Te Extraño
Hola, aqui les presento otro de mis fanfics de gravitation, los personajes de dicho anime no me pertenecen sino a Maki Murakami a la que admiro por haber hecho este gran trbajo. Este escrito lleva una dedicatoria muy especial para las personas que siempre me apoyan para seguir escribiendo, a todos aquellos que me dan el animo para seguir adelante GRACIAS. Ok espero que les guste y me den sus comentarios aquí va...
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Eran aproximadamente las 11:00 de la noche, el apartamento de un rubio escritor se encontraba a oscuras y sin un solo ruido que que pudiera distraer al joven de lo que sería su próxima novela. Yuki Eiri estaba recostado sobre su escritorio, con sus lentes puestos y su pc portátil abierto, pensaba ideas para su novela, pero en cuanto escribía algo segundos después no le convencia y borraba ¿Que pasaba? ¿A caso su inspiración se había ido con aquél? ¿o simplemente necesitaría un leve descanso? Se levantó de su cómoda silla y se dirigió a la cocina para prepararse un té, iba muy despacio y con la mirada perdida, suerte que conocía al cien por ciento su casa por que si no hubiera tropezado hacía un buen rato...
-Ah... ¿hasta donde puede llegar un simple capricho?, ¿Donde estas baka? Creo que ambos tuvimos la culpa, pero ¡no! más bien yo tuve la culpa, pero si tu no te hubieses puesto tan necio, nada de esto pasaría... ¿Por qué no vuelves a casa? Ya ha pasado una semana y tu... estás quien sabe dónde y quien sabe con quien... -Se lamentaba el joven con un tono de voz apenas audible y entre dientes.
Tocaron a la puerta del escritor y este se levantó del comedor en la oscuridad para ver quien podría visitarlo a esa hora. Imaginó que era su pequeño idiota que lo esperaría detrás de la puerta con la misma energía de siempre y con su sonrisa habitual... pero no...
-Buenas noches Eiri.
-¿Qué haces aquí Touma? -Dijo el chico mas alto.
-Vine a visitar a mi querido cuñado... ¿No se puede? -Contestó el ex integrante de Nittle Grasper
-Ahg (Con gesto de enojo) no estoy de humor ahora -Pero de nada le valió a Eiri decir esto por que cuando se dio cuenta el ojiverde se había metido ya hasta la cocina. -¿Que estás haciendo?
-Haré la cena para ti, mira como estás de flaco y pálido, te va a dar anemia y yo no puedo permitirlo!
-Fastidias! -Gritó Yuki -No quiero que estés en mi casa ¿no entiendes?
-Oh, ahora sé que algo va mal (aunque siempre eres así de agresivo pero en tu mirada hay algo) ¿Que pasó? Te enojaste con Shindo ¿cierto?
-o///o ¿Cómo lo sabes? -Preguntó el rubio escritor.
-¬.¬ Muy fácil, Shindo no está en casa, tu estas de un humor negro y además hay cierta tristeza en tu mirada. -Explicó Touma mientras servía la cena a su querido cuñado. -Y bien... ¿por qué te peleaste con él ahora?
-Ah! Cállate este no es tu asunto ¿Por que no te vas a tu casa? Quiero estar solo.
-Bueno esta bien me iré, veo que en verdad te afecta ese muchacho. Oye, si te sientes mal llámame, vendre rápido a verte ¿si?. -Tohma caminó a sala, tomó su abrigo y se lo puso lentamente, buscando con la mirada que el chico fuera hacia ese lugar, pero eiri no se paró frente a el. -Hasta la vista.
-Si ya vete. -Respondió eiri desde la cocina con una mano en la cabeza y su mirada fija en la mesa. -¿Dónde estas baka? ¿Que voy a hacer sin ti? -Pensaba para sus adentros.
El tecladista de la ex banda de Nittle Grasper salió del departamento preocupado por el escritor, y se decia a si mismo que no se perdonaría si algo malo le llegaba pasar a su amado rubio.
El reloj marcó la 1:30 de la madrugada, el chico de ojos dorados se había quedado dormido sobre la mesa y en su cabeza solo habia algo dándole vueltas: Shuichi. Despertó al escuchar un ruido estruendoso en la calle y se lavantó corriendo para ver de qué se trataba, había caído un rayo en la banqueta de enfrente, los relámpagos estaban muy seguidos y los truenos parecían bombas que se estrellaban en la tierra haciendo una enorme explosión con un ruido insoportable, la lluvia estaba muy fuerte y muy cerrada como cortina que no dejaba ver bien lo que había mas allá. Se fue la luz.
-Baka, a ti te dan miedo los truenos, y yo siempre te protejo para que no les temas, te guardo en mis brazos y te digo al oido: "Todo estará bien". Cuando era pequeño y me asustaba de la lluvia Mika era la que me protegía, a pesar de nuestras diferencias nos tenemos un gran cariño... Pero ella ¿que importa en este momento? será que tengo frio... necesito que alguien me proteja de nuevo, necesito saber que alguien me quiere, necesito saber que tu me quieres... eso es, iré a buscarte en este momento.
