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Tú, mi única opción por Gilbo

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Notas del fanfic:

Hola, aqui les traigo una historia que espero y les guste, es Sterek por supuesto  -Ya que yo amo a esta couple más que a cualquier otra - Mmh, les comento que ya la habia subido con anterioridad a Wattpad, asi que es más que obvio que tambien la encontraran ahí con mi otro seudonimo que es GilboYfan. 

Sin más que decir, solamente disfruten de este fic. 

Notas del capitulo:

Bueno, la inspiracion para hacer esta historia vino despues de haber visto un video en youtube de la cancion take me to church, que era como un mv Sterek, que la verdad me encanto.Por supuesto que la cancion, el video y la historia nada tienen que ver, pero ¿Que les puedo decir? esto fue lo que se me ocurrio, y espero que les guste. 

“Quien ha perdido la esperanza, también ha perdido el miedo” (Arthur Schopenhauer)

 

El tibio sol asomaba perezoso por el horizonte aquella fría mañana de otoño, mientras que el helado viento comenzaba a despejar algunos nubarrones, dejando ver el azul y claro cielo.  Aquella mañana era tan hermosa, que en otra ocasión quizás en los labios del joven Stilinski  se hubiera pintado una hermosa y radiante sonrisa, pero ese día no. No después de haber leído aquella invitación que ahora estrujaba con tristeza entre sus manos. Scott McCall, su mejor amigo, de quien por cierto, llevaba enamorado desde hacía algún tiempo, estaba a tan solo unos meses de contraer matrimonio con “la mujer de sus sueños”.

¿Qué podía hacer él en aquella situación?

-Stiles,… ¿pasa algo? – Pregunto John Stilinski, temiendo que su hijo estuviera indagando nuevamente las cuentas bancarias, que cada día aumentaban más y más. John conocía de sobra lo terco que era su hijo, y lo menos que quería era que se le metiera la idea de dejar de lado la universidad en pos de ayudarle, buscando algún trabajo en cualquier lugar. El joven castaño intuyendo lo que su padre estaría pensando, forzó inmediatamente una débil sonrisa, dándose vuelta para mostrar la maltratada invitación que aun sostenía entre sus manos –

-No es nada. Solo que… - soltó un suspiro apagado – Debo comprar un hermoso regalo de bodas, para Alison y Scott. – Sonrio - Supongo que tendré que dejar de comer fuera por algún tiempo.

-¡Ah, era eso! – Dijo un tanto despreocupado el señor Stilinski, dándole un apretón en el hombro a su hijo - ¡Qué bueno por Scott! Aunque sigo pensando que esto de su boda, es un poco apresurado. ¿No lo crees? – Pregunto el hombre, un tanto pensativo -

-Sí, yo pienso lo mismo – Respondió Stiles un tanto desanimado – Pero si  casarse con Alison lo hace feliz, yo también soy feliz por ello. – Después de haber dicho eso, el mayor palmeó su brazo con cariño, antes de de irse al trabajo. Minutos después, el menor bajo la mirada mientras sacaba del bolsillo  de su sudadera roja, los sobres con las facturas pendientes de ese mes. Cada día las deudas de su pequeña familia no hacían más que aumentar y el no podía hacer nada para ayudar a su padre, lo cual no hacía más que hacerle sentir totalmente inútil. -

 

*****************

 

Había  llegado por fin  “ese” día, y a pesar del esfuerzo, Stiles aun seguía sin estar preparado para perder para siempre a su “mejor amigo”. Le era totalmente imposible el siquiera fingir una sonrisa, cuando su corazón estaba totalmente destrozado dentro de su pecho, incluso podía decir que le estaba costando trabajo el solo hecho de respirar; mientras que sus ojos parecían cansados y tenían un tono rojizo por debajo. Parecía incluso enfermo, y por un momento deseo internamente el haber podido  responder afirmativamente, cuando su padre le pregunto aquella mañana si se sentía mal. Pero de haberlo hecho,  la situación no haría más que empeorar. A esas alturas, incluso si realmente estuviera sufriendo un ataque de pánico en ese momento, seguramente se tragaría todo el dolor, con tal  de no causar más problemas a su ya cansado padre. Suficiente tenía ya con las demás “situaciones bajo control”  que cada vez se hacían más evidentes y difíciles de sostener.

