Prólogo.
El leve olor a café que sentía cada mañana proveniente de su cocina, le traía vagos recuerdos de “él" a su mente. “Él" y su trabajo en el Starbuks, que cada vez que le besaba, que le abrazaba, podía oler en sus ropas una leve esencia “cafeínada” que le encantaba, creía que jamás podría odiar esa esencia, le agradaba tanto…
No quería creerlo, no quería ni pensar en eso. No se atrevía ni asomar la cabeza por entre las sabanas para dar con la dura y triste realidad, de que todo había acabado, ya no más abrazos, ya no más ir al centro comercial tomados de la mano o salir al parque a pasear, ya no más nada. Sin embargo, el despertador no parecía coincidir con sus planes de quedarse otro día en casa ¿Quién había programado el aparato ése? No él, claro estaba. Pero por más que tratara de buscar al responsable de tener que sacar su mano hacia la dimensión que no eran sus sueños, no daba con nadie más que no fuera él… ¿ESTABA DEMENCIAL YA?, ÉL NO HABÍA SIDO...Pero si no él ¿Quién más? Su padre estaba fuera de la ciudad por cuestiones de trabajo, y su madre se iba a penas salía el sol y ni entraba a su cuarto… así que, era él o era el perro.
El incesante ruido que producía el despertador pareciera que pretendía dejarlo sordo, por lo que a regañadientes alarga una mano para acallar el condenado aparato. No es que pudiese estar todo el día durmiendo de todos modos… Já! A quien engañaba, ya había probado que sí podía, y podía volver a demostrárselo a las personas o a él mismo cuando quisiera…
Pese a ello, de forma perezosa y desganada se incorpora sobre la cama, se frota los ojos dejándolos levemente irritados y abrazando la colcha a su espalda se levanta para ir al baño.
El reflejo que le muestra el espejo no es para nada alentador, puede notar con mayor claridad su pasada mala noche; Gigantes ojeras bajo sus ojos los cuales se encontraban rojos, su piel estaba pálida, incluso pudo notarse un poco más delgado de lo normal y su pelo alborotado, ya de por si naturalmente desordenado.
¿Cuántos días llevaba así? ¿Uno, dos o quizás solo fue una noche? Daba igual, el paso de los días ya no le importaban en lo absoluto. Poniéndose mala cara, vuelve a la cama dispuesto a continuar con el sueño donde aún estaban juntos, no obstante, al apenas cerrar los ojos suena su celular.
“¡Por un carajo!” Maldice entre dientes. Tomando el teléfono a un lado de su cama, mira el nombre en la pantalla. Frunciendo el ceño cancela la llamada y avienta el móvil lejos de él para volver a taparse.
No pasan ni dos segundos antes de que vuelva a sonar. Lo ignora. Suena. Lo ignora. Suena. Lo ignora. Suena. Se levanta, tomándolo molesto contesta.
Lo primero que escucha es el grito de su amiga. —¿¡Dónde estás!? — Se aleja el teléfono para que su tímpano no reviente.
— En mi casa por qué— Responde de mala gana mientras vuelve a acercárselo.
— Cómo que por qué— Con tono frustrado-No has venido al instituto en una semana.
¡Una semana! No se había dado cuenta de que los días estaban pasando al estar encerrado en su cuarto… Aunque… debió notar el día y la noche cuando iba a la cocina en busca de alimento… Nah! No es que se fijará en la luz que entra o que no… O si estaba a oscuras…
— Y eso qué— Tirándose a la cama— Aún no quiero ir.
De repente la línea se silencia, Levi se despega el celular de la oreja y mira la pantalla para verificar que Aline siguiera ahí.
— ¡LEVANTA TÚ TRASERO DE LA CAMA!— Grita de repente.
— ¡AGH! NO GRITES.
Aline ante situaciones así, podía ser muy autoritaria y gritona a partes iguales.
— Ya levantaste tu trasero para recoger el celular que lanzaste lejos en tu estado de no querer contestarme.
—…Cómo es que…— Mira el lugar en el que había caído el teléfono como esperando encontrarse con una cámara oculta apuntando en su dirección.
— ¡Da igual!— Captando la atención del otro— Mueve tu trasero y ven de una vez por todas al instituto.— Levi la interrumpe-Ya te dije que no voy.
—...No me hagas ir a buscarte. Te di el espacio y tiempo suficiente para hundirte en tu propia miseria, ahora es tiempo de levantarse y disfrutar del nuevo día.
— Adiós.— Dice cortante.
