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~El pago por tu fe~ por AnonimoHarui

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Notas del capitulo:

HoooOooolaaa mis amados lectores jejeje, debia publicar el jueves pero huno el cierre de examenes y bue se me complico.

Me da la sensacion que esta historia no les llama mucho la atencion y me sabe mal u_u pero esta bien, es cuention de gustos jeje, nada es siempre muy bueno asi que acepto que este fic no es tan bueno ni llame la atencion.

Pero a los que me dejaron comentarios muchas gracias!! Los respondi a todos jajaj, asi que espero que pasen a leerlas :'3 Por estas cinco personas es que la sigo, ya que sino me retiraba y me fue ameno encontrar a gente conocida ^w^

Bueno, no molesto mas jajaj A LEER SE HA DICHO

Nos leermos abajo!!

Capítulo 2. Una sonrisa que se contrae.

 

 

Despertó viendo todo muy borroso, oía pasos acelerados, voces robóticas muy al fondo, gente que llamaba a otras y sonidos como de carretillas. Sintió su cabeza quebrarse por tantos ruidos que ni sabía de dónde venían o dónde estaba ¿Qué había pasado? ¿Cómo es que ahora estaba así? Lo último que recordaba… ¿Qué era?... Ah sí, un hermoso día de campo en un lugar oculto… ¿Quién? ¿Con quién? No… ¿Con quiénes?

- O-Oto…san  O-Oka-a… san – Balbuceo aun medio inconsciente.

Movió ligeramente su cabeza, sentía miles de punzadas y al mismo tiempo les era indiferente. Su perspectiva estaba bloqueada en este momento y no podía distar entre lo real y lo irreal. Apreciaba el sentir de sus ojos, podía sentirlos como se movían lentamente en sus parpados pesados. Cada movimiento le ardía pero cada vez hacia también que la imagen quisiera aclararse, aunque al igual recibía más dolor de cabeza.

Cerró sus ojos tratando de descansar un poco, aunque sabía que acababa de despertar, el cansancio era enorme, no se sentía para nada bien. Solo iba a ser unos minutos más… pero ¿Cuánto era que llevaba durmiendo? ¿Horas, días? Se sentía muy pesado que cualquiera podía ser la respuesta… aun así, su mente comenzó a esclarecer. Su padre, su madre, él, el auto, la calle, otro coche, un choque, una colisión, un bus, gente… todo le cayó como piedra en la cabeza.

- ¡Oto-san, Oka-san! – Dijo alarmado pero su voz era débil.

Haciendo ademan de todas sus pocas fuerzas, logro erguirse en la cama, se mareo por ello. Trato de calmarse, no era bueno recaer, no ahora. Unos minutos y logro abrir los ojos sin que todo le diera vueltas. Vio que había agua junto a él en una mesita tomo un poco con dificultad y con mucha sed, se sirvió otro vaso, pero este se lo hecho en la cara, con eso logro espabilarse más. Se sacó las mantas y se sentó en el borde de la camilla, ahora veía que estaba en un hospital, seguramente en la guardia. Si estaba ahí, es que sus temores eran ciertos, los habían chocado, si, los habían chocado apropósito, Naruto recordó como ese auto viro en su dirección para sacarlos del camino. Se paró, no iba a permitir que luego de esto ese coche quedara impune, lo juraba y cuando el juraba o prometía algo, sin importar nada lo cumplía.

Logro pararse y comenzó a caminar saliendo al pasillo, ahí veía a varias enfermeras y algunos médicos que iban de un lado a otro apresurados y agitados. Las personas se decían cosas casi histéricas, los médicos respondían igual, hablaban de drogas, medicamentos, que hicieran tales tratamientos y que vigilaran pulsos, sacaran placas, tomaran muestras de ADN de varios elementos, como orina, sangre, saliva incluso de materia fecal y que también hicieran radiografías, ecografías y demás. Era sin duda un caos pero todo el mundo se movilizaba para atender a la gente y salvar todas las vidas posibles, porque se notaba que a los que atendían eran muchos y en graves estados.

- Disculpen… - Trato de llamar pero la gente le pasaba al lado sin hacerle el menor caso. Si tuviera todas sus fuerzas les gritaría por groseros, pero ahora que estaba débil, y estaba en un estado que razonaba más de lo frecuente, asimiló el problema – Seguro… lo que hacen es más importante para detenerse a indicarme una sala – Miro a su alrededor – Tal vez deba buscarlo yo mismo – Y emprendió camino.

Camino guiándose por los carteles, no sabía que tan graves estaban sus padres así que no sabía a qué sala ir, así que primero decidió refrescarse un poco y entro a un baño, solo ahí se dio cuenta de su estado. Estaba pálido, raro en él, sus labios secos y cortados por lo reseco y con un corte de golpe. Tenía varios raspones en la cara, como cortadas. Su frente estaba vendada y le giraba por la cabeza, su brazo también, su cuello, su pierna derecha, tenía gasas por algunos lados y sintió una también a un costado del ombligo, estaba del asco, pero debía reconocer que tuvo suerte y le salió barato, ninguna fractura grave y nada que el tiempo no curara.

