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Deseo volver a verlo por Yukine Kazuya

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Notas del fanfic:

Este es un pequeño presente para el cumpleaños de uno de mis personajes favoritos, Sawamura Eijun

Espero que lo disfruten 

Notas del capitulo:

Diamond no ACE y sus personajes no son de mi propiedad 

La alarma sonó como cada mañana, un cuerpo se removió entre las sabanas y un brazo salido de entre las mismas para apagar el molesto ruido, se demoro más de la cuenta gracias a la falta de visibilidad pero finalmente lo consiguió. Sin embargo el silencio duro muy poco, el teléfono comenzó a sonar.

-¡demonios!

 

Sin mas remedio que levantarse, Sawamura Eijun arrojo a un lado las sabanas y tallándose los ojos tomo el teléfono, al prender la pantalla sonrió de lado al ver la fecha, ya se imaginaba porque motivos le estaría hablando tan temprano, contesto el teléfono para escuchar la voz de Haruichi que le cantaba un happy birthday

-Eijun-kun muchas felicidades, espero que te la pases bien, espero no haberte despertado

-Haruchi muchas gracias y no te preocupes ya estaba despierto…

-¿sabes? Aun cuando no puedo verte se que mientes

-mooo jamás puedo ganarte, ni siquiera en mi cumpleaños eso no parece justo, aunque el despertador sonó primero

-hahahaha lo siento Eijun pero es la costumbre. ¿harás algo especial hoy?

-mmm no lo creo, tengo doble entrenamiento aunque tal vez salga a tomar un trago con los chicos del equipo pero eso no lo hace especial, lo hacemos a cada rato

-sabes que algo en esa oración sonó mal ¿verdad?

-hahaha si, así parece que somos una bola de borrachos pero te aseguro que no lo somos.

-hahahaha eso espero. –Eijun salió de su cama y comenzó a recorrer la habitación en busca de sus cosas para el entrenamiento

-y ¿cómo están las cosas por allá?

-mmm bastante bien, Koshuu entro en los Dragones

-oh eso es genial, por fin están en el mismo equipo. ¿Cuántas temporadas fuero?

-si cuentas el año que él estaba en prepa creo que fueron 4 años

-¡vaya! suena poco tiempo

-así parece pero es el mismo tiempo que tu llevas allá –ambos se quedaron callados parecía que había sido ayer cuando Eijun dejo Japón para jugar en Estados Unidos

-si supongo que sí y ¿qué tal le va al resto de los chicos?

-ya te enteraras, no creo que no te feliciten. Por cierto Koshuu dice felicidades

-seguramente de muy mala gana pero dile que aun así se lo agradezco

-fueron la mejor batería de todo Japón cuando estábamos en tercero y nadie podría imaginar que no se llevan bien.

-él es el agresivo

-hahahaha ya estas de nuevo con eso. Mejor dejémoslo ahí, además si te sigo entreteniendo se te hará tarde para tu entrenamiento. Una vez mas Eijun muchas felicidades y te mando un enorme abrazo que me encantaría darte en persona

-mil gracias Haruichi, yo sé que eso sería excelente, después de la temporada hare el intento de ir para allá

-cuídate Eijun

 

Ambos chicos colgaron y aun con el teléfono en la mano Haruichi susurro

-tú sabes que eso no es cierto, no quieres volver…

 

Koshuu lo observaba desde el sillón, sabía que cada vez que habla con su amigo al final se sentía ligeramente triste, por mas que no quería decirlo extrañaba a su mejor amigo. Pero todos sabían que habría sido una completa tontería no aceptar la oferta que le mandaban desde Nueva York, no todos los días un jugador japonés destacaba tanto, ni siquiera Mei o Miyuki que habían sido llamados genios habían conseguido algo como eso.

-¿cómo está el escandaloso?

-suena bastante bien, además a su equipo le está yendo aún mejor.

-entonces ¿por qué te preocupas? –Haruichi parpadeo para después acomodarse en el sillón a su lado y recargar su hombro sobre el de Okumura.

-supongo que es porque no puedo saber si el realmente ya no tiene el corazón roto –Koshuu envolvió al mas pequeño entre sus brazos

-lo he estado pensando y creo que en realidad ni siquiera puedes saber si realmente tiene el corazón roto.

