horas hasta que la pronunciación era la adecuada, y palabra a palabra, iba atando cabos hasta que notaba pequeñas particularidades en el idioma.

Kim Taehyung...bueno, él era otro cuento.

Hace cinco minutos, desayunando por primera vez con sus colegas, había mantenido una agradable y divertida conversación con Kevin, el profesor de inglés que es coreano-americano. Kevin, al igual que él, está entre los profesores más jovenes aunque aún así es su hyung.

La clase de inglés era bastante divertida para él por varias razones.

Uno: Nunca tenía aue esforzarme mucho.

Dos: Me daba material para burlarme de ti y tu distorcionada pronunciación.

Y varias más que no importan ahora. La cuestión es que para este punto de la historia, a mediados de cuarto año, Jungkook ya estaba enamorado hasta los huesos y Taehyung se mostraba igual. A veces olvidaban ser discretos y se encerraban en su burbuja, tomándose ocasionalmente de las manos, besando de forma fugaz sus mejillas y haciendose cosquillas en los pasillos cuando creían que nadie los veía. 

Dije frente a todos que no eras capaz de cantar toda una canción en inglés.

Y sonreí, disfrutando ver tu mirada de odio.

Era un reto que no ibas a dejar pasar.

Jungkook bosteza, cansado, tomando asiento en uno de los bancos porque últimamente toda su vida se reduce a notas de piano desordenadas, una película medio desteñida de recuerdos y dos grandes ojeras. Al menos en la capital tenía amigos, pero aquí ya no mantiene contanto directo con nadie, sólo uno que otro mensaje interesado por saber comes bien estás muy solitario hoy.

Practicaste días enteros sin pedirme ayuda y te observé de lejos.

Tu voz, ronca, resonó en el aula, entristeciendo hasta a las flores.

Sonreís hacia a mi, susurrando un suave "lo hice". 

Si, lo hiciste. Me atrapaste, ¿fue tu voz un hechizo o sólo un estimulante de este sentimiento indómito que no me abandona?

Te encantaba "Someone like you" y tú significaste mis días de gloria.

Ningún corazón roto me hará dudar de eso.

Tiene ganas de sonreír pero incluso para eso le falta energía. Sentado en la banca dónde años atrás escibió su nombre y el de sus amigos, concluye que su vida es un silencio eterno. Una canción siempre en pausa en el viejo mp3, una sustancia incolora.

Una palabra sin traducción.

Y en ese gran corazón de papel sólo estaba escrita una simple frase.

There's nobody like you

 

 

 

 

Educacion física

Los gritos no son un juego cuando Minho, un estudiante de último año, anota dos puntos en un perfecto lanzamiento desde una de las laterales de cancha. Este es un encuentro entre ex-alumnos y alumnos, y como uno del equipo no pudo venir, al director Lee no se le ocurrió mejor idea que anotar a Jungkook para que jugara, porque después de todo él también estudió aquí. Y, aunque tampoco es un apasionado de los deportes, si se le dan bastante bien, sobre todo baloncesto.

El sudor se resbala por sus patillas y su cuello, logrando que su pegajoso cabello se pegue a la piel. Tiene calor y la respiración entrecortada, y sabe que en la noche todos sus músculos van a estar entumecidos porque desde que se graduó nunca practicó ningun deporte hasta ahora. Aún así juega con ganas, la adrenalida recorriendo su cuerpo. Desde que su vida se volvió monótona no se había sentido así de vivo como se siente ahora.

Cuando el juego termina, los gritos se escuchan aún más fuerte porque el equipo ganador es el de los alumnos, quienes victoriosos se llevan a su capitan en brazos. Choi Minho es el prototipo de hombre perfecto y a Jungkook le recuerda a Namjoon, uno de los amigos de Tae, quien nunca hacía nada mal en la escuela.

Jimin, un ex-compañero de clase, palmea su espalda en señal de despedida. Estudiaron juntos y lo único que sabe de él es que tiene una gran voz y que es un bailarin profesional. Caminando hacia las duchas, Jungkook se cree capaz de dar la vuelta y encontrarse con todo como estaba antaño.

El entrenador Cho presionando a todos para dar el máximo y el y Taehyung haciendo bromas silenciosas. Hacían los ejercicios juntos cada vez que podían sólo para reírse un rato y terminaban siendo regañados. Eran ese par que agradaban a todos pero que los profesores necesitaban separar.

Un recuerdo en específico hace que su corazón de papel se arruge y se rasgue mientras se quita la ropa sudada.

Primera ducha, en la izquierda, ahí te encontré aún en ropa deportiva, bajo el agua.

Este recuerdo es uno de los pocos que no consisten en castigos, besos torpes, risas espontáneas ni canciones pegajosas de regreso a casa. Una canción de piano en un día de lluvia encaja más con ese día.

Se mete bajo la ducha intentando erradicar el mal olor y su reciente obsesión por alimentarse del pasado, sabiendo que ese capítulo no va a cerrarse hasta que recuerde el qué y el cómo terminaron asi.

Abrazabas tus piernas contra tu pecho y tu rostro enterrado en tus rodillas.

Es fue la primera vez que te vi llorar.

