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Curiosidades del destino por zoralollonais

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Notas del fanfic:

Bueno, los personajes no me pertenecen (ya quisiera yo, jaja) y la historia es ficticia, nada que ver con la realidad.

El fic va a estar narrado desde el punto de vista de Junho, aunque en pocas ocasiones, aparecerán los pensamientos de los otros personajes. Así mismo, algunos capítulos serán escritos con un narrador externo.

Sin más aclaraciones, espero que les guste!

Zora Lollonais 

Notas del capitulo:

Mi primer fic de 2PM.

Tan lindos ellos, me tentaron demasiado.

Espero que les guste el primer capítulo.

Hace un mes que  empecé mi nuevo trabajo de medio tiempo y para llegar a él, tomo el colectivo que pasa a las 7hs en la parada cerca de donde vivo. Si tomara el siguiente que pasa a los cuarenta minutos, llegaría tarde y además, no sería capaz de verlo a él.

Unas paradas más adelante, exactamente trece, sube un muchacho que llamó mi atención desde el primer día ¿cómo podría describirlo? Es alto, pelo oscuro y corto, ojos marrones, un cuerpo que parece estar bien trabajado. Cuando lee algo en el celular que le hace reír, se forman unos hoyuelos en sus mejillas o a veces se pone sus auriculares, cierra sus ojos y hace mímica de las canciones que escucha. No puedo evitar mirarlo desde el momento en que sube, hasta que llega el momento en que yo tengo que bajar antes que él. A veces pensé en seguir para ver a dónde se baja, a dónde va, pero nunca lo hice.

Como mi trabajo queda a contramano del centro de la ciudad, el colectivo no va tan lleno, él siempre se sienta en los asientos individuales, yo lo hago en los que son dobles casi al final de todo, con alguna esperanza de compartir el asiento con él. Pero como eso no sucede, son veinte minutos que disfruto de verlo a lo lejos.

Pero el día de hoy es distinto, hay bastante gente, y quedan dos asientos libres nada más, uno de ellos está al lado de una chica que está más adelante que yo y el otro, junto a mí. Supongo que irá al lado de la jovencita.

Acaba de parar el colectivo en la parada donde sube él. Tan lindo y risueño como siempre y saluda al chofer. Lo veo que comienza a caminar, mira el asiento de la chica y no se sienta, sigue de largo, empiezo a ponerme nervioso. Mi corazón late más acelerado y siento un calor que sube por mi pecho y hasta mis mejillas. Miro por la ventanilla, tratando de tapar el rubor que seguramente está instalado en mi pálido rostro. Era la primera vez que lo tenía tan cerca, pero no podía mirarlo, sólo siento su brazo o su pierna que rozan con los míos cuando el colectivo tambalea un poco y puedo oler su perfume tan penetrante y delicioso. De vez en cuando miro de reojo disimuladamente.

Veinte minutos hermosos, pero a la vez tortuosos, llegó el momento en que tengo que bajar.

-Permiso –dije casi en un susurro mirando al suelo, pero no hubo respuesta por parte del otro, creo que no me escuchó, lo miro y está con sus auriculares y con los ojos cerrados. Siento más calor al mirarlo y respiro más profundo. Estoy contemplando su rostro relajado, su piel algo tostada, sus labios, son muy bonitos me acabo de dar cuenta. Se pasó mi parada donde debía bajar, así que apoyo mi mano en su hombro, abrió los ojos y se sacó uno de los auriculares y me miró- Permiso, ¿me dejarías pasar? –le pregunto algo nervioso, creo que se notó en mí voz.

-Oh, sí, disculpa –sonrió con sus labios juntos y formando esos hoyuelos que me encantan, creo que me sonrojé- Tengo que bajar aquí también, así que gracias por hacerme reaccionar, me hubiera pasado de lo contrario.

-De nada –miro hacia un lado, estoy muy nervioso. Veo como se levanta y va hacia la puerta, voy atrás de él, es la primera vez que me paro junto a él, es más alto de lo que pensé. El colectivo hizo un movimiento algo brusco, frenó de golpe y perdí el equilibrio, atino a agarrarme del brazo de él, ahora sí quiero que me trague la tierra- Lo siento mucho, lo siento –bajo la cabeza un par de veces apenado.

