Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Words are hard to find por Kurai neko

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Dedicado a Dazi ovo
Es de un sólo capítulo, así que ya se terminó ahí ^^U

Agarró la manga de la camisa larga que llevaba. Ikki giró su cuerpo para ver el rostro de quien lo detenía.
Hyoga sostenía su cabeza baja, tapando sus ojos con su flequillo y protegiéndolos tras sus párpados cerrados.
Ikki parpadeó varias veces antes de analizar la situación.

El rubio se había acercado a él esa tarde, obviamente con intenciones de hablar, una actividad que no solían practicar ambos jóvenes.
El japonés se había sorprendido, pero cuando el otro le pidió a media voz que lo ayudara con las matemáticas casi se le escapó una carcajada.

¿El ruso arrogante pidiendo ayuda?

Nunca habían mantenido una relación especialmente amistosa, ni siquiera se llevaban bien, pero hacía tiempo que habían resuelto sus diferencias. Las peleas que antes solían ser casi plato de cada día habían disminuido hasta desaparecer gracias a la intervención de Shun.
Ahora simplemente se ignoraban el uno al otro.

- ¿Qué quieres?

Ikki interrogó con un tono mucho más suave de lo que Hyoga esperaba.
La tarde había pasado rápidamente, atendiendo unas explicaciones que realmente no le importaban tanto como el hombre que se las daba.

Le había costado reconocer que lo que le movía antiguamente para molestar al fénix era un interés por su persona que no sabía como saciar. Una fascinación que había crecido en el tiempo que llevaban sin discutir, siendo así capaz de tener consciencia de sus sentimientos y darles forma al observar a su centro de admiración.
Creía estar bastante seguro de que lo que le había movido en el instante en que se había decidido a pedir su ayuda había sido algo a lo que podría llamar amor.
O al menos interés sentimental.
Ikki no sólo lo atraía físicamente, le agradaba como posible pareja.

El ruso titubeó, haciendo gala de una inseguridad impropia que a Ikki le pareció en algún instante adorable. Ante el pensamiento, el moreno sacudió levemente su cabeza, tratando de no pensar una tontería como aquella sobre el orgulloso Cisne.
Aunque debía admitir que esa tarde no se había comportado como antes solía hacer con él. Había estado atento y aplicado a su estudio, preguntando en voz baja cuando no acababa de entender algo, respetuoso hacia su inesperado maestro.
Había sido algo extraño, pero no incómodo.

Hyoga trató de emitir algún sonido, pero no lograba convertir en palabras aquella idea que quería dar a conocer.
Aclaró su garganta y abrió los ojos, proyectando su mirada hacia la del mayor.
Se mordía ligeramente el labio cuando soltó la manga azul oscuro de la camisa de Ikki.
A veces era tan difícil encontrar las palabras adecuadas...

El Fénix dio la vuelta, encarando totalmente al rubio y cruzándose de brazos.
Lo miró con curiosidad, aguardando que le dijera que quería más de él. Sin darse cuenta de que empezaba a esperar que fuera algo que les hiciera pasar más tiempo juntos, un tiempo que le permitiera conocer un poco más la verdadera forma de ser de aquel chico que de la noche a la mañana había atraído su atención con ese comportamiento calmado y misterioso.

- No te vayas.

Ikki engrandeció sus ojos ante la aparente orden.
El tono había sido neutro, frío; casi aparentemente forzado a ser así.

Hyoga incrementó la fuerza con la que miraba al moreno a sus tormentosas pupilas, atrapándolo en aquel cruce de miradas.

- Quédate un poco más... – continuó con un son más débil - ... por favor.

Concluyó casi en un susurro, alzando su mano y rozando con suavidad el antebrazo de Ikki.

El japonés abrió la boca, descolocado por la demanda. Recompuso su figura en unos momentos, los que restaron al ruso para bajar su mano hasta el codo de aquel y retirarla hacia su propio regazo.
El moreno vaciló internamente, sopesando las posibilidades.

Irse o quedarse.

Bajó la cabeza, negando con ella y descruzando sus brazos dio la vuelta, alejándose unos pasos del Cisne, que sonaron dolorosos para el dueño de la habitación.

El siguiente sonido desgarrador fue el de una silla al ser arrastrada hasta la altura de la que ocupaba Hyoga.
Estaba vuelta del revés e Ikki se sentaba en ella cuando el ruso se atrevió a mirar en frente.

- Bien... – empezó Ikki - ¿Para qué me quieres aquí?

Hyoga ladeó la cabeza. Era una pregunta para la que no tenía una respuesta que lo hiciera quedarse. Arrugó su frente, pensando deprisa.
Formó una pequeña y casi maliciosa sonrisa.
Tal vez si que tenía la respuesta acertada. Tal vez las palabras no eran tan difíciles de encontrar.

- Te quiero conocer mejor.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).