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Capítulo Uno
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Mentiría si dijera que no se sentía avergonzado al estar sentado en ese lugar donde se encontraba, y mucho más al saber que esta era la quinta vez en un mismo año. Suspiró. Él se encontraba sentado tímidamente en la banca de una oficina de ayuda y asesoramiento a desempleados.
Se preguntaba en primera instancia: ¿Cómo rayos una persona con una hoja de vida tan impresionante y la educación que él tenía termina aquí? ¿Quién se había creído su hermano al obligarlo a venir? Luego se acordó del motivo de ello y solo se pudo limitar a suspirar fuertemente mientras esperaba que la pantalla en la pared mostrara el número de su ficha; había estado esperando por al menos dos horas, y él tenía el número ochenta.
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La puerta de la oficina se había abierto después de sonar no más de tres veces, dejando mostrarse a un hombre joven; era azabache, alto y muy pálido. Su nombre era Sasuke Uchiha.
-Buenos días. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .mucho gusto- Escuchó decir a una mujer de cabello rubio y hermosos ojos azules. Su apariencia de alguna forma le recordaba a su mejor amigo de la secundaria.
-… … … … … … …- añadió mientras señalaba gentilmente a una silla frente a su escritorio.
Él se sentó en absoluto silencio por delante del escritorio de su trabajadora social mientras dejaba su maletín a un lado de la silla y soltaba otro fuerte y sonoro suspiro. No le mentiría a nadie… él estaba nervioso; se notaba a lenguas que estaba nervioso. Desde su asiento estaba tratando desesperadamente de entender las palabras que salían de los labios de aquella mujer tan sonriente que se sentaba frente a él, pero él no podía y ello lo apenaba mucho.
-… … … … … …-
Él no era sordo…no, pero esa mujer que le estaba hablando, pudo haber tenido un poco de consideración con él, especialmente después de haber sabido sobre su ´situación´.
Maldita vida le había tocado
Eran casi dos años desde que salió del hospital, y la verdad es que nunca pudo volver a ser el mismo… no después del accidente de tránsito que tuvo y aquella tan grave herida en su cabeza; dañando el lóbulo parietal de su cerebro y dejándolo completamente incapaz de entender las palabras más sencillas a menos que pusiera mucho esfuerzo de su parte. Él había sido un destacado físico de la NASA, con un futuro brillante y ahora estaba atrapado en su propia mente, incapaz de mantener a flote la conversación más sencilla; ni siquiera podía leer o escribir bien.
-… … … … … … …-
Sus médicos le dijeron que padecía lo que parecía ser, un caso muy severo de afasia de wernicke. Después de años de terapia, podía leer algunas palabras y hablar de forma escueta, pero cuando él escuchaba a otras personas, era como oír una lengua extranjera.
Duraba varios segundos en entender lo que le decían, y aun así, él nunca lo entendía todo, tenía que batallar con las palabras lo mejor que podía e intentar salir airoso de esa lucha campal llamada ´vida diaria´, tenía mucha suerte si al final del día no recibía alguna burla o comentario despectivo.
-… … … … … … … … … … … … … …-
La mayoría de la gente suponía que era retrasado porque a oídos de todos, sus palabras eran lentas y sus respuestas aún más. A veces, se preguntaba: ¿qué dirían si supieran que su coeficiente intelectual era más alto que el de toda su familia combinada?, sin embargo… suponía que tener un alto coeficiente intelectual no le servía de nada, menos si apenas podía leer correctamente.
-Sasuke, este es el quinto trabajo del que has sido despedido en ocho meses. Entiendo tu frustración, pero si acaso pretendes ser de beneficio para la sociedad, es necesario que comprendas tus limitaciones.- Dijo ella al muchacho sentado frente a su escritorio.
Su situación sin duda alguna era difícil; con el paso del tiempo lo había convertido en una persona solitaria, fría y depresiva, todo un misántropo. Nadie podía entender lo que pasaba por su mente, a pesar que esta se había mantenido intacta y tan suspicaz como siempre y ello lo llenaba de desesperación e impotencia. El una vez reconocido y famoso investigador Sasuke Uchiha, ahora se miraba obligado a buscar empleo en algunos de los ámbitos que nadie quería. ¿Era de extrañar la frustración que sentía con sus empleadores y compañeros que lo discriminaban? ¿Era de extrañar que él permitiera que su temperamento saliera a flote? Cualquiera en sus zapatos, ya los hubiera mandado a freír espárragos a todos y cada uno de ellos.
-Sasuke… … … … … quinto… … … … … despedido en meses… … … … … … … … … … entiendo comprendas …… limitaciones- escuchó él.
Él solo era capaz de entender una de cada cinco palabras, pero fue capaz de sustituir los espacios en blanco lo suficientemente bien para entender el mensaje general a grosso modo. Dados varios segundos y después de pensarlo detenidamente, se levantó de inmediato mientras tiraba su impresionante hoja de vida al suelo. Lleno de rabia y frustración.
-Ud sabe... nada.- su rostro había tomado un fuerte tono rojizo.
El trabajador social, una mujer agradable que respondía por el nombre de Ino Yamanaka, suspiró. Su hermano mayor –Itachi-, probablemente cobro algunos favores y se valió de algunas amenazas para que ella se hiciera cargo de atenderlo. Dejando eso de lado… ella siempre se caracterizó por ayudar a aquellos bajo su guía y esa no sería la excepción. Mucho menos al tratarse de un hombre que necesitaba su ayuda.
-Siéntate, Sasuke.- Ella esperaba que el chico regresara a su silla para seguir hablando, pero al ver que este seguía estático en el medio de su oficina, comprendió que no pudo entender lo que ella había dicho, así que señaló gentilmente a la silla.
