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Nunca más por YoloSwag

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Notas del fanfic:

Tokyo Ghoul ni sus personajes me pertenecen, son obra de Ishida Sui.

Notas del capitulo:

Bueno esta es una historia hice para un trabajo del club de la que formo parte.

Espero les guste :D

La noche es el refugio de los amantes. La luz de la luna, la incitadora al pecado llamado "amor". ¡Qué terrible es! ¡Tan terrible y placentero.......este juego llamado amor!

 

    Ambos lo saben pero pretenden no saber. <<Esta es la última vez>> que gran mentira y tan tonta excusa. Pero lo que ha comenzado ya no puede detenerse. Una vez que vierte el vino de sus labios; soberbio y dulce, en los suyos ya no hay manera de volver.

 

    Y bajo las sábanas blancas comienza el acto estelar de la noche. La impaciencia, el deseo por volverse uno, por explorar el cuerpo amado, que los lleva a las caricias impetuosas, a los besos impregnados de veneno y a las palabras de amor entrecortadas por el deseo.

 

¡Qué estúpida manía por el dolor placentero!

 

    El cordero y el lobo, jugando a amarse. ¿Cómo es posible, que estos seres hayan caído en la trampa cruel del amor?

    Ninguno de los dos lo imagino, como podrían hacerlo, si sus naturalezas son tan diferentes. Pero de algo están seguros, que sus caminos desde un principio estuvieron destinados a cruzarse.

 

“Yo los mate a todos"

 

    Cruel realidad, triste destino, pero esta es “la última vez”. Por eso en esta noche, en esta cama, bajo los efectos enervantes del amor, olvidará toda su vida anterior. Esta noche es solamente, Sasaki Haise, quien puede amar libremente a Arima Kisho.

 

    En medio de besos ávidos y superficiales que lentamente se profundizan cada vez más, lo despejo de la ropa, dejando al descubierto esa piel blanca. Como podría imaginarlo, que llegaría a caer en un sentimiento tan ambiguo y peligroso. <<Haise, Haise>>. Es todo lo que puede pensar en este momento. La habitación ya se ha impregnado de su olor.

    Recorre con sus labios aquel cálido vientre, el mismo que atravesó con IXA mientras sus manos inspeccionan la tibia piel de sus piernas perfectamente moldeadas.

 

   En esta noche, en esta “la última vez”, así abrazado herméticamente a él,  con sus cuerpos fundidos en uno solo; confesara su amor, gritara una vez y otra vez que lo ama aunque estas palabras carezcan de sentido llegado el final.

 

¡Que cruel e injusto es el amor y caprichoso a la vez!

 

   No importa cuánto se amen. No importa cuántas lágrimas se derramen. Nunca serán uno mismo.

 

    El tiempo no puede detenerse y llegado el amanecer cada uno se desliza, no solo por el corredor, sino también por un camino oscuro y retorcido.

 

Este es el final.

 

    Esta nevado. No pueden describir: la cruenta belleza de la muerte y el blanco. De la sangre salpicada de nieve bajo una luz de luna; helada, sangrienta, que no iluminaba más que aquella escena. Los dos amantes en su lecho de muerte; Arima sostiene entre sus brazos el cuerpo ya casi inerte de Haise. En un impulso de ingenua ternura, posó en sus labios cubiertos de un rojo mortal un largo beso. Haise lo miro por última vez con los ojos más luminosos, más tristes y más agradecidos que no le vio en todo el tiempo que estuvieron juntos y con su último aliento alcanzó a decirle: “Gracias por amarme Arima-san" luego sus ojos, como censales de luto, se cerraron para siempre.

 

    Beso por última vez sus párpados cerrados y continuó su camino con él en brazos por las inhóspitas calles. Pero también a él se le acaba el tiempo, a cada paso que daba iba dejando la vida en un rastro de sangre. La muerte estaba a su lado sosteniendo la vela casi extinguida de su vida. Intento volver en sus recuerdos e imaginarse haciendo otra cosa que no fuese matar, algo imposible por supuesto. Todo se volvía borroso y oscuro, cayó de rodillas al suelo. Haise tenía el rostro tranquilo aunque cubierto de sangre. Su vela se había extinguido y la muerte preparaba ya su guadaña. Entonces frente a él apareció cuervo <<Cuanto más vas a quitarme Arima>> y arrancando de sus brazos el cuerpo de Haise desapareció en medio de la lluvia que había comenzado a caer sin piedad, desvaneciendo la nieve y limpiando la sangre.

 

<<Es una venganza justa>> pensó y exhaló su último suspiro.

Notas finales:

¡Gracias por leer!


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