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Si mis oídos no pudieran oírte. por G-tzii

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Notas del fanfic:

Bien, esto llegó a mí por una conversación que estaba teniendo con mi madre sobre Luis Miguel, cosa rara XD mi mamá es su fanática y pues, surgió, luego sabrán por qué. 

 

Espero que les guste, es con cariño <3

Si mis oídos no pudieran oírte.

 

 

 

Suspiró con un puchero cuando no le contestaba el celular. Había marcado hace unos segundos, el otro siempre era rápido al contestarle, ¿por qué ahora no? Ji Yong frunció el ceño. Ya tenía suficiente con saber que iba un poco más de un mes con Seung Hyun lejos en Alemania y él sólo en su casa. Lo extrañaba a morir y la idea de que estuviera lejos y hablarle por mensajes no era exactamente lo que quería. Quería verlo. Se dejó caer en el sofá y entonces escuchó un tono que le indicaba que había contestado su celular.

 

-¡Seung Hyunie!

 

Su puchero creció. Quizás Seung Hyun estaría sonriendo por su tono de voz caprichoso en aquel momento.

 

-Ji… -fue apenas un susurro. -¿Estás bien?

 

-¡Claro que no! –Se quejó frunciendo el ceño. -¡¿Crees que estoy bien?! ¡¿Cuándo vuelves?!

 

-Pues… -hubo un silencio. –Estoy...

 

-¿Cuándo? ¿Esperarás hasta que vaya yo a buscarte?

 

Una risilla se escuchó por el celular y entonces ladeó la cabeza.

 

-Te extraño…

 

-…

 

-¿Por qué no dices nada? –Ji Yong frunció el ceño, molesto. No le gustaba lo distante que se oía Seung Hyun.

 

Tal como un niño de cinco años de cruzó de brazos y piernas. Más el otro no respondió.

 

-¿Estás ocupado? ¿Estoy interrumpiendo?

 

Por un momento pensó en la posibilidad de que el mayor estuviera ocupado, así que se preocupó un poco, pero el otro no le respondió.

 

-¿Seung Hyun? –Frustrado miró su celular, todavía la llamada estaba en curso, eso quería decir que simplemente no le estaba poniendo atención. -¿Para qué contestas el maldito celular si no me estás oyendo? ¡Simplemente debiste dejarlo apagado!

 

Y cortó. Enojado. Dejó su celular caer en el sofá, frustrado. No es que buscara una pelea con su novio, sino que lo echaba de menos, la situación lo ponía de mal humor y encima él ni siquiera le ponía atención, parecía completamente desinteresado. ¿Para qué continuar la conversación? Su celular sonó una vez y le miró. La pantalla marcaba el nombre de él, más esta vez lo ignoró por completo. Cuando dejó de marcar, un mensaje entró. Lo abrió entonces.

 

SeungHyunie<3

 

“Ji, ¿qué pasa? ¿Por qué te enojas? Te dije que falta poco… también te extraño.”

 

Ji Yong frunció el ceño. Y marcó un mensaje de vuelta: “No lo parece.”

 

Enojado dejó el celular a un lado y se puso de pie para seguir la práctica. Miró a los chicos y estos se movían de allá para acá, frunció el ceño. Sintió la pista de la canción leve y entonces comenzó a moverse. Se le fue el tiempo metido en la práctica, pero pronto se fijó en que Seungri dejaba de bailar y se paró a mirarle mientras respiraba cansado.

 

-¿Qué pasa? –Le miró y Seungri tomó un poco de agua.

 

Los demás también se detuvieron.

 

-Hyung… -respiró un poco y luego le miró. –Estás bailando la parte final, recién vamos en el primer coro.

 

-Pero si la canción va al principio recién, ¿cambiaste los pasos?

 

-Hey, bro, quizás estás estresado. La canción ya lleva tres minutos sonando y no te metes en la coreografía. –Young Bae palmeó su hombro.

 

-Ah, lo siento, chicos –Ji Yong suspiró, quizás estaba perdido en sus pensamientos. –Descansemos un poco.

 

Se giró y se sentó en la banca con una toalla mientras secaba su sudor tranquilamente. Bajó su mirada al suelo mientras pensaba un poco en cómo debía organizar los espacios en el escenario la próxima vez que tuvieran un concierto. De pronto salió del trance cuando una mano paró en su rodilla. Miró a su lado, Daesung le miraba preocupado.