Y supe que hay una canción más triste que tu voz diciéndome adiós: Tu voz quebrada por el llanto.

Taehyung era un caramelo, si. Dulce, la ternura encarnada, del tipo que te veía por la calle y te giñaba el ojo en un amable gesto. Y al mismo tiempo, también escondía sus poquitos pero intensos sinsabores detrás de su sonrisa.

Hasta ese día nunca me dijiste que tenías miedo.

Miedo de mi y mi cara bonita.

Miedo de mi y de mis pocas palabras.

Miedo porque el mundo es demasiado grande y tú demasiado pequeño.

Miedo de que algún día ya yo no iba a quererte más.

Miedo porque "te quiero demasiado".

Miedo porque "eres muy bueno para mi".

Miedo porque "hoy somos, pero no sé si mañana seremos".

Miedo porque "no quiero que me olvides".

Secandose, recuerda que el primer y único corazón de papel que escribió para Taehyung, el castaño nunca lo recibió, sino que se quedó empolvado y olvidado entre las páginas de un libro de psicología una tarde de lluvia donde el mundo era oscuro.

Pero seis inviernos han llegado y se han ido, y tus corazones de papel me siguen abrigando.

De regreso a casa todo lo que está en su mente es la figurilla de papel y el hecho de que tantos años atrás había olvidado su paradero y hoy, las palabras que hay en el le hacen sentirse culpable por no haber hecho que llegaran a su destino. Cuando llega a casa no espera y entra en la habitación que era de sus padres y que ahora es su sala de practicas y hace las veces de biblioteca. Al libro se le arrancan las páginas y cuando Jungkook lo agita el corazón azul cae al suelo.

Una punzada de culpa hiere su pecho.

Estaba seguro de que Taehyung siempre lo supo, pero de todas formas, ¿habría cambiado algo?

"Te amo, Tae."

 

 

 

Psicologia

De lejos, Jungkook visualiza una silueta pequeña agitando la mano. La luz del sol no le deja ver bien, pero unos pasos más adelante puede ver perfectamente a Do Kyungsoo saludandolo en la lejanía. El profesor Do es el psicólogo de la escuela y además el profesor de pscología. Jungkook admite que, aunque sus notas no eran las mejores en esa asignatura, siempre prestaba singular atención cuando Do hablaba.

Taehyung siempre le hacía llegar corazones pequeñitos a medida que la clase avanzaba porque todas las clases él las volvía cursis. Y ya para finales de quinto año Jungkook ya estaba acostumbrado a eso y sólo sonreía cuando leía las notas.

Siente su cabeza doler porque la noche anterior no durmió tanto como quería, pero no se arrepiente. Esa era la mejor canción que había compuesto en un buen tiempo, la escuela tampoco le deja tiempo para menos. El festival se acerca y, con eso, las responsabilidades de Jungkook aumentan.

La primera clase el profesor Do explicó el principio de la psicología:
Cuerpo - Mente - alma - Ambiente.

Tu corazón de papel hizo a mis piernas temblar en medio de la clase mientras tú reías.

"Tu cuerpo es el mio. Mi mente se reduce a tí. Mi alma sólo clama por la tuya y mi ambiente favorito es tu espalda."

Jungkook se estira en la silla, meditando sobre si beber la taza de té o la taza de café y optando por comer al sentir su estómago rugir. En la azotea, su celular vibra. El mensaje es un simple "¿Ya comiste?" Que no tiene ganas de contestar aunque le hormiguean los dedos.

Jungkook recuerda la vez que fueron descubiertos y le dan ganas de tomar el teléfono y hacer una llamada tonta. Recuerda como él y Taehyung se habían quedado al final de la clase de psicología. Jungkook estaba sentado en sus piernas y Taehyung rodeando su cintura con sus brazos y el rostro enterrado en el hueco de su cuello. Sólo eran ellos dos teniendo un pequeño momento silencioso. Jungkook acariciaba el cabello castaño.

Tu respiración en mi cuello me hizo cosquillas,
me removí en tus brazos y me besaste un poco en medio de una sonrisa.

Tu rostro se enterró aún más en mi cuello, susurrando algo que no entendí.

-Eh...bueno...eh - la voz del profesor Do me hizo mirar hacia el marco de la puerta, donde el pequeño hombre boqueaba.

Juro que mi corazón se detuvo. Habiamos sido descubiertos y no entendía qué debía hacer ni cómo reaccionar.

Jungkook había estado preocupado y Kim Taehyung comenzó a reirse como loco de los nervios. No tenían planeado esconderse, pero tampoco gritarlo. Pero el profesor Do simplemente entró, tomó sus cosas y se fue sin decir nada.

-Al parecer no supo responder a ese estímulo inesperado - dije entre divertido y alucinado, tu risa como música de fondo.

Tu reiste y picaste mi pierna, poniendo la tonta sonrisa que me decía que harías algo que me sacaría de mis casillas.

-Voy a darte un estímulo para ver como respondes - dijiste antes de besarme.

Ese día no había corazones de papel. Sólo tú, yo, y miradas complices.

El viento sopla fuerte hoy, su cabello se agita, la respuesta está justo aquí pero se niega a aceptarla.