-no supongo que no pero no creo que las cosas debieron terminar de esa manera

-ni tu ni yo podíamos hacer nada, es mas nadie podía hacer nada. Era la decisión de ellos

 

Eijun también permaneció observando la pantalla por unos segundos, se mordió el labio y antes de que todos aquellos pensamientos innecesarios lo envolvieran sacudió la cabeza y dejo su celular

-vamos Eijun hoy no puedes deprimirte, es tu cumpleaños

 

En el trayecto al campo de entrenamiento los mensajes y las llamadas no pararon de llegar: desde sus padres y abuelo, hasta el silencioso y poco efusivo Furuya que se encontraba en su primer año en Estados Unidos solo que en la otra costa, Kanemaru y Toujo también llamaron, Wakana no podía faltar, Nori, y algunos chicos como Yuuki, Jun y Ryo-san le dejaron divertidos mensajes. Justo cuando llegaba al lugar entro la llamada Christ.

-Felicidades Sawamura espero que te la pases bien

-Christ-senpai muchas gracias

-Eijun ha pasado ya tiempo desde que dejamos Seido ¿no hay manera que puedas dejar de agregar el senpai?

-la verdad no lo creo.

-por lo menos aprecio tu honestidad

-jejejeje soy asombroso ¿no crees?

-la verdad es que si, mira que has logrado todo, es increíble seguramente este año logras el campeonato y ¿Por qué no? El MBP. No creo que se pueda pedir más

-tal vez solo una cosas… -Eijun se tallo el cuello un tanto avergonzado –jajaja Christ-senpai haces que me sonroje pero tienes razón no puedo pedir mas

-supongo que estás en tu entrenamiento, así que te deseo lo mejor Eijun y te mando un fuerte abrazo

-gracias senpai

 

Colgó el teléfono y dejo escapar un suspiro, era bueno que aun cuando no estaba en su país sus amigos no se habían olvidado de él. Era sorprendente los caminos que cada uno había tomado, el jugaba en Estados Unidos pero Christ a quien le auguraban una carrera exitosa en el beisbol había sorprendido a todos, cuando anuncio después de una temporada que se retiraba para dedicarse a sus estudios, se volvió doctor aunque no se alejo mucho del mundo deportivo, se especializo en la medicina deportiva y era toda una autoridad en Japón y en el resto del mundo. Eijun se sentía orgulloso cada vez que lo mencionaba y el podía decir que había tenido el privilegio de entrenar con él.

 

Era el último en llegar y no pudo evitar dar un pequeño brinquito de sorpresa cuando todos le desearon feliz cumpleaños mientras le extendían un pastel y habían puesto un cartel deseándole lo mejor. Como en verdad no se lo esperaba se desvivió agradeciendo el gesto y haciendo que todos los del equipo se rieran, lo felicitaran y le desearan lo mejor para ese año que empezaba. Sus compañeros más allegados también se aseguraron de recordarle que no por ser su cumpleaños y no porque ya le hubieran dado un pastel, la celebración terminaría así, saliendo del entrenamiento brindarían por el cumpleañero. El equipo de entrenadores negó con la cabeza al oír aquel plan pero no se podía evitar, un cumpleaños no puede quedarse en blanco.

 

Con aquellos ánimos el entrenamiento dio inicio y en realidad la mañana paso bastante tranquila y sin problemas. Es más, hasta parecía que estaban aun más concentrados y la practica fluía a buen ritmo. Como ese día tendrían doble entrenamiento, todos comerían en el recinto y tendrían un par de horas para descansar. Mientras caminaba hacia la comida reviso su celular y se encontró con nuevos mensajes deseándole lo mejor, ese tipo de detalle le encantaban pero en alguna parte de su ser le hacían sentirse solo. Mas porque había un mensaje que esperaba y simplemente año con año no aparecía. Aun así Eijun sonreía y disfrutaban del día, la comida se llevo con muchas bromas y risas acerca de lo que les habían sucedido en previos cumpleaños y no podían evitar romper cada tanto en carcajadas.

 

Después de la comida aun tenía un poco de tiempo para relajarse y descansar. Cada quien se dispersaba y hacia alguna actividad, quienes vivían cerca aprovechaba para regresar. Eijun aprovecho ese tiempo para contestar algunos de sus mensajes. Apenas había contestado dos cuando entro una llamada, al ver el nombre su estomago dio un brinco, tomo aire y atendió

-Feliz cumpleaños Eijun ¿Cómo te la estas pasando?