-No te preocupes, ¿estás bien? –me miró con esos ojos negros penetrantes.

-Sí… gracias –trago saliva y para mi suerte, el colectivo frenó y abrió sus puertas. Las piernas me tiemblan un poco, me cuesta bajar los escalones, parezco una niña, que vergüenza.

-Que tengas buenos días –me mira y se inclina un poco para saludarme- Gracias por despertarme, a veces me paso cuando voy sentado.

-Oh… no es nada –pestañeo un par de veces- Buenos días para ti también –miro como se aleja, no va tan lejos después de todo, solo dos paradas más de mi trabajo. Entró en una clínica privada, debe ser recepcionista, por eso debe vestir de camisa.

Emprendo la caminata hasta mi trabajo, que está a solo cuatro cuadras. Voy sonriendo como un loco. Sencillamente, el  día empezó excelente.

Salí del trabajo, creo que fue uno de los días que más disfruté desde que trabajo allí. Volvía en el colectivo, pero no iba a casa, sino que iba a la universidad, ya que estoy estudiando Licenciatura en Kinesiología, ya estoy en cuarto año, y hoy me tocan dos materias y no vuelvo hasta las diez de la noche. Vivo con dos compañeros de la universidad, Chansung y Wooyoung, el primero estudia kinesiología como yo, pero él está cursando tercer año, y el segundo, estudia Medicina, le faltan 3 años para recibirse. Por suerte, mañana que es viernes, solo trabajo y después descanso.

Pasadas las horas de estudio, vuelvo a casa, realmente cansado, solo quiero llegar, comer y dormir. Por suerte, nos entendemos a la perfección con mis compañeros, así que nos dividimos las tareas según nuestro tiempo y no tenemos grandes problemas para organizarnos.

-Ya estoy en casa –entré diciendo y oliendo el sabroso ramen- Huele delicioso, Chansung.

-Ya está todo servido, ven a comer –hablaba Chansung desde la cocina, donde a veces comíamos en una barra que había allí.

-¿Cómo te fue? –me preguntaba Wooyoung.

-El profesor de psicomotricidad es bastante pesado. Pero sobreviví –terminé con una pequeña risa- ¿Cómo les fue a ustedes?

-Nada en particular, el trabajo, aburrido como siempre –decía Chansung que trabajaba en una librería.

-Muchas chicas que fueron a comprar, pesadas como tu profesor seguramente –nos reímos los tres. Nos quedamos en silencio un rato, hasta que Chansung interrumpió el apacible silencio.

-¿Te pasó algo bueno hoy? –me miró pensativo mientras sostenía los palillos en frente de sus labios.

-¿Por qué lo preguntas? Todo normal, el trabajo y luego la universidad –creo que estaba más risueño que de costumbre, es más, creo que me sonrojé al recordar al chico del colectivo.

-¿Por qué te sonrojas? –ahora cuestionó Wooyoung.

-Es que… -titubeé un poco, pero seguí- Está un poco caliente el ramen –me llevé el cuenco a la boca para tomarme la sopa que me quedaba.

-Oh… -dijo Chansung- Pero, ¿la sonrisa a qué se debe? –me hizo toser esa pregunta.

-¡Algo bueno te pasó! ¡Cuéntanos! –Wooyoung apoyó las manos en la barra y acercó su cara a la mía. Movimiento que imitó el maknae.

-No es nada –moví mis manos en frente de mi cara y llevé mi cuenco a la bacha- ¿Terminaron de comer? ¿Quieren que lave? –les di la espalda mientras abría la canilla.

-Algo nos oculta –dijo en un susurro el Channie, pero lo alcancé a escuchar, aunque hice oídos sordos. Me acerqué y vi que ya habían terminado de comer, levanté los trastos sucios y comencé a lavar.

-Ah, Junho. Mañana a la noche vamos a salir a festejar que aprobé el final. Así que no arregles nada con alguien más, ¿sí? –me comentó Woo.

