Pensé que ese día sería como cualquier otro, en realidad, ya llevábamos más de 4 meses discutiendo por todo, él siempre se quejaba de mi forma de hacerle el amor, siempre con frases que me parecían francamente absurdas y tontas.
-Miyuki, duele mucho, no seas tan brusco, vas a lastimarme-
-Hahahaha, bien que te gusta-
-Claro que no, me estas lastimando-
Había olvidado que él era lo más importante para mí, que debía protegerlo, porque podía perderlo por mis tonterías, siempre creí que no estaba lastimándolo, hasta que finalmente… lo abracé por la cintura y le dije en el oído
-Oye… tengo ganas de…-
Eijun soltó unas lágrimas en silencio y agachando la cara me dijo que no, me sorprendí, nunca me lo había negado, pero era más doloroso el que llorara por mi culpa que el que me dijera que no, que se negaba a permitirme tocarlo.
Desde ese día, dejamos el contacto, cerraba la puerta del baño con seguro, cerraba por dentro el cuarto de huéspedes para no dejarme entrar, siempre que yo estaba tratando de convencerlo, se alejaba de mi o se salía con alguna excusa, entonces discutimos y no llegó a dormir, toda la noche me la pasé en vela esperándolo, esperando que volviera y se disculpara, en cambio, a la mañana siguiente, tomó un baño, empacó sus cosas y me esperó sentado frente a la mesa, esperando que llegara de trabajar.
-Ya llegué-
-Kazuya, tenemos que hablar-
-Dime-
-Siéntate, quiero que hablemos claramente-
-Eijun, no sé qué te estás creyendo, pero no quieras venir a decirme otra vez de ese tema, porque no voy a cambiar de opinión-
-No es sobre eso-
-Vaya, al menos estas razonando como se debe-
-Lo he pensado mucho y debemos separarnos-
Eso no era lo que yo quería que me dijera, yo esperaba otra cosa, que cambiara de opinión, cualquier palabra, menos que intentara terminar conmigo.
-¿De qué hablas?-
-No hacemos más que discutir, tu no vas a cambiar, siempre harás lo que quieras y yo… no puedo seguir así, por eso es que me voy-
Miré con la vista cansada la maleta que ya había hecho, únicamente me estaba esperando para irse, con la frente en alto como entró a mi departamento hace 8 meses.
-¡Espera! ¡Eijun! ¡Espera! ¡Escúchame!-
-¡¿Qué quieres?!-
-¡Que me escuches!-
-No vas a cambiar, así que deja que me vaya, por el bien de los dos-
Arrebaté las maletas de sus manos y cerré la puerta, me dolía escuchar que iba a irse de mi lado, que quería dejarme, por eso, lo abracé con todas mis fuerzas de la cintura, tenía que impedirlo, me había costado mucho que me creyera que lo amaba, que aceptara salir conmigo, que se viniera a vivir conmigo, en general, me había costado mucho poder tener a mi lado, a la única persona que amaba sobre la fase de la tierra como para dejar que se fuera.
-Miyuki… no llegaremos a ningún lado en esto, me duele tanto como a ti, pero debo irme-
-No te vayas Eijun, por favor, haré lo que quieras, lo que sea para que te quedes-
-Kazuya, esto es doloroso, por favor, déjame, suéltame-
-Te lo suplico, quédate, no me dejes solo-
-Si fueras más amable, podría considerarlo, pero por mucho que te lo diga, no lo entiendes-
-Entonces tomaré tu lugar por una noche para entenderte, pero quédate-
-¿Mi lugar?-
-Dime con acciones lo que necesitas que haga, a veces lo entiendo más de esa forma-
-¿En serio piensas dejar que yo te haga eso?-
-Si así se me queda en la cabeza, te juro que lo haré-
-¿Y si no lo entiendes?-
-Yo…- “duele, no quiero decir eso, no te vayas de mi lado, Eijun, eres todo lo que tengo” –te dejaré… ir…-
-¿lo prometes?-
“No puedo, no quiero perderte, no quiero” –Si…-
Dicho esto, el castaño soltó la maleta y volteó para abrazarlo, recargándose en su pecho para decirle con sus manos que él también estaba asustado y tampoco deseaba abandonarlo.
-Eijun, te amo, por favor, hagámoslo ahora mismo-
El menor se sorprendió y abrió sus ojos completamente, después dirigió su mirada a ver el rostro destrozado de Miyuki.
Al ver sus ojos le dio un beso para calmarlo, mientras lo guiaba a la habitación, donde entraron y Miyuki recostó a su amado en la cama con un dulce gesto, para después decirle.
-¿Qué quieres que haga?-
“No sé qué se hace” –Recuéstate en la cama a mi lado-
Tal como le dijo lo hizo, Eijun se armó de valor y entonces… comenzó a besarlo suavemente, con pasión, con ternura, con amor, deseoso de estar a su lado, mientras besaba, sus instintos fueron despertando, y con forme lo besaba bajó la mano para meterla debajo de la playera del mayor, con un tenue movimiento avanzó por debajo hasta subirle la playera y quitarla de su camino, dejándole ver ese cuerpo que tanto amaba, al que extrañaba.