 

-Lo sabes, ¿no?

 

-¿Qué?

 

-¿No me estabas escuchando?

 

-Lo siento, Dae, estaba pensando un poco.

 

-Digo que… -entrecerró sus ojos mirándole fijamente. –hacen falta… -Frunció el ceño levemente y bajó sus ojos a las manos en movimiento de Daesung. –Lo sabes, ¿cierto?

 

De pronto lo invadió un miedo y le miró fijamente.

 

-¿Qué has dicho?

 

-Hyung, no me estás poniendo atención.

 

-Es que hablas muy bajo… -le miró nervioso y entonces miró a su lado. Seungri reía y movía sus manos exageradamente, aún así, sólo lo veía mover la boca. Y Seungri siempre hablaba en un tono de voz alto, era imposible no escucharle. Su mirada volvió a Daesung. –No te oigo…

 

-Hyung… -Intentó ponerle la mayor atención posible, y esta vez sintió un toque de desesperación en sus ojos.

 

-Demonios…

 

-… -Daesung ladeó la cabeza y luego tocó su hombro, movía sus manos.

 

Ji Yong negó con la cabeza. Young Bae se percató de la escena y se acercó relajadamente a ellos dos. Daesung parecía decirle algo que puso en alerta al moreno, más el líder no se percató de ello. Luego, sintió la mano de Bae en su antebrazo y le miró, el moreno le miraba atento y un preocupado Seungri se acercó a ellos preguntando algo que no alcanzó a oír.

 

“La exposición a largo plazo al ruido genera que los nervios que abastecen al oído se vean dañados. Lo que provoca una sordera, la que puede ser de dos tipos: Hipoacusia, la que es parcial; o la Cofosis, que es pérdida total de la capacidad auditiva. En este caso, Sr Kwon usted está sufriendo lo que le mencioné como Cofosis, en su comienzo hay partes de una conversación que usted no alcanza a oír. Y pronto dejará de oír completamente, sus tímpanos están dañados por exceso de ruído, quizás por la música en conciertos, gritos, etc.”

 

Dejó el papel a un lado. El doctor había tenido que escribirle después de que dejara de escuchar la mitad de lo que decía. ¿Cómo era eso posible? Sabía que en los músicos era común los problemas con su capacidad auditiva, pero jamás se había puesto en un escenario así. ¿Qué se supone que iba a hacer de su vida ahora? ¿Qué iba a hacer cuando ya no oyera nada? ¿Cómo iba a cantar? ¿Cómo iba a bailar? ¿Cómo sería capaz de ver a las fans con sus bocas abiertas sin poder escuchar su nombre de ellas o los gritos? Imaginarse aquello le dolió, y las lágrimas se hicieron presentes.

 

Su vida iba totalmente dedicada a la música, ¿qué iba a hacer sin poder escucharla? Un sollozo salió de lo más profundo y llevó una mano a su boca para poder contenerlo. ¿Por qué tenía que pasarle a él? La puerta de su habitación se abrió y Young Bae entró lentamente, él estaba igual de afectado, quizás. Se sentó a su lado y golpeó su espalda levemente, luego le dio un abrazo cálido por varios minutos hasta que el llanto se fue disipando.

 

-¿Por qué a mí? –Un sollozo se expandió e intentó secar sus lágrimas. El moreno le iba a responder, pero sabía que la posibilidad de ser oído era de un 20% y no quería hacer sentir peor a su amigo, así que bajó su mirada y acarició su espalda suavemente. -¿Por qué te quedas callado? ¿Tienes miedo de que no te oiga? –Bae negó rápidamente. -¿No vas a hablarme más?

 

-No, Ji… ¿cómo voy a hacer eso? ¡Jamás! –Ji Yong se sintió frustrado, el “jamás” había sido lo único que llegó a su sentido auditivo, y sabía que había dicho algo más.

 

-Vete… -Young Bae le miró preocupado y arrepentido. Mordió su labio inferior y le miró triste. -¡Que te vayas!

 

Claro que se sentía dolido por aquello, pero quizás era mejor para Ji Yong y estaría más tranquilo si salía. Cuando el líder se recostó en su casa se percató de su celular. Tenía más de diez llamadas perdidas de Seung Hyun… y no las había escuchado. Miró su celular con un nudo en la garganta. Ahora entendía, no es que Seung estuviera ocupado o no estuviera poniéndole atención, era él el que no les escuchaba. Abrió su bandeja de mensajes.

