El departamento se encontraba entre penumbras, iluminado por el mero milagro de las luces exteriores, una fuerte brisa agitaba cada cortina anunciando una posible lluvia nocturna; de repente el silencio se rompió en el sonido provocado por una llave al abrir la puerta.
- Otra vez solo... - se escucho decir a quien recién llegaba mientras se agitaba el cabello al quitarse la banda que le señia la frente - ¡Para colmo salió desde temprano pues no ha dejado ni una luz encendida!...
Camino con cuidado en la inmensidad del lugar hasta que encontró el encendido de la luz, con pereza se quito la chaqueta y la arrojo a donde cayera, se dirigió al refrigerador.
- ¡Que se cree Benimaru! - exclamo algo fastidiado - ¿Acaso piensa que solo nos alimentamos de jugo?, ¡Ni siquiera una cerveza...! - mejor ya no dijo nada cuando recordó que su compañero prefería beber vino frances que cerveza - ¡Rayos! - concluyo tomando una de las muchas latas.
Prácticamente se arrastro hasta la sala, dejandose caer sobre un diván de piel blanca, encendió la TV para percatarse que no había nada interesante y sin saber como se quedo dormido, para cuando despertó pasaban de las 3:30 de la madrugada, de un salto se puso de pie y llego a su habitación, en la cual de un solo movimiento se quito la playera, cuando comenzaba a desabrocharse el pantalón se percato de que llovía fuertemente y que para mala suerte una de sus ventanas estaba abierta, se apresuro a cerrarla.
- ¿Pero que...? - se dijo cuando vio a un conocido llegando al edificio de enfrente - Vaya, no solo te conformas con desvelarte Yagami, si no que aparte te gusta pasear bajo la lluvia... tonto.
Olvido sus pensamientos cuando vio que del auto de Yagami bajo una preciosa mujer de cuerpo bien formado y cabello dorado rizado hasta la media espalda, se quedo atónito, después de todo no recordaba haberlo visto nunca con alguna chica... Yagami no soportaba estar cerca de nadie, el sonido del motor arrancando desvío la atención de Kyo solo para percatarse de que se trataba del ballet parking al llevarse el carro al estacionamiento del lujoso edificio de departamentos.
- ¡Beni no va a creerme esto!, ¿por cierto, ya habrá llegado? - corrió a la habitación de su amigo quien aun no se encontraba en casa - ¡Ah! ¡que bien Benimaru, ahora tendré que esperar hasta que se te de la gana de llegar para contarte!.
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La nítida luz del sol que las nubes dejaban escapar se colaba por la ventana cayendo justo en medio de la habitación, Kyo trato de levantarse sin antes darse un buen estirón que lo ayudo a relajar sus músculos aun tensos por el sueño.
- ¡Eh!... Benimaru - salió corriendo y en un segundo llego al cuarto que aun continuaba vacío - ¿Todavía nada?... pero si ya pasan de las 9... ¿A quien conocerías Benimaru?
En eso la puerta principal se abría de golpe y un alegre joven entraba cargando una bolsa de pan francés y café instantáneo.
- ¡Buen día Kyo!, si ya despertaste ven a desayunar.
¡Comida! se escucho también para los oídos de Kyo que no dudo ni un momento para llegar volando a la cocina.
- ¡Vaya!... ¿acaso tienes un poquito de hambre?.
- Y que esperabas, ¿que me la pasara viviendo de jugos?... esa comida con la que llenas la nevera es para conejos.
- No, no, no, es para mantener mi figura y aunque no me lo agradezcas también lo es para cuidar la tuya, después de todo ¿quien va a contratar a un modelo que no esta en forma?.
Kyo no refunfuño mas, después de todo el sueldo que ganaba Benimaru como modelo era el que solventaba la mayoría de los gastos que ambos generaban, pues el mismo aceptaba que no le sobraba mucho de la beca que había conseguido y ni hablar de pedirle a sus padres quienes seguían peleados con la idea de que su único hijo viviera con otro chico al cual a su vez le gustaban los chicos... especialmente uno llamado Kyo.
Volvió la vista al enorme paquete que llevaba Beni, esperando que por arte de magia brotara de la bolsa una hamburguesa gigante o en su defecto algunos panqueques... aunque la bolsa no tenia forma de panqueques... pero eso a Kyo no le importaba, el seguía soñando, de repente quedo frente a él un buen pedazo de baggette relleno de queso crema, salami, ensalada… y un café.
- ¡Oh!.. no es cierto. - se escucho con tristeza
Benimaru río al comentario de su amigo mientras mordía un pequeño bisquete.