"Te ex-", "borrando", "Si, ¿y tú?".

La melodía suena y se apaga, lejana, y Jungkook ya no cree que trabajar en su viejo instituto sea una idea tan buena, pero su teléfono suena de nuevo y el corazón de papel se reconstruye.

"Te extraño."

 

 

 

Música.

El alumnado se deshace en miradas de odio y frustración cuando les informa que las parejas serán escojidas por él mismo, y una sonrisa surca su rostro.

Esa fue la forma en que terminamos juntos.

Ve a Kim Seokjin removerse nervioso en su sitio, rascandose la nuca y mirando inseguro a Hoseok, el chico más ruidoso de toda la clase de sexto año. Bo Hyung mirando complice a Boa con su carecterística sonrisa autosuficiente. Todas las chicas apretujándose junto a Minho y el chico alejándose y uniendose a su mejor amigo, Jonghyun. Seokjin y Jonghyun son por mucho los mejores estudiantes en su clase así que espera lo mejor de ambos en esta composición.

-Ya, bajen la voz y comiencen que aún sobra una hora de clase - intenta reñirlos pero eso en Jungkook no es específicamente lo ideal, para el todo está bien siempre y cuando respetes la música.

Ninguna otra clase fue testigo de tantos corazones de papel.

Con el ceño fruncido, todos intentan comenzar a idear una propuesta decente para Jugkook. Él está aburrido, como casi siempre, aún le cuesta creer que han pasado seis meses desde que comenzó a trabajar ahí. Recuerda que tiene en su bolso unas cuantas hojas pentagramadas, con notas escritas al azar que ya no le sirven, y comienza a hacer la figurilla de papel que conoce de memoria.

La música corre por mis venas, tú también.

Esa era nuestra vida. Yo y mis tardes de música clásica y tú, y tus tardes de practicas con la banda.

Éramos tú, yo, y una melodía fluyendo entre las cosas que nos mantenían separados. Uniendonos.

Esta sala de música fue nuestra vida, formó nuestra historia.

Los corazones de papel son muchos para cuando lo nota, pero no se detiene porque si no ocupa su mente en algo, va a terminar dormido sobre el escritorio.

Aquí en el escritorio sucedió por primera vez, a mediados de sexto año. Me hiciste el amor cuando todos se fueron, cantando gemidos en mi oído.
-Si fueras una canción, serías mi favorita. Y si fueras un instrumento podría tocarte todo el día - tu voz sonó lejana, pero estremecedora, tus jadeos las tonadas más cautivadoras.
Tú eras un caramelo y yo un chico duro, pero el mundo entre tus brazos siempre se sintió menos pesado. 
Más sublime.
Más ameno.

-Profesor Jeon, eh, ¿qué son esos? - la voz de Seulri lo trae de vuelta a la realidad, la chica está un poco confundida y le extiende una hoja donde sólo puede distinguir "propuesta de proyecto".

-¿Estos? Son corazones de papel, pueden usarase como marcapaginas, ¿Quieres uno? - le sonríe amablemente, tomando el papel aun descolocado por la interrupción de su ensimismamiento.

Seulri agradece con una leve reverencia y se va lugo de tomar el corazón.

-Profesor, usted dijo que su profesor de música también le mandó a componer una canción. ¿Puede mostrarnos? - Jinyoung pregunta animado y todos los ojos se posan sobre Jungkook, expectantes.

No le queda de otra que levantarse, sacar el violin y tocar para ellos la canción que siempre le trae tantos recuerdos.

Nunca será lo mismo sin tu guitarra.

A causa de los movimientos su cabello se ha dispersado todo sobre su frente, necesita un corte urgente, piensa. El climax es su parte favorita y el sonido le nubla los sentidos.

Hacer música es su pasión y lo único que respira, vive y siente.

Aquí me enseñaste a tocar la guitarra.
Te sentaste detrás de mi y, rodeandome con tus brazos, me guiaste.

Los chicos aplauden y él se avergüenza como en los recitales a los que solía asistir de pequeño. 

Aquí fue donde intenté enseñarte a tocar el piano. 
Eras un desastre y al final terminamos besandonos por un largo rato antes de volver a casa.

Ahora mismo, no tiene ganas de recordar nada, pero es inevitable porque cada beso del pasado roza sus labios, cada palabra dicha susurra en su oído, cada canción le crispa los nervios y cada corazón de papel se niega a quemarse. Incluso ese corazón irrelevante que Taehyung le entregó en medio de la última clase de música en sexto año.

"Tus gemidos son mi melodía favorita."

 

 

 

Graduacion

-Nunca cambias, ¿tanto te cuesta sólo decirmelo? -preguntó refiriendose al mensaje en la pizarra.

-Hacer lo que todos hacen es bastante aburrido, ¿no creees?

(Oneshot en el que Paper hearts está inspirado)

Decir que Jungkook está estresado es quedarse cortos: Jungkook está totalmente fuera de órbita a causa de todo el cansancio que ha tenido que soportar; pero todo ese esfuerzo no ha sido infructuoso. Los chicos del musical han organizado una gran obra que incluso a él le impresiona.

Al nivel de una universidad.

