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Aprendiendo a Volar por mellorin

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-¡¿Alguien lo ha visto?!- decía una muchacha desesperada.

-¿A quién?

-Al señorito- respondía con angustia

-¡¿Se te ha escapado?!

-Ho dios mío- dijo una tercera chica

-¡Encuéntrenlo rápido! – ordeno una carta persona, la cual era la más grande de todas las presentes.

-¡Sí!- respondieron al unísono y se dispersaron.

 

 

El castillo estaba totalmente ajetreado, el mundo entero se estaba preparando para la celebración que se haría en honor a la cosecha de ese año Era la fiesta más grande que se efectuaba en el país, muchos aldeanos viajaban desde muy lejos para asistir a la festividad.

Justamente por los pasillos de ese gran alboroto que era el palacio real, se encontraba corriendo el joven príncipe, el cual sería heredero al trono en unos cuantos años más. Corría aprovechando el caos de las cocinas, la gente que iba de un lado a otro con adornos, instrumentos musicales etc., todo estaba saliendo a la perfección, si seguía así pronto saldría del castillo, ya podía ver la enorme puerta a lo lejos, ya casi…

- ¡Alto ahí!- lo frenaron agarrando la parte posterior del cuello de sus ropas- ¿A dónde crees que vas?

-Nii san- dijo el menor de ambos rubios totalmente sorprendido.

-¡Joven amo!- se escucharon gritos a la lejanía, el mayor de ambos sonrió de lado.

-Así que te estas escapando de las mucamas- dijo un tanto divertido

-Yo…- titubeo su voz- yo solo…- el mayor suspiró

-joven amo, no debería complicarle la existencia a esas pobres muchachas, ellas solo quieren que usted esté presentable para la ceremonia.

-¡Ya te había dicho que me llamaras Tk! – respondió enojado- ¿Qué es eso de joven amo? Al fin y al cabo somos hermanos, ¿no? Pero bueno lo dejare pasar por esta vez, me voy

-espera- lo detuvo- ¿por qué crees que te dejare ir?

-¡¿He?! Vamos nii san, prometo volver antes del evento, aún falta tiempo para que comience, ellas solo me quieren tener encerrado, por favor… ¿sí?

-¡joven amo!- se volvió a escuchar pero esta vez más cerca, el muchacho observo al menor unos segundos antes de tomar su decisión. Soltó al menor lentamente dándole así permiso de marchar.

-Gracias Yamato  nii sama- dijo con un radiante sonrisa.

-solo no vuelvas hecho un desastre

-no te preocupes, estaré súper limpio-dicho esto emprendió camino hacía la salida. Una vez afuera lo primero que vio fueron cientos de carpas que terminaban justo donde comenzaba su destino, el bosque. Corrió a toda velocidad procurando no ser muy notorio ante la vista de todos, paso entre todos los pestos y así al fin pudo entrar al bosque.

-oye, ¿ese no era el príncipe?

-tal vez, pero no es nuestro deber vigilarlo tu sigue con tu trabajo

 

El joven muchacho de catorce años de edad corría por sin cesar por las amplias laderas del bosque, había recorrido ese camino cientos de veces, veinte pasos después del roble retorcido, ir en dirección a la izquierda den la siguiente bifurcación y girar noventa grados cuando llegues al abeto, después  solo quita los arbustos de la izquierda y habrás llegado.

-A fin- suspiró con tranquilidad- el lago

El pequeño blondo se acercó a la orilla e inhaló la frescura del ambiente que Expedia aquel hermoso lugar. De su espalda comenzó a brotar una pequeña que fue creciendo y poco a poco comenzó a tomar la forma de unas bellísimas alas blancas.

El niño suspiro con algo de pesadez, aun le costaba trabajo hacer que sus alas aparecieran y además de eso asu parecer aun eran bastante pequeñas. Trató de no darle importancia por el momento y comenzó a agitar sus pequeñas alitas, lentamente sus pies comenzaron a desprenderse del suelo a medida q2ue aumentaban la velocidad.

Ya que se encontraba a la orilla del lago no pudo evitar fantasear en como seria volar encima de éste, y ver toda la hermosura del lugar en su máxima expresión. Tanta fue su ensoñación que cuando se dio cuenta ya estaba un poco más alejado de la orilla, con sus pies a centímetros del agua un pequeño miedo se apoderó de él, así que decidió dar media vuelta y regresar.

Lo último que quería era caer al lago y ensuciarse toda la ropa de fango, sin embargo al voltear se encontró con un muchacho que lo miraba fijamente.

