Al otro lado de la calle.
¿Sabes quién es la persona que está al otro lado de la calle?
Estoy segura de que Sandara y yo, nos conocíamos mucho antes. Tal vez nos habíamos topado en la calle o en alguna cafetería, tal vez en el supermercado o en la caja de alguna tienda de ropa, tal vez nos vimos muchas veces frente a frente e incluso puede que alguna vez chocamos en al doblar la esquina demasiado rápido. Lo cierto es que nunca nos habíamos prestado atención alguna, hasta ese día.
25 de mayo de 2015.
Bajo un cielo cubierto de nubes grises que derramaban finas lágrimas nos encontramos frente a frente, tan de pronto. El cruce del tren nos hizo coincidir de una forma perfecta, fue un segundo, Sandara y yo nos miramos, antes de que el tren a paso calmado pasara entre nosotras, e incluso así mantuvimos la mirada fija una en la otra por a través de los espacios entre vagones. Mientras el tren seguía su camino, temí al hecho de que al pasar nunca haya estado ahí, pero cuando se alejó, Sandara aún estaba ahí, llevaba el cabello rubio recogido en un chongo, botas negras, Jean oscuros, blusa blanca bajo un saco gris, tal lívida, tan extraña.
Nuestro primer contacto fue al pasar la una junto a la otra al cruzar, nos miramos ligeramente antes de seguir cada quien su camino, con la mirada fija hacia adelante. Sin embargo al seguir caminando, ambas sabíamos que volveríamos a encontrarnos algún día.
Y ese algún día llegó ese mismo día, al llegar a casa Sandara Park se hallaba fuera de casa sentada en la banqueta mojada, el cabello ahora suelto le caía lacio un poco más debajo de los hombros, miraba hacia arriba, hacia donde las gotas de lluvia heladas tenían su origen.
r13;¿Estás bien? r13; Pregunté al acercarme. Fijo su vista en mi entonces, y yo descubrí la mirada que me marcaria los siguientes 6 meses.
r13;Si. r13; Fría, su voz no era cálida sino fría, sus ojos cristalinos también eran fríos y profundos como si sus sentimientos se hubieran trasladado hacia lo más profundo en ella.
r13;¿Esperas a alguien?
r13; No.
r13; Entonces, ¿quieres pasar?
En ese momento, mientras hacia la pregunta no pensaba en nada, ni siquiera yo sé que fue lo que me llevo a invitarla adentro. Pero ella acepto, le preste una toalla para secarse y ropa limpia pues a diferencia mía ella no llevaba un paraguas consigo. Tras enseñarle donde podía cambiarse, prepare café y algunos aperitivos. Sandara se tomó su tiempo antes de salir, con el cabello recogido de nuevo.
r13; Espero tomes café, porque hice un poco, aquí hay algunas cosas para comer también.
r13; Gracias. r13; Tomó entonces una galleta y se la llevo a la boca para luego sorber un poco del café caliente.
r13; ¿De dónde vienes? r13; Pregunté, me miró entonces y también a su alrededor antes de responder.
r13; En realidad, no vengo de ningún lado. Solo caminaba un poco… r13; dejó las cosas en el aire por un momento antes de seguir hablando r13; ¿no te asusta dejar pasar a extraños a tu hogar?
Le sonreí.
r13;En realidad sí, pero por alguna razón tu no.
Pareció ligeramente extrañada y ahora que lo pienso quien no lo estaría. Sin embargo lejos de incomodarse sonrió ligeramente, mientras bebíamos el café comenzamos a hablar de cosas triviales, me dijo entonces su nombre y su edad, habló un poco de su familia y su mascota, de sus estudios, cursaba entonces la carrera de artes plásticas en un colegio privado al norte de Seúl, mientras yo trabajaba para la imprenta del periódico local. Entrada la noche y con el fin de semana tras las 12 continuamos hablando y nos pospusimos ver una película, mientras fumábamos un cigarrillo.
r13;¿Lo disfrutas? r13; Me preguntó entonces.
r13; ¿El fumar? r13; Ella asintió.
r13; En realidad no. r13; Una carcajada se escapó entre sus labios.
r13; Yo tampoco.
La madrugada llegó y entonces nos besamos. ¿Por qué? A decir verdad no hubo una razón concreta para ello, pero lo hicimos, sus labios sabían a tabaco y café, a lluvia y tierra mojada, a tristeza. Nos fuimos a la cama entonces, y nos desvestimos la una a la otra, tuvimos sexo y nos fuimos a dormir. Y luego de eso, no volvimos a separarnos.