-Gracias Kuramochi y yo diría que está resultando bastante bien, el equipo me compro un pastel y Haruichi como cada año me despertó.

-Hahahah siempre quiere ser el primero

-y siempre lo consigue, no como otros que seguramente ya se le había olvidado

-claro que no, solo estaba esperando que estuvieras completamente despierto

-aja y eso no tiene nada que ver con que tu deberías estar dormido, seguramente sigues en la editorial.

-¿Quién? ¿yo? para nada… -sin embargo en el fondo se oyó la voz de una chica que le pedía que revisara algunos papeles

-hahahah no puedes mentir Kuramochi

-bueno si, sigo en la oficina pero ¿que quieres que haga? no es mi culpa ser tan buen editor

-hahaha no puedo discutir con eso.

-y ¿tienes algún otro plan? Espero que no tengas la intención de pasar el día solo –Kuramochi lo conocía lo suficiente

-no, claro que no, tomare algunos tragos con los del equipo

-esta vez te controlas, no quiero llamadas a horas impertinentes, en serio no sé cómo le has hecho para sobrevivir todo este tiempo al otro lado del mundo

-jejeje a veces ni yo lo sé… -el tono que Eijun uso, alerto a Kuramochi sabia en que estaba pensando –Kuramochi

-y ahí viene

-¿has tenido alguna noticia de… él?  -era la misma pregunta de siempre, Youichi suspiro

-no Eijun, no tengo idea. No me habla

-pero están…

-en la misma ciudad, lo sé pero aun así no se nada, el simplemente se alejo. Creo que tampoco ayudo que actuara de manera impulsiva pero hoy no creo que sea un día para que estés pensando en este tipo de cosas, espero que disfrutes tu salida y ya te dije no quiero llamadas imprudentes

-hehehehe no, me comportare

-bien, te mando un fuerte abrazo y pásatela bien, le diré a Haruichi que compremos un pastel en tu honor y no lo comeremos

-mejor di que quieres una excusa para salir a tomar

-guarda silencio, nos vemos Eijun

 

Se oyó el tono de fin de llamada y el pitcher bajo el teléfono mientras con la otra mano le daba un golpe a la pared

-¡demonios! –las lagrimas se acumularon en sus ojos y no pudo evitar recordar –me prometí a mi mismo no volver a preguntar y sin embargo lo volví a hacerlo, pregunte por él.  ¿Por qué no lo entiendo? ¿Por qué sigo aferrándome a ese deseo? que simplemente murió en el aeropuerto…

 

Cuando el entrenador le dio la noticia lo primero que hizo fue correr a enviar un mensaje. Miyuki ahora era un jugador profesional y quería que él fuera el primero en saberlo

-es asombroso Eijun, no se podía esperar menos

-no puedo terminar de creerlo pero te dejo se que estas ocupado solo quería darte a ti primero la noticia, nos vemos.

 

Con esas últimas palabras el menor se sonrojo, aun cuando ya no tenían el mismo horario ocasionalmente se veían y Eijun asistía de vez en cuando a los partidos. Era una extraña manera en que llevaban las cosas y estas funcionaban.

 

El peso de la realidad fue cayendo poco a poco, al irse del país, Eijun tendría que renuncias a muchas cosas además de enfrentarse a una cultura completamente distinta pero el apoyo de todos lo mantenía firme y hacia que le diera mas curiosidad. Las últimas veces que había visto a Miyuki de vez en cuando lo descubría observándolo y siempre que desviaba la mirada había un matiz de tristeza. El cual Eijun prefería no enfrentar.

 

Después de entrar a segundo, Eijun había entablado de un modo un tanto extraño una amistad con Mei que a ojos de Miyuki resultaba sospechosa pero prefería no decirle al pitcher de Seido por evitar todo un escándalo. Sin embargo con la noticia de la partida de Eijun, Mei también había hecho acto de presencia más de lo usual, sobre todo cuando Miyuki estaba ocupado con los entrenamientos. Tal vez solo eran celosos infundados pero cada vez que Kazuya se encontraba con Mei este le dedica una mirada y sonrisa burlona que no le agradaban, era como si lo estuviera retando, pero no quería darle importancia, no quería complicarle las cosas a Eijun. Tenía que estar concentrado para la nueva etapa que le esperaba y no creía tener tiempo para dejarse llevar por los juegos de Mei.

 

Pero tal vez fue un error simplemente ignorar a Mei, dos semanas antes de la partida de Eijun. Miyuki recibió un mensaje

-¿adivina con quien está Eijun?