-Hola- al ver al otro chico ahí impresiono tanto al rubio que perdió la concentración y sus alas comenzaron a desaparecer, provocando que callera de sentón contra el lago, no estaba muy profunda el agua, le llegaba a los hombros pero el problema era que ahora estaba todo mojado y sus pantalones debían estar asquerosos. Miró al chico con el ceño fruncido.

-¡Me hiciste caer!- dijo claramente enojado, al mismo tiempo que se reincorporaba

-Lo siento Takeru- dijo apenado- no era mi intención – el pelirrubio repentinamente se sintió mal de gritarle al chico moreno que tenía enfrente

-Está bien Daisuke, es mi culpa por perder la concentración- dijo más relajado para restarle responsabilidad al otro- por cierto llegas tarde

-Lo lamento, tuve que escaparme de mi hermana, no quería que  viniera porque aún no terminaba mis deberes

-Esta bien- dijo al mismo tiempo que comenzaba a retirarse la camisa

-¿qué haces?- pregunto el moreno

-Necesito poner mi ropa a secar-dijo mietras colgaba su camisa en la rama de una árbol- mientras tanto porque no me enseñas que de nuevo has aprendido

-Claro!- dijo más entusiasta el chico- solo observa.

El rubio se sentó a la sombra del mismo árbol en el que había dejado su camisa. Mientras tanto el moreno se quedó de pie y su mano comenzó a apuntarle con el dedo a una pequeña planta.

-Mírala atentamente-le indicó al blondo- porque desaparecerá

Acto seguido de la punta de su dedo se desprendió una pequeña bola de fuego, era pequeña como del tamaño de un pulgar pero era lo suficientemente potente como para cercenar la diminuta flor. Todo pasó en un instante ante la atenta mirada del chico e cabellos de oro.

-Cielos- dijo impresionado

-¡Lo sé!- se palpaba la excitación en su voz- me ha costado muchísimo trabajo conseguirlo, estoy muy feliz.

Takeru se levantó de su lugar y se acercó a la flor que seguía quemándose.

-Si no lo detenemos se convertirá en un incendio

-Seguro- Abrió su mano y su palma pareció succionar el fuego- Ya- dijo cansado.

Cuando el fuego se disipo solamente podía verse en el lugar en el que había estado la flor nada más que cenizas.

-Ahora te enseñare lo que yo he aprendido- Takeru abrió sus manos dejando así sus palmas en dirección al carbonizado paisaje, de ellas comenzó a aparecer una neblina azulada que se esparció por toda el área dañada, de los restos comenzaron a surgir nuevos brotes de pasto así como también un pequeño brote de una rosa, que era la planta que Daisuke había quemado.

 -Sorprendente- susurro el moreno

-Aún me falta mucho, eso no es nada

-¿bromeas? ¡Tú tienes el poder de sanar! Eso es increíble y útil a la vez

-aun no puedo usarlo bien-dijo con algo de tristeza en su tono de voz

-Tranquilo solo te hace falta…- Fue interrumpido por una explosión en el cielo – practica

-ho no, ya comenzó- esa era la señal que daba inicio a las festividades- tengo que irme, lo siento si no voy…

-ya se, tu hermano te regañara- decía en tono burlón el moreno al mismo tiempo que el rubio se ponía la camisa. Estaba un poco húmeda y tenía manchas cafés en la parte de abajo al igual que su pantalón que para su suerte era negro y no se notaba tanto.- ¿no te regañaran si llegas así?

- ¿Mis padres? No se darán cuenta, deje precavidamente m i saco en el estudio de mi casa, no notaran nada. Aunque pensándolo bien mí hermano si se dará cuenta- y todas las mucamas pensó- mejor despídete de mí, es mejor que me retire ahora aunque es posible que me maten

-jajaja, si claro, tu hermano te adora, no te pondría un dedo encima.

-Hablo en serio- dijo Takeru tratando de contener la risa- recuerda bien mi rostro, tal vez sea la última vez que lo veas.

-Jamás podría olvidarlo TK-dijo inconscientemente el moreno, quien al darse cuenta rasco su nuca nervioso y le dio un ligero empujón al chico- mejor ya vete

- Claro- le respondió con una flamante sonrisa y lo abrazó.

-¡Oye! ¡No!- se quejaba el más bajito de los dos- estas mojado- el rubio se separó de él y se le quedo viendo al otro a escasos centímetros de su rostro.

-Nos vemos en dos semanas Daisuke-susurro a milímetros de sus labios. Luego lo soltó y salió corriendo devuelta a las profundidades del bosque.

El moreno se quedó de pie mirando la dirección por la que había huido el chico, llevo su mano a sus labios los cuales por alguna razón no paraban de sonreír.

 

-Maldito- susurró claramente feliz.

Notas finales:

Espero que les guste, comenten que les ha parecido, nos leemos en el siguiente capítulo bye :3


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