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Destinados por MAGG1827

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Notas del fanfic:

Este finc me salio del fondo mi alma, fue una idea que tuve y hasta que no la plasmara no podia seguir con mis demas proyectos. Espero que sea de su agrado xD

Los personajes de One Punch Man no son mios (Obviamente)

 

Notas del capitulo:

¡Disfruten!

Amo el Saigenos xD

En tierras imperecederas, tierras lejanas y fértiles todo se dividía en distintos reinos, dependiendo del reino, tipo de cultura y producción sus habitantes se dedicaban a actividades que estuviesen relacionadas, pero eso no era lo especial de ese mundo. Sus distintas razas lo eran.

Alfas. Betas y lo más importante: Omegas.        

Los omegas estaban casi extintos, un gran problema, cabe destacar, ya que los alfas y omegas mayormente nacen de la unión de un alfa con un omega, era muy extraño que un alfa naciera de la unión de un alfa con un beta, la tasa de natalidad era 70% beta en esas ocasiones, el otro 30% restante era la pequeña posibilidad de que el bebe fuera un alfa o en su defecto un omega. Por lo tanto era un milagro cuando un alfa nacía de la unión de dos betas, mucho más extraño, difícil y exótico que un maravilloso omega saliera de la misma unión.

En resumidas cuentas, actualmente había un 80% de betas en el mundo, un 15% de alfas y si, adivinaron, ese minúsculo 5% son omegas.

Pero eso no era todo. Además de tener clasificaciones de Alfas, Betas y Omegas a la vez también se clasificaban en Cambiaformas.

¿Qué era un cambiaforma? Un humano con la habilidad de transformarse en su animal interior, leones, tigres, osos, lobos, perros. Naturalmente o mejor dicho, normalmente, el rey o reina de cualquier reino eran alfas pero dada la desaparición de los omegas, ya no era extraño que reyes fueran Betas.

No había nada de malo con que un rey fuera beta, solo discrepaba el hecho que nunca eran muy  fuertes, sus animales interiores nunca pasaban de perros, leopardos, arañas y una inmensa variedad de aves, creaturas sin duda hermosas y poderosas pero que ante leones, tigres, halcones, lobos u osos, no tenían mucha oportunidad.

Pero ya no había mucho problema con eso tampoco, no habían muchos alfas, los más poderosos que quedaban eran siempre los reyes alfas viejos que ante todo querían mantener paz y buscaban evitar en su mayor medida posible problemas en sus reinos.

En tiempos más antiguos era distinto, había poderosos alfas vinculados con sus omegas, se decía que habían Cambiaformas sirenas, fénix, seres míticos, minotauros, gigantes, leyendas, ciclopes  y los más temidos y poderosos en aquel entonces eran los dragones.

Seres destructivos, imponentes, poderosos y sabios. Cazadores de tierra y aire con sus enormes alas y avasallador fuego, no había nada que pudiese contra un dragón, incluso existían libros que aseguraban que algunos lanzaban plasma en vez del tradicional fuego ardiente. Creaturas totalmente poderosas, dignas de comparación con dioses antiguos, pero el último dragón se vio hace siglos o al menos, eso es lo que relatan los libros.

Leyendas nada más. Ya no existen ninguna de esas criaturas ¿Verdad?

Volviendo al tema de la escases de omegas, por supuesto que cuando se da el milagro de que un omega nazca en algún reino la noticia se esparce como pólvora, pero lo hace aun más rápido si ese omega es alguien importante, alguien como un príncipe.

Antes usaban a los omegas como meras maquinas reproductoras de bebes, sin derechos ni respeto de ningún tipo. Ya no era así, y mucho más con aquella leyenda de “Parejas Destinadas”

Si le preguntabas a cualquier anciano bibliotecario o maestre de cualquier doctrina te respondería inmediatamente que solo eran estupideces. ¿Un omega nacido especial y específicamente para un alfa? Seres que al verse inmediatamente se reconocían y enamoraban a primeras vista. Por favor, solo eran historias de niños.

