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Red por YumeRyusaki

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Notas del fanfic:

Rojo como las fresas que Ruki odia; rojo como la sangre que les arde en las venas cuando Kai y Uruha se ven; rojo porno como la pasión que les consume. Mis analogías van a matarme un día orz

Inicialmente intenté hacer un fic con la caída de Uruha en Brasil y no concreté nada, ya conocía a Marionette -una chica rusa que ama el kaiha- pero fue recién que adaptó un drabble de una gringa, no sé inglés, así que no sé dónde ubicarla, pero el ruso se me da más. Esta semana leí a Marionette y se me ocurrieron un par de cosas, le pedí permiso para hacer mi propia adaptación con todo este tema del wt y ella fue muy amable en aceptar y añadir que "el kaiha es el mundo" y lo hicieramos más grande. Voy a seguir al pie de la letra su petición: ¡SEAMOS LEGION!

Notas del capitulo:

Los chicos dijeron que de San Francisco a Los Angeles se fueron en bus con todos los del staff, por supuesto eso no suena muy conveniente para la viñeta, así que he hecho un pequeño cambio para que el bus se fuese solo con el staff y ellos aparte, total, no es la primera vez que los dejarían, ups~

 

Red
Yume Ryusaki

 

Tan pronto como Ruki subió a la minivan, su nariz pudo sentirlo: el débil pero claro y nauseabundo olor dulce de las fresas. Tragó saliva para deshacerse de la sensación de malestar en el estómago.

—¿Quién diablos trajo fresas al auto? —preguntó de mal humor.

—Nadie —respondió Reita, mirándole interrogante. Él no olía nada.

—Pero puedo oler las fresas, no estoy alucinando, ¿verdad?

—No —Aoi arrastró las palabras desde el asiento de enfrente—. Creo que puedo olerlo también. Pero es muy sutil.

—Probablemente sea el ambientador del auto o algo así —Reita rio—, tú sientes el olor más fuerte que nosotros porque odias las fresas.

—No las odio… Solo que me hacen sentir enfermo —Ruki suspiró.

 

A mitad de camino, la minivan se desvió de la autopista para conseguir algo de comer. Ruki estuvo feliz de tener la oportunidad de respirar un poco de aire fresco. Extendió los brazos y luego el resto de su cuerpo entumido y se acercó a Kai y Uruha que habían estado muy silenciosos durante la mayor parte del recorrido.

—¿Ya compraron? —preguntó mientras se acercaba a ellos, luego se detuvo y olfateó el aire con recelo. Allí estaba de nuevo, un olor más fuerte de lo que había sentido en el auto. Reprimió una arcada al acercarse más a Uruha, se retiró tan pronto como lo hizo, cubriendo su nariz.

—¡Eres tú! Dios, ¿qué perfume asqueroso te has puesto encima? —preguntó, la hostilidad escrita en todo su rostro.

—¡No me he echado nada! —Uruha exclamó, sus mejillas estaban rojas, no podía saber si era por la molestia de ser acusado o…

Ruki giró al restaurante por si Aoi y Reita asomaban, pero nada. Sintiendo aun ese olor dulce en su nariz, se alejó aún más de Uruha y se acercó a Kai para ponerlo en medio y le sirviera de escudo; sin embargo, el resultado no fue mejor.

—¿Qué demonios? ¿Se bañaron con el mismo jabón de fresa o qué?

—No, utilizamos el habitual jabón del hotel —respondió con una amplia sonrisa.

—¿Estás seguro? Porque…

—Estoy seguro. Froté la espalda de Kouyou y luego él… —pausó al notar la mirada de advertencia del guitarrista—, utilizamos el mismo jabón.

Ruki arrugó la nariz de disgusto.

—Luego de esto deberían bañarse en menta o la mierda que sea con tal de sacarse ese olor —gruñó, marchándose de ahí. Estaba claro que Kai no iba a hacerle caso, pero al menos alguien iba a escucharle. Aoi y Reita temblaron al verle pisando fuerte caminando directo hacia ellos.

Ruki giró la cabeza un segundo y pudo ver la para nada inocente cara del líder sonriéndole con cinismo y a Uruha riñéndole, probablemente por tocarle la… paciencia. No creía estar exagerando, él de verdad no podía tolerar el olor de las fresas y por lo tanto quería mantenerse lo más lejos posible. Para su desgracia, todavía quedaba un largo camino hasta Los Ángeles y no podía más que soportar entrar al auto con Kai y Uruha.

 

Después de una docena de millas, cuando Aoi y Reita dormían babeándose mutuamente el hombro, Ruki cerraba los ojos y rogaba al cielo que al abrirlos, estuvieran ya en su destino final, habían sido más de cuatro horas de viaje por lo que ya no debían estar tan lejos. Estaba quedándose dormido cuando escuchó a Kai y Uruha susurrar en los asientos de atrás.

—Tal vez se nos fue de las manos el uso del lubricante de fresa y los condones con aroma a fresa. Takanori parecía un poco enfermo —Uruha musitó con tono culposo.

Ruki apretó los dientes para contenerse y no gritarles. Así que el olor a fresa se debía a… eso. No le extrañaba que Uruha cayera del escenario continuamente, no cuando sus juegos con Kai le dejaba las piernas temblando como Bambi recién nacido. Merecido lo tenía… La próxima vez que pasara se iba a reír hasta que el estómago le doliera.

—Sí, pero —Ruki calló sus pensamientos cuando escuchó la voz de Uruha—… pero tomamos una ducha después.

—Al parecer no sirvió. ¿Cuánto tiempo crees que pasará antes de que el olor se desvanezca?

—Ni idea. ¿Un día, dos? —Hubo una pausa larga y el guitarrista añadió con voz preocupada—: ¿Cuánto nos queda?

Otra pausa y Ruki escuchó a Kai comprobando algo en su bolso. Los pelos de la nuca se le erizaron al escuchar al baterista reír, era justo esa risita que no auguraba nada bueno.

—Ocho condones y casi un tubo lleno de lubricante.

—Bueno —Uruha suspiró, aunque no sonaba ni un poco desanimado—, la próxima vez que compres que sea sin perfume y sin sabor.

 

Ruki suspiró frotándose el puente de su nariz. Ya no escuchó la respuesta de Kai, en su lugar hubo un sonido húmedo que no pedía nada al audio de una porno. No necesitaba ser adivino para saber que en los asientos traseros de la minivan, Kai y Uruha estaban ocupados comiéndose la boca mutuamente. Encima Uruha había dicho “la próxima vez”, el tour amenazaba ser largo e incómodo.

Tal vez, solo tal vez, los próximos en quedarse varados en el aeropuerto iba a ser cierto guitarrista con pésimo gusto para los hombres y un baterista que era más cinismo que persona. Tal vez…

 

Notas finales:

Este ha sido un WT bastante divertido, ¿no?


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