Las mentiras ahora se desmoronaban a pasos agigantados, y él ya no sabía ni cómo respirar cuando todo a su alrededor se hundía lentamente, ahogándole con tal parsimonia que llegaba a ser más bien irritante.

¿Acaso también tenía que sufrir mientras agonizaba?

¿Cómo se suponía que tenía que  actuar en ese momento? Se pregunto, mientras saludaba cordialmente a la feliz pareja que lo miraba desde el amplio portón de una linda iglesia.

-Hermano, te ves terrible. ¿Seguro que te sientes bien?  - Pregunto Scott, con una expresión de total preocupación que lo mataba. ¿Por qué tenía que ser siempre así? Stiles hizo una mueca retorcida, que trataba semejar a una sonrisa, mientras bajaba la mirada ocultando el dolor que había en sus ojos color avellana –

-sí, ya te dije que estoy bien. Es solo que he pescado un resfriado terrible. Este año hace mucho más frio que el anterior.

-¡Y que lo digas! ¡La noche anterior sentía que moría de frio!– Respondió Alison con una tímida sonrisa –

-Pues te hubieras muerto – susurro por lo bajo el castaño, tratando de no ser escuchado por nadie, fingiendo después una sonrisa.  Sin embargo, hubo quien si lo escucho muy claramente. –

-Bueno, pues agradezco realmente el que estés hoy aquí, a pesar de ese terrible resfriado. No sabes lo feliz que me hace que este apoyándome como siempre Stiles. Eres el mejor hermano del mundo. –El pálido chico hizo otra mueca antes de abrazar a la feliz pareja, dejando parte de su corazón en aquel tibio abrazo, para después tragarse su sufrimiento y hacer un gesto, indicando que entraran a la pequeña iglesia, donde se celebraría aquella misma tarde la tan esperada boda –

-¡Adelante, que esperan! ¡Mientras más tarden en entrar, más tardaran en estar casados y ser felices por siempre!  

-Gracias Stiles.

-No me agradezcan nada, ¡Vamos, Vamos!

-¿Y tú no bienes? – pregunto Scott arqueando una ceja, interrogativo. –

-Si, en un momento. Es solo que… estoy esperando a que venga alguien.

-¿Alguien especial? – pregunto Alison con una sonrisa cómplice –

-Sí. Muy, muy  especial.

-De acuerdo, pero no tardes mucho.

 

Stiles sonrió, dio otro suave empujón a la joven pareja y espero hasta que estos estuvieran por fin dentro de la pequeña iglesia, para así poder borrar de su rostro aquella expresión que le estaba costando horrores el poder sostener. El agradable día comenzó a cambiar; el cielo azul comenzó a tornarse oscuro y sin previo aviso, una intensa lluvia comenzó a caer sobre la cabeza del joven y pálido chico. Stiles agradeció al cielo por aquel inesperado regalo, dejando caer de sus ojos un torrencial de lágrimas que comenzaban a quemarle la piel.  Mientras que no muy a lo lejos, una persona era testigo de aquella escena que le causaba ciertos recuerdos tristes y amargos, que pensaba haber olvidado ya, hacía mucho tiempo. Pero que en ese momento volvían a resurgir en su memoria, tan claros y tan nítidos, que sin poder evitarlo le hacían sonreír con cierta nostalgia.

Aquella persona observo a Stiles, sonriendo con cierta ironía y cinismo. Lo había encontrado. Por fin había encontrado a la persona indicada para su plan. La cuestión sobre si el chico aceptaría o no ser parte de éste, no tenía cábida en ese momento.

 

Para alguien como Derek Hale, Stilinski no tenía más opciones que aceptar lo que él tenía que decirle, lo quisiera o no. 

 

 

*****************

Mansión Hale, unos días después.

 

Derek miraba distraídamente por la ventana, mientras que dentro de una de las habitaciones de la imponente mansión Hale, se llevaba a cabo una “Decisión” familiar que afectaba directamente al menor de la familia. La cuestión era simple, pero no por eso menos importante. Peter Hale miraba de soslayo de vez en cuando a su joven sobrino, al igual que la hermana mayor de este, esperando por una respuesta que resultara satisfactoria a su pregunta.