Miyuki frunció el seño ante tal mensaje e inmediatamente marco al teléfono del pitcher sin embargo este lo mando a la contestadora. Sintiéndose molesto, llamo a Haruichi, pero el tampoco estaba con Eijun aunque si le pudo decir que le había dicho algo de ir al centro comercial por algo.

Sin perder más tiempo y agradecido con que el entrenamiento hubiera terminado Kazuya se apresuro para busca a Eijun y hablar con él y juntos encontrar una explicación a ese tipo de mensaje. Tan metido en sus pensamientos se encontraba que no se dio cuenta cuando comenzó a llover, maldiciendo por lo bajo apresuro el paso y ajusto la gorra para evitar que sus lentes se empaparan.

 

A unos metros de la entrada al mall, Miyuki se paró en seco y abrió hasta el límite los ojos, justo afuera y enfrente de él, Mei y Eijun se estaban besando, quiso analizarlo con calma pero sus sentidos fallaron, al ver que Eijun no parecía tener la intención de alejarlo. No tenía ni idea de que hacer además que su cuerpo no reaccionaban,  no quería seguir viendo semejante espectáculo y justo en el momento en el reunió toda la fuerza necesaria para moverse Eijun lo vio…

 

Su rostro se puso pálido y por fin empujo a Mei que volteo a ver a Miyuki con un semblante de triunfo. Estaba claro quién habían enviado el mensaje y de Narumiya lo podía esperar pero de Sawamura no lo esperaba y eso era lo que más le estaba doliendo, que había confiado y no debió haberlo hecho. Saliendo del shock inicial Eijun intento dar un paso hacia Kazuya sin embargo este retrocedió también uno

-Kazuya esto no es…

-¿en serio Eijun? ¿no es lo que parece? Esto lleva días pasando. Dios no puedo creerlo… te vas en un par de días y es con esto con lo que me encuentro… Supongo que después de todo esto iba a terminar pasando

-no Kazuya, por favor deja que yo…

-no quiero saberlo

 

Sin más Miyuki se dio  la vuelta y avanzo a pesar de que Eijun le gritaba, Mei aun con su sonrisa intento colocar un brazo sobre sus hombros pero Sawamura lo rechazo, lo encaro con los ojos llenos de lágrimas

-esto era lo que querías, tu planeaste esto. Me engañaste y a él le tendiste una trampa, sabias lo siento por él, sabias lo mucho que todo esto le estaba doliendo y no lo quería decir y tu terminaste de arruinarlo

-a mi también me está doliendo

-deja de decir estupideces… todo esto lo hiciste apropósito para probarle a Kazuya que ganaste, no quiero verte Narumiya y tampoco se te ocurra ir al aeropuerto porque no tiene caso.

 

Mei intento detenerlo pero Eijun no se dejo y salió corriendo, tenía los ojos llenos de lagrimas y el pecho le dolía, no podía creer que se hubiera dejado engañar por el ex pitcher de Inashiro. Lo había acompañado a comprar unas cosas que necesitaba y al final Mei le había pedido un deseo de despedida, Eijun ya se había acostumbrado a lo extraño y berrinchudo que podía ser Narumiya y por eso mismo había aceptado, de otra manera no se cansaría de molestarlo hasta salirse con la suya. Le sorprendió que le pidiera un beso pero Eijun lo considero inofensivo, sin embargo Narumiya hizo que un simple beso de despedida se convirtiera en uno más profundo y que se prestara a malas interpretaciones como había terminado pasando.

 

Eijun llego a Seido completamente empapado y en un mar de lagrimas, busco a Haruichi que paso toda la noche consolándolo, sin embargo ambos sabían que no era momento para dejarse deprimir, tenía mucho de que ocuparse. Por supuesto era más fácil decirlo que hacerlo pero el pitcher se esforzaba, cada que tenía tiempo libre intentaba comunicarse con el catcher pero jamás respondía, finalmente comprendió que era inútil seguir intentándolo, Miyuki ni siquiera había querido hablar con Kuramochi. Con esa conclusión hizo el último intento y le escribió un mensaje

-Kazuya se que no quieres oír una sola explicación pero que me ignores me duele. No quiero irme de Japón con tu silencio, por eso te pido que vayas al aeropuerto, sabes la hora y el día. Aunque tal vez no me crees te quiero a ti.