Ahora mismo desería no tener que quedarse a organizar un cronograma efectivo para todos. Tal vez podría agregar dos horas de descanso para Jeon Jungkook entre el musical y la feria de ciencias.

Buena idea.

Este es uno de los úlimos dias del año escolar. Si, ya viene el verano, un séptimo verano en que el corazón morado que rodeaba la foto de Taehyung en el anuario de desteñiría más.

Jungkook se golpea la cabeza contra una de las butacas del teatro, soltando un bufido. Últimamente ya no podía controlar la forma ni el momento en que los recuerdos se reproducían y su pulso parecía ir a toda máquina.

Pero seamos sinceros, no era lo mismo, tiene veintitres años y está cansado de que esta sea la única experiancia verdaderamente rómantica; es decir, no es que le interesara mucho, ni siquiera quería amigos, pero sólo Tae había significado algo. No puede recordar a los...¿dos o tres? Tal vez cuatro chicos con los que se ha relacionado desde entonces. Se encuentra más abrumado por ese pensamiento que por cualquier otro.

Kim Taehyung y sus corazones de papel sólo eran un recuerdo sellado en el anuario. O eso eran antes de que comenzara a trabajar aquí.

Y pensar tanto ello ahora es tan irónico, porque Jungkook ni siquiera lloró, ni una sóla vez, por Tae.

Recuerdo que estábamos solos en este lugar.

Tu corbata por primera vez bien atada al cuello de tu camisa.

Justo en esa mueca que hiciste, supe que hubiese sido mejor que esa primera canción que compusimos, hubiese surgido sólo hasta ese instante en el que todo parecía muy triste como para estar escrito en esta historia.

Éramos un manojo de nervios, miedo y un beso demasiado corto para una despedida tan grande.

Cuando en la universidad alguien le preguntaba por la escuela, siempre venía a él un cuadro borroso de Tae, riendo en cámara lenta. Él estaba presente en todos sus recuerdos de ese lugar y no le hace
feliz ese pensamiento.

Su corazón es uno de papel. Y ese tipo de corazones son débiles.

Vamos, no se siente triste ni nada, solo frustrado por no haber podido avanzar y olvidar esa etapa de su vida. Tal vez porque la forma de ese final se le antoja demasiado inconclusa, insuficiente.

Era el día de nuestra graduación.

La primera vez que ninguna canción sonó de fondo para nosotros.

Mi miraste, del otro lado, como si fuese la primera vez que me veías.

No hubo chispas esa vez.

Al final del día, creo que el corazón de papel pesó mucho. Y esa verdad inevitable sobrevolaba sobre nosotros como nuestra propia nube de lluvia.

Sonreíste. Asi como me gusta.

Recuerdo que guardé el corazón de papel amarillo en mi bolsillo, junto a la medalla y el diploma.

Mi corbata desatada, la chaqueta en mi cintura.

Por primera vez:
A) Tú lucías como un chico flor. Como el caramelo que eras.
B) Yo parecía un tipo duro. Y efectivamente lo era.

Hoy podría dar todo lo que tengo para que alguien me diga qué significó esa forma en que tus parpados se cerraban mientras pronunciabas un adiós muy formal.

Y creo que yo me veía igual de abrumado.

Creo que siempre hubo un corazón de papel que llevaba escrito el final con tinta permanente.

Lo que no sé, es si lo escribió tu mano o si fue lá mia la primera que se deslizó, alejandose de la tuya y agitándose en torpe adiós.

Todo habría sido más fácil si las lágrimas pudieran salir de sus ojos, pero si en seis años no había llorado, ahora tampoco lo haría. Después de todo Taehyung aún es au amigo. O algo así. Sus mensajes son amables, cada vez que llegan, alegrando un poco esa pacífica y amena soledad que existe alrededor de Jungkook y que él mismo se encargó de crear. A veces, Tae le envía fotos desde Japón, con los ojos rojos, más pequeños de lo normal y el cabello alborotado.
Cuando eso sucede a Jungkook no le cabe el corazón en el pecho y su vista sólo se nubla al leer los sutiles 'Te extraño' adjuntos a la foto. Porque a Jungkook no le da miedo decir que Kim Taehyung es su canción favorita. Pero si le da miedo admitir que lo quiere más que a su piano o a su violin. Más de lo que cualquier corazón de papel puede llegar a expresar.

 

 

 

Japones (Epilogo)

Jungkook tiene veinticuatro años y ha conseguido trabajo como profesor de música en su viejo instituto. Ya ha transcurrido un año desde que está aquí y sigue siendo el mismo chico sin nada muy interesante que decir sobre sí mismo. Jungkook sigue siendo gay, toca el piano, el violín y a veces la guitarra.

Ah, y se ha pasado todo este año enloquecido por los recuerdos de su adolescencia. Pero eso ya lo sabemos.

Kim Taehyung.

El nombre ha perdido un poco de sabor en su boca, pero sigue estando presente en su vida como un cántico de brujería. Desde el día en que se fue a Japón a estudiar, Jungkook decidió no idealizar a Tae como un amor imposible a la distancia ni hacer melodrama por su partida, sino que pensó que era mejor mantenerlo como un recuerdo de algo que fue bueno mientras duró y nunca llorar por eso que un día le hizo feliz.

