Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

KaiSoo: "It's not what it seems" por ZaffireHeart

[Reviews - 20]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Pues bueno, he aquí el primer capítulo de este pequeño fanfic que tendrá 12 capítulos y un extra, espero les guste.

 

Aclaro de entrada que es la primera vez que escribo de ellos y que realmente no tengo conocimiento acerca de sus personalidades, por lo que les aviso que si no coinciden con lo que ustedes están acostumbrados a leer me disculpen, pero sean tolerantes, recién me estoy dando el tiempo de conocer más a fondo a EXO, así que ésto es lo que me salió.

 

Más adelante, quizás si vuelvo a escribir de ellos, las personalidades se ajusten más a las que están acostumbradas a leer, pero mientras no será así, como así también con respecto a los sobrenombres y eso. No los conozco a todos, sólo los de D.O que más o menos he oído por casualidad de mis amigos n.n

Notas del capitulo:

Pues, ya dije todo lo que tenía que decir más arriba, así que sólo me queda recordarles, que:


"Los personajes no me pertenecen, son propiedad de la SME."


Así que todos los créditos a quienes correspondan, de lo único que soy dueña es de la historia, que espero y les guste. n.n


Ahora sí:


LET'S GO!  


¡A LEER! ♥ ^v^/

Capítulo 1


La música retumbaba desde afuera con el beat electrónico, llamando la atención de un muchacho quien iba de regreso a casa, luego de haber salido a tomar, para relajarse de un duro día de trabajo, pues a pesar de que era joven, tenía su trabajo, y aunque aún era un ayudante, ya no sería por mucho, pues ya estaba considerando independizarse.


Se encontraba cansado, pero por algún motivo aún no tenía ganas de regresar a su insulsa y silenciosa casa, dónde nadie le esperaba, ni siquiera un amiguito peludo, pues en aquel departamento no permitían mascotas.


Algo dudoso, pero más curioso que otra cosa, decidió ingresar al club, el cual tenía un nombre no muy “discreto”, <<Exotic>>. Él sabía de qué iba aquel club, por lo que seguro no se sorprendería de nada, ni le veía nada de malo, después de todo, tenía edad suficiente para ingresar, pero cometió un error al confiarse.


En vez de ver a una muchacha joven y voluptuosa bailando sobre el escenario, se encontró con un muchacho delgado, pero fibroso, con sus músculos delicadamente torneados. Era una obra de arte, o por lo menos a ojos de aquel “curioso”, pero él había aprendido a no dejarse llevar por sus emociones, pues eran a veces perjudiciales para su trabajo.


Pero la verdad es que ahora, <<su autocontrol>> estaba un poco débil, pues se encontró caminando por inercia hacia aquel muchacho, queriendo verlo aún más de cerca, parecía hechizado, y realmente lo estaba por dentro, pero no sabía que por fuera nada de eso se notaba. Hasta que cruzaron miradas.


 


 


A aquel bailarín parecía que realmente le encantaba su trabajo, restregándose con las mujeres, moviendo sus caderas como si no pertenecieran a su cuerpo, haciendo aquellas olas, llenas de sensualidad al ver como cada músculo se tensaba y relajaba a medida que la “ola” iba pasando.


Siempre salía de aquel club lleno de dinero, y se había convertido en una especie de “estrella” en ese club, ganando cada vez más y más privilegio y protagonismo, tanto así que hasta se estaba considerando ponerlo realmente como la estrella del lugar, pero él no quería eso. Él no quería vivir de ello.


A pesar de que ganaba mucho dinero de una manera fácil, eso no era lo de él, en su momento la facilidad con la que consiguió el dinero, lo cegó, lo absorbió, pero ahora que ya estaba un poco más maduro, y quería salir de aquello, no podía, pues lamentablemente se había metido en un círculo vicioso del que le costaría horrores salir, si no era con algo de ayuda. Ayuda que llegó un día a <<Exotic>> en forma de hombre joven, quien se posó en frente de él, cruzando una mirada que realmente lo dejó marcado por el resto de la noche, él no le dio dinero, al contrario, le dio un papel, con su nombre y apellido, y un número telefónico, al parecer era alguien importante pues tenía tarjeta de presentación.