 

Finalmente el día de la partida de Sawamura llego, era uno de eso días raros donde la mezcla de emociones no sabes por dónde te va a llevar. Todo el equipo actual de Seido había asistido a despedirlo, obviamente sus padres, sus amigos de Nagano y los chicos con los que había jugado desde que ingresara a Seido. Tampoco podían faltar Rei y el entrenador Kataoka que todo ese tiempo no habían perdido la fe en el menor.

 

Para ser una despedida todos reían y hacían bromas, estaban emocionados de próximamente decir que conocían al pitcher que salía en la tele jugando para un equipo tan importante. Los adultos le daban recomendaciones mientras que todos se sonreían por las caras que hacía. A pesar de todo el escándalo y las carcajadas, Haruichi y Kuramochi veían como su amigo no dejaba de voltear hacia la entrada. Sus ojos reflejaron la tristeza que sentía cuando llamaron a abordar y Miyuki no apareció. Todo mundo le dio un abrazo y le deseo lo mejor, no sin que eso se convirtiera en un mar de lágrimas por parte de todos. Los últimos en abrazarlo fueron Haruichi y Youichi.

-Eijun-kun todo va a salir bien, lo harás excelente y sobre lo otro...

-es un completo terco, va a terminar dándose cuenta de lo idiota que es y te va a llamar. Solo prométenos que te vas a concentrar y no vas a echar a perder esta oportunidad -Eijun lloro mas escandalosamente y se abalanzó sobre sus amigos hasta derribarlos

-Kuramochi-senpai, Haruchi los voy a extrañar y prometo hacerlo bien, no pensare en cosas innecesarias

 

Con esa promesa y echando un último vistazo hacia la entrada abordo su vuelo

...

Sawamura tomo aire con fuerza, tenía los ojos llenos de lágrimas y no había cumplido su promesa sobretodo en su cumpleaños se llenaba la cabeza con cosas innecesarias y terminaba preguntando por el catcher del que no había vuelto a ver desde que lo viera fuera del centro comercial. Sollozo un poco más cuando recibió un nuevo mensaje y comenzó a escuchar ruidos procedentes del campo. Como siempre y sobre todo cuando más le dolía se tallo los ojos, tomo aire y volvió a sonreír con esa sonrisa radiante que en el pasado siempre había fascinado a cierta persona.  Eijun era una persona fuerte, nadie de sus compañeros sospechaba lo que realmente sentia cada vez que se quedaba solo al final de su cumpleaños.

...

Tal como se había planeado después del entrenamiento los compañeros de Eijun arrastraron al pitcher a un bar local donde ya eran por así decirlo clientes frecuentes, la que lo atendía era amiga del campo corto del equipo y por eso les daba trato especial, como el de ese día, que había colgado globos y un enorme letrero de felicitaciones además de un enorme pastel de chocolate, el favorito de Eijun y el cual disfrutaron con una deliciosa cerveza fría. Era la primera vez que planeaban algo así y el detalle Sawamura lo agradeció infinitamente, estando lejos de su país ese tipo de cosas hacían que no pensara tanto en las personas que no podía ver.

 

La celebración se prolongo hasta entrada la noche. Bebieron, bromearon, jugaron cartas y billar. Que por cierto, Eijun se hizo de las quincenas de algunos de sus compañeros al resultar ser bastante bueno para las cartas. Y finalmente se sentaron a platicar con una nueva ronda de cervezas. Hablaron de temas al azar hasta que llegaron al asunto del amor y no pudieron evitar cuestionar al pitcher de por qué siendo una persona tan agradable no había salido con nadie en el tiempo que llevaba en Nueva York. Por toda respuesta Eijun daba evasivas, Karen, la encargada noto lo que pasaba e intervino

-no es por echarles a perder el festejo ni nada pero creo que ya es bastante tarde y todos ustedes tiene entrenamiento mañana

-pero es hasta la tarde

-no me importa. Tienen que descansar, no quiero que después el entrenador este aquí reclamándome que sus jugadores no rinden lo necesario. ahora muévanse

 

Todos salieron del lugar entre protestas y risas, sabían a la perfección que ella tenía razón. Eijun fue el último que quedo en el lugar porque Karen le estaba guardando lo que quedaba de pastel

-gracias Karen me salvaste

-me di cuenta que estaban de entrometidos

-jejeje un poco -Karen levantó una ceja

-tampoco paso este año ¿verdad? -Eijun bajo la vista y negó

 

Dos años atrás en una de sus tantas salidas con los muchachos Eijun se había pasado de copas y había terminando contándole todo lo que había pasado a Karen Al final del relato el menor había roto en llanto y Karen en verdad se sintió triste, desde entonces se había vuelto algo así como su amiga y confidente.