Pero antes de la increíble escasez omega esas “Historias de niños” sobre “Parejas Destinadas” Se respetaba, no se obligaba a un omega a estar con ningún alfa por la fuerza, eran criaturas preciosas, dignas de protección y amor. Normalmente se realizaban bailes donde asistían todas las razas y los omegas podían buscar a su “Compañero Destinado”

Si. Hay escasez de omegas, un minúsculo y penoso 5% pero aun con todo y eso, sí un omega nace tiene los mismos derechos de elegir. Más aun si era el príncipe Genos, un muchacho rubio hermoso que soñaba con que esas historias se hicieran realidad para conocer a su destinado o destinada.

Pero claro, el muchacho de 17 años era un tesoro precioso y para los más viles seres en la tierra solo mercancía, por eso cuando Genos nació sus padres acordaron decir que era un beta, algo normal, de dos padres betas, era más que irrefutable que nacería un niño beta. Pero no, los pronósticos se equivocaron y salió un hermoso rubio omega.

Pero ya no era un secreto, ya hasta en el reino más recóndito y escondido de la tierra se sabía que el chico era un omega desvinculado.

Por eso en su cumpleaños número 18 se realizaría un baile, la seguridad del reino se incrementaría y Genos por fin saldría ante un público, el chico siempre permaneció encerrado en el castillo, lo cual explicaba a la perfección el color tan blanco de su piel, tan fino como el mismísimo marfil.

Solo los trabajadores del castillo sabían la verdad del muchacho y juraron protegerlo guardando el secreto de su verdadero género.

Por eso es muy normal que además de que este nervioso también este ansioso, ver el mundo. Siempre quiso eso, ver más allá de lo que le mostraba el balcón de su habitación, ver que había más lejos, mas al horizonte, era una total pena para el chico ser de un reino cercano a la costa y no haber tocado el mar ni una vez.

Genos quería ver el mar, los ríos, bosques, otros reinos, otras culturas, otras personas, claro que quería a los que conocía, a los trabajadores del reino, a la guardia real pero… ansiaba conocer mucho mas, los libros que tenia se habían agotado cuando tuvo 15 años, ya sabía todo de las razas, sabia de los distintos Cambiaformas y si, sabía que el mismo era algo extremadamente raro en el mundo. Por eso entendía su encierro y aislamiento del mundo exterior pero eso terminaría hoy porque hoy era su cumpleaños y el chico estaba más que seguro que encontraría a su destinado.

Desde que supo lo que eran las “Parejas Destinadas” decir que se obsesiono con el tema era poco, le parecía totalmente místico y romántico que eso fuera cierto, claro que estaba esa posibilidad de que fuese una mentira, que lo que decían los maestres fuera cierto y que no fuera más que una historia de niños para hacerlos dormir.

Si de verdad era una mentira, se decepcionaría y deprimiría como nunca.

Pero Genos era terco, demasiado para su propio bien así que se aferraba a la idea de que sí era cierto y de que sí encontraría a su destinado, pasara lo que pasara, lo encontraría y se enamorarían a primera vista.

Memorizo con gran destreza ese pequeño libro que le había regalado su madre a los 14 sobre parejas destinadas.

Mas que con una mirada, las parejas destinadas se reconocen inmediatamente con el olor, es un olor característico que solo su pareja puede captar, y al momento de reconocerse el alfa tendrá una necesidad imperiosa de apartar a su omega del mundo. Ansiara marcarlo, será celoso y posesivo y al saber a su pareja en peligro se convertirá en una criatura violenta. Hasta que no sienta de nuevo a su pareja y sepa que está a salvo, no habrá fuerza que lo detenga.

Si, Genos mentiría si dijera que no le agrada la idea de tener a alguien que lo trate como un tesoro, como lo más precioso e importante, como su único e irremplazable omega. Sabía que también habían pocos alfas, claro que no le molestaría que su pareja destinada fuera un beta aunque no sabía con exactitud si eso era posible, en todos los libros que había encontrado siempre decían que la pareja destinada la conformaba un alfa junto a su omega, no sabía de un omega con un beta.

Por eso estaba más que claro que su pareja era un o una alfa, y fantaseaba con respecto a su animal interior, dependiendo de su animal interior las conductas eran distintas entre las especies. Por ejemplo, un lobo en luna llena necesitaba de su omega para darle calma y sosiego ya que se volvían violentos con los demás miembros de la tribu.

Un oso casi siempre era respetuoso y atento. Un compañero protector y amoroso. Algunos asegurarían que demasiado amoroso.