- Espero que mis papas también estén bien como yo-ttebayo – En un susurro débil rogo eso a Dios – Por favor, que estén bien Señor – Contuvo las lágrimas y con delicadeza comenzó a mojarse suavemente la cara. – No debo pensar en negativo – Sonrió tratando de animarse. Volvió al pasillo aun rezando por sus padres.

Caminaba, no recordaba donde estaba su área ¿Y si lo fueron a ver para darle noticias de sus padres? ¿Qué tal si al no hallarlo se los llevaron? No, debía apurarse. Llego hasta un lugar que le era familiar, pero desde otro ángulo, ahí había aun médicos y enfermeras y enfermeros yendo y viniendo, reconoció la puerta de donde salió y se hasta ahí. Al llagar noto que un médico salió.

- Usted ¿Qué se cree al irse así como así? – Naruto noto lo enfadado que estaba así que se excusó.

- D-Disculpe, me sentía… algo caliente y fui al baño-ttebayo – Agachando la cabeza, el pensar aun en sus padres hizo su voz quebrarse. El medico suspiro comprensivo.

- Jovencito aun así, no puede abandonar la guardia o mejor dicho su cama. Recuéstese y descanse – Guiándolo a la cama, antes de llegar Naru lo tomo del brazo con debilidad.

- Mis padres… C-Como ¿Cómo están mis padres? – El medico pestaño.

- ¿Sus padres? – El rubio asintió afligido. - ¿Tú eres… hijos de Minato Namikaze? – El chico volvió a asentir, pero extrañamente el doctor se apartó de él con algo de brusquedad.

- Eh…si – Tratando de disimular su reciente acto – Bueno, es difícil de explicar… muy… - Su rostro que era duro, ahora se afligió – Entonces, la mujer de cabello rojo… Creo que otro día podemos…

- ¡Por favor dígame-ttebayo! – Desesperado, noto con el medico hacia una mueca y miraba un poco el suelo.

Naruto rogo, rogo con sus fuerzas internas que ellos estuvieran bien, que ambos lo estuvieran, en verdad lo deseo con todo su corazón pero…

- Lo lamento joven, su madre, al parecer… ella no sobrevivió. – A Naruto el aire le fallo, comenzó a respirar agitado y sus piernas de doblaban y temblaban – Pero su padre… él… esta en terapia intensiva… está en coma – Con eso Naruto termino desmayándose.

Recobro la consciencia cuando estaba a punto de amanecer. Descubrió que estaba ahí hace 2 días ¿Qué era lo que pasaba? Todo estaba bien hace unos días y ahora… su madre estaba muerta y su padre en coma y él internado sin hacer nada. No solo eso, sino que durante otros dos días después recibió un trato era muy brusco y además frio por parte del personal de enfermería, como si lo despreciaran, la verdad eso ahora le tenían sin cuidado, su infelicidad crecía a medida que no le dejaban ver a su padre. Aunque en el fondo mentía, necesitaba algo de afecto, y las enfermeras, buenas y atentas con otros pacientes, con él eran frías y distantes ¿Por qué? Justo llego el doctor.

- Naruto-kun – Dijo algo vacilante. El medico era otro, comenzó a tratarlo algo duro la otra vez, pero ahora… era suave ¿A qué se debía? Sea cual sea la razón, estaba agradecido al cielo de tener a alguien que le dé un poco de comprensión. – Hoy podrás ver a tu padre… - Al rubio se le iluminaron los ojos que estuvo al borde de llorar.

- ¿A Oto-san? – Dijo débil y conteniendo la emoción, al médico lo conmovió, pero se aclaró la garganta y asintió.

- Hai. Vendré a las doce para llevarte con él ¿Si? – Sonrió algo nervioso.

- Hai, muchas gracias-ttebayo – Recostándose y cerrando los ojos, ahora podía dormir un poco tranquilo. El doctor vio como el rubio se quedó dormido y se acercó, lo miro y trato de poner un rostro despectivo, pero no lo logro, es más, lo arropo y le acaricio la mejilla para luego salir de ahí.