Hoy parece hacer bastante calor para ser el primer día de clases, se dice mentalmente mientras camina hacia la entrada del instituto.

Mira su horario y odia que la casualidad juegue siempre con su mente cuando quiere estar tranquilo y despejado. Porque en segundo año conoció a Taehyung, y desde el primer momento en que se vieron, se odiaron.

Aunque ese cuento de las chispas está demás repetirlo.

Ni siquiera tiene un plan de estudio trazado porque de pasó el verano en Seúl con sus padres, eso había logrado distraerlo bastante. Tanto que tal vez sólo terminarían tocando un poco, y ya. La camisa negra se está pegando a su piel de tanto calor, por lo que decide saltarse la ceremonia de bienvenida a los nuevos alumnos e ir directamente a la clase de 2do "A", y así desparramarse sobre la silla porque el vuelo de ayer lo dejó agotado.

Recuesta su cabeza sobre el escritorio, intentando blanquear su mente de todo pensamiento que pueda rondarlo, odiando al mundo y a su incompetencia, porque después de Tae ha creado de nuevo muros a su alrededor, pero se le olvidó que, dentro de estos nuevos muros, todavía hay rastros de Kim-Pendejo-Taehyung. En todo este tiempo ni siquiera se ha dignado a leer el ultimo corazón de papel, ¿para qué? No pretendió nunca buscar ilusionarse.

O tal vez, sólo buscó aplazar darle un final.

Porque tal vez ese corazón de papel no era uno feliz.

Da un brinco ante el súbito sonido chirriante y estruendoso del piano siendo masacrado, porque Jungkook puede arder en el infierno ahora mismo si alguien se atreve a llamar a eso "Tocar". Tiene que estar bastante trastornado para creer que el chico del que lleva la mitad de su vida enamorado realmente esta ahí. Se levanta de la silla, aturdido por el inesperado ruido, decidido a ir por un café para calmar sus nervios, sacando en su interrumpido camino a la puerta el corazón de papel del bolsillo de su camisa. Cuando estaba a punto de salir el sonido del piano lo hizo detenerse.

No, definitivamente no está loco, Jungkook conoce perfectamente esa espalda y ese cabello, además de esa forma particular de sentarse frente a un piano y la manera tan espantosa en la que lo toca. Sólo puede ser Kim Taehyung.

-Esperaba por ti - Su voz, aun mas gruesa que antes, retumba en el lugar y en la cabeza de Jeon haciendo eco.

Esto tiene que ser una broma.

Un remolino de emociones causando estragos en su interior, pero no está temblando, ni siente que se va a morir. Jungkook es realista y sabe que esto no es una película, aunque la escena parezca de una.

Primer amor.

Escuela.

Piano.

Salón de clases.

Encuentro del primer amor luego de siete años.

Música.

Esto es tan disney que Jungkook siente que de repente alguien va a aparecer con una canción y una coreografía con piruetas. Pero afortunadamente lo único que hay es un silencio indescifrable y una sonrisa ladeada por parte del Kim. Taehyung lleva una camisa azul dentro de sus pantalones de vestir negros; intacto, Jungkook lleva la camisa y pantalones negros muy arrugados. Una especie de Deja vú de la última vez que se vieron en persona.

-¿Cuando llegaste? - es lo único que logra formular Jungkook, metiendo las manos en sus bolsillos y recostándose en el escritorio.

-Hace tres semanas, llegué justo después de que te fueras a Seúl. Me lo ha contado Kevin, el teacher fue bastante comunicativo cuando le dije nos conocíamos.

Hay un debate interno dentro de Kook sobre qué palabras debería usar a continuación, barajando opciones. "¿Que tal?" como si siete años hubiesen sido una semana y ambos tuviesen dieseis años de nuevo, o "¿Que es de tu vida?" como si fuesen un par de ancianos que no se ven hace treinta años, o "Te he extrañado últimamente" como si los mensajes y esas cosas le hubiesen devuelto el recuerdo de Tae. O un simple "Te extrañe siempre" diciendo la verdad, porque aunque el anuario no era solo una excusa para pasar por alto que de vez en cuando Taehyung le hacia falta, Jungkook está mucho más que consciente que sigue conectado a un hilo rojo. Y no sabe que hay del otro lado.

Mas allá de una atracción romántica, a Tae le había tomado cuatro años en hacer que Jungkook fuese bastante dependiente de él y, cuando ambos tomaron rumbos diferentes, una pequeña pieza de Kook fue rota, como un pinchazo de dolor efímero, pero que molesta bastante. Y ahora, siete años después de eso, Jeon se siente capaz de hacer muchas cosas, pero no sabe si sería capaz de mantener algo con él.

Porque no sabe si este Taehyung que tiene frente a el, aunque mantiene la misma sonrisa, es al menos parecido a lo que él recuerda. Le produce nauseas la sola idea de estar enamorado de un recuerdo que posiblemente ya no está.

Crash.

¿Lo escuchas? Así suenan los corazones de papel cuando se rompen.

Un nudo intenso se forma en su garganta. Si, Jeon-sin-sentimientos-Jungkook está nervioso.