 

SeungHyunie<3

 

“¿Por qué estás enfadado, Yongie? Nunca dije que me estuvieras quitando tiempo, te dije que estaba feliz de que me llamaras… ¿estás triste? Prometo que volveré pronto, amor, pero no te enojes… Te extraño demasiado, de verdad…”

 

Frunció el ceño. ¿Qué podía hacer? No era culpa de Seung Hyun. Era suya. El mayor debería ser el enojado. ¿Qué iba a hacer cuando el mayor se diera cuenta que no le oía? ¿Cómo iba a llamarlo? ¿Cómo iba a conversar con él tardes enteras? No podía hacerle eso a Seung Hyun. Lo amaba tanto que no podía amarrarlo a algo así. Unas lágrimas traicioneras cayeron por sus mejillas y entonces marcó en su celular. Inspiró hondo y entonces observó su celular atento hasta que se dio cuenta que habían respondido.

 

-Por favor, deja de llamarme. No quiero tener nada que ver contigo más.

 

Cortó rápidamente. ¿Para qué hacer dudar la llamada si no sabría qué demonios diría? Estaba siendo brusco y repentino, pero no quería esperar a ver el rostro del mayor cuando le dijera que no lo escuchaba para nada. Y sería duro para él también verlo mover los labios y no saber qué estaba diciendo.

 

Las lágrimas y la angustia volvieron a él con más fuerzas. No podría escuchar la música, ni a las fans, ni a los chicos, ni a Seung Hyun. ¿Qué caso tenía? ¿Era esta una especie de castigo por algo que había hecho mal?

 

Los siguientes días fueron caóticos. Guardaba en su celular más de 25 llamadas de Seung Hyun y mensajes que no había contestado. Prefería terminar con ello ahora que verle la cara de decepción después. Los días empeoraron, intentó cantar varias veces, pero no escuchaba su propia voz y el pánico de estar cantando horrible y no saberlo lo estaba desconcertando. Yang se había mostrado terriblemente afligido y preocupado cuando se enteró, claramente nadie sabía qué hacer. Y Ji Yong comenzaba a pensar en que simplemente era un estorbo para el grupo. Esta era la peor tortura que podría estar pasando.

 

Al día siguiente de estar con Yang los chicos llegaron a su casa y, aunque no quería ver a nadie, insistieron en quedarse ahí y acompañarle. Simplemente con cuadernos y lápices, lo que encontró el gesto más lindo que habían tenido. Young Bae insistió en que podía seguir cantando, ¿a quién le importaba el tono que tenía? Si la pasión por la música estaba con él, ¿por qué dejarla? Se había ofrecido a ayudarle y darle una señal cuando estuviera cantando del asco. Al menos eso lo había hecho reír un poco.

 

La idea de haber dejado el grupo se había cruzado por su mente, pero Seungri inmediatamente reaccionó con una nota clara: “¿Te olvidas lo que dijiste? BIGBANG son 5, si uno se va, nos vamos todos.” Pronto Daesung se unió y sonrió grandemente, sólo como él sabía hacer para hacernos sentir tranquilos a todos: “Tú nos has ayudado desde el comienzo, déjanos ayúdate ahora, Hyung”. Sin duda tenía la mejor familia de todas, aunque le faltaba alguien.

 

Aquella noche, luego de que los chicos se fueran, se puso su pijama y se sentó un rato en el sofá. No quiso encender la televisión, no quería sentir más fatal de lo que ya estaba. Esos dos días habían sido angustiantes y sentía que se metía en una marea de tristeza gigante por todo lo que estaba sucediendo. Suspiró, no quería ponerse a llorar una vez más. Esos días había llorado demasiado. Tomó su celular para mirar sus redes sociales un rato cuando se percató que tenía 15 llamadas nuevas. Suspiró, iba a ignorarlo, pero la pantalla se encendía una y otra vez. Lo tomó para apagarlo cuando vio que tenía un mensaje. Lo abrió, también con la intención de ignorarlo.

 

SeungHyunie<3

 

¿Podrías al menos abrirme la puerta? Sé que estás adentro, Ji Yong.