- ¿Y como te fue ayer? ¿terminaste tu tarea?
- Si.
- Y... ¿por la noche que hiciste?... ¿me extrañaste?.
- No bromees!, que mas se hace que dormir.
- Yo conozco muchas cosas... cuando me dejes puedo enseñarte - le dijo acercandose a su cuello.
- ¡Basta! - lo aparto colocando su mano en el rostro de su amigo - ...Vi a Yagami.
- ¿¡Pelearon!?, ¿Te hizo daño?
- No, nada de eso, dije que lo vi... no que nos vimos... Llego anoche muy tarde a su departamento...
- Vamos Kyo, ¿ahora lo persigues tu?...
- Con una chica... muy hermosa.
Benimaru se quedo asombrado, al igual que todos, sabia que Iori odiaba estar acompañado... solo soportaba estar un rato con los integrantes de su banda y nada mas.
- Quien nos iba a decir... que cuando el destino nos puso este departamento frente al de Iori, nos enteraríamos de lo que nunca revela... así que una chica... ¿será su novia?... ¿que mas viste?
- Definitivamente eres un entrometido Beni.
- ¡Ja! mira quien lo dice.
Kyo no dijo ni una palabra mas, se puso de pie (dejando casi la mitad del baggette) y salió del comedor, Benimaru lo siguió con la mirada, como le gustaba ese chico pero sabia que Kyo solo le correspondía con cariño de hermandad.
- ¿Ya te vas?
- En un rato mas, quedamos de vernos a las 11.
- Regresaras tarde verdad, yo saldré a las 6, tengo sesión de fotos... no creo que regrese, nos vemos mañana.
- … - ¿Hasta mañana? pensó - Si, nos veremos mañana... y por favor si traes comida... que no sea para conejos. - dijo en voz alta, solo una agradable carcajada en respuesta a su suplica.
Antes de meterse a la ducha Kyo escucho que Benimaru cerraba la puerta de su cuarto, como todos los días dormiría un par de horas, luego se bañaría y se iría a trabajar para esos molestos “artistas” que lo asfixiaban con cientos de tomas, luces, maquillaje, cambios de ropa... él sabia que a Beni le encantaba lucir su descomunal belleza y que no le molestaba todo lo que su vida de modelo le exigía, pero también sentía que le hacia falta compartir mas tiempo con él, como antes cuando los productores y publicistas no habían puesto sus ojos en el atractivo del rubio, extrañaba el tiempo que antes solía pasar con el, esa gran amistad que los unía y que los hizo pasar largos y buenos ratos era la que los había llevado a vivir juntos, gracias a Beni, Kyo no se sentía tan solo, pero ahora que casi no le veía, comenzaba a sentir la soledad atrapando nuevamente a su corazón... a su alma.
Cuando salía paso por el cuarto de Benimaru quien yacia desnudo entre sabanas de seda, entro en silencio.
- Tratare de terminar hoy el trabajo para no tener que verlos mañana, así podríamos salir a algún lado.
- Mmns... no... puedo... tengo que ver... a unos productores para un... comercial.
- Entendí que si vendrías mañana.
- Claro - dijo medio incorporandose - Pero tengo que ir en la tarde con esas personas, es muy importante - dijo haciendo una seña de mucho dinero.
- Hace mucho que no estamos juntos... paresco tu inquilino.
- Te prometo - dijo Beni mientras revolvía sus cabellos y se recorría el rostro - Que después de este trabajo tendré mas tiempo libre, pues el pago va ser desmesuradamente agradable y nos despreocuparemos por mucho tiempo.
- Beni… - Kyo vio como su amigo se desplomaba en la cama en suplica de poder dormir un rato - Descansa, mañana nos vemos.
- Kyo, vigila a nuestro pelirrojo... quiero saber si hoy también llega con alguien.
- Tonto.
Se asomo por un ventanal comenzaba a lloviznar, así que saco del closet una gabardina y un par de sombrillas, tomo una y la otra la dejo en un lugar visible para que su amigo la notara al salir y se la llevara.
Aunque era la una de la tarde, el sol casi no se notaba, como siempre era muy difícil verlo y Kyo ya lo extrañaba, comenzaba a odiar su vida en Londres, pero cuando se sorprendia pensando así, recordaba lo mucho que le servirían los estudios que estaba llevando a cabo ahí y lo a gusto que se encontraba Benumaru con su vida de modelo... después trataba de olvidar el recuerdo de su país natal, ademas otra ventaja era que su enemigo eterno también estaba ahí... justo frente a su departamento, al menos así no podría hacerle daño a su familia en Japón, eso le aliviaba un poco mas.
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