Despertó a eso de la once y treintaicinco… noto que otra vez no le trajeron nada de desayunar o almorzar. No importaba, hoy vería a su padre y estaba más que feliz. Ansiaba poder tocarlo y abrazarlo mientras le decía todo lo que su corazón tenia, que aunque sabía que estaba en coma, él le escucharía… y seguro que pronto mejoraría. Estaba seguro que Dios le dio la oportunidad de tener a su padre para cuidarlo y cuando estuviera mejor ambos irían a casa y tratarían de darse fuerzas por la muerte de su mamá. Saldrían adelante y todo sería mejor. Agradeció al todopoderoso otra vez, ahora solo pedía que el futuro brillara y sus amigos pronto vinieran a verlo, los echaba de menos y necesitaba apoyo. Aunque era raro que después de 5 días no lo hubieran venido a ver, pensó que sabrían de su accidente al ver que no iba a la escuela o el por el noticiero. No importaba, lo que sí, es que cuando vinieran seguro lloraría, últimamente estaba sentimental, no podían culparlo. Anhelaba verlos, a Sakura histérica pero preocupada, a Ino y Hinata abrazándolo, a Lee deseándole entre lágrimas la recuperación, a Chouji preguntando si comía bien y si necesitaba algo, a Kiba queriendo bromear para sacar la tensión, a Shikamaru quejándose de cualquier cosa tratando de no mostrar su preocupación, a Ten-Ten gritándole a las enfermeras si descubría por arte de magia su trato hacia él, a Sasuke… Sasuke… actuando con indiferencia, pero reflejando su preocupación en sus comentarios provocadores para que él se anime, que le diga cuando nadie se dé cuenta que le alegraba que estuviera bien… que se quedara a su lado. Deseaba ver mucho a Sasuke… a su amigo, a su hermano… a su gran amor no correspondido pero siempre esencial y especial de tenerlo solo junto a él. Amaba a sus amigos, agradecía al cielo de tenerlos en su vida, amaba a Sasuke…

- Naruto-kun – Miro al médico y sonrió con ternura, el medico respingo y se aclaró la garganta – ¿Vamos? – Sonrió un poco.

- Hai – Dijo emocionado y algo triste por el estado de su padre.

Iban por el pasillo. Era un lindo día aunque tenía algunas nubes, pero estas eran blancas y se veían esponjosas como el algodón. Miro al médico quien lo llevaba con sillas de ruedas y rio un poco.

- ¿Qué pasa? – Dijo con una ligera sonrisa.

- No estoy lesionado ni nada, creo que puedo caminar-ttebayo – Dijo animado, el doctor negó.

- Lo siento, pero creo que… no quiero que hagas mucho esfuerzo – Sonando sincero y algo preocupado.

- Pero estoy bien doctor Tukusama – Naru sonrió con dulzura – Me gusta su apellido… “guerrero”, es perfecto para usted – Le sonrió como solo el sabia. El doctor sonrió pero pareció luego reprenderse.

Llegaron a la habitación, Naruto sintió como se le secaba la garganta. Miro al doctor y él le dio ánimos con la mirada. Tomo aire y se levantó para acercarse a la puerta y abriendo la puerta con lentitud. Al entrar la imagen de su padre vendado, con sueros, tubos y el respirador artificial lo desarmo por completo.

- Oto-san – Se acercó y vio su rostro, sus ojos se llenaron de lagrimas y algo tembloroso tomo su rostro, algo frio… derramo esas lágrimas y abrazo a su padre y lloro desesperadamente. Llamándolo, disculpándose y diciéndole cuanto le quería y necesitaba, que se sentía solo, que el doctor era amable, que había muchas cosas que quería decirle pero lo principal, que se mejore y se fueran a casa.

Al médico le quebró esa imagen y les dio privacidad, lo último que vio por la puerta es al menor dándole un besito en la mejilla a su padre y siguiendo llorando como un niño aterrado y esperanzado.

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Caminaba por el pasillo con la mirada perdida en sus pensamientos y sus manos en los bolsillos. Algunas enfermeras/os lo miraban y susurraban cosas, algunos médicos le mandaban una mirada de lamentación, pero al doctor Tukusama no le importaba, ahora no mucho, ya no estaba seguro.

Llego al salón de descanso de los médicos y ahí había algunos hablando y se callaron al verlo. Él no les dio importancia y se sirvió algo de café y se sentó en la mesa. Varios de ellos le miraban inquisitivo, hasta que uno de esos 4 médicos que estaba ahí hablo.

- Y dime ¿Cómo esta ese en…?

- Te recomiendo no acabar la frase – Fue su rápida respuesta.

- Okey ¿Cómo está tu paciente? – Con tono algo sarcástico. El médico de unos 40 años morocho.

- Mejorando notablemente, aunque… - Su mirada se afilo – A ti no te interesa ¿Verdad?

- Lo captaste, pero no espero porque ya se largue de aquí, no podemos aguatar por mucho a esos locos que quieren entrar – Tomando el café.

- Pues, si las enfermeras no lo atienden como corresponde no se ira por falta de nutrientes – Bebiendo su café algo molesto.

- No puedes culparlas ¿No es cierto? – Dijo otro médico viejo con bigote.

- No importa eso, son enfermeras. Deberían saber cuál es su trabajo o renunciar si no lo ejercen bien – Aun molesto.

- Ese chico por lo que veo te está comenzando a simpatizar – Tukusama afilo su mirada.