El 25 de Junio el aniversario de nuestro primer mes, me desperté con sus labios sobre los míos, estaba despeinada y en pijama con una espátula para panqueques en la mano, tras ella la luz tenue del sol le hacía brillar como si fuera un ángel.
r13; ¿Por qué no te quedas a vivir aquí? r13; Le pregunté mientras comíamos. Sonrió de una forma maravillosa y asintió con la boca llena de comida, me reí un tanto. Y al acabar la tomé entre mis brazos, nos besamos por un largo rato, hasta que ella decidió que era hora de ir por sus cosas.
Sandara Park nunca trajo todo a casa.
Metimos las cosas en unos cuantos días y las ordenamos en un fin de semana, al final acabamos tan agotadas que incluso sin cenar nos quedamos dormidas en un sofá.
Aun es ese primer mes, me había dado cuenta de que si algo amaba de Sandara Park era su sonrisa, pues era brillante, bonita, reflejaba muchas cosas, pero a pesar de todo, aun cuando sonreía en los momentos más felices, la tristeza en la sonrisa de Sandara no desaparecía.
Durante el transcurso de junio a julio, antes de cumplir dos meses, caminamos juntas por el parque de la mano, en medio de un silencio cómodo, nos detuvimos frente a la fuente del centro y nos abrazamos.
r13; No hay nada lógico en lo nuestro ¿no crees? r13; Me reí.
r13; ¿A qué viene eso?
r13; Solo pensaba un poco. Oye ChaeRin ¿Qué opinas sobre el tiempo?
r13; ¿El tiempo? Qué hace frio.
Sandara serio muy fuerte en ese momento, me dio un beso y seguimos caminando. No entendí a que se refería en ese momento. Ahora mismo me pregunto, que hubiera hecho si hubiéramos hablado en ese momento? ¿Qué hubiese dicho Sandara si yo le hubiera dado la respuesta que esperaba?
En Julio 25, desperté con Sandara abrazada a mí, respiraba con tranquilidad pero estaba aferrada a mí, como si temiera que la dejara. Solté su agarre lentamente y me abrace a ella, entonces, en medio de sus sueños, comenzó a llorar.
r13; Estoy aquí, amor, Estoy aquí. r13; Le susurré.
Cuando se tranquilizó, me levante para hacer el desayuno y realizar unas llamadas, pronto habría vacaciones así que ¿por qué no salir? Sobre la mesa había una trozo de una hoja de papel, en una esquina con la letra de Sandara decía ¿Me olvidaras entonces? La tome y escribí “no”. Me arregle entonces, y desperté a Sandara para desayunar juntas, ese día me costó irme al trabajo, pues Sandara lucia extrañamente frágil. Aun así ella aseguró que estaba bien, así que al final me fui.
La última semana de julio y la primera semana de agosto las pasamos en Japón, la prefectura de Osaka nos brindó un hermoso lugar de vacaciones. La última noche antes de regresar a Corea, cenamos en un pequeño restaurante de fideos, los acompañamos con alcohol, y antes de irnos la dueña del lugar nos pidió que posáramos para una foto. En el pie de la foto escribí “las primeras vacaciones con el amor de mi vida”. La señora colgó la foto junto a varias de distintos turistas que habían pasado por ahí.
r13; Pudieron habernos visto raro. r13; me dijo Sandara al salir del lugar.
r13; ¿Tu crees? r13;Le dije r13; Aun después de entrar tomadas de las manos y decirte ¿Qué quieres tomar mi amor?
Se sonrojó y me dio un golpe. La abrace entonces por los hombros y caminamos de regreso al hotel. Ahí nos besamos hasta terminar en la cama, esa noche no dormimos.
El 25 de agosto desperté con un pastel en la mesa. Como era un día inhábil por el aniversario de la empresa, hicimos el amor por la mañana. Acostadas en la cama, comimos el pastel.
r13; ChaeRin ¿Cuáles son tus planes a futuro?
r13; ¿Mmmh? Supongo que ascender de puesto y casarme contigo.
Sandara sonrió, esperaba que brincara a mis brazos y me besara pero no lo hizo, se limitó a sonreír y puedo jurar incluso ahora que nunca en todos mis 24 años de vida, había visto una sonrisa tan triste.
r13;¿Eso te gustaría?
r13; ¿A ti no?
r13; ¡Por supuesto! r13; Brinco entonces, y se acurruco a mi lado. No me beso, tan solo se abrazó a mí con fuerza.
Al término de ese mes, me anunciaron que me consideraban para supervisora del departamento de edición, me sentí maravillosa, y lo primero que hice fue ir por un pastel y cerveza de arroz para celebrar con Sandara. Pero al llegar ella estaba dormida en el sofá, ardiendo en fiebre. La llevé hacia la cama, me cambié y me recosté a su lado.
r13; ¿Cómo estás? r13; Susurró débilmente r13; ¿Qué tal tu día?
r13; Shh, estas cansada, ya te contaré mañana.