Aquello lo dejó ansioso y curioso, pues al principio no lo demostró, pero a medida que la noche iba transcurriendo, y los gritos cada vez se hacían más efusivos, “sus clientas” se pasaban de copas, queriéndose propasar con él, y la mirada intensa que no lo dejaba ni si quiera un segundo; habían comenzado a hacer estragos en él, dando inicio a un conflicto interno consigo mismo, al notar que el sentir esa mirada fija de “otro hombre” en él, le gustaba, le hacía sentir levemente poderoso. Le hacía querer bailar aún más provocativo, para darle una lección a ese hombre que no tenía para nada aspecto de “homosexual”, queriendo sacar a la superficie, “lo peor” de aquel hombre. No sabía por qué, pero lo encontraba divertido e interesante imaginarlo perdiendo los estribos, por su causa, ya que esa mirada fija, no mostraba mucho de su persona, si bien dicen que los ojos son <<las ventanas al alma>>, éste no era el caso, para aquel bailarín exótico, que ya estaba a punto de terminar su turno, por suerte.


Aquel “extraño” se mostraba realmente impasible, a pesar de que “la estrella” estaba dando su mejor esfuerzo por, aunque sea, verlo levemente afectado.


Para el muchacho <<esculpido a mano por los dioses>> según algunas de las clientas más frecuentes, a pesar de que se esforzó no pudo lograr “alterar” a su nuevo objetivo, pero éste no sabía que por más que no se notara externamente, sus movimientos, su baile, su mirada y expresiones, si habían <<activado>> algo en el interior de aquel <<visitante extraño>>. Curiosidad, e interés.


Sin dudas, él volvería, para ver a aquel muchacho nuevamente, a pesar de que no conocía ni siquiera su nombre. Pero aquel <<Exhibicionista>> tenía algo que a pesar de no conocerlo, hacía que quisiese volver “a él”.


 


 


El turno finalizó, la música bajó unos pocos decibeles y él terminó de recoger el dinero, y se retiró, seguido por gritos algunos de fanatismo, y otros de desilusión, al ya haber terminado su espectáculo, él se giró hacia ellas efusiva y provocadoramente, les guiñó un ojo y les lanzó un beso, sonriendo de lado, para luego despedirse finalmente hasta la próxima, dejando a sus clientas, ahora sí, “satisfechas”.


La sonrisa lúdica desapareció y adoptó sus rasgos y facciones habituales, un chico común y corriente, serio pero algo preocupado y triste. Se dirigió al vestidor y se colocó sus ropas habituales, se quitó el poco maquillaje que llevaba y se retiró a su casa, algo distraído y pensativo debido a aquel muchacho que apareció de la nada y le entregó aquel pequeño trozo de papel. El cual apretó con algo de fuerza en sus bolsillos, para apresurarse a llegar a casa lo más pronto posible, pues a esas horas de la noche, no era nada seguro caminar solo.


Estaba algo paranoico, hasta ahora nunca le había pasado nada, pero él sabía que siempre había una primera vez para todo, solo que rogaba que esa vez no fuera hoy.


Por suerte no sucedió nada, apenas pudo atravesar el umbral de su puerta y ponerle el seguro, pudo respirar realmente aliviado, dejándose caer al suelo lentamente, como hacía siempre, mientras contaba el dinero, 300.000 wons[i], era lo que había conseguido esa noche, realmente era mucho dinero a su parecer, y más ahora que ya no lo necesitaba tanto como en aquella época.


El muchacho sintió una punzada en su cabeza, y elevó la visión hacia el frente depositándola en la nada, dejando caer el dinero suavemente mientras el recuerdo se le venía a su mente. Su madre, enferma, en cama, con un respirador artificial, debido a que tenía cáncer de pulmón, rodeada de paredes blancas y aparatos ruidosos. Lágrimas escaparon de sus ojos, al recordar el momento crucial, en que su madre le miró, le sonrió ampliamente aún con un tubo en su boca, y una lágrima silenciosa escapó de ella, para luego dar lugar a aquel pitido que tanto duele escuchar.


De esto ya habían sido 4 meses, y a pesar de que ya la había superado medianamente, aún no podía evitar extrañarla y llorarla, si bien tenía 51 años, para él, aún era demasiado joven para “dejarlo”. Por lo que con 22 años, él se encontraba ya por su cuenta, debido a que su padre desde el primer día estuvo ausente.