- Es mi paciente, y yo soy un médico. Y si algo sé de mi profesión, es que mi deber es cuidar y procurar a mis pacientes para que mejoren – Apretando su taza – Es sanar, cuidar y salvar con todo lo que pueda sus vidas, no juzgarlas sin fundamentos – Mirando a todos serios.

- Oye tranquilo – Dijo el otro doctor castaño con canas de unos 50 años. - ¿No lo estás tomando personal, verdad? Después de todo… - Sonrió algo malicioso – Se parecen ¿No? – Tukusama enfureció su mirada.

- Escúchame bien yo…

En ese momento una enfermera entro apresurada y aterrada.

- ¡Doctor Tukusama! – Todos voltearon. - ¡Entraron! ¡Ellos entraron!

- ¡No! – Se alarmo y comenzó a correr agitadamente.

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- ¿Sabes? Tampoco he comido mucho, pero no me quejo, después de todo, cuando mis amigos vengan sé que puedo contar que infiltren comida-ttebayo, jeje – Hablara con suavidad y cariño una vez que saco a flote todo.

Los únicos sonidos en esa habitación era el pitido de la máquina de latidos y el sonido del respiradero. Naru no veía la hora en que su padre despertara y le quitaran esa cosa. Saco de su bolsillo de su atuendo de interno un rosario.

- Mira, esto es lo que me dio una monja de visita al hospital-ttebayo – Recordó el momento en que esta quiso quitárselo pero algo la hizo arrepentirse – Seguro te traerá suerte – Lo ato al pie de la cabecilla de la cama – Dios cuidara de ti y yo igual, además el doctor Tukusama es un buen hombre como te dije, te encantaría conocerlo, jeje, además que es muy joven y podría ser como de la familia-ttebayo, jeje – Miro el rosario y junto sus manos – Por favor Dios, sigue cuidando a mi padre para que mejore y que tengas a mama en tu gloria. Tengo fe en ti.  Siempre eres justo y milagroso, y sé que todo estará bien – Sonrió con amor – Amen – Y tomo la mano de su padre – Te amo papá – Noto como su padre sonreía, eso acelero el corazón de Naruto.

Alegre apretó la mano de su padre quien comenzaba a entrar en calor ¡Lo sabía! Él sabía que si tenía fe y era optimista las cosas mejorarías, su padre…

En ese momento la puerta se abrió de un  golpe fuerte. Naruto se asustó y al voltear vio a mucha gente entrando con cara enojada. Uno de ellos se acercó y aparto a Naruto de un empujón.

- ¡Ahí está! – Apuntando a la cama - ¡¡Maldito desgraciado!! – Todos comenzaron a amontonarse. - ¡Oye, despierta! ¡Levántate hijo de perra! ¡No pienses que te libraras de esta! ¡¡Te mataré, levántate y déjame matarte!! – Gritaba un señor tomando a su padre de los hombros.

- ¡Asqueroso cretino! ¡¡Devuélvela, devuélvela!! – Gritaba una mujer. Queriéndole pegar la cara.

- ¡Era un niño! ¡¡Hijo de puta!! ¡Muérete! – Un hombre quien por suerte no llegaba a Minato saco un pequeño cuchillo con intensión de cortarlo.

- ¡¿Estas feliz?! ¡¿Estas feliz maldito puto?! ¡Me las quitaste! – Otro hombre.

- ¡¡Infeliz desgraciado, tráelo de vuelta!! – Otra mujer.

- ¡¡Salvaje!! – Un hombre.

- ¡¡Ojala te mueras pero después de que te demos tu merecido!! – Un hombre.

- ¡Le romperé la cara! – Una mujer.

Muchos, muchos insultos a gritos. Todos claramente enojados ¡¡Todos queriendo herir a su padre y zamarreándolo!! Su voz no salía estaba algo asustado y conmocionado. En eso llegaron unos guardias de seguridad que comenzaron a alejar a las personas, uno de ellos lograron darle unos puñetazos a su padre que comenzó a sangrar. Naruto se impactó, justo llego también el doctor Tukusama y comenzó a gritarle a todos de que se fueran, les decía a los guardias que los sacaran a la fuerza, ellos obedecían pero parecía de mala gana. Noto como uno se libró e iba a su padre para golpearlo. Reacciono y se interpuso recibiendo el tremendo golpe en la cara haciéndolo escupir sangre, el hombre retrocedió algo aturdido.

- ¡Ya deténganse! – Dijo al borde de un colapso - ¡¿Qué les pasa?! ¡¿No ven que está herido?! ¡¿Por qué le hacen esto?! ¡¡Déjenlo en paz!! – Derramo lagrimas de impotencia al no poder usar más fuerza en su voz más que la de dolor.

Todos estaban algo confundidos y pasmados, pero luego fruncieron el ceño, salvo el doctor Tukusama. De repente el sonido del corazón de Minato comenzó a acelerarse. Todos miraron impactados. El doctor se apresuró y comenzó a chequearlo.

