Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

no quiero amarte, pero lo hago por Zack Engel

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

hiii~

 

no sabia que estaba esta seccion. se que esta abandonada desde el año pasado, pero no me importa. AMO NCIS Y ESCRIBIRE DE ELLOS

disculpen es la emocion de conocer un fandom tan hermoso y pequeño como este.

solo me queda decir que los personajes no me pertenecen ni la serie tampoco. solo esta historia~

Notas del capitulo:

bueno como dije esta categoria la encontre recien ayer.

no se si alguien sigue leyendo, pero me emociono tener un fic de esta serie asi que lo mas seguro es que siga escribiendo a pesar de que nadie lea.

no tengo mucho que agregar. ya no les quito tiempo y lean - quien quiera que siga leyendo aqui - 

No lo podía creer. Realmente no podía creer lo que estaba pasando y aun así tenía que seguir viviendo como si nada pasara.

De solo pensarlo una vez más tuvo que gruñir mientras su mano se desquitaba contra la el papel que estaba ocupando. Sabía que no era del todo importante para su jefe, pero al menos hasta hace unas horas creía que le tenía un poco de aprecio “pero ni siquiera espero a que estuviera muerto para reemplazarme… ¡por Mctonto!” pensó con desagrado  al recordar como había logrado salir del alcantarillado gracias a su equipo y obviamente a su gran habilidad.

Soltando un suspiro hizo una expresión que para muchos sería divertido ya que él nunca mostraba su peor cara, pero ahora realmente se sentía desilusionado “no se en que momento pensé en que me quería, al menos como parte de su equipo” pensó mientras cerraba sus ojos con algo de dolor. Hasta el momento en que salieron del ascensor y el jefe se le acercó para palmearle la mejilla con algo de cariño sus esperanzas se habían mantenido vivas. Mas ahora solo podía pensar en lo patético que se había visto manteniendo una sonrisa confiada “es imposible, solo se necesitan dos dedos de frente para saberlo”.

Aunque DiNozzo sabía que Gibbs nunca lo amaría, su pecho dolía siempre que lo veía con una pelirroja y su corazón siempre saltaba de la emoción cuando lo felicitaba y hacía notar que hizo un buen trabajo. Era simplemente patético y recién ahora se daba cuenta.

Abriendo sus ojos miro a su alrededor notando con cierta gracia que nadie se encontraba en el lugar. Era demasiado tarde para que alguien aún se encontrara en aquel lugar. De seguro Gibbs estaría haciendo su estúpido bote, Kate en una cita con su pretendiente y Abby en una fiesta. Él debería estar haciendo lo mismo. Debería estar disfrutando de la vida con alguna mujer desconocida, pero sus ánimos no estaban para ello.

Soltando otro suspiro tomó sus cosas y abandonó el lugar con algo de frustración. Él  era Anthony DiNozzo y no sufría por ninguna mujer, entonces ¿Por qué tenía que sufrir por un hombre que precisamente era su jefe? No había respuesta y Tony no se detendría a pensar más en el mayor “regla número uno Tony, regla número uno” pensó con el semblante dolido mientras decidía a volver a su departamento y paso la mejor noche de su vida comiendo pizza y viendo uno de sus clásicos que más le gustaban.

A la mañana siguiente ya estaba listo para rendir lo mejor de sí en la oficina, por lo que no dudo en llegar temprano y ordenarse por completo en lo que llegaban sus compañeros, no dejaría que lo volvieran a ver dolido por alguien que nunca lo vería.

Pasadas las horas vio como llegaba Kate, quien lo saludo con su típica sonrisa burlona y sin dudarlo comenzaron una discusión de palabras hasta que llego un Gibbs completamente molesto.

-¡Kate, DiNozzo! Preparen el equipo, nos vamos ahora. Marino asesinado

La molestia con que llego el jefe sobresalto a ambos chicos que no dudaron en hacer todo rápido para llegar lo más pronto al caso.

A opinión de Tony este era un caso no tenía tanta importancia a pesar de que el marino asesinado estaba atravesado por un enorme palo. “de seguro te mató tu mujer” pensó con un poco de morbo a la vez que se sentía como Ducky asi que prefirió ir a investigar un poco por los alrededores para ver que encontraban.

-ahh… esto es una pérdida de tiempo –murmuro DiNozzo mientras miraba cada parte del piso

-¿algo que decir DiNozzo?

-nada jefe

-así me parece…

-lo siento jefe, había mucho tráfico y no pude llegar a tiempo yo… - la voz nerviosa de Mcgee hizo que Tony se volteara y enarcara una ceja

-¿Qué hace el aquí jefe? No es un caso tan difícil y…

-yo lo llame… Mcgee sígueme

Viendo como los dos se largaban de la escena del crimen Tony sintió que la frustración y enojo crecía aún más. Definitivamente no iba a poder superar ese estúpido sentimiento que tenía por el mayor y el que el jefe llamara a Mcgee se lo había demostrado.