-Derek, ¿Piensas responder la pregunta, si o no? – Cuestiono nuevamente el mayor, golpeteando repetidamente la superficie del antiguo escritorio de Talía Hale, con impaciencia marcada en el tono de su voz - Sabes de sobra que los Argent solo están buscando una escusa para adueñarse de todo lo nuestro, y si tú no estás casado para fin de mes, lo lograran. Así que más te vale decir que si – El más joven de la familia Hale volteo a mirarle a los ojos, marcando en sus labios una cínica sonrisa, antes de responder de manera afirmativa –

-Sí, querido tío Peter- respondió sarcástico - De hecho tengo a una persona muy, muy especial con la que tengo planeado casarme a más tardar en un par de días. Así que espero que ustedes dos, al igual que Malia, me ayuden con los preparativos para la ceremonia – Cora y Peter Hale sonrieron satisfechos con aquella respuesta, esperando que el pelinegro les dijese quien era la afortunada mujer que había aceptado casarse con él -

-Y, ¿bien?... ¿Nos vas a decir por fin quién es ella? – Cuestiono la castaña, cruzándose de brazos –

-¡Por favor, solo no me digas que es Braeden! – Casi suplico Peter, con el seño fruncido – No es que no sea una mujer atractiva, pero ella… sinceramente no va mucho con tu estilo.

-Creí que querían que me casara. ¿Es tan importante con quien sea?

-Sinceramente no. Pero aun así, Braeden no me parece una buena opción.

-¡Por favor! ¡Ella va mucho con su estilo! – Interrumpió Cora – ¿Olvidas que salió con Kate Argent? ¡Y claro,  como olvidar a Jennifer Blake! -Cuestiono impaciente – Ambas casi nos matan, que decida casarse de un día para otro con una mercenaria como Braeden, realmente no me sorprendería en absoluto. Pero dinos hermanito, ¿Quién es la mujer con la que has decidido enlazar tu vida para siempre? – Derek sonrió nuevamente con diversión, mostrando sus blancos dientes, antes de negar con la cabeza –

-Bueno, ya deja el misterio y dinos, ¿quién es ella?

-La cuestión es,… que no es “ella”... sino él.

 

*****************

 

Había trascurrido solo dos días desde la boda de Scott y Allison, y para el joven Stilinski, dos días no eran suficientes para reponerse aun. Aquel amor que sentía por su mejor amigo, tal vez fuera totalmente unilateral, pero aun así dolía mucho. Dolía tanto amar a una persona y saber que jamás seria correspondido, que al final  realmente se había enfermado de gripe, después de haber pasado horas caminando bajo la fría lluvia.

¿Scott estaría molesto con él, por no haber regresado ese día? Se pregunto el pálido chico,  mientras ponía un pie fuera de la cama.

Seguramente lo estaría si no fuera porque seguramente para ese momento, el flamante nuevo señor argent estaría más ocupado disfrutando de su tan ansiada  luna de miel, que pensando en  lo que le habría pasado a su mejor amigo. Lo cual le molestaba tanto y le hería al mismo tiempo.  Sonrió con tristeza. Había mejores cosas de las que ocuparse en ese momento, que estar imaginando lo que Scott estaría pensando en ese instante.

Esa mañana Stiles se despertó con un presentimiento un tanto extraño, que comenzaba a inquietarle y carcomerle la cabeza. El pálido joven jamás había sido el tipo de persona que pudiera mantenerse en un solo lugar por más de unos cuantos segundos, sin embargo en ese preciso momento, no podía ser capaz despegarse de la silla en la que estaba sentado, por el intenso miedo que de pronto sentía. Era tonto, o muy extraño, pero lo cierto era que Stiles sentía que algo muy grande estaba por sucederle, y que sea lo que fuere que iba a pasarle, le iba a dejar sin fuerza en sus esbeltas piernas como para resistir su propio peso. Su instinto le decía que estaba a punto de ser presa fácil de un gran depredador, y él no sabía si tendría la fuerza necesaria como para resistirse de ser devorado vivo; pero el temblor intermitente de sus rodillas le hacían saber que tal vez no.