-¿De qué me sirve todo este dinero ahora, si no puedo compartirlo contigo madre?-


Se dijo así mismo, mientras recogía el dinero del suelo y lo tiraba contra una pared a la que nunca llegó, pues estaba lejos. Limpió sus lágrimas, se aclaró la garganta, y dispuesto a ponerse de pie, sintió como su mano se pinchaba con algo mucho más duro que el material del dinero. Se quejó levemente, pues dolió, pero cuando viró sus ojos hacia “su agresor”, el dolor desapareció de inmediato, al notar que era aquella tarjeta de presentación. <<Do KyungSoo – Fotógrafo>>


-¿Fotógrafo, es en serio? ¿Ese hombre es fotógrafo? Pensé que sería algún empresario o algo más serio, su vestimenta era demasiado formal para su profesión.-


Algo desilusionado, sonrió de lado abatido, suspiró, juntó el dinero, la pequeña tarjetita, y dejándola sobre la mesa de la cocina, junto a las llaves de la casa, se dirigió a tomar una ducha para después ir a la cama, ya era demasiado tarde para que él estuviese despierto.


Una vez ya en la cama, suspiró una última vez, miró al techo como queriendo ver la imagen de su madre sonriéndole, proyectada allí, y luego de unos cuantos segundos de convencerse de que nada de eso sucedería, se dio vuelta, colocó el despertador de su móvil, y apagó la luz de noche.


-Buenas noches madre.-


Susurró más para su interior, que para que se oyera en la habitación, aquella que le parecía ahora algo demasiado grande estando sólo él.


 


 


Al otro día, la melodía tan conocida del despertador, lo quitó de su ensueño, y casi sin ver, apagó la alarma, pues siempre le sucedía lo mismo. Siempre tardaba en dormirse y cuando creía que se estaba finalmente por dormir, sonaba, era algo ya natural desde que su madre ya no lo despertaba con una sonrisa y una bandeja con el desayuno a un lado de la cama. Él realmente amaba a su madre con todo su ser, y su muerte, se había llevado absolutamente todo de él.


Con algo de pesadez, se quitó las sábanas de encima y se sentó en su cama, para luego restregarse un poco los ojos. Miró la hora, 07.37 a.m, aún tenía tiempo de darse una ducha rápida, y llegar a la universidad, lugar en el cual estudiaba medicina. Pues sí, no era algo que alguien “de su apariencia” estudiara, pero desde que sucedió aquello con su madre, él quería hacer todo lo posible para ayudarla, aunque lamentablemente no lo logró. Pero aún así, él no se daría por vencido, tal vez no pudo salvar la vida de su madre, pero estaba seguro de que podría salvar muchas otras más, y eso haría a su madre, sentirse realmente orgullosa.


Imaginarse a su madre llorando de emoción y de orgullo frente a él en su futuro próximo egreso, le hizo, sorprendentemente, sonreír, por lo que ahora un poco más animado, terminó de prenderse su camisa, debido a que ya había salido del baño, se secó un poco más su cabello negro azabache, dejó la toalla en el cesto de ropa para lavar, y sujetando su mochila colgándosela en un hombro salió con una pequeña sonrisa, no sin antes detenerse para fijar su vista en la pequeña tarjetita que yacía a un lado de sus llaves. Sonrió de una manera burlona, pues eso era lo que le parecía, una burla, ¿Un fotógrafo? ¿Para qué lo quería un fotógrafo? Lo de él, no era el modelaje, es más se sentía hasta incómodo frente a una cámara haciendo poses y caras raras, era hasta ridículo. Si bien, su “trabajo” era algo mucho peor que estar frente a una cámara, por alguna extraña razón se le hacía más fácil lidiar con ello, pues, allí arriba era un <<personaje>>. Arriba del escenario, él era… Kai.


 


Tomó las llaves junto con la tarjetita, y salió corriendo hacia la parada del autobús, a 2 cuadras de su casa, allí lo esperó unos 5 minutos, y subió, pagó su boleto escolar, saludó al chofer que ya lo conocía, y se fue al fondo como era su costumbre. Se colocó sus cascos y se sumergió en su propio mundo, hasta que finalmente ya acercándose a su parada, comienza a aprontarse para avisarle al chofer que la siguiente era su parada.


Una vez se detuvo 3 personas se le colocaron delante, por lo que él suspirando algo molesto, estaba por colocarse nuevamente sus cascos, pero alguien quien subió antes de que él pudiera bajar, le llamó la atención.


