Año 2008
Dos niños se encontraban jugando cerca de la plaza del pueblo riendo sin parar.
-¡Venga Jean, intenta cogerme!- decía el niño rubio.
-Ja, ¡voy a atraparte, ya lo verás! - el otro niño salió corriendo tras el confiado; teniendo en cuenta la poca fuerza física del chico, seguro que se cansaba pronto y se dejaría coger.
-¡Nunca me atraparás!¡Jaja venga ven!- corría mirando hacia atrás para ver que su amigo ya estaba acercándose mucho.
El rubio, acelerando el paso para que no lo cogiera empezó a reír.
-¡Jean no podrás cogerme!-con una voz juguetona-¡No podrás pillarme!¡Jaja, cogem...!¡Aaay...!- el niño de ojos color cielo cayó al suelo al tropezar con una piedra, ocasionandole heridas. -Armin, ¿estás bien?- le acaricia el rostro para consolar al niño que lloraba por el dolor de las heridas.
-¡Aay...snif... por favor Jean, llama a mi mamá...snif!- Jean se levanta y le tiende la mano.
-No debería ir a llamar a tu madre ahora, ella estará trabajando en la pastelería y eso queda bien lejos de la plaza del pueblo... lo mejor será que yo te ayude a ir a casa, así curaré tus heridas.- Armin lo mira, se seca las lágrimas y toma la mano del castaño.
Juntos van caminando por las desoladas del pueblo, la niebla empezaba a aparecer; era de día, pero hacía frío y como el pueblo estaba muy cerca de la cima de la montaña la niebla era algo habitual allí.
-Jean, no me gusta cuando el pueblo se pone así. -dice el pequeño rubio agarrándose más al brazo del otro.
-No tengas miedo, Armin, yo te protegeré, además, los hombres no tienen miedo.-le dice.
-Pero yo...-mira hacia abajo.
Al cabo de un rato, llegan a la casa del oji zafiro, y estos entran.
Luego de llegar al baño, el rubito se sienta en uno de los muebles y su amigo le pone alcohol en las heridas.
-¡Aauh!¡Jean, eso duele, snif!-el rubio derrama unas pocas lágrimas, el escozor que provoca el alcohol sobre sus zonas afectadas es insoportable para él.
-Shhh... tranquilo, eso significa que está haciendo efecto; muy pronto se te curarán las rodillas, ya lo verás.- dice esto ya vendando los arañazos que tenía el rubio.
-¡Tadá!¿Y bien?¿Verdad que ya no te duele tanto?- el castaño le regala una sonrisa con triunfo. Por su parte el pequeño oji zafiro se seca las lágrimas de nuevo y con un pequeño tono carmín en las mejillas dice un suave: -Sí...-sonriendo también.
-Armin, no te preocupes nunca por nada que te pase; yo siempre estaré allí para ayudarte, nunca te dejaré.- abraza al rubio y da un tierno beso en la mejilla, provocando un sonrojo más notable en este, pero acaba correspondiendo al abrazo...
Año 2010
-Snif... pero Jean, yo...¡snif, no quiero que te marches!- un rubio se encontraba abrazándo a otro muchacho de ojos café dorados.
-Lo siento, Armin...pero...mi padre encontró trabajo en Tokyo; debo irme...
-¡Pero tu me prometiste que nunca me dejarías!
-¡No lo haré! ... Te llevaré siempre, aquí...- señala su corazón.
-Vamos Jean, sube al auto.- el padre del chico irrumpe en el momento, y este obedece montando.
Se sitúa en la parte trasera del vehículo y se asoma al cristal, para ver a su mejor amigo y su familia despidiéndose de ellos, sobretodo fija su mirada en el rubio, que agita su mano en señal de adiós con lágrimas en los ojos y gritándole palabras que no llegaba a oír debido al ruido que hacía el auto y al cristal.
El castaño posa su mano sobre este, sin dejar de mirarlo, alejándose rápidamente...
Cinco años después...
