Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En el café de Kate por Zack Engel

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

-será un Long fic (sip, no me aguante y decidí comenzarlo ahora)

-la serie ni los personajes me pertenece, solo la historia retorcida es producto de mi imaginación.

-esto pasa en la temporada tres. Cuando Tony y Ziva se infiltran como una pareja de asesinos para capturar a su sospechoso

-contendrá lemon, así que quien no pueda leer aun un lemon sobre ellos pues mejor absténgase de leer

Notas del capitulo:

hello~

 

Aquí yo decidida a comenzar el long fick a pesar de que sufro por mis otras historias. Siento que esto era necesario solo por el hecho de que quiero animarme a escribir lemon sobre ellos, pero con trama... algo así como que no solo en el primer capítulo se declaren y ya sean felices de la vida.

Quizás no me conozcan, pero en mis ficks acostumbro a hacer sufrir a los personajes antes de dejarlos tranquilos - nunca los dejo tranquilos- asi que espero sean pacientes con esta historia ;)

Dicho esto si aún quieren leer, no tengo nada más que agregar... bienvenid@s a mi mundo en NCIS 

Ese había sido uno de los días más agotadores que había tenido en su vida. No solo por el hecho de que casi había muerto por culpa de unos delincuentes, sino porque también su nariz estaba destrozada y su chaleco manchado con su propia sangre. Si hubiera tenido la oportunidad le hubiera devuelto con intereses aquel servicio al asesino profesional, mas su “esposa” lo había detenido diciendo que era suficiente. Ella no sabía que era suficiente y por lo mismo miró a Gibbs pidiendo el divorcio.

Bufando se quitó el algodón de la nariz y se quejó un poco. Aun le dolía casi todo su cuerpo, tanto que no podía disfrutar de las atenciones que le daban sus compañeros de trabajo ya en la oficina que compartían. Era como vivir una miseria porque no siempre podía gozar de molestar a sus compañeros con comentarios burlescos o infantiles.

Soltando un suspiro miró a todos casi preocupados, en realidad quería tirar una broma, de verdad que lo deseaba, más se la reservo al sentir que la cabeza le dolía un poco más fuerte. Decidido se paró y tambaleándose intento agarrar su mochila, pero nunca llego a ella por culpa de Abby. La mujer prácticamente estaba aferrada a él así que se podía anticipar a todos sus movimientos por mucho que el intentara ser autosuficiente y en cierto sentido lo agradecía porque estuvo a punto de estampar su nariz contra el escritorio por el mal equilibrio.

-creo… creo que es hora de irme a casa –hizo una mueca en son de sonrisa, pero nadie le creyó nada, estaba demasiado mareado

-alguien debe llevarte a casa – intervino Abby intentando hacer que Tony desistiera de sus intentos de grandeza. No era el momento

-yo lo hare – dijo Ziva con una sonrisa en la cara, pero rápidamente fue negado por Abby  - ¿Por qué no?

-porque queremos que siga viviendo Ziva – con enojo abrazo protectoramente al hombre y vio como la mujer hacia una mueca antes de girar y volver a su puesto – yo te llevare

-no es necesario Abby – con una sonrisa intento caminar, pero se tropezó siendo sostenido solo por Magee y Abby  – creo… creo que si necesito ayuda

Con una sonrisa en los labios Abby le pidió ayuda a su “pareja” para que lo llevaran al auto y sin más se llevó a DiNozzo hacia la casa. En cierto sentido Tony se sentía agradecido de que Abby tomara esta responsabilidad sin ser totalmente necesaria, ya que si hubiera viajado con la novata se hubiera sentido mucho más confundido y obviamente hubiera temido mucho más por su vida. Ella definitivamente no sabía manejar bien.

Cerrando los ojos se dejó llevar por la chica con tranquilidad hasta que llegaron a su departamento. Quería decirle que no era necesario que subiera, pero la insistencia de la chica gótica logro hacer que su jaqueca creciera más aun, por lo que terminó accediendo por cansancio. No quería tener que faltar el día de mañana por culpa de otra dolencia que no tuviera que ver con el caso que habían resuelto.