- ¡Mierda! Es un ataque cardiovascular – Comenzó a presionar el botón de emergencia. De inmediato llegaron dos enfermeras y un auxiliar. – Rápido aplíquenle dos vías endovenosas y en una agreguen 5 miligramos de Litio, y en el otro suero10 miligramos de nitroglicerina ¡De inmediato! – Todos se apresuraron - ¡Saquen a todos de aquí!

Todo volvió a ser un sueño, los guardias sacaban a la gente, una enfermera lo empujaba pero él era una piedra dura, pudo apreciar los latidos de su padre en el monitor que cesaron y que esos pitidos rápidos… esas curvas se achataban completamente.

- ¡Reanimación de electrochoque! – Oyó a lo lejos, seguían tratando de sacarlo y llevarlo a su habitación – un, dos, tres ¡Descarga! – El pecho de Minato se sacudió una vez y luego cayo – ¡Inyéctenle epinefrina! ¡Rápido! – Volvió a colocar las almohadillas en el pecho –  Otra vez, aumente la potencia  ¡Despejen! – El mismo acto.

- ¡No hay ritmo cardiaco! – Grito el anestesista.

Con desesperación Tukusama lo intento otra vez elevando la potencia, una y otra vez, nada absolutamente nada.

- ¡Doctor la presión sanguínea está cayendo! – Dijo anonadado un enfermero. En ese momento se dieron cuenta que Minato comenzaba a sangrar.

- ¡Traigan sangre B y transfiéransela! – Ordeno. Lo cual acataron pronto.

- ¡Señor no hay pulso, no hay pulso!

- ¡Maldita sea! ¡Una vez más! – “No voy a dejarlo” pensaba el doctor “No voy a dejar que muera” Colocando las almohadillas otra vez - ¡Aumenten y despejen! – “¡¡No voy a dejar que ese chico pierda a su padre!!” - ¡Una más!

El pecho de Minato se volvió a sacudir, todos en silencio vieron como una tenue cresta aparecía en el monitor, todos sonrieron un poco, pero… esa cresta… se apagó otra vez.

- No… ¡Intentemos otra vez, está reaccionando! – Algo esperanzados hicieron caso al doctor. – Una, dos y ¡Despejen! – Nada, no había nada - ¡Otra vez! – Nada “Por favor, se fuerte, lo hacías bien” - ¡Una más, aumenten! – Volvió a hacer el contacto pero… nada… absolutamente… ya nada…

- Esta muerto… - Sentencio el segundo doctor.

- ¡¡NOOOOOOOOOOO!! – Grito Naruto al borde de la locura, aún seguía ahí en la habitación, la enfermera al ver la cresta de esperanza también quedó inmóvil y a la espera olvidándose del joven.

- ¡Sáquenlo de aquí y denle una dosis de hidrato de cloral! – Ordeno el otro doctor desdeñoso.

Tukusama miro con pesar como se llevaban a un histérico y shokeado Naruto.

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Pasaron un par de días, ahora habían reforzado la seguridad para evitar que esa turba de gente entrara otra vez y esta vez querer herir al joven, pero nada de eso paso hasta ahora, pero no era malo prevenir. El doctor Tukusama entraba a revisar a Naruto y lo notaba cada vez más delgado, al parecer las enfermeras aún  no se apiadaban de él. Pensó que sería más favorable que él le llevara comida, de esa manera le darían el alta y… y…

Un nuevo día, ya una semana había pasado desde que Naruto había llegado y este estaba postrado en cama con la vista perdida y se podría decir muerto en vida. Su médico entro con una bolsa.

- Buen día, Naruto-kun – Sonrió algo nervioso – Mira, te traje un poco de leche de frutilla, te hará bien. También te traje tostadas y algo de queso y mermelada. Deberías comer – Empezando a colocar las cosas en la mesita para colocarla frente a Naruto. – Naruto-kun, debes comer – El rubio miraba a la ventana distante.

- …e…a…me - Parecía que quería decir algo, o tal vez lo dijo y no oyó nada por lo débil de su voz.

- Naruto-kun, estas débil, come y luego me hablas – El rubio no oía. El medico afligió su sonrisa - ¿Sabes? Si comes y renuevas energías, te escuchare y hare lo que me pidas – Eso hizo que el chico le mirara, suspiro aliviado - ¿Vas a comer? – Mira la bandeja, no tenía apetito, no quería nada pero… de todas formas asintió. - ¿Me permitirías ayudarte? Quiero ver que no hagas trampas – Eso le saco un ligera sonrisita.

Así paso otra semana, Naruto cada vez mejoraba pero eso no decía que no llorara la mayor parte del tiempo, su vida se estaba desmoronando y perdió lo que más quería, a sus padres. Aun así, una duda lo asalto, duda que a la hora de la merienda no dudo en preguntar.

- ¿Por qué esa gente atacaba a mi padre-ttebayo?  - Dijo algo serio. El doctor respingo.

- Bueno… eso es… - Agacho el rostro.