El celular sonó. La alarma de las 6... se levantó bostezando. Hoy debería empezar una larga rutina... Miró por la ventana; la claridad era débil, y se notaba que hacía frío fuera. El siempre había sido muy friolero, por lo tanto el frío era algo que no soportaba. Por otra parte también carecía de mucha fuerza física, era bastante frágil. Pero también era muy inteligente. Con eso al menos destacaría entre los demás en su nuevo instituto, aunque también había probabilidades de que se metieran con él por ser el típico chico empollón de la clase...
Sirve un bol de cereales, prende la televisión y empieza a comer.
Debería ir al quinto pino sólo para asistir a clases. Claro, los primeros días, ya que pronto se mudaría a la ciudad.
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En el tren se estaba muy calentito. Era reconfortante para él. Miraba por los cristales, la ciudad estaba cerca.
Seguro que le costaría hacer nuevos amigos.
Armin Arlelt, de 15 años de edad, entrando a 3° de secundaria en el instituto Shingeki Chuugakkou estaba en el tren camino de clases.
Había unos chicos cerca de él, un chico de pelo café oscuro con unos llamativos ojos esmeralda, una chica de tez nívea a su lado con una bufanda roja, el pelo corto e intenso color negro y un poco de brillo de labios rosado en estos, y un muchacho con la piel muy clara también a diferencia del otro, el pelo negro y un corte bastante peculiar, con el flequillo rozandole los párpados, ojos grises azulados y pequeños, y una seria mirada.
Los observaba intentando no ser descubierto, parecían populares, y no era por su físico, no, él sólo lo intuía.
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La ceremonia de iniciación no le pareció muy larga al contrario que otros alumnos, que no paraban de quejarse sobre lo aburrido que había sido; bueno, a él le resultó interesante. Mientras pensaba en cosas ramdom, unos chicos se le acercaron. -¡Hola!¿Eres nuevo, verdad?-dijo una voz masculina a detrás suya.
Armin se vooltea y ve a los chicos de antes; le no estaba hablando el chico de orbes verdes.
-Aaam... sí, soy nuevo.-decía con inseguridad.
-Jaja, ya decía yo, no te había visto otros años.-le sonríe- Mi nombre es Eren Jaegar, esta es Mikasa, y él es Levi, mi novio.
-Hola...-dijo la chica.
-Él es el pasivo, que conste...-fue lo que dijo el otro chico.
-¡Levi!
Armin estaba desconcertado, pero no parecían malos.
-Por cierto, ¿cuál es tu nombre? - le pregunta Eren.
-Etto...soy Armin, es un gusto conocerles...-hace una pequeña reverencia.
-El gusto es nuestro...- fue interrumpido por el timbre que anunciaba las clases. Los alumnos empezaron a entrar en el edificio.
-¡Oh! Deberíamos ir a ver en qué clase hemos caído este año. Vamos juntos.
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-Clase 3°A... bah, el mismo grupo del año anterior. - se desinteresaba Eren.
-A ver...¡oh, Mikasa es la primera de la lista!-dijo el rubio mirando que alumnos caían en su clase.
-Y también está... Levi Ackerman... y yo debajo... Eren Jaegar... Jean Kirchstein...¿¡¿ueh?!?- Armin se sorprendió mucho al ver ese nombre...
-No...no puede ser...- sus ojos estaban muy abiertos y las pupilas junto al iris encogidas.
-Ey, Armin, ¿ocurre algo?-le pregunta Mikasa. Pero él no responde, sólo queda allí petrificado.
-Armin, ¡Armin!- Eren lo sacude. Por fin reacciona.
- ¿¡Ah?! ... ah... es-estoy bien... estoy bien...- aún estaba algo aturdido por la sorpresa.
-Vamos a nuestro salón, las clases están a punto de empezar.
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Todos entraron al aula, menos Armin y la profesora que estaban hablando de su ingreso en la ecuela.
Ya todos en sus sitios, la maestra y Armin entraron al salón y se pusieron delante de la pizarra.
-¡Buenos días, chicos!- saludó ella.
-Yo soy Lindia Wolds, vuestra nueva tutora de inglés, es un gusto estar con ustedes este año.-
-¡Buenos días profesora Lindia!- dijeron todos al unísono, exepto un castaño de ojos claros, que observaba a Armin.