-Voy a torturarte un poco, Kazuya-
-¿Qué?-
A penas lo dijo, el menor besó su abdomen dulcemente y fue subiendo hasta encontrar sus pezones y tocarlos apenas con la punta de la lengua, provocando que una descarga se instalara en el estómago de Miyuki, sus ojos se cerraron fuertemente al sentir como succionaba con delicadeza y jugaba tierna y perversamente con su cuerpo.
-No es justo, ahora mismo quiero tenerte-
-Ahora es mi momento-
El mayor le retiró la playera para dejarlo en igualdad de circunstancias, por primera vez pensó que Eijun estaba hecho todo un hombre, lo cual le atemorizó
“Si te dejo ir, muy pronto alguien entrará en tu vida y no podré soportarlo”
Besó dulcemente su cuello y bajó hasta el pantalón de Kazuya, donde con sus dientes lo bajó para darle una perspectiva atrevida al mayor, que no sabía que podía hacer esa clase de cosas y mientras lo miraba con ese brillo especial en sus ojos, comenzó a bajar con sus dientes el bóxer del mayor, que tan sólo suspiró profundamente sabiendo que ya se acercaba el momento.
Una de sus manos se dirigió a tocar su miembro para masturbarlo con delicadeza, tanto que le mayor se estaba impacientando por la velocidad, hasta que Eijun aumentó el ritmo y Kazuya apretó sus dientes por esa sensación de placer que el menor le regalaba, las manos le temblaban, su cuerpo se movía sin su voluntad y entonces la sensación de éxtasis se aproximó a él, abriendo los ojos que tenía cerrados se acercó lentamente a bajar el pantalón de Eijun, junto con su bóxer.
Pensó que pronto sería el momento, por lo que temblaba un poco de miedo, nunca se imaginó en esa postura, vio 3 dedos frente a su boca y sabía lo que el menor quería, así que los recibió y fue dejando completamente lubricados los 3 dedos.
-Kazuya, voy a voltearte-
El menor lo giró y entonces visualizó la entrada del mayor, donde comenzó con suaves masajes con sus dedos en su entrada, a lo cual Miyuki se exaltó porque estaba temeroso.
-Tranquilo, dolerá un poco al principio, si te duele dímelo y me detendré-
“A pesar de todo, estás siendo amable… puedo confiar en ti”
La invasión del primer dedo fue difícil para Miyuki, que de inmediato apretó las sábanas
“¿Has soportado esto siempre?”
Lentamente el movimiento de ese primer dedo empezó, luego entró un segundo y un tercero, a los cuales se fue acostumbrando, esa sensación era diferente a la primera.
“Se siente bien…”
Su miembro fue tomado otra vez con la otra mano del menor, que le torturaba por ambos lados, e increíblemente dejó escapar un gemido ronco
-Ghhh… hhhhh… mhhhm…-
-¿Se siente bien?-
-Si…-
El menor sacó sus dedos de la entrada de Miyuki rápidamente, para después poner su miembro completamente erecto en esa entrada y torturarlo al no entrar y simplemente jugar con él, hasta que el de lentes tuvo la intención de reprocharle, tomándolo desprevenido entró la punta y Miyuki sintió la invasión de forma un poco dolorosa pero dulce, no agresiva, poco a poco fue penetrado, Eijun le dio tiempo para que se acostumbrara a tenerlo dentro de él.
-¿Ya estás listo?-
“¿Bromeas? Esto duele” -Creo que si-
-¿Puedes soportar el dolor por un minuto?-
-No duele-
-Ya he estado en tu lugar, sé lo que se siente, así que dímelo ¿puedes o me espero otro poco más?-
-Puedo, muévete-
Los dulces movimientos de Eijun fueron para encontrar el lugar indicado, donde el mayor era más sensible, y justo cuando dio con ese lugar, Miyuki abrió la boca y soltó un gemido
-Ahhh-
-Lo encontré-
Una sonrisa dulce se mostró en sus labios y entonces tomó un ritmo más rápido tratando de acertar siempre en ese mismo lugar, donde las voces de ambos se fueron combinando en el cuarto, y ambos comenzaron a sudar ligeramente.
-Ahhh… ahhhh… aaa… nhhh…-
-Kazuya…-
-Eijun… nnhhhh… esto… nnn… me vendré pronto-
La mano del menor volvió a bajar por el cuerpo de Miyuki y tomándolo de una pierna, lo volteó para verlo de frente, y seguir moviéndose, provocándole ese placer electrizante y desesperado, a Miyuki le pareció dulce e inesperado el rostro del menor, y entonces recibió un beso en los labios, aun cuando el movimiento no cesaba, por fin le llegó ese cosquilleo intenso en el abdomen y los dos llegaron a su límite, dejando que ese líquido saliera de sus cuerpos con fuerza.
Eijun se dejó caer suavemente sobre el cuerpo se su novio, para estar a su altura y poner sus brazos en su cuello.
-¿Te gustó?-
“No más que hacerte mío” –Mucho…-
El menor lo abrazó y retrancó su frente en el pectoral de Kazuya
-Pero me gusta más sentirte dentro de mi Kazuya-
-Y a mí estar dentro de ti-
-Te amo…-
-Yo también te amo, no me dejes nunca-
Los ojos de Miyuki lo miraron suplicantes, parecía haber entendido lo que el menor quería, comprensión, amor, dulzura, delicadeza.
-Lo prometo-
Los besos continuaron y una segunda sesión se repitió, pero ahora, como normalmente solían estar.