¿Qué estaba esperando? Se pregunto de pronto. ¿Porque no simplemente no se ponía a hacer algo para calmar la ansiedad? ¿Qué le estaba pasando?

El castaño se coloco de pie, tragando en seco con el corazón latiéndole muy rápido dentro de su pecho. Respirando agitadamente, y a punto de sufrir un ataque de pánico, Stiles tomo la perilla de la puerta de su habitación para salir de ahí lo más pronto posible, antes de que aquel invisible depredador llegara por él, pero era tarde ya. Antes de siquiera dar un paso fuera de su habitación, un hombre que jamás había visto en su vida, daba un paso dentro de ella.

-Hijo, ha venido tu amigo Derek a visitarte. –El joven Stilinski volvió a tragar en seco al ver a los ojos de aquel “amigo”  que no había visto nunca. Y se dio cuenta de inmediato. Y lo supo tan rápido, que incluso sintió un ligero mareo que lo hizo volver a sentarse en su silla, ya sin fuerzas para sostenerse de nuevo. Era él. Ese “amigo” recargado en el marco de su puerta, era el depredador que sabía lo comería vivo. Y él no se resistiría. Ya no tenía fuerzas ni esperanzas. Ya no tenía miedo, aunque si una inmensa curiosidad por saber… ¿Podría ser él?- ¿Stiles? – Llamo su padre trayéndolo de nuevo a la realidad, colocando una mano sobre su frente para medir su temperatura que se volvía más y más elevada. John Stilinski arrugo a su vez su propia frente segundos después, con un muy marcado deje de preocupación en su rostro. Soltó un agotado suspiro –Si la fiebre no baja, tendremos que ir al doctor. ¡Ah, y nada de protestas! –El pálido chico bajo la cabeza – Bueno, los dejo solos para que hablen. –John cerró la puerta tras de sí, dejando sumido en sus pensamientos a su hijo, a completa merced de un astuto depredador, quien sonrió con cierta malicia al ser testigo del sufrimiento del joven chico –

-Supongo debes preguntarte quien soy y para que he venido. O quizás el porqué le mentí a tu padre.

-Sí, supongo. Me pregunto porque has tenido que mentir a mi padre sobre ser amigos,  o cual es la razón de que alguien como Derek Hele este en mi habitación en este momento. –El mencionado arqueo la ceja con arrogancia –

-¿Entonces sabes quién soy? – Stiles soltó un bufido, al tiempo que levantaba la vista para mirar fijamente a su interlocutor a los ojos –

-Por supuesto. Ya que por si no lo notaste, cosa que creo prácticamente imposible, ya que mi padre portaba su impecable uniforme cuando te abrió la puerta, yo soy hijo del alguacil de Beacon Hills. Y por lo mismo, yo más que nadie en todo el condado, estoy prácticamente enterado de casi todo lo que pasa en este lugar. Así que si. Sé quién eres. Supe que llegaste al Beacon Hills hace una semana, y también se que has regresado por un asunto familiar o algo así. Mi padre me lo conto. – Derek arqueo una ceja y le miro interrogativo - supe lo que le ocurrió a tu familia hace algunos años. Por cierto, perdón por recordarte eso. Mi padre me dijo que hay un asunto entre tú familia y los Argent y que por eso seguramente habías regresado, ya que tú eres algo así como el jefe de tu propia familia. Cosa que por cierto, no entiendo del todo, ya que Peter Hale, el padre de Malia, es mayor que tú y eso. ¿No debería ser él quien mande? – pregunto para sí mismo, pensativo. Hale lo miro un tanto sorprendido de la forma tan rápida y atropellada que tenía el chico para hablar.-

-Así que sabes mucho de mi familia – Stiles bajo la mirada y ladeo la cabeza, mordisqueando su labio inferior distraídamente –