El departamento del hombre siempre estaba ordenado y tranquilo, muy por el contrario a la imagen que todos tenían de él y es que en todos sus años de soltero sabía como complacer a una chica y también arreglárselas para llegar a su casa sin preocupaciones, por lo que invitando a la mujer a salir de su ensoñación y tomar asiento, él fue a buscar uno de los remedios de Ducky. Algo de Whisky para mejorar su estado de ánimo y a la vez para demostrar cierta galantería frente a Abby. Un hombre siempre tenía que mantener su imagen al frente de los demás, no importaba el lugar en el que se encontraran.

Al sentarse notó como la científica tenía una foto entre sus manos mientras mantenía una sonrisa. Era algo así como si quisiera conservar el momento para siempre por lo que la dejo tranquila un momento mientras él le daba un sorbo a su trago. En seguida hizo un gesto de desagrado preguntándose como Gibbs podía beber esto de manera tan simple como si fuera café.

-es una bonita foto  Tony – comentó al fin la mujer mientras mostraba la imagen del primer grupo que tuvieron – no creí que la tendrías a la vista…  yo no puedo tenerla… me es imposible aun

-me la dieron en asuntos internos,  cuando se hizo el asado del trabajo  - dijo con una sonrisa recordando esos buenos momentos- era el primer año de Kate y todos nos divertíamos, incluso Gibbs sonríe así que creí que era lo mejor

-se veía muy bien-comento ante el comentario de Kate antes de pasar su mano nuevamente por la foto

-demasiado bien – reafirmó con una sonrisa en los labios dando otro sorbo antes de mirar a Abby con el mismo gesto de siempre- ¿no quieres algo para beber?

-no, ya casi me voy,  quería pasar… –con una sonrisa dejo la foto en el mesón - ¡diablos! Sabía que se me olvidaba algo…

-¿Qué pasó? – preguntó con curiosidad dejando de lado el trago, no podría beber eso con su jaqueca

-hoy era el cumpleaños de Gibbs… se me olvido felicitarlo con todo esto

-oh… - sorprendido miró a su vaso sin saber que decir

-¿tú tampoco lo saludaste?

-nunca supe cuando era su cumpleaños

-Tony en serio debo irme, quizás alcance a hacer algo y entregárselo mañana, ¿estarás bien? – apurada se levantó volviendo a ponerse su abrigo

-claro anda – levantándose para despedir a la chica recibió su abrazo fuerte como siempre

-está bien, cuídate y nos vemos mañana

Con una sonrisa galante Tony vio salir a la mujer de su departamento con rapidez. En realidad no se podía creer que Gibbs estaba de cumpleaños ese día y de verdad quería creer que era una broma, pero sabía que no era posible. Abby nunca le mentiría con una cosa así, aunque tampoco sabía porque ella conocía de la fecha y el no.

Soltando un suspiro se recostó en el sillón y cerró los ojos intentando descansar un poco, pero el recuerdo de Kate vino rápidamente a su mente. Sin darle tiempo a reaccionar, su mente viajo por todas las aventuras que había vivido con ella, tanto lo bueno como lo malo, pero por sobre todo los consejos e impulsos que la chica le dio. No era una cosa que Tony necesitara muchos consejos en su vida, pero realmente Kate había hecho un trabajo de oro cuando Tony se dio cuenta de su pequeña inclinación, de manera “sexual”, hacia su jefe. Ese día había sido uno de los peores, mucho más que el que estaba viviendo ahora y la mujer no había dudado en acompañarlo siempre, incluso a escondidas de Gibbs.

Torciendo la boca Tony intentó olvidar ese hecho, pero los gritos, conversaciones y lloriqueos venían a su mente con fuerza para hacerle recordar que en realidad eso ahora estaba mucho más presente que años anteriores. Aun y cuando solo había pasado un año y medio como máximo. Sus sentimientos seguían siendo tan fuertes que dolían cada vez que ocurría algo con el mayor, no importaba si era algo importante o minúsculo. Siempre al final del día dolía.

