¿Conocen las historia de cómo Steven Rogers y Anthony Stark terminaron volviéndose pareja?
Bueno, fue más o menos así:
Estabas en tu laboratorio trabajando como siempre, tratando de hallar la forma de modificar aún más tu traje de Iron Man, hacer que se vea mejor que tus diseños anteriores, más rápido de ensamblar, incorporarle mejores armas y que los propulsores actúen más eficientemente, sólo estabas siendo el Tony Stark de siempre.
-Señor, el Capitán Rogers solicita permiso para ingresar a la habitación- la inconfundible voz de Jarvis te sacó de tus pensamientos desconcentrándote, y tu cuerpo se estremeció por completo al oír la palabra “Capitán” en esa oración.
-Otra vez…- susurraste viendo en dirección a la puerta de cristal donde estaba un serio Capitán América mirándote.
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-¡¿Es enserio?!- te levantaste de tu silla del asombro sin dejar de mirar a Rogers que se encontraba encogido de hombres sentado frente a ti en tu oficina.
-S-Si…- dijo el chico desviando su mirada de la tuya con un notorio sonrojo en sus mejillas.
-Wow… Esto es nuevo- dijiste sentándote de nuevo poniéndote una mano en la frente y sobando ligeramente tus sienes- De verdad se me hace muy difícil creer que el propio Capitán América esté diciéndome que es virgen-.
-¡T-Tony!- reprochó el rubio avergonzado- Tú fuiste el que preguntaste y te respondí sinceramente, No tienes porque burlarte- siguió hablando el Capitán.
-Entiendo Steve pero…- callaste unos segundos para poder aguantarte una pequeña risa- Como vienes, y me dices que el guapo y codiciado, después de mi claro; Capitán América, a sus 90 años sigue siendo un pobre virgen-.
-Es que… Cuando era joven, las chicas ni siquiera me notaban por ser un escuálido, por lo que nunca tuve una pareja, y después de que me inyectaran el súper suero, no hubo tiempo para esas cosas, mucho menos cuando estuve congelado…- contó Steve aún encogido en su asiento- A-Además, aunque hubiera tenido novia, me criaron con los suficientes valores para permanecer en abstinencia hasta el matrimonio- se defendió enderezándose un poco en su silla.
-Pero en este momento estamos en el siglo XXI, Capitán, las cosas han cambiado. Aproximadamente el 75% de los chicos de 16 años no son vírgenes, y tú tienes, sin contar los años congelado, casi 30- miraste a Rogers con obviedad, de verdad no puedes creer que un hombre como él, guapo, fornido, caballeroso, educado y con cara de ángel, después de permanecer casi 70 años congelado, y tener aproximadamente año y medio de haber sido encontrado y traerlo de vuelta al mundo siendo toda una celebridad, siga siendo el mismo virgen.
-…Nunca fui bueno con las chicas- confesó el Capitán todavía más avergonzado.
-Yo te ayudaré a tener citas Steve, y dejaras de ser un pobre virgen de una vez por todas…-
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- Jarvis, asegúrate de que en este momento nadie más pueda entrar a esta planta después de Steve ¿entendido? Cierra todos los accesos, bloquea el elevador y…- diste una pequeña pausa sin dejar de observar al hombre tras el cristal- Déjalo entrar-.
-Entendido, Señor- luego de decir esto la puerta fue abierta para que Steve pudiera pasar a la habitación, este caminó lentamente hasta estar frente a ti, que aún permanecías sentado en tu silla giratoria.
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-Steve, alístate, tienes una cita- entraste a la habitación del Capi sin previo aviso causando que éste se asustara por la repentina intromisión.
-¿C-Cita?- dijo confundido- Tony, lo de la cita… ¿Iba enserio?- preguntó asombrado.
-Por supuesto, ¿crees que entraría así a avisarte si no lo fuera?- dijiste irónico.
-Pero…Recuerdas que te dije que no soy bueno con las chicas ¿Qué se supone que debo hacer?- habló aturdido el Capitán.
-No te preocupes Steven, yo te ayudare con eso, pero tiene que ser rápido, sólo tenemos unas cuantas horas- chequeaste la hora en tu reloj de mano- Ya quiero que veas a la chica que escogí para ti, castaña y de ojos claros. ¿Te gustan las castañas, Steve? Tienes cara de que te gustan las castañas. Además es candente, muy candente. Estoy seguro de que a partir de hoy no te volverás a lamentar por ser un virgen…- hablabas orgullosamente caminando por la habitación de un lado a otro hasta que Steven te detuvo.