Sus miradas inmediatamente se cruzaron, cuando el “nuevo pasajero” miró hacia el fondo en busca de un lugar. <<Do KyungSoo>>, su mente de inmediato citó aquel nombre de la tarjetita.


Tragó saliva, pues por una centésima de segundo, al de pelo azabache le pareció sentir que el tiempo se detenía, o que al menos todo se ralentizaba por un instante. Aquella mirada levemente sorprendida pero que de inmediato se volvió insulsa, fue suficiente, para que se activara un poco más el interés de aquel <<bailarín exótico>> por ver a aquella persona tan “serena”, alterada.


Sonrió rápidamente de lado, dedicándole una última mirada lúdica y bajó del bus finalmente. Esperó en la parada hasta que el bus se quitara de enfrente, y pudo lograr ver a aquel muchacho que también le dedicaba una última mirada en lo que el transporte finalmente desaparecía de su vista.


-Interesante…-


Sonrió una última vez, y cruzando de acera, se encaminó hacia su universidad. Una vez allí, habiéndosele pasado ya el efecto de haber visto al tal “fotógrafo”, volvió a su habitual aspecto lúgubre y deprimente, pero esforzándose por sonreír sin ganas, a quien lo saludaba. Una vez entró a su salón, sentándose en el medio de éste, esperó a que comenzara la clase, intentando concentrarse, pero por más que lo negara, “él” seguía en su mente. ¿Por qué tan serio? ¿Por qué parecía no tener alma?


 


Una vez la hora del almuerzo llegó, sus amigos, o mejor dicho sus compañeros, lo arrastraron al comedor como era costumbre, y le comenzaron a hablar animadamente de sus cosas, normalmente él los escuchaba, asentía y les seguía la conversación, pero hoy, realmente su cabeza no estaba para ellos.


<< “¿Por qué me has dado tu tarjeta? ¿Qué es lo que pretendes hacer, en caso de que te llame? ¿Para qué quieres que te llame?”>> Pensaba y pensaba.


-Y ella se enojó y me golpeó…-


-¿Quién?-


Fue lo único que alcanzó a responder, provocando que su amigo, el único, se callara de inmediato y le mirara desaprobatoriamente.


-¿No me estabas oyendo, cierto?-


-No, lo siento, YiXing-


Respondió el pelinegro bajando la vista algo apenado de no haber estado escuchando a su amigo de intercambio de China. Éste suspiró algo cansino y mirando al más alto, YiXing habló.


-Bien, de acuerdo Kim JongIn, ¿Qué sucede? Estás demasiado ido hoy, ¿acaso estás así aún por lo de tu mamá?-


JongIn sintió una leve punzada en su pecho, pero lo ignoró, debido a que ya no era tan fuerte como tantas otras veces. Miró a su amigo y negó suavemente.


-No, extrañamente hoy no es eso, es… no, no importa. Ven, vamos es nuestro turno.-


Habló el menor, -porque sí, JongIn era el menor de ellos dos-, adelantándose unos pasos para poder elegir su menú, cambiando de tema radicalmente. Podría habérselo dicho tranquilamente, pero por algún motivo no le apetecía contarlo, no aún…


-¿Cambiando de tema bruscamente? ¿Acaso estás pensando en alguna chica, de la que no quieres hablar?-


Su tono de preocupación había cambiado rápidamente a uno de burla, pero JongIn no estaba con ánimos de bromear.


-No YiXing, no es una chica, ahora por favor come, pues en cualquier momento volverá a sonar la campana…-


Habló un pelinegro, algo serio, y enojado por lo fácil que el ajeno le podía leer, mientras ya se estaba ubicando en una mesa con su bandeja, con el más bajo siguiéndolo.


-Hmm, aún no me quitas de la cabeza que algo te sucedió. Ayer jueves, no estabas así. Pero por el momento respetaré tu silencio.-


Habló no muy conforme el castaño, mientras ingería un bocado de su almuerzo mirando al vació hacia el frente. JongIn sonrió levemente ante la actitud aniñada de reaccionar de su amigo y negó suavemente con su cabeza.


-Gracias.-


-No hay de qué, para eso estamos los amigos, aunque ya sabes, aquí me tienes para cuando me necesites.-


-Lo sé, y en verdad te lo agradezco.-


YiXing sonrió mientras le miraba unos segundos y volvió a concentrarse en su almuerzo.