Gruñendo se sentó en el sillón para así poder levantarse. Era un trabajo bastante difícil si le preguntaban, pero en ese momento tenía unos deseos incontrolables de ver una película y realmente quería hacerle caso antes de cometer cualquier otra locura peor. Con decisión se dirigió a su estante y saco una película de James Bond y sin remordimiento la puso en el Dvd para desconcentrar su mente de todos los demonios del pasado.

Si bien era una película que llamaba su atención de todas las formas posibles, también podía decir que su mirada se dirigía cada quince minutos al celular para controlar su tiempo. Si lo pensaba aun tenía tiempo de poder saludar a su jefe, solo era un saludo y nada más. Nada que malinterpretar. Nada que pudiera hacer enojar al hombre, pero también sabía que eso podía costarle caro en un futuro y es que su jefe se las sabía todo por libro y estaba seguro que el hombre no dejaría pasar por desapercibido ese “extraño” saludo. Era una locura que intentaba no realizar. No por lo menos cuando estaba con una jaqueca incontrolable.

Mordiéndose el labio inferior tomó el celular y marcó un número mientras carraspeaba con su garganta. Solo lo llamaría para saludar y luego encargaría una pizza, era una llamada que le quedaba de camino así que no tenía nada de qué preocuparse o eso quería pensar él.

Esperó a que le contestara por varios minutos, pero parecía que el hombre no le contestaría nunca así que pensó en la posibilidad de que ya hubiera ahogado su celular por una llamada o dos. Algo decepcionado cortó la comunicación  y soltó un suspiro mirando directamente a su televisor con cierto aburrimiento. Si el hombre le hubiera contestado quizás se hubiera quejado de que no pudo controlar su voz o nerviosismo, pero al menos se hubiera sentido feliz de que este le hablara un poco. Se hubiera sentido feliz de que el hombre le habría contestado el celular de entre todas las personas posibles, mas Tony sabía de sobra que no era para nada especial.

Negando con la cabeza llamo a la pizzería de siempre y pidió dos tamaño grande para que se la trajeran a casa, si bien no había podido hablar con su jefe si podía comer bien e invitar a una chica para pasar sus penas. Estar interesado en su jefe no era significado de negarse el placer que daba la compañía de la mujer. El aun no era homosexual y quizás nunca lo sería, solo necesitaba encontrar a la chica indicada y obsesionarse con ella antes de obsesionarse aún más con su jefe o su trabajo.

Levantándose del sillón nuevamente fue a la cocina para servirse un vaso con agua y a la vez sacar una pequeña bolsa con hielo para su cabeza. La necesitaba con urgencia antes de llamar a cualquier mujer para pasar la noche. Anthony DiNozzo no podía fracasar en un trabajo como ese.

Sorprendido, escucho como era que su celular sonaba incansablemente en el sillón. No entendía quien podía ser, pero aun así se apuró en dirección al sofá y notó que su jefe en realidad lo estaba llamando. Quizás era para regañarlo de que lo estaba llamando o quizás para otro caso, lo que fuera se sentía con suerte. Una verdadera y radiante suerte.

-Habla DiNozzo – intentando sonar confiado  y seductor escucho la queja de su jefe al otro lado de su teléfono – hola jefe ¿Qué pasa para que me llame?

-tú me llamaste DiNozzo – la voz sonaba un poco más amargada de lo normal

-no creí que me devolvería el llamado – sonriendo se sentó y pausó la película - ¿ocupado?

