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Amore a distanza por Na Na

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Notas del fanfic:

Un JongYu!!! 

Dedicado para las que aman a esta pareja :3

Notas del capitulo:

Disfrútenlo :3

Las gotas de lluvia chocaban contra la ventana. Los limpiaparabrisas estaban en la máxima potencia quitando el agua. JongHyun estaba desesperándose y frustrándose. Debía llegar pronto a casa. Quería encender su chimenea y sentarse frente a ella con un chocolate caliente, abrigarse con una manta y hablar con JinKi. El mayor debía estar en casa cuidando de Señor Bigotes.

Sonrió al recordar el gato de JinKi con un parche en el ojo derecho.

— ¡Mira! Es Ciel Phantomhive —le envió un correo y una foto del gato.

JongHyun había puesto esa foto en su fondo de pantalla del teléfono, así podría recordar al gato y a su dueño.

Un semáforo rojo en una intersección interrumpió su viaje. Suspiró frustrado y dejó caer su cabeza en el volante. Estaba cansado. Su día había sido pesado, atareado con informes, corriendo detrás  de varios de sus colegas por las firmas en los informes… Un día pesado, sin duda.

Se aflojó la corbata y le subió la temperatura al aire en el auto, frotó sus manos y avanzó por la calle cuando el semáforo cambió de color. Avanzó despacio hasta cuando llegó a la autopista y avanzó un poco más rápido.

Vivía fuera de la ciudad, en una casa de dos pisos con jardín, cochera y un árbol enorme en medio del jardín.

—Quiero un sauce llorón —JinKi había dicho cuando sembraban el césped.

— ¿Un sauce llorón? —el mayor asintió repetidas veces—. ¿Por qué?

—Me gustan sus hojas —y la sonrisa de JinKi iluminó su rostro.

JongHyun amaba la sonrisa del mayor y cómo se perdían sus ojos. Era inevitable para él no sonreír cuando el mayor lo hacía. En ese mismo instante estaba sonriendo.

Entró a su urbanización, saludó al guardia y avanzó por la calle. Su casa estaba a diez cuadras de la entrada y ya llevaba seis y media cuando su auto se apagó.

— ¿Qué pasa? —trató de encenderlo de nuevo pero era inútil. El coche no parecía tener ganas de encender—. Enciende, ya estamos cerca —pero no. El coche no encendió.

Golpeó su cabeza contra el volante y suspiró frustrado. Le tocaba caminar, pero caminar no era malo, el problema era la lluvia, y no traía paraguas consigo.

Se puso su leva, cogió su portafolio y, con un suspiro, salió del auto con las llaves en la mano, lo bloqueó y le hizo una mueca. Luego, bajo la torrencial lluvia caminó hasta la casa maldiciendo el clima, su carro y su suerte.

Un trueno acompañado de un relámpago le hizo dar un respingo. Se encogió y caminó más aprisa. Ya había pasado la media cuadra y ya estaba empapado. Siguió caminando hasta que llegó a su cuadra y giró a la derecha. Avanzó las tres casas que debía y llegó a la suya. Se refugió en el pequeño techo que tenía el garaje y sacó las llaves de la casa. Caminó pegado a la pared hasta la puerta principal, la abrió y entró lo más rápido que pudo.

Dejó el portafolio en la entrada y subió directo a su habitación. Fue hasta el baño, se despojó de sus prendas mojadas y se metió bajo el chorro de agua caliente. Y soltó un suspiro de alivio. No había caminado bajo la lluvia desde hace años, aunque lo que caía afuera era un diluvio. Se duchó lo más rápido que pudo y salió poniéndose la bata de baño que Onew le había regalado. No era su costumbre usarla, pero hacía demasiado frío como para salir sólo con una toalla en la cintura. Se secó el cabello con la toalla mientras buscaba su pijama. Se la puso y bajó hasta la sala. La laptop estaba sobre la mesita del centro, así que la encendió y fue a calentar leche. Buscó algo en la alacena y halló pan y mermelada, los cuales los llevó a la mesita de centro. Se aseguró de llevar un plato pequeño y un cuchillo de mesa. Regresó a la cocina y, cuando la leche estuvo lo suficientemente caliente para su gusto, la puso en una taza y la endulzó con chocolate. Le puso malvaviscos y la llevó a la sala.

JinKi le estaba haciendo una video-llamada por Skype, así que se apresuró en contestarle.

—Amor —JinKi tenía un rostro preocupado.

—Amor —Jong le sonrió—. Hola.

— ¿Por qué no me contestaste antes?

—Lo siento. Tuve un día largo, salí tarde y, como si fuera poco, el auto se dañó a casi cuatro cuadras de aquí. Y hay un diluvio —JinKi rio. JongHyun se contagió y también empezó a reír —. Lo digo en serio, cariño.

—Te creo, amor.

— ¿Cómo estuvo tu día? —le dio un sorbo a su leche.

JinKi le contó que estuvo bien. Que había aprendido una nueva técnica de pintura. Que había salido a comer con una amiga a un restaurante lujoso en la ciudad y que luego habían ido a pasear a la plaza.

— ¿La plaza Magnánima? —JinKi asintió repetidas veces. Acostumbraba a hacer eso cuando algo le agradaba.

—Sí. Había muchas pinturas en los edificios de alrededor. Tomé algunas fotos, te las envío enseguida —su semblante cambió.

— ¿Qué sucede? —Jong dejó su pan de lado y se fijó en su novio.

—Nada —JinKi sonrió, pero Jong notó que era fingida.

—JinKi…

JinKi suspiró. No le gustaba cuando JongHyun usaba el tono paternal con él.

—Mi amiga dijo que gustaba de mí —se encogió de hombros. Jong esperó hasta que JinKi terminara de hablar—. Y la rechacé cuando me pidió salir. Me siento mal, pero… —suspiró—. No puedo salir con ella.

— ¿Le dijiste de mí? —asintió—. Buen chico —JinKi rio.

—No me trates como perro, Jong —el aludido sonrió ampliamente.

—No lo hago —JinKi sonrió.

Pasaron unos segundos en silencio hasta que JinKi habló.

—Te extraño, Jong —puso su mano en la pantalla.

—Y yo a ti, hyung —Jong también puso su mano.

Pasaron un tiempo más así, deseando estar al lado del otro. Pero no podían. JinKi estaba en Italia, estudiando arte. Su deseo de ser pintor se estaba cumpliendo.

—Come bien —Jong sonrió.

—Lo haré. Tú también come bien —Onew asintió.

Un maullido distrajo a JinKi, quien quitó su mano de la pantalla. Tomó al gato y lo colocó a la pantalla.

—Mira, hoy es sólo el Señor Bigotes —JongHyun sonrió ante la protesta del gato.

—Creo que sigue sin gustarle su nombre —los dos rieron.

Tras despedirse animadamente Jong apagó el computador, dejó todo en la cocina y subió a su habitación.

Quitó toda la ropa que tenía en la cama y la dejó en el sofá, dejó su teléfono en el buró y se metió en la cama. El día había sido largo pero agradecía saber que era viernes. A su alrededor sólo se escuchaba la lluvia. Sonrió. Aplaudió dos veces y las luces se apagaron, pero su celular se encendió.

Era un mensaje de texto de JinKi.

«Buenas noches, JongHyun. Te amo :*».

Jong rio ligero.

«También te amo, hyung :*».

Notas finales:

Reviews?...

 

Gracias por leer.


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