Una vez terminaron de almorzar, la campana sonó avisando nuevamente que la hora del almuerzo había finalizado y era hora de volver a clases.


El más bajito sujetó al menor y sonriéndole le arrastro nuevamente hacia el aula. Y estando un poco más concentrado JongIn pudo seguir con  la clase, un poco mejor que al principio, si bien no había hablado mucho, la pequeña charla con YiXing había ayudado mucho.


 


 


Una vez fuera del edifico al haber finalizado la jornada universitaria, YiXing lo acompañó.


-¡Finalmente es fin de semana! ¿Yah, quieres salir hoy? He oído de una fiesta en la que están incluido stripper y todo, ¡lo cual me parece súper interesante, jaja!-


Rió estridentemente, pero la verdad que a JongIn no le causó ningún tipo de gracia, es más, sino todo lo contrario, algo en su pecho le decía que aquello era un mal presentimiento.


-¿Y acaso no te incomoda que vaya a haber hombres casi desnudos bailando cerca de ti?- Cuestionó ignorando el pequeño dolor de pecho.


-Para serte sincero, la verdad es que no, no es como si tuviera problemas con ello, digo no me considero homosexual, pero tampoco soy homofóbico, aunque el hecho de que sean strippers, no quiere decir que sean todos exactamente <<Gays>>- Aquello realmente dejó a JongIn con la boca entreabierta, jamás se hubiese esperado que su amigo tuviera esa clase de pensamiento tan liberal siendo oriundo de China. –Así que… ¿Qué dices, me acompañas? ¿O tu si tienes problemas con ver hombres casi desnudos?- Cuestionó en un tono inquisidor, casi aniñado.


-Lo siento. No puedo, hoy trabajo.-


Respondió luego de haberse tomado unos segundos para procesar las palabras ajenas dichas con tanta naturalidad.


-¿También hoy? Cielos, ¿es que acaso tu jefe no se cansa de explotarte? Lo denunciaré por abuso de autoridad…-


Profirió el mayor realmente indignado. Pero el pelinegro, no se lo permitiría y eso era algo que ambos sabían a la perfección. Pues mientras más problemas pudiera evitar, más lo haría.


-Tranquilo YiXing, sabes que no es para tanto, no es como si me afectara demasiado.-


Habló en un tono sereno, intentando transmitírselo al mayor que realmente se veía como si estuviera a punto de golpear a alguien.


-Eso dices tú, pero cada vez te veo más demacrado y cansado, y no es solamente por lo de tu madre, discúlpame que te lo recuerde pero debía decírtelo. Incluso he notado que estás un poco más delgado.-


-No, no es cierto, es sólo tu imaginación, yo sigo siendo el mismo de siempre, mis notas siguen igual, no es como si estuviese descuidando mis estudios por el trabajo, además sabes que lo necesito, para poder vivir y pagar la universidad.-


-Lo sé, pero es que no entiendo tu terquedad con respecto a tu trabajo, la familia que me está alojando aquí es demasiado amable, estoy seguro de que si hablo con ellos, podrán alojarte a ti también, no tienen hijos, por lo que ellos me tratan como uno, y yo estoy acostumbrándome demasiado a ello, lo cual no es bueno.-


-Te preocupas demasiado YiXing, en verdad estoy bien, ve si quieres y diviértete, ya luego me cuentas.-


Profirió una última vez el más alto, con la esperanza de que el tema se zanjara allí de una buena vez, aunque luego de decir aquello se arrepintió, pues recordó su mal presentimiento, pero ya era tarde.


-¡Pero es que-!-


JongIn, se viró hacia el castaño y elevando una mano, silenció de inmediato al ajeno. Este se tragó sus palabras, bufó resignado, y miró una vez más al menor.


-De acuerdo, como tu digas. Nos vemos la semana que viene, suerte y aprovecha a descansar. Bye.-


Se despidió el mayor finalmente, estrechando manos, y palmeando levemente su espalda, para después retirarse. JongIn asintió en respuesta y le otorgó una leve sonrisa, para luego volver a girar sobre su eje, y seguir camino, con ese leve dolor en el pecho. Tragó saliva y se colocó los cascos, para no pensar en nada. Pero a medida que la canción iba avanzando, él comenzó a pensar por alguna extraña razón en “el fotógrafo”