Bese su frente, ese día dormimos abrazadas.
No le conté a Sandara la noticia, después de todo no estaba segura, y me importaba más su salud. La fiebre le duró casi 3 semanas.
El 25 de septiembre desperté a las 4:30 de la madrugada, Sandara no estaba a mi lado. En silencio la busque en la casa, se hallaba en el salón mirando por la ventana, tenía cobijas alrededor suyo y una gran taza de café. Aun cuando la mire por bastante tiempo Sandara no se dio cuenta de que estaba ahí. Al final me retiré. Ella volvió a la cama 15 minutos después de mí, pero no me abrazo. A la mañana siguiente ella no despertó temprano.
Por la noche cuando llegué había una gran cena en la mesa, había pastel y otros postres así como una botella de vino. La música en la casa era acogedora, y pude ver en realidad lo cálido que era mi hogar. Sandara se sentó a platicar conmigo, después de mucho tiempo platicamos como la primera vez, casi como conociéndonos de nuevo. No le pregunté a Sandara porque se había levantado ese día tan temprano, ella tampoco quiso contármelo.
El último día de septiembre mientras tomábamos un baño en la tina Sandara me preguntó cuánto la quería. Le dije que incluso trabajando en una imprenta, y siendo editora y además habiendo leído tantos libros en mi vida, no era capaz de encontrar las palabras para describirlo. Pero que si fuera totalmente necesario podría citar las de un libro de Carlos Cuauhtémoc Sánchez “Definir es limitar y el amor no tiene límites”. Mi amor por ella, aun en poco tiempo, no tenía límites.
25 de octubre, me encontré a mí misma en el hospital de madrugada, Sandara se había cortado la mano con un cristal roto en la madrugada. Había tirado en vaso por accidente, y no se dio cuenta al recogerlo que estaba roto. No me preció lógico, pero estaba más preocupada por atender sus heridas que por otra cosa.
A las 7 de la mañana nos encontramos, en casa casi muertas.
r13; ¿Por qué te preocupas por mí? r13; Me preguntó. Trate de pensar en alguna respuesta ingeniosa para hacerla sentir mejor, pero estaba tan cansada que no se me ocurrió nada espectacular.
r13; Porque Te amo. r13; Le respondí, pero Sandara ya estaba dormida.
El 12 de noviembre fue el cumpleaños de Dara, estuvimos festejando en la playa, comimos parrillada y encendimos fuegos artificiales para celebrarlo, nos mantuvimos en la playa hasta la madrugada. Cuando el sol comenzó a salir, y sus primeros rayos tiñeron el cielo de naranja, amarillo, azul y morado, Sandara me preguntó si la extrañaba.
No entendí su pregunta, aun así ella me besó.
El 25 de noviembre desperté tan temprano que no buscaba que hacer. Prepare un gran desayuno para ambas, con panqueques y jugo de naranja, comimos luego entre besos y carcajadas, nos divertimos y tuve la sensación de que tenía mucho que no lo hacíamos.
Ese día fue el primero en el que vi a Sandara perder la fuerza. Me dirigía a despedirme para irme a trabajar, ella se apoyaba en el lavabo de la cocina, mientras bebía jugo de naranja en un vaso de plástico que habíamos comprado para prevenir futuros accidentes, de un momento a otro el vaso cayó al suelo.
r13; Qué torpe soy. r13; Dijo y se dispuso a limpiar.
No pude quitarme esa imagen de ella en todo lo que restaba de la semana.
El 25 de diciembre, Sandara Park estaba muerta.
…
Fue en realidad el 15 de diciembre, yo me mantuve sin saber nada hasta ese día, estábamos en la sala bebiendo café por la noche cuando ella colapso, la ambulancia llego tiempo después y nos dirigimos hacia el hospital.
No fue un doctor quien me lo dijo sino su madre, me explicaron después, ella no había tenido tantas complicaciones como las demás personas que padecían de ellos, Sandara había sido de alguna manera mucho más fuerte, aun así de alguna manera su caso no podía ser revertido.
Había comenzado a debilitarse mucho antes, y el 25 de mayo, le había diagnosticado un tumor cerebral.
Frente a mis ojos pasaron muchas imágenes de momento, mayormente imágenes recientes en los últimos meses, cuando se levantaba temprano y soleos sentaba en silencio, todas las veces que tras hablar un poco había callado, sus miradas débiles, sus sonrisas brillantes pero tristes, su mirada vaga en ocasiones.
Y entendí entonces muchas cosas.