-estaba bañándome… ¿Qué necesitas? – gruñón como siempre, Tony escuchó como alguien se servía café

-Abby me dijo que hoy era tu cumpleaños – decidió ir directamente para no cabrear más a su jefe. Con Gibbs uno nunca sabia    

-…

-¿jefe? – había esperado que le respondiera algo cortante o mordaz – espero no te hayas desmayado, quería decirte feliz cumpleaños

- ¿me estas llamando a las once de la noche solo para decirme esa estupidez? – Tony ya casi podía ver la ceja alzada de su jefe y su mirada reprobatoria como si ya quisiera comenzar a despotricar contra él, gracias a dios no se encontraban en la misma habitación ni en la misma casa

-es algo especial, no seas amargado… de seguro si lo hubiera sabido el equipo, la directora no habría salido con Ducky – con una sonrisa dio un sorbo a su vaso

-es mejor que descanses DiNozzo

-no puedes ser así… te llamo para decirte feliz cumpleaños y me cortas así, no es justo jefe, para nada justo – ya casi podía ver el gesto de contención que tenía Gibbs en ese momento y sinceramente era una imagen que quería recordar para siempre.

-estas lastimado Tony, tienes que descansar además… - tomándose una pausa DiNozzo sintió que su jefe estaba intentando buscar las palabras correctas – si vas a decirme feliz cumpleaños dímelo a la cara

-¿no es algo imposible? No puedo manejar

-entonces no digas nada… ahora solo duerme

-¡ah! Je… dios… me corto

Mirando su celular soltó un bufido casi molesto y tiró el aparato al otro lado del sillón mientras se dedicaba a gruñir. No podía creer que realmente el hombre le había tratado así después de haberle deseado un buen día, sabía que no había sido el mejor, pero no podía decirle que se fuera a dormir y dejara de molestar sin siquiera pronunciar las palabras “gracias. Aunque si lo pensaba eso también era imposible para Gibbs, el nunca diría gracias ni perdón a ningún adulto.

Molesto Tony alcanzó su celular nuevamente y sin remordimientos llamo a la primera chica de la lista para seguir con su plan inicial. No se dejaría pasar a llevar por ese hombre tan poco agraciado. Ya había pasado tiempo desde que se dio cuenta de que estaba enamorado de él y aunque en un momento deseo que sus sentimientos fueran correspondidos, sabía perfectamente que el hombre nunca sentiría nada por el estilo hacía él. Era ilógico solo pensarlo ya que el hombre era tan viejo que posiblemente su mirada conservadora solo lo miraría con asco y decepción. Era preferible olvidarse de esos absurdos sentimientos de una vez por todas.

Con una sonrisa Tony apoyo su celular en su boca luego de haber cortado la llamada, no sabía si había preguntado por Anais o Beatriz, pero sabía que ambas eran demasiado hermosas y que morían por él así que no tendría problemas en olvidarse del hombre. Era italiano, bien parecido y con una carrera prometedora por lo que sería fácil salir con cualquier mujer que él se propusiera, solo debía desearla tanto como había llegado a desear a su jefe.

Con el sonido del timbre Tony supo que su pizza había llegado por lo que sintiéndose un poco mejor se levantó y fue a buscar aquella energía que le acompañaría toda la noche junto a la chica.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Las dos semanas siguientes habían pasado sin pena ni gloria. Podía decirse que había sido bastante productiva para Tony, pero había algo que le incomodaba y eso era que su jefe en ocasiones se le quedaba mirando directamente y en otras solo se encargaba de evadirlo con excusas tan tontas que eran imposibles creer que venían de Gibbs. Aquel tipo de actuación confundían a Tony tanto que no sabía si sentirse dichoso o nervioso.

Restándole importancia al asunto el chico intento hacer su mejor reporte antes de ir a asuntos interno para devolver la evidencia. No quería tener fallos para ese fin de semana y por lo mismo deseaba ser felicitado por todo aquel que trabajara con él por su grandioso trabajo, aunque claro era un poco difícil considerando el hecho de que todo su grupo solía burlarse de él ya que sus reportes no eran los mejores.