<<“Ya sé cómo llamarnos entre nosotros. Sólo un beso, eso es todo, el conocer a alguien como yo, es fortuna o mala suerte, ¿sabes la respuesta? Ambas lo son, ¡sí! Es como si hubieses bebido Whisky, dejando que sientas una mente mareada, tu rostro volviéndose rojo. Mientras más te opongas, más hace que me emocione, dije que todavía hay juegos para jugar, el juego principal no ha comenzado siquiera…”>>


Sonrió para sí mismo al escuchar tan atentamente aquella letra por primera vez. Si bien era un grupo que solía escuchar con frecuencia, aquella canción justamente no era una de sus favoritas, pero tampoco es como si le disgustase. “Playboy de EXO-M” realmente parecía hablar de aquel pelinegro de mirada impenetrable.


¿Realmente <<Kai>> quería ver nuevamente a ese fotógrafo, o era <<JongIn>> quien más lo demandaba ahora?


Una vez más intentando no pensar en nada, se quitó los cascos algo furioso y mirando al cielo retuvo un grito de frustración, ¿¡Qué demonios le sucedía con ese fotógrafo insensible de cuarta!?


Bufó una última vez, golpeó suavemente una pared de un edificio y siguió camino hacia su hogar, mentalizándose de que hoy debería de ser más “Kai” que nunca.


 


 


En un estudio de fotografía un rubio platinado estaba más que emocionado sacando fotografías a una pareja de “Idols” para una marca de ropa deportiva.


-¡D.O, rápido, ve a preparar el siguiente cambio de ropa, que ya casi he terminado con este!-


El aludido, suspiró y asintió en silencio, y tan inexpresivo como siempre. Les dio la espalda al trío allí trabajando y se dirigió a los vestuarios, para seleccionar y acomodar el siguiente cambio de ropa en los camerinos de cada uno de los artistas.


Ya en el vestuario se agachó a recoger unos tenis de diseñador para el muchacho cantante y actor, y algo fuerte sonó en el suelo sacándolo de su ensimismamiento. Su celular. Cuando lo recogió se quedó mirando la pantalla apagada de aquel aparato, el cual no había sonado ni una sola vez con un “Número desconocido” en pantalla.


Se quedó realmente estupefacto unos cuantos segundos, pensando en aquel bailarín el cual había comenzado a rondar por su cabeza, deseando que realmente lo llame y oír su voz y nombre. Su cuerpo ya lo había visto, pero realmente el sonido de su voz le provocaba demasiada curiosidad, sería una voz profunda y varonil, o una más delicada y melodiosa. El pelinegro realmente quería saber más de ese extraño chico que vio por pura casualidad la noche anterior en aquel club al cual realmente nunca antes se le había cruzado por la cabeza ingresar, notando el gran error que había cometido a pre juzgarlo de antemano.


-¡Dodo~! ¿¡Dónde está la ropa!?-


Aquel grito lo sacó de sus pensamientos, y reaccionó de inmediato, tomando con agilidad los conjuntos completos y llevándolos de inmediato a cada camerino.


Una vez ya cumplida su tarea se dirigió nuevamente al estudio a esperar junto a quien era “su jefe” a que los artistas estuvieran listos.


-Yah~, ¿Qué te sucede? Estás muy distraído hoy, ¿Acaso sucedió algo de lo que puedas contarme?-


El menor negó con su cabeza silenciosamente, haciendo suspirar al rubio mientras se colocaba las manos en la cadera de una manera algo demasiado femenina.


-Tú tan comunicativo como siempre.-


El menor simplemente ante aquel comentario, dicho de una manera resignada, se encogió de hombros, y por acto de reflejo saco una vez más, inútilmente, su móvil.


-¿Esperas la llamada de tu novia o qué? Todo el día has estado mirando tú móvil.-


Volvió a comentar el mayor algo enojado ya, ante la tan poca comunicación por parte del moreno, pero su respuesta, fue milagrosamente interrumpida por la llegada de los modelos nuevamente ya cambiados.


<< “Salvado por la campana”>> Pensó KyungSoo para sí mismo, mientras volvía a su puesto de “Sombra del gran e inigualable LuHan.” Suspiró en silencio o al menos lo más que pudo, y se dirigió a la pequeña cocina que había allí para preparar algo de beber, “en conmemoración por haber finalizado la sesión exitosamente”, como decía siempre el rubio al final de una.