Los leones eran galantes y buscaban impresionar todo el tiempo. Además de tener grandes camadas y ser entregados a la familia una vez que la tenían.

Se rumoraba que los tigres eran los más celosos de todas las especies, solitarios pero que a su vez muy amables a su manera.

Los halcones tan rápidos y observadores como los caracterizaba su especie, no sabía cómo eran con sus omegas.

Y así habían muchas más especies. Y Genos de verdad que moría por encontrar a su destinado y además saber cuál era su especie.

Genos por su parte era un elegante y veloz Cambiaformas leopardo, eso explicaba su alta velocidad al correr, su flexibilidad y sí su altura, los omegas normalmente eran pequeños, ya que su musculatura no era para ser un guerrero ni para ser un gran luchador pero de nuevo, Genos era terco. El rubio no era pequeño pero tampoco muy alto, una altura de 1,70 cm apropiada y perfecta como diría su madre. A pesar de ser Omega y un príncipe además, Genos aprendió todo lo que pudo de combate, no tenía la fuerza que los demás, era cierto pero la practica hacia al maestro.

La altura de los alfas no bajaba de 1,75 cm.

Pero claro, si de verdad conocía a su alfa el día de su cumpleaños no podrían pasar a la “Vinculación” así sin más, más que llevarse por sus instintos que le gritarían que se entregara en cuerpo y alma a esa persona, Genos quería que se conocieran primero para que así no solo fueran sus instintitos los que dominaran al momento del apareamiento sino también su corazón.

Pero claro que se conocerían primero, a su padre le daría un infarto si Genos quedaba embarazado antes del cortejo.

El cortejo, otro punto a tocar, su noviazgo con su futuro compañero sería algo lento por todas las normas del cortejo, solo besos, tomarse de las manos y claro, un chaperón. Romántico, sí, pero lento.

Y además, sería la primera vez que pasaba su época de celo con su alfa, la época de celo eran 5 días, 5 agobiantes días en los que Genos se volví una masa de hormonas locas por querer sexo, se repetía cada 4 meses y era insoportable. Tener que estar en completo aislamiento por 5 días, tocándose a sí mismo sin la posibilidad de “Sondearse” con sus dedos, comiendo lo que su madre le traía rápidamente y volviendo a sentir ese horrible calor recorriendo todo su cuerpo.

¿Por qué no podía darse placer con sus dedos? Los omegas tenían derechos, los alfas también. El omega elegía y el alfa tendría el privilegio de ser el primero en todo, absolutamente todo.

Si lograba encontrarse con su pareja destinada entonces ellos en 4 meses…

-Ya deja de soñar despierto, mocoso-Sonic, quien estaba seguro seria su chaperón cuando consiguiera a su destinado le había lanzado un trapo a la cara tratando de sacarlo de su ensoñación.

-Estoy nervioso-En cualquier otro momento le habría peleado el llamarlo “mocoso” Solo era tres años mayor, no era para que se creyera el rey del mundo.

-Claro que debes estar nervioso, siendo tan pálido todos creerán que estás muerto y ningún alfa se te acercara-Comento riendo mientras tomaba asiento al lado del príncipe en la alcoba de Genos.

Genos soltó una pequeña risita por el mal chiste, Sonic trataba de animarlo o en cualquier caso distraerlo, el chico rubio parecía que tendría una convulsión espontanea desde hace tres días. Cosa que nadie quería.

Sonic era un leopardo más negro que amarillo cuando se transformaba, hijo del jefe de la guardia real, un beta amigable una vez que lograbas superar su loco afán por demostrar que es el más fuerte. Y también después de aceptar que a veces, solo a veces, sonreía como un psicópata.

Ambos dejaron de reír y Genos respiro profundo, ya estaban en el crepúsculo, la fiesta comenzaría al anochecer, se mostraría al mundo al anochecer, mentiría si dijera que no estaba nervioso.

-Deja de soñar despierto-El pelinegro zarandeo al rubio para que dejara de ver el horizonte como retrasado, Genos tenía que vestirse para la ocasión y sino lo sacaba de ese trance llegarían tarde al baile.