Soltando un suspiro vio su reloj y grito internamente un hurra por ver que marcaba sin problemas algunos las dos de la tarde. Era hora de Salir y poder disfrutar su fin de semana como ninguno, sobretodo porque su nariz solo era cubierta por una pequeña venda. Ya no sería un problema el querer ligar con alguna chica desconocida, asi que ya tampoco necesitaba a Anais o como fuera que se llamara.

Más contento que nunca se levantó de su puesto y se despidió de todos notando como Ziva lo miraba con los ojos entrecerrados. Esa era solo una forma de decirle que tenía una buena broma preparada para él por lo que espero la bomba, mas esta nunca llego a sus oídos. Curioso DiNozzo se acercó al escritorio de la chica y le iba preguntar qué pasaba, mas esta rehuía de él como si  fuera la peste misma.

Indignado DiNozzo decidió olvidar ese incidente y fue directo al ascensor. Ya quería salir de esa oficina y ser un hombre libre para ir a sus andadas con la única intención de terminar con una buena mujer para la noche.

Viendo abrir las puertas se sorprendió de ver a la directora y a Gibbs juntos. Eso era un mal presagio y hubiera deseado tomar otra dirección, pero parecía ser que su jefe lo quería ahí porque no paraba de mirarlo fijamente. Sin poder negarse DiNozzo decidió entrar y ponerse detrás de ellos dos deseando que no hicieran otra de sus escenas de enamorados. Ya suficiente tenía con tener que soportar las hormonas de la directora hacia Gibbs como ahora ver en primera persona ese comportamiento estúpido de mujer enamorada, pero lastimada.

-continuaremos en otro momento Agente Gibbs – dijo ella con su típica voz autoritaria, pero que nunca servía de nada ya que esperaba una contestación del hombre

-no lo creo – respondió Gibbs con su típica voz de enojado mientras miraba un momento a DiNozzo – tengo asuntos pendientes

-¿trabajo con el agente DiNozzo? – preguntó un poco burlona haciendo que el menor se sintiera un tanto enojado – creo que eso puede esperar

-no es de trabajo así que no es de tu incumbencia – sonriendo Gibbs miro directamente a DiNozzo –  nos iremos en tu auto

-¿Qué auto jefe? – pregunto confundido y algo contrariado. No sabía que había pasado y de seguro la mujer tampoco entendía que mierda había pasado para no continuar con ese coqueteo de siempre

-el tuyo DiNozzo, el tuyo

Cuando las puertas se abrieron el mayor empujó a DiNozzo hacía la salida haciendo que Tony se sintiera mucho más perdido que de costumbre. No sabía si eso que había dicho era solo para quitarse a la directora de encima o para poder molestarlo a él un momento. Cualquiera de las dos opciones no sabía cuál sería su siguiente movimiento. Se sentía como un maldito novato a punto de ser reprendido.

Soltando un suspiro sintió otro empujón y vio como el jefe lo miraba casi enojado para que se pusiera a caminar. Algo sorprendido por aquello asintió rápidamente con la cabeza y comenzó a caminar hacía el estacionamiento en completo silencio. Si fuera por él se transportaría a otro lugar con tal de no tener que compartir el mismo auto, pero parecía que aún no podía conseguir aquella habilidad, por lo que resignado cedió el asiento de piloto y se sentó tranquilamente para mirar por la ventana y pensar en cómo preguntarle al mayor todo lo que recién había sucedido.

-¿a que fue todo eso jefe? ¿Tanto quieres escaparte de la directora?

-ella y yo no tenemos nada que hablar – con una neutralidad increíble Gibbs comenzó a manejar a toda velocidad asustando un poco al menor.

-con cuidado… esta recién pintado y no me gustaría que… ahh – sintiéndose nervioso se mordió el labio inferior y se agarró de la puerta - ¿A dónde vamos?... ¡jefe esta recién pintado!

-a comer – respondió con simpleza dando una vuelta brusca – no seas llorón DiNozzo

-¿comer? Jefe no creo que tenga hambre después de esto – dijo con una sonrisa intentando no parecer tan cobarde. Odiaba cuando le decían ese tipo de cosas

- es una invitación

-¿Por qué?