Ya en la cocina se quitó el móvil del bolsillo por las dudas de que se le caiga o algo, y nuevamente miró la pantalla. <<“Mirar hasta el cansancio la pantalla no hará que suene milagrosamente, KyungSoo”>> Volvió a pensar el pelinegro, resignándose por completo al no recibir ninguna llamada “desconocida”, lo cual era demasiado extraño pues normalmente, cualquiera que recibiera una tarjeta de aquel tipo, rápidamente se ilusionaba pensando en que se iban a convertir en modelos y famosos de un día para el otro, pero la verdad nunca era así, simplemente al fotógrafo, esa persona le parecía la imagen ideal para algún trabajo en específico. Pero para KyungSoo, no era solo, “una imagen ideal”, era mucho más que eso, y realmente quería a ese chico como su modelo.


¿Cómo su modelo? ¿O simplemente lo quería cerca, y el trabajo era una paupérrima excusa?


El pelinegro se sacudió la cabeza para sacarse esas ideas estúpidas de su mente y comenzó a preparar las infusiones. Pero por más estúpidos que fueran esos pensamientos, no se los podía quitar. Hoy definitivamente iría nuevamente para quitarse esas dudas. ¿Para quitarse sus dudas, o para volver a verlo?


-¡Dodo! ¡Ya termina-!-


El grito eufórico de su jefe LuHan detrás de él, casi le hace tirar las tazas al lavabo de la cocina, pues le hizo saltar del susto, al estar realmente sumergido en sus pensamientos.


Las palabras eufóricas de LuHan se vieron interrumpidas justamente por la reacción de KyungSoo quien se giró abruptamente luego de unos segundos cuando se calmó y colocó las tazas sobre una bandeja, asintiendo más por obligación que por respeto, para dar a entender que quería transmitir un <<“-Buen trabajo.”>>


-Oh, ¿ya los tienes listos? ¡Genial, por eso eres mi ayudante principal y favorito!-


-Soy el único.- Profirió casi en un tono inaudible.


-Por eso…-


LuHan le sonrió amablemente y sujetando la bandeja se la llevó hacia el estudio. Pero antes de irse y sin girarse, es decir, dándole la espalda, le habló por un momento seriamente.


-Si no te llama, deberías de hacerlo tú, no perderás el orgullo por una vez que des el siguiente paso con ella.-


KyungSoo quedó pasmado por unos segundos ante aquellas palabras, y cuando estaba por decir algo, LuHan se retiró del lugar, volviendo a ser el mismo eufórico de siempre, permitiéndole al pelinegro oír aquella frase que ya se la sabía de memoria. <<“-¡Felicidades chicos! Aquí les traigo un poco de té de jazmin en conmemoración por haber finalizado la sesión exitosamente.-”>>


-No es una novia, no tengo su número y no es ella, es él.-


Susurró el más bajo entre dientes, mientras se ponía a limpiar las cosas que había ensuciado, mientras miraba una vez más inevitablemente la pantalla negra de su móvil que permaneció así todo el día.


<<“Debo volver, definitivamente debo volver y verte de nuevo, más de cerca, más tiempo.”>>


Pensó por enésima vez en el día, en aquel moreno de piel levemente trigueña.


 


 


-Bien, hoy hemos sido contratados para una fiesta que dará lugar aquí mismo por lo tanto los dividiré en dos grupos…-


JongIn dejó de oír al confirmar lo que su mal presentimiento le decía, ¿Podía tener tanta mala suerte de ser partícipe de aquella fiesta antes mencionada por YiXing, sin querer serlo realmente?


Si bien había oído decir a su amigo que no tenía ninguna clase de prejuicios ante ese “tipo de trabajadores” lo cual secretamente alivió de sobremanera a JongIn, eso no quitaba que él tuviese prejuicios consigo mismo, si bien era “un trabajo” como cualquier otro, no era uno de los más comunes, por lo que realmente él a veces se encontraba arrepentido de haberse metido en aquel embrollo, pero ya faltaba menos para que pudiera graduarse y dejar su pasado atrás.


-… Usarán antifaces.-


JongIn abrió sus ojos a más no poder sorprendido, ¿le tocaría a él usar uno de esos?


-¿Qui-quienes los usarán?-


-Kai… ¿no estabas escuchando?- Cuestionó amablemente


-No, lo siento MinSeok ssi.-


Respondió algo apenado el moreno, al castaño dueño del lugar.