Antes de cortar la llamada se escucha la voz de Aline-No te atrevas a col…
La quería, de verdad que la quería, tanto como se puede querer a una hermana, pero a veces la odiaba, la odiaba tanto como se puede odiar a una amiga. Con Aline se conocían desde pequeños, al ser vecinos y los más pequeños del barrio, sus madres decidieron que la mejor idea era que pasaran tiempo juntos; por lo que contra las pequeñas voluntades discordantes de ellos, los pusieron en el mismo jardín, en la misma secundaria y en el misma preparatoria… hasta ahora.
En un comienzo Levi no podía soportar la presencia de Aline ni dos minutos y lo mismo ocurría en viceversa. Pero con el paso del tiempo se fueron haciendo parte fundamental de sus vidas. Estuvieron juntos en casi todos los momentos que se pueden llamar “primeros”; su primera caída de diente, su primera mala nota, su primera ida al hospital por una pierna enyesada, su primer corazón roto, incluso cuando Levi descubrió que le atraían los chicos. Ambos estuvieron ahí para apoyarse mutuamente.
No obstante, hay momentos en que las personas necesitan un tiempo consigo mismos para poder superar etapas. Y ese era el momento de Levi para poder superar lo que había pasado.
Hunde la cabeza en la almohada soltando a la vez un profundo suspiro. De a poco cierra los ojos, la paz y tranquilidad que le otorga la casa en esos momentos era algo mágico, atraía con mayor rapidez el sueño.
Pero todo eso es destrozado por el sonido de la puerta siendo golpeada, o mejor dicho, atacada reiteradamente. Refunfuñando se acurruca con mayor énfasis.
— ¡Levi te dije que no me hicieras venir a buscarte!— Se escucha la voz Aline afuera.
Levantándose de un salto, corre escaleras abajo. Si no le abría en pocos segundos su amiga echaría la puerta abajo.
— Ya ya— Abre fastidiado.
Frente a él, una chica de cabello morado pálido con las puntas rosadas. Lentes de marco carmín sobre los ojos verdes que miraban a través de los cristales con enojo. Los brazos cruzados sobre la polera con el logo de Nirvana y la mochila malgastada colgándole de un hombro.
— Estás acá…— Dice Levi de mala gana.
— Sí, también me da gusto verte— Entra, cerrando la puerta tras sí. Al voltearse ve a su amigo dirigirse a las escaleras, por lo que antes de que pudiese siquiera poner un pie en el primer escalón, lo sujeta de la polera y lo arrastra hacia la cocina.
— ¡Oye! Qué te pasa— Dice arreglándose el cuello de la polera, mientras Aline fisgonea el contenido de su refrigerador.
— ¿Que qué me pasa?— Dice sacando un envase de yogurt sin lactosa. Para dirigirse a un estante y agarrar la bolsa de pan.-Estoy acá por ti, como buena amiga que soy. -Apuntándolo.-Agradéceme.
Levi la mira con mala cara y le quita la bolsa pan de la mano.
— Solo viniste a robarme comida— Reclama sacando una rebanada para darle un mordisco.
Aline como ofendida pone una mano sobre su pecho, desasiendo la expresión en segundos.—También.— Saca una rebanada.— Por cierto, estás del asco ¿te has mirado al espejo?
Levi no oculta su molestia, lanzándole una mirada cargada de insultos, abre la boca para decir algo mordaz al tiempo que Aline dice.
—Vamos, ya es tiempo de que lo superes y vuelvas a abrir esa puerta— Señalando la blanca puerta de la cocina.
Haciendo caso Levi abre la puerta y Aline pasa con una bandeja en las manos que quién sabe cómo había logrado agarrar tanta comida en tan poco tiempo. Va directo al salón.
Sentados en el sillón Aline le pasa unas cuantas rebanadas de pan y una taza de té.
— Cómo quieres que lo supere tan rápido si tú te rehusaste un mes completo en volver al instituto.— Dice cuando su amiga termina de dejar las cosas en la mesita de centro. Toma las rebanadas para llevárselas directo a la boca.
Aline se atraganta.— ¡Eso fue hace tiempo!—Apunta— Era solo una niña a la que le destrozaron su pequeño corazón.
—…Tu personaje favorito de anime comenzó a salir con una chica de la serie.
— Fue mi primer amor ¿bien?
—… También lo fue el mío …
Antes de darse cuenta Aline lo miraba con tristeza y en un instante estaba atrapado entre sus brazos. Es ahí cuando siente sus lágrimas mojar sus mejillas.
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— ¿Entonces irás?
Pregunta Aline acostada en el sillón con Levi usando su estómago como almohada para ver televisión de forma cómoda. Por lo que al momento de contestar tiene que subir la mirada.
— Aún no quiero salir.
Haciendo un puchero-Vamos anda, me siento sola en clases.— Levi frunce el ceño levemente.
— Puedes estar rodeadas de chicos si lo quisieras, uno más no hace la diferencia.