-…. – frenando de golpe Gibbs vio como DiNozzo casi se golpea en la cabeza por lo que solo sonrió y miro hacia el frente – porque me dio la gana de cenar

-¿me debo preocupar por algo? – curioso miró a su jefe con una ceja alzada. Estaba seguro que ninguna cita podía darle este tipo de emociones y realmente no quería volver a sentirlas tampoco

-no, si no has hecho nada

Con luz verde nuevamente, Gibbs puso en marcha nuevamente el auto y se aventuraron a una nueva carrera en donde Tony lloraba casi en silencio por la pintura en su auto y es que justo el jefe tenía que escoger el día en que hace poco lo había pintado para agarrar a su preciosura y comenzar ocuparlo como si fuera una máquina de juguetes. Decidido cerro los ojos con fuerza, prefería mucho más el tener los ojos cerrados y abrirlos solo cuando llegaran a su destino o a otra luz roja.

Con la nueva frenada del vehículo Tony vio con sorpresa como habían llegado a un extraño lugar. No era que fuera desagradable, pero era extraño ir al café  que su querida amiga frecuentaba. Aun recordaba como Kate pasaba todas las mañanas y tardes a comprar un café con un pastelito  para poder saciar un poco el hambre, era por eso mismo que ambos hombres habían dejado de frecuentar esas calles y ese café en especial. No querían tener una visión de ella saludándolos o haciendo una broma que los quebrara.

Con un nudo en la garganta Tony salió del vehículo y vio el sol brillar. Podía hacer una broma en la que estaba agradecido de estar vivo, pero sabía que no venía al caso por lo que solo se arregló su chaqueta y camino junto al hombre hasta la entrada del café esperando que los demonios del pasado no los vinieran a molestar. Quería un poco de paz para poder recibir cualquier noticia que el hombre quería darle.

El olor le trajo algunos recuerdos a Tony haciendo que quisiera devolverse, pero se mantuvo firme en cuanto vio que Gibbs se mantenía como una roca en su lugar. Siempre era tan imponente y por lo mismo intento agarrar un poco de la fuerza del mayor para no salir huyendo como solía hacerlo en ocasiones.

Agradeciendo que estuviera vacío, Tony y Gibbs se acercaron al mesón para poder pedir sus respectivos cafés y luego de obtenerlos se fueron a sentar a una de las mesas más apartadas. Había sido como por decisión en conjunto, aunque no habían dicho ninguna palabra. Esa era una de las cosas que le gustaba de Gibbs también, a pesar de ser tan diferentes se acoplaban tan bien sin la necesidad de hablar. Todo por la costumbre de siempre tener al otro a su lado.

-¿Por qué me traes aquí Gibbs? – preguntó con una ceja alzada mientras se acomodaba en el asiento

-no lo sé – encogiéndose de hombros le dio un sorbo a su café y se quejó. No era como el que acostumbraba, pero no había opción – Abby me dio una foto de cuando Kate se unió a nosotros, en el asado y sentí cierta nostalgia

-¿eh? – Sorprendido sonrió algo divertido por la ocurrencia de la chica – ya veo ¿Por qué yo?

-¿Por qué tu no?

-porque no soy el que mejor te cae – dijo con un poco de ironía  - hasta Magee vendría siendo mejor opción para ti ¿no?

-claramente sería mejor opción para mí, pero tú me llamaste – Gibbs, viendo el nerviosismo del menor oculto su sonrisa detrás de la taza y analizo al menor- ¿porque lo hiciste?