-…Si, ya voy-De verdad que estaba nervioso, se levanto de la cama y fue directo al baño tomando una ducha rápida, no podía quitarse de la mente lo que pasaría en tan solo unas horas ¿Conocería a su pareja? ¿De verdad lo haría? ¿O solo eran cuentos de niños? Suspiro buscando serenarse, vamos, estaba nervioso, si, pero tenía que calmarse y mostrar su mejor rostro para los invitados.

Salió del baño y Sonic ya tenía su ropa lista, el beta era más que todo un guardia real junto a su padre, pero ya que era contemporáneo con Genos cuando nació se convirtió en su compañero de juegos y protector más próximo. Era una buena amistad en realidad.

La indumentaria del príncipe se concentraba en azul y blanco, más concretamente una gabardina larga azul oscuro y unos pantalones blancos junto a unos zapatos negros era todo. El rubio no era del tipo de persona que andaba ataviado de pies a cabeza con joyas, de hecho, le parecía molesto, el adorno más próximo a joyas que tenia eran sus zarcillos pequeños de circulo plateado que ahora cambiaria por unos más largos con forma de un sol en el lóbulo derecho y una luna en el izquierdo. El símbolo de la bandera de su nación.

Ya estaba listo pero juraría que vomitaría de los nervios.

-Sonic-Llamo al pelinegro antes de que este le abandonara vilmente en su miseria.

-¿Ahora qué mocoso?-La respuesta de parte del beta fue ruda pero no pasaba nada, el pelinegro era así siempre.

-Necesito que me acompañes en el baile-El pelinegro entrecerró los ojos sin entender ¿A qué se refería exactamente con eso?

-¿Qué?-

-Quiero que no te separes de mi mientras estoy presentándome a todos los alfas, estoy muy nervioso, creo que podría vomitar sobre alguno de ellos-Murmuraba mientras se llevaba el dedo pulgar a la boca y comenzaba a morder la uña con insistencia. 

-Tus padres te acompañaran mientras te presentan-Era cierto, primero se presentaría generalmente y después sus padres lo llevarían caminando por todo el lugar presentándole a todos los alfas individualmente.

-No, no quiero que ellos me acompañen, me pondrán más nervioso-Agito los brazos y revolvió un poco su cabello, era la primera vez que veía al rubio tan perdido en desesperación, verdaderamente, estaba impactado.

-Per…-

-Por favor-Volteo a verlo y Sonic tuvo que declararse como perdedor ante el ligero puchero que hizo Genos, el muy maldito rubio sabía que Sonic lo consideraba su hermano bebe, y que no podía contra esa cara-Además, sé que conoces a todos los alfas, es parte del trabajo de la guardia memorizar los estandartes y a cada miembro de cada casa real.

Bien. Aun con todo y el nerviosismo Genos seguía siendo un maldito genio cuando lo necesitaba.

Suspiro acabado, ya que, al menos así lo protegería de cerca y sabría que alfas son de los que tiene que estar más alerta. 

En algún lugar no muy lejano al castillo del omega rubio venían hablando varias personas en un carruaje, intercambiaban murmullos, sonrisas ladinas nada buenas y dinero. Solo Dios sabría que planeaban.

°°°°°°

Debía felicitarse, el baile comenzó hace aproximadamente una hora, sus padres por supuesto que lo habían presentado ante todos pero antes de que tomaran su mano y lo llevaran a conocer a cada uno, el rubio expuso su deseo de hacerlo en compañía de Sonic, no había problema con eso, estaba bien, a pesar que de que no era muy normal, tampoco era muy extraño.

Al principio se sintió agobiado, el olor de los alfas era más fuerte de los normales, un poco intimidante, mejor dicho, muy intimidante y como era la primera vez que Genos estaba en contacto con ellos tuvo que respirar acompasadamente para serenarse un poco de tantos olores. Los alfas, al parecer, notando su incomodidad con los olores, algunos, no todos, comenzaron a expulsar hormonas con olores más tranquilizantes, menos amenazantes. Genos lo agradeció en su mente.

Pero aun así, ninguno olía excepcionalmente bien.

Hasta ese momento había conocido a King, un duque de las islas del norte Cambiaformas león, bastante agradable y respetuoso. Aunque algo intimidante con aquella cicatriz en la cara que se hizo luchando con otro león.