De momento no sabía cómo reaccionar, así que me retiré, comencé a caminar sin rumbo por la ciudad, hasta cansarme. Comenzó entonces a llover débilmente, pero yo solo quería despertar del que creía un mal sueño. Y lo hice, desperté y corrí de nuevo hacia el hospital, Sandara estaba ya consiente sentada en su cama, se veía tan pálida en medio del blanco inerte de la habitación, tan cansada, tan sola.
Me acerque a ella y la tome entre mis brazos, llore como nunca antes y ella también estaba llorando.
r13; Perdón r13; dijo.
r13; No. r13; La abracé aún más fuerte y a la vez tan débil para no lastimarla.
En sus últimos días Sandara adelgazó muchísimo, y también se debilitó demasiado. Comenzó a olvidar las cosas, hablaba de forma débil y perdía el hilo de sus frases.
Muchas veces lo noté y muchas veces le indicaba sutilmente el camino correcto. Cargaba y hacia cosas que ella no podía, le leía y también le contaba cosas.
El 22 de diciembre, Sandara no sabía quién era yo.
El 23 la tome entre mis brazos por un largo rato, ese día logró recordarme, hablamos sobre todo el tiempo que habíamos pasado juntas, la bese miles de veces y me dormí junto a ella esa noche, dormí junto a su cama en el hospital.
Antes de dormirse, Sandara miró hacia mí,
r13; ChaeRin r13; dijo r13; ¿Sabías que te amo?
No pude evitar llorar en ese momento, sus ojos se hallaban brillosos y su sonrisa de igual manera lucia hermosa y triste.
r13; Yo también, te amo, Sandara.
Se durmió entonces.
Para siempre. A las 3:15 de la mañana del 24 de diciembre de 2015, el amor de mi vida, Sandara Park había muerto.
…
El 25 de diciembre, me encontré frente a una tumba. Bajo la lluvia, y con el corazón roto.
…
El 23 de diciembre encontré las cartas de Sandara. Abrí una ese mes, después de leerla, decidí que abriría una por mes, como Sandara lo había hecho.
…
Diciembre
“Mi querida ChaeRin ¿Qué opinas del tiempo?
No me has entendido en el parque, tampoco he querido explicarlo. El tiempo es corto ChaeRin es demasiado corto ahora, tengo miedo ¿sabes? De que se gaste y me vea alejada de ti. Te amo demasiado, en tan poco tiempo. Y me queda tan poco tiempo para demostrártelo.
Mi querida ChaeRin ¿Por cuánto tiempo vas a amarme? “
…
Enero
Mi amada, ChaeRin ¿me olvidaras entonces?
ChaeRin, le temo al olvido. No me olvides por favor.
Incluso luego de escribir eso me he sentido culpable, egoísta. ChaeRin si te causo mucho dolor, puedes… aunque me duela en este instante al escribirlo, ChaeRin si sufres mucho por mi culpa, puedes hacerlo, tu puedes olvidarme.
Te amo ChaeRin.
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Febrero
¿Cuáles son tus planes a futuro?
Quisiera poder trabajar en una escuela, enseñar a las personas a hacer arte, a plasmar sus sentimientos a través de sus trabajos. Quisiera viajar a más lugares. Quisiera tomar más café todos los días. Quisiera sentir el calor del verano. Quisiera caminar contigo en la primavera. Quisiera seguir besando tus labios cada mañana y cada noche. Quisiera seguir haciendo el amor contigo para siempre.
Quisiera curarme.
Quisiera casarme contigo ChaeRin.
…
Marzo
¿Me amas tanto?
Me gustan tus respuestas, yo tampoco puedo definir cuanto te amo. Pero si tuviera que definirlo, te amo ahora, en este momento, ahora más que nunca. Y te amare más allá de todo el resto mi vida.
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Abril
¿Por qué te preocupas por mi?
r13;Porque te amo.
Esa fue tu respuesta y me destruiste ChaeRin, no sabes cuánto es que te amo yo también, gracias por estar conmigo. Por hacer como que crees en mis mentiras, por hacerte cargo de mí. Gracias por ChaeRin, por amarme.
…
Casi es mayo, y el 25 abriré la última carta.
Frete a mí, en un día gris, con lágrimas del cielo cayendo sobre mí, no hay nadie al otro lado de la calle.
El tren pasa, y yo aún mantengo la esperanza de verla ahí, en el espacio que existe entre los vagones.
Al último instante cuando solo faltan 3 vagones, ella está ahí, sonriendo.
Al otro lado de la calle, tan perfecta, con su cabello rubio en un chongo, jeans oscuros y camiseta blanca y suéter gris, con una sonrisa brillante y triste, Sandara Park.
…