-eres mi jefe… estabas de cumpleaños no creo que sea algo en lo que se deba pensar mucho – comentó intentando restarle importancia a la vez que miraba a la camarera con una sonrisa, no quería llegar a el tema delicado

-DiNozzo mírame – molestó el hombre golpeo la mesa para que el chico lo mirara, cosa que consiguió en seguida – deja de coquetear mientras estamos hablando

-somos hombres y como tal tenemos necesidades Gibbs~

-¿ah sí? Yo no tengo ninguna de esas tontas necesidades así que contrólate

-está bien jefe

-y deja de llamarme jefe… no estamos en horas laborales para que sigas llamándome así

-ugh… - inquieto miró a todos lados antes de volver a centrarse en el mayor – está bien Gibbs, pero te digo que no había ningún trasfondo detrás ello

-¿en serio? – Alzando una ceja miró detenidamente al menor para luego suspirar  - está bien, no importa tampoco, solo quería tomar un café de manera tranquila y sabía que me acompañarias

-en serio – seguro, miró al mayor intentando ocupar la enseñanza de Kate, no era tan bueno como su jefe, pero estaba seguro que había visto un pequeño destello de desilusión en este y solo quizás eso era bueno para él  - aunque siempre puedo tomar un café contigo

-¿ah? No te volveré a invitar a un café, considéralo como única vez – dijo el hombre un poco molesto

-pero… ¿qué pasa si tal vez… y solo tal vez yo te invite la próxima semana a comer comida italiana? – alzando una ceja se puso como el mayor unos instantes, tenía confianza en sí mismo

-quizás acepte  -sonrió de lado y negó con la cabeza

-¿y a un helado?

-¿te pondrás tacaño acaso DiNozzo?  - negando con la cabeza se terminó su café – olvídalo

- en ocasiones la comida rápida hace que no desees comer nada más… comprar helado y solo charlar también es válido ¿no jefe?  Aunque para eso mejor te invito a un café, sería extraño verte con un helado si tomas café incluso cuando la oficina es un horno

Con la risa del mayor DiNozzo vio sus esperanzas renacer, no sabía si eso era correcto dado que siempre le destruían todas sus esperanzas, pero realmente quería poder ver si alguna vez podrían llegar a más. Era un juego en el que no necesariamente tenía que salir dañado por el mayor, esta vez se cuidaría más y dejaría de jugar cuando su camino se viera truncado. No había nada que perder en esos momentos.

Cerrando los ojos sonrió suave y se imaginó la cara de Kate diciendo un “te lo dije” tan burlón y lleno de sentimientos que se sintió hasta bendecido. Hubiera deseado que la mujer aun estuviera en el escuadrón para poder contarle sus penas y felicidades, ella siempre le daba confianza de aquello, pero sabía que no era posible por lo que solo asintió con la cabeza concediéndole por fin un punto a su amiga. Ella le había dicho que debía intentar arriesgarse.

Abriendo los ojos notó como Gibss lo miraba directamente a los ojos. Quizás no era la mirada más sexy que había recibido, pero si era la más penetrante y por lo mismo se sentía como un libro abierto frente al mayor. Era una cosa estúpida, pero le causaba tantos nervios que no pudo más que desviar la mirada y contar hasta diez para poder tranquilizar sus sentimientos y emociones antes de poder volver a verlo. Se suponía que debía seguir mostrando esa parada galante y no sería menos.

-por cierto Gibbs, se me olvido algo – intentando verse lo más serio posible no dudo en poner ambos brazos en la mesa

-¿ahora que se te olvido DiNozzo? – el hombre también ya más relajado le dedicó toda la atención al menor

-feliz cumpleaños atrasado – sonriendo con galantería vio la sorpresa en los ojos ajenos- no me mires así, tú mismo lo habías dicho.

-hmm… supongo que muchas gracias Tony – susurro el hombre sonriendo muy suavemente como si quisiera medirse en todo sentido y es que aun debía darle tiempo al menor.

Notas finales:

y aquí finalizamos

 

Espero lo hayan disfrutado y pronto se vendrán mas. 

Lo más seguro es que la próxima semana actualice, pero no se... aun debo actualizar otras historias y hacerme cargo de mis trabajos de universidad, aun así hare todo lo posible por poder actualizar pronto.

Sin más que decir espero estén bien

Un beso, un abrazo y se me cuidan

 

bye bye

Zack Engel~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).