-El grupo contratado para la fiesta, en el cual tú no estás incluido, prefiero que entretengas al otro público, al de siempre.-


JongIn asintió realmente aliviado de no formar parte de ellos, pero de inmediato otro problema se le vino a la cabeza. Si YiXing realmente iba a asistir como había dicho, lo reconocería de inmediato, y su secreto se vería descubierto, pero peor aún la vergüenza lo invadiría a tal punto que de seguro ya no podría volver a mirarlo de la misma forma, es más, ni siquiera podía pensar en acercársele nuevamente, por la pena. ¿Qué demonios podía hacer? Ya estaba allí, no podía irse, además era su trabajo.


Tragó saliva y de inmediato levantó la mano, interrumpiendo nuevamente a MinSeok ssi.


-¿Sí, Kai?-


-¿Podría usar antifaz también?-


-¿Por qué?-


-Pu-Pues, porque me parece in-interesante la idea del anonimato, y ofrecerles un show diferente a mis clientes habituales, para que no se sientan tan “fuera de lugar”.-


Profirió algo nervioso el más alto, debido a que aquella pregunta le tomó por sorpresa, por más que hubiese sido obvio que su jefe le preguntaría el motivo.


-Hmm, bueno, ahora que lo dices no es tan mala idea. Tú usarás el antifaz y TaeMin junto a SeHun, bailarán detrás de ti, sin ellos. ¿Están de acuerdo o prefieren también usarlos?-


Habló su jefe, mirando a ambos mencionados anteriormente, el mayor de estos dos, habló primero.


-No es como si influya en mi baile el usar unos o no, pero como a ti te parezca mejor MinSeok ssi, estoy de acuerdo.- Profirió uno de los más habilidosos de allí.


-Opino lo mismo que TaeMin, como a ti te parezca MinSeok ssi.-


Contestó por último el menor.


El más bajo allí quien era el jefe asintió y volvió a hablar.


-De acuerdo, entonces será como he dicho, Kai tú usarás el antifaz, mientras que SeHun y TaeMin, sin ellos, te harán de apoyo. No se discute más.-


El trío asintió al mismo tiempo, junto a los demás y el castaño los mandó rápidamente a cambiarse, pues ya casi era la hora.


 


Estando detrás de escenario por así decirlo, todos allí estaban observando cómo comenzaba a llegar la gente, pues ya habían abierto, dando lugar cada vez a más y más mujeres al parecer ansiosas por el espectáculo, aunque la mayoría esta vez, eran un poco más joven, de las que suelen ingresar en el club, hasta que en un momento entran dos chicos, los cuales le hicieron detener el corazón a “JongIn”. Eran YiXing y el tal KyungSoo.






[i] 300.000 Wons; aproximadamente U$S 300

Notas finales:

Las primeras 12 hojitas, *w* hasta aquí el primer capítulo, *0*, ¿Qué les ha parecido? ¿Les resulta interesante la idea?


La verdad es que cuando, vi una mínima escena en un video musical, no pude evitar que la inspiración llegase a mí y escribirlo de esta manera. xD


Debo confesarles, que no sé cómo terminará esto, porque como podrán observar y los que ya más o menos me conocen, es la primera vez escribiendo de estos personajes, por lo que aún no sé muy bien cómo manejarlos, así que seguramente muchas veces sufran una pequeña crisis de identidad xD, pero trataré de que sea lo menos posible. Cómo dije, es mi primera vez con ellos, así que piedad, :P jeje.


Y pues bueno, ya empezamos la historia y esto ya se está tornando intenso xD creo, así que bueno, espero y les haya gustado. Las cosas seguramente irán un poco más rápidas de las que normalmente escribo, porque pues, al ser mi primer fic de ellos, no quiero extenderlo demasiado, así que cómo dice en la descripción, serán aproximadamente entre 10 y 12 capítulos, si todo marcha bien jajaj.


Yo me despido por el momento, así que pues, cuídense mucho y desde ya comienzo a agradecer a aquellos que se atrevan a dejarme un review, ni bien pueda, los responderé n.n.


Disculpas si hay errores de ortografía pero como siempre digo, siempre intento corregirlo antes de publicarlo, pero normalmente siempre algo se pasa, jejej n.n. Aquí también les dejo mi página de Facebook, para quienes les interese, ya que subiré allí cuando publico un cap nuevo n.n ♥ ZaffireHeart ♥


Bye bye~ ^u^//


♥ ZaffireHeart ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).