-¿Qué haces aquí? - pregunta por fin, mirándolo fijamente a los ojos, y nota como Taehyung adopta ahora esa sonrisa ladeada que usó el día de la graduación, sólo que Jungkook siente que en este momento Kim intenta ser condescendiente y lo odia.

Aprieta fuertemente el corazón de papel en su mano.

-Vine a ser profesor de Japonés, mientras encuentro un trabajo donde ejercer mi carrera - Dice Tae, acercándose a el hasta un distancia prudente, para luego mostrar sus dientes en su tonta sonrisa rectangular - Eso fue lo que les dije a mis padres, porque yo vine por ti, Kook-ah.

La torpe confesión no lo hace gritar de emoción ni hace que sus piernas tiemblen. Solo hace que una tonta esperanza de que todo esto sea real surja muy dentro.

-¿Por que?

-Porque te quiero, más que a nada - afirma el de camisa azul.

-Pensé que tu familia era lo más importante para ti.

-Eres parte de mi familia desde aquella primera vez que nos besamos, Jungkook - suelta Taehyung en un susurro desesperado, mas cerca - no es como si pudiese pensar en alguien más al que llevar a casa o como si quisiera buscar a alguien más para subirme a un escenario y tocar una canción.

Jungkook no quiere mirarlo y creer en sus palabras, y aun así lo hace porque el Taehyung que conoce es incapaz de mentir sin tener un peculiar tic en el ojo derecho.

-Oboteru? - pregunta el moreno, tomando con sutileza el corazón de papel de la mano de Kook.

¿Aun lo recuerdas?

-Estaba haciendo uno de estos, y el teacher Kevin me dijo que te la pasas haciéndolos. Si no vas a decir nada, quiero que entiendas que no estoy aquí creyendo que no han pasado siete años y pensando que no tienes una vida sin mi, pero te quiero y necesito que sepas que desde la primera vez que te vi - comienza a bajar su tono de voz - me gustaste, pero me parecías un idiota, así que no te lo dije.

-¡Yah! - Jungkook lo golpea y Taehyung solo se ríe, aprovechando para acercarse mas y abrazarlo sutilmente - Yo siempre te odié, y ahora me siento un poco culpable por eso.

-Lo sé - el sonido de su voz hace que Jungkook quiera bailar una canción del tipo suave que siempre ponen en las películas cuando los protagonistas estan en pleno baile escolar.

La piel de Taehyung se ve un poco más oscura, tal vez por el sol, su cabello más largo, las facciones y el cuerpo que antes eran más pequeños y sutiles ahora se ven crecidos y desarrollados, ambos casi estan del mismo tamaño y nota que la zona debajo de su labio inferior se encuentra enrojecida, y sabe que Tae sólo se muerde ahí cuando está nervioso.

-Estas mucho más guapo ahora, casi te envidio - le halaga el moreno, acariciando su flequillo con confianza, sintiendo que el Jungkook que tiene entre sus brazos es uno tal vez un poquito más blando y más demostrativo cuando lo ve sonreír abiertamente, acercandose más, tanto como para abrazarlo.

No hay apretones, sólo un millón de palabras no dichas flotando en el aire junto a una suave canción de piano. La respiración de Taehyung es cálida contra su hombro y su cabello le hace cosquillas en el cuello. Tae tiene tantas ganas de contarle y preguntarle tantas cosas, pero piensa que en este momento es mejor quedarse de esta forma, suavemente uno en los brazos del otro.

Para él, Jungkook no es el primer amor, su primer amor fue a primera vista. Ella se llamaba Minha y tenía cinco años cuando la conoció, un poco tonto pero cierto. Para él, Jungkook es alguien con el que existe una conexión casi irrompible y a el definitivamente le importa una mierda si eso de que una relación de secundaria se muere luego de graduación.

Jungkook lo quiere.

Y él no va a perderlo por nada del mundo luego de pasar siete años escuchando canciones que en realidad no estaban ahí, tocando la guitarra en una canción a la que le faltaba la mitad. Está cansado de buscar otro instrumento para tocar la misma canción. Kook es todo lo que necesita, por mas chicos atractivos o talentosos que conoció, con él tiene historia.

-¿Donde te estas quedando? - pregunta Jeon.

Ambos deciden en un acuerdo silencioso que es mejor separarse y hablar a una distancia prudente por si entra alguien.

En vez de alumnos gays en acción, dos profes, perfecto para un manga.

-En mi casa, ¿por qué? ¿Ya quieres que vivamos juntos?

-Pensé en que tal vez puedes venir a casa después de clases, a hablar y eso - Jungkook tiene ganas de golpearse por ser tan idiota y decir algo que puede mal interpretarse de muchas formas - No creas que, es decir, no me refiero a eso y...solo no quise

Tae pone una mano sobre su hombro, aliviando su nerviosismo repentino.

-Me parece perfecto.

El barullo de los alumnos en los pasillos no se hace esperar y Tae devuelve el corazón de papel a Kook, casi dice algo, pero sólo se le queda mirando como tonto con una sonrisa que Jungkook no puede evitar imitar. Hombro contra hombro, un par de miradas a la espera de que uno de los dos diga algo, pero parece ser que ninguno se ha preparado mentalmente para este encuentro que remueve tanto.