-Algo. Malia es mi compañera en la universidad; estamos juntos en algunas clases. Y bueno, me ha hablado un poco sobre su familia. Cosa bastante obvia, ya que somos compañeros. Pero no me ha dicho mucho sobre ti, así que… Pero volviendo al tema de todo esto, ¿qué es lo que puede necesitar de mi, alguien como tú, como para que tenga que venir hasta mí casa y mentir a mi padre? Y ¿Cómo has sabido donde encontrarme?  Digo, Malia es mi compañera y eso, pero jamás la he invitado a mi casa. Bueno, ella tampoco me ha invitado a la suya. Aunque seguramente ustedes viven en una mansión, ¿no es así? – Derek se acerco unos pasos más  hasta quedar frente al pálido chico que le miraba a cada segundo más y más curioso, preguntándose si realmente podría soportar estar junto a alguien tan hablador como el joven Stilinski. –

-Bueno, podría empezar antes que nada, con decirte que no eres el único que sabe algo respecto al otro. Además, yo no soy el jefe de mi familia. Mi tío Peter lo es de alguna forma, solo que yo estoy a cargo de algunos negocios que mis padres nos dejaron a mi hermana Cora y a mí. Y por eso es que tenía que venir a Beacon Hills a arreglar algunos asuntos, como bien los has dicho. - Hizo una pausa – Además podría agregar que yo también se algunas cosas sobre tú familia. Aunque solo lo más importante, claro está.

-¿Por ejemplo?... Y aún no me has dicho porque has venido – Derek le lanzo una mirada que le advertía que se mantuviera callado y dejara de interrumpirle. El Hale suspiro cansado, preguntándose nuevamente si llevar a cabo sus planes con ese chico, sería algo sensato.-

-¿No eres una persona muy paciente, verdad?

-No. Suelo estar todo el tiempo muy activo.

-Lo he notado – respondió más bien con un gruñido –

-¿Así que sabes también de mi?

-Sí, algunas cosas. Como dije, solo lo más importante y resaltable. Como por ejemplo, que tu padre está casi en bancarrota por culpa de la enfermedad de su único hijo, o sea, tú. Y que no le queda mucho tiempo para liquidar todas sus deudas al banco, antes de que este le quite su casa y los deje sin un techo bajo sus cabezas. Por eso es que estoy aquí, para proponerte algo a lo que no puedes negarte. Claro, si es que quieres ayudar aunque sea en algo a tu padre. – Stiles frunció el ceño, sintiendo un intenso escalofrió recorrerle por la espalda, y de nuevo aquella sensación que había estado sintiendo en toda la mañana le hizo temblar por dentro. Nuevamente se sentía ansioso y con miedo, y la mirada penetrante que el Hale le dirigía, no hacía más aumentar el ataque de pánico del que estaba siendo presa. Derek Hale le apretó el hombro derecho mientras que con su otra mano le acariciaba la mejilla – Tranquilo, no voy a comerte – susurro en su oído. Tan suave, tan dulce y paralizante, como un veneno – eso jamás sería algo que yo hiciera con alguien como tú.

-¿Q-Que es lo que quieres entonces de mi? – Pregunto con total nerviosismo. Hale suspiro –

-Estas tan desesperado por poder ayudar a tú padre, que se que aunque quieras no podrás negarte.

-¿A qué?

-A mí

-¿A ti? ¿Qué quieres decir con eso? – Derek tomo asiento frente al inmóvil chico, pasando su mano izquierda por el suave y castaño cabello de Stiles, como si tratase de consolar a un pequeño niño indefenso –

-No eres el único que necesita ayuda. Yo también la necesito, pero tú no tienes más esperanzas, por ello yo soy tu única solución. Por eso te elegí. Porque sé que no podrás negarte aunque lo quieras. Me necesitas más que a nadie, y yo también te necesito.

-¿Para qué?  ¿No te entiendo?  ¿Qué quieres decir con eso?

-¿Sabes que mi familia y los Argent son socios de la empresa Nemeton, verdad? – el menor aparto de un manotazo la mano que reposaba en su mejilla, y frunció el seño -

-Sí. Lo sé. – Stiles rodó los ojos y soltó un lago suspiro – Mi amigo Scott no dejaba de hablar de ello todo el tiempo. El se caso hace unos días con Allison Argent. ¿Pero qué tiene que ver eso?

-¿Sabes cuál fue la verdadera razón porque la que Allison se caso con tu amigo?- Hale hizo una pausa, enarcando una ceja, mientras que el otro le miraba atento. - No fue porque realmente lo amara, como seguramente tu amigo piensa.