 

Al ver la expresión del menor, Karen lo abrazo, sorprendentemente Eijun no lloro. Después de unos minutos se alejo y le sonrió

-estoy bien, supongo que con cada año que pasa me voy haciendo más a la idea

-¿estás seguro?

-hahaha la verdad no

-un día de estos te llevaras una sorpresa y no necesariamente será de el

 

Karen siempre tenía un efecto tranquilizador sobre él y con una nueva sonrisa tomo su pastel y regreso su casa.

 

Si a algo no se acostumbraba era a llegar a una casa tan silenciosa, se había acostumbrado a los ruidos del dormitorio pero realmente era agradable el departamento, tenía una linda vista y era bastante espacioso. Por los efectos del alcohol aun no tenía sueño así que encendió el televisor. No había encontrado algo bueno que ver cuando el timbre sonó sobresaltándolo. Frunció el seño mientras se levantaba de su sillón, aquello le resultaba extraño, era muy tarde para que alguien estuviera tocando. Aun así soltando un suspiro camino hacia la entrada, seguramente era alguno de sus compañeros que se le había olvidado la llave y al no poder entrar a su casa había ido a buscar asilo a la suya. No sería la primera vez que algo como eso pasara. Tal vez por efecto del alcohol, Eijun no se tomo la molestia de mirar por la mirilla ni por preguntar de quien se trataba, que sería lo más lógico pero no, el pitcher fue directo a abrir la puerta. Jamás se imagino a quien se encontraría parado frente a el

-hola Eijun

 

Sawamura parpadeo, no podía creer que frente a él estuviera parado Miyuki Kazuya, un poco más alto de lo que recordaba pero con el mismo cabello revuelto y con los mismo ojos castaños ocultos detrás de unos lentes. Lo miro de arriba a abajo sin decir una sola palabra. Finalmente llego a una conclusión

-no, seguramente estoy más borracho de lo que pensé –acto seguido cerró la puerta

-pero que…

 

Miyuki no podía creer que el menor hubiera cerrado de esa manera la puerta y sin más delicadeza comenzó a golpearla mientras lo llamaba

-Sawamura abre la puerta no creo que estés tan borracho, yo estoy aquí –Eijun seguía viendo a la puerta mientras negaba con la cabeza

-no tú no puedes estar aquí, no supe nada de ti en estos cuatro años y ¿ahora apareces en mi puerta el día de mi cumpleaños? No, estoy demasiado borracho, eso debe de ser

-Sawamura abre la maldita puerta o en serio voy a derribarla

 

No estaba aun muy convencido pero si en verdad era Miyuki no estaba jugando y en serio derribaría su puerta. Tomando aire se volvió a acercar a la puerta, las manos le temblaban ligeramente antes de tomar la manija y abrirla. Una vez que lo hizo, fue atrapado entre los brazos de Miyuki que lo pegaron a su pecho. Sawamura abrió los ojos hasta el límite, aquel olor lo conocía muy bien al igual que aquella calidez que lo envolvía. Se había dicho que cuando el apareciera no lloraría, sin embargo una vez más su corazón lo traicionaba y las lágrimas comenzaron a salir mientras apretaba con fuerza la ropa del más grande

-y ¿ahora que se supone que tengo que hacer? No me dejaste explicarte, no me permitiste verte cuando sabias que me iría, yo… yo… te necesitaba y tú simplemente me diste la espalda, me dejaste

 

El silencio del otro comenzó a preocuparlo y levanto la vista, Kazuya lo veía con esa misma calma y con ese mismo cariño que tanto le encantaba

-fui un completo tonto, debí escucharte y debí creerte pero cuando me di cuenta ya lo había arruinado. Lo había echado a perder y me sentía bastante estúpido por haber caído en el juego de Narumiya. Pero me había equivocado y no había tiempo, tu tenias que irte y yo no podía seguirte

 

Los dos caminaron dentro del departamento y Miyuki cerró la puerta aun con Eijun entre sus brazos

-pero te pedí que estuviera ahí, te pedí que fueras al aeropuerto. Si te habías dado cuenta de tu error ¿por qué no fuiste?