Ninguno se atreve a hacer ni decir nada por miedo a arruinar ese bonito y cálido sentimiento que se ha formado, y que trae a ellos un aura atrayente y nostálgica.

La mano de Jungkook se posa sobre la mejilla de Tae, el pelinegro contiene la respiración, queriendo ser impulsivo después de tanta espera por que su improvisada historia de amor tuviese un final. Un suave beso hace que Taehyung suspire satisfecho, esta acción por parte de Jeon es todo por lo que ha vivido y suspirado durante todo el tiempo lejos, y le confirma que ese corazón de papel que compartían sigue latiendo fuerte y que no se ha roto, sólo se ha fortalecido.

-Nos vemos - se despide sobre sus labios cuando siente que las personas se acercan.

Los alumnos miran raro al profesor de música cuando se queda sonriendo como estúpido en medio de la clase, y Taehyung no sabe que romper ni que hacer, porque ya no es un alumno que puede ir por ahí gritando. Pero igual grita un poco y alguien le mira feo, pero sonríe tanto que sus ojos no ven nada.

FIN
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O no.
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En la esquina, Taehyung está saludando para que lo vea, como si Kook no pudiese distinguirlo a un kilómetro de distancia. Cuando llega a donde esta él, nota que el hombre ha estado usando el mismo perfume durante todos estos años y que en esta claridad del día, se pueden ver sus reflejos verdes en el flequillo.

-¿Entramos? - pregunta el moreno.

-Muero de hambre.

Se sientan en la barra, en los asientos de siempre. Jungkook pide un sandwich de pollo y un jugo de fresa, y Taehyung una malteada de chocolate.

-Dime, ¿que hiciste todo este tiempo lejos? - Jungkook no quiere que esto suene triste, pero lo hace y se refugia en su sandwich para disimular.

-Ya sabes, estudiar, practicar con la banda - dice con normalidad, sin importar los años Jungkook va a seguir siendo la persona a la que puede confiarle la vida - En un año comenzaremos a grabar el primer album, allá en Japón, y mis compañeros estan dementes.

-Igual que tú - se burla Jeon, medio atragantado con su comida.

La mano de Tae acaricia con sutileza su muslo mientras el chico se ríe, la calidez calando muy dentro de Kook. Este es el mismo Kim Taehyung por el que recuerda haber caído tontamente a los catorce.

-Y, dime, ¿Que hay de ti? Sé que estudiaste en Seúl y luego viniste aquí de nuevo pero, ¿que cosas locas ha hecho Jeon Jungkook?

-Yo no diría que estudiar, trabajar tocando en un bar y beber solo sean locuras.

-¿En serio? Vale, harán una película sobre ti llamada "El pianista solitario", ¿que tal?

-Queda mejor "El profesor aburrido y sus corazones de papel".

La broma hace sonreír a Taehyung, y de perfil Jungkook es capaz de ver una pequeña mancha azul sobre su piel morena, detrás de su oreja y, viendo más de cerca, nota que es un tatuaje. Un tatuaje en forma de un pequeño corazón.

Exactamente igual a un corazón de papel.

-Asi que, ¿un tatuaje?

-Bonito, ¿verdad? Fue el primero que me hice y mi favorito - afirma orgulloso.

-¿Y los demás?

Tae se ríe para si mismo, bebiendo de su malteada como queriendo esconder su sonrojo repentino.

-En lugares que no puedo mostrarte en público - susurra apenado.

-Idiota.

-Así me quieres.

-Punto para Taehyung.

Ambos se quedan en silencio, el corazón de papel latiendo fuerte, Jungkook se toma la libertad de pedir un helado para ambos, chocolate y menta, el de siempre.

Caminan juntos a casa, al principio en silencio y luego haciendo ruido, tanto que las personas los miran raro por ser dos estúpidos que se estan lanzando el helado a la cara cuando tienen más de veinte años.

Bonitos pendientes.

Mira quien habla, el que tiene seis perforaciones.

Te extrañé.

Yo igual.

¿Sabes? Ya puedo comer nueces sin inflarme como un pez globo.

A mi ya no me gustan la cerveza.

Aprendí a comer verduras sin sentir que iba a vomitar.

Ya me sé de memoria esa canción de piano que te gusta.

Y yo aprendí a cantar en inglés.

Una vez me caí en el escenario del bar de lo ebrio que andaba.

Una vez intenté fumar hierba, me reí tanto de los nervios que no le dí ni una calada y todos pensaron que ya estaba drogado.

Conocí a un tipo en Seúl hace dos meses, ni siquiera pude besarlo por estar pensando en ti.

Una vez me embriagué tanto que llamé toda la noche Jungkook a un chico con el que estaba saliendo.

Yo...no tengo idea de que decirte.

Sólo dejame cocinar para ti esta noche.

Ni hablar. Eres un desastre en la cocina.

Aprendí a cocinar por ti.

Eso demasiado cursi.

Cursi es que guardaras el corazón de papel todo este tiempo.

Ni siquiera lo leí.

Mejor no lo hagas. Es estúpido.