-Sasuke… ya no eres capaz de trabajar en lo que quieres, ya no… sé que es duro, pero debes intentar aceptarlo.- Dijo lentamente e intentando exagerar el movimiento de sus labios para ayudarle al muchacho a entender un poco el mensaje. No quería insultarlo, pero ese fue el resultado que obtuvo.
-Hmn- gruñó intentando no insultar a la madre de la rubia
Sasuke frunció el ceño y desvió su mirada lejos de ella, dirigiéndola a un cartel de motivación en la pared ´P-A-C-I-E-N-C-I-A´ Quizás no fuera de motivación para él; era más como una especie de ironía absurda y a fin de cuentas, un catalizador para su ira. Él era un científico, ¡un investigador importante! ¿Quién se creía esa fracasada para decirle aquello que puede y no puede hacer?
El fracasado sin trabajo no era ella; era él
Se sintió extraño al ver la mirada de reproche que le dirigía la rubia.
Ahora se miraba a si mismo… bueno… él entendía que quizás ya no era de esa forma… quizás, él ahora estaba condenado a puestos de trabajo mediocres, puestos de trabajo como muchacho de las bolsas en las tiendas de comestibles o barrendero. Si eso no era una razón para estar frustrado, no sabía que cosa lo era. Quizás fuera cierto que él necesitaba el dinero… no lo negaría, pero más que ello y aún más importante, lo único que quería era sentirse útil, sentir que su vida tenía un propósito otra vez y que él tenía un poco de control sobre ella. ¿Es esto mucho pedir?
-¿Sasuke, continúas visitando a un terapeuta del habla?-
Él no se molestó en mirarla mientras procesaba sus palabras, sólo se limitó a asentir con su cabeza cuando logró decodificar la pregunta. No es que esa terapia no le agradara, él asistía puntualmente a todas y cada una de sus citas en el hospital, casi de forma religiosa. Lo que lo molestaba era el hecho de saber que ir a la terapia no lo arreglaría, no ahora, no nunca. Le habían explicado claramente que su único uso era para hacerlo más comprensible a oídos de las personas "normales". Su progreso en la capacidad para entender a la gente se había estancado al cabo de unos pocos meses después de haber comenzado. Ya se había resignado a pensar que el mundo siempre lo vería como un retrasado mental, incluso si su mente albergaba la inteligencia de un genio.
-Tu hermano mayor quiere que seas feliz; deprimirte y echarte a llorar de frustración en tu casa no te ayudan a seguir adelante con tu vida, él está muy preocupado por ti- Dijo ella
-Hmn-
Su gruñido de enojo le había parecido gracioso, especialmente por todo el tiempo de retraso. Ino entendía el motivo de sus respuestas lentas, pero sus empleadores y compañeros de trabajo no. Siempre supusieron que era otro de esos retrasados a los cuales se vieron obligados a contratar en la empresa para las buenas relaciones públicas del negocio. No pasaba siquiera un día en que él no hiciera un esfuerzo sobrehumano por no matar a todos los que dijeran un comentario sarcástico o se echaran a reír cuando confunden sus palabras.
Sasuke estaba listo para salir de esa oficina en cualquier momento, escucharla hablar sobre su situación lo hacía sentir muy mal consigo mismo, lo abrumaba ¡él ya sabía que estaba roto! ¡Él ya sabía que era un fracasado! ¿Acaso todo el mundo se quiere encargar de recordárselo?
-Adiós- dijo intentando levantarse, pero fue interrumpido por la trabajadora social, la cual lo tomó firmemente del brazo para evitar que se fuera.
-Escucha con atención- dijo mostrándole unos cuantos formularios en su escritorio.
-Hmn- gruñó nuevamente; dedicándole su mejor cara de limón agrio a la rubia, lo cual no logró amedrentarla ni un poco.
-Tengo un trabajo para ti, afortunadamente no tendrás que hacer frente a muchas personas. – le mostro el anuncio de trabajo mientras el azabache lo miraba con mucho detenimiento.
-Un veterinario local ha puesto una solicitud buscando un ayudante; alguien que pueda encargarse de alimentar a los animales en su perrera, limpiar las plumas, recibir los suministros y saber llevar un inventario. ¿Te interesa? La única persona a la que tendrás que tratar es al veterinario, ya que estarías trabajando por las tardes, cuando la mayoría de sus empleados se han ido. – explicó ella
“Trabajo, veterinario, limpiar, trabajar solo” repasó mentalmente, había entendido lo que quiso decir ella pero aun así no le parecía la idea.
Pero… ¿No tener que trabajar con la gente? Sonaba demasiado bueno para ser verdad. Él no era realmente un amante de los animales; apenas le gustaban los gatos, pero no le importaba ello. Si cuidar a un montón de perros callejeros era lo que necesitaba para mantener a Itachi e Ino lejos de su espalda, con mucho gusto aceptarían el trabajo ofrecido. Aparte que su hermano no era un hombre rico y tenía una esposa y un hijo de tres años a los cuales cuidar, él necesitaba comenzar a ganar un poco de dinero extra para ayudar a mantenerse. Solo esto impidió ponerle obstáculos en el trabajo de baja categoría que se le estaba presentando.
"La paga no es mucha y es sólo a tiempo parcial, pero tiene la opción de convertirse en un trabajo de tiempo completo si las cosas funcionan".
-Acepto- la interrumpió antes que pudiera seguir hablando
Ino sonrió brillantemente luego de escuchar las palabras del azabache.
-Muy bien, puedes comenzar el día de hoy a las cinco –
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Cantinuará...
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