-Ok, no hay problema Wooyoung –giré mi cabeza y le sonreí. Al menos ya no me preguntarían nada. Nunca les dije que me gustaban los chicos, igual no creo q sea un problema. Pero mejor no decir nada, hasta que sea el tiempo adecuado.

Ellos ya se habían ido a acostar y yo, me quedé mirando un rato por la ventana viendo que había empezado a llover. Me relaja esa vista, hasta que me dio sueño y fui a acostarme.

--

El bendito despertador sonó, ya es hora de empezar el día. No quiero levantarme, pero tengo que preparar el desayuno, así que mejor, manos a la obra. Me levanto y voy al baño, solo una pequeña ducha.

Elijo que ponerme, un pantalón rojo apagado ajustado estará bien, una remera negra y un saco de hilo también de color negro. Un poco de perfume y listo. Voy a la cocina y haré un desayuno simple, no tengo mucho tiempo. Pongo a preparar café y algunas tostadas, pongo en la mesa queso crema, mermelada y dulce de leche.

Dejo todo listo en la mesa, los chicos ya se despertaron porque oí ruidos desde sus habitaciones. Sé que me van a volver a preguntar por qué estaba feliz ayer, así que me apuro y escribo un mensaje en un papel color celeste: “Espero que no sea demasiado simple el desayuno. La próxima les prepararé algo más rico. Bye”

Ya en la parada del colectivo, lo veo venir, llegué justo. Me subo y voy a uno de los pocos asientos dobles que están vacíos en el fondo, pero hay varios individuales que están vacíos. Cuento las cuadras, esperando que llegue el momento en que se suba él ¿me recordará? ¿me mirará? ¿se sentará junto a mí?

Llegó el momento en que debe subir, estoy ansioso. Siempre con una sonrisa cada vez que saluda al chofer. Pero va a sentarse sin mirar a nadie a uno de los individuales, al menos puedo contemplarlo a lo lejos. Espero que no se duerma esta vez. Está solo un poco más adelante que yo, así que me atrevo a sacarle una foto, medio escondido para que nadie me vea. Capto justo el momento en que está sonriendo, ¿qué será lo que mira en su celular?

Pasaron los minutos y una vez más, llegó el momento de bajarme, está despierto, así que no creo que se pase. Toco el timbre y bueno, tendré que esperar hasta el lunes para verlo, mientras tanto, veré la foto.

-¡Juhno! –se me acerca con una sonrisa inmensa el señor Park, el encargado del lugar, algo me va a pedir seguramente.

-Buenos días, ¿por qué tanta alegría? –lo miro curioso.

-Es que Minho va a faltar porque su abuela está enferma, podrías cubrirlo hasta las 16hs, es que viene mucha gente en ese horario –juntó las manos, como suplicando.

-Está bien –suspiro, de cualquier forma no tengo nada que hacer hoy, y es más plata.

Pasó la mañana rápido, aunque un poco aburrida. En general, vienen los mismos clientes que son trabajadores del barrio, estudiantes de un colegio que está aquí cerca. Ya eran las 13hs, horario en el cual me voy. Pero, hoy no. Así que aproveché antes de que llegue más gente y fui a la cocina a comer un sándwich, tenía treinta minutos para hacerlo.

-Junho, ¿terminaste? Empezó a llegar la gente –era el encargado.

-Sí –le di un último sorbo a mi bebida y salí de la cocina. Veo que en la mesa 5 había clientes nuevos, así que me dirijo allí- Buenos días, les dejo la carta –me incliné entregando el librito, hasta que veo a uno de ellos, que estaba de espaldas a la barra y mi corazón se detiene.

-Gracias –dijeron los tres a coro, el muchacho del colectivo se quedó mirándome con expresión interrogativa. Me sonrojé un poco, sonreí nervioso, siento como los otros dos me miran.

-Oh… -dijo el muchacho y me señaló- Eres el chico de ayer, que me despertó en el colectivo- parece sorprendido- ¿Empezaste a trabajar aquí?

-Sí, lo recuerdo –me cuesta hablar una vez más- Empecé hace un mes, creo que siempre viajamos en el mismo colectivo –sonrío un poco, espero que no sea tanto mi sonrojo.