-si estuve ahí

-¿Qué?

-llegue al aeropuerto y te vi pero no tuve el valor para acercarme. En ese momento me di cuenta que en realidad odiaba la idea que te fueras, no quería no podía despedirme de ti. No quería que te fueras de mi lado, era un deseo demasiado egoísta. No sabía cómo lidiar con las despedidas, por eso no me acerque pensé que podrías olvidarte de mí. No creía que fuera bueno para ti estar con alguien como yo.

-¿alguien como tú?

-si, alguien que no quería que te fueras aun cuando ese era tu sueño.

-pues te equivocaste, no te olvide

-lo sé, ni tú me olvidaste, ni yo pude hacerlo. Te extrañaba y tenía que luchar conmigo mismo para no llamarte en tu cumpleaños o en navidad o en año nuevo, no quería hacer daño pero parecía que seguía haciéndolo mal. Cada vez que las fechas pasaban recibía un sermón de Mochi diciéndome lo equivocado e idiota que era. Y lo sabía pero no podía buscarte

-y entonces ¿por qué estás aquí? ¿Por qué no podías buscarme?

-porque si te iba a ver era para no dejarte ir 

 

El corazón de Eijun comenzó a latir desbocado, entendía lo que esas palabras significaban o quería creer que lo sabía. Kazuya se separo un poco para llevar su mano a su mejilla y acariciarla suavemente mientras lo contemplaba, no había cambiado; sus ojos seguían brillando de la misma manera y desprendía el mismo olor que cuando lo estrechaba entre sus brazos en Japón. Tomo aire y con suma lentitud se acerco y volvió a probar aquellos labios, no esperaba que Eijun lo correspondiera pero lo había hecho incluso se había acercado un poco más a él. Miyuki llevo una de sus manos hasta su cabello para hacer más profundo el beso, lo había extrañado y quería recuperar cada sensación. Se separaron apenas unos centímetros para tomar aire, Kazuya poso sus ojos sobre los de Eijun, ambos reflejaban la tristeza por la que habían pasado al separarse. Kazuya pego su frente a la del pitcher        

-¿Qué quieres decir con que no me dejarías ir?

-justo eso… estoy aquí para quedarme

-¿Qué?

-mientras jugaba en Tokio también estudiaba, me gradué de publicista y una de nuestras cuentas se traslado aquí, a Nueva York y cuando preguntaron quien estaba dispuesto a mudarse, no lo pensé dos veces

-te vas a quedar...

-no voy a dejarte

 

Una vez más se besaron, había que recuperar el tiempo perdido. Eijun dejo escapar una risita nerviosa cuando por fin se separaron y contemplaba a Kazuya desde el refrigerador, en el interior estaba el pastel, lo saco y le ofreció un trozo a Miyuki mientras seguía sonriendo

-¿Por qué te ríes? –Eijun tenía la cuchara en la boca mientras arrugaba la nariz y desviaba la mirada, un gesto que le pareció adorable a Kazuya

-mmm te vas a reír –el  ex-catcher levanto una ceja –bien te lo diré, cuando partí este pastel hace un par de horas, había pedido un deseo y se volvió realidad

-¿qué pediste?

-mi deseo fue volver a verte…

 

Kazuya parpadeo y le regalo una sonrisa sincera, Eijun adoraba esa sonrisa, porque solo a él se la daba, Kazuya se estiro a través de la mesa y a milímetros de los labios de Eijun se detuvo

-Feliz cumpleaños Eijun

 

Con esas palabras termino con la distancia que los separaba para nuevamente perderse en un profundo e intenso beso mientras sus dedos se entrelazaban. Se habían separado cuando una nueva etapa comenzaba en la vida del menor y volvían a encontrarse cuando una nueva etapa comenzaba en la vida del mayor…

-y esta vez me asegurare de no dejarte. Te amo Sawamura Eijun

-y yo de que no te alejes, yo también te amo Miyuki Kazuya… 

Notas finales:

Pues aqui esta mi pequeño obsequio por el cumpleaños de nuestro querido pitcher escandaloso. Espeor que les gustara y que lo disfrutaran tanto como yo al escribirlo 

Como siempre comentarios, sugerencias y dudas son bien recibidos. Si solo quieren pasar a saludar tambien se vale 

Feliz Cumpleaños Sawamura Eijun 

Saluditos 


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