— ¡Pero eres tú! ¡Y no eres cualquiera!— Lo zarandea— ¡Vamos! ¡Anda!— Alargando la “a”— Te quiero a ti a mi lado.
— ¡Si me sueltas lo pensaré!
Como niña pequeña hace un ruido de alegría y lo suelta de inmediato.
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— ¿Acaso te quedarás a dormir?— Pregunta al ver como Aline saca algunas ropas suyas de la mochila.
— Qué me estas proponiendo, pervertido — Dice falsamente cohibida.
— Nada de lo que no hayas hecho antes.— Imita la acción, ganándose un ceño fruncido por parte de su amiga.
— Que gracioso.
— Está en mi naturaleza — Dice encogiéndose de hombros a la vez que le muestra una sonrisa socarrona.
— Para tu información soy una persona pura de pies a cabeza
—…Lo que tú digas…
Luego de penetrarlo con una mirada asesina.
— Hoy no— Colgándose el bolso-Me voy por ahora— Se acerca a la puerta de entrada con Levi tras ella. Le besa la mejilla— Nos vemos, mañana vendré por ti quieras o no.
— Pero…
—Nada de peros irás sí o sí.— Es lo último que dice antes de irse rápidamente.
Luego de ducharse se acuesta al tiempo que suena su celular “Mensaje de Aline”
“-Por cierto, no pienses que estás volviéndote loco. No pusiste el despertador, le pedí a tu mamá que lo programara por mí ;)”
“-…Debí haber supuesto que fuiste tú, al solo ver tu llamada.
¡¡¡-Que ingenuo soy!!!”
“-hehe, con cariño”
“-Por cierto, ¿Qué no estabas en el instituto cuando me habías llamado?...”
“-… Puessssss…”
“-¡¡¡¿Sabías que no iba a ir?!!!”
“-Nos conocemos desde hace años! Es lógico que sepa que harás en estas situaciones ¿No crees?”
“… ¿Lo es?”
Le mensajea devuelta.
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A la mañana siguiente, tal y como Aline había prometido, había llegado a su casa exclusivamente por él, algo más temprano de lo que Levi había pensado. Sentados en la cocina, toman el desayuno de forma calma y silenciosa, aunque eso no dura demasiado, con la sutil pregunta de la chica.
— ¿Estás excitado?
Levi se atraganta un tanto, Aline ve como su amigo toma el vaso de jugo de forma desesperada. Para cuando él vuelve a fijar su vista en Aline esta le sonríe de oreja a oreja mientras él la mira como diciendo “Que mierdas dices”
Entonces Aline entrecierra los ojos al entender el mensaje.
— No era en ese sentido. Era en el sentido de si estás emocionado.
— Oh sí.— Ironiza.— Estoy tan emocionado.
Aline le dedica cara de pocos amigos.
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Volver luego de una semana a la jungla como le llamaba Levi era como volver tras meses en la civilización. Grupos hablando tan alto que se sorprendía del poco pudor en los temas que se daban. Los del equipo de Rugby lanzando el balón en mitad del pasillo para que otro de los animales, es decir, jugador lo atrapará en el extremo de los estrechos corredores y otro tanto de personas que trataban de pasar desapercibidas. ¿Cómo había dejado que Aline lo convenciera de volver?
— Vamos— Siente como le jalan del brazo hacia el salón correspondiente a su clase.
A pesar de que la campana había sonado hacia algunos minutos ya, el bullicio fuera de la sala, era sorprendente. Una vez que el profesor había llegado al salón y comenzado la clase, el bullicio de forma lenta se iba acallando.
Pese a su esfuerzo por prestar atención a lo que se exponía no podía concentrarse en absoluto, así que, a los pocos minutos se rinde.
Se dedica a mirar por la ventana con poco interés, cuando siente un pequeño papel golear su nuca. Se voltea y ve que Aline le hace señas para que agarre el papel en el escritorio.
“Vamos a celebrar tú regreso en la fiesta de Connor ;)”
Levi arruga el papel y se lo guarda en el bolsillo para luego mirar a su amiga quien estaba expectante a su respuesta.
A veces no era buena idea llevarle la contraria a Aline, más cuando en su infancia había visto como noqueaba a un chico del salón con unas técnicas de karate por haberle dicho que “no” luego de que su amiga hubiese puesto hasta caritas para conseguir lo que quería, pero como no lo había logrado, su paciencia había acabado en un parpadeo, al igual que la integridad de aquel chico. Desde ese momento Levi juro no negarse a las peticiones de su amiga cuando hacia caritas como la que le estaba mostrando en esos momentos.
Aline sonríe y hace algunos que otros gestos al ver que este asiente, no con muchas ganas, pero asiente de todos modos.