 

Abrió sus ojos grandemente y se puso de pie casi en el instante. Miró por la ventana, ¿qué hacía Seung Hyun ahí? Todavía le quedaba al menos tres semanas en Alemania. Bajó su mirada. No sintió el timbre, ni los golpes en la puerta, ¿cuánto tiempo llevaría ahí afuera? Su mente debatía entre abrir o no. Finalmente su corazón se oprimió, no podía dejarlo tanto rato afuera en el frío. Simplemente no podía ignorar ese hecho. Abrió la puerta lentamente e inmediatamente las ganas de echarse a llorar volvieron a él. Seung Hyun le miró con el ceño fruncido. Se veía terriblemente cansado, se apoyó en el umbral y le miró fijamente.

 

-¿Qué haces aquí? Deberías estar grabando… -dijo con la poca fuerza que tenía. –Además, es tarde.

 

El mayor entró como si fuera su casa y Ji Yong cerró la puerta tras él. Seung Hyun despeinó su cabello en signo de frustración y le miró fijamente.

 

-¿Cómo me preguntas qué hago aquí? –Ji Yong no lo podía oír. –Simplemente me dices que no quieres verme más y esperas que me quede tranquilo, ¿qué pasa, Ji Yong? ¿Qué es lo que he hecho mal? Al menos dame alguna explicación. Simplemente me botas por celular y luego dejas de responderme, ¿y esperas que me quedara allá tranquilo? Me vine aquí porque no puedo soportar la idea de que me estés dejando sin razón.

 

Ji Yong sintió un nudo en su garganta. Lo veía moverse de allá para acá, moviendo las manos, notándose molesto, lo veía mover la boca, más no sabía qué rayos estaba diciendo. Se le hacía tan difícil. Apretó sus labios fuertemente. Y lo peor es que no sabía qué responder.

 

-Ji Yong, al menos dime qué pasó. Y no te atrevas a decirme que no me amas, porque no te voy a creer eso. –Seung Hyun parecía desesperado. Tenía ojeras enormes bajo sus ojos. Se acercó a él y puso las manos en sus hombros. –Dime algo aunque sea… me estás matando de esta manera…

 

Ji Yong suspiró y le miró entonces.

 

-No te escucho…

 

Seung Hyun se alejó, enojado.

 

-Vale, no sé por qué estás enojado, no sé por qué no quieres escucharme, pero al menos no me ignores, podemos hablar esto…

 

Seung Hyun le miraba insistente y Ji Yong no tenía idea qué sucedía. Así que tomó fuerzas y tomó su celular comenzando a escribir un mensaje. Seung Hyun bajó su mirada.

 

-¿Realmente ya no quieres saber nada de mí?

 

Para Seung Hyun, el hecho de que Ji Yong no le respondiera y encima se metiera a ver su celular, le indicaba que simplemente no le interesaba. Se estaba dando por vencido e iba a salir por la puerta cuando el menor tomó su brazo. Se giró a mirarle y Ji Yong le extendió su celular. El mayor frunció el ceño mientras tomaba el iphone y miraba la pantalla.

 

“No puedo oírte… perdí mi capacidad auditiva…”

 

El pelinegro se quedó largo rato mirando el celular, como si tuviera que entender un ejercicio matemático. Entonces miró a Ji Yong y este bajó su mirada cuando un par de lágrimas recorrieron sus mejillas, inmediatamente Seung Hyun supo que lo decía en la manera más literal posible. De verdad no escuchaba nada. Ji Yong se volteó, quería desaparecer en ese momento. Llevó una mano a su boca y caminó hacia el pasillo. La reacción de Seung fue rápida y rápidamente le rodeó con los brazos fuertemente por atrás. Quería hacer preguntas, muchas preguntas, pero sabía que Ji Yong no iba a oírlo. Después de unos minutos en que el, ahora platinado no podía dejar las lágrimas, intentó despejar su garganta.

 

-Lo siento… -susurró. Seung Hyun no dijo nada y, aunque lo hubiera hecho, tampoco habría sido de ayuda. –Seung… no puedo tenerte conmigo…

 

Se soltó del agarre y le miró. Con la sola mirada del pelinegro sabía que le estaba preguntando el por qué.

 

-Jamás voy a escuchar tu voz de nuevo… -su voz se quebró. –No voy a saber qué estás diciéndome-

 

Seung Hyun tapó su boca con su mano repentinamente y entonces escribió el mismo otro mensaje en el celular del menor, lo mostró frente a él luego de unos segundos.