-Nunca te vimos –dice uno que era algo rubio, que interrumpió una respuesta por parte del chico del colectivo.

-Es que, solo trabajo hasta las 13hs, hoy faltó un compañero y lo estoy cubriendo –miro al que hizo la mención.

-Ya veo –dijo el del colectivo- El que faltó es Minho, ¿verdad? –miró a su alrededor.

-Así es –se sabe su nombre, estoy un poco celoso.

-¿Cómo te llamás? –preguntó el que no había hablado hasta ahora.

-Lee Junho. Un gusto conocerlos –me inclino un poco.

-Un placer –dijo él- Mi nombre, es Kim Min Jun, pero puedes decirme Jun K. Este es Nichkhun y él es Taecyeon –dijo señalándolos. Así que es Taecyeon, me lo quedo mirando y le sonrío a este último. No puedo evitar sonrojarme.

-Bueno, si quieres podemos pedir. Ya sabemos lo que comeremos –me miraba el que tenía los ojos más pequeños con una sonrisa en sus labios.

-Está bien –abro el anotador y escribo su pedido –En seguida les traigo- me voy hacia la barra y dejo el papel. Voy a limpiar una mesa que había quedado libre y luego me acerco a tomar otro pedido. Vuelvo a la barra, nuevamente dejo el papel y llevo la bandeja hacia la mesa 5, que ya estaba lista.

-Aquí está su pedido –empiezo a dejar los platos y las bebidas, estoy un poco tembloroso, pero creo que no se nota.

-Gracias Junho –dijo Taecyeon, mi corazón empezó a latir más acelerado.

-Gracias –dijeron los otros dos. Miro al que se llama Nichkhun, siento una mirada extraña, está algo serio.

-Coman bien –digo y me retiro. Pienso en la expresión que recibí recién. Tal vez le estoy dando mucha importancia, pero ¿se habrá dado cuenta que me pongo nervioso con Taecyeon?

Dejo de pensar en eso mejor. Sigo atendiendo a otros clientes, pero siempre observo a la mesa 5. Estoy parado en frente de la barra con las manos hacia atrás y suspiro. Veo que Jun K. me hace seña y me pide la cuenta. Voy hacia su mesa.

-Son $153. Espero que lo hayan disfrutado –le entrego el papel al que hizo la seña, rozó mi mano. Pero presto atención  a la mirada del rubio, que esta vez no es seria, sino que sonríe como en una mueca de costado.

-El cambio es tuyo. Gracias por la atención –me entrega la plata Min Jun, y se levanta. Los otros dos lo imitan y siento una mano en mi hombro.

-Bueno, Junho. Creo que nos veremos en el colectivo entonces –su cara está muy cerca, quedo hipnotizado con sus ojos.

-Nos vemos Taecyeon –tardo en reaccionar, sonrío mostrando un poco mis dientes. Me da una palmada en la espalda y empieza a caminar. Los veo irse a los tres.

Ojalá pueda volver a quedarme para atenderlo una vez más. Aunque dijo que nos veríamos en el colectivo, así que podré hablar con él un poco. Definitivamente, mis días son cada vez mejor.

-

Antes de ir a casa paso por el supermercado, había un par de cosas básicas que comprar, por otro lado, cerveza, ya que Woo quería festejar que había aprobado un final y además, Chansung quería que le compre otro cuaderno, pero no sé cuál elegir. Aunque es solo para escribir, a él le gustan con algún estampado particular. No me decido, el rojo con flores negras o el azul con estrellas plateadas. Llevo los dos por las dudas, el que no quiera me lo quedo yo.

Cuando entro a casa, estaba todo en silencio, así que supuse que no había llegado ninguno. Me dirijo a la cocina a guardar algunas cosas, luego al baño y por último, voy a la habitación de Chansung. Cuando entro, estaba durmiendo en la cama, con un libro de la facultad en su pecho, parece que se quedó dormido estudiando. Le saco el libro con cuidado y lo dejo abierto en el escritorio, tomo una frazada del ropero y lo tapo. Luego, al lado del libro, le dejo los dos cuadernos y escribo una nota en un papelito “No sabía cual elegir, así que traje los dos. El que no te guste, dámelo a mí.”

