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The Deep Vast Emptiness por Kaiku_kun

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Notas del fanfic:

Este es un one-shot muy cortito. Está basado en la antigua Grecia, concretamente en el año 425 aC. Acaban de empezar las Guerras del Peloponeso, la guerra más cruel, trágica y sanguinaria de toda la historia de la grecia antigua. Y uno de los primeros golpes lo recibe Esparta en la batalla de Pilos, en el 425 aC. Este one-shot es parte de la post-batalla. Espero que os guste.

Influencias para escribir: El título del one-shot viene de la canción de la banda Clouds, y traducido es "El profundo y vasto vacío". Es una canción de desolación. Más abajo dejo el link y la letra traducida de la canción.

Para todos aquellos que querráis seguir mis otros fics y ver algunas fotitos chulas, aquí os dejo mi página de facebook! Un like es felicidad! Y si se comparte es aún mejor! https://www.facebook.com/kaikufics/

Notas del capitulo:

Más abajo dejaré el link a la canción y su letra traducida

The Deep Vast Emptiness


 


Recuerdos demasiado recientes y sangrientos para ser paliados. El olor a sangre, mi sangre, la sangre de mi amante, la sangre de mis hermanos, arraigada en mi nariz. El sonido de las jabalinas atenienses atravesando la carne de mis amigos espartanos. La última esperanza de los refuerzos desvaneciéndose con las embestidas finales de la falange ateniense rompiendo nuestras filas.


Ahora vago solo por las montañas de Mesenia, regocijándome en el dolor de mis heridas y la desesperación en la que la derrota me ha sumido. Miro el cielo, miro la luna, Ártemis, nuestra diosa protectora. Nos ha abandonado. Nos mira desde los bosques con desprecio, nos mira desde el cielo con repulsión. Nos enseña su cara más dura e inclemente, una calavera grabada en la piedra lunar que me recuerda todo lo que se ha perdido en Pilos. Centenares de vidas. Nuestro honor. Nuestra moral. Obligados a rendirnos y a huir en los pocos barcos que los atenienses no tomaron. Y yo, desertor descreído de los dioses y de mi patria, he acabado huyendo por mi cuenta. Solo. Desesperado. Herido de gravedad.


Las imágenes se repiten una y otra vez ante mis ojos. Mi amado Cleómenes, orgulloso espartiata, que creciste con las historias de aquellos hoplitas que hicieron frente sin temor al terror meda… Siempre fuiste el primero en pelear en la palestra. Siempre mostrabas ese brillo en tus ojos que nos decía al resto que serías el primero de chocar contra el enemigo. Lo veo tan claro en mis ojos… Verte entrenando incansablemente. Tu mirada azulada observando el campo al atardecer. Tu sonrisa apacible que me incitaba a tomarte en mis brazos. Ya nunca podré volver a hacerlo. Dos jabalinas en tu pecho me arrebataron toda esperanza de tener una vida feliz junto a ti. Ya no me quedan lágrimas en los ojos ni voz para seguir gritando por ti.


En esta última batalla se me ha enseñado el auténtico significado de la guerra. No existe la gloria para mí. Me compadezco de todos los atenienses que perdieron a sus amigos en el combate. A todos nos engañaron con promesas de honor, gloria y fama, un hueco en la historia, una marca en nuestra lápida sobre nuestra mejor hazaña.


¿Por qué tuve que hacer caso? ¿Por qué te seguí, Cleómenes, cuando te vi presentarte voluntario para ir a la batalla? ¿Por qué no te detuve? Podríamos haber sobrevivido a una batalla más, podríamos haber sido esos refuerzos que los dioses no quisieron hacer llegar a tiempo. Podrías no haber sido el primero en morir.


Apenas pudieron sacar tu cadáver de la batalla. Yo, que estaba tan lejos de ti, casi salí de mi formación para llorar tu muerte. Tuve que esperar a que los atenienses nos tuvieran acorralados en esa isla para poder descansar y llorar tu muerte encima de tu cuerpo. Doy gracias al general ateniense por sus dudas al atacar. Me permitió vaciar mi alma ante tu tumba. Y pese a todo, aún queda pena por volcar en este mundo. Aún me quedará pena y tristeza por mostrar mientras siga andando sobre la tierra. Sigo sangrando sin casi notarlo.