- Por favor, dígame, no quiero vivir en la incertidumbre – Con dolor en su rostro. El mayor entristeció y suspiro.

- ¿Recuerdas el accidente que te trajo aquí? – Naru asintió - ¿Recuerdas que hubo un bus de pasajeros involucrados? – Naru recordó y asintió – Murieron muchas personas por eso, muchos de ellos entraron en la guardia en grave estado y los médicos no pudimos hacer mucho – Dijo triste – La gente está enojada Naruto-kun, porque salió en el noticiero que tu padre colisionó con ese bus. Anunciaron que el auto de tu padre no tenía nada luego de un chequeo ni el bus tampoco, tampoco había patrones que hicieran que alguno de los dos maniobrara mal, pero como siempre debe haber un culpable, como el auto donde viajabas fue el que se salió de la acera e embistió al bus de pasajeros, lo culparon a él.

- ¡No puede ser! – Se alarmo Naruto no creyéndoselo. – Había un tercer, un tercer auto que nos sacó ¡¿Es que nadie lo vio?! – El mayor se angustió más.

- Eso dijo tu madre también antes de… bueno, lo investigaron… pero nadie vio otro auto, no había pruebas de otro auto, si fuera así, hubiera quedado algún rastro de su vehículo, pero solo habían del auto de tu padre y el bus, nada de otro. – Naruto sentía que le faltaba el aire.

- Quiere decir… ¡¿Qué todos creen a mi padre un asesino?! – Recordando cada palabra de la gente que entro a la habitación.

- Naruto-kun, cálmate, la gente está enojada y dolida, las vidas de la gente que estaban ahí pertenecían a familias y esas personas están conmocionadas…

- Tú también…

- ¿Cómo?

- Cuando ingrese, usted también me trataba indiferente – Enojado y alterado - ¿Qué lo hizo cambiar de parecer?  ¡¿Le di lastima?! ¡¡Pues no la quiero!! – Tuvo la intención de tirarle lo que le compró al suelo, pero no lo hizo, solo aparto la mesa y se recostó cubriéndose y tapándose los oídos - ¡Vete, vete, no quiero verte, váyase!

El doctor se paró pasmado, sabía que podría tener esa reacción, pero el saberlo y vivirlo era diferente. No acoto nada y salió de ahí angustiado. Ahí Naruto volvió a llorar por muchas cosas y solo pensaba en Mito, en Iruka, en sus amigos… y en Sasuke ¿Dónde estaban? ¡¡Los necesitaba tanto!!

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Ya dos semanas y media que Naruto estaba ahí, durante los últimos días de ese periodo, su doctor solo se acercaba para chequearlo y le dejaba la comida cerca, Naruto orgulloso no quería tocarla, pero pensó que si se alimentaba se iría de ese lugar e iría… ¿A dónde iría? Ya no tenía una casa a la que llamar hogar. Su casa ahora era un lugar lleno de recuerdos que le desgarraría el corazón. Tampoco quería ser una molestia para sus amigos, así que debía recuperarse y aguantar para seguir adelante. Sabía que sus padres no les gustarían verlo así “…Aunque a veces no estemos ahí, tienes que seguir haciendo las cosas que Minato y yo te hemos inculcado. Así que da todo de ti y no te sobre-esfuerces” recordó las palabras de su madre… “Recuerda que los sentimientos no son debilidades. Sea lo que sea que te digan los demás, tu solo sigue tu propio camino, un buen camino, y confía en siempre hacer lo que te diga tu moral y corazón” también lo de su padre.

Se abrazó y se repetía “Si, es lo que debo hacer-ttebayo, es lo que tengo que hacer y seré feliz”

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Ya tres semanas y Naruto estaba mejor, estaba liberado de vendas y gasas, los golpes se curarían con cremas y desaparecían al ser superficiales. Se sentía con energías y veía un mañana en su futuro. En eso entro su médico. Iba a revisarlo e irse, pero en medio de la revisión.

- Lo siento – Dijo parando en seco a Tukusama – Lamento haberlo tratado así, estaba pasmado, no sabe cuánto lo siento-ttebayo – Dijo suave y arrepentido – Estaba feliz que usted entre toda la gente que me trata mal me brindara comprensión y atención – Sus ojos se aguaron – Ya sea lastima o lo que sea, me siento agradecido – Sonrió con dulzura – Lo siento-ttebayo.

El doctor apretó un poco la muñeca de Naruto y fue cuando este sintió unas gotas en el brazo, el doctor lloraba en silencio, con ternura lo abrazo y siguió agradeciéndole y disculpándose.

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Por fin llego el día, Naruto iba a ser dado de alta. El rubio no podía estar más que feliz. Mito había ido los últimos días a verlo avergonzado porque los del hospital le dijeron que como no es familiar debía ir a pedir una orden, luego esa orden debía ser informada y revisada para poderla aprobar, luego de aprobarla y al ser entregada la directiva del hospital se reuniría a conversarlo y tomar una decisión y luego llevaría esa orden al departamento de leyes y este les daría el visto bueno. Naruto no podía creer semejante estupidez por parte del hospital, pero ya no importaba, por fin podría salir después de casi un mes ¿Sus amigos habrían pasado lo mismo? pensarlo lo reconforto.