Antes de ir a preparar la comida, fui a bañarme. Cuando terminé de cambiarme voy a la cocina, me pongo un delantal y una bandana en la cabeza. Al rato siento unos pasos que se acercaban y apareció el rostro de Chansung en mi hombro oliendo lo que estaba preparando.

-No puedes asustar así a las personas –lo miro de reojo.

-No te asustaste –me mira poniendo su nariz cerca de mi pómulo. Me da un beso- Gracias por los cuadernos.

-¿Los cuadernos? ¿No querías uno? –ya se había alejado de mí, pero se sentó en la mesada al lado mío.

-Me gustan los dos, me los quedo ambos –solo me mira de costado, mientras balancea sus piernas.

-Bueno, como quieras –le comento sin más, sigo en el quehacer culinario.

-Buenas noches, ¿listos para festejar? –entra Wooyoung por la puerta de entrada.

-En diez minutos, ya estará lista la comida –comento sin mirarlo- Chansung, ¿puedes poner la mesa?

-Claro –se baja de la mesada y va a realizar la tarea encomendada.

-Me baño, me cambio y vengo –Woo estaba con el ambo, porque había tenido práctica en el hospital.

Estaba terminando de emplatar y llegaba ya cambiado el agasajado, empezamos a comer y destapamos la primer cerveza de la noche, y también, hicimos el primer brindis de festejo. Y así pasó la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta cerveza.

-¿A dónde vamos a ir? –preguntó Chansung.

-Mmm –Wooyoung puso su dedo en el mentón y miró hacia el techo- Ni idea, pero vamos al centro y decidimos allí.

-Ok, ya vuelvo y salimos –digo y voy a cambiarme de ropa, ya que la que tenía se había llenado de olor a comida. Elijo un jean negro ajustado, una camisa azul y una chaqueta de cuero negro, me acomodo el pelo, aunque lo dejo algo desprolijo. Me pongo algo de perfume y me dirijo a la sala.

-Estamos listos, ya llamé al remis. Vamos afuera, ya debe estar por llegar –dijo Chansung que estaba con un pantalón negro, una camisa roja y un saco negro también. Mientras que Wooyoung tenía un pantalón gastado oscuro, una remera con escote en V blanca y una campera negra con un poco de brillo. Esperamos afuera de la casa hasta que llegó el remis y fuimos al centro.

Nos bajamos y empezamos a caminar buscando algún lugar donde entrar. Había mucha gente, pero entramos a un bar que tenía una estrella roja en su entrada. Encontramos una mesa libre, circular, con un sillón unido rodeándola. Todo estaba ambientado de forma antigua, con colores verdes y rojos; la luz era tenue, pero suficiente para vernos la cara; la música era tranquila y baja.

-Hola, les tomo el pedido –se acercó una de las mozas. Que me estaba mirando un poco provocativa, mostrándome sus pechos, me inclino hacia atrás.

-Una cerveza, por favor –Chansung puso su brazo por delante de mi pecho, acercándose a la chica, él se había sentado entre medio de Woo y yo.

La chica trajo la cerveza y empezamos a charlar un poco de la facultad y el trabajo, luego, algunas historias de la adolescencia. Entre tanta habladuría, pasaron casi dos horas y ya habíamos pedido, otras tres cervezas y ahora estábamos esperando un vino espumante para brindar.

-Ahora vuelvo, voy al baño –me levanto, estoy un poco mareado, hace mucho que no bebo. Paso por el umbral de la puerta y me chocó contra algo –Auch… -me froto en la parte de la cabeza que me golpeé.

-¿Estás bien? –escucho una voz.

-Sí, disculpe… -me siento avergonzado, creo que me choqué con esta persona.

-¿Junho? –dijo mi nombre, lo miro sin saber de quién se trataba. Pestañeo un par de veces hasta que enfoco la visión.

Notas finales:

Bueno, hasta aquí he llegado.

Acepto sus comentarios, constructivos o destructivos.

Zora Lollonais ^^


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