Hace muchos estadios que he abandonado mis armas. Solté mi abollado escudo nada más salir de la playa de la arenosa Pilos. Tiré mi lanza cuando empecé a bajar la primera colina. Me deshice de mi coraza al subir la siguiente. Abandoné mi casco cuando entré en el bosque, ya de noche. Ya solamente me queda mi espada. Ella es la única que me alienta a seguir andando a través del bosque.


Ya no soy capaz de seguir luchando contra la muerte. Ya no puedo soportarlo. No quiero vivir. Ojalá la tierra me dé la bienvenida y me aleje de este mundo frío, vacío y agrietado.


I cannot bare I cannot live


Oh earth please welcome me


Take me away from this world


It is shattered and cold


Pero tampoco quiero morir. Lo que me espera en el más allá es aún peor. Obligado a beber del río Lethe, el olvido absoluto, y condenado a vagar entre la niebla como un alma en pena. Estaría delante de ti, mi amado Cleómenes, y no nos reconoceríamos. Seguiríamos siendo dos almas vagando sin rumbo en el campo de los Asfódelos. No puedo ni pensar en no recordar tu sonrisa.


Perdido, solo, rodeado de oscuridad, agonizando. No veo el final del bosque. No alcanzo a ver luces de ninguna aldea para poder morir teniendo la seguridad de que alguien me enterrará. Peor que morir y olvidar es morir y que no pueda olvidar. No quiero quedarme en el limbo, sin beber del río del olvido, y lamentarme eternamente de mis heridas, de la muerte de Cleómenes y de muchos de mis amigos.


Mi espada. Ella es mi única compañera. Quizás pueda darle un último cometido. Quizás los dioses oigan el último lamento de un espartiata a punto de morir y se compadezcan de mi alma cuando vean que la apunto contra mí y me la clavo.


La estoy alzando… ya voy a por la vida eterna. Pero al mirar hacia arriba y toparme con la terrorífica luna, solamente veo más desprecio de mi diosa, Ártemis. La espada se cae de las manos. Y mi cuerpo le sigue. Con la cara de lado, contra el suelo, alcanzo a ver una tenue luz que se acerca. Los dioses me han escuchado finalmente.


Ya puedo cerrar los ojos y sumirme en el profundo y vasto vacío.

Notas finales:

Esa batalla fue el inicio del fin. Esparta, la gran idolatrada maestra de la guerra, se rendía por primera vez en su historia. La humillación, la vergüenza y el deshonor que debieron sentir tuvo que ser demoledor. Pero no fueron las únicas víctimas: Se acabó para los griegos la visión alegre y energética de las batallas. Formar parte del ejército pasó a ser visto a partir de entonces como una procesión hacia la muerte. Los autores clásicos aún alabarían a los héroes y las victorias, pero desde las casas un soldado partiría con tristeza y no con alegría a defender su patria. Los únicos que querrían luchar a partir de entonces serían los políticos.

Un minuto de silencio (quizá ruidoso por la música) para los soldados caídos en la batalla de Pilos.


La canción: The Deep Vast Emptiness


La letra:

 

I fled the place                             Huí del lugar

Where I once sat                          Donde una vez estuve sentado

In dreams of hope                        Entre sueños de esperanza

And tears of joy                           Y lágrimas de alegría

 

I threw the key                            Tiré la llave

To life itself                                 A la vida misma

I spat the book                            Escupí en el libro

And blamed the sky                     Y culpé al cielo

I couldn’t care                             No podía importarme

 

Oh heavens above                       Oh, cielos por encima

Or heavens below                        O cielos por debajo

Please take me there                   Por favor, llevadme allí

I cannot bare I cannot live            No lo puedo soportar, no puedo vivir

 

Oh earth please welcome me        Oh, tierra, por favor, recíbeme

Take me away from this world       Llévame lejos de este mundo

It is shattered and cold                 Está agrietado y es frío

 

Oh thorns                                    Oh, espinas

Entangle me with frost                  Enredadme con hielo

Torn and lost in this                      Desgarrado y perdido en este

World oh so cold                          Mundo, oh, tan frío

And empty                                   Y vacío

Sorrow folds me well                    El dolor me atenaza


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