Obviamente no estaba celoso, era estúpido tenerle envidia a un chico que no causaba miedo alguno, más si podía decir que le daba enojo como el hombre se comportaba con el chico, sobre todo porque no recibía ni un mísero golpe.

Bufando y gruñendo como nunca termino de tomar todas las evidencias y fue directo a la camioneta para guardar todo. De entre todas las opciones decidió que lo más sano para él era ir con Kate y dejar trabajar tranquilo a Ducky.

Al llegar con la chica la saludo con una sonrisa y le quito la cámara para ver todas las fotografías que había tomado, a pesar de que la chica lo insultaba con palabras mordaces no la escuchaba del todo. En realidad su mente estaba más concentrada en dos cosas. El 70% de ella estaba intentando de encontrar algo en las fotos para ser notado y el otro 30% se dedicaba a pensar en cómo poder hacerle una trampa a Mcgee por meterse tanto donde no corresponde.

-¿Qué pasa Tony andas raro?

-¿te preocupo Kate? Sabía que tenía mi encanto, pero no que caerías

-oh por dios no te equivoques, pero en todo el viaje estuviste callado y ahora no has parado de gruñir – dijo con una sonrisa quitándole la libreta - ¿acaso te cancelaron?

-¿cancelar qué?

-tu cita, ayer después de que te rescatáramos dijiste que irías a tu cita

-ahhhh… siii – con un pequeño titubeo miró a otra parte y cruzó su mirada con Gibbs, más la corrió rápidamente – no me cancelaron, solo que no tuve tiempo de darme un buen baño y… tú me entiendes

-no, no te entiendo

-vamos Kate, tú también tenías tu cita y…

-vamos ¿Qué te pasa? ¿Acaso es porque Mcgee esta aca?

-para nada, lo que haga Mctonto aquí me es indiferente

-no deberías ser tan celoso DiNozzo

-yo no soy…

-¡DiNozzo, Kate! ¡Dejen de perder el tiempo y muévanse!

El grito del mayor hizo que los dos se precipitaran y corrieran a decirle al mayor todo lo que sabían antes de seguir con el trabajo. Ya para las 6 de la tarde decidieron dejarlo y seguir mañana en el caso. Después de todo no podían hacer más.

Tony fue al baño para despejarse y sentirse mejor. Quizás ese no había sido su mejor día, pero Kate sabía leer a las personas y a Gibbs no se le escapaba ninguna así que básicamente lo hizo muy bien “debes seguir así hasta que encuentres algo decente, estas decidido a tener un mejor trabajo DiNozzo” se dijo a si mismo frente al espejo. No se quedaría estancado toda la vida en un lugar que no lo hacía del todo feliz.

Ya recompuesto volvió a su escritorio para tomar sus cosas más algo lo detuvo. Aunque le pareciera  irrealista vio como Mcgee estaba sentado en el escritorio del jefe y a su vez noto como hablaban tan cercanos. No era una relación precisamente de subordinado nervioso y jefe, sino que era como la relación que tenía el con Gibbs “la única diferencia que yo me demore más de 3 años para eso” pensó con el ceño fruncido.

El momento en que vio como el hombre lo felicitaba por lo que fuera que estuviera haciendo su enojo no lo pudo controlar más por lo que tomo sus cosas con ansiedad sin importarle que Kate lo miraba con extrañeza y pena. Lista todas sus cosas y se decidido a marcharse.

-Adiós  

Corriendo hacía el ascensor se metió en el y bajo hasta el laboratorio de la chica. Sabía que huir no era precisamente muy de él, pero creía que su último recurso era la azabache o si no se terminaría por volver más loco de lo que ya estaba.

Al llegar no dudo en saludarla justo cuando esta se comenzaba a preparar para irse. Tony no era tonto por lo que pudo notar la pena que sentía la chica por él, quizás lo leía en su cara o Kate se lo había dicho por lo que intento sonreír lo mejor que pudo y la beso en la mejilla.

El momento en que vio como esta volvía a sentarse soltó un suspiro. Sabía que podía confiar siempre en aquella mujer y que no importaba la fiesta que fuera. Siempre se quedaría unos segundos más para ver si podía ayudarlo.

 -tenemos que hablar – dijo lo obvio con un poco de nerviosismo

- ¿Qué pasó Tony?

-estoy en problemas Abby, estoy en serios problemas

-¿lo mismo de siempre?