-¿Qué insinúas Stark? Sabes que no tengo experiencia en esto, ¿Y quieres que me acueste en mi primera cita con una mujer “candente”?- preguntó el chico ¿Qué acaso estaba cuestionándote?
-Es exactamente lo que quiero, quiero que tu primera vez sea con una persona experimentada, que te enseñe de una vez por todas la maravilla del sexo- con tu dedo lo apuntaste un par de veces mientras hablabas, como si lo estuvieses regañando, querías que entendiera tu punto, pero al parecer el Capitán era demasiado cabeza dura -¿Vez que gran amigo soy, Steve?, te estoy dando sexo gratis, y mira como me pagas- fingiste dolencia.
-Si hubiera querido sexo gratis se lo hubiera pedido a Nathasha, le tengo la suficiente confianza para pedirle algo como eso y sé que ella no se molestaría en hacerlo- hablo firmemente el soldado cruzándose de brazos frente a ti.
-¡Ah no, eso sí que no!- dijiste repentinamente molesto- Nathasha no, Steve, ¿entendido?, prefiero enseñarte yo mismo a que ella te toque- dijiste mirándolo molesto, tan vez… ¿Estabas celoso?
-¿Vas a enseñarme, Tony?...-
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-Bienvenido Capitán, ¿Se le ofrece algo?- dijiste irónicamente sin dejar de observarlo.
-Sabe perfectamente a lo que vengo señor Stark- dijo el rubio ablandando un poco su porte serio y viéndote más tranquilo.
-Sí, ya lo sé- dijiste para luego reírte bajo.
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-Oh Por Dios… Steve, más te vale ser cuidadoso o voy a romper tus bonitos dientes- dijiste poniéndote nervioso, estabas recostado sobre la mullida cama de tu habitación y casi se te salen los ojos al ver el gran falo del Capitán frente a ti.
-¿Acoso estás asustados?- dijo con descaro el rubio.
-Voy a matarte si me lastimas, imbécil. E-Es mi primera vez de esta forma también- dijiste sin poder apartas la vista de “esa cosa”- Usa más de esto, no quiero que duela…- dijiste extendiendo el frasco de lubricante que habías sacado del cajón de tu habitación hace rato y entregándoselo a Steve.
-Dolerá de todos modos…- dijo tomando el objeto y embarró la sustancia sobre toda la longitud de su miembro- Se siente extraño…- susurró roncamente sin dejar de mover su mano sobre su miembro.
-C-Cállate y hazlo de una puta vez…- colocaste uno de tus brazos sobre tus ojos evitando ver la erótica escena de el Capitán Rogers tocándose a sí mismo. Te sobresaltaste cuando bruscamente Steve jaló tus piernas pegándote aún más a él y al mismo tiempo las abría.
-¿Listo?- preguntó mirándote, notaste que la voz le tembló un poco, estaba tan nervioso como tú.
-S-Sólo hazlo- dijiste mirando su miembro fijamente que se iba acercando lentamente a tu entrada- S-Steve, lento, recuerda…- dijiste nervioso viendo como el miembro de Steve iba desapareciendo entre tus glúteos- L-Lento…- susurraste mordiéndote el labio inferior y echando tu cuerpo sobre el colchón, te aferrabas a sus hombros sintiendo como eras penetrado por el Capitán América.
-¿Duele, Stark?- preguntó con dificultad el Cap al estar totalmente dentro.
-No mucho…- susurraste entreabriendo los ojos viendo la expresión de Rogers, su cabello perfecto ahora estaba desarreglado, sus ojos tenían un brillo singular y su boca estaba entreabierta dejando escapar su aliento cálido -Steve… Bésame- susurraste enredando tus dedos en su cabello atrayéndolo más a ti, él sin decir una palabras simplemente unió sus labios y comenzó un vaivén suave entre sus caderas, tu ahogabas gemidos en el mojado beso.
-Tony…Se siente…increíble- susurró entrecortado comenzando con embestidas más fuertes.
-Silencio Rogers…- susurraste sintiendo como cada vez llegaba más profundo, sus palabras te avergonzaron, pero él tenía razón, se sentía increíble.
-Dios…Podría hacer esto…toda la noche- estaba hablándote al oído con una voz ronca y pausada, logrando que tu cuerpo se estremezca y haciendo que te aferres más fuerte a su cuerpo.