El anciano Bang que por supuesto no era un candidato, fue al baile por pura cortesía además de curiosidad por conocer al omega del castillo costero, era el Rey de un castillo por las montañas, bastante lejos cabe destacar, era un oso negro.

Tatsumaki una Condesa alfa pretensiosa que detesto desde que abrió la boca. No sabía que especie era, ni siquiera quiso preguntar.

Bofoi… una serpiente alfa bastante extraña. Le daba escalofríos solo pensar en el sujeto. No pregunto ni de donde venia, es mejor no saber, se repitió como un mantra. Más tarde se regaño por eso, debió preguntar para así jamás poner un pie en esas tierras.

Amai Mask otra serpiente alfa que… no detesto, no, odio desde que lo vio, había algo en ese sujeto peli azul que simplemente le daba mala espina, no, no le agradaba, estuvo a punto de pedirle muy cordialmente que se fuera del baile pero sería algo demasiado escandaloso y no quería la cantaleta de su madre sobre normas de cortesía.

Y muchos más… con nombre tan raros que ya ni recordaba ¿Quién le ponía a su hijo Puri-Puri-Prisoner? ¿Qué clase de nombre era ese? Solo pensar en el musculado oso hacia que se jurara jamás ir al reino de los artesanos en el sur.

Y con cada nueva presentación, una parte de Genos se iba decepcionando cada vez mas… ninguno de los invitados le agradaba totalmente, solo el viejo Bang y King pero ninguno de los dos olía a algo excepcionalmente bueno, entonces… su alfa no estaba ahí.

O… su pareja destinada no existía.

No, no podía ser, de seguro había un error y aun faltaban invitados.

-¿Son todos?-Pregunto en un susurro a Sonic mientras que Tank-Top Black Hole iba a buscarle algo de tomar al rubio.

-Bueno… creo que si-Contesto no muy seguro el beta rascándose la cabeza, estaba igual o hasta mas horrorizado por todos esos invitados que el mismo Genos ¿Esa era la clase más alta de la sociedad? ¿En qué clase de mundo vivían?

-Ten lindura-Trato en la mayor medida posible no rodar los ojos irritado por aquel apodo que le había dado ese león bruto al momento de estrecharse la mano. Se le hacían insoportables la cantidad de feromonas que estaba soltando ese león tratando de “Atraerlo”. Solo estaba logrando que Genos quisiese poner cielo, mar y tierra entre los dos. Mientras más rápido se tomara el vino, mas rápido podría pasar a los demás, así que sin ninguna delicadeza vacio toda la copa de vino blanco de un solo trago-Wow…-Elogio el sujeto.

-Tenia sed-Fue todo lo que pudo decir, se despidió rápidamente y se fue a ver quien mas había por conocer pero… ya había terminado. Un gran peso cayó en su estomago, esos eran todos los alfas y… ninguno era su compañero destinado. Sonic noto el problema de inmediato y quiso distraer al muchacho de su tristeza-Yo… quiero estar solo.

El peli negro no pudo refutar nada, solo siguió a Genos con la mirada, lo perdió de vista en uno de los balcones.

Genos estaba triste, todo lo que había creído por tantos años, todos esos libros que había leído de parejas destinadas, todas las noches que había abrazado una de sus almohadas pensando que era el pecho de su alfa, las veces que había imaginado como seria su olor solo para que… sus ojos se cristalizaron, pero se negaba a llorar en el balcón donde cualquiera lo podía ver. Fue tan estúpido, pensar que cosas como esas eran reales, no lo eran, las parejas destinadas no existían, solo son mitos, leyendas… cuentos para dormir.

Varios hipidos se le escaparon al rubio pensando en lo estúpido que era, contuvo las lagrimas, no, no lloraría, se sentía tan patético, en vez de haberle creído a sus profesores cuando le decían que esas cosas no eran ciertas, el, ingenuamente se había aferrado a algo inexistente.

Genos no supo cuando comenzó a marearse, mucho menos cuando colocaron un trapo en su boca y lo inmovilizaron, todo estuvo borroso y de pronto, perdió la conciencia.

Sonic había esperado unos 20 minutos para darle tiempo a Genos de desahogarse como quisiera, sabía que el rubio seguro estaba llorando, no era para menos, desde que eran pequeños Genos siempre le decía a Sonic que encontraría a su alfa, que se casarían, tendrían hijos y su vida seria maravillosa, hasta llego a alegrarse cuando Sonic por hacerlo molestar le confecciono un vestido de novia.