Un chico alto y rubio salió corriendo del apartamento en camisa y pantalón, no llevaba chamarra no llevaba sombrilla solo llevaba unas ganas enormes de encontrar a su querido koibito, unas ansias enormes de abrazarlo y decirle todo lo que lo quería y lo extrañaba, una angustia enorme por que se preguntaba si lograría encontrarlo. Corrió y corrió por las calles un buen rato ya habían dado las 2:30 de la mañana, la lluvia no dejaba de caer y el muchacho comenzaba a desesperarse por que no podia encontrar a quien quería, sus pensamientos giraban cada vez más rápido y de pronto se le ocurrió ir a la casa de Nakano, seguro que allí se encontraba su Shuichi. Apresuró de nuevo el paso y en unos momentos estaba frente a la casa del pelirrojo, tocó a la puerta y esperó ansioso que alguien abriera.
-¿Si? -Salió una mujer de edad avanzada. -¿Que se le ofrece joven?
-¿Se encuentra aquí el joven Nakano? Quisiera hablar con él.
-Si se encuentra, permítame un momento. Hiroooo!!! Pase joven, está todo mojado le va a hacer daño el clima.
-Gracias. -Eiri entró a la casa, el ambiente era cálido. Esperó mientras venía Hiroshi hasta allí.
-Mmmm Joven Eiri ¿Que lo trae por aquí? -Dijo el guitarrista de Bad Luck.
-Estoy buscando a Shuichi. ¿No está aquí?
-Pensé que estaba con usted. Estuvo aqui toda la semana pero hace rato me dijo que iba a volver a la casa por que ya no quería que usted estuviera enfadado con el y se marchó.
-Demonios! Iré a buscarle de nuevo. Gracias por la información.
-De nada, por favor cuando lo encuentre dígale que me llame.
-Adiós. -Con esta palabra Eiri salió corriendo de la casa de Hiro. De nuevo andaba en la calle bajo la lluvia y no veía el menor rastro de su amante.
Las 3:00 de la mañana de plano estaba ya desesperado y se empezaba a sentir mal, le dolía la cabeza y tenia mucho frío. Decidió entrar a ese parque que le traia ese recuerdo de aquella noche en la que vio por primera vez a Shindo, no pudo aguantar mas y mientras camiaba al centro del parque y se iba acercando mas a ese lugar que no sacaba de su mente, dejó ir sus lágrimas con la lluvia.
-No quiero rendirme, pero no se dónde mas buscarte... dijo entre el llanto y se sentó en la orilla de una banca, la lluvia seguía igual de fuerte tan cerrada como una cortina gris, tan sólida que casi parecía una pared -¿Donde estas Shuichi? ¿Que voy a hacer si no te encuentro nunca mas? ¡Responde!
-Yuki... -una voz conocida y temblorosa habló. -¿Estás bien? ¿Que haces aquí?
-¿Shuichi? -Había encontrado a su pequeño en el otro extremo de la banca, las emociones se le mezcalaban, la tristeza y la alegría se volvian una mezcla y las lágrimas en los ojos dorados decían a Shu chan que en verdad lo había extrañado toda una semana. -¿Estuviste aqui todo el rato? Esta lloviendo te vas a enfermar. Perdóname fue mi culpa que te fueras de la casa, se que soy malo contigo, no se si aun me quieres pero debo decirte que te amo y que te extraño y que quiero que vuelvas conmigo a casa.
-Yuki... yo tambien te extrañé mucho mucho! -Dijo Shuichi llorando y colgándose de Eiri, por supuesto que no fue tu culpa, se que a veces soy bastante molesto y yo te hise enojar. Quiero regresar contigo a casa, no llores por favor.
(Eiri abraza a Shuichi)
-Vámonos. -Dijo con voz suave.
La lluvia se quitó y por fin el cielo se despejó, pudo verse la luna llena justo como en aquella ocasión donde comenzó su mágica historia, las estrellas brillaban y parecian marcarles el camino a casa.
-¿Ves lo infinito del cielo Shuichi? Ves esas estrellas que son interminables y que brillan sin cesar? ¿Ves la transparencia con la que se ve el cielo, la luna y las estrellas?
-Si Yuki puedo verlas...
-Así es nuestro amor, infinito y transparente, no quiero que nadie nos separe nunca, no quiero que te vuelvas a ir de mi lado jamás, casi muero por la angustia de no volver a verte así que aqui mismo quiero jurarte que no dejaré de amarte nunca.
-Yuki... (con ojos enormes de ilusión) Te amo tanto tanto... yo tambien quiero jurarte que te amare siempre y para toda la eternidad.
Yuki abrazó a Shuichi y bajo ese hermoso astro protector (la luna) sellaron su amor con un beso tierno y apasionado. Por fin Yuki ya no tenía frío y se sentia protegido y tambien sentía que ya tenia alguien a quien proteger antes que a su propia vida. Sabía que en ese momento de su vida había encontrado al verdadero amor, lo que tanto había expresado en sus libros y en sus novelas románticas, de un tiempo para acá lo podía vivir. Sonrió y abrazó a su baka para poderlo llevar a casa.
FIN