 

Ya estaban fuera de la clínica y junto con ellos estaba el doctor Tukusama. Este se despedía de Naruto y le decía a Mito los cuidados de Naruto como su dieta, el anotaba todo con cuidado y empeño demostrando su preocupación y cariño hacia el rubio menor.

- Gracias por todo-ttebayo – Dijo muy feliz, el doctor le extendió la mano pero Naruto lo abrazo – Lo echaré de menos doctor Tukusama – Dijo al borde de las lágrimas. El doctor acepto el abrazo con emoción.

- Dime solo Deidara – Sonrió feliz. Naruto le sonrió y se despidió subiéndose al auto.

Deidara Tukusama, joven doctor de 23 años. Un gran medico recibido con honores, atractivo, media 1.71 y poseía ojos azules y cabellos largos amarrado parte de este a una media coleta. Tuvo una vida dura, pero ahora era feliz y el trato que le dio a Naruto no era por compromiso, era de puro corazón, le había simpatizado y esperaba verlo otra vez, aunque fuera del hospital. Solo oraba a Dios que su vida ahora fuera mejor.

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Naruto llego a casa, o eso se podría decir, ahora sin sus padres, su pequeña mansión, que era la más pequeña en comparación a todas las otras por ahí, le parecía enorme. En verdad serían los días muy largos y solitarios, el dolor volvía a entrar en su pecho y las lágrimas se le acumulaban en sus ojos, el nudo no lo dejaba tragar… los extrañaba.

- Señorito – Dijo con tristeza Mito. – Sé que es incomprensible de mi parte que le diga esto, pero anímese, hoy, debe por lo menos hoy entrar en este lugar con una sonrisa – Le coloco con calidez la mano en el hombro – Después de todo, aunque ahora le sean dolorosos, están llenos de hermosos recuerdos – Naru sollozo más por eso. – Para mí es igual Naruto-kun – Dijo con pesar. El rubio asintió y decidió quitarse las lágrimas y tomar aire para dar el paso.

- Vamos – Dijo débil pero decidido.

Al entrar, la casa se podría decir que estaba vacía, los sirvientes les recibieron pero… eran muy poco, siempre tuvieron poca servidumbre, pero ahora solo había 10 de los 25. Naruto no tuvo ni que preguntar dónde estaba los demás, intuía que tal vez se fueron a hacer algunas labores… o que también lo odiaban…

- Señorito Naruto – Reverencio una de sus criadas, aunque fue algo forzado.

- Me alegra verlo bien señor – Dijo otro aunque tampoco le convenció.

Aunque los saludos fueran más que evidentemente forzados, Naruto debía estarles agradecido que le dieran el voto de la duda, se esforzaría y dejaría en claro que su padre no hizo nada malo.

No sabía cómo los convencería, pero haría lo mejor.

Llego la noche y con ella la hora de dormir. Naruto estaba en su cama derramando lágrimas mirando un álbum donde estaba su familia celebrando su cumpleaños cuando tenía 7 años. Pasaba las páginas y había linda fotos y dedicatoria con su fecha y hora.

Bajo una foto donde estaban Kushina y Naruto en una especie de salida, con un suelo todo apedreado y bancas con el cielo azul. Naruto le daba de comer a las palomas que estas huían ya que Naruto les corría, debía tener por lo menos 5 años, Kushina le corría para alcanzarlo. La dedicatoria de abajo decía.

“Un bello día con las aves y el revoltoso de Naru-chan. Kushina ese día sí que se despeino. Minato tomo la foto y se moría de la risa. Recuerdo de una linda salida”

- Realmente fue un lindo paseo-ttebayo – Quitándose las lágrimas inútilmente. – Mamá… Papá… vuelvan – Sollozaba desquitándose sabiendo que ellos… no volverían.

- Naruto-kun – Entro Mito – Ya es hora de…

- Me di cuenta que Tamara no está – Tamara era su mayordomo de más confianza. Mito agacho la cabeza. – Esta bien… - Secándose las lágrimas – Ya no importa… - Miro a Mito con una sonrisa – Tú por lo menos estas aquí… - Agacho su mirada.

- ¡Por supuesto! – Se acercó alarmado de que creyera  otra cosa – Yo… jamás traicionaría a sus padres ni a usted – Sus ojos mostraron la más pura sinceridad. Naruto sonrió.

- Gracias Mito – Se sintió cálido – Eres el único que no me ve mal – Suspiro.

- Naruto-kun, yo jamás le haría daño – “Usted es uno de los que me libró del daño” – Por eso, desde ahora, lo cuidare mucho – Se inclinó. Naru sintió querer llorar otra vez.