La broma le salió mal al beta porque con mucho gusto un lindo Genos de 8 años estuvo paseándose todo el día con el vestido puesto y una sonrisa enorme. Ya creyendo que era tiempo camino hacia el balcón y… su respiración se detuvo cuando vio que, no había nadie en el balcón pero… Genos estaba ahí ¡Ahí! ¡No pudo haberse esfumado! Camino por toda la baranda del balcón buscando señales del rubio omega pero entonces…

Vio una maldita cuerda bajando hasta llegar al suelo, no, no podía ser.

-¡Genos!-Dio vuelta para correr adentro y dar la alarma cuando sintió que pisaba algo duro con su zapato, vio el suelo y ahí estaba, el zarcillo de sol de Genos. Alguien había secuestrado al principe.

Corrió adentro en busca de los reyes.

-¡Su majestad!-Grito sin aliento, no por el cansancio, sino por el miedo, debían encontrarlo rápido sino… jamás volverían a ver a Genos-¡Secuestraron al príncipe!-

Toda la sala quedo en silencio los reyes se pusieron pálidos y los invitados comenzaron a hablar en susurros ¿Cómo pudo haber venido alguien, secuestrar al príncipe y desaparecer sin que ningún alfa se haya dado cuenta? El rey padre de Genos tartamudeo sin saber que decir, tenía tantas cosas atoradas en la garganta, no podía ser que se llevaran a su bebe, No, no por favor, no.

Se le vino a la mente la imagen de su bebe sonriendo y las lagrimas cristalizaron sus ojos. Trato de calmarse, no podía perder la compostura, era el Rey, acaban de secuestrar a su cachorro, tenía que manejarlo. Debía pensar en algo y rápido.

Los betas no eran fuerte pero… Subió la mirada a los invitados, se levanto con toda la fuerza que podía acumular, había una roca en su garganta obstruyendo su voz pero… tenía que pedir ayuda, tenía que buscar rápido a su niño Genos.

-Por…-La puerta se abrió de repente dejando entrar a un individuo enfundando en ropa roja y negra. No había que preguntar quién era, esa calva le pertenecía a una sola persona-S…Saitama.

Saitama. El Rey de todo el maldito Oriente. Un alfa poderoso, guerrero y honorable. Si el padre de Genos quería encontrar a su hijo, ese hombre era el mejor para hacerlo. Nadie sabía que especie era Saitama, nadie nunca preguntaba, muchos decían que podía hasta ser un Dios y es que… el hombre era inmortal, el padre de Genos conoció a Saitama cuando era un niño, el rey de oriente seguía igual de joven desde hace mas de 40 años.

No había Rey más fuerte que Saitama.

-S-Su majestad-El padre de Genos corrió hacia el recién llegado que veía a todos con su característico seño fruncido, sus ojos castaños afilados intimidaban a cualquiera y algunas personas jurarían que si los veías por mucho tiempo se tornaban rojos.

-¿Qué tal, mocoso? Vine a conocer a tu mocoso-Sus palabras aunque podrían decir que eran graciosas no las había dicho en ese tono, su voz era neutra y plana, no tenia sentimientos, desde hace décadas había perdido todo sentimiento, nada había echo palpitar su corazón de nuevo desde que se hizo el más fuerte.

-Por favor majestad-El hombre lucho para contener las lagrimas escapándose unos sonidos ahogados de su garganta pero Saitama en ningún momento cambio su expresión-Secuestraron a mi hijo-El rubio rey bajo la vista al suelo derrotado, era consciente de su poca fuerza-Po-por favor, mi pobre Genos-Subió la vista y Saitama tenia la mano extendida.

-Necesito su olor-

No tuvo que decir mas, Sonic salió corriendo a la habitación del omega en busca de una prenda.

Mientras el beta tardaba en regresar Saitama soltó un pequeño, casi inexistente suspiro, acababa de llegar y ya tenía que buscar al omega, por favor, ¿Qué tipo de seguridad había? Era molesto, en primer lugar, ni siquiera estaba ahí porque quería pero cuando llego la invitación a su castillo y su concejero Mumen lo persiguió y fastidio por dos semanas diciendo una y otra vez que era una buena idea decidió aceptar para que dejara de molestarlo.