Watashi no kokoro wa kimi no desu. ¿Que mierda significa eso?

Mi corazón es tuyo.

Eso si es cursi.

Supongo que te amaba mucho.

¿Ya no?

Claro que sí. Asi que, ¿puedo dormir contigo esta noche?

Siempre tendras un lugar en mi cama.

Eso sonó extraño.

Somos extraños.

Taehyung suspira aburrido. Ya son las siete de la noche y Jungkook no aparece por ningún lugar. Siente que esto es sólo un sueño, o que simplemente esto va a terminar rápido. Ni siquiera tiene idea de si Jungkook tiene un novio, a alguien en mente o si esto será sólo una noche para recordar y pasar página o si Jungkook de verdad lo siente como Taehyung lo siente. Él no podía sólo enviarle que lo amaba y que no tuviese una vida cuando estaba en otro país, y, aunque sus vidas siguieron desarrollandose, este sentimiento echó raices sobre él y su idilio por el chico bonito que tocaba en la azotea le quitó el sueño durante incontables noches.

Decide que es mejor salir de la habitación y recorrer la casa, de hecho, muy pocas veces tuvo la oportunidad de visitar a Jungkook. Algo llama su atención cuando va hacia la sala, sobre una mesilla reposa el viejo anuario, un viejo libro de psicología y un corazón de papel que parece casí recién hecho pero cuando se acerca sabe que es viejo. Se sienta en el sofá y revisa el anuario, primero busca a Jungkook, quien en la foto muestra una cara serio que no va con él, le cuesta decirlo pero esa foto es bastante fea. La suya esta en las últimas páginas, y es imposible contener una sonrisa cuando ve el corazón trazado con uno de sus marcadores morados, él sonríe abiertamente y estaba mucho más delgado de lo que está ahora.

Luego, está ese corazón de papel viejo que pone "Taehyung" en una de las caras, cuando lo desdobla, siente que su garganta está seca y que sus orejas arden. Venir aquí de improvisto nunca fue un error, piensa. Ese "Te amo" escrito ahí con tinta desteñida lo es todo para él.

Jungkook enarca una ceja cuando llega a donde está Tae, se seca el cabello porque acaba de tomar la ducha más larga de toda su vida, pensando en que este día en específico si que es inesperado. El chico está conmocionado en el sofá, y Jungkook se siente igual de abrumado cuando nota que el chico ha estado revisando las cosas que dejó la otra noche tiradas por ahí.

Hasta el corazón de papel que escribió.

Mierda.

Tae lo mira con los ojos brillantes y él no tiene idea de qué hacer.

-Ven aquí.

Lo próximo que Jungkook sabe es que está en el sofá con las piernas entrelazadas con las de Tae y el moreno lo está besando como si en eso se le estuviese yendo la vida. Ambos vestidos con una camiseta sin mangas y pantaloncillos cortos pueden sentirse perfectamente. Taehyung ha deslizado sus manos sobre los hombros de Kook y sus dedos se enredan el cabello húmedo de su nuca. Jungkook lo sostiene fuerte de la cintura, pegandose más a él y suspirando sobre sus labios. Ahogando gemidos en su garganta, sus lenguas, húmedas, se acarician mutuamente en un intento de grabarse de nuevo esa forma de besar de cada uno.

-Di que quieres que me quede, por favor - dice Tae sobre sus labios.

-Mejor te lo demuestro, ¿quieres?

El vibrato de su voz le eriza los vellos a Taehyung, siente que todo le quema y que el mundo se puede venir abajo encida de él, pero no va a dejar de besarlo por nada del mundo. Sus labios se separan, respiran, y vuelven a besarse, parece un buen momento para comenzar de nuevo y quitar la nieve de los corazones fríos en los que se han convertido los suyos.

......

Todo comienza cuando Jungkook hace sonar la primera nota suavemente en el violín. Súbitamente, la rapidez de la melodía aumenta y Jungkook y todo su cuerpo se vuelven uno con el instrumento, tocando con maestría y perfección adquirida con los años de practica.

El segundo reflector ilumina a Taehyung, quien se ha mantenido en la oscuridad a la espera de su turno, la primera nota de la guitarra suena baja, profunda, y casi se funde con el violín. En un abrir y cerrar de ojos, ambos llevan el mismo ritmo, y en el teatro de la escuela no se escucha ni una respiración.

El director, en una esquina, está anonadado. Cuando Jungkook se ofreció a abrir el concurso de música del festival escolar pensó que sólo sería Kook y su piano, pero esto supera todas las expectativas.

El flequillo de Jungkook se mueve de un lado a otro salvajemente en el climax de la canción, y Taehyung ni siquiera abre los ojos en su pequeño solo de guitarra.

Cuando el final llega, los aplusos llegan con una ola gigante de exclamaciones. Ambos hacen una corta reverencia, y un corazón de papel es puesto suavemente dentro del bolsillo de Jungkook.

Esta vez, puede sentir la mano de Tae y decide revisarlo mientras baja las escaleras del escenario.

Kim Taehyung. Perfectamente escrito con tinta permanente, no con grafito, sobre el corazón de papel.

 

Notas finales:

nos vemos en los extras ;3


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