- No hagas eso Mito, parecerá que me aprovecho de ti, y además… no quiero que me cuides-ttebayo. No quiero que te lastimes por hacer…

- No me importa el dolor si puedo protegerlo – Dijo serio sorprendiendo a Naruto. Mito sonrió conciliador – Ahora, debe descansar – Se acercó y le saco los álbumes para arroparlo y apagar las luces, dejando una pequeña para que no haya completa obscuridad – Que descanse Naruto-kun – Y cerró la puerta.

Naruto sonrió conteniendo las emociones, se sentía imbécil, el jamás era persona de llorar como magdalena, pero todas estas cosas lo dejaron muy sensible que podría incluso llorar con el Titanic o hasta de que una serpiente no tiene brazos. Mito era su  chofer, era joven de piel morena y ojos verdes, cabello entre negro verdoso, era atractivo, tenía 27 años. Mito llego a la casa cuando era muy joven, tenía unos 18 años y él tenía 6. Era un joven que huyo de su orfanato de niño, no tenía nada y comenzó a robar, se unió a pandillas, y vivió una vida dura, así que cuando quiso robarle a su padre este lo inmovilizó y le dio unas buenas cachetadas. Le reprendió como si fuera un hijo suyo y al mismo tiempo… lo trato como persona y lo ayudo. Aun recordaba como nervioso ambos se presentaron y comenzaron a llevarse bien. Agradecía al cielo tener a alguien en quien sostenerse ahora en esa casa, no podría solo. Pero había decidido ir a la escuela mañana, ya que quería ver a sus amigos.

Con una sonrisa de imaginar su recibimiento, se fue a dormir, aunque sus sueños no fueron muy tranquilos.

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Mito miraba enojado a los sirvientes, los había descubierto hablando mal de Naruto y su familia en la cocina.

- Si aún les queda decencia, se retiraran ya mismo a sus habitaciones – Conteniendo el enojo. Los sirvientes se fueron retirando algo temerosos por la mirada asesina del joven pero también escudriñándolo con la mirada ¿Quién se creía? Eran sus pensamientos. – Maldita sea – Susurro impotente.  Solo quería que Naruto recuperara su vida… - Al parecer yo me tendré que esforzar por eso – Y aunque le costara, lo haría.

Apago las luces de la cocina y se retiró a dormir.

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- ¿Está seguro de esto Naruto-kun? – Dijo temeroso conduciendo rumbo a la escuela.

- Por supuesto, ya he faltado casi un mes-ttebayo, me van a matar – Sonrió algo forzado, pero saber que pronto vería a sus amigos y a Sasuke… le animaba. – Además, a Oka-san y Oto-san no les haría feliz que no asistiera a clases, es más, mamá me mataría-ttebayo – Rascándose la mejilla nervioso. Mito sonrió mirándolo por el retrovisor, volvió su vista al camino.

- Está bien… espero que todo vaya bien – Susurro lo último. A pedido de Naruto, y a su pesar, lo dejo a tres cuadras de la escuela como siempre y se retiró, aunque conducía lento mirándolo irse. Tenía un ligero mal presentimiento, pero rezaba porque no fuese así. Tal vez solo estaba demasiado preocupado.

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- Muy, bien… - Tomo aire ya en frente del instituto – Vamos Naruto, tienes 15 años, debes aprender a enfrentar las situaciones-ttebayo – Y dándose animo entro.

Aunque… habría sido mejor… no hacerlo.

 

 

 

 

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

T.T Se que quieren matarme, la verdad yo tambien lo haria, Dios!! Que manera de hacer sufrir a Naru y a los demas!! Especialemente a la gente que lo quiere y quiere a Minato y Kushina :'v siento si fue cruel.

Pero la verdad me he esforzado mucho en crear un ambiente tenso en el hospital y en la gente, trate, espero que se de a notar, como tambien se note que trate de hacer y describir lo mejor que pude un caso de paro cardiaco y lo que uno debe hacer como medicos en estados asi. Como estudio algo de eso jeje, trate de basarme mucho en eso y en mi imaginacion :P asi que me gustaria saber que opinan de esas partes que ejercen la practica medicinal.

Otra cosa ¿Le agrada Mito y Tukusama? Lo se horrible ese apellido pero bue xD lo hice lo mejor que pude. Pero volviendo POBRE MI NARU!! Se quedo solito y dolido TmT espero que las cosas se calmen u.u Malditas enfermeras y doctores!! Y dicen ser profesionales, pero en verdad hay casos asi en la vida real. Solo espero que Naru ahora este mejor :'3 Que me dicen? jejeje

Y en cuanto a sus amigos... ¿Que habra pasado para que no lo hallan visitado? u_U

Bueno ya basta jajaja, aqui me despido. Espero que les... halla entretenido, asi que muchas gracias por leer :D espero sus cometarios con amenzas, lagrimas y criticas, las recibo con amor!!

Un gran abrazo!

Nos vemos n_n/


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