-¿Entonces porque?... ¡Por dios, habla claro!

-Bueno, creo Gerard Argent está utilizando a esa chica para hacerse con el control de la empresa que fundó mi familia. Verás, cuando mi madre se asocio con los Argent hace algunos años, Gerard puso como condición que Nemeton estaría siendo manejada únicamente por ambos matrimonios; es decir, únicamente por mis padres y por los padres de Allison y Lyam Argent,  y si en llegado momento dejaba de ser así, esta podía ser reclamada por una sola familia.

-Lo que significa que, Allison puede reclamar Nemeton. Pero, no entiendo. Por qué tú… No.

-Sí.

-¿Estás Bromeado? ¿Acaso crees que yo estoy tan desesperado como para ser parte de algo tan retorcido como eso? T-Tú quieres que yo…

-Sí.

-¡Oh, por dios! Eres Derek Hale – le señalo – Eres un hombre rico… ¿Lo eres cierto?

-Tengo bastante dinero, si.

-Y seguramente debes tener detrás de ti muchas mujeres interesadas en ser la futura señora Hale, Entonces, ¿Por qué quieres que yo?

-Cierra la boca y escucha – interrumpió el mayor, haciendo un gesto con la mano para que el otro parara - No creas que hacer esto me hace particularmente feliz, pero yo tampoco tengo más opciones. Y al menos contigo, a diferencia de todas esas mujeres que están detrás de mi o de mi fortuna, tendré el control de la situación.

-¿Qué quieres decir? – Pregunto Stiles, afilando peligrosamente su vista – Si no estás feliz por hacer “esto” o mejor dicho, por estar en esta situación, entonces simplemente no digas nada. ¿Además, quien en su sano juicio se creería algo como esto?  Un Hale casándose repentinamente con un pálido chico a quien no conoce de nada. Si, seguramente los Argent van a creerte. ¡Como si eso fuera posible! Además, mi padre tampoco lo creería.  ¡Ni yo mismo me lo creo! Ni siquiera te conozco, que sepa algunas cosas sobre tu familia es una cosa, pero conocerte es otra muy distinta.

-Cierra la boca, eso ya lo sé. Por otra parte, ¿Vas a negarme que la boda de tu “amigo” no fue exactamente igual a como lo acabas de describir?... No dudo de las intenciones de ese chico. Realmente vi en sus ojos lo mucho que le ama, pero ella es otra historia muy distinta.

-¿Así que Allison se caso por interés?  

- Muy distinto a lo que las personas piensan.

-Aun así, ¿porque yo?

-Porque te vi ese día.

-¿Qué?

- Vi como mirabas a tu mejor amigo el día de su boda, y también escuche lo que dijiste y entonces lo supe. Supe que tú me serias de ayuda. Así es Stiles, yo sé tú pequeño secreto, y no dudes que pienso sacar ventaja de eso, por muy ruin que te parezca. 

-¿Por qué hacer algo como eso?

-Porque aparte de Cora,  Nemeton  es lo único que me queda de mis padres. Tenemos otros negocios, pero no pienso dejar perder algo que pertenece a mi familia. Y por lo mismo, estoy seguro que tú aceptaras ser parte de mi plan, porque lo veo en tus ojos y tú tampoco estas dispuesto a dejar perder tú casa. La casa de tus padres. El lugar donde hay tantos recuerdos. Buenos o malos, no lo sé.

 -En eso tienes razón, pero aún así…

-Te daré tiempo para que lo consideres, pero ten en cuenta una sola cosa.

-¿Qué?

-Que aún sin Nemeton yo soy muy rico, y puedo ayudarte a no perder tú casa. ¿Imagina siquiera las cosas que tendrías si te casaras conmigo?...

-Como si eso me importara.

-Pero te importa tu padre, y por lo que veo, eres un buen chico y sé que vas hacer lo más “correcto”. Así que tienes solo dos días para considerar mi propuesta. 

Notas finales:

¿Les ha parecido muy bueno este capítulo? 

Nah~ no es tan bueno, ¿Pero les ha gustado? ¿Tienen ganas de leer otro más? 

Bueno, pues haganmelo saber, dejandome sus comentarios. 

Nos leemos en el siguiente capitulo.Bye!!~


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