Hablando de Mumen ¿Dónde estaba? Aspiro hondo y de inmediato supo que estaba detrás de él. También estaba el niño Bang, King, Tatsumaki, Metal Bat, Zombieman, y si todos los mocosos, no había aprendido sus nombres ni sus olores porque quisiera, es que Mumen los repetía mucho y había tenido que aprender a diferenciar quien era quien pero ¿Para qué? Ya pronto esa generación se iría y llegaría otra. Nuevos olores. Como siempre.

Recordó de nuevo las palabras de Mumen mientras que el lento del chico Beta aun no llegaba.

Es una nueva oportunidad su eminencia, así podríamos saber si el chico omega es su destinado como en la predicción de la anciana.

Si, una anciana le había prometido hace 150 años que encontraría a su pareja destinada. Por favor, era estúpido. Había conocido a miles de omegas y ninguno había hecho que su corazón zumbara.

Nunca.

Se le hacía bastante entretenido que Mumen insistiera en eso como si hubiese sido él quien lo acompaño a ver a esa anciana. Había sido el abuelo de Mumen pero parece que el anciano Rider había hecho prometer a toda la familia siempre estar alertas de los omegas venideros ya que cualquiera de ellos podía ser la pareja de su Alteza.

Solo era una pérdida de tiempo. Del cual, Saitama tenía demasiado.

Por fin, después de lo que parecieron siglos Sonic volvió corriendo con una camisa en la mano, haría las cosas rápido y se iría esa misma madrugada. Se llevo la prenda a la nariz pensando en lo que comería al volver a su castillo tal vez udon pero…

Su corazón zumbo. Sus ojos se abrieron como platos, aquel delicioso olor a frutos rojos inundo sus fosas nasales haciéndole agua la boca.

Apretó la prenda y una molestia inmensa lo recorrió ¿Quién había sido el hijo de puta que se había llevado al omega?

¡A su omega!

-¿Su eminencia?-Escucho a Mumen hablar, pero no tenía tiempo para él.

¿Desde hace cuanto su corazón no latía como lo hacía en ese momento? ¿Desde hace cuanto había dejado de sentir ira? ¿Odio? ¿Rencor? Y además… ¿Miedo? ¡Claro que tenía miedo! ¡Podían estar violando al chico y él no estaba protegiéndolo! Tenía que tenerlo, debía tenerlo.

Camino con total decisión marcada en el rostro hacia aquel balcón. No. No le harían daño al chico, no mientras que él respirara. Se subió en el barandal y aspiro aire nuevamente, identificando entre todos los olores, el de su pareja.

Si, su pareja, la anciana al fin había acertado en una predicción.

-¿Para qué necesitaría a un omega? No quiero ser más fuerte de lo que ya soy-Respondió fastidiado ante esa vieja que lo había mandado a llamar porque supuestamente tenía algo muy importante que decirle, para nadie era un secreto que aparte de dar hijos los omegas también podían otorgar poder a su alfa. Pero Saitama ya no quería más poder.

-El chico omega te dará poder, sí, pero eso no es lo que más adoraras de él-Respondió sin prestarle mucha atención a la actitud fastidiada de Saitama.

-¿Y que será eso que adorare?-Pregunto con fastidio queriendo ya irse de ese lugar, apestaba a polvo.

-Lo amaras, Saitama, ese chico te volverá loco.

Si, si con solo esa pizca de olor estaba tan molesto y motivado, quería… no, ansiaba saber que estragos harían en él ese dulce omega.

-Mumen-Llamo a su leal sirviente.

-Sí, su eminencia-El Cambiaformas búho corrió hasta estar a una distancia prudente de su rey.

-Que nadie se vaya-Ordeno con autoridad, Mumen no necesito dar el comunicado, todos los Alfas habían escuchado con claridad.

Y todos los invitados juraron haber bebido demasiado vino esa noche porque era simplemente imposible que Saitama se hubiese convertido en un Dragón.

CONTINUARA…   

Notas finales:

Si llegaste hasta aqui, muchisimas gracias.

Espero que te haya gustado y que me escribas un review si quieres saber que pasa despues, o sino, yo sere la unica que sabra lo que paso despues muajajaja xD

 


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