-¡sí! Es frustrante, ya no me interesa hacer nada ¡llego solo a comer pizza y ver una película! – se quejó rodando los ojos mientras se paseaba por la sala como león enjaulado – no me quejo pero me gustaría… no se… por lo menos volver a las mujeres

-menores por cierto – dijo con una risa para quitar un poco de tensión

-no te rías Abby, ya fue frustrante decírtelo y ver cómo te reías en mi cara aquella vez –avergonzado tomo asiento al lado de la chica – ahora debo verme más patético que antes, completamente patético

-nunca se me olvidara ese momento- dijo mirando hacia un punto para recordar como había llegado Tony a la conclusión de su enamoramiento - pero ¡hey! deberías decirle… quien sabe quizás te acepta

-o me da un balazo en la cabeza… Gibbs solo me ve como un compañero de trabajo Abby

-vamos Tony~ no seas tan pesimista, tú no eres así

-no veo salida de esto. Estoy condenado Abby

Sintiendo como la chica lo abrazaba suavemente sonrió. Aquella chica actuaba como la hermana que nunca tuvo y realmente le gustaba, sobre todo por el hecho de que no se llegaba a sentir tan solo como solía estarlo todo el tiempo.

Sintiéndose un poco mejor y escuchando como la chica le volvía a dar ánimos decidió que ya era tiempo de que ambos se fueran a sus respectivas casas, por lo que aun con la chica pegada   salió del laboratorio hasta el ascensor en donde indudablemente se encontró con Kate y Gibbs. No podía  más que maldecir su suerte mientras la aceptaba con resignación. Simplemente su vida nunca le dejaría descansar.

Ya liberado del abrazo de la chica porque ahora esta estaba más pegada a Kate con una sonrisa en los labios entro y se mantuvo distante de los tres “al menos ya no está Mcgee” pensó irónicamente.

Pareciera que las dos chicas se entendían perfectamente sin hablar porque el ambiente incomodo se rompió solo por las risas de ambas haciendo que los dos hombres la miraran de manera interrogante.

-por cierto Tony ¿Qué harás con tu calentador descompuesto? Hace mucho frio y de seguro te enfermaras – pregunto Abby con la sonrisa pegada en la cara

-¿ah? Yo no…- confundido miró a la chica. Sabía que planeaban algo y posiblemente no seria nada bueno, pero no tenía opción a hablar

-y ya te dije que no te podías quedar en mi casa- Kate sonriendo “inocentemente” se encogió de hombros - ¿Por qué no le pides a Gibbs?

-no – fue la respuesta del mayor

-no hay problema, después de todo no te lo iba a pedir jefe – algo dolido sonrió y deseo que las puertas se abrieran

Las chicas se habían quedado en silencio por la rotunda respuesta y con algo de desánimo salieron del ascensor para encontrarse con una tormenta. Ahora si Tony podía decir que estaba jodido porque precisamente ayer había estado muy soleado “demonios” maldijo su suerte y deseo que de verdad su calefactor funcionara.

Camino unos cuantos pasos sintiendo como a lluvia caía sobre sus hombros de manera dolorosa mientras que las chicas se iban juntas cubiertas por el mismo paraguas, en esos momentos se preguntaba porque no pensaba como una chica, al menos así podría prevenir cosas como estas. Con algo de envidia desvió la vista y notó como Gibbs también se mojaba. Aquello le hacía algo de gracia mas no hizo comentario hasta que vio al hombre caminar

-¡Gibbs! ¿No te vendrán a buscar hoy? – pregunto acercándose al hombre al no ver un auto

-¡no! Me iré caminando

-te llevo – gritó de vuelta para que se escuchara

-no es necesario

-deja de decir no, en serio te llevo, me queda de camino

Viendo la duda en el hombre espero a su respuesta, dos segundos después ya estaban caminando hacia su auto. En cierto sentido Tony podía decir que estaba feliz ya que al menos en eso su jefe confiaba en él, más cuando llegaron al auto Gibbs le pidió las llaves de manera demandante y no tuvo más que entregárselas.

El pasar su auto era una clara muestra de cuanto confiaba en el mayor, más aun así estaba rezando y afirmándose de lo que podía para no sentir que moriría en cualquier momento. Le gustaba la velocidad, en serio que le gustaba, pero Gibbs era un maniaco que de seguro estaba dispuesto a matarlo por la manera de correr aún bajo esa tormenta.

-eso… eso fue rápido… jefe – dijo tragando con fuerza. Ya ni se acordaba lo preocupado que estaba por sus sentimientos ni de su auto

-así me gustan las cosas. Yo tengo el control, yo domino y tanteo el terreno –contestó con tranquilidad mientras sacaba las llaves del auto y se la entregaba a Tony

-lo sé, siempre ha sido así, pero rayos es mi auto… ¡pudiste rayarlo o habernos matado!  - alego con cierto ceño fruncido

-nunca expondría a mi equipo a algo que los dañara

-pues déjame decirte que estuviste a punto de matarme Gibbs – dijo con una pequeña risa mirando su mano aun sujeta a la puerta

-Tony – la voz sonaba algo frustrada

-qué jefe

-mírame

En cuanto el menor giró la cabeza para poder verlo notó como el mayor estaba demasiado cerca de él y sin dudarlo junto ambos labios en un casto beso. Si era sincero no era como los otros besos que había dado y recibido, de hecho el sabor se alejaba mucho de ser dulce y los labios distaban mucho de ser suaves y juguetones como los de una mujer. Los labios del mayor eran sabor a café y bourbon cosa que le provocaba cierta excitación a pesar de no ser un beso apasionado.

Sintiendo como el hombre se alejaba de él, lo vio a los ojos e intento abrir los labios para decir algo, pero no tenía que decir. Era todo lo que había esperado desde que se dio cuenta de sus sentimientos por lo que alzo sus manos y atrajo al mayor de la nuca nuevamente.

Quería sentir esos labios y conocerlos a la perfección. No importaba si luego era golpeado. Solo importaba el momento por lo que no dudo en ocupar su experiencia “juvenil” para llevar ese beso a un nivel diferente.

Fue tonto pensar que dominaría aquel beso o cualquier otra cosa con el mayor, ya que cuando había agarrado la confianza suficiente sintió como este volvía a tomar el liderazgo sin problema alguno. Tampoco era algo que lamentara del todo por que disfrutaba mucho la forma ruda de ser tratado

-debiste habérmelo dicho Jefe

-eres demasiado lento DiNozzo, pero quise darte la oportunidad

-¿sabes? Tus labios son mejores que los de ese bastardo… el transformista –comento sin poder creerse aún todo eso

-deja de hablar estupideces y muévete DiNozzo

Con una sonrisa Anthony asintió con la cabeza y salió del auto para poder entrar a la casa junto a su jefe. Aun no sabía si eran amantes, pero poco le importaba sinceramente ya que apenas sintió el frio del refugio fue empujado contra la pared y volvió a sentir los labios del mayor sobre los suyos de una manera tan posesiva que lo impresiono, pero no lo disgusto. Esa era la personalidad de Gibb que más le gustaba así que disfruto cada segundo a pesar de que por un momento la lengua del contrario se sintió extraña al chocar con la suya.

Con una sonrisa por parte de ambos se adentraron en la casa dispuestos a poner las cosas claras. Gibbs no dejaría de ser el jefe de Tony, solo debían saber llevar esa relación a escondidas sin poner celoso al menor por cada pelirroja que apareciera en su vida. Después de todo ellas solo eran una pantalla y  el hombre ya estaba aburrido de recorrer una vida solo viendo a mujeres distintas sin establecerse. Quería por fin darse una segunda oportunidad con alguien

Tony era el hombre perfecto para poder dejar de recorrer su camino solitario. Siempre había estado ahí y sabía que siempre estaría ahí porque era el mejor agente especial que conocía, además tenía la aprobación de las dos chicas más importantes de su vida, Kate y Abby.

-que pasara con las reglas Gibbs, la regla uno nos prohíbe – dijo con una sonrisa mientras veía al mayor tallar su tan preciado bote

-nadie tiene que enterarse – dijo con una leve sonrisa

-como que las reglas las inventaste tu – dijo divertido viendo esta vez a la tele mientras le daba un sorbo – consideras mucho a Mcgee

-¡DiNozzo!

-no he dicho nada fuera de lo común, solo que a él lo tratas muy bien y a mí me pasas golpeando – dijo defendiéndose enseguida, lo peor sería que ahora lo consideraran una esposa celosa

- ahh… - limpiándose las manos con un paño fue a ponerse frente al menor y le robo la taza – nunca dejare de golpearte en el trabajo, dices un montón de estupideces por segundo – haciendo como que le iba a golpear vio al contrario prepararse, mas solo le revolvió el cabello en señal de afecto – y el chico sabe manejar la computadora… además tú ya abusas de él

-¿me lo estás dando como juguete jefe?

-DiNozzo….

-lo se jefe, no tienes que repetírmelo dos veces

Levantándose le quito la taza y decidió ir al primer piso para poder dormir. Sabía que el mayor no lo seguiría y posiblemente pasarían muchas noches antes que durmieran juntos. Tenían que acostumbrarse ambos al otro.

Notas finales:

y aqui finalizamos

como dije es recien mi primer fic aqui, pero no el ultimo.

espero tener algun comentario de alguien por aqui si es que siguen leyendo (esto es tan raro para mi)

subire mas fic a medida que se me vallan ocurriendo.

sin mas que decir me despido esperando tener algun comentario de alguien aqui~

un beso, un abrazo y espero se cuiden.

 

bye bye

Zack Engel~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).