-Este chico que está a mi lado es un nuevo alumno que estará en con nosotros a partir de hoy. Presentate, cielo. -le sonríe dulcemente.
-Me llamo Armin Arlelt, es todo un placer.-dice haciendo una reverencia.
-Gracias, Armin, ya puedes sentarte.-Armin va hasta un asiento libre al lado de una chica con el pelo castaño y ojos marrones y una coleta alta y toma asiento.
- Voy a pasar lista; cuando diga el nombre de uno que ese alguien levante la mano.
Todos asintieron.
-Bien... Mikasa Ackerman.- miró a la nombrada.
-Presente. -alzando su mano.
-Levi Ackerman.-Él solo alzó la mano.
La profesora miró a los dos.
-¿Sois hermanos?- preguntó.
-No, profesora, nosostros somos primos. -respondió Mikasa.
¿Primos? Armin también empezaba a sospechar que eran hermanos pero al parecer sólo son primos.
Con razón se parecen tanto... -Armin Arlelt.
-Presente.
-Mireya Bell.
-Presente.
-Marco Bodt.
-Presente.-dijo aquel muchacho sonriendo amable.
-Oruo Bozad.
-Aquí aquí. - ese tío también parecía bastante peculiar.
-Sasha Braus.
-...¡Ah! Presente...-aquella chica era la que estaba a mi lado. Parecía bastante despistada.
-Ejem... Reiner Braun.
-Presente.- estaba muy musculoso.
-Eld Gin.
-Yop.-levanta la mano un chico rubio con una pequeña coleta baja y perilla.
-Bertold Hoover.
-Presente...-dijo un chico muy alto tímidamente.
-Anastasia Iluminard.
-Presente.
-Kin Jadness. -Presente.
-Eren Jaegar.
-Yooo.- levanta la mano mi nuevo amigo.
-Jean Kirchstein.
Al oír ese nombre, a Armin lo recorre un escalofrío. Se da la vuelta en dirección del nombrado y... cruzan sus miradas. Armin casi no sabe qué hacer. Sólo se miran impactados, uno pot el repentino encuentro y el otro por ser descubierto mirándole.
-Ilse Langner.
-Pre-presente.-la chica respondió nerviosa.
- Annie Leonhart.
-Presente.-dice una alumna rubia con frialdad.
-Petra Ral.
-Presente.-respondió dulce.
-Historia Reiss.
-Presente.-responde una rostro y voz angelical.
-Gunter Shulz.
-Sí. -dijo serio. -Conny Springer.
-¡S-Sí!- responde nervioso.
-Ymir...Ymir.-dudó la profesora.
-Seh...-dijo aquella joven con desgana.
-Riko... sin apellido también 7_7
-Aquí estoy.-una chica de pelo grisáceo y muy corto.
-Y por último, Hange Zoë.
-¡Presenteeeee!- responde alegre una chica con lentes y pintas de ser algo alocada.
-Bien, empecemos la clase...
Narra Jean
No podía dejar de mirarle. ¿De verdad, era él? No me lo imaginaba... sigue siendo igual, todavía sigue tan lindo como siempre...
Soy Jean Kirchstein, de 15 años y...un atractivo insuperable 7u7...
Ok no, pero volviendo al tema...¿¡cuando llegó Armin a la ciudad!?
Hace mucho tiempo que nos conocemos, él era mi mejor amigo en la infancia. Vivíamos en un pueblo lejano, siempre estábamos juntos... hasta que un día mi padre vino con la mala noticia de que nos mudariamos a la ciudad ya que encontró un buen empleo; bueno, era una noticia buena, pero mala para mí. Yo no quería separarme de Armin, y el día que me marché intenté parecer duro y afrontar los hechos, pero sólo hice entristecer más a Armin...
Ahora tengo novio, Marco, bueno, salgo con él desde hace unas semanas, así que todavía no tengo mi primer beso. En realidad yo siempre quise dárselo a Armin, allí en el pueblo, a la colina donde solíamos ir a jugar, en el roble... Acercarme despacio a sus labios y besarlos... pero eran fantasías de la niñez. No es que lo amara, pero le tenía mucho cariño y tuve la idea de robarle un beso a ver cómo se le quedaba la cara. Seguro que se sonrojaría mucho, como siempre. También se sorprendió mucho cuando nos hemos mirado antes, aunque ahora me evita...
Narra autora
Pasaron tres clases, y sonó el timbre que indicaba el receso/recreo.
En el recreo...
Jean se acerca lentamente al rubio y le toca el hombro para llamar su atención.
Este al darse la vuelta se sobresalta, y vuelve a congelarse ante ese chico.
-Je-Jean... tú...- le tiembla la voz.
Jean lo mira a los ojos; está a punto de estallar en lágrimas.
El rubio sólo se lanza a él y lo abraza con fuerza, mientras el otro correspondía el abrazo.
-Jean...snif...pensaba que ya no te volvería a ver...
-Shhhh... yo también te extrañé, Armin ...-los otros chicos: Eren, Mikasa y Levi se quedan mirando la escena algo confusos, ¿cómo es que se conocían si Armin era nuevo? Eren iba a preguntar pero Mikasa lo detuvo para que no estropeara el momento.
Cuando Armin se calmó un poco y se hubo secado las lágrimas empezaron a hablar:
-Jean, tengo muchas cosas que contarte n.n .
-Ja, ¿crees que yo no?- acariciando su pelo.
Caminan hasta los demás.
-¿Es que ya os conocíais? -Eren.
Estos dos se miraron y luego asintieron.
- Veréis, Jean y yo nos conocemos desde pequeños... eramos muy amigos. -explicó Armin.
-Bueno, no tiene porqué ser un "eramos". Podemos seguir siendo amigos.-le dijo Jean.
-Wooo... nunca me imaginé que Jean y tu ya os conocierais...- dijo Eren sorprendido.
-Pero si lo conoces de hoy, burro 7 7...
-le dijo Levi como una riña.
-Jejeje n.nU...-
Armin estaba deseoso de declararse al castaño de una bonita forma, y que este le correspondiera y final feliz...Pero eso sería entro momento, claro.
De repente un chico de orbes dorados y pecas llegó junto al grupo.
-¡Hola chicos!-saludó alegre.
-Ey, hola Marco.-saludó Eren.
-Hola...-Jean recibió un cálido abrazo por parte del chico.
-¿Cómo estás mi pequeño potrillo desbocado?-dijo sonriendo a Jean mientras continuaba abrazandolo.
-Jaja, qué gracioso Marco...-dijo Jean.
-Anda, ¿tú estás en nuestra clase, no?¿Armin, era así? - le preguntó amable el pecoso.
-Eeh...sí, sí así es. Encantado Marco.-sonrió al chico. -Igualmente n.n -respondió.
-Por cierto Marco, él es el chico del que te hablaba, fue mi mejor amigo...compartimos muchos maravillosos recuerdos...- le dijo Jean.
-¡Ah! Por eso me sonaba tanto tu nombre.
-Y, Armin, sobre las cosas que tenía por contarte, una de ellas es que Marco... es mi novio.-dijo sonriendo.
La sonrisa del rubio fue cambiando a unos labios cerrados, mostrando sorpresa y disgusto.
-Etto... Armin, ¿te encuentras bien?-lo tomó del rostro.
-...Voy... voy un momento al servicio...-se esfumó de allí, seguido de las miradas desconcertadas de los muchachos.
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Jean tenía novio... y estaba en su misma clase... con su novio. No se lo imaginaba, pero era porque no quería imaginar. En el momento en que Marco abrazó a Jean y le habló de esa manera tan cariñosa comenzó a sospechar. Pero no estubo seguro porque a Jean no le gustaban los chicos...en el pueblo siempre miraba a las niñas guapas, y esto conseguía ponerlo un poco celoso aunque en aquellos tiempos no sabía por qué.
Se mojó la cara con agua fría. Necesitaba pasar un rato sólo y reflexionar sobre lo sucedido.
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Volviendo al receso...
-Oh... me pregunto qué le pasará a Armin...-dijo Marco preocupado.
-...- Jean no escuchó. Pensó en ir a ver al rubio cuando terminara la escuela y hablaría con él como un buen amigo.
Ahora sólo quería estar a su lado...