-S-Sólo cállate y sigue…-
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Te levantaste de tu silla y caminaste por la habitación hasta llegar a un pequeño refrigerador que estaba por ahí.
-¿Algo de beber, Capitán?- peguntaste agachándote y rebuscando dentro del pequeño aparato.
-Estoy bien- dijo el chico.
-Ok- dijiste levantándote y caminando lentamente hasta donde se encontraba Steve- Jarvis, fuera luces, hora de dormir- dijiste cuando estuviste frente a Steve enganchado a sus hombros con sus rostros a pocos centímetros de tocarse.
-Como ordene, Señor Stark. Buenas noches- al momento en que la máquina dejo de hablar, todos los aparatos de la habitación comenzaron a ser apagado poco a poco, dejando al final una habitación totalmente oscura iluminada tenuemente por la luz del atardecer que se colaba por las ventanas y el generador del pecho de Tony.
Comenzaron a besarse lentamente, ambos hacían un recorrido con sus manos por el cuerpo de otro, tú pasabas tus manos por el rostro de Steve, sus hombros, sus brazos, su pecho y su perfecta espalda. Delineabas con tus dedos cada perfecto musculo que lograba llegar a ellos.
Steven se concentraba más en tu zona baja, acariciaba igualmente tu pecho y espalda, tu cintura, tus piernas y finalmente tu trasero, comenzando a masajearlo lentamente y pegando sus caderas logrando una deliciosa fricción entre sus miembros.
-¿Cuándo ibas a decirme que me pedias citas para poder acostarte conmigo...?- susurraste separándote muy poco de los labios de Steve.
-¿Pero qué…? ¿Cómo tu…?- lo interrumpiste.
-¿Cómo me di cuenta de tu plan, Steve? ¿Cómo supe que desde la primera vez que hicimos el amor comenzaste a pedirme citas con diferentes chicas, para que unas horas antes de cada cita me pidieras que lo hiciéramos de nuevo con la escusa de que estabas preparándote por si pasaba algo más íntimo con la chica? ¿Cómo supe que cada vez que te preguntaba sobre cómo te estuvo la cita, me decías falsamente como fue acostarte con ella cuando evitabas completamente el contacto físico con cada una? ¿Cómo fue que supe que estuviste engañándome sólo para conseguir sexo marca Tony Stark?- mirabas con una sonrisa como la cara de Steve se iba sonrojando cada vez más conforme le ibas recalcando sus propios delitos- Es porque soy el millonario y filántropo Tony Stark, Capitán Rogers. Soy un genio- dijiste orgullosamente sin apartaste un sólo centímetro del capitán. Éste se quedo callado por unos segundos evitando completamente el mirarte a los ojos.
-Pero Tony… ¿C-Cómo supiste todo eso?- dijo el capitán aún avergonzado.
-Tal vez estuve…- moviste tu cabeza de un lado a otro debatiéndote de si decirlo o no-…Un… poco celoso de que fueras a las citas que organizaba para ti, me ponía de mal genio imaginarte tocando a cada una de esas chicas como lo hacías conmigo…Así que le dije a Jarvis que escondiera micro-cámaras en cada traje que te ponías para cada cita…- desviaste la mirada avergonzado de lo que acababas de confesar. Esperabas que el Capitán fuera lo suficientemente babotas como para no darse cuenta de que te le acababas de declarar. Pero no, era lo suficientemente listo como para darse cuenta y de la nada comenzó a besarte como lo estaban haciendo hace un rato.
-Eres el mejor, ¿sabías?- dijo con esa gran sonrisa característica de él.
-Lo sé, todo el mundo lo sabe- dijiste sonriendo de igual forma.
-Entonces… ¿Me arias el honor de tener hoy una cita conmigo, Anthony?- susurró el Capitán tan cerca de tu cara que al hablar sentiste sus labios moverse sobre los tuyos.
-Tal vez…- dijiste sonriendo con picardía- Pero recuerda, tienes que prepararte antes de la cita, no querrás que pase a mayores y no estés listo todavía ¿verdad, Capitán?- dijiste mordiendo ligeramente el labio inferior del rubios.
-Si…- susurró antes de volver a besarte como un demente siendo correspondido de la misma forma.
Dios, como amas a ese Capi-Idiota, cuando te dabas cuenta ya te tenía acorralado en cualquier lugar comenzando a desvestirte y repartiendo besos por todo tu cuerpo…Si, ya comienzas a creer que no podrá llegar temprano a la cita esa noche.
-…*~FIN~*…-