 

-¿No sabes qué digo? –Ji Yong frunció el ceño y le miró.

 

Sus ojos se desviaron a sus labios. Fueron unos movimientos tan ligeros, pero que le dieron a entender rápidamente la finalidad de lo que decía.

 

“Te amo”

 

-Seung…

 

Le miró fijamente. El mayor caminó rápidamente por la habitación y sacó un lápiz y un cuaderno. Ji Yong le siguió hasta la habitación y se sentó en el límite de la cama. El pelinegro tardó unos minutos y cuando terminó se lo entregó.

 

“Si no escuchas cuando diga que te amo, haré que lo sientas. No voy a dejarte por algo como esto. Podría aprender hasta el lenguaje de señas si es necesario, pero jamás voy a alejarte de mi vida. Si tus oídos no pueden escucharme, voy a escribírtelo todos los días… lo mucho que te amo.”

 

Ji Yong dejó caer un par de lágrimas y luego le miró. Sonrió levemente.

 

-Te amo, Seung…

 

El mayor asintió y se sentó a su lado abrazándole fuertemente. Tomó su mentón suavemente y entonces besó sus labios de la misma manera. Ji respondió de la misma forma. Si sus oídos no lo podía oírlo, su corazón podía sentirlo.

 

Y lo sintió. Sentía el amor incondicional de Seung Hyun y agradecía a la vida tener un hombre que lo quisiera tanto de aquella manera. Y también tener a los chicos, que era su gran apoyo. No podía oírla música que creaba, pero confiaba en la palabra de los demás cuando decían que era buena o mala. Y eso era más que suficiente.

 

Quizás a veces no sabía el tema de conversación, pero pronto se lo hacían saber, procuraban que él entendiera y a medida que pesaban los días comenzaba a entender el movimiento de los labios.

 

Cada día al despertar había una nota a su lado, aunque Seung Hyun estuviera durmiendo al lado suyo. No escuchaba los buenos días de su parte, pero procuraba siempre escribirle un buenas noches. Eran pequeños gestos que le hacían sentir más que afortunado.

 

Esa mañana se estiró, pero no vio a Seung Hyun a su lado. Se giró a su mesita noche y, como todos los días, había una nota a su lado, quizás diciéndole que él estaba comprando o había salido. Cuando refregó sus ojos se fijó en que había una rosa a su lado y una cajita. Sonrió ante el gesto, era muy cursi. Tomó la nota y entre un bostezo flojo la leyó

 

“¿Te casarías conmigo?”

 

Se sentó inmediatamente en la cama con su corazón corriendo a mil en su pecho. Volvió a leer la nota. Miró la mesita de noche y tomó la caja azul que estaba al lado de la rosa y la abrió. Claramente no era una broma. El anillo que había no era un holograma.  Era muy sencillo, quizás de plata, en forma de argolla, tan sólo tenía el nombre de Seung Hyun grabado. Sonrió.

 

Cuando levantó su mirada vio al mayor de pie en el umbral de la puerta. Quizás llevaba ahí unos minutos. Sonrió grandemente y se puso de pie mientras caminaba hasta él y le rodeaba en un abrazo por el cuello. Se separó unos momentos y tomó la nota, un lápiz y luego escribió rápidamente y se la devolvió.

 

“Claro que sí”

 

Podría haber respondido en voz alta, pero quería dejar escrita su respuesta bajo aquella pregunta en papel. Seung Hyun sonrió grandemente ahora y entonces le abrazó con fuerza de la cintura. Se acercó a sus labios lentamente y le regaló un beso suave y lento, pero cargado de sentimiento.

 

-Te amo… -susurró Ji Yong y el pelinegro le abrazó con más fuerza. Ji Yong le miró con una sonrisa y sin tener que hacer mayor esfuerzo sabía lo que salía de los labios de él.

 

“Te amo también”

 

 

Notas finales:

Bien, esta semana, como saben, no hay actus, estoy estudiando para mi certamen del martes y además debo trabajar, así que no podré escribir como se debe hasta el martes. Lo siento mucho, espero que este os compense un poco y les guste <3

Y pues, Luis Miguel está quedando sordo! Eso conversaba con mi madre en la tarde, qué tristeza. Pero bueno, de ahí nació